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Revista de Folklore número

507



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Los chozos pastoriles en la comarca de Tiermes-Caracena

GARCIA DE ANDRES, Paulino

Publicado en el año 2024 en la Revista de Folklore número 507 - sumario >



El marco natural

La Comarca de Tiermes-Caracena, situada al suroeste de la provincia de Soria, alberga unos 27 lugares, algunos deshabitados, varios con uno o dos vecinos, y un total de cerca de 300 habitantes. Es una tierra que se ha dedicado únicamente a la agricultura y a la ganadería. Casi todos los lugares cultivaban en pequeñas riberas patatas, alubias, remolacha, berzas y otras hortalizas. Igualmente había prados y dehesas que se pastaban hasta el mes de mayo y luego se dejaban sin pastar para segarlos a primeros de julio y así disponer de hierba seca para el duro invierno que duraba entre tres y cuatro meses. Hasta finales del siglo xviii tenemos información escrita de haberse realizado la trashumancia a tierras de Ciudad Real y Extremadura. La sierra Pela, prolongación del Sistema Central, forma un muro y no deja pasar los aires cálidos del sur de España, forzando unas temperaturas realmente gélidas. El clima, por tanto, en esta comarca, es el propio de montaña, con abundancia de nieves desde noviembre hasta principios de la primavera, con inviernos largos, frecuentes nieblas y vientos fríos y veranos cortos y calurosos con noches frescas. Sobresalen los picos de Grado, Rivilla, Bordega, Ribalopez, El Portillo y Cabeza Alta, en dicha sierra, de oeste a este, limitando el sur de la Comarca. Son visibles también desde toda la comarca los cerros del Cogollo, el Mirón, las Cabezas y la Calahorra en Tarancueña, la Atalaya en Valderromán y Carrascosa de Arriba, San Ginés en Torresuso y otros altos en Montejo y Liceras. Estos cerros son los puntos más altos de las parameras o lastras a una altitud que ronda los 1.200 ms. Las lastras son características de esta zona y se extienden desde Ligos hasta Torrevicente con Morcuera y Fresno como límites al norte. Estas lastras se interrumpen con los ríos Pedro, Adanta, Adante y Talegones, pero no se acaban, los pasan y siguen hasta el rio siguiente. Las lastras han estado dedicadas a cultivos de secano en fincas llamadas cerradas, rodeadas de espacios de pastos de finas hiervas, jedrea, tomillo, monte bajo, etc. En la zona baja próxima a la sierra abundan las areniscas con su color rojo; la zona central entre las areniscas y las lastras, está dedicada al cultivo de cereales, con pequeñas huertas, prados y dehesas. Debo señalar que la familia de los Quercus es la más extendida, seguida del enebro que lentamente se está extendiendo de oeste a este, siendo por otra parte el monte y las tierras de labor una constante de esta Comarca. Las lastras y los montes de encinas y enebros han sido los fieles guardianes de los chozos que hoy vamos a presentar. Los terrenos de esta Comarca están predominantemente formados por rocas de extrema dureza como el granito, siendo por otra parte muy calizas. Al periodo cámbrico pertenecen la mayoría de los animales invertebrados como los trilobites que se encuentran por algunas de estas tierras. Son de destacar igualmente las cuarcitas con las que fabricaban herramientas de piedra.

Los chozos

Según el DRAE chozo es definido como choza pequeña, lo cual nos lleva a buscar el significado de choza. Y esto nos dice: «Cabaña formada de estacas y cubierta de ramas o paja en la cual se recogen los pastores y gente del campo». En nuestra Comarca de Tiermes lo entendemos como un refugio de piedra que se construía únicamente a la intemperie tanto en zonas montañosas como en terrenos baldíos, y que era utilizado por pastores para protegerse de las inclemencias del tiempo, de algunos animales y a veces para dormir, cuando guardaban sus pequeños atajos de ovejas. Concretamente puede definirse como un refugio construido de piedras y cubrición por el sistema de falsa cúpula por aproximación de hiladas. El único hueco que presentan es la abertura de acceso o puerta, rematada por un dintel de una sola pieza y enmarcada por dos jambas formadas por piedras.

El sistema de falsa cúpula o falsa bóveda -la utilizada en los chozos- es la fabricada originalmente  por aproximación de hiladas de lajas, que, montadas unas sobre otras con ligero  vuelo, van desplazándose progresivamente en sentido ascendente hacia el centro del espacio que hay que cubrir, hasta cerrarlo.

