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Revista de Folklore número

521



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Estudio histórico artístico de los bienes muebles de la iglesia del Santo Espíritu, Santibañez de la Sierra, Salamanca

DEL BARRIO LUNA, Alejandra

Publicado en el año 2025 en la Revista de Folklore número 521 - sumario >



Resumen

La iglesia del Santo Espíritu de Santibañez de la Sierra es un inmueble localizado en la población del sur de la provincia de Salamanca que cuenta con un conjunto histórico-artístico de bienes muebles documentados que han sido recientemente revalorizados con su restauración cerrando el ciclo de conservación del inmueble. Los valores culturales que posee el inmueble y los bienes que contiene merecen un estudio pormenorizado contextualizando los mismos dentro del arte salmantino porque son una adaptación popular del arte clasicista y barroco del foco de la ciudad de Salamanca. El conjunto está formado por un retablo mayor, dos retablos colaterales y tres esculturas monumentales anexas a ellasde diversa procedencia además de las recién adquiridas al taller de Arte Cristiano.

Palabras clave. Iglesia del Santo Espíritu de Santibañez de la Sierra. Retablo. Documentación. Restauración.

Abstract

The church of the Holy Spirit of Santibañez de la Sierra is a building located in a southern town of the province of Salamanca. It has a historical-artistic set of documented property that has been recently revalued, closing this way the conservation cycle of the property. The cultural values of the building and the goods it contains deserve a detailed study, contextualising them within the local art because they are a popular adaptation of the classicist and baroque art of the city of Salamanca. The whole set is formed by a main altarpiece, two collateral altarpieces and three monumental sculptures attached to them; beside three exempt sculptures from diverse provenance, further to the recently acquired artworks of the Christian Art workshop.

Keywords. Church of the Holy Spirit of Santibañez de la Sierra. Altarpiece. Documentation. Restoration.

1. Introducción

La iglesia de Santo Espíritu de Santibañez de la Sierra, Salamanca, es un inmueble de una nave con cabecera de testero plano y arco toral de medio punto, con contrafuertes traspuestos, que divide el espacio entre una armadura de cubierta de lazo y la de la nave de par y nudillo con tirantes. En los pies de la iglesia se conserva la torre del campanario, con dos campanas de bronce con melena de madera, que cuenta con un acceso a través de una tribuna de nueva construcción. El vano de entrada es un arco de medio punto bajo pórtico sostenido por dos columnas y un espacio exterior delimitado con sillares y acceso por una escalinata.

Todo el inmueble está construido en granito con fábrica de mampuesto con cadenas de sillar en las esquinas excepto en la sacristía que tiene todo el paramento de sillares. Está documentada la construcción en los libros de fábrica, conservados en el Archivo Diocesano de Salamanca, del templo actual en 1629 dilatándose los pagos hasta 1699[1]. En este lapso de tiempo se documentan dos períodos constructivos, uno desde 1629 hasta 1652 donde aparece una finalización del pago de la fábrica con un total de 216,628 maravedíes y otro desde 1653 hasta 1699 con un total de 294,052 maravedíes. Posiblemente esta diferencia constructiva entre la cabecera y la nave sean estos dos pagos en distinto período.

El campanario, por los restos conservados en los paramentos, se puede identificar como una torre aislada con una habitación anexa que en la actualidad está unificada. Según consta en la documentación ya estaba en 1629 porque se adquiere una primera campana en 1635 y la segunda en 1636[2] , fecha en la que también se manda construir una escalera de madera y clavos para acceso.

La rehabilitación del inmueble se realizó bajo concurso licitado desde la Junta de Castilla y León con fecha de finalización 2003[3].

2. El retablo Mayor

El retablo Mayor de la parroquia de Santibañez de la Sierra se enmarca dentro de un estilo clasicista local en madera de nogal con una mazonería realizada sobre estuco de embolado y dorado al agua en las molduras y paneles junto con decoración bicolor en rojo y azul al temple.

