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Revista de Folklore número

516



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Leyendas y tradiciones populares en la localidad cacereña de Calzadilla

FERNANDEZ SORIANO, Jara / RAMOS RUBIO, José Antonio

Publicado en el año 2025 en la Revista de Folklore número 516 - sumario >



I.- Leyendas

1.- Milagro del Cristo y el lagarto

A los vecinos de Calzadilla se les llama popularmente «lagartos», un apodo que les viene de un hecho milagroso que le atribuyen a su Cristo de la Agonía: la aparición de un monstruo por los campos de Calzadilla, matando a rebaños y pastores, hizo que un pastor se encomendara al Cristo de la Agonía, que convirtió su cayado en un trabuco cargado que le permitió eliminar al monstruo. Como ya hemos explicado, en la ermita del Cristo, aún pueden verse restos de lo que dicen fue el animal. Y en recuerdo de esta hazaña, a la entrada del pueblo se realizó un monumento de bronce de un lagarto y el pastor, inaugurado en 1994. Representación de la tradición popular del pastor y el lagarto.

Según la tradición, en el siglo xviii en los alrededores de esta localidad de pastores había muchos reptiles, y especialmente un lagarto tan grande que diezmaba los rebaños, y engullía a algún pastor que anduviese descuidado o que había osado hacerle frente, de modo que los habitantes de la localidad andaban atemorizados. Uno de éstos, de nombre Colás, se topó cierto día con el maligno animal, que hizo ademán de atacarle, tras despedazar a uno de sus perros. Colás se encomendó entonces al Cristo de la Agonía, que milagrosamente convirtió su cayada de pastor en una escopeta o trabuco; otros dicen que fue una ballesta, con la cual, y de un certero disparo, acabó con la bestia. Una vez muerto el lagarto, el arma se rompió, mientras Colás escuchaba una voz sobrenatural que decía: « Rota quedarás para que a nadie mates más». El agradecido Colás decidió ofrecer como presente a su Divino Protector la piel del animal, de la cual, aunque carcomida por los años, aún pueden verse algunos retazos en la ermita del Cristo.

La tradición nos dice que la imagen del Cristo procede de Roma. Tal justificación deriva de la pretendida nacionalidad italiana del escultor de la segunda mitad del siglo xvi –Luchas Mitata– a quien se le atribuye la escultura. Sin embargo, un romance escrito entre los siglos xvii y xviii desmiente el posible origen romano con otra procedencia que no deja de ser fantasiosa[1].

Otra versión, ésta más verosímil cuenta que al encontrarse algunas ovejas muertas en los mismos rediles, se conmovió todo el lugar, pues en aquella comunidad de pastores, la supervivencia dependía de la suerte o desgracia que puedan correr los rebaños; de ahí que el hallazgo conmocionó a todo el lugar: Durante la noche un extraño animal penetraba en los apriscos y mataba a las mejores ovejas.

Se reforzaron las vigilancias y pudo descubrirse al causante de los hechos: una especie de gigantesco lagarto que se acercaba a los desprevenidos animales y los sangraba para beber la sangre y comer sus despojos. Se formó entonces un destacamento de voluntarios y de noche hicieron frente a su enemigo. A la luz de una luna de primavera lo descubrieron. Unas fauces provocativas se abrían ante los estremecidos vigilantes. Las escamas óseas rechazaron los primeros disparos y todos pensaron que se trataba de un monstruo invencible. Por fin al abrir la boca alguno tuvo la fortuna de encajarle un carabinazo en ella, provocándole la muerte. Cuando lo llevaron al pueblo como trofeo acordaron curtir su piel y entregarla como agradecimiento al Cristo que había propiciado el éxito de su empresa.

Un romance más actual relata, en malos versos, la tradición del pastor y el lagarto: Esta leyenda se une –según algunos– a la presencia en la población de un indiano, natural de Calzadilla, que una vez enriquecido en las Américas volvió a la población y pudo traer la cría de uno de estos saurios, que al crecer sembró el pánico en la población. Este calzadillano del que se tiene noticias como pasajero a Las Indias es el dominico reverendo Fray Tomás Ortiz. De él dice el también sacerdote Vicente Navarro del Castillo: «Estaba en Salamanca en 1510, en la isla de Santo Domingo en 1516 y en Méjico en 1526, de donde era Vicario General de su Orden. Vino a España en 1528, regresando de Nuevo Méjico con 20 religiosos. Este mismo año fue nombrado Obispo de Santa Marta y al regresar a España para ser consagrado murió en 1532»[2]. ¿Fue este prelado el indiano al que se une la leyenda? ¿O fue otro personaje desconocido, de los muchos que de las Tierras de Coria emigraron clandestinamente a América, quien trajo el lagarto a su pueblo, si es que volvió? Sea como fuere, lo cierto es que todos los años –en la segunda quincena de septiembre– se celebra en Calzadilla la fiesta del Cristo, patrón de la localidad.

