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Revista de Folklore número

511



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Refranes, emociones y expresiones

FERNANDEZ PONCELA, Ana María

Publicado en el año 2024 en la Revista de Folklore número 511 - sumario >



Los proverbios son fragmentos de una viejísima sabiduría, preservados de los naufragios y las ruinas del tiempo gracias a su brevedad y a la justeza de su tono (Aristóteles).

Para empezar

Al mal tiempo, buena cara (En español).

Vivimos tiempos complejos y en un mundo incierto, como de hecho siempre ha sido, aunque quizás algo más o tal vez más agudizado y global. En todo caso, se habla de la sociedad del riesgo (Beck, 2002), de estados nerviosos (Davies, 2019), el horror en los medios (Bericat, 2005), la cultura del miedo (Furedi, 2018), en fin, de un miedo real y de un miedo derivativo (Bauman, 2007). En nuestra época poco se difunde sobre el afecto, escasas son las noticias de alegría, exiguas las películas en torno a la esperanza, y sin embargo, dichas emociones y sentimientos también existen en la vida cotidiana de millones de humanos, aunque no se compartan tanto, no se remarquen en en las redes digitales o en los medios de comunicación, incluso pasen a segundo término en las conversaciones del día a día. Emociones de ayer y de hoy, recogidas en narraciones sociales populares como el refranero, entre otras.

Este texto constituye una breve y descriptiva revisión de los afectos según el refranero popular, persigue buscar y mostrar que contiene emociones de todos los colores y sabores, sensación táctil y olfativa, así como, intenciones, direcciones y tendencias de significado además de intensidades sensitivas, porque todas están entre la gente, en su interior, en los grupos, en las relaciones, en el mundo, entrelazadas a pensamientos y comportamientos, por supuesto, se inspiran y expiran, nos envuelven.

Ante la vastedad de emociones en el refranero, aquí se realiza una selección, por lo que se consideran únicamente las emociones en primer lugar enunciadas con palabras o lo que se ha dado en llamar «enunciado de emoción»; en segundo lugar, las consideradas primarias o básicas: miedo, ira, tristeza, alegría y amor. A la hora del análisis y la revisión se trata de observar y reflexionar en torno a los campos semánticos y tendencias de significado que contienen los refranes, esto es, qué transmiten, crean y recrean sobre el pensar, sentir, hacer, en torno a las emociones.

Narrativas y emociones básicas

El miedo y el amor todo lo hacen mayor (En español).

Muchas son las definiciones de emoción, son biológicas y culturales, relacionadas con creencias sociales, orientadoras del comportamiento y de la acción. Muchas son las perspectivas también del estudio de la emoción, aquí solo se toman las consideradas básicas o innatas desde la psicología humanista, en el sentido que «son aquellas con las que venimos genéticamente equipados para sentir y que tienen el sentido de supervivencia» (Munóz, 2009:44). Desde este enfoque se considera que cada emoción posee un objetivo o función de supervivencia, el miedo de protección, el afecto de vinculación, la tristeza de retiro hacia uno mismo, el enojo de defensa y la alegría de vivificación. No obstante, a la hora del sentir, éste puede estar equilibrado, por lo que cubre una necesidad y desencadena una acción satisfactoria, y se consideran van en el sentido del desarrollo de la persona, pero es posible que esté distorsionado, esto es, exagerado o disminuido, lo cual se direcciona en el sentido disfuncional y del deterioro. Si bien hay varias posturas al respecto, nos quedamos aquí con esta básica definición y expliación a efectos de este texto.

Las emociones en las narrativas sociales populares, tales como los refranes, son actos de habla y actos sociales (Austin, 1971; Searle, 1980; Van Dijk, 2001). Hay efectos que producen las emociones en los relatos, esto en el sentido de la intención más allá de la sensación que se vivencie, afirma Charaudeau (2011), quien añade que la percepción está ligada a los saberes de creencia y relacionada con valores. En fin, las emociones son estados afectivos cualitativos, experiencias fisiológicas, con objetivo e intención mental y reacción conductual. En este orden de ideas Pantin (2014) considera la retórica y la persuasión como gestión estratégica de la emoción, la orientación discursiva de la acción. Con lo cual narrativas y discursos señalan hacia la acción, desde el pensar o creer, hasta la voluntad y el hacer. Por otra parte, habla de la construcción social de la emoción que pasa por la expresión enunciativa que muestra el estado afectivo subjetivo ya sea gestual o verbal; la emoción en el acontecimiento de forma práctica que induce a la acción; y la comunicación intersubjetiva de la misma en la interrelación social. Partiendo de su consideración de lo que llama enunciados de emoción (también considera la vía indirecta o emociones implícitas), es decir, cuando ésta se enuncia en el discurso, y también desde su postura en el sentido de su uso intencional, es que aquí se revisa el refranero y la aparición de lo que se consideran emociones básicas (miedo, ira, tristeza, amor y alegría), con objeto de ahondar en torno a su significado, en el sentido de interpretación de campos semánticos y direcciones e intenciones de la emoción más allá de la misma, en su acción e interacción.