Está compuesto por predela, primer cuerpo y ático en tres calles en la predela y en el primer cuerpo mientras que el ático cuenta con una sóla hornacina. Es un retablo de pincel realizado en lienzos sobre madera en la predela, primer cuerpo calle de la izquierda y ático mientras que en la calle central y en derecha del primer cuerpo la policromía se hace sobre tabla. Las tablas están unidas a hueso y reforzadas por estopa en la parte delantera y travesaños con clavos de cabeza bilobuladas fijados desde el frontal de la pintura. La técnica pictórica utilizada es temple en la calle central del primer cuerpo, que es una tabla de fondo de una escultura, y el resto de lienzos y tablas policromados al óleo.

La mazonería está realizada en madera con corte tangencial con trabajo de sierra de hoja y talla por medio de gubias y formones en los motivos decorativos por las marcas de herramientas . Hay una diferencia además en la técnica del retablo, los plintos de la predela tienen motivos circulares en dos planos , los fustes de las columnas de tipo entorchado y las contrapilastras de acanaladura muerta son de trabajo técnico arquitectónico de relación proporcional y simétrico junto con un acabado formal acorde a los órdenes clásicos. Sin embargo los capiteles corintios adolecen de un simplismo y sencillez propia de una interpretación del arte clásico desde focos secundarios de carpinteros localizados en pequeños núcleos urbanos.

Dentro de los libros de fábrica[4] encontramos referencias a un primitivo retablo, denominado como viejo, al que en el año 1643 mandaron hacer un frontal y retocarlo en dos ocasiones, 1649 y en 1662, con un coste de 408 maravedíes. Este retablo viejo coexistió con el retablo nuevo, el actual clasicista que se conserva en la cabecera, aunque no nos consta referencia su ubicación ni descripción[5] pero sí el rodapies para el altar que tuvo un coste de 187 mrs[6].

Del retablo mayor consta el encargo y finalización del pago en 1662 al carpintero ubicado en San Esteban de la Sierra, Juan Hernández, con un pago de 3451 mrs por el altar y unas cruces.

El retablo ha sufrido una remodelación y recolocación de las piezas en la cabecera con la restauración de 2003 que eliminó todo anclaje estructural original a la pared y las uniones en las piezas por ensambles sustituyendo por clavos. Esta intervención provocó una fracturación y separación en bloques de las tablas estructurales junto con el desplome de la obra sobre el testero plano y que fue el motivo principal de la actuación de restauración.

El retablo a pincel fue concebido en origen con tablas estucadas que serían policromadas al óleo. Dichas tablas sólo fueron realizadas la de calle derecha con la representación de Gregorio Magno y la Inmaculada Concepción. Sin embargo por un motivo que se desconoce el resto de pinturas fueron sustituidas por lienzos clavados sobre tablas ya preparadas con aparejo. La tela es de lino en trama de 1/1 con un diámetro entre 15 /26 micron y una longitud entre 20 / 50 mm encoladas con cola orgánica sobre el aparejo y reforzada la unión por clavos metálicos. Estos lienzos tienen el tema iconográfico de la Adoración de los Pastores y la Adoración de los Magos en la predela, San Franciso de Asís y Santa Teresa en la calle izquierda y en el ático la Crucifixion.

Como se detalló en la factura de la tabla central del primer cuerpo que fue serrada parcialmente para incluir en nuevo sagrario es un temple con gloria y ángeles alados que seguramente corresponda con la presencia de una talla de la Virgen de la Asunción[7].

El retablo en el momento de la restauración tenía tres elementos externos al propio mueble insertos dentro de la mazonería. El primero era un sagrario barroco salomónico, del siglo xviii, que pudo pertenecer a la ermita de San Juan y por el que se ha modificado la predela eliminando la parte central y adaptando el banco de obra aplacado en granito . Por la tradición oral de la localidad su origen pudo estar en una de las ermitas de la localidad aunque no consta en los libros de fábrica referencia al mismo. Por sus dimensiones es un retablo en sí mismo de época salomónica realizado en madera de nogal policromada en dorado al agua y con esgrafiado en tonos rojos y azules del Barroco Pleno. Fue repolicromado completamente debido a las alteraciones sufridas por exposición a filtraciones directas de agua que provocaron una pérdida del 90 % de la policromía. El repolicromado fue realizado con un estuco sintético y purpurina. En el tratamiento de restauración se consolidó estructuralmente y se reintegró con técnica discernible y reversible.

