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Y aquí nacimos nosotros,
entre tus piedras y encinas,
hijos de estos recios montes,
que un claro sol ilumina.
José María Gómez Gómez[1]
1.- Resumen
El presente artículo trata de cuatro cuestiones bien diferenciadas:
En primer lugar de la toponimia mayor de la localidad, es decir, del topónimo Montesclaros, especialmente el origen, cuya teoría más extendida, la de Rodíguez Albarrán y Jiménez de Gregorio, se cuestiona en el presente artículo, al tiempo que se presenta una hipótesis alternativa.
La segunda cuestión son los nuevos Montesclaros surgidos en las Indias, bajo el patrocinio del gobierno virreinal del III Marqués de Montesclaros. Se recoge así el guante lanzado por Javier Malagón Barcelo, en su artículo «Toledo y el Nuevo Mundo en el siglo xvi»[2], cuando anima a trascender lo local e investigar lo toledano en América.
Se prosigue con una ampliación y corrección de la relación de términos de la toponimia menor contenida en el artículo publicado en el número 64 de la Revista Toletum de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo[3].
En cuarto y último lugar, una curiosidad localizada en una obra económico-contable del siglo xix, en la que se idea el pueblo ficticio de Valderrabias, como recreación literaria de Montesclaros.
2.- Toponimia mayor de Montesclaros
Montesclaros o Montes-Claros, es un topónimo compuesto por dos términos:
- Montes: Onórimo, un sustantivo correspondiente con el accidente geológico más característico de la geografía local, los montes o cerros.
- Claros: Cromotopónimo, un adjetivo que tiene diversas acepciones, a saber, despejado, que tiende al color blanco, con abundante luz, etc (RAE).
En cuanto a la ortografía, el nombre recogido en el registro de entidades locales de la Administración General del Estado para el municipio toledano objeto del artículo se escribe Montesclaros. Es el nombre oficial. Pero antiguamente podía verse escrito también como Montes Claros e incluso Montes-Claros.
Así es, en el año 1530, el rey Carlos I concedió al señor de la villa, don Rodrigo Mendoza Luna y Pimentel, el título de Marqués de Montes-Claros. Con esa ortografía se conserva en la actual guía de títulos de la Diputación Permanente y Consejo de la Grandeza y Títulos del Reino de España que puede consultarse en su página web[4]. También puede verse en muchos documentos antiguos, en la antigua pila bautismal de cerámica de la parroquia[5] y así está escrito en el Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar, de Pascual Madoz (1850).
Se trata de un topónimo presente en otros puntos de la geografía peninsular. Sin perjuicio de que existan más, enumeramos algunos ejemplos:
- Real Santuario de Ntra. Sra. de Montesclaros, en el sitio de Montesclaros, municipio de Valdeprado del Río (Cantabria).
- Montes Claros, aldea del municipio de Laracha (La Coruña), donde también se encuentra el Pazo de Montesclaros y el Castro de Montesclaros.
- Sierra de Montes Claros (Soria).
- Montes Claros, aldea del municipio de Iznájar (Córdoba).
- Montes Claros, paraje del cerro de las Cuevas de San Miguel Álto, próximo al Sacromonte, en la ciudad de Granada.[6]
- Ermita de Montesclaros, en la antigua población de Santa María de Montes Claros, actualmente despoblado del municipio de Ubierna (Burgos).
- Montes Claros, paraje del municipio portugués de Vila Viçosa, conocido por dar nombre a una importante batalla de la Guerra de Restauración.
El topónimo también pasó a América, siendo los ejemplos más destacados los siguientes:
- El Fuerte de Montesclaros, conocido como El Fuerte, municipio del estado de Sinaloa (México).
- Jesús y Montes Claros de los Caballeros de Vallegrande, conocido como Vallegrande, municipio del departamento de Santa Cruz (Bolivia).
- Montesclaros de Sapan, conocido como Zapán, en la región de Lima (Perú).
- Montes Claros, municipio de Minas Gerais (Brasil).
- Montes Claros de Goiás (municipio de Goiás, Brasil).
En cuanto a la etimología del topónimo, para el profesor Fernando Jiménez de Gregorio, es evidente, por el significado literal de sus palabras, que equivale a cerros blancos[7].
De igual opinión es Eliseo Rodríguez Albarrán, para el que se evidencia un relación directa entre el topónimo y el entorno de la localidad, los montes con abundante piedra marmórea blanca[8].
Esta es la explicación popularmente aceptada en Montesclaros, tanto que es la interpretación heráldica y vexilológica a los colores verde y blanco presentes en sus armas y bandera, tal y como consta en la memoria del proyecto de adopción del escudo y bandera municipal[9].
Para Fr. José Manuel Suárez Díaz O.P., religioso que estudió la historia del Real Santuario de Ntra. Sra. de Montesclaros, a cuya comunidad dominica perteneció, el topónimo Montesclaros tendría una clara connotación religiosa y está en línea con otros topónimos como Peñasacra, Monsagro (se pueden añadir otros como Sacromonte, Montserrat, etc.)
Levanto mis ojos a los montes. de donde me ha de venir mi socorro.
Salmo 120.
Esta antigua tradición bíblica [del simbolismo sagrado de los montes] pasa al cristianismo[10].
Y ésta aportación, la de la vía religiosa defendida por los dominicos del Real Santuario, posiblemente nos de, indirectamente, una pista para una nueva hipótesis acerca del motivo por el que unos alijares que se llamaban Anadinos e Higueruela acabaran llamándose Montesclaros.
La carta de fundación del pueblo es una prueba documental de que el cambio de nombre no fue fruto de la práctica, como suele ser habitual en la toponimia popular, sino por la propia decisión de los señores fundadores don Iñigo López de Mendoza y doña María de Luna, expresada jurídicamente en la carta de poblamiento, censo y privilegio por la que entregó en censo enfitéutico
[…] la dicha heredad de Higueruela con Anadinos que agora se dice Montesclaros[11].
