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Revista de Folklore número

512



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Las fiestas y las tradiciones populares del Casar de Cáceres (Cáceres)

RAMOS RUBIO, José Antonio

Publicado en el año 2024 en la Revista de Folklore número 512 - sumario >



La fiesta es un fenómeno de gran complejidad debido a los elementos que la conforman, por ello es necesario destacar de manera breve y analítica las diferentes celebraciones que tienen lugar en Casar de Cáceres. El recorrido que realizaremos en este sentido permitirá tener una visión general sobre las diferentes perspectivas y propuestas para el estudio de los rituales festivos.

El horizonte plural que presentan las fiestas ha provocado que se hayan encontrado la creación de identidades, el reforzamiento del orden social, los desgastes económicos, así como los reflejos de la estructura social que se manifiestan a través de las fiestas y/o en su papel como transmisoras de mensajes simbólicos. Las fiestas casareñas de origen secular refuerzan acontecimientos, trabajos o relaciones sociales que se presentan en la misma vida ordinaria, sólo que en el evento festivo éstos son resaltados a través de ciertos atributos cargados de un gran simbolismo.

En lo relativo a las festividades religiosas, entra en escena la diversidad, la exclusión o la desigualdad, así se desdobla o acentúa la pertenencia al género, la etnia, la población. Un ejemplo de la importancia de las fiestas para el reforzamiento de identidades colectivas lo presenta Casar de Cáceres, donde se resalta el orgullo de pertenecer a una institución religiosa como la Cofradía de la Vera Cruz, por poner un ejemplo, en este caso, a la religión católica, y por otra parte se exalta a las imágenes sagradas en tanto se ha conformado como un elemento simbólico que ha pasado a formar parte de la identidad del municipio.

Otras fiestas que resaltan la identidad son las que conmemoran hechos históricos, reviviendo momentos que tratan de permanecer en la memoria de las personas como hazañas heroicas, tal es el caso de la Fiesta de la Independencia casareña.

1.- Las fiestas de «El Ramo»

«El Ramo» se celebra el primer domingo de septiembre, fiestas ya que eran coincidentes con el fin de la cosecha agropecuaria y era cuando los hombres volvían del campo con algunos días de descanso para contratar nuevas siembras. Festejaban la buena cosecha. Esta fecha se ha mantenido durante todos los años. La religión se halla situada en la misma raíz de la cultura, las manifestaciones culturales están relacionadas, muy intensamente, con el hecho religioso. Las relaciones aparecen de forma nítida en las fiestas, es la celebración cultural por antonomasia de este municipio. La fiesta y la religión son algo connatural y a un necesario al ser humano. Esta fiesta implica diversos aspectos que configuran al ser humano casareño: cuerpo, espíritu, sociedad, juego, porque la fiesta es el reino de la espontaneidad y la totalidad, nada mejor para conocer los seres humanos y los modelos culturales que los hombres construyen.

Los mayordomos y diputados de la Cofradía de Ánimas, realizan el primer domingo una mesa de ofrendas: la Mesa del Ramo. Las ofrendas son ofrecidas por los vecinos del pueblo. Son subastadas y el dinero recogido serán invertido principalmente para las necesidades del cementerio aunque si considera el mayordomo puede destinar para algunos fondos a la iglesia. En la mesa podemos encontrarnos embutidos caseros, licores de la zona, la torta del Casar, dulces caseros y platos típicos realizados por la mayordoma y diputadas de la Cofradía.

Es importante señalar que desde la Antigüedad el culto a los muertos arraigó profundamente en las diferentes civilizaciones, apareciendo en las religiones y sociedades tribales, y evolucionando hasta la actualidad en celebraciones religiosas y paganas. Con el nacimiento del Cristianismo se sacralizan muchas prácticas mortuorias primitivas, surgiendo términos como el paraíso o la vida eterna, el hombre alcanzaría estos estados purgando sus faltas, surgiendo el culto a las Ánimas del Purgatorio[1].

En los últimos años, en torno a la fiesta, se realizan varios tipos de festejos que comienzan a finales del mes de agosto, con el jueves de Ramo y terminan con el día de Extremadura, entre los que destacan los festejos populares, el desfile de peñas, pregón de fiestas, bailes, vaquillas y festival taurino, actividades deportivas para todas las edades, la tradicional «Mesa del Ramo».

