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El miércoles 18 de marzo de 2015, Germán Vega, catedrático de la UVA y director del Festival de Teatro de Olmedo, dio una conferencia en la Facultad de Filosofía y Letras sobre «Amor y escritura en Santa Teresa de Jesús». Anunció como primicia que aquella misma tarde Teatro Corsario estrenaba en Ávila una obra sobre la santa. Al menos hay siete obras sobre la santa, con actrices como Concha Velasco, Ana Otero, etc. Teresa de Jesús estaba del lado los marginados. Era una escritora inspirada. Ocupó en la lectura muchos momentos de su vida. Antes de que Don Quijote saliese a «desfacer entuertos», ya otros personajes se sintieron influidos por la literatura. España impuso su cultura en el mundo. Santa Teresa leyó poesía amorosa. San Juan de la Cruz será uno de estos poetas del amor.
Santa Teresa en el cine
Nacida en Ávila el 28 de marzo de 1515, ingresó en 1536 en la orden de las Carmelitas de la Encarnación, en dicha ciudad. Tres años después sufrió una parálisis de la que logró recuperarse y en 1562 reformó la mencionada orden, creando la de las Carmelitas Descalzas, cuya rama masculina desarrolló San Juan de la Cruz. Murió en 1582, a los 67 años, en Alba de Tormes (Salamanca). Es una de las principales figuras de la literatura mística, al dotar a sus textos de un exaltado sentido espiritual por mediación de la vida contemplativa. Destaca la serie Teresa de Jesús, de Josefina Molina (España, 1983) con Concha Velasco (Teresa), Patricia Adriani (Princesa de Éboli), Paco Rabal, Lina Canalejas y Emilio Gutiérrez Caba. Guion: Carmen Martín Gaite y Víctor García de la Concha. 480 minutos, Color. Se rodó con gran rigor histórico[1].
Una vez más, santa Teresa de Jesús en el cine. Y esta vez la película se titula Teresa. Dirigida por Jorge Dorado, con guion de Juanma Romero y protagonizada por Marian Álvarez, completan el reparto Antonio de la Torre, Aitana Sánchez-Gijón, Terele Pávez y David Luque, entre otros. Teresa de Jesús (1961) es un drama biográfico dirigido por Juan de Orduña y protagonizado por Aurora Bautista, con guion de Antonio Vich, José María Pemán y Manuel Mur Oti. En sus 130 minutos de duración ofrece una típica biografía de santos, desde la adolescencia hasta la muerte de la santa. Teresa de Jesús (1984) es una serie televisiva dirigida por Josefina Molina y protagonizada por Concha Velasco, junto a un reparto de grandes figuras de la escena española. El guion es de Carmen Martín Gaite, Josefina Molina y Víctor García de la Concha. Este drama biográfico fue una poderosa apuesta de Televisión Española, que invirtió en una gran producción con buenos resultados. Al ser una serie, el desarrollo permite una descripción pormenorizada de la época, de la personalidad de la protagonista y de los acontecimientos significativos de su vida. Teresa, Teresa (2003) es una apuesta valiente, atrevida, original, sugerente. Su director, Rafael Gordon, sitúa a Teresa de Jesús, interpretada por Isabel Ordaz, en un plató de televisión. Teresa: el cuerpo de Cristo (2006) fue dirigida por Ray Loriga y protagonizada por Paz Vega, con un virtuosismo formal deslumbrante y una técnica brillante. Cualquier experiencia espiritual está interpretada en clave sensual, erótica e incluso morbosa. Y ahora, sencillamente Teresa (2015). El gran acierto de esta película realizada para televisión es traer a Teresa de Jesús a nuestro mundo actual sin sacarla de su contexto histórico. Y esto, con acertada dirección; buenas interpretaciones; rodaje en Ávila, Soria, Alcalá de Henares y El Escorial con adecuada ambientación histórica y un ritmo atractivo[2].
Teresa de Jesús (1961) fue dirigida por Juan de Orduña. Con Aurora Bautista, José Bódalo y Alfredo Mayo como intérpretes. Fue realizada en los Estudios CEA. Argumento, guion y diálogos: José María Pemán, Antonio Vich y Manuel Mur Oti. Blanco y negro. Comienza con imágenes de las murallas de Ávila y la irrupción de la Inquisición en un convento de clausura. También se ve la torre de la catedral de Ávila. Teresa se pone en manos de una saludadora en Becedas. Pero se trata a sí misma con dureza y austeridad. Los caminos de la época recuerdan al Quijote. A Teresa le gustaban los libros de caballerías. El tema de la Reforma aparece por el deseo de Teresa de reformar el Carmelo. Se la humilla y reprende como a San Juan de la Cruz. Hay un escrutinio de su librería como el de la de Alonso Quijano. Pero Teresa escribe El libro de su vida. De nuevo aparecen las murallas. La nobleza de Ávila financia la fundación de un convento, el de San José. Adopta como nombre Teresa de Jesús. El pueblo y el regidor de Ávila se rebelan contra la fundación. En Trento respaldan su fundación. Teresa viaja en carreta a Medina del Campo. Se ve el castillo de la Mota. Allí encuentra a Juan de la Cruz, que quiere fundar monasterios masculinos. En Malagón, Valladolid y Duruelo se fundan monasterios. En Toledo van a fundar el convento de San José. Se ven el interior y el exterior de la catedral. La princesa de Éboli quiere que funden en Pastrana. Se encuentra de camino a Jerónimo Gracián cuando sale de Éboli; si bien no se entiende con la princesa, deja su fundación en Pastrana. Discute con la de Éboli y cierra el convento. Se va a Sevilla. La Inquisición visita su convento y llama a Teresa y sus monjes para declarar. Juan de la Cruz está encarcelado, pero Gracián le defiende. Quedan Palencia, Burgos… y marcha a Alba de Tormes, ya cansada y vieja. Teresa nació en Ávila en 1515. Con 20 años, decidió quedarse en un convento. Se entrevistó con Felipe II, que ordenó que no se pusieran trabas a su obra. Teresa dejó textos que, además de su importancia religiosa e histórica, figuran entre los más importantes de la literatura clásica española. Tras la fundación del convento de Burgos, su débil estado de salud empeoró al llegar a Alba de Tormes en septiembre de 1582. Falleció pocos días después, en octubre de 1582.