El miedo

Como se dijo con anterioridad, el miedo protege, siempre y cuando sea equilibrado, real y funcional, esto es, no sea exagerado o resulte imaginario. Curioso como la expresión refranística, recoge más el segundo caso que el primero, a modo de advertencia y consejo sabio sobre cómo suele desarrollarse dicha emoción. En una ocasión se observa el desarrollo de su función satisfactoria, en el sentido ya mencionado de cuidado y más o menos protección. Se considera también que se relaciona directamente con la seguridad. No obstante, hay un gran caudal refranístico que advierte de sus distorsiones y las consecuencias disfuncionales que acarrea.

El miedo guarda la viña (En español).

En la seguridad hay miedo, y en miedo, seguridad (En español).

Todo rezo, esconde un miedo (En español).

Varias veces se considera que hay que tener valor, a pesar de tener miedo, se trata de superarlo, curioso como responde a virtudes de otras épocas menos fomentadas en estos tiempos.

De chicos es de temer, de grandes el atrever (En español).

Tener miedo, es de prudentes, saberlo vencer, es de valientes (En español).

Un miedo que a veces está más en la mente y la imaginación que en la realidad, lo cual no importa pues se siente igual, o incluso es peor, pues no solo no protege sino que tortura a través de pensamientos y se sufre como emoción.

Las cosas son más malas de pensar, que de pasar (En español).

El temor siempre sospecha lo peor (En español).

El miedo para nada sirve y para todo estorba (En español).

Ni temas mal incierto, ni confíes en bien cierto (En español).

Cada uno es dueño de sus miedos (En español).

Para el miedo no hay remedio (En español).

El miedo exagerado también es una tendencia semántica que se encuentra en los dichos populares. Incluso exagerado en el sentido de lo que provoca hacia lo que se teme o a quien se teme y sus consecuencias mentales o conductuales.

El miedo es tan abultante, que hace de un mosquito un elefante (En español).

El miedo abulta las cosas (En español).

A quien mucho tememos, muerto lo queremos (En español).

Además, aparece en el refranero su explicación cuasi psicológica en el sentido de ser resultado del trauma, el cual expone a través de ejemplos empíricos y reales.

El que ha naufragado, teme a la mar, aún calmado (En español).

Quien del alacrán fue picado, aún de su sombra vive espantado (En español).

Del mal que el hombre teme, de ése muere (En español).

Y como no podía faltar, sus perjuicios, que como se dijo son al parecer mayores de los beneficios, o sea, más que proteger y beneficiar, en su distorsión mental e intensificación emocional, además de consecuencias en lo conductual, hace todo lo contrario. Nubla el pensamiento y el entendimiento, y provoca insomnio, entre otras cosas.

Quien teme mal duerme (En español).

El miedo es mal compañero (En español).

El miedo tiene malas entendederas (En español).

Quien tema su conciencia, cada día cumple su tendencia (En español).

Se considera que el amor es antítesis del temor y si hay uno no puede haber otro, y es que ciertamente no solo esto es así como los estudios de las emociones apuntan, sino como últimamente ya la neurociencia comprueba. Además, se aconseja acciones para aliviar o soltar el miedo. Incluso a veces se tiene miedo de lo que se desea.

Donde hay amor, no hay temor (En español).

Quien canta, su miedo espanta (En español).

Lo que mucho se quiere, mucho se teme (En español).

Por supuesto, en cada cultura hay diferencias contextuales espacio-temporales, como en las orientales con un lenguaje aparentemente más poético en el refranero, que refleja sus culturas y sus sociedades.

Cuando llega la noche, el miedo se tiende a la puerta, y cuando llega el día, se marcha a las colinas (Afganistán).

