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Según la tradición, la Virgen se apareció en ese pueblo en el año 1400. El 15 de julio de 1671 se constituye la Cofradía de «Esclavitud de Nuestra Señora del Pinarejo»[1]. La devoción a esta imagen se ha mantenido a lo largo de los años.
En la actualidad su fiesta se celebra el siguiente domingo a Pentecostés (fiesta de la Santísima Trinidad). El día 2 de mayo, fiesta de San Segundo se lleva en procesión la imagen de la Virgen desde su ermita hasta el pueblo. En los días que permanece en la iglesia se le reza el Rosario por las tardes. Nueve días antes se celebra su Novena que consiste en una Misa con homilía. Al final de la Misa es tradicional cantar a la Virgen. A continuación, aparecen algunos de esos «cantares», como se llaman en Aldeanueva del Codonal a la Virgen.
Estas breves estrofas se suelen componer por quienes los cantan, o se repitan las composiciones de años anteriores. Los que aquí se recogen son de las siguientes personas: Pedro Cabrero Llorente, Jerónimo Pascual Gallego y María Concepción Pascual Gallego. La temática puede ser de petición, de acción de gracias o de alabanza.
Ante tus pies virgen pura
yo tomé la comunión
y desde aquel mismo día
te llevo en el corazón (bis).
Tu eres la más poderosa
eres la reina del cielo,
eres la madre de Dios
la patrona de este pueblo (bis).
Muchos de los que cantaban
ya no están entre nosotros.
Yo vengo a hacerlo por ellos
Madre del Amor Hermoso (bis).
Hasta las aguas del río
se detienen al pasar
para rezar el rosario
y luego continuar (bis).
Más de cuarenta años llevo
por esos mundos de Dios,
pero siempre te he llevado
grabada en mi corazón (bis).
En la fuente del Sotillo
que cerca del Voltoya está
te apareciste un día
y nos trajiste la paz (bis).
La luna alumbra de noche
y el sol lo hace de día
y tú que tanto nos quieres
nos proteges noche y día (bis).
Pena me da Madre mía
que esto se esté acabando,
pero mientras pueda
yo te seguiré cantando (bis).
De año en año venimos.
A mí me da mucha pena
no poder estar, Madre mía,
todos los días en tu novena (bis).
Las campanas de tu ermita
hoy vuelven a repicar,
porque llega su Patrona
que asoma por el pinar (bis).
Yo no sé qué tienen Madre
esos tus ojos tan bellos,
sólo sé que al contemplarlos
se me graban en el pecho (bis).
Hicieron tu santuario
en las cumbres del Voltoya
donde sus aguas se ríen
y su murmullo te arrolla (bis).
Aquellos santos varones
que tu santuario hicieron
qué gloria estarán gozando
en el reino de los cielos (bis).
¡Oh Virgen del Pinarejo!
¡Qué acompañadita estás!
a un lado tienes a San Frutos
y al otro a San Nicolás (bis).
Eres Consuelo del triste
Auxilio del labrador,
Madre de Misericordia.
Échanos tu bendición (bis).
Cuando yo era pequeñito
me enseñaron a cantarte
¡Oh Virgen del Pinarejo!
Yo nunca podré olvidarte (bis).
Van cargados de emociones
a cantarte sus pesares
te piden por su familia
y te rezan una Salve (bis).
La otra tarde vi a unas niñas
bellas flores van cogiendo.
Decían son pa´ la Virgen,
la Virgen del Pinarejo (bis).
Tu eres Estrella del mar,
Refugio de los pecadores.
A tus plantas de rodillas.
Yo te pido mil perdones (bis).
El día de San Segundo
vienes al pueblo, María.
La gente sale a tu encuentro
a darte la bienvenida (bis).
Hicieron tu santuario
en un hermoso pinar,
donde los pájaros cantan
y te alaban sin cesar (bis).
¡Oh Virgen del Pinarejo!
¡Oh relumbrante Señora!
que brillas más que un lucero
al aparecer la aurora (bis).