El jueves noche se pueden disfrutar de conciertos en la Plaza de la Palmera. El viernes de Ramo, los casareños disfrutan del tradicional desfile de peñas ataviados con el mismo atuendo y acompañados de la charanga desde la Plaza de las Palmeras hasta la Plaza del Ayuntamiento. Allí disfrutarán de la verbena popular después del pregón de apertura oficial de fiestas. Comenzamos el sábado de Ramo con la vaquilla del aguardiente sobre las 8 de la mañana. Y finalizamos el sábado con la verbena popular en la Plaza de las Palmeras. El domingo de Ramo es el día grande para los casareños con la Mesa del Ramo anteriormente explicada. El lunes, fiesta local del municipio se celebra la fiesta del agua, junto a la estatua de Helénides.

Todos los días van acompañados de capeas al estilo tradicional y actividades para los más pequeños.

Las fiestas del Ramo son las más esperadas por los casareños cada año. Son días distintos, en los que la gente se aleja de la rutina y aprovecha para pasar buenos ratos en compañía de familiares y de los amigos. Las fiestas del Ramo son populares entre los pueblos de la Mancomunidad Tajo-Salor, Cáceres y otros municipios próximos.

El aspecto más destacado es su arraigo a una tradición centenaria, la Mesa del Ramo, de la que se tienen noticias desde el siglo xvii[2], continuando una época de esplendor para el patrimonio del Casar de Cáceres con las obras de ampliación de la iglesia parroquial gótica, y se construirá una parte nueva, dotándola de capilla mayor y torre. Desde el año 1550 se mejora y amplía el hospital de la localidad, conocido como Hospital de San Juan de Letrán, tal como queda reflejado en el testamento de D. Rodrigo Pérez «el Arcediano», sacerdote oriundo de Casar que ejerció en América hasta su fallecimiento. El hospital era una obra pía destinada a los más pobres, y peregrinos que hacían el camino de Santiago. Además, con parte de la herencia del «Arcediano», Casar podrá adquirir una casa para «pósito de granos», como él demandaba. Se ubicó en la Calle Larga, junto al actual Ayuntamiento, se identifica por su fachada de granito y el escudo representando 3 llaves, escudo relacionado con el pósito. Desde la Pragmática de 1584 se ordenaba que en los Ayuntamientos hubiera un arca con tres llaves diferentes «en la qual se meta todo el dinero que tuviere el pósito, y hubiere procedido y procediere del pan de él»[3]. Las llaves quedarían en poder de la Justicia, un regidor, y un depositario, no pudiéndose sacar o meter dinero sin que estuvieran los tres presentes. Además, el escribano del Ayuntamiento daría fe de ello, «(…) lo siente en un libro que estará en la dicha arca, firmando todas las partidas que se metieren o sacaren»[4].

Además, a mediados del siglo xvi hubo un importante aumento de la población, la iglesia parroquial se rehabilitará y se construirá una parte nueva, dotándola de capilla mayor y torre.

Como hemos explicado anteriormente, desde la Antigüedad, el Ramo de Ánimas tiene un profundo contenido antropológico y religioso, pues expresa la necesidad de purificación de los muertos, ayuda a purgar la pena, y conseguir la vida eterna después de la muerte. Cuando llega el Cristianismo se acogen nuevos conceptos como infierno, paraíso y la creencia en la vida eterna que hasta entonces no existían. Para conseguir la vida eterna el hombre debe purgar sus pecados. Con ello surge la idea de Purgatorio, donde se va creando una enorme tradición: el culto a las Ánimas Benditas del Purgatorio que el Casar de Cáceres enlaza con el culto a las Ánimas del Purgatorio, tan enraizado en el municipio.

