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Tanto los bailes como las rondas, pero especialmente los primeros, han constituido, hasta hace diez o quince años, las escasas ocasiones de que gozaban los jóvenes para iniciar o y mantener unas relaciones encaminadas, generalmente, hacia el matrimonio. Así lo atestiguan algunas coplas populares (1):
"Todoh loh enamoradoh
s'enamoran en el baile
y yo m enamoré de ti
yendo a por agua una tarde" (2).
También lo atestigua alguna que otra murga:
"Ay madreh que ban al baile
con suh sihah bien compuehtah
por ber si acaso el demonio
carga con la cruh a cuehtah" (3).
Sobre este tema se conserva en el Archivo del Ayuntamiento de Valdecaballeros un breve documento notarial, fechado en 1772, cuyo encabezamiento dice así: "Auto y providenzia de Buen Gobierno en que se proibe las Rondas a todo género de gente del estado seglar, y se da amplia facultad para que toda persona, chica o grande, que sea del mismo estado pueda bailar en los bailes públicos."
Por lo que se refiere a los bailes, sorprende leer en dicho auto que los dos alcaldes ordinarios de Valdecaballeros mandan "que el que impida bailar a otro en los dichos bailes públicos o secretos" sea castigado con una "multa de quatro Ducados y ocho días de cárzel, y de dar parte a Tribunal superior con referente a las Reales Ordenanzas que tratan sobre tumultos, esto por la primera vez, y por la segunda doble".
El auto no explica totalmente la causa de la determinación que toman los señores alcaldes, pero señala que unos días antes, en el baile, dos mozos (Miguel Alonso y Joseph Ximénez) impidieron que bailase Pedro Joseph Gómez (alias "el Tostón"), y sólo la intervención del alcalde Antonio López y de otras personas "honrradas" impidió que se produjera algún desastre, apaciguándose todo por entonces, no sin que "el Tostón" manifestase su intención de vengarse.
Así las Cosas, llega el día 24 de junio, y es costumbre que en ese día tenga lugar un baile público. El problema surge cuando llega a oídos de los alcaldes la noticia de que los tres mozos acudirán al baile "a fin de ber si pueden lograr la benganza ia que no pudieron lograrla a medida de su deseo" en el baile anterior. Los alcaldes deducen, lógicamente, que allí "pueden resultar algunas desgrazias de muertes, heridas, pleitos, desazones, y para obiarlas...mandaron dichos Señores se haga Constar esta Providenzia en Conzejo público, y havierte imponiendo a toda persona chica o grande" la pena antes citada.
Siglo y medio después, la situación, por desgracia, no ha mejorado mucho. Hacia 1920, en Valdecaballeros, el baile surgía principalmente en tres ocasiones. Primeramente, cuando se reunían cuatro o cinco amigos y, entre todos, aportaban cierta cantidad de dinero hasta conseguir diez reales o tres pesetas Con lo que alquilaban una sala (el zaguán o la habitación grande de cualquier casa) y pagaban a un músico. Allí llevaban a sus novias y hermanas. Estos bailes (4) surgían en contadas ocasiones, y en ellos no solía haber problemas.
La segunda ocasión en que surgía el baile era en las matanzas. Cada familia, al matar el cerdo en los meses de diciembre o enero, solía dar dinero a las mozas del barrio para que organizasen un baile. Durante estos meses no era extraño encontrar dos o tres " bailes de matanza" en un mismo día.
En tercer y último lugar, con motivo de las grandes festividades y de las bodas, surgía, en un salón amplio y con dos o tres músicos, el baile público.
Los problemas comenzaban, en el baile público y en el baile de la matanza, cuando los músicos tocaban dos piezas: "el pabo" y "el bahcorrido " .
"El pabo" era una especie de jota, bailada en círculo. Los mozos bailaban en la parte interior del círculo, y su número era superior al de las mozas. En un momento dado, y sin previo aviso, se paraba la música y, rápidamente, cada mozo debía buscarse una pareja. Quien se quedara dentro del círculo, y sin pareja, recibía todo tipo de golpes de los demás, tras lo cual proseguía el baile. Como es lógico, los mozos no recibían con agrado algunos golpes y, luego, intentaban vengarse.