Aurora Bautista (Villanueva de los Infantes, Valladolid, 1925) trabajó en Tiovivo c. 1950 (José Luis Garci, 2004), Octavia de B.M. Patino (2002), Divinas palabras (J.L. García Sánchez), La tía Tula (Miguel Picazo, 1964), Sonatas (J.A. Bardem, 1959), etc. Juan de Orduña (Madrid, 1900 – Madrid, 1974) hizo Zalacaín el Aventurero (1954), Locura de amor (1948) … En Teresa de Jesús trabajaron Carlos Larrañaga, Antonio Casas, Margarita Lozano, etc.
Josefina Molina, directora de la serie
Juan Manuel Martín de Blas le ofreció la posibilidad de hacer una serie sobre Santa Teresa de Ávila. Martín de Blas le propuso a Carmen Martín Gaite como guionista. José Luis Balbín le propuso hablar con la persona que más sabía del personaje: Víctor García de la Concha. Iba a tratar en imágenes la vida de una santa y Josefina Molina es agnóstica. La serie iba a ser producida por la televisión pública. El libro de García de la Concha El arte literario de Santa Teresa era una guía para la lectura de las obras de esta monja. Víctor y Josefina establecieron la estructura de sus guiones. Y Carmen haría los diálogos. En marcha los guiones, había que empezar a pensar en el reparto. Habían decidido que la historia comenzara con la primera crisis del personaje, a los 23 años. Tenía que abarcar desde los 23 a los 67 años. Necesitaban una mujer que pudiera dar todas las edades. A lo largo de ocho meses de rodaje, su vida estaría hipotecada e iba a ser dura. Su candidata era Concha Velasco: cuando aceptó, sintió una gran tranquilidad. Era la primera vez que Josefina Molina iba a dirigir una serie de ocho horas de duración. Casi dos años y medio de su vida permaneció sumergida con el equipo técnico y los actores en la historia de Teresa de Jesús.
La medicina actual ha diagnosticado que Teresa Sánchez fue neurótica y epiléptica. Contrajo el paludismo, muy frecuente entonces, y murió de cáncer de útero a los 67 años de edad. A pesar de esto, fue capaz de fundar 17 conventos de monjas y otros tantos de frailes. Y la ayuda de Carmen Martín Gaite fue fundamental para poner en pie el personaje y darle una voz. Aunque a la directora le hubiera gustado rodar en los conventos reales, pronto tuvo que admitir que era imposible. Durante ocho meses, Concha Velasco dejó de rodar muy pocos días. Teresa de Jesús fue también, para Molina, la ocasión de conocer a José Nieto. La música hace posible explicar lo que pasa por la mente de los personajes y hablarnos de su estado de ánimo. Teresa de Jesús tiene una de las mejores músicas que se han compuesto para la imagen[3].
Para Josefina Molina, José Nieto es un excelente músico, dedicado desde hace tiempo a componer bandas sonoras para películas[4]. Si no musicalmente, sí en cuanto al sistema de trabajo existe en la carrera de José Nieto un antes y un después de Teresa de Jesús. La serie se emitió por la Primera Cadena de TVE desde el 12 de marzo al 30 de abril de 1984. Nunca se volvió a programar. La Semana de Cine de Valladolid la consideró «Serie del Año» en su 29 edición. Como la serie estaba muy bien rodada y magníficamente interpretada, no necesitaba apoyo ni subrayado de ningún tipo por parte de la música. Cuando Nieto hizo Extramuros con Miguel Picazo, sintió que regresaba a la misma época, al mismo ambiente en el que vivió Teresa de Jesús, pero la historia era completamente distinta. Teresa de Jesús era la historia de un interior humano, la duda permanente[5].
En 1969, Josefina Molina se convierte en la primera mujer en obtener el título de directora en la Escuela de Cine de Madrid. La serie para TVE Teresa de Jesús (1984) supuso un acercamiento a la santa desde un punto de vista totalmente distinto. Teresa de Jesús es retratada de manera más humana que divina[6].
De Miguel Delibes rodó una serie de referencia sobre la novela El camino. Siguieron películas como Función de noche y Esquilache. Al revisar la serie Teresa de Jesús, filmada por Josefina Molina en 1984, observamos que la realizadora maneja la cámara con sencillez para introducirse en el personaje de Teresa sin violar su misterio. Un ambiente doméstico y cercano domina la puesta en escena. También podemos comprobar en la composición del personaje de la monja carmelita el fino entrelazado de pensamiento místico y casualidad. Aparecen en pantalla unos fuertes ardores espirituales ligados a un cuerpo estremecido. Levitaciones y quejidos, laceraciones y éxtasis. Concha Velasco, en la serie televisiva en la que encarna a Teresa de Cepeda, nos ofrece un personaje de compostura monástica, pero su cuerpo, cuando entra en éxtasis, se retuerce y arquea, a la vez que emite unos sonidos extraños y ambivalentes. En el cine, el cuerpo dice tantas cosas como las palabras y a veces las desmiente[7].
Josefina Molina es autora, además, de una novela, En el umbral de la hoguera (Barcelona, Martínez Roca, 1991) en la que aborda también el tema de la vida de Santa Teresa. A mediodía del 16 de febrero de 1575, sobre una de las mulas, iba una monja entrada en años, con hábito marrón de sayal, que ocultaba su rostro tras un velo negro. Era una mujer cercana a los sesenta años. Tal vez en su juventud fue hermosa. No era un rostro común el suyo. Era preciso darse prisa, pues el sol no duraría mucho y aún, antes de llegar a Beas, tendrían que pasar dos ríos con las carretas. La madre Teresa tenía fiebre de nuevo y entornó los ojos. Por un momento volvió a recordar aquel verano de 1539. Monjas del convento de la Encarnación, a cuya comunidad pertenecía la muerta, aparecieron para velarla. En un rincón el padre seguía negándose a que la enterraran. Cuatro días después, el cuerpo empezó a dar señales de vida.