La ira

El enfado o enojo, y sus conceptos afines que señalan dirección y gradación de intensidad de la emoción también se recogen en los refranes, en particular se habla de la ira y en alguna ocasión se menciona la cólera. Se trata de una emoción que en principio defiende y en el caso estudiado destaca también su tendencia desequilibrada, disfuncional e insatisfactoria, y entre otras cosas la relación con la locura, en el sentido de emoción distorsionada y exagerada.

De airado a loco va muy poco (En español).

La ira con la locura linda (En español).

La ira es locura el tiempo que dura (En español).

El último refugio de la cólera se halla en el corazón de un loco (Estados Unidos).

La ira es poderosa y peligrosa, pues lejos de defender parece que agrede.

Donde mora la ira con el poder, rayo es (En español).

Ira de hermanos, ira de diablos (En español).

Can con ira a su dueño muerde (En español).

Otro consejo es refrenar la ira para tener una buena vida, moderarla, incluso se invita a negociar y perdonar.

Vivirás dulce vida, si refrenas tu ira (En español).

El que de su ira se deja vencer, se expone a perder (En español).

La ira es un fuego que hay que saber apagar (En español).

Quien se enoja, no negocia (En español).

La ira es enfermedad de entendimiento (En español).

Odios de mortales, no deben ser inmortales (En español).

El mayor gusto, el vengar, pero la mayor gloria, el perdonar (En español).

También se relaciona la ira con hablar de más y con no ver bien, acciones derivadas de este estado emocional cuando es intenso y disfuncional.

De airado a (furioso/loco), ve muy poco (En español).

El hombre encolerizado abre la boca y cierra los ojos (Estados Unidos).

Antes de hablar, si tienes ira, reza un avemaría (En español).

Dice la ira más de lo que debía (En español).

Abre el ojo, y te ahorrarás enojos (En español).

Desbordada, además de agresiva y ciega, es injusta. Aunque hay algún refrán que sí clama venganza, otros apuntan a perdonar, como se vio con anterioridad.

Ira no obra justicia (En español).

Venganza justa, no hay ninguna (En español).

Bofetada que no has de vengar, no te la dejes dar (En español).

Hacer el mal que te hagan, no es pecado sino paga (En español).

Como en el miedo se aconseja desarrollar emociones positivas y agradables con objeto de cubrir la ira, o incluso soltarla para aliviarse.

Cubre tu cólera con tu alegría al igual que el lago cubre al caimán (India).

La cólera es como un estanque que, hasta que no se llena, no puede quedar limpio (Marruecos).

La tristeza

La tristeza tiene la función de introspección y reflexión, un parar la vida e ir hacia adentro. En los mensajes del refranero aparece una diversidad de opiniones en torno a esta emoción. En fin, que hay de todo en la vida, se reitera en varias ocasiones, penas y alegrías como algo natural. Esto es, el movimiento de la existencia es expansión y contracción, y al parecer la alegría tiene su papel en esta trama.

Hay alegrías sosas, y tristezas sabrosas (En español).

Como la noche el día, sigue el pesar a la alegría (En español).

Desde su combinación con el lado alegre o las cosas buenas de la vida, hasta la propuesta de no cultivarla, incluso expulsarla, y también la consideración de necesidad o conveniencia como parte de la existencia y del pensamiento y la comprensión.

Sin penas todas las cosas son buenas (En español).

La tristeza dura tanto como uno la alimente (En español).

A quien se siente en cada pena, nunca le falta qué le duela (En español).

Tristeza y melancolía, fuera de la casa mía (En español).

Pesar compartido, pronto es ido (En español).

No está triste más que el que comprende (Marruecos).

Incluso se dice que el humano puede reconducirla, sin dejar de sentir tristeza evitar que ésta lo invada. En fin, que a veces sí es algo duro en la vida.

No puedes evitar que el pájaro de la tristeza vuele sobre tu cabeza, pero sí puedes evitar que anide en tu cabellera (China).

Las penas no mata, pero rematan (En español).

Mucha tristeza acarrea grandes males (En español).

Las tristezas del corazón salen al rostro (En español).

Tras esta revisión de emociones supuestamente necesarias para la sobrevivencia, pero muchas veces sentidas de forma exagerada, disfuncional e insatisfactoria, ahora se realiza un acercamiento a emociones más agradables en general y también satisfactorias.