"El bahcorrido" era un baile muy peligroso, pero que gustaba mucho; servía casi siempre para despedir el baile. Era parecido al pasodoble, pero mucho más rápido. Consistía en dar vueltas empujando a las demás parejas, para que se cayeran. Algunos mozos se tomaban a risa las caídas, pero otros "tenían malah pulgah" y se peleaban cada dos por tres.
Lo más triste de estas peleas es que en alguna ocasión finalizaron con la muerte de alguno de los mozos.
Hacia 1945 la situación del baile no ha variado mucho. Ya no hay muertes, pero los empujones y las peleas están al orden de cada día. Algunas murgas nos ilustran sobre esta situación:
"Pal bahcorrido y la hota
necesitan to'l salón,
te ponen la zancahilla
y dehpuéh el empuhón;
y si tenían la suerte de tumbart' en el salón
la risa..." (5).
Otro problema representaban las madres de los jóvenes, pues acompañaban a sus hijas al baile, ocupaban todos los asientos de la sala y se dedicaban, como es lógico, a "potahear" (6).
"Lah muhereh d'ehte pueblo
son toah mú dehconfiáh,
si no se fían de suh sihah
¡de quién se ban a fiar!
Ay madreh que ban al baile
con suh sihah bien compuehtah
por ber si acaso el demonio
carga con la cruh a cuehtah;
otrah parecen mehoreh
y no te puedeh fiar,
se ponen así lah manoh (tapándose la cara)
y no dehan d'atilfar.
Toda la noche se lleban
aguantando pisotoneh
pero no se ban a casa
porq ehtán de oserbacioneh.
Dehpuéh, en el resolano,
se ponen a criticar:
si la fulana se besa,
si la otra ba arrimá...,
sin pensar que cuando hóbeneh
a ellah lah pasaba igual" (7).
En otra murga son los mozos los que critican a las jóvenes que van al baile.
"y cuando se ban al baile
se ban toah en su cuadrilla
y lleban mediah d'ehpor (sport)
para tapar lah cabrillah.
Lleban la cara toda cubierta
con el bihnú
y la roberta.
Polboh, coloreteh,
barrah de loh labioh...,
parece su boca
bocacín d un carro" (8).
En las bodas, el baile más importante era el de la "manzana" (9). En el local donde se efectuaba el baile, a una hora determinada, los novios y los padrinos se sentaban en una mesa en la que se colocaba una bandeja. En ese momento los músicos tocaban sólo jotas, "bahcorridoh" y pasodobles. Los que habían asistido a la boda se acercaban a la mesa, sacaban a bailar al novio o a la novia, según los casos, y, tras bailar unas vueltas, dejaban en la bandeja el dinero de la "manzana". A esta acción se denominaba "bailar la manzana". En la década de los años setenta este baile desapareció, pero aún hoy es posible escuchar frases del tipo: "l'a bailao mil pesetah de manzana" También han desaparecido los bailes particulares, los "baileh de matanza" ...; todo se ha estandarizado, y la música que en la actualidad se escucha en las dos discotecas de Valdecaballeros no difiere en nada de la que se puede oir en las discotecas de cualquier población española.
Por lo que se refiere a las rondas, es decir, a las reuniones nocturnas de mozos para tocar y cantar por las calles, el auto de 1772, citado anteriormente, las prohibe bajo la pena, también, de cuatro ducados y ocho días de cárcel. Pero, en realidad, los alcaldes de Valdecaballeros no prohiben la ronda en sí, sino que "ninguna persona, chica o grande, ronde de noche con capa, manta, espada, garrote ni otra arma ofensiba ni defensiba..., deviéndose entender que en el caso de que alguno ronde no lo a de poder hazer más que asta las nuebe horas de la noche desde oi día de la fecha de este (auto, 24-VI-1772) asta el día del Señor San Miguel próximo, y de este día en adelante asta el último día de Diziembre próximo asta las ocho de la noche, y si antes diesen la queda, desde el instante que se dé se deve entender, pero no después de las dichas ocho y nueve de la noche".