En el retablo mayor estuvieron ubicadas en las calles laterales durante mucho tiempo dos esculturas de madera que eran de la desaparecida ermita de San Juan. Este inmueble fue desamortizado del que se conserva la documentación en el A.H.N[8] puesto que no quedan restos del edificio excepto las laudas de mármol[9] atribuidas a y en las que se conserva parte de la inscripción:

«OMNIPOTENS) INGRESSUM NOSTRUM RESPICE CLEMENS QUISQUI SERVUS ACCESERIT) ABEA FILIUS LLEAS PIA JUVABIT) IBIQUE QUOD POPOSCERIT IMPETRABIT THEOBALDO (GALLICI) QUONDAM COMITI BELGICAE T.N.Y IMP(ERATOR) C(ARDUS) M(ARTELLUS) REX PEPULIT HONOR GALLIAE ANNO DCCXXIII»[10]

Las esculturas de San Juan y San Marcos son obras realizadas en madera policromada en el siglo xvii que contrastan en su talla escultórica y en técnica pictórica. La escultura de San Juan está realizada en madera de pino en un único embón con una policromía en el vestido de lámina metálica de plata esgrafiada en tono rojo y manto azul sobre lámina metálica dorada donde se nota la huella de los esgrafiados vegetales desgastados. Todo tiene un borde dorado y el reverso está policromado con temple con estrellas . Posee una peana con pletina de acero y clavos de hierro dulce para procesionarla. La talla perdió el atributo del águila de la peana aunque conserva la copa dorada con el águila sobresaliendo de la misma. La escultura de San Marcos está realizada en madera de nogal con la técnica de varios embones encolados y unidos por esgigas de madera de 14 mm de diámetro[11] lo que contrasta con el rostro de la escultura unido a hueso con encolado orgánico y una espiga metálica. La policromía de San Marcos del siglo xvii adolece de una calidad inferior con un temple con lámina metálica al mixtion de planta sobre el mismo lo que ha provocado la sulfuración y desgastes muy acusados. Ambas esculturas sufrieron un repolicromado para solventar las alteraciones de las obras [12] con temple de huevo para las vestimentas y un óleo mate sobre el pulimento de las carnaciones directamente sobre la capa pictórica barroca que carecía de barniz. La intervención consistió en establecer el sistema de correspondencia de policromías para devolver las obras a un estadio histórico de creación de la obra y que se ajustase al contexto histórico-artístico de la obra. Las obras se volvieron a dotar de la funcionalidad original con uso procesional a San Juan para la Asociación de Mayores de Santibañez de la Sierra con la fiesta el 24 de junio.

3. Retablos colaterales

Los retablos colaterales están dedicados a Nuestra Señora del Rosario y San Blas con esculturas devocionales que formaron parte de sendas cofradías fundadas en el siglo xviii[13]. Ambos retablos están compuestos por un basamento de fábrica de ladrillo con aplacado de granito apomazado realizado a mediados de siglo xx para lo que los desmontaron y quitaron los anclajes entre las tablas y a la pared lo que había provocado el desplome y fracturación de las piezas portantes.