En realidad, el caimán fue el regalo de un familiar del Licenciado Toribio Gómez de Santiago, que se encontraba en América. Después de ser disecado, el fundador de la iglesia mandó colocarlo a la entrada. Y durante mucho tiempo sirvió como símbolo de identificación del pueblo, que; al igual que los calzadillanos, eran conocidos popularmente como lagartos.

El pueblo es conocido por el Lagarto de Calzadilla. Según la historia que se narra en la localidad, un pastor pidió a la imagen del Cristo de la Agonía que su cayado se convirtiera en una escopeta, para poder matar a un gran lagarto que se estaba comiendo a sus ovejas. Existen restos de dicho animal en el museo de la localidad.

Aunque no existe constancia documental de ello, ya que los archivos municipales fueron quemados por las tropas francesas en la Guerra de la Independencia Española.

2.- La tradición del pozo

En Calzadilla existe otra tradición –conocida como Tradición del pozo– que también tiene como protagonista a una niña que es salvada por intercesión del Cristo. Con una enseñanza moral al final, dice así:

Estando un día en la Ermita

en sus inocentes danzas

al pozo cayó una niña

tras una dulce naranja.

Con los gritos de dolor

de la familia afligida

subió al Cristo la plegaria:

que la niña de su amor

no pereciera allí ahogada.

Imposible de explicar

el modo en que aquella niña

sobrevivió sin nadar

por las bajas galerías.

Salida encontró a otro pozo

apareció sana y salva,

llena la niña de gozo

y en la mano su naranja.

Un vestido de la niña

hasta los años cincuenta

se conservó en esta ermita

como una sencilla ofrenda.

II.- Fiestas locales

1.- Romería

Se celebra el segundo lunes de Pascua y consiste en una romería de marcado carácter festivo en la dehesa El Rebollar, a la cual se llega en procesión con la imagen de Ntra. Sra. de la Bellota, tras la cual se oficia una Misa Mayor que da paso a un gran día de animación y convivencia al que acude la mayoría del pueblo.

2.- El Cristo

La festividad en honor al Cristo de la Agonía se celebra el tercer fin de semana de septiembre. Aprobado por un acuerdo plenario, celebrado el día 12 de septiembre de 2016.

Son las fiestas patronales de la localidad de marcado carácter religioso, cuya culminación es la Misa Mayor celebrada el domingo en honor al Sto Cristo de la Agonía, aunque en los días anteriores prima el ambiente festivo con verbenas, festejos taurinos, juegos de animación y talleres para niños. Son fiestas muy concurridas, en las que la figura del toro juega un papel relevante para el discurrir de la misma. Para el mismo, se habilita en la plaza del pueblo un coso taurino (también sale por las calles). El domingo antes se celebra el ofertorio. Una misa y luego ofrendas a la Virgen. Bailan las mondas al son del tamboril. Las fiestas patronales constituyen el acontecimiento festivo de participación más numerosa del Calzadilla, dada la presencia en la mayoría de ellas de población emigrante que retorna al pueblo durante esta época. Verbenas, celebraciones religiosas, competiciones deportivas, festivales taurinos hacen de estas fiestas un lugar apetecible para visitar en esta época del año.

3.- Santa Catalina

Se celebra el 25 de noviembre, aunque algunos años se suele retrasar para hacerlo coincidir con el fin de semana más próximo. Se celebra también la quema del capazo en la plaza de la localidad, en la que los quintos queman los capazos y luego ofrecen dulces típicos, acompañados de aguardiente casero, vino de pitarra y licores a todos los vecinos que asisten a los actos.

Se celebra una Misa Mayor y una procesión con la Santa, para dar paso a la tradicional Matanza Extremeña, que se lleva a cabo en la Plazuela del pueblo y a la que están invitados todos los vecinos y forasteros que lo deseen. Hacia media tarde tiene lugar el encendido de la tradicional «Hoguera de los Quintos».

Por último, mencionar «Las Velás» por San Blas, aunque ya no se celebra.

Los platos más típicos de Calzadilla son:

En las matanzas tradicionales se elaboran embutidos típicos de éstas como: patateras; farinatos; morcillas de Quico; morcillas de calabaza; chorizos y salchichones.

En la repostería, destacan dulces que se elaboran durante celebraciones como bodas, bautizos y comuniones: floretas; borrachos; buñuelos o pestiños; perrunillas grandes y pequeñas. Otros dulces típicos son magdalenas o los famosos bollos de leche. Otros dulces típicos son magdalenas, los famosos bollos de leche (dulce típico elaborado durante los días próximos al Lunes de Cruces, Romería).




NOTAS

[1] El romance se encuentra en la ermita. Véase nuestro trabajo RAMOS RUBIO, J. A: Historia y patrimonio de Calzadilla, Cáceres, 2022.

[2] NAVARRO DEL CASTILLO, V: La epopeya de la raza extremeña en Indias. Mérida, 1978.



Leyendas y tradiciones populares en la localidad cacereña de Calzadilla

FERNANDEZ SORIANO, Jara / RAMOS RUBIO, José Antonio

Publicado en el año 2025 en la Revista de Folklore número 516.

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