De la redacción de la carta de fundación parece que los duques del Infantado renombraron sus posesiones, desechando los nombres de Anadinos e Higueruela, que también se mencionan en la carta puebla a efectos de identificación del terreno y que quedaron como topónimos menores. Parece obvio, pues el nuevo término municipal nacía de la fusión de los alijares diferentes, la nueva entidad necesitaba un nuevo y único nombre[12].
Explicar el cambio de nombre de su señorío sugiere una nueva hipótesis: Quizás se tomó el nombre de Montesclaros en honor a Ntra. Sra. de Montesclaros. No nos faltan indicios para sostener dicha afirmación, pero el principal es que los Reyes Católicos otorgaron a don Diego Hurtado de Mendoza, padre de don Íñigo, el título vitalicio de Marqués de Campoo[13], que implicaba el señorío sobre la merindad del Campoo, en la que se ubica el Real Santuario de Ntra. Sra. de Montesclaros, patrona de toda la merindad.
Si dicho vínculo no fuese suficiente, se debe añadir que, por su parte, don Iñigo López de Mendoza, cofundador de Montesclaros, aunque no ostentó personalmente la dignidad del marquesado del Campoo, si fue (además de Duque del Infantado) Marqués de Santillana y Conde de Saldaña[14], localidades no tan lejanas del afamado Real Santuario de Ntra. Sra. de Montesclaros.
Ambas circunstancias concurrentes en la persona de don Íñigo, unido a la forma en que se redacta la carta puebla refuerzan la hipótesis de que el nombre del Montesclaros toledano es deudor directo del Real Santuario de Ntra. Sra. de Montesclaros, por deseo expreso de los señores de la villa, manifestado de forma implícita pero con claridad y validez jurídica en la carta de población, censo perpetuo y privilegio por la que fundaron el pueblo y se erigieron en señores jurisdiccionales de la nueva población que agora se llama Montesclaros.
3.- Difusión del topónimo Montesclaros en los territorios de la monarquía hispánica
El descubrimiento y conquista de las Indias Occidentales dieron paso a un nuevo mundo en el que Castilla reprodujo casi de forma calcada su organización política, social, religiosa y también su toponimia. Hay mucho escrito y se podrá escribir aún más acerca de los Toledo que pueblan el nuevo mundo; en Perú existe una Talavera de la Reyna que está en íntima relación con la española; al igual que la Puebla de los Ángeles mexicana, donde se elabora cerámica artesanal conocida como talavera; en los territorios del antiguo imperio español hay otras Ocañas, Oropesas y Torrijos; incluso advocaciones marianas como la Virgen del Guadalupe y la Virgen de la Caridad cruzaron el océano desde Guadalupe (provincia de Cáceres y Archidiócesis de Toledo) hasta México y desde Illescas hasta Cuba, respectivamente, pasando a ser patronas de aquellas naciones. En este impresionante ensanchamiento del mundo hispánico, por haber, incluso hubo sitio para otros Montesclaros. Se tratará a continuación de los casos en los que el topónimo es deudo del pequeño pueblo toledano, o más exactamente, del título nobiliario del señor de la villa.
Don Juan de Mendoza y Luna, III Marqués de Montes Claros (1571 – 1628)
Este noble, señor de la villa (hoy toledana) que daba nombre a su marquesado, comenzó su carrera militar muy joven. Perteneciente a uno de los linajes más importantes de Castilla, y bien relacionado con la corte, obtuvo de la Corona el hábito de caballero de Santiago y el nombramiento de diversos cargos en la península, hasta que en 1603 fue nombrado Virrey de Nueva España.
En dicha posición permaneció hasta 1607, momento en que ocupó el puesto de Virrey del Perú, que desempeñó hasta 1616. Su gobierno en las Indias dejó un buen número de reformas e iniciativas en todos los ámbitos (jurídico, militar, obras públicas, cultural…) pero también recibió acusaciones de corrupción y clientelismo en los juicios de residencia, de las que salió absuelto.
Una vez en España, fue sucesivamente consejero del Consejo de Estado y Presidente de los Consejos de Hacienda y Aragón[15].
Como muchos otros nobles, fue más conocido por su título que por sus apellidos, por lo que el nombre de Montesclaros se replicó en localidades americanas, en obras públicas (el Puente de Piedra o Puente de Montesclaros, en Lima)[16] y, en las Islas Filipinas, incluso se tornó apellido.
El Fuerte de Montesclaros (México)[17]
El origen de este municipio mexicano está en una fortificación, cuya construcción culminó en 1610, sobre la despoblada villa de San Juan de Carapoa. Dicho terreno fue conquistado y perdido para el virreinato hasta que en el año 1605 los misioneros de la Compañía de Jesús, con el padre Andrés Pérez de Ribas a la cabeza, volvieron a estar presentes en la zona. Ante la presencia de misioneros, el virrey de Nueva España, don Juan de Mendoza y Luna, encargó la construcción de un fuerte al capitán del presidio de Sinaloa, Diego Martínez de Hurdaide, quien eligió un cerro y lo intituló «Fuerte del Marques de Montesclaros».
El padre Pérez de Ribas S.I. reconoció la importancia de El Fuerte de Montesclaros de cara al poblamiento al norte de la villa de Sinaloa, pues expresó que se tenía por conveniente que El Fuerte fuese construido en sitio donde los soldados y otros que quisiesen poblar, hallasen comodidad de vivienda, tierras de sementeras, agua, leña, pastos de ganados y caballos para cuando las naciones indias intentasen acometimientos, o rebatos contra españoles. Por su carácter monumental, se esperaba que el nuevo edificio tuviera ante los indios un carácter persuasivo, al poderse refugiar en él tanto los españoles como sus caballos.
El historiador jesuita Francisco Javier Alegre lo caracterizó de esta forma:
Se fabricó sobre un cerro escarpado y fuerte, por naturaleza. Al norte baña sus faldas el río y a los otros vientos se extienden unas vegas de bellísimos pastos. El recinto es bastante para poner en tiempo de guerra, aun el ganado y los caballos a cubierta de todo insulto. La figura es cuadrada, de murallas bastantemente gruesas, para el género de armas de aquellas naciones. Los cuatro ángulos defienden otros tantos torreones, que sirven también de atalayas[18].