Desde el siglo xix, se ponían a la venta decenas de productos para ser subastados. La cofradía de la Vera Cruz, con más de 500 años de historia, se encarga de mantener viva esta costumbre el primer domingo de septiembre, coincidiendo con el final de las tareas campesinas. De esta forma, los trabajadores agrícolas agradecían las buenas cosechas y llevaban hasta esta popular mesa algunas viandas. Hemos de tener en cuenta que la sociedad medieval de Casar era eminentemente agraria, desde el punto de vista económico, y muy desequilibrada, desde el punto de vista social, es evidente que la presencia de fueros o privilegios (Sancho IV, 1291) no podían terminar con los conflictos generados por la propiedad y el uso de la tierra, en una comunidad dedicada esencialmente a actividades agrarias.

La Cofradía de las Ánimas del Casar de Cáceres es una institución secular, representan la expresión de la necesidad de purificación del alma en la tierra. Según documentación existente en el Archivo Catedralicio de Coria-Cáceres (iglesia parroquial de Casar de Cáceres), la Cofradía de Ánimas ya estaba establecida en el año 1550, en el testamento de don Rodrigo Pérez, Arcediano de la Archidiócesis de Lima (natural de Casar de Cáceres), lega los bienes pecuniarios para misas de la Cofradía de Ánimas del Purgatorio, aunque el I Libro de Cuentas de la Cofradía date del 6 de septiembre del año 1610[5]. La Cofradía está constituida por dos mayordomos y ocho diputados, si bien todos los vecinos son candidatos a conformarla por mandatos anuales, cualquier vecino puede ser mayordomo y existe un Libro de Actas. La mayordomía se reserva a matrimonios de cierta edad o que previamente han sido diputados, que deberían ser cuatro matrimonios jóvenes. Al terminar el mandato se eligen a otros mayordomos y diputados de la siguiente forma: cada pareja de diputados aporta el nombre de tres matrimonios adecuados para el cargo y mediante un sorteo se eligen los cuatro matrimonios. Para el cargo de mayordomo el proceso es parecido, donde participan los mayordomos salientes y el cura, realizándose la elección el domingo de Ánimas (último domingo de noviembre, antes del Adviento) celebrándose una misa de sufragio en la que publican los nombres de los miembros de la Cofradía entrante. Los actos que anualmente celebra la Cofradía de Ánimas son la Ronda de Reyes, Misas de Difuntos, Reparto de la Bolla y la Mesa del Ramo, obligaciones ineludibles que se han mantenido durante siglos.

Hoy día, la Mesa del Ramo es el acto central de las fiestas de El Ramo, que se celebra cada año en la casa de los mayordomos que dirigen este colectivo. Que hasta hace algunos años era el eje sobre el que giraban las celebraciones festivas, ahora es un acto más dentro de ellas. Con el paso de los años, las fiestas han ido consiguiendo ese renombre que las caracteriza por llenar las plazas y las calles de música durante varios días, y por haber conservado una tradición centenaria donde se mezcla la antropología, la historia y el folklore tradicional. Las Fiestas de «El Ramo» requieren la organización de la Mesa de Ramo de Ánimas, mesa de ofrendas compuestas principalmente por donativos de los vecinos y familiares a las que tienen la responsabilidad de la mayordomía de la Cofradía de Ánimas. La singularidad de ésta es hacer una Mesa de Ofrendas sin que tras ella haya una deidad, es una mesa de ofrendas por las Ánimas Benditas. Una de las características tradicionales de la Mesa es rodearla con las cuatro bancas de ánimas, de madera tallada, donde solían sentarse las autoridades, familiares o cofrades; también se requiere que la Mesa esté rodeada de cuatro ramas de encinas, que en la víspera se habían cortado y clavado en el suelo simulando una acertada estética rústica.

Concluimos considerando que de tradición oral recogemos que la fiesta tiene reminiscencia celta, en la recogida simbólica del árbol y su fruta como resumen de todo tipo de cosecha; aunque dada las condiciones climatológicas del entorno, no es admisible considerar que la Fiesta esté destinada a la celebración de frutos de árboles, ni como el recuerdo ancestral a los árboles y sus frutos. La versión más acertada es que la Fiesta del Ramo culmina un año de rito religioso, de compromiso de creyentes representados por la Cofradía de las Ánimas. El mayordomo de la cofradía organiza una mesa de ofrendas, compuesta por las mejores viandas, frutas y guisos decorados. Las familias participan adquiriendo un plato en subasta en la Mesa, los productos son pujados y degustados. Una fiesta que responde a rituales antropológicos, los vecinos visten con sus mejores galas, es un día festivo que se vive en comunidad, todos participan en la fiesta taurina. A pesar de mantener la tradición, también el municipio se ha adaptado a las actividades lúdicas de los últimos tiempos, incorporando a los festejos los bailes, las máquinas de feria, etc.