El amor

Aunque se hable del amor como una emoción básica, para no confundir decir que se trata de afecto de forma amplia, más allá de relaciones personales, aunque también las incluye, incluso como energía que mueve el universo. En este punto las tendencias de significado parecen bifurcarse en dos: el amor y el desamor. Hay eso sí, varios tipos de relación con respecto al amor, la pareja, el filial, el social, el universal. El amor o el afecto acerca, vincula y hermana.

Hay un amor puro que es genuino, inconmensurable, lo máximo.

El amor y la felicidad no se pueden ocultar (En español).

El amor no tiene medida (Italia).

El verdadero amor no se vende ni se compra (En español).

El alma plena de amor es como un mar sin olas y en plena calma (India).

Árboles y amores, mientras tengan raíces, tendrán hojas y flores (En español).

Existe el amor recíproco.

Amor no es tener que pedir perdón (En español).

Amor con amor se paga (En español).

Ama bien y hallarás quien te ame (Inglaterra).

Quien desea ser amado, debe amar (Italia).

Tú no serás amado si no piensas más que en ti (Italia).

Quien sabe amar no hace jamás sufrir (Francia).

Quien bien ama todo lo perdona (En español).

Dos que se aman, con el corazón se hablan (En español).

El amor es ciego y loco, sobre todo en las relaciones de pareja, la locura recuerda a la ira que también se la calificaba así en alguna ocasión, nótese que se trata más que de propiamente la emoción, de su intensidad exagerada o desbordada, desequilibrada.

El amor es ciego (En español).

De enamorado a loco va muy poco (En español).

En amor es necesario estar loco (Francia).

El amor es sentido común y locura (Francia).

En este orden de cosas, añadir que no se ciñe a razones y para él no hay imposibles, en el sentido que no tiene medida, como se vio, y todo lo puede, como se verá.

El corazón tiene razones que la razón no entiende (En español).

En el amor, como en los sueños, no hay nada imposible (Hungría).

El amor hace posible lo imposible (India).

Aunque también hay sus inconvenientes, que deriva en sentires desagradables y en desamores.

Amar demasiado resulta amargo (Francia).

No hay amor sin celos (En español).

Quien ama, teme (En español).

Desdicha y amor son una cosa y parecen dos (En español).

Todo gran amor no es posible sin gran pena (Italia).

Y como se dijo, también hay desamores, y a juzgar por la cantidad de refranes, hay muchos. Y del amor al dolor parece haber un paso, a modo de continuo emocional o de contrapeso sentimental.

La luna y el amor, cuando no crecen, disminuyen (Portugal).

No hay amor que no canse, ni manjar que no empalague (En español).

Las cosquillas y el amor empiezan con risa y acaban con dolor (En español).

Vanse los amores y quedan los dolores (En español).

Los amores se van y no quedan más que los dolores (Italia).

Amar a quien no nos ama es fatigar el corazón (Arabia).

Donde hay amor hay dolor (En español).

De gran amor, gran duelo y gran dolor (Francia).

El amor sin verdad es como el agua de un río sin orillas (India).

A veces se relaciona con otras emociones, como el miedo y la cólera, ya sea de forma opuesta, ya se combine de manera simultánea.

Donde hay miedo, no hay sitio para el amor (Rumanía).

No hay amor sin cólera (Rumanía).

Eso sí, está el afecto incondicional, que al parecer es el amor filial.

Amor de madre, que lo demás es aire (En español).

Amor de padre, que todo lo demás es aire (En español).

El amor crea puentes en lugares que parecen imposibles de cruzar (En español).

Y también está la amistad, más importante que lo material y apoyo en momentos complicados.

Amistades que son ciertas, siempre las puertas abiertas (En español).

Más vale amigos en plaza, que dineros en arca (En español).

En el peligro y en la adversidad se conoce la amistad (En español).

En fin, que el amor es lo máximo, como en un inicio de mencionó, y aquí se reitera.

La vida sin amor es como un año sin verano (Suecia).

Nada es más fuerte que el amor y la muerte (Francia).

Que el amor sea como una sábana que envuelva tu vida y también tu muerte (India).

La alegría

Y finalmente, en este breve recorrido por emociones primarias está la alegría, que anima, vivifica, proporciona energía. En el refranero se la considera benéfica, aunque se constata su ligereza y relación con otras emociones no tan agradables.

En primer lugar, esta emoción es señalada como la mayor riqueza que se posee, en varios sentidos de la palabra.