El recibimiento del pueblo de Beas de Segura aturdió a la madre Teresa. Tanto gentío la impresionaba. Las otras fundaciones, nueve en total, habían sido a escondidas, con muchas aventuras, riesgos y persecuciones. La mayoría de ellas de noche y sin hacerse notar para que no se lo impidieran las autoridades. Pero parecía que los de Beas, con esta décima fundación, querían hacerle olvidar los sinsabores pasados. La madre Teresa empezó a organizar el convento.
Siempre estaba en vilo por la salud de Gracián. Había llegado como un joven y adelantado discípulo. Ahora era su juez y también el responsable de sus actos públicos. La imagen del huerto de San José de Ávila, su primera fundación, venía a su memoria. Una y otra vez, recordaba la algarabía y el escándalo de su primer intento de fundar. Ávila estaba alborotada. Pero fray Jerónimo sentía muchos temores.
A principios de mayo llegaron algunas cartas de Valladolid dirigidas a la madre Teresa. Una de ellas era del obispo don Álvaro de Mendoza, que le comunicaba que la Inquisición buscaba el libro en que había escrito su vida por mandato de sus confesores. Andaba el Santo Oficio investigando todos los papeles y escritos que había sobre ello. Las monjas del monasterio de la Concepción de Valladolid ampliaban la noticia con dos cartas que mandaban con urgencia.
Llevaba tullida ocho meses después de haber estado casi muerta. Los dolores eran continuos. Tenía entonces 39 años. Escribía a gran velocidad y sin enmiendas. La madre Teresa estaba en Madrid, de camino hacia Pastrana, donde iba a fundar. El convento de las monjas estaba sentenciado. Alguien le había dicho que en Sevilla la Inquisición poseía un castillo.
La madre Teresa tornó a pensar en la amenaza de la Inquisición que pesaba sobre ella y sobre aquel libro que relataba su vida. Al alba, la caravana entraba en Córdoba por detrás de la Mezquita. El Guadalquivir rodeaba sus murallas y un puente romano lo atravesaba. Pero este año de 1575 no era bueno. Hambres extremas producidas por la sequía atormentaban también aquellos lugares. La madre Teresa se encontraba muy mal.
Entraron en Sevilla por la Puerta Real después de nueve días de camino. Era jueves, 26 de mayo. Y ella, una mujer anciana y regordeta, de mirada vivaz.
Habían transcurrido pocos días del mes de agosto, tórrido, lleno de dificultades económicas, para el convento de Sevilla. La madre Teresa había cumplido ya sesenta años llena de enfermedades y penurias y estaba segura de que no podía durar mucho más. Solo había logrado un poco de paz a los 47 años en San José de Ávila.
Convencido de la estima en que la madre Teresa le tenía y cuánto valoraba sus juicios, Gracián, de visita de los conventos de Castilla, procuraba encontrarse con fray Juan de la Cruz; esperaba haber causado buena impresión a aquel fraile de metro y medio de estatura, tímido e inteligente. Raro era el día en que la madre Teresa no se sentía muy enferma.
Aquel día de primeros de febrero ya se presagiaba la primavera en el aire de Sevilla. Los inquisidores habían ido a examinar a las monjas. No tardaron en aparecer de nuevo los inquisidores con su cortejo. Esta vez venían a interrogar a la madre Teresa. No quería el rey desautorizar al Santo Tribunal, pero tampoco quería ver a la madre Teresa desacreditada. La lucha, que hasta entonces se había mantenido en Andalucía, acababa de generalizarse. Se supo que el Santo Tribunal exculpaba a la madre Teresa. Ya no había en toda la ciudad de Sevilla quien no hablara de la santidad de la fundadora, que había alcanzado con este proceso una popularidad notable. Era suya, por fin, la casa nueva y estaba en el mejor barrio de la ciudad. Un año entero había pasado.
Su cuerpo enfermaba cada vez más. No había de vivir muchos años más. Pero ya no tenía el poder, si es que alguna vez lo tuvo. Aún vivió Teresa de Jesús seis años y cuatro meses más, desde que salió de Sevilla; fundó tres nuevos conventos y escribió tres libros. Había fallecido en el convento de Alba de Tormes en octubre de 1582. 1578 fue un año duro para la reforma. Los calzados apresaron a fray Juan de la Cruz y lo llevaron a su convento de Toledo, donde lo tuvieron durante ocho meses, hasta que se escapó.
La actriz Concha Velasco
Vivió en Valladolid hasta los seis años. Recordaba el Campo Grande porque su familia vivió una temporada en la Acera Recoletos, donde nació su hermano Manolo. Concha vino al mundo en noviembre de 1939. Se consideraba un producto de la postguerra. En 1945 destinaron a Larache a su padre, militar. Larache era una ciudad preciosa; pequeña, pero llena de vida. Estaba dividida en la zona española y la marroquí. Concha cumplió los diez años ya en Madrid, a fines del 49. Fue bastante feliz en su infancia. Pero tuvo una educación bastante elemental. Empezó a trabajar siendo aún muy niña. Le gustaba escribir. El cine, tanto para su madre como para su hermano o para ella misma, fue su gran evasión. Hacía muchísimo frío. Esto se vio reflejado en películas como La colmena; El espíritu de la colmena; Pim, pam, pum, ¡fuego! Lo que más veía Concha era cine americano. A partir de los 12 años, comenzó a ver cine español con más asiduidad[8].
En 1955 la comedia costumbrista, urbana o rural, se apunta como el género en alza. Pepe Sacristán era un compañero excepcional. El entendimiento con Pepe era perfecto, y eso que a Pepe no le gustaba trabajar en el teatro. Lo que a él le gusta es el cine. Adolfo Marsillach fue otro de sus ídolos desde su infancia. Las chicas de la Cruz Roja fue la película que supuso el lanzamiento definitivo de Concha Velasco. En 1975, protagonizó una de sus mejores películas, Pim, pam, pum, ¡fuego! de Pedro Olea. Conchita se movía ya como pez en el agua en este tipo de comedias desenfadadas, aunque difícilmente se podía entonces adivinar que años más tarde sería la chica del sexo de Pim, pam, pum, ¡fuego!; la antiheroína de Juan Marsé en Libertad provisional o la Teresa de Jesús de Josefina Molina. Concha se fijaba mucho en lo que hacían los demás y no se encontraba cohibida con la cámara. El director argentino Luis César Amadori rodará Una muchachita de Valladolid, con Closas y Analía Gadé. Una película que a Concha le gustaba mucho era Libertad provisional, que hizo con Roberto Bodegas.