2.- La ofrenda al Niño-Dios y la Ronda de Reyes

En otros tiempos, el día que se celebra el Nacimiento de Cristo desfilan por la tarde las típicas cuadrillas de mozos y mozas cantando villancicos. Eran celebres las «cuadrillas de los artistas» (artesanos, modistas, costureras, zapateros, carpinteros), que entonaban cantos y se acompañaban por instrumentos musicales. La cuadrilla era atendida por el Alcalde en el Ayuntamiento, que era la primera visita que hacían. Después, recorrían las calles y los vecinos les obsequiaban con dulces y pastas.

Entre Año Nuevo y la Adoración de los Reyes, la Cofradía de Ánimas desfila por las calles a la caída de la tarde. El cortejo está integrado por el mayordomo de la Cofradía, sus diputados, familiares, tocando guitarras y campanilla, y se guardaban los donativos en un capacho[6]. El cortejo se detiene ante las casas, los dueños de las casas en unión con los cofrades entonan esta copla:

Las cuentas de tu Rosario

son balas de artillería,

que todo el infierno tiembla

al decir Ave María…

Y esta otra:

La cárcel del Purgatorio

es terrible y espantosa,

las almas que allí padecen,

suspiran y no reposan.

Por tanto, la Ronda de Reyes es quizá el acto más significativo de la Cofradía de Ánimas. Durante los primeros seis días del año el mayordomo y los diputados, acompañados de sus familiares varones, al anochecer recorren las calles rezando y cantando por las Ánimas Benditas, ofreciendo una impresionante imagen de respeto. Todos visten una capa de paño negro y se alumbran con la luz de dos faroles que portan los diputados, a los que precede el tañido de una esquila que anuncia su llegada. Se detienen en todas las casas donde repiten un mismo saludo: Ánimas Benditas, ¿se canta o se reza?, y ante la petición de los moradores, el mayordomo y los diputados rezan Padrenuestro y Ave María o entonan una de las tradicionales coplas de Ánimas, al final reciben una limosna. La Ronda de Ánimas termina la noche de Reyes en la casa del mayordomo con un convite. A excepción de algunos años a principios del siglo xx cuando se prohibieron los Cantos de Ánimas, esta singular tradición se ha mantenido siempre con escasas modificaciones.

3.- El reparto de la Bolla

Es una actividad piadosa que se lleva a cabo el día antes del Domingo de Ánimas (primer domingo de mayo). A mediados del siglo xx esta práctica congregaba a los niños en la puerta de la iglesia, allí las diputadas que vestían con riguroso luto repartían a los niños la Bolla de Ánimas, un panecillo con granos de anís. Con ello se pretendía paliar las necesidades propias en una época de carestía. En la actualidad se sigue repartiendo la Bolla entre niños y mayores por parte de las diputadas tras la bendición de las mismas por el párroco.

4.- Misa de difuntos

Dentro de las celebraciones anuales hemos de mencionar las dos misas por el Sufragio que se hacen el primer domingo de mayo y el último de noviembre dedicadas a los difuntos. En ellas, la Cofradía de Ánimas preside el acto su estandarte, vara y faroles. Las diputadas hacen la ofrenda de pan y cera, mientras que al término de la ceremonia se realiza una procesión por el interior del templo parroquial. Durante todo el año se ofician, a expensas de la Cofradía, dos misas cada mes por los difuntos.