¿Riquezas y honores? Tontería. No hay mayor bien que la alegría (En español).

Si vives alegre, rico eres (En español).

La alegría es un tesoro, que vale más que el oro (En español).

El labrador, pobrete, pero alegrete (En español).

Alegría y pobreza, y no pesares y riqueza (En español).

La cara más fea, la alegría la hermosea (En español).

En segundo, se combina esta emoción con las tristezas o los pesares, así como, al parecer su temporalidad, breve y pasajera. Lo mismo se observó en el caso de la tristeza, e incluso en el amor. Se trata de ir transitando emociones, la impermanencia de la existencia.

Alegrías y pesares te vendrán sin que los buscares (En español).

En este mundo van íntimamente enlazadas las alegrías con las penas (En español).

La alegría compartida es doble alegría, la tristeza compartida es media tristeza (En español).

Qué poco dura la alegría en casa de los pobres (En español).

Eso sí, se aconseja equilibrio emocional. El refranero señala la parte equilibrada, pero y sobre todo, apunta y ejemplifica la desequilibrada, de ahí su recomendación.

Nada en demasía, ni en tristeza, ni en alegría (En español).

No hay tragedia, sin comedia (En español).

Traga lo peor para que la alegría sea mayor (En español).

También tiene que ver con la salud, la vida con alegría se vive mejor.

La alegría, en el alma sana se cría (En español).

La alegría, alarga la vida, las penas, la menguan (En español).

La alegría es una gran medicina, pero no se vende en la botica (En español).

La alegría de la vida es hija de una conciencia tranquila (En español).

Aparece también la risa y diversión, y como se observa se combina con el gemir y el llorar, por lo cual se ha de intentar disfrutar.

Riamos un poco, riamos, que no ha de faltar una hora en la que nos muramos (En español).

Del reír, viene el gemir (En español).

Reír y llorar, suele ser casi a la par (En español).

De esta vida sacarás, lo que disfrutes nada más (En español).

Y con estas frases entre consejos y condenas, se concluye la revisión anunciada en torno a la aparición de las emociones básicas en el refranero popular.

Para ir acabando

No hay mal que por bien no venga (En español).

Las palabras hacen cosas y el discurso es un acto social (Austin, 1971; Searle, 1980; Van Dijk, 2001), como se dijo desde un inicio. Además, las palabras desencadenan emociones (Charaudeau), en ocasiones al enunciarlas, y a su vez poseen intenciones al incrustarse en el discurso y ser pronunciadas a modo de persuasión o por lo menos gestión intencional (Plantin, 2014). Las palabras hacen cosas y las emociones orientan pensares, sentires y sobre todo acciones, sería un resumen de las ideas que se vierten en estas páginas.

Al respecto y sobre las emociones básicas que aparecen enunciadas en refranes populares se observa que escenifican, aconsejan, enjuician, condenan, presentando una mirada general hacia las emociones, y focalizándose de manera particular a veces más en los perjuicios, como en el caso del miedo, la intensidad que raya la locura como con la ira, el tránsito de la tristeza y la alegría, así como, la contraparte del amor que se troca en desamor. Esto es, los campos semánticos y tendencias de significado halladas, si bien son diversas, describen, explican, acusan, solucionan, advierten y recomiendan, ofrecen también propuestas desde lo empírico hasta lo existencial, acompañan el bloqueo y el fluir afectivo, y en general muestran la distorsión y desequilibrio emocional, sin dejar de mirar y anotar lo satisfactorio y sus beneficios.

Las emociones son la gasolina de la mente y el cuerpo, dan color a la vida, energetizan o desenergetizan, son parte del equipo biológico y desarrollo cultural humano, para entenderse y para interrelacionarse, para guiarse y para actuar en la vida. En una vida que ha sido calificada de un sueño, una obra de teatro, un holograma, en fin diferentes expresiones metafóricas para describir lo ininteligible para la religión –un valle de lágrimas– y lo poco esclarecedor para la ciencia –producto del azar–, y que apenas hay quien araña un vislumbre de realidad. En todo caso, y como decía Charles Chaplin: «La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida, antes que el telón baje y la otra termine sin aplausos».

Ana María Fernández Poncela

Docente e investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Ciudad de México




BIBLIOGRAFÍA

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Refranes, emociones y expresiones

FERNANDEZ PONCELA, Ana María

Publicado en el año 2024 en la Revista de Folklore número 511.

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