Lo del toque de queda es algo muy serio, como lo demuestra el hecho de que los alcaldes manden a continuación que el escribano pase "recado de atenzión a...(los dos) Presvíteros Curas thenientes de esta dicha villa, a fin de que den orden a su sacristán para que eche la soga de la campana todas las noches, al tiempo de dar la orazión, por la parte de afuera a la calle asta la rodaja de fierro que se halla al pie de la torre".
Ya en nuestro siglo, en la década de los años cuarenta, se rondaba principalmente en dos ocasiones: en las bodas y en algunos días de fiesta.
Los mozos solían salir, algunos días de fiesta, por las noches a rondar a sus novias. En la noche de bodas se rondaba no sólo a la recién casada, sino también a las novias de los "hachanteh" (10).
La ronda se acompañaba con toda clase de instrumentos: almirez, acordeón, bandurria, pandereta, botellas, guitarras, etc. Cantaban todos a la vez canciones conocidas, o bien cada mozo, aguzando su ingenio, cantaba una copla.
En la ronda de la noche de bodas, el novio salía y convidaba a los que hacían la ronda con dulces .y copas de anís.
En la actualidad esta tradición de la ronda, exceptuando la ronda a la novia, pero en la noche anterior a la boda, aparece en muy contadas ocasiones.
No han llegado a nosotros noticias de que, durante las rondas, surgiesen peleas; sin embargo, sí parecen atestiguar este hecho algunas coplas populares:
"Por ehte pueblo se suena
que m an de matar d un tiro;
nunca lluebe lo que truena,
yo con la ehperanza bibo
de querer a mi morena" (11).
"Dicen que m'an de matar,
morena, en tuh callehoneh;
ehta noche bengo solo,
¡salgan esoh balentoneh!"
Otras coplas aluden a la nocturnidad de la ronda:
"Lah nocheh máh ohcuritah
me guht' andar por lah calleh
por ber si alguna rosita se desoha con el aire".
Otras aluden a la despedida:
"Allá ba la dehpedida,
la que no quisiera echarte,
cada beh que te la echo
el corazón se me parte".
"Allá ba la dehpedida,
la que Crihto echó en Segobia:
el que ya no cante máh
que se le muera la nobia"
Transcribimos, finalmente, algunas canciones de ronda: la primera en boca de dos rondadores, las demás canciones en boca de los dos enamorados,
Dale, compañero, dale (12)
-"Dale, compañero,
dale, dale a la zambomba que suene,
qu'ehtá mú largo d aquí
la cama dond' ella duerme",
-"Seña qu' ah dormido en ella,
seña qu' ah dormido en ella,
cuando diceh qu ehtá lehoh
la cama d' ehta doncella"
-"No e dormido, pero ehtando
sentado en su casa un día
la ice que m' enseñara
la cama donde dormía"
-"La cama dond' ella duerme
no se la enseña ell' a nadie,
que la regañan suh tíah
y la pegarán suh padreh"
-"Ni la regañan suh tíah
ni la pegarán suh padreh,
la cama d' ehta doncella
me l' a enseñado ayer tarde"
Qué tarde bien el mozo (13)
-"Qué tarde bien' el mozo
para rondarme,
que m ehtoy dehnudando
par' acohtarme"
-"Si t' ehtáh dehnudando
buélbete a behtir
que muchoh maloh ratoh
paso yo por ti"
-"Si pasah maloh ratoh
me loh perdonah
que bah a ser el dueño
de mi persona".
-"Si boy a ser el dueño
de tu persona
ben acá y dam' un beso,
blanca paloma".
-"Eso de dart' un beso
no me conbiene
el día que sea tuya
aquí me tieneh".