5.- Otras celebraciones y romerías

El Carbote: Así se conoce al hecho de asar castañas la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre, festividad de los Santos muy común en la geografía extremeña. Estamos convencidos de que lo lúdico en la cultura tiene muchas implicaciones y que por medio de un análisis minucioso de esta esfera de la vida se pueden descubrir múltiples facetas de la diversidad humana. El juego, el esparcimiento, las fiestas o el ocio se presentan separados simbólicamente del mundo social ordinario, pero son complementarios de éste. Es así que muchas de las actividades lúdicas ponen al descubierto valores, conductas, expresiones, interacciones e imágenes en las que vive y se desarrolla la sociedad; además, a través de lo lúdico suelen exponerse tanto justificaciones como críticas al sistema social, así como también se ponen en escena mundos alternativos al ordinario.

La Fiesta de la Tenca: Se celebra el último fin de semana de agosto de forma itinerante por todos los pueblos de la Mancomunidad Tajo-Salor a la que pertenece Casar de Cáceres. En ella todo gira en torno al preciado ciprínido habitante de nuestras charcas. Ese día está lleno de actividades relacionadas con la tenca, tales como exposiciones o mercados de artesanía. Además de la degustación de las tencas, existen tres elementos fundamentales en esta festividad: el certamen de gastronomía, el de pesca y la entrega de premios de la Tenca de Oro.

En Casar de Cáceres se ha celebrado en varias ocasiones. La fiesta, como un espacio lúdico-festivo diferenciado en tiempo y espacio del orden social cotidiano, posee una gran carga simbólica, a través de ella podemos conocer diferentes formas en que los participantes manifiestan su capacidad de interpretar, criticar y transformar su propio mundo. Por otra parte, las fiestas constituyen un canal privilegiado para acceder al lado subjetivo de los individuos, ya que en ellas –al igual que en el juego y otras diversiones– se liberan fantasías, sueños, anhelos, frustraciones y la propia experiencia de vivir en contacto con otros seres humanos.

Los carnavales: Esta fiesta no tiene fecha fija, ya que se celebra cuarenta días antes de Semana Santa. El viernes de Carnaval tiene lugar el habitual Concurso de Murgas, donde los grupos que participan ridiculizan sucesos ocurridos tanto a nivel nacional como local. Posteriormente, se realiza el peditorio de «los Bujacos» (muñecos hechos con ropa rellena de bálago), que consiste en simular una pedida de mano entre ellos.

Esa misma noche, se celebra la Fiesta Temática de Disfraces, donde todos los habitantes del pueblo deben vestir acordes al tema propuesto ese año.

El sábado se festeja el Desfile de Comparsas, un evento en el que los participantes realizan un recorrido desde la Plaza del Ayuntamiento hasta la Plaza de las Ferial. Tras el desfile, el jurado otorgará los premios a los mejores disfraces. Después de conocer a los ganadores, los asistentes podrán disfrutar del Baile de Carnaval hasta la madrugada. El colofón se hace con el conocido entierro de la sardina.

Romería de San Blas: El día 3 de febrero se festeja el día de San Blas. Forma parte de la tradición vender cordones y roscas de pan bendecidos por el párroco. Está práctica tiene gran importancia para los padrinos y madrinas de bautismo; ya que deben darle a sus ahijados el cordón y la rosca, además de obsequiarles con un pequeño detalle, todo ello hasta el día de sus bodas.

La romería se celebra el domingo siguiente en la Ermita de San Benito y San Blas. En dicho lugar, tendrá lugar una misa en honor a San Blas y al finalizar, los casareños realizan una procesión al santo.

Semana Santa: Se celebran las procesiones comunes a estas fechas si bien en Casar de Cáceres son significativas por la participación exclusiva por sexos. Es la festividad religiosa por excelencia. La Semana Santa comienza con el besapiés del Nazareno el 1º viernes de marzo, seguidamente la novena a la Soledad y al Nazareno. Antes del Domingo de Ramos se celebra en domingo un Vía Crucis que va desde la iglesia a la ermita de la Soledad. El Domingo de Ramos se bendicen los ramos y palmas que llevan los fieles a la misa que se celebra en la ermita de San Bartolomé. Posteriormente, sale de allí la procesión de la «Burrina», realizando un recorrido hasta la parroquia. Esa misma tarde la Cofradía de la Vera Cruz realiza la «puja», acto en el que se subastan quienes serán los encargados de cargar las imágenes que saldrán en procesión el Jueves Santo y el Viernes Santo. Antiguamente a este acto solo podían acudir hombres, pero desde hace años ya se permite que las mujeres puedan pujar ese día y cargar durante las procesiones.