Concha Velasco se crio en Madrid y se sentía muy madrileña, aunque todo el mundo le decía que se le notaba mucho que era de Valladolid por su muy buena dicción. El personaje que siempre quiso hacer fue el de María Antonieta. O, si no, Escarlata O’Hara, un remake de Lo que el viento se llevó. En 1959, tras el éxito comercial, la acogida crítica a su trabajo y los premios obtenidos por Las chicas de la Cruz Roja, Conchita Velasco protagonizó cinco películas. La de Bringas, en Tormento de Pedro Olea, fue un papel decisivo en su carrera.
El indulto, basada en un cuento de Emilio Pardo Bazán, fue la película número 15 de Concha Velasco y su primer papel dramático importante. Supuso también el reencuentro con José Luis Sáenz de Heredia, uno de los directores más prestigiosos de la industria cinematográfica española en aquel momento, con el cual Conchita rodaría diez películas en los años siguientes. El indulto se rodó en 1960. La paz empieza nunca trata sobre la guerra civil y los años de postguerra. Luego Concha volvió a trabajar en estos temas en Pim, pam, pum, ¡fuego!; Las largas vacaciones del 36, La colmena…
Tras el éxito de Molokai, renace el cine religioso, que toma la forma de biografía de santos con Teresa de Jesús, de Juan de Orduña, recuperación para el cine grandilocuente de la actriz fetiche del dictador, Aurora Bautista. Secuestro bajo el sol de Deray trajo a España a Geraldine Chaplin, que por esta época rueda también por estos pagos Doctor Zhivago. Su director, David Lean, ya había trabajado aquí en su anterior película Lawrence de Arabia. Historias de la televisión hace el número 25 en la filmografía de Conchita Velasco. Tenía 25 años cuando hizo la película.
Un cambio sustancial en su carrera se producirá a partir de la obra de Buero Vallejo Llegada de los dioses, que interpreta al lado de Juan Diego, militante del PCE, que gozaba de gran predicamento en los medios teatrales y cinematográficos antifranquistas. En 1973, Vera, un cuento cruel fue el debut de Josefina Molina, que años más tarde dirigiría a Concha en Teresa de Jesús. 1974 es uno de los años claves en la historia cinematográfica de Concha Velasco, que da un giro sustancial con sus magníficas interpretaciones de El love feroz, opera prima de José Luis García Sánchez, y Tormento, adaptación de la excelente novela de Benito Pérez Galdós, que llevó al cine Pedro Olea. Concha le pidió el papel de Rosalía Bringas a Pedro Olea y se quedó perplejo. Llevaba 55 películas a sus espaldas Concha Velasco, pero fue la primera vez que hizo un trabajo de mesa positivo con un director. Luego lo haría con Josefina Molina para Teresa de Jesús. En el caso de Pedro Olea o en el de Josefina Molina, ese tipo de trabajo sirvió para algo. El trabajo que Paco Rabal hizo en Tormento fue espléndido. Era muy inteligente, muy ingenioso y muy malvado cuando quería. Hizo de padre de la protagonista en Teresa de Jesús. En 1975 Pim, pam, pum, fuego de Pedro Olea fue una de sus mejores interpretaciones. Y Las largas vacaciones del 36 de Jaime Camino, con Analía Gadé, Ángela Molina, Vicente Parra, Paco Rabal y Pepe Sacristán. Pim, pam, pum, ¡fuego! es no solamente la mejor película de Pedro Olea, sino también el personaje más brillante que Concha Velasco ha defendido en el cine. La película se presenta como un fresco del Madrid de la postguerra. Pim, pam, pum, ¡fuego! fue un excelente guion, en el que colaboró Rafael Azcona. La última película que Concha rodó en 1975 fue Las largas vacaciones del 36 de Jaime Camino, una película sobre la guerra civil. Concha creía que era una película estupenda, con un guion magnífico de Manolo Gutiérrez Aragón. Era, más o menos, la historia de la infancia de Jaime Camino.
En 1976 interpreta para el cine el papel de Alicia en Libertad provisional, dirigida por Roberto Bodegas sobre un excelente texto de Juan Marsé. Otro título importante de 1976 fue Retrato de familia, de Antonio Giménez Rico, sobre la novela de Delibes Mi idolatrado hijo Sissí. 1977 es el año del gran éxito comercial de La guerra de papá de Mercero. En 1981 se producen Maravillas de Manolo Gutiérrez, Función de noche de Josefina Molina… En 1982 Concha Velasco hace un breve papel en La colmena, obra maestra de Mario Camus sobre la novela de Camilo José Cela. La triste prostituta de La colmena, que vive un idilio breve pero intenso con José Sacristán, fue, a pesar de su escasa dimensión, uno de los más interiorizados y profundos trabajos de Concha Velasco. Esta había hecho muchas veces de prostituta, pero en clave de humor. Por otro lado, le hacía mucha ilusión trabajar con Mario Camus. Su hermano Manolo, cámara que trabajaba habitualmente con Mario, siempre le decía que Camus tenía muchas ganas de trabajar con ella.
En 1983 Concha Velasco hizo para TVE la excelente serie biográfica Teresa de Jesús, que dirigió con mano maestra Josefina Molina. Ese año se produjo Soldados de papel, debut interesantísimo de Pepe Sacristán tras su larga carrera de actor. Concha admiraba enormemente a Josefina Molina. Se pusieron a hablar del guion en casa, a estudiar el personaje, a leer todo lo que cayó en sus manos y a medir las situaciones. Fue a rodar a Ávila y trabajó maravillosamente con Josefina. En 1985 se ruedan en España Extramuros de Miguel Picazo y Los paraísos perdidos de Patino.