En los libros de fábrica no consta la realización de la mazonería por contrato ni pago pero por la técnica escultórica y método de ensamblaje se pueden poner en parangon con el retablo de San Valero, retablo colateral de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Valero[14]. Lo que sí se conserva sin embargo es el pago por la policromía de ambos retablos, realizada en 1767[15] que certificaría la relación a 1764 como posible fecha de construcción. Las obras fueron iniciadas en la policromía en 1775 y acabado el pago en 1778 por la documentación recogida en los libros de fábrica actuando como donante D. Francisco Gomez[16] con el pago de 110 reales por el de San Blas y 150 reales por el retablo de Nuestra Señora del Rosario. Este benefactor aparece en otras referencias documentales como partícipe de las Cofradías y pagos en relación con las obras en la iglesia[17] .

Formalmente los retablos tienen una planta semihexagonal está compuesto por una calle calle con predela , prmer cuerpo con hornacina central y dos hornacinas laterales, un remate de medallón con la gloria celestial enmarcando el Espíritu Santo y las potencias como cierre. Está realizado en madera de grosor de tablón de 2 a 3 cms excepto en los pilares, las estípites delanteras, que son embones de madera maciza con cuerpo central de un tronco con duramen y albura en el exterior. La predela consta de unas ménsulas en las zonas estructurales con paneles de cierre decorados con motivos vegetales insertos en rectángulos. El primer cuerpo tiene una hornacina de arco semicircular con decoración pintada en el interior y tallada en el extrados del arco, toda ella de tipo vegetal. Enmarcando esta hornacina se encuentran dos estípites decoradas con rameado que finaliza en cabezas de querubines aladas con cimacio elongado sobre ellos y entablamento liso con ménsulas de sostén de la moldura de remate del retablo. En los paneles laterales de cierre del primer cuerpo del retablo de San Blas se localizan dos hornacinas sobre ménsulas de ángeles alados realizadas con arcos de medio punto en el interior decorados con motivos vegetales y sobre el arco con la presencia de formas estilizadas de raíz natural mientras que en los de la Virgen del Rosario son talla vegetal decorativa.

Ambos retablos contaban con un repinte blanco de forma parcial en los planos del retablo. Este repinte visualmente se observa con una película pictórica inferior de tono azul con barniz oxidado. Debido a la totalidad del repinte y la aplicación de criterio de correspondencia de policromías se decidió analizar el estado de conservación de la película pictórica para decidir devolver la historicidad al eliminarlo o la necesidad de conservarlo por la ausencia o mal estado de conservación de la capa pictórica original puesto que el repinte no afecta a los dorados ni al temple rojo, las otras dos técnicas pictóricas de retablo. En el caso del retablo del Rosario tras el análisis el criterio fue dejar el repinte en todas aquellas zonas donde se localizaba, planos azules – rostros de querubines y medallones de plata corlada, debido a la inestabilidad del estrato inferior pulverulento o la ausencia del mismo. En el retablo de San Blas a simple vista se observaba la aparición de ampollas y escamación en el repinte blanco pero debajo de dichas escamas aparecía el tono azul del temple graso barroco en buen estado de conservación por lo que se pudo recuperar la policromía original del siglo xviii en el rico cromatismo azul, rojo y dorado al agua .

4. Esculturas de los retablos colaterales

Los retablos colaterales tienen como imágenes titulares las esculturas de Nuestra Señora del Rosario y San Blas.

San Blas es una talla románica del siglo xiii que fue modificado para adaptarlo a la iconografía del santo con gran importancia dentro de la localidad por la celebración anual con celebración y procesión siguiente. La escultura posee un repolicromado del siglo xvii similar a la técnica utilizada en el San Juan, consta de esgrafiados sobre lámina metálica imitando ricos bordados con cabujones. La obra fue repintada en el siglo xx afectando a la calidad técnica de la obra imitando esta policromía clasicista alterando gravemente el bien cultural sin posibilidad de recuperación.