El Fuerte original desapareció y lo que hoy puede contemplarse en el denominado Cerro Montesclaros de la localidad es una reconstrucción realizada con fines culturales y turísticos. Lo que pervive con fuerza es la ciudad surgida en torno a él.
La edición de 1995 del Diccionario Porrúa de historia, biografía y geografía de México, da algunos datos sobre el municipio de El Fuerte de Montesclaros. Situado en el estado mexicano de Sinaloa, cuenta con una extensión de 4.034 km² y 86.074 habitantes. Su geografía está determinada por varias sierras y por el río Fuerte, su clima es frío en invierno y cálido en verano. Se cultivan jitomate, caña de azúcar, algodón, cacahuete, ajonjolí, camote, garbanzo, papa, maíz y frijol. Cuenta con importante industria conservera[19].
En un artículo publicado en la página web de la Secretaría de Turismo de Sinaloa[20] se enumeran los múltiples méritos turísticos de esta localidad, que es Pueblo Mágico[21] desde 2009:
Las principales construcciones de la localidad son: El Museo-Fuerte-Mirador (reconstrucción del desaparecido Fuerte del Marqués de Montesclaros), la Iglesia del Corazón de Jesús (s. xviii), Casa del Constituyente (s. xviii), Casa de la Bóveda (s. xviii, actualmente Casa de la Cultura), Mansión Orrantía (1800), Plaza de la Constitución (antigua Plaza de Armas de 1800) y el Palacio Municipal (1907).
Las fiestas más destacadas desde el punto de vista etnográfico son las propias de los pueblos de Los Capomos y en Mochicahui, donde festividades católicas y artesanía indígena presentan un interesante sincretismo.
Otros lugares de interés son los petrograbados de la zona arqueológica del Cérro de la Máscara y las aguas termales de Jipago.
La artesanía del municipio predominantemente desarrollada por maestros de la comunidad indígena yoreme, es una de las más ricas del estado de Sinaloa, destacando los trabajos textiles, tejido de palma, cestería, alfarería, ebanistería y mobiliario.
En cuanto a la gastronomía, destacan platos típicos como: Machaca, caldillo, picadillo, arroz, huacabaqui,barbacoa, tamales de piña, carne, elote y dulce, los chicharrones, callos, albóndigas, filete zarandeado, empanizado oflameado, así como las mariscadas y loslangostinos (cauques) preparados de diferentesmaneras. Y multitud de dulces típicos como pepitorias,jamoncillos, cocadas, capirotada, tacuarines(coricos), coyotas, semitas, melcocha, buñuelos y gorditas de queso.
Jesús y Montes Claros de los Caballeros de Vallegrande (Bolivia)
En la época precolombina, debido a su ubicación, el territorio que ocupa la actual ciudad de Vallegrande se encontraba en constante disputa entre los pueblos quechua, guaraní y chiriguana.
Los españoles iniciaron su exploración e intentaron la fundación de nuevos asentamientos, pero esos intentos se veían frustrados por la acción de los guerreros chiriguanos.
En 1612, el virrey Juan de Mendoza y Luna, III Marqués de Montes Claros, decidió poner fin a esta situación, que inquietaba a la Corona. Para ello, emitió una Cédula Real comisionando a su sobrino, el capitán Pedro de Escalante y Mendoza, con instrucciones para:
[…] fundar una ciudad de que tomareis la posesión en nombre de su majestad el rey don Felipe nuestro señor, que se intitule y llame la Ciudad de Jesús de Montes Claros de los Caballeros.
Nombre que toma tanto del título nobiliario del virrey como de los nuevos privilegios de los que gozarían aquellos que se embarcaran en tan peligrosa empresa:
A los que se obligaren a hacer dicha población y la hubieron poblado y cumplido con su asiento, asimismo se les concede y hace su Majestad, Hijosdalgo de Solar conocido a ellos y sus descendientes legítimos, para que en pueblo que poblaren y en otras cualesquier parte de las Indias, sean hidalgos y personas nobles de linaje y solar conocido (..) Y gocen de todas las honras de los caballeros de Castilla.
El capitán Escalante partió de La Plata con 47 soldados de caballería y sus familias, para la fundación de la nueva ciudad, que se había verificado a comienzos de 1613 [22].
Hoy Vallegrande es capital de la provincia homónima, en el departamento de Santa Cruz de la Sierra. Como el resto de la región, Vallegrande se caracteriza por un mayor peso de la cultura criolla y las tradiciones de la época virreinal, lo que se refleja en la arquitectura popular. En 2012 su población rondaba los 10.000 habitantes. Económicamente es un centro comercial y tiene una floreciente actividad agropecuaria (melocotón, ciruela, manzana, higo, trigo, maíz y cebada)[23] [24].
Montes Claros de Sapán (Perú)
Conocida actualmente como Zapán, se trata de una población integrada en el distrito de Santa Rosa de Quives, en la región de Lima (Perú). No he podido obtener más información, pero cabría esperar que el origen del nombre se debe al III Marqués de Montes Claros, cuando ejerció como Virrey del Perú.
EL lugar, daría nombre a otro título nobiliario diferente al marquesado pero con casi idéntica denominación. Según la guía de títulos de la Diputación Permanente y Consejo de la Grandeza de España y Títulos del Reino, el Rey Carlos III concedió el título de Conde de Montes Claros de Sapán a don Pedro Antonio Palacio de Azaña, regidor perpetuo de Lima y Mayordomo de S.M.[25].