Josefina Molina le dijo a Concha Velasco que tenía los ojos muy brillantes para la vejez y la muerte de Santa Teresa y que le gustaría que se hiciese unas lentillas opacas. El doctor Gómez de Liaño le dijo a Concha que tenía desprendimiento casi total de retina en el ojo izquierdo. Pero Josefina y TVE esperaron hasta septiembre. La operación fue tremenda, pero le salvó la vista. Concha siempre tuvo problemas con la vista. Josefina Molina, Víctor García de la Concha y Carmen Martín Gaite iban a su casa y la leían, la contaban, le repetían, aclaraban sus dudas, la motivaban… Tenía varios asesores para que todo fuese exacto. La serie se rodó con todos los medios. Por Santa Teresa pasaron más de 350 actores. El ayudante de dirección era Manolo Gómez Pereira. Concha seguía estudiando, leyendo, queriendo entender, y sabiendo que era el personaje de su vida, el mejor personaje que pueda soñar una actriz. Fueron nueve meses de absoluto disfrute y de sufrimiento total. Mucho calor y mucho frío… De Santa Teresa sabía poco, pero a Concha le atrajo que se supiese una gran pecadora. También le atrajo que fuese transgresora, aventurera. La actriz era creyente y practicante. La serie fue un éxito tremendo[9].
La serie Teresa de Jesús (1985) comienza con una vista en foto fija de las murallas de Ávila. El guion fue obra de Carmen Martín Gaite, Víctor García de la Concha y Josefina Molina. García de la Concha fue también asesor histórico. Música: José Nieto. Dirección: Josefina Molina. El capítulo 1 se titula Camino de perfección y se recoge la estancia de Teresa enferma, en Ortigosa (Ávila) durante el otoño de 1538. Van a Becedas en busca de una curandera. Diez días después, la acción se traslada a Castellanos de la Cañada. En Becedas, durante la primavera de 1539, la curandera le da un brebaje. En el pueblo, medieval, abundan las supersticiones. Teresa tiene solo 24 años.
El capítulo 2 (Cuentas de conciencia) se inicia en Ávila durante agosto de 1539. Teresa sigue enferma, muy grave. La llegan a dar por muerta. Monasterio de la Encarnación, dos años después. Un año más tarde, ya camina y sale del monasterio. Doce años después, se ven la fachada y el interior de la catedral de Ávila. Teresa habla de las novelas de caballería y de la condición subordinada de las mujeres casadas.
El capítulo 3 se titula Desafío espiritual. Comienza en Ávila, otoño de 1558. Se cuenta el origen converso de su familia y también los autos de fe de Valladolid. La Inquisición publica una lista de libros prohibidos. Los monjes queman los suyos que están incriminados. Teresa aparece escribiendo. Se la critica en Ávila, entre monjas y sacerdotes. Se flagela de noche y habla de los eremitas. Hay escenas de interiores que recuerdan imágenes pictóricas. Se propone fundar el convento de San José.
El rodaje comenzó en noviembre de 1982 en Ávila, Cáceres, Segovia, Madrigal de las Altas Torres, La Alberca, Boadilla y Estudios Bronston de Chamartín (Madrid). Emilio Gutiérrez Caba interpretó a San Juan de la Cruz, Los guiones tardaron más de lo previsto en estar disponibles, según Josefina Molina. Víctor G. de la Concha trabajó sobre la vida de Santa Teresa. San Juan era bajo y delgado. Aparece en ocho ocasiones. Josefina Molina asimila a la santa con Concha Velasco, simpática como Teresa. La serie recoge su vida desde los 23 años hasta 67, en que muere. Concha temía que la crítica de la serie arruinase su carrera como actriz[10].
Santa Teresa de Jesús (1515 - 1582) nació en Ávila. En 1537, los médicos la dan por muerta. En 1562 concluye El Libro de la Vida. En 1568 encuentra en Medina del Campo a San Juan de la Cruz. A partir de entonces, Santa Teresa deja en sus manos el resto de fundaciones de conventos de frailes descalzos. Santa Teresa fue sepultada en Alba de Tormes, donde murió y en donde reposan algunas de sus reliquias[11].
En Ávila transcurrió la mayor parte de su vida. El convento de Santa Teresa fue erigido en el siglo xviii donde estuvo su casa natal. En el monasterio de la Encarnación se custodian muchos de sus objetos personales. El monasterio puede visitarse. El convento de San José fue la primera fundación de la reforma teresiana. La Plaza de Santa Teresa es una de las más bellas de la ciudad de Ávila. En uno de sus lados se levanta la iglesia de San Pablo. La música fue compuesta por José Nieto. Patricia Adriani interpretó a la princesa de Éboli. Tony Isbert hizo de Jerónimo Gracián y Silvia Munt representó a Ana de San Bartolomé[12].
Capítulo 4. El Castillo Interior. Toledo, otoño de 1561. Después de una vista de conjunto, se ve una salida de Toledo por una de las puertas de la muralla. Ávila, junio 1562. Está en San José, su nueva fundación. Pero las autoridades locales y el pueblo critican la fundación y piden que se cierre. Teresa escribe con pluma y tinta. Es priora. Las monjas cantan, rezan y hacen trabajos manuales. También hacen penitencia y se humillan. Teresa quiere fundar más conventos en Castilla. Piensa comenzar en Medina del Campo, villa que le encanta.
5. Fundaciones. Teresa sale de Ávila y sufre un accidente. Medina del Campo, verano de 1567. Un año después aparece en el convento San Juan de la Cruz. Teresa le anima a unirse a su reforma. Dos años más tarde, Teresa vuelve a viajar. El banquero Simón Ruiz la apoya y desde Medina van a Toledo. Pero antes se dirigen a Duruelo. Allí conversa de nuevo con San Juan de la Cruz. Y le propone fundar conventos masculinos. Teresa tiene cuatro conventos de monjas (uno de ellos, en Valladolid) y dos de monjas. Se habla del tema de la honra, tanto entre cristianos viejos como en conversos. Viaje con mercaderes de Medina hasta Toledo, primavera de 1569. Teresa afirma que estima más la virtud que el linaje. Se ve a las monjas en la catedral. Quince días después. La princesa de Éboli se pone en contacto con Teresa, pero esta la rechaza. Al fin, Teresa acepta ser llevada a Pastrana. Teresa niega a la de Éboli la lectura de su Libro de la Vida, pero acaba cediendo. Al final, Teresa abandona el convento de Pastrana.