La escultura de Nuestra Señora del Rosario es una talla de virgen gótica del siglo xiv muy modificada a lo largo de la historia de la misma para adecuarla al culto. Junto con la imagen de San Blas no hay documentación referida a ellos aunque la adecuación al gusto y su uso desde el momento de la creación sugieren una gran devoción. En la documentación parroquial consta un pago de 4 reales en referencia a «otros santos» que quizás sean las actuaciones de policromía y adecuación en 1767 para la colocación de las obras en las hornacinas de los altares[18]. Los estudios analíticos realizados a la obra durante su restauración han podido desarrollar el avatar artístico de la talla en un interesante postulado de análisis conservativo del valor de la obra. Es una obra de iconografía de Virgen glikofilousa realizada imitando las vírgenes crisoelefantinas con cierta curvatura. Talla gótica del siglo xiv del que conserva la policromía original del rostro de la Virgen y del niño con diferencia estratigráfica al resto de la talla fue readecuada entorno a 1480 con un retallado de la obra y conservando las fracturas de la peana durante el repolicromado y adicción de una base para uso procesional con el añadido de otra peana hexagonal anclada por medio de hierros dulces internos de tipo hexagonal, los mismos que reforzaron el anclaje del Niño Jesús y que se diferencian de los de madera de unión entre embones. Es en este momento cuando el Niño Jesús es cubierto en su desnudez con un vestido de lino de trama 1/1 y policromado con lámina metálica al mixtion. En el siglo xvii por el desgaste sufrido en los esgrafiados de bermellón en los bordes del manto de la Virgen hizo que se readerezaran con una policromía de puntas de diamante y joyas. Será en el siglo xviii cuando se modifique estructuralmente la obra para ubicarla en el actual retablo de la nave. Se le añadió una peana de madera de pino policromada con pan de plata y potencias doradas al agua. Fue usada como Virgen vestidera lo que provocó alteraciones en la policromía por el roce del rostrillo, tallado de la cabeza para la corona y perforaciones para la colocación de los postizos. Destaca en la obra que pese a sus avatares históricos conserve de época original la policromía de las carnaciones de los rostros de la Virgen y el Niño lo que demuestra la gran valoración que siempre tuvo la escultura.

5. Cristo del Humilladero

Quizás la obra de mayor calidad técnica y relevancia dentro del templo es el Cristo del Humilladero[19], hoy colocado en la cabecera mayor en una ménsula pétrea creada para tal fin. Es una escultura singular de período gótico, siglo xiii o principios del siglo xiv que avanza ya el naturalismo y serenidad propios de un momento especial dentro de la historia del arte[20]. La escultura nos narra la historia perdida del templo para el que fue concebida y donde se albergó hasta la ruina del mismo. Como datos históricos tenemos los libros de la cofradía de la Vera cruz , dos tomos uno desde 1720 a 1750 y otro de 1827 a 1884 [21]. En dicha documentación o se hace referencia a ningún bien mueble siendo referencias a los cargos de la cofradía, los bienes que posee donados por los miembros como terrenos o ropa litúrgica así como oficios celebrados.

La talla está anclada en una cruz de madera sin policromar no original adaptada en tamaño proporcional muy estrecha. La escultura es de reducidas dimensiones, apenas mide un metro de altura, y posiblemente tuviese anexo una caja de retablo con puertas cerradas para albergar la talla y exponerla en los momentos litúrgicos concretos de la pasión. Estilísticamente es una imagen serena y llena de paz como Cristo que ha cerrado todo el ciclo narrativo con el fin trágico de su muerte que se torna ya feliz por la redención de la humanidad a su consta. Es por tanto un Cristo[22] místico que avanza el tema final de la Resurección y que llama a la serenidad y amor propios de un período cercano y humano de la iglesia católica del siglo xiii. Consta de una policromía semigrasa sobre madera y una anterior intervención de restauración por fracturación tras una caída en una procesión que provocó separación de los embones de los brazos y fractura de las falanges.

6. Otros bienes muebles

En el resto del templo sólo se conservan dos piezas muebles más de cierta antigüedad y además hay que valorarlas no sólo por su uso litúrgico sino por su valor histórico. La conservación del tenebrario es algo excepcional porque son piezas utilitarias y esta en concreto lleva en uso desde 1665[23] que se realizó hasta mediados de siglo xx por los restos de papel que servían como anclaje a los candelabros metálicos nuevos colocados. Está realizado en madera de nogal y realizado con ensambles a media madera.