Apellido Montesclaros
El apellido Montesclaros está presente actualmente en Filipinas. Ésto es fácilmente verificable con una búsqueda en cualquier red social global. En este sentido hay que recordar que el archipiélago fue parte del Virreinato de Nueva España hasta la independencia de México. No se sabe el momento histórico en que apareció dicho apellido. Si bien, en las Islas Filipinas el uso de los apellidos se consolidó en virtud del decreto del Capitán General Narciso Clavería y Zaldúa de 1848[26]. Pudo tomarse en el bautismo de los naturales, como un homenaje al Virrey Montesclaros o pudo ser el apellido que tomaron los montesclareños (de ambos mundos) que allí fueron, dado que esa es la forma en que surgen los apellidos toponímicos, cuando se abandonaba la propia tierra para establecerse en otra y el lugar de procedencia de la persona se torna en elemento identificador.
El apellido Montesclaros es también utilizado en la ficción, concretamente en la película mexicana La Llorona (1960) escrita por Adolfo Torres Portillo y dirigida por René Cardona. Se trata de una versión cinematográfica del famoso cuento de terror mexicano. En el largometraje, el villano es el caballero español don Nuño de Montesclaros, el cual, tras seducir a Luisa, una dama novohispana con la que llega a tener hijos, la abandona para casarse con otra dama de origen peninsular, desencadenando una tragedia[27].
4.- Más materiales para una toponimia menor de Montesclaros
ALCAIDE (FONTANA DEL, VIÑA DEL): El origen del nombre puede aludir al apellido Alcaide, del que no hay noticia de implantación en el pueblo, o bien puede tener origen en esta misma palabra, utilizada en su acepción de sinónimo de «carcelero» (RAE), sabiendo que en Montesclaros siempre existió cárcel municipal.
ALISOS: Procede del aliso, árbol que se deba con mayor abundancia, dado que requiere cierta humedad. El topónimo aparece en la relación de fincas desamortizadas al Clero[28].
ALMENDROS (HUERTO DE): En este caso la toponimia está basada en una particularidad de la flora tomada como referencia, en particular, un huerto de almendros en una localidad donde posiblemente fuese el único con esta plantación.
ALTO DEL CABALLERO: Situado en el labrado caballero. Además de la presencia en la localidad del apellido Caballero hasta principios del xx[29].
ARENA: Posiblemente, por ser la zona de donde se extraía la arena para la realización de obras de construcción.
BARRANCO: Por la existencia de este accidente en el relieve del terreno.
BORBOLLO: De borbollón, erupción o salida de agua a la superficie haciendo borbollones (RAE).
CALEROS: Los caleros, los tradicionales hornos de cal que son un signo de identidad de Montesclaros dan nombre al entorno en que se encuentran, las proximidades del camino de Talavera. Cada calero tiene su nombre y su propia historia. Para profundizar en ello se recomienda la entrada sobre este tema del blog la Verdad Cultural de Montesclaros[30]. De gran importancia etnográfica, su estado actual es de verdadero deterioro, estando incluidos en la lista roja del patrimonio toledano de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo[31].
CALVARIO: Calvario es el lugar a las afueras de una población, en el que se erigen varias cruces, generalmente tres, siendo la del medio de mayor tamaño que las otras dos. Es una representación del Gólgota de Jerusalén, el lugar en que fue crucificado Jesucristo, entre dos ladrones. En dicho lugar finaliza el rezo del viacrucis, especialmente en Semana Santa. Recordar que en Montesclaros existieron al menos las siguientes cruces a las afueras del pueblo: La de las Eras, la Cruz de Palo (de madera y seguramente de color verde), la Cruz de Simón y el crucero de la ermita de San Sebastián, que es la única que se conserva. Extraido de la relación de bienes del Clero desamortizados[32].
CANTO DEL LAGARTO: Confundido con el Canto del Rayo en el primer artículo como uno sólo, son piedras distintas, con particularidades geológicas diferentes. El Canto del lagarto cuenta con un agujero y el Canto del rayo está partido en dos. Como el topónimo Cañada de la Culebra, podría ser reminiscencia de los antiguos mitos europeos sobre la serpiente o lagarto que atormenta a una población y devora el ganado, hasta que un héroe le da muerte.
CANTO DE TÍO NICO: Piedra de grandes dimensiones que toma el nombre del propietario del terreno en el que se ubica.
CAÑADA DEL PEREJÓN: Perejón puede ser aumentativo del nombre propio Pedro, a través de Pero y Perico. Perejón se utilizaba como sinónimo de bobo[33]. También existe Perejoncillo y Fuente del Perejoncillo[34].
CEBRAS (ARROYO Y CALLE): Se amplía y corrige lo expuesto en el primer artículo. Cebras es el nombre del entorno del arroyo Las Cebras. La calle Cebras tiene su comienzo en el cauce del arroyo y se sitúa al lado del antiguo complejo «Las Cebras», que contaba con discoteca de verano, bar-restaurante y piscina. La palabra cebra se utilizaba para denominar a los asnos que vivían en estado salvaje o asilvestrados. Hoy sabemos que el cebro o zebro ibérico era una especie animal diferente a los caballos y los asnos; un équido salvaje que vivió en el centro peninsular y que se extinguió debido a la caza, pues su carne y piel fueron muy apreciadas. Es éste el origen de la denominación de las cebras africanas que contraron los marinos portugueses y también el de cientos de topónimos en España y Portugal (v.gr. O Cebreiro, Crebreros, etc.)[35] [36].
CERCA GRANDE: Por la extensión de la finca cercada, hoy en el caso urbano.
CERCA MORAL: Finca cercada caracterizada por la presencia de este árbol.
CERCA DEL MUDO: Por la característica personal del propietario, al estar privado de la capacidad de hablar.
CERCA MULA: Finca cercada identificada, seguramente, por guardar habitualmente este animal.
CERCAS DEL PILAR: Fincas cercadas por muros de piedra próximas a la zona de El Pilar.
CERCA RODEHUELO: Etimología desconocida del topónimo rodehuelo. Se encuentra también en los Montes de Toledo, en un paraje vinculado a la dehesa del Castañar[37]. También se encuentra escrita como Rodrehuelo[38].
CERRILLO: Diminutivo de cerro (RAE).