-"El día que seah mía
yo te prometo
que me gahto loh labioh
de darte besoh".
-"De tu cas' a la mía
ban doh cadenah
tendidah por el suelo
d' amoreh llenah".
Buenah nocheh, mi amor (14)
-"Buenah nocheh, mi amor,
¿qué tal t' a ido?".
-"A mí m a ido bien,
te doy lah graciah
y preparadah te traigo
lah calabazah".
-"Lah calabacitah
yo no lah quiero
pueh m' an dicho que tieneh
amoreh nueboh".
-"Esoh amoreh, niña,
t' an trahtornado,
t' an buelto la cabeza
del otro lado".
-"A mí no me la buelben
tan fácilmente,
donde la tengo aora
la tengo siempre".
-"Una teha me llebo
de tu tehado
por no irme tan solo
y dehconsolado".
-"No te llebeh la teha,
querido dueño,
que se moha la cama
donde yo duermo".
-"Si se moha la cama
múdal' a otro lao
qu' ehta teha no buelbe
a tu tehao".
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(1) En las coplas populares, canciones, murgas, etc., utilizo una transcripción fonética normalizada, basada en las siguientes reglas: a) elimino la grafía v para el fonema /b/; b) represento con el signo h la aspiración de -s y de otras consonantes en situación implosiva; c) transcribo con el signo h la aspiración del fonema castellano /x/; d) prescindo de la h muda.
(2) Dictó Dominga Sánchez Dueñas, de 81 años, natural y vecina de Valdecaballeros; no sabe leer ni escribir.
(3) Más adelante aparece la murga transcrita en su integridad. Vid. nota 7.
(4) Se tratan, seguramente, de los que el auto de 1772 denomina "secretos".
(5) Dictó así, incompleta, Juan Francisco Moreno Paniagua, de 58 años, natural y vecino de Valdecaballeros.
(6) POTAJEAR: v. Entrometerse en loo que a uno no le importa, curiosear.
(7) Dictó Juan Francisco Moreno Paniagua. Vid. nota 5. Esta murga se cantó en los carnavales de 1945 ó 1946.
(8) Dictó María José López Muñoz, de 48 años, natural de Valdecaballeros; desde 1962 vive fuera del pueblo, en la actualidad es vecina de Mérida. Esta murga se cantó en dos años cincuenta. "Bihnú. y "Roberta" son marcas de polvos y coloretes. BOCACIN: m. Arandela dle hierro que lleva, en su centro, la rueda del carro de llantas.
(9) MANZANA: f. Dinero que se dla a los novios el día de su boda. La acepción está documentada en Trujillo por A. Viudas Camarasa, Diccionario extremeño, Cáceres, 1980.
(10) HACHANTE: m. Antiguamente, cada uno de los testigos de boda; llevaban una vela encendida y acostumbraban a pagar el baile de la boda. Viudas, op. cit., en Alía (Cáceres) : "achante".
(11) Esta copla y las siguientes fueron dictadas por Dominga Sánchez Dueñas. Vid. nota 2.
(12) Dictó Engracia Pastor López, de 55 años, natural y vecina de Valdecaballeros. La canción, con ligeras variantes, está recogida en Castilblanco (Badajoz) por Bonifacio Gil García, Cancionero popular de Extremadura, tomo 11, 2ª. ed., Badajoz, 1961, pág. 109 : "Vamos llegando y cantando".
(13) Dictó también Engracia Pastor López. La canción, con variantes, está recogida por Bonifacio Gil García, op. cit.., tomo 11, pág. 189: "La primera entradita"; también por Angela Capdevielle, Cancionero de Cáceres y su provincia, Cáceres, Diputación Provincial, 1969: "Canción de Zambomba" en Cáceres, "De tu puerta a la mía" y "La teja no vuelve a tu tejado" en Garrovillas.
(14) Dictó María Parralejo Sánchez, de 52 años, natural y vecina de Valdecaballeros; no sabe leer ni escribir. Esta canción es una variante de la anterior.