Por último se conserva un confesionario barroco datado según la documentación en 1761[24] y que está situado en la actualidad en el bajo coro.




BIBLIOGRAFÍA

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NOTAS

[1] A.D.S. 340 /21. Se detallan los pagos de la fábrica de cantería en todas las cuentas anuales desde el año 1629 aunque el libro empieza a estar legible desde 1632. El volumen de los pagos totales a lo largo de casi toda la centuria suele ser un valor entre 7000 a 10000 maravedíes.

[2] Idem.

[3] La obra fue adjudicada a la U.T.E. Agua y Medio Ambiente S.A. Y Asfalto y Construcciones ELSAN S.A. , a través de la Consejería de Fomento con Expediente 37 / 38. Recuperado desde www.bocyl.jcyl.es nº 123/2003.

[4] A.D.S. 340/21. «Mando Juan D. Almayordomo que dentro de dos meses primeros siguientes haya de hacer un frontal para el altar de la qual bendo pareciere y las ropas de los mismos como estando para exam. Myr» en 1649 se pagan las obras del frontal con un total de 221 maravedíes .

[5] Idem pag. 45 v. «Retablo viejo. De adereçar el retablo viejo quatro cien tos y ocho mrs. 408». En este año de 1649 se llevaron a cabo las obras de mejora y cuidado de los bienes muebles con dorado de cálices, la paz por lo que se pagó a los doradores 102 mrs.

[6] Idem pag. 45 v. «Rodapies. Del rodapies del altar ciento y ochenta y siete mrs»

[7] Dentro del panorama artístico salmantino de período clasicista contamos con dos retablos mayores de misma época y de talleres de mayor relevancia como son el retablo mayor de la Asunción de Linares de Riofrío y el retablo de la Asunción de Valero, atribuido a Antonio González Ramiro

[8] La ermita ya no estaba en uso en el xix como consta en el Diccionario geográfico- estadístico – histórico de España y sus posesiones de ultramar de 1845-1850, de Pascual Madoz sólo figura como edificio eclesiástico la iglesia de Santo Espíritu no estando ya en uso por tanto la ermita del humilladero y la de San Juan.La documentación referenciada es un libro de la iglesia parroquial y una reclamación por el importe pagado por el bien desamortizado. La referencia documental es ES.28079.AHN/3.2.2.1943 // FC Mº_HACIENDA,4913,Exp.110.

[9] Las lápidas fueron conservadas en una colección particular hasta que las donó al Ayuntamiento en donde queda una copia impresa tras ser llevadas al Archivo Provincial.

[10]Cuya traducción es: «Padre Omnipotente, mira clemente nuestro ingreso, el que se acerque como siervo pase a ser hijo; la muerte piadosa ayudará y allí lo que pida alcanzará (dedicado) al que en otro tiempo fue dichoso conde de Bélgica. Echólo de la tierra mandándolo Carlos Martel rey de Francia el año 723

[11] La técnica escultórica , los pies de la obra y composición, y sistema de refuerzo de los embones es el mismo sistema que las obras clasicista de San Pedro y San Juan Bautista del Retablo Mayor de Nuestra Señora de la Asunción de Valero.

[12] Las lagunas de policromía en San Juan por el ataque de xilófagos y desgastes en San Marcos en la plata al mixtion

[13] Archivo Diocesano de Salamanca referencia 340 / 22 en las cuentas a partir de 1750.

[14] Las molduras vegetales de marco de las hornacinas son iguales que las halladas en el retablo de Gracia, actual de San Valerio, en Valero localizado en la epístola y del que consta la información documental en Archivo diocesano, nº 371-22 Libro de fábrica , Valero, pag. 48 con año de creación de 1764.

[15] A.D.S. 340/22 109 v. «Cofa Ntra Sra Rosario. Mas ochenta realies que se dieron al dorador por florear la caja de la cruz y act a dorar del arco del Rosario , consta de recibo, 80 r.»