CHACEROS: Posible corrupción de ceaceros, que és a su vez un vulgarismo de cedaceros, los que construyen cedazos.
CHARCONES: Aumentativo de charcos. Su nombre se debe a la formación de grandes charcos debido a la lluvia. (RAE)
COLADA (LA): Zona colindante con una colada que separa los términos de Montesclaros y Velada. Colada es un tipo de vía pecuaria de carácter consuetudinario, cuya anchura es variable e inferior a las Cañadas Reales[39].
DEHESA DE LOS REBOLLOS: En el anterior artículo se afirma que el nombre se debía a la existencia de rebollos, un árbol de la familia de los robles, cuyo nombre científico es quercus pyrenaica. También que esta dehesa fue de propiedad comunal hasta la desamortización municipal de Madoz. Conviene destacar que hasta ese momento se denominaba Dehesa Boyal[40], que es la denominación genérica de las tierras comunales dedicadas al pasto de ganado, generalmente vacuno (RAE). Si bien es cierto que en la Dehesa de los Rebollos, efectivamente hay este tipo de árboles, se pasó por alto la evidente relación de pronunciación entre ambas denominación, siendo palabras casi homófonas. Pues bien, podemos sospechar que el cambio de denominación hay que verlo en el contexto de la desamortización. Siendo Dehesa Boyal un nombre genérico asociado a monte comunal, que se repite en toda la geografía castellana, y siendo su adquisición en el marco histórico-jurídico de una polémica desamortización, es comprensible que los nuevos dueños quisieran borrar del nombre cualquier rasgo que identificase la finca como de propiedad comunal.
ENCINAS DE HURTADO: Procedente del apellido Hurtado, actualmente sin noticia de su implantación en la localidad. Topónimo extraído de la relación de bienes desamortizados al Clero[41].
ENMEDIO (CALLE): Por ser la única calle que parte de en medio de la plaza mayor, a diferencia del resto de calles que lo hacen desde las esquinas de la misma.
ERAS DEL PUEBLO: Zona de terreno municipal, anteriormente de uso comunal, en la que los vecinos «ponían» su era, para la trilla del grano (RAE). Suelen ser terrenos situados en zonas expuestas a los vientos para facilitar la tarea.
FUENTE DE ABAJO: Situada en el paraje de la «Huyuela» (u Hoyuela), es una construcción del siglo xix. Se trata de un círculo excavado en la tierra, con paredes revestidas de piedra y un graderío para descender hasta la fuente propiamente dicha, que tiene un forma de frontón con piedra labrada y alguna inscripción acerca de la fecha de construcción, hoy muy deteriorada. Situada en un punto bajo respecto del casco urbano del pueblo, siempre se le ha conocido por este nombre. Dicha fuente tiene agua potable de buena calidad, lo que hizo que fuese la preferida por los vecinos para cargar las cántaras para el consumo doméstico. El corto camino desde esta fuente hasta el pueblo era el lugar al que acudían los mozos para propiciar el encuentro con las mozas que iban a por agua.
FUENTE DE PIEDRA: La mayoría de las fuentes no estaban canalizadas por ningún tipo de obra hidráulica, eran simples manantiales que brotaban de la tierra. Por ello, la existencia de una fuente de piedra fue un elemento para la identificación del paraje.
FUENTE DE LA ZORRA: Por zorra, animal que suele denominarse en femenino y muy abundante en la localidad.
HUERTA (LA): Identificación de un tipo de cultivo de regadío ubicado dentro de una zona de secano, en concreto Valonguilla (en el catastro escrito con B).
HUERTOS: Por la existencia de fincas dedicadas a este tipo de cultivos.
LANCHA (ARROYO DE LA, PRADO DEL ARROYO LA): Referido a las piedras grandes, lisas y planas que existen en el entorno (RAE). Según Fernando Jiménez de Gregorio es propio del Oeste de España[42].
MEMBRILLO (RINCÓN DEL): Otro ejemplo más de toponimia en un árbol poco abundante. Es el elemento diferenciador que servía de localizador, tomando el nombre de la costumbre repetida de llamar por este árbol a todo el paraje.
MESA (LA): Es un terreno de poco más de media hectárea ubicado dentro de la Cañada del Madroño. Aquí el término mesa es usado como sinónimo de meseta, terreno elevado y llano, rodeado de valles o barrancos (RAE).
MIRA (LA): En esta zona, cercana a la cima del Cerro Pedro existía un pequeño mirador de ladrillo. Desde allí se divisa el casco urbano, ofreciendo una panorámica que se ha vuelto clásica para fotografías y pinturas.
MOJONERA DE NAVAMORCUENDE: Mojonera es el lugar donde se ponen los mojones que señalan la confrontación entre dos términos o jurisdicciones (RAE). Se trata de una antigua huerta de regadío, situada en la zona de los Llanos y colindante con el término municipal de Navamorcuende.
MORALILLOS: Diminutivo de moral, por la existencia de éstos pequeños árboles.
MORALÓN: Aumentativo de moral, en referencia a este árbol.
MURADANES O MURALANES: Sinónimo de basurero o estercolero (RAE).
NOGAL (CALLEJA DEL ): Al igual que en el almendro y el membrillo, el nogal, árbol poco común en el pueblo, servía de localizador y así dio nombre al entorno.
PARAÍSO: Topónimo popular del siglo xx para designar a una parcela rústica en el paraje de Suerte de la Dehesa. El nombre lo toma debido a las mejoras introducidas, consistentes en construcción de edificios agrícolas, pozo, plantación de arbolado, viña, etc. que transformaron radicalmente lo que originariamente era una simple parcela secano y pasto.
PASADERAS: Zona con piedras dispuestas para atravesar, a pie enjuto, un charco, arroyo cauce de agua, etc. (RAE).
