Si desea contactar con la Revista de Foklore puede hacerlo desde la sección de contacto de la Fundación Joaquín Díaz >
EL CRIMEN DE CACHORRILLA
Copla en la que se da relación de la criminal muerte dada a una joven del lugar de Cachorrilla, en la provincia de Cáceres, en el año de 1917.
En el pueblo de Cachorrilla.
señores, voy a explicar:
un novio mató a su novia
por saber muy bien bailar.
Como era tan bonita,
le tiraban los sombreros.
Dámaso le tiró el suyo,
y no quiso recogerlo.
Josefa cantó en el baile
"flores de la primavera".
Dámaso la estaba oyendo.
-Josefa, lo que te espera.
-A la salida del baile
me la tienes que pagar;
te he de cortar la cabeza,
desollarte a puñalás.
A la salida del baile,
no se la pudo cortar,
porque había mucha gente
y lo iban a criticar.
Le pegó tres puñaladas
al lado del corazón,
tres puñaladas malditas
que a la muerte la llevó.
La primera pasó el alma;
La segunda, el corazón;
la tercera, las entrañas,
que fue la que la mató.
Su hermanita más pequeña,
con mucha pena y dolor,
agarrada por el brazo,
a su puerta la llevó.
-Abra usted la puerta, madre,
que traigo a mi hermana muerta,
que la ha matado Dámaso
en el umbral de la puerta.
A los Canchos de Ramiro
Dámaso se fue a esconder;
le quedó dicho a su hermano
que allí fueran a por él.
Por la puerta de Los Chatos
ya no se puede pasar,
porque hay un hijo que tiene
la cara de criminal.
A la entrada de Cachorrilla,
a la salida de Coria,
hay un letrero que dice:
Dámaso mató a su novia.
NOTA: Copla recogida por Félix Barroso en Cachorrilla (julio, 1984).
Cantaron: Emilia Sobrado Martín, Angela Pérez Llanos y Florencia Cruz Pérez.
LA FLOR DE LIOLAR
Era un rey que tenía tres hijos y les dice:
-Al que me traiga la flor de Liolar le dejo la corona.
Salió el mayor y se quedó jugando con unos amigos. Salió el mediano e hizo lo mismo. Salió el pequeño y lo llamaron para q,e se quedara con ellos; y él no hizo caso y continuó. Cuando venía con la flor de Liolar, salió un hermano y le quitó la flor de Liolar y lo mató. Lo enterró y allí salió una caña.
Al año, andando por allí un pastor, cortó la caña y se hizo una flauta, y al ponerse a tocarla, dice:
Pastorcito no me toques
ni me debes de tocar,
que me mató mi hermanito
por la flor de Liolar.
Al ver esto el pastor, se la llevó al rey; y al tocarla el rey, dice:
Padre mio, no me toques,
ni me debes de tocar,
que me mató mi hermanito
por la flor de Liolar.
Entonces el rey tiró la flauta y la flauta tocó sola y dice:
Padre mío, no los mates,
y ten con ellos piedad,
que los tengo perdonados
y es muy justo el perdonar.
Versión de Vilvestre (Salamanca), narrada por Leonor Gorjón Notario, de 67 años.
Recogida por Antonio Lorenzo Vélez, el 13 de diciembre de 1983.