111v. «Retablo de San Blas. Quien se le pasan enelezados doscientos por concluir la paga del retablo de San Blas, 200»

En 1776 recogido en la página 133 d. se detalla «Notese que a este año se doro y pinto el retablo de obras para a devocion a espensas de D. Fran Gomez Benefdo que fue de este lugar y al presente de el de Castroverde»

«Paga del retablo . Ciento quarenta y siete reales de la última paga del dorado y pintado del retablo de San Blas. 110 r.»

[16] Según la epigrafía del la moldura de la predela del retablo de San Blas

[17] A.D.S. 340 / 22 , página 136 v. en el año 1778 se recoge el fin del pago del retablo de San Blas:

«D. Fran Gomez Benefdo de Castro Verde 190 mrs» «Yten de la cargas ciento y cinqta r. qe dio de limosna aesta Yglesia porq aunq ledejo mil ohociento y cinqta dio en data, quando le doro el Retablo de Ntra Sra en tiempo de mi antecesor y a mi poder vinieron los ciento y cinqta los q junto a los ochocientos y cinqta componen los mil que dio de dmonsta de esta yglesia Dn Fran Gomez Bene que fue de esta 150»

[18] A.D.S. 340/22 110 d «Otros santos. Mas quatro reales que se pagan en Miranda por los santos otros. 4 r».

[19] No hay notificación de la talla dentro de los libros de fábrica de la Cofradía de la Vera Cruz del humilladero pero en los libros de fábrica del templo del Santo Espíritu hay una relación al retablo del Cristo que por la importancia de la obra y su calidad puede ser atribuible a la escultura conservada. Quizás haya que atribuir el retablo que se realizó en el período barroco para el Cristo de los difuntos fuese para el actual conocido como del Humilladero.

A.D.S. 340/22 109 v. «Retablo del Xto. Mas trescientos sesenta reales y beinte mrs que costo el retablito del Christo de los difuntos, con las piezas que se añadieron a la caja de la cruz, consta todo de recibo del maestro. 360_20».

[20] Documentado en la publicación de Cea Gutierrez, A.,Temporalia. El mal vencido. Santos contra Demonios, Diputación de Salamanca, 2015, pag. 150 y sig.

[21] A.D.S. 340/28 – 340/29.

[22] Los actuales estudios de clasificación de la tipología de crucificados bajo medievales castellanos están de la mano de D. Julia Ara Gil10 que separó los marcados de naturalismo siguiendo los escritos de místicos que relacionan el dolor de Cristo con el sufrimiento de la sociedad de los patiens11, muy abordados desde estudios europeos. Así mismo se clasifican a través de sus diferencias formales distintos elementos (la cruz, el titulus, el perizonium, el suppedaneum…) y al propio Cristo (colocación del cuerpo, los brazos, la cabeza, y, por supuesto, la posición de los pies y número de clavos) . Según dicha categorización podemos hablar de un Crucificado místico en el que el sufrimiento es pausado y contenido que proclama a la piedad en su majestuosidad no dejando trasladar el grado humano más allá que lo esencial.

Posteriormente Angela Franco12 estableció una categoría ampliada de los Cristos Crucificados góticos , la primera tipología son los derivados del Crucificado de Perpiñan y se asimilan a los crucificados Dolorosos o patiens, la segunda el grupo castellano que son crucificados místicos de tipología específica, la tercera los crucificados navarros y por último los crucificados andaluces.

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[23] A.D.S. 340/21. «Tenebrario. Del tenebrario que se izo nuevo me costo 544».

[24] A.D.S. 340/22 pag 89 d.



Estudio histórico artístico de los bienes muebles de la iglesia del Santo Espíritu, Santibañez de la Sierra, Salamanca

DEL BARRIO LUNA, Alejandra

Publicado en el año 2025 en la Revista de Folklore número 521.

Revista de Folklore

Fundación Joaquín Díaz