PILAR (EL): Es el paraje denominado oficialmente como Egido o Ejido del Pilar, es conocido más popularmente desde finales del siglo xx simplemente como El Pilar. En dicho paraje se celebran las misas en honor de la Virgen del Pilar, cuando el tiempo lo permite. Pero el nombre no se debe a la advocación mariana, es anterior a dichas celebraciones. Por tanto, puede deberse a la existencia de un pilón o abrevadero en dicho paraje comunal, debido a esta acepción del término (RAE).
PIÑUELAS: Por la existencia de esta planta de crecimiento espontáneo, que se conoce por otros muchos nombres y el científico es sempervivum tectorum. También puede ser corrupción de viñuelas.
PORTILLO DE SANTA MARÍA: Portillo es un camino angosto entre dos alturas y en otra acepción es paso o vado (RAE). De Santa María podría provenir porque fuese una finca perteneciente a alguna cofradía dedicada a la Virgen María o a la propia iglesia parroquial, dedicada a la la Virgen Santa María, en su advocación de Ntra. Sra. de los Remedios.
PORTUGUESES (CERCA DE LOS): Casi con seguridad por haber pertenecido a alguna familia procedente de este país. También podría deberse a un mote de la familia propietaria o al apellido Portugués, aunque no conocemos que hubiese tenido presencia en la localidad.
POTROS (CALLEJA DE): Calle estrecha (RAE) a la que da su nombre el plural de la cría del ganado equino (potro).[43]
POZO DE LOS MOROS: En la toponimia castellana, se atribuye muchas veces a los moros elementos anteriores la dominación musulmana de la península. Podría ser el caso, pues se entiende que es un pozo de gran antigüedad. Por otro lado, el apellido Albarrán, del hispanoárabe al-barrani (mozo soltero dedicado al servicio en el campo), presente en Montesclaros, parece ser de origen mozárabe, ésto es hispanos cristianos que permanecieron bajo dominio musulman[44].
POZO ROMANO: Denominación popular, relativamente reciente de un pozo muy antiguo, situado junto a la fragua y el camino real. El brocal es de piedra y está cubierto por bóveda de cañón.
POZÓN (EL): Se denomina así a un pozo público de grandes dimensiones situado en las Eras. El pozo cuenta con varias pilas escalonadas.
POZANCO.- Poza que queda en las orillas de los ríos al retirarse las aguas después de una avenida. (RAE).
POZUELO (REGUERO DEL, CERCA DEL): Al sustantivo pozo se le añade el sufijo -uelo, que tiene sentido diminutivo. Esto es, pozo pequeño. (RAE).
PRADO DE LA CASA DEL CURA: Prado situado en la Dehesa de la Casa del Cura.
PRADO DE LAS ERAS: Por estar próximo a las Eras del pueblo.
PRADO ZAHURDAS: Zahúrda es una palabra de origen germánico para denominar a las pocilgas o las majadas. (RAE).
REGUERO CABALLERO: Cauce de agua que cruza el labrado Caballero.
SANTO, ERMITA DEL SANTO, FUENTE DEL SANTO, VEGA DEL SANTO: Al igual que en Huerto del Santo, ya visto en mi primer artículo, puede deberse a la proximidad a la Ermita de San Sebastián a que fuesen propiedad vinculada a esta ermita o la antigua cofradía de San Sebastián.
SUERTE DE LA DEHESA: Finca de menor tamaño situada en la Dehesa de los Rebollos.
SUERTE DE LAS MINAS PERDIDAS: En el paraje de los Carrascales. La denominada cueva de la Cabezuela es, con mucha probabilidad una antigua mina. La extracción de piedra es una actividad que se remonta a tiempos remotos en la localidad. El topónimo ha sido extraído del listado de bienes desamortizados al Clero[45].
SUERTES: Parte de tierra separada de otras por sus lindes. Según Fernando Jiménez de Gregorio es un topónimo presente en la zona Oeste de España y tiene reminiscencias en las sortis, las tierras asignadas por Roma a los visigodos en Hispania[46]. Otro origen más inmediato también podría encontrarse en que son parcelas adjudicadas mediante sorteo, ya sea por herencia u otro sistema legal de reparto de bienes.
TEJAR: Sitio donde se fabrican tejas, ladrillos y adobes. Ya dijimos en el término «barreras» que la elaboración de ladrillos de adobe fue una actividad usual en Montesclaros hasta mediados del siglo xx. Este topónimo nos da el indicio de que con anterioridad también se fabricaban tejas.
VALDELUNA (PARAJE Y FUENTE): Seguramente es el término más poético de la toponimia montesclareña. Literalmente significa Valle de la Luna. Es inevitable establecer la relación de este topónimo con el apellido del linaje de la fundadora, la duquesa doña María de Luna, hija del condestable don Álvaro de Luna.
VALDETIÉTAR: Topónimo en completo desuso. Antiguo nombre de la tierra en la que posteriormente se fundó Montesclaros. Es mencionado en un informe del Concejo, Justicia y Regimiento de la villa de Montesclaros contenido en un expediente judicial sobre el cobro de las alcabalas, del año 1609[47].
VALLAO.- Corrupción de vallado, finca cerrada con una valla.
VENERO.- El venero es una manantial de agua que circulaba por una pequeña acequia paralela a la carretera de Montesclaros a Segurilla, hoy parcialmente destruida. Venero precisamente significa manantial, fuente, etc (RAE). Su etimología exacta, determinada por Fernando Jiménez de Gregorio es manantial de agua roja[48]. Y tiene todo el sentido, si atendemos que el venero está próximo al arroyo Bermejo y que transcurre por un paraje de tierra rojiza.
5.- Valderrabias, un nombre ficticio para Montesclaros
Así como Leopoldo Alas Clarín utilizó el nombre de Vetusta para referirse a Oviedo en su novela «La Regenta», existe un pseudónimo literario para Montesclaros. Lo afirma en sus estudios el Dr. Villacorta Hernández en un artículo[49] sobre un tratado de contabilidad elaborado en el siglo xix por el contador del Ministerio de Hacienda don Manuel Víctor de Christantes y Cañedo, un hidalgo cántabro afincado en Madrid. En su estudio sobre este tratado, el Dr. Villacorta afirma:
Respecto a los lugares en que se desarrolló su obra destacamos los siguientes. El primer libro fue escrito en Montesclaros, impreso en Madrid, y se vendía en dos librerías de la capital. Montesclaros es una población española de la Sierra de San Vicente en las Tierras de Talavera, provincia de Toledo fundada en 1491 (Rodríguez Albarrán: 1984). No obstante, no sabemos dónde se escribió el tercer libro, pero fue impreso en Madrid.