6. Visita de descalzas. Monasterio de la Encarnación (Ávila). Otoño 1571. La gente y las autoridades se oponen a Teresa. Madrid, julio 1573. La princesa de Éboli enviuda y quiere profesar como religiosa. Pastrana, dos días después. Segovia, primavera 1574. Teresa quiere sacar de Pastrana a las monjas y llevárselas a Segovia. Teresa está enferma. Beas de Segura, primavera 1575. Tony Isbert interpreta el padre Gracián a los 28 años y Teresa cumple 60. Él la confiesa y ella le aprecia por su juventud y preparación. Teresa quiere fundar en Madrid, pero Gracián le pide que vaya a Sevilla. La princesa de Éboli ha denunciado el Libro de la Vida a la Inquisición, según la informan por carta desde Valladolid. Silvia Munt hace de Ana de San Bartolomé.
En la rueda de prensa en Valladolid con motivo de la 29ª edición de la Semana de Cine, Fernando Lara hizo la presentación. Concha afirma que, como castellana que era, Santa Teresa era más bien seca. Visitaron conventos con García de la Concha. Pero le costó trabajar con el hábito de monja. Juan de Yepes, San Juan de la Cruz, nació en Fontiveros (Ávila) en 1542. El encuentro con Santa Teresa fue decisivo en su vida. Santa Teresa lo gana para la reforma carmelita entre los varones. Desde entonces, su vida se convierte en un martirio. Fue encarcelado en un convento de Toledo, donde escribe su Cántico espiritual. Y, al final, muere en Úbeda en 1591. Fue un hombre cultivado, con saber en filosofía, teología y poesía. A ambos se les atribuye el título de máximos exponentes de la poesía mística española[13].
7. Vida. Sevilla, verano 1575. Sale un paisaje urbano que parece del Greco. Pero es de Sevilla. Allí se suceden los problemas. La Inquisición la investiga. Un monje pinta su retrato, pero Teresa dice, al verlo, que la ha pintado fea y legañosa. Teresa se cae por una escalera y se rompe un brazo. Y San Juan se escapa de noche de su encierro por los calzados en Toledo. El Escorial, julio 1579. Felipe II apoya la independencia de los descalzos. Toledo, junio 1580. Teresa quiere fundar convento en Madrid, pero sus superiores la envían a hacerlo en Palencia.
8. Hija de la Iglesia. Teresa dicta a una monja. Tiene temblor en la mano derecha. Es Silvia Munt (Ana de San Bartolomé) quien escribe. Malagón, invierno 1580. Están construyendo el convento. Está vieja y cansada, con el brazo izquierdo protegido con cuero. Vuelve a Ávila y es nombrada priora en San José. Se cita con Juan de la Cruz, pero parece que no volverán a encontrarse. Burgos, primavera 1582. Hay una inundación, pero Teresa no se quiere marchar. En Valladolid, la echan del convento sus propios familiares. Medina del Campo, septiembre 1582. Llega Teresa, muy enferma, para descansar. La duquesa de Alba solicita su presencia en Alba de Tormes, pero Teresa no quiere ir. Alba, octubre 1582. Ana de San Bartolomé la cuida hasta el final. En 1622 fue declarada santa. Fue designada además patrona de los escritores españoles. En agradecimientos se menciona la ayuda de los conventos de San José de Ávila, Alba de Tormes, Medina del Campo, Salamanca, Valladolid y monasterio de la Encarnación de Carmelitas Descalzas (Ávila).
Un documental sobre el rodaje de la serie tiene guion y dirección de Manuel Pérez Estremera. Josefina Molina afirma que había ya, cuando le encargaron la realización de la serie, un guion de Santiago Moncada, pero a ella no le gustaba. Concha señala que Josefina le indicó que leyera el guion definitivo y obras de Santa Teresa (leyó la Vida). Concha dice que durante meses vivió solo para el rodaje. Se rodó en La Alberca, en la iglesia de Becedas (Ávila)… En los antiguos estudios Bronston (Chamartín) se construyeron los decorados. También se utilizaron maquetas y transparencias. En los estudios Chamartín se hizo el decorado de la pesadilla del Infierno. El escenario de las calles de Medina del Campo también se construyó en los Estudios Chamartín[14].
Concha se define como coqueta. El maquillaje la transformaba. El palacio de Peñaranda de Duero (Burgos), localización, sirvió como decorado del palacio de Éboli en Pastrana. La nieve sorprendió en la plaza de Peñaranda a la llegada de la princesa a su palacio. En el interior del Alcázar de Segovia se rodó el funeral por el marido de la princesa de Éboli. García de la Concha trabajó como asesor histórico. Lo relacionado con Sevilla se rodó en Cáceres, pero la lluvia interrumpió el rodaje. En la sala de montaje estuvieron trabajando durante 15 meses.
Mercedes Milà entrevistó en TVE a Josefina Molina, V. García de la Concha, C. Martín Gaite y Concha Velasco. El programa se emitió el 8 de marzo de 1984. La época de Santa Teresa le interesaba a García de la Concha y después publicó libros sobre ella. Carmen Martín Gaite redactó el guion y escribió los diálogos. Su prosa era viva y directa. Concha Velasco dice que en su carrera hay un antes y un después de Santa Teresa. García de la Concha señala que era descendiente de judeoconversos. Para Josefina Molina, resultaba muy difícil encontrar algo del siglo xvi en los años ochenta del pasado siglo. Martín Gaite señala que la mujer tenía pocas alternativas en aquella época y a Teresa no la debía atraer el matrimonio. Josefina Molina afirma que la santa era seductora e imponía su voluntad a los hombres. Martín Gaite señala que tenía un carácter y una determinación de hacer lo que quería, y destaca su prosa. Concha Velasco dice que sus lecturas fueron determinantes a la hora de inspirarla salir a hacer aventuras. A Concha Velasco le atrajeron sus contradicciones. Concha era religiosa en la vida real. Fue una mujer muy enferma, señala la actriz. Según García de la Concha, Santa Teresa tuvo un paludismo mal tratado, aparte de tercianas., etc. A la gente, ya en vida, le atraía verla por los caminos. Concha Velasco dice que al final se sintió abandonada, cuando ya era mayor[15].