Cabe destacar que desde el año 2014 se lleva a cabo el Vía Crucis Joven el Lunes Santo, en el que los jóvenes de la localidad realizan una procesión desde la ermita de San Bartolomé hasta la de Santiago.

La noche del Miércoles Santo tiene lugar la «procesión del Cristo de la Peña», que es portada por los hermanos de su Cofradía, vestidos con capirotes.

El Jueves Santo salen las imágenes que han sido pujadas con anterioridad el Domingo de Ramos (El Huerto, La Columna, Cristo en La Ventana (Ecce-Homo), La Sentencia, La Verónica, La Piedad, El Crucificado, El Nazareno y La Soledad), en la denominada «procesión de los hombres» porque son los únicos que procesionan con velas realizando el siguiente recorrido desde que salen los pasos de la iglesia, calle Iglesia, calle Santo, Larga Alta, Larga Baja, Santiago, Avda. de la Constitución y retorno a la iglesia.

El Viernes Santo se celebran varios actos. Por la tarde tiene lugar la procesión del «Santo Entierro», a la que acuden hombres y niños mientras las mujeres desfilan vestidas de mantillas negras. El recorrido desde que sale de la iglesia es calle iglesia, calle Santo, Larga Alta, Avda. de la Constitución.

Ese día por la noche sale la Virgen de la Soledad en la «procesión del silencio», conocida también como la «procesión de las mujeres» debido a que son únicamente mujeres las que acompañan a la Virgen hasta su ermita con velas. El recorrido desde que sale de la iglesia es calle iglesia, calle Santo, Larga Alta, Avda. de la Constitución. Al finalizar la procesión se celebra una gran hoguera a las puertas de la ermita mientras se reza una salve cantada.

El Sábado Santo es la Vigilia Pascual con la proclamación de la Resurrección del Señor.

Al día siguiente, Domingo de Resurrección, se celebra la «procesión del Encuentro». Los hombres cargan la imagen del Cristo Resucitado y las mujeres portan a la Virgen de la Alegría. Recorren las calles del municipio, calle iglesia, Santo, Larga Alta, la Virgen y el Resucitado, sale de la iglesia en dirección a la Avda. de la Constitución, Santiago, Larga Alta y el encuentro se produce en la Plaza de España. Juntos regresan a la iglesia por la Avda. Consitución.

Tras la Semana Santa, concretamente el Lunes de Pascua (fiesta local), se celebra esta romería en la Ermita de la Virgen del Prado, ubicada en el Paraje de la Jara, a unos kilómetros de la localidad. Los vecinos de Casar de Cáceres se reúnen en la ermita para realizar una misa a la patrona y procesionarla por los alrededores. Al finalizar la procesión, los asistentes se disponen a disfrutar con los amigos y familiares de un día de campo. Madoz hace referencias en el siglo xix a esta festividad:

(…) el precioso santuario de Ntra. Señora del Prado, situado en un valle pintoresco, con algunas encinas, álamos y moreras que lo rodean; el edificio es todo de bóveda y obra moderna, bastante capaz y con soportales á su entrada y á su espalda; tienen los naturales gran devoción con esta Señora, cuya festividad so celebra el lunes de la Pascua de Resurrección (…)[7].

Romería de San Benito: Se festeja el domingo siguiente al Lunes de Pascua. Al igual que en la Romería de San Blas, los casareños se reúnen nuevamente en la Ermita de San Benito y San Blas.

El Corpus Christi: Se celebra un domingo, pasados los 60 días después del Domingo de Resurrección. Este día los niños y las niñas que han recibido la Primera Comunión van en procesión por las calles del casco antiguo. Las calles han sido engalanadas con macetas y flores, y los balcones con muestras de bordados, y las niñas se encargan de adornarlas con pétalos de flores que van soltando durante la procesión. En algunos lugares, se erigen altares, donde descansa la Sagrada Forma, que estarán cubiertos por alfombras de flores.