Esta circunstancia es fácilmente contrastable, pues el primer tratado es un clásico de la literatura contable española, llegando a estar publicado tanto en la página web de la Biblioteca Nacional[50] como en la del Banco de España. [51]
El mencionado tratado de contabilidad se titula «Primera y última lección de Partida Doble para los que saben el sistema sencillo de contabilidad» y fue escrito en Montesclaros, en el año 1825. En él se enseña como efectuar registros contables mediante el sistema de partida doble. Esta técnica contable, vigente en la actualidad, consiste en que por cada asiento se registra tanto el cargo como el abono en cada cuenta afectada.
El contador Christantes defiende en su tratado que tiene un origen español remoto (en las ferias ganaderas de Medina del Campo) y fue olvidado. Este es un típico argumento de los ilustrados españoles, el plantear las innovaciones como recuperación de antiguas tradiciones españolas. Así, por ejemplo, presentaron los diputados liberales a la Constitución de Cádiz (1812).
El tratado es esencialmente didáctico y utiliza un formato de casos prácticos, para lo que se sirve de un mercader ficticio (el judío Jeremías Hernández), asentado en una localidad ficticia (Valderrabias) y que posee intereses comerciales en diferentes puntos de la geografía española y europea, con mayor presencia de localidades toledanas (Toledo, Illescas, Ocaña y Yepes).
De este modo, el encabezamiento de cada caso práctico o nota contable siempre es el mismo, el lugar donde se toma razón del asiento contable: En Valderrabias, a…
Así pues, para el Dr. Villacorta, el pueblo de Valderrabias sería una recreación literaria de Montesclaros, así como Jeremías Hernández lo sería del propio autor, De Christantes.
Resulta grata y simpática la teoría del Dr. Villacorta, pero también hay pruebas en contra de que Valderrabias sea nuestro pequeño pueblo toledano. No conocemos la vinculación del Sr. De Christantes Cañedo con un lugar tan remoto como Montesclaros. Quizás poseyó bienes allí; o pasó temporadas en él. Si no conocemos ninguna de estas circunstancias es inevitable tener dudas acerca de si el Montesclaros en que escribió el tratado es realmente el de Toledo o, de otro modo, habría que plantearse si el lugar en el que escribió su tratado de contabilidad se trata del Montesclaros de Cantabria, lugar mucho más cercano a su tierra natal.
Por otro lado, hay indicios que llevan a pensar que Valderrabias no es el pseudónimo de una localidad real, sino meramente un recurso literario para la reiteración de una expresión contenida en en la edición publicada en la página web del Banco de España, en un apartado que titula «Media confesión», en la que deja un duro mensaje destinado a alguien desconocido para el lector, pero al que el autor se dirige en primera persona:
En vano son tus intentos, en-balde-rabias, porque ni tú sabes el origen del sistema...
De este modo llega a reprochar a ese destinatario desconocido, con el que parece tener enconadas diferencias por motivos técnico-contables, en relación con el dominio del sistema de partida doble, muy posiblemente otro contador.
De este modo, podría afirmarse que el pueblo ficticio de Valderrabias (en-balde-rabias) no es un trasunto del Montesclaros toledano, sino otro tipo de recurso literario por combinación de palabras.
NOTAS
[1] Estrofa de un Himno a Montesclaros (1998).
[2] J. Malagón Barcelo, «Toledo y el Nuevo Mundo en el siglo xvi», Anales Toledanos n.º 2 (1968), RABACHT, pp. 89-128.
[3] F. Cano Núñez, «Propuesta para una toponimia de Montesclaros», Toletum n.º 64 (2022). RABACHT, pp. 273-292.
[4] https://diputaciondelagrandezaytitulosdelreino.es/guiadetitulo/?b
[5] Sobre la tapa, también de cerámica, viene escrita la frase «Soy de la Yglesia de Montes Claros».
[6] Fernández Andújar, Francisco José. Anotaciones de una historia del barrio de las cuevas de San Miguel Alto, El Independiente de Granada, 10 de diciembre de 2023.
[7] F. Jiménez de Gregorio, «Materiales para una toponimia de la provincia de Toledo (Ocho)», Anales Toledanos, nº 42, 2006, p. 272.
[8] Eliseo Rodríguez Albarrán, La Cibeles y Neptuno vinieron de Montesclaros, Autoedición, 1986, p. 15.
[9] https://ayuntamientodemontesclaros.com/wp-content/uploads/2016/11/escudo-y-bandera-de-montesclaros.pdf
[10] Suárez Díaz, José Manuel. El Santuario de Montesclaros: Los orígenes. Cuadernos del Campoo, Ed. Ayuntamiento de Reinosa, cuaderno 19, volumen 6, año 2000.
[11] Eliseo Rodríguez Albarrán, Montesclaros V siglos de vida, Imprenta Ebora, 1983, p. 41-58.
[12] Aunque son muchos los ejemplos de nombres compuestos de pueblos.
[13] Según consta en la guía de títulos de la Diputación Permanente y Consejo de la Grandeza de España y Títulos del Reino que puede consultarse en línea: https://diputaciondelagrandezaytitulosdelreino.es/guiadetitulo/?b
[14]Carrasco Martínez, Adolfo «Íñigo López de Mendoza, II Duque del Infantado», en Real Academia de la Historia, Diccionario Bibliográfico electrónico, en red Íñigo López de Mendoza | Real Academia de la Historia (rah.es)
[15] Latasa Vassallo, Pilar, «Juan de Mendoza y Luna», en Real Academia de la Historia, Diccionario Biográfico electrónico (en red, https://dbe.rah.es/biografias/13761/juan-de-mendoza-y-luna)
[16] https://elcomercio.pe/luces/aniversario-de-lima-el-puente-de-piedra-o-de-montesclaros-simbolo-de-la-ciudad-noticia/
[17] Mi agradecimiento a Eloy Barajas Martín (coordinación de Humanidades y Biblioteca de la Embajada de México en España), por su ayuda en el proceso de documentación e información.