Tu eres la imagen más Pura,
eres la imagen más bella,
eres el faro que alumbra
a todos los de Aldeanueva (bis).
En la Iglesia, tus novenas
y en tu ermita romería.
Allí todos nos reunimos
con la Virgen: alegría (bis).
Cuando yo era pequeñito
me enseñaron a cantarte
¡Oh Virgen del Pinarejo,
yo nunca podré olvidarte! (bis).
El que nace en este pueblo,
aunque muy lejos se marche,
siempre llevará en su pecho
el recuerdo de tu imagen (bis).
Eres consuelo del triste,
Auxilio del labrador,
Madre de Misericordia,
échanos tu bendición (bis).
Tú que también eres madre,
sabes lo que es el dolor.
Te pido pa´ estas madres
pa´ todas tu bendición (bis).
En la espiga de la torre
por las tardes brilla el sol
y tu color a María
brilla con más resplandor (bis).
Hoy te pido por los médicos,
te pido con devoción,
porque pasan su vida
ayudando a los demás (bis).
Bendice Madre a esos campos
que tanto trabajo dan
para llevar a la mesa
ese trocito de pan (bis).
Esos niños que en tus andas
sus madres siempre ponen.
Yo te pido con cariño
que nunca los abandones (bis).
Virgen del Pinarejo,
¡qué emoción sentirás, Madre!
Tus hijos en tus novenas
Al escuchar tus cantares (bis).
Cuando vengo a tu novena
vengo con gran alegría,
y me voy con mucha pena.
Hasta otro año, Madre mía (bis).
Vienes a esta iglesia, Madre
y todo el año en tu ermita,
y todos nos acordamos luego
de hacerte alguna visita (bis).
Tengo un dolor en el pecho
que no se puede curar,
pero con tu ayuda, Madre
yo consigo caminar (bis).
¡Oh Virgen del Pinarejo,
quiero pedirte un favor!
Que no te vayas del pueblo
sin darnos tu bendición (bis).
Las campanas de la torre
van a empezar a sonar,
porque te vas a tu ermita
que cerca del Voltoya está (bis).
Tengo una nieta, María
que va a empezar la carrera.
Yo te pido que la ayudes
para alcanzar su meta (bis).
Celebraremos tu fiesta
con amor y devoción
pidiendo para tu pueblo
una especial bendición (bis).
Te marchas a tu ermita
y triste queda tu pueblo.
Hasta otro año cuando vuelvas
¡Oh Virgen del Pinarejo! (bis).
Ancianos y enfermos
que no se pueden valer,
dales tu mano piadosa
y en tu manto acógeles (bis).
Ayuda, Madre a esos niños
que ayuda te están pidiendo.
Sus padres no tienen nada
y no pueden mantenerlos (bis).
Hasta otro año, Madre mía
que nos volvamos a ver.
Vendré con mucha alegría
a cantarte aquí otra vez (bis).
Tengo el corazón herido
y no se puede curar.
Dame esa luz, Madre mía
para volverte a cantar (bis).
Los pajarillos del campo
hoy han ‘dejao’ de piar,
porque ha empezao’ tu Novena
y te vienen a cantar (bis).
Desde donde vivo yo
hay un camino muy largo.
Yo lo recorro con gusto
para venir a cantarte (bis).
Yo te he traído un regalo.
Le traigo con humildad,
porque eso es muy poco Madre
para lo que Tú me das (bis).
Yo te rezo noche y día.
No te dejo de rezar,
y en mis rezos yo te pido
que no me olvides jamás (bis).
Cuando yo estoy sola, María;
yo no dejo de pensar
que se acabe el terrorismo
pa´que vivamos en paz (bis).
Recopilación: José Luis Díez Pascual
NOTAS
[1] Cuesta Jorge, Luis, Martín Rodríguez, María Teresa y Agüero Bartolomé: «Nuestra Señora del Pinarejo, su Cofradía y su ermita». Imprenta Comercial. Segovia, 2003. Pág. 19.