Romería de la Virgen del Prado: Es la última romería del año y se celebra el último domingo de septiembre en honor a la Patrona, la Virgen del Prado.

Durante los días previos a la romería, la Patrona visita la localidad. Nueve días antes, la patrona visita el pueblo, donde es recibida con fervor, y las mujeres y niñas la acogerán vestidas con el traje típico, el refajo, y algunas con las mantillas, que suelen ser blancas. Tras su procesión por las calles del pueblo acompañada por las casareñas y los casareños, la Virgen recibirá una ofrenda de flores tras su entrada a la iglesia. Durante su estancia se realiza una novena en su honor.

Al finalizar el novenario, se realiza la procesión de la Virgen hasta su ermita, cuyo recorrido es de 9 kilómetros, se realizan descansos, en lugares ubicados para tal fin. Uno de los descansaderos es donde se encuentra el puente de la vía del ferrocarril

Cuando la Virgen regresa a su ermita, los vecinos del municipio organizan una misa y realizan una procesión por el recinto. Tras finalizar estos actos, se disfruta, una vez más, de un día en el campo en compañía de amigos y familiares.

Antaño era habitual que la Cofradía de San Benito y San Blas ofreciera un cocido para todos los asistentes, pero hoy en día esta costumbre está completamente en desuso.

Exactamente igual que en las otras romerías, es tradición celebrar una misa y posteriormente realizar una procesión al santo. Tras la finalización de los actos religiosos, los romeros festejan este día en el campo acompañados de su familia y amigos.

Fiesta de la independencia casareña. Desde comienzos de la conquista, Casar intentó conseguir la independencia debido a los adehesamientos de los caballeros de Cáceres que poseían particiones de tierras en las proximidades del Casar.

El 18 de febrero de 1291. Don Sancho da carta abierta concediendo al Casar, aldea de Cáceres, el privilegio de que nadie pudiese adehesar en media legua de terreno alrededor de dicho pueblo. Fue la «independencia» de Casar de Cáceres.

Sancho IV de Castilla otorgó a los campesinos, el derecho al agua y a la posibilidad de vivir en un terreno propio. Los vecinos podían disponer de media legua de tierras (2.786 m), alrededor del núcleo poblacional. Surgió así el germen de la diferenciación legal de aquellos labriegos y pastores que se extienden hasta nuestros días. Esto permitió un importante desarrollo ganadero, con el consiguiente auge económico y crecimiento de la población considerable.

Dicho privilegio delimita claramente lo que aún hoy es el término municipal de Casar. Sus límites son: al sur lo que actualmente sigue siendo Dehesa Boyal, Cañada Alta y Dehesilla; al Oeste el Pantano Viejo; al Norte hasta el olivar de Pozo Madero; y al Este hasta el molino de San Caín. El sitio de la Jara, que actualmente completa el término municipal, se incorporó posteriormente al Casar como dehesa del común.

Nuestra historia debe acompañarnos, que sea el pilar de nuestros descendientes, que seamos conscientes de dónde venimos y que no se nos olvide que el Cerro de la Legua nos marca a fuego nuestro carácter como hombres y mujeres trabajadores y luchadores.




NOTAS

[1] «La Cofradía de Ánimas del Casar de Cáceres, una tradición viva». Universidad Popular «Helénides de Salamina». Casar de Cáceres. 219-224.

[2] Libro de la Cofradía de Ánimas, asientos y cuentas (1623-1657). Archivo diocesano de Coria-Cáceres.

[3]Pragmática de 1584, artículo 1.

[4]Pragmática de 1584, artículo 1.

[5] Archivo Catedralicio de Coria-Cáceres (iglesia parroquial de Casar de Cáceres).

[6] GUTIÉRREZ MACÍAS, 1968, 176.

[7] MADOZ, Diccionario estadístico-geográfico e histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Madrid, 1845-1850 (ed. Publicaciones del Departamento de Seminarios de la Jefatura Provincial del Movimiento, 1953), página 416.



Las fiestas y las tradiciones populares del Casar de Cáceres (Cáceres)

RAMOS RUBIO, José Antonio

Publicado en el año 2024 en la Revista de Folklore número 512.

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