Concha Velasco fue una santa llamada Teresa extasiada y dedicada a su fe en cuerpo y alma. Ya con seis, con siete años, le fascinaba el cine, y sobre todo las actrices de las películas. Se definiría a sí misma como muy fantasiosa, pero también muy constante. Siempre le echaron en cara su carácter castellano. La educaron con disciplina, con rigor. Puso voz y rostro a heroínas de todo tipo, fuesen reales o ficticias. Nació en Valladolid el 29 de noviembre de 1939. Dos años después vino al mundo su hermano Manolo, el 1 de diciembre de 1941. Tuvieron que marcharse de Valladolid siendo ella muy pequeña. En Larache estuvo desde los cinco años hasta los 10. Los recuerdos de su infancia son de Larache. En Larache iba a un colegio español de monjas franciscanas. Pim, pam, pum… ¡fuego! fue la estupenda película de Pedro Olea que, junto con Tormento, contribuyó a cambiar la visión que muchos tenían de Concha como actriz[16].
Cuando estaba haciendo Teresa de Jesús, tuvieron que operar a la actriz de un ojo, porque tuvo un desprendimiento de retina que se originó cuando estaba interpretando Yo me bajo en la próxima, ¿y usted? Josefina Molina, para la escena de la muerte de santa Teresa, quería que se pusiese unas lentillas especiales para que Concha aguantara con la mirada fija toda la escena final de su muerte. Al probárselas, se descubrió lo del desprendimiento y no le quedó más que operarse. El médico dijo que la actriz debía reposar seis meses, lo que motivó que RTVE tuviera que postergar el rodaje. Entre sus mejores amigos mencionaba a Juan Diego, Ana Belén y Víctor Manuel, Arturo Fernández, Pepe Sacristán… El padre de Concha Velasco era un militar que había sido asistente de Franco y años más tarde ella misma fue a La Granja a cantar ante él.
Gracias a los Ozores, comenzó a introducirse en el mundo del cine. Las chicas de la Cruz Roja fue una película muy importante para la actriz. Ese film la lanzó a la fama. Después de su relación con José Luis Sáenz de Heredia, se enamoró de un hombre más joven: el actor Juan Diego, que no estaba casado como el director, pero no quería formalizar la relación debido a su ideología. Su lío con Juan coincidió en el tiempo con el momento en que Concha comenzó a despertar políticamente. Ella se consideraba católica por educación y socialista por evolución a lo largo de los años. Toda su vida fue autosuficiente, mandona y llevaba las riendas de su familia. Pero los años setenta sacudieron y cambiaron a todos en muchos aspectos. Aunque su cambio de registro comenzó con Llegada de los dioses, en la que salía al escenario con Juan Diego y donde la descubrió José Tamayo. Juan y ella volvieron a tratarse y a retomar su amistad en 1999, al coincidir en la película París – Tombuctú de Berlanga.
Sus poetas de referencia eran León Felipe, Miguel Hernández, Alberti, Neruda y Nicolás Guillén. En 1981, Concha estaba trabajando en el teatro de la Comedia, representando con gran éxito Yo me bajo en la próxima, ¿y usted? con su amigo Pepe Sacristán. La obra había ido fenomenal en el teatro, y tras terminar la gira y rodar, también con Pepe Sacristán, La colmena, decidieron montar Mata Hari en el teatro Calderón, comedia musical de la que Concha Velasco era protagonista y que dirigió Adolfo Marsillach. En septiembre de 1983, ya había rodado Teresa de Jesús. Estaba previsto que se emitiera entre marzo y abril de 1984. En 1985, la actriz vallisoletana estaba en un magnífico momento de trabajo, porque tras el éxito de Teresa de Jesús los proyectos se multiplicaban. Concha había encadenado películas muy exitosas, como Más allá del jardín (1996), basada en la novela de Antonio Gala, con guion escrito por Mario Camus. Estaba dirigida por Pedro Olea. Más allá del jardín era la tercera película que hacían juntos Concha y el director vasco y las anteriores, Tormento en 1974 y Pim, pam, pum… ¡fuego! en 1975, habían supuesto para ella un cambio de registro y una consolidación profesional.
Llamaron a Concha Velasco a finales de 2012 desde la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas para decirle que ese año le concedían el Goya de Honor (el año anterior se lo habían otorgado a Josefina Molina).
Concha Velasco contaba 45 años cuando TVE produjo uno de sus proyectos más ambiciosos de la década de los 80: una miniserie de ocho episodios sobre Teresa de Jesús. Con guion de Carmen Martín Gaite y asesoramiento histórico de Víctor García de la Concha, la serie fue un éxito sin precedentes. Se emitió durante ocho semanas seguidas entre el 12 de marzo y el 30 de abril de 1984. Teresa de Jesús fue entonces y sigue siendo ahora una gran serie. La historia abarca casi cincuenta años de la vida de la santa de Ávila, repasando los capítulos más relevantes de su biografía, centrándose sobre todo en la reforma que hizo del Carmelo y la fundación de sus conventos, pero también en la turbación de una vida interior que buscaba la santidad y en los padecimientos físicos que la acompañaron desde joven. Esta monja carmelita dejó, en pleno siglo xvi y en el corazón mismo de la Castilla de Felipe II, unos escritos para la posteridad que siguen siendo algunos de los relatos más apasionantes de su tiempo. Si bien la serie comienza en 1539, cuando la santa contaba con 24 años - y Concha Velasco, veinte más -, es interesante ver la evolución no solo del personaje, sino también de la actriz. Rodada en escenarios naturales de ciudades de Castilla, Andalucía y Extremadura, se construyeron además casi 10.000 metros cuadrados de decorado en estudio para la reproducción de pueblos, fachadas, calles, iglesias, conventos y celdas. Todo ello, junto a una música poderosa y la aparición de casi 300 actores, hicieron una de las series más ambiciosas de la historia de RTVE. Con todo, sigue siendo en el guion donde reside la verdadera grandeza de la serie. Por su impecable interpretación, Concha Velasco recibió el Fotogramas de Plata, la Antena de Oro y el TP de Oro. La actriz logró reflejar no solo el entusiasmo de la religiosa en su perseverancia por la renovación de la orden, sino también los dolores físicos y espirituales que marcaron la vida y los escritos de la santa de Ávila. Conmueven especialmente los últimos episodios, en los que sus padecimientos crecen y crece también Velasco como actriz. Concha Velasco hizo con Teresa de Jesús la interpretación de su vida. Año: 1984. Música: José Nieto, Alejandro Massó. Duración: 449 minutos. Color[17].