[18] López Castillo, Gilberto (Coord). El Patrimonio Histórico y Arqueológico del Antiguo Fuerte de Montesclaros. Instituto Nacional de Antropología e Historia de la Universidad Autónoma de Sinaloa y Ayuntamiento de El Fuerte, 2009.
[19] Diccionario Porrúa de historia, biografía y geografía de México, Ed. Porrua, México, 1995, sexta edición, pp. 1168-1169.
[20] https://pueblosmagicos.mexicodesconocido.com.mx/sinaloa/el-fuerte-sinaloa/
[21] Título que se otorga a localidades con especial interés turístico efectuada por el gobierno mexicano. Equivalente nacional al ciudad patrimonio de la humanidad que concede la UNESCO.
[22] Franco, David Alejandro. Revista Aportes de la Comunicación y la Cultura n.º 32, Ed. Fundación Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra, agosto de 2022, pp. 93-97.
https://ojs.upsa.edu.bo/index.php/aportes/article/view/386/372
[23] https://gamvallegrande.gob.bo/
[24] https://es.wikipedia.org/wiki/Vallegrande
[25] https://diputaciondelagrandezaytitulosdelreino.es/guiadetitulo/?b
[26] https://dbe.rah.es/biografias/26643/narciso-claveria-y-zaldua
[27] https://es.wikipedia.org/wiki/La_Llorona_(película_de_1960)
[28] Boletín Oficial de la Provincia de Toledo de fecha 06/06/1844, p. 4.
[29] Comunicación oral L. Cano Díaz (1998).
[30] https://laverdadculturaldemontesclaros.blogspot.com/2012/03/los-caleros-y-la-industria-dela-cal-en.html
[31] https://www.realacademiatoledo.es/downloads/lista_patrimonio/8/caleros-de-montesclaros.pdf
[32] Boletín Oficial de la Provincia de Toledo de fecha 06/06/1844, p. 4.
[33] https://raicesdeperaleda.com/diccionario/perejan/p-670
[34] Boletín Oficial de la Provincia de Toledo de fecha 06/06/1844, p. 4.
[35] https://es.wikipedia.org/wiki/Zebro
[36] https://www.abc.es/sociedad/20150827/abci-cebro-iberico-caballo-201508262111.html
[37] P. López Pita, «El Castañar. Dehesa relevante de los Montes de Toledo», Anales Toledanos, nº 26, 1989, pp. 181, 187, 188 y 205.
[38] Boletín Oficial de la Provincia de Toledo de fecha 06/06/1844, p. 4.
[39] Art. 6.c) de la Ley 9/2003, de 20 de marzo, de Vías Pecuarias de Castilla-La Mancha (BOE n.º 132 de 03/06/2003).
[40] Eliseo Rodríguez Albarrán, Montesclaros V siglos de vida, Imprenta Ebora, 1983, p. 176-181.
[41] Boletín Oficial de la Provincia de Toledo de fecha 06/06/1844, p. 4.
[42] F. Jiménez de Gregorio, «Materiales para una toponimia de la provincia de Toledo (UNO)», Anales Toledanos, nº 34, 1997, pag. 175.
[43] Este topónimo ha sido encontrado en el Anexo I de la ordenanza municipal de caminos públicos del Ayuntamiento de Montesclaros publicada en el Boletín Oficial de la Provincia de Toledo n.º 144 de fecha 26 de junio de 2001. En dicho anexo se contiene el catálogo de caminos públicos y su clasificación en tres categorías. La toponimia de estos caminos se corresponde con las localidades de destino de los mismos (Segurilla, Buenaventura, Lanzahita, Parrillas, Velada, Hontanares, Sotillo, Navamorcuende) o con los parajes por los que discurre (Atalillas, Pilar, Rengel, Cerro de la Higueruela, Nogal, Cruz de Palo y Colada). Sólo Potros es una denominación auténticamente propia de la vía.
[44] Boletín de la Sociedad Toledana de Estudios Heráldicos y Genealógicos n.º 3, 1983, p.15.
[45] Boletín Oficial de la Provincia de Toledo de fecha 06/06/1844, p. 4.
[46] F. Jiménez de Gregorio, «Materiales para una toponimia de la provincia de Toledo (Nueve)», Anales Toledanos, nº 44, 2008, p. 229.
[47] Eliseo Rodríguez Albarrán, Montesclaros V siglos de vida, Imprenta Ebora, 1983, p. 173 y 174.
[48] F. Jiménez de Gregorio, «Materiales para una toponimia de la provincia de Toledo (Nueve)», Anales Toledanos, nº 44, 2008, p. 277.
[49] M.A. Villacorta Hernández, «Defensa de la aplicación de la partida doble por un autor del siglo xix: Manuel Víctor de Christantes y Cañedo». DE COMPUTIS Revista Española de Historia de la Contabilidad Spanish Journal of Accounting History Nº. 17, Diciembre 2012, p. 79. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4730606 [consultado 21/11/2023].
[50] Un ejemplar del primer tratado de contabilidad objeto del estudio puede consultarse en el siguiente enlace del repositorio del la web de la Biblioteca Nacional: https://datos.bne.es/edicion/bima0000026718.html consta el nombre de Montesclaros en la firma de libro, que se encuentra en la página 21 del pdf.
[51] Otro ejemplar se encuentra en el repositorio del Banco de España, en el que la expresión «en-balde-rabias» cobra un nuevo sentido: https://repositorio.bde.es/handle/123456789/19853