Velasco siempre dio prioridad a su vida profesional. Tuvo que sacar adelante a su familia desde un trance amargo en su infancia. La actriz se retiró de forma definitiva a los 81 años. También recibió el apoyo de sus amigos cuando más lo necesitaba. Nunca la olvidaron Juan Diego, Ana Belén, Víctor Manuel o Pepe Sacristán, con quien compartió nueve películas e innumerables obras teatrales. A ellos ha de sumarse una larga lista de amigos personales, como la escritora Carmen Martín Gaite; el guionista Juan Miguel Lamet; Luis García Berlanga y su mujer, María Jesús Manrique de Aragón; Juan Luis Galiardo y su mujer; el matrimonio Alberto Closas y Marisa Martínez. La desilusión de Concha con los hombres comenzó pronto. Concha Velasco siempre fue una gran cinéfila. Llegó a hacer seis películas al año, con una filmografía de ochenta películas. Si una persona cambió el rumbo de la carrera interpretativa de Concha Velasco, esta fue, sin duda, Josefina Molina. El éxito internacional de la serie fue atronador. Como la directora cordobesa Josefina Molina (1936), Pedro Olea (1938) también contribuyó al cambio del registro interpretativo de Concha Velasco[18].
La década de los ochenta fue un punto de inflexión en la carrera de Velasco, gracias a la intercesión de Josefina molina. A la interpretación de Santa Teresa se sumó Esquilache (1981) y Yo me bajo en la próxima, ¿y usted? En 1984, por Teresa de Jesús, obtuvo el Premio Ondas Nacional de Televisión al Mejor Intérprete Femenino en Ficción, el Fotograma de Plata a la Mejor Intérprete de Televisión y el TP de Oro a la Mejor Actriz, amén de la Espiga de Oro de la SEMINCI (2013). Fueron, sin embargo, muchos los contratiempos que sobrevinieron a Concha Velasco en términos de salud. Sufrió una caída que le provocó desprendimiento de retina sin percatarse, algo que le aquejó durante el rodaje de Teresa de Jesús. En aquel momento, Concha Velasco tuvo que ser operada de inmediato. Aunque Televisión Española retrasó seis meses el fin del rodaje.
Concepción Velasco Varona (Valladolid, 29 de noviembre de 1939) nació el año en que la Guerra Civil española llegó a su fin. Vivió sus primeros seis años de vida en su Valladolid natal. El telón se bajó para la actriz el 2 de diciembre de 2023. El 1 de diciembre de 1941, nació el pequeño de los Velasco, Manolo. A pesar de que comenzó como actor de reparto, su verdadera vocación era la cámara, comenzando como ayudante y consiguiendo convertirse en un excelente director de fotografía. Pese a que a principios de la década de los sesenta fuese pareja de la actriz Geraldine Chaplin, el amor de su vida llegaría con los setenta, cuando contrajo matrimonio con la modelo y actriz María José Díez. Pronto tuvieron dos hijas, Manuela y Carlota, ambas dedicadas al mundo audiovisual. Manuela Velasco es una de las actrices más conocidas del cine español.
Concha Velasco (Valladolid, 1939 – Majadahonda, 2023), fallecida el pasado 2 de diciembre a los 84 años, ha sido uno de los rostros más populares y queridos del mundo del espectáculo en España. Deja un legado de más de 80 películas. La actriz siempre profesó un cariño especial al festival de su ciudad natal. Aquí presentó la serie Teresa de Jesús (1984), de Josefina Molina, donde daba vida a la santa de Ávila en uno de los papeles que marcó su carrera. Seminci rindió homenaje a su trayectoria profesional con un ciclo de películas y la edición de un libro que repasaba su carrera escrito por Fernando Méndez-Leite, además de la entrega de una Espiga de Honor[19].
Concha Velasco fue galardonada con dos Espigas de Honor del festival, concedidas en el año 1986 y 2013, respectivamente. El Teatro Calderón también fue el escenario de algunos de los hitos de su carrera, con múltiples papeles protagonistas en el escenario[20].
NOTAS
[1] JUAN PAYÁN, Miguel: La historia de España a través del cine. Madrid: Cacitel, 2007.
[2] WATT, Ninfa: «De Teresa a ‘Teresa’. Pasado y presente de una experiencia vital». Teresa de Jesús, noviembre - diciembre 2015, nº 198, pp. 22 - 27.
[3] MOLINA, Josefina: Sentada en un rincón. Valladolid: 45 Semana Internacional de Cine, 1996.
[4] MOLINA, Josefina: «Mi vecino». ÁLVAREZ, Rosa: La armonía que rompe el silencio. Conversaciones con José Nieto. Valladolid: 41 Semana Internacional de Cine, 1996.
[5] Capítulo V. Josefina Molina. El ritmo interior. Ibid.
[6] CERDÁN MEDINA, José Carlos: «Mujeres dirigiendo mujeres en el cine español». BNE, 8 marzo 2018.
[7] GUTIÉRREZ ARAGÓN, Manuel: «Josefina Molina sentada en su rincón (2017)». En busca de la escritura fílmica. Madrid: Cátedra, 2024.
[8] MÉNDEZ LEITE, Fernando: Concha Velasco. Diario de una actriz. Madrid: T & B, 2001.
[9] ARCONADA, Andrés: Concha Velasco. Diario de una actriz. Madrid: T & B, 2001.
[10] Reportaje de TVE.
[11] Vida de una santa.
[12] Ávila: tras los pasos de Santa Teresa.
[13] Rueda de prensa en Valladolid (29ª Semana de Cine).
[14] Documental sobre el rodaje (TVE, 7 mayo 1984).
[15]Buenas noches, Teresa de Jesús.
[16] VELASCO, Concha: El éxito se paga. Barcelona: RBA, 2014.
[17] ESTER, Belén: «Teresa de Jesús». El universo de Concha Velasco. Madrid: Notorius, 2024.
[18] TELLO DÍAZ, Lucía: Diccionario. Ibid.
[19] «Concha y Seminci, toda una vida juntos». Seminci, 2 diciembre 2023.
[20] «Seminci y Calderón recuerdan a Concha Velasco con un ciclo en junio». Diario de Valladolid, 14 junio 2024, p. 16.