Los chozos -llamados casitos en algunas localidades del norte de Madrid- son los elementos de habitación más elementales que podemos encontrar en la arquitectura popular, como refugios de apoyo a la actividad pastoril desarrollada en lugares más o menos lejanos de los núcleos de población. Por su construcción y morfología se pueden calificar de habitáculos primitivos.

En la Biblia la choza es un simple refugio. La importancia de la choza se manifiesta en el Levítico llamando Sukkot a la fiesta de las chozas. «El nombre procede, sin duda, de las cabañas de ramas que los campesinos levantaban en los huertos para vigilar las cosechas, cuando los frutos llegaban a su madurez». Estas chozas campestres en el Éxodo se convertirán en construcciones efímeras rituales, aunque su uso va a ser el de morada o vivienda, cuando dice el Señor: yo hice habitar en chozas a los israelitas cuando los saqué de la tierra de Egipto (Lv. 23, 42-43). Esto nos lleva a un significado doble: el del hombre sedentario, vigilante de sus cosechas y el del hombre que está en éxodo y construye su choza en el desierto.

Ya en el Paleolítico se construyeron chozas pequeñas que eran una vivienda rustica y tosca, hecha de ramas y barro o tierra. Más cercano a nosotros en Terra Amata, en Niza, en 1966, además de restos óseos de grandes mamíferos, se encontró evidencia de hogares y cabañas de las dichas características 380.000 años a.C. Igualmente en la antigua Mesopotamia los primeros albergues de los cazadores y recolectores son cavernas, cuevas, abrigos y chozas de caña y ramas.

Cuál sea la antigüedad de los chozos pastoriles en nuestra Comarca no lo podemos señalar; sí parece claro que los chozos aparecieron con los mismos pastores, es decir, que donde y cuando hubo ovejas, hubo pastores y hubo chozos.

España posee un rico conjunto de arquitectura de piedra en seco, hallándose prácticamente en cada entorno rural ejemplos de estas construcciones. La interrelación entre arquitectura pastoril y empleo de piedra en seco es un hecho constructivo que abarca principalmente toda la península, si bien en las regiones húmedas se combinan la piedra, el barro y otros materiales. No pertenece nuestra Comarca de Tiermes a una región húmeda, de ahí que sólo encontremos piedra y en algunos chozos algún cuartón de encina o enebro sin labrar, crecido en los alrededores de dichos chozos, para sostener la bóveda.

El progresivo desuso de los chozos desde los años sesenta por parte de los pastores ha conllevado el que nadie se ocupara de restaurar los desperfectos que las nieves y los vientos produjeran durante una gran parte del año. Así han llegado a la situación actual, donde solo los más fuertemente construidos están en una situación aceptable.

Tipos de chozos

Nos encontramos con tres tipos de chozos. El chozo circular, (Tipo A), el cuadrangular, (Tipo B) y el rectangular (Tipo C), todos hechos enteramente de piedra y con bóveda. Algunos chozos de los tres tipos llevan en la bóveda unos cuartones de chopo, de enebro o de encina, según se encuentren uno u otros en los alrededores cercanos.

Además de estos tres tipos principales de chozos, se encuentran otros que, aprovechando como pared un risco, una cueva, un tolmo u otras piedras de gran tamaño, dan como resultado unos chozos de formas variadas. Vamos a señalar a estos como del Tipo D.

Otro tipo, y bastante frecuente, es el chozo (así es llamado) sin bóveda, aunque quizás no debería nombrarse como auténtico chozo, pues se construyó solo hasta cierta altura por tres lados, dejando totalmente diáfano el lado este o solano, y sirviendo exclusivamente para resguardarse de los aires fríos del oeste, del norte y del sur, aunque no de la lluvia. Algunos de estos refugios servían también para apostarse a esperar con reclamo a la perdiz. Los nombraremos refugios contra los aires. Estos formaran el Tipo E

Un último grupo lo forman los chozos abiertos totalmente al este y con bóveda de cuartones que sostienen bien algunas piedras losas, bien ramas de encina o enebro con tierra y casquijo cubriéndolas, pero que en la actualidad solo quedan unos cuantos cuartones, los conoceremos por el Tipo F o chozos con bóveda de cuartones, ramas y casquijo con tierra.

En Manzanares, Sotillos, Noviales, Ligos y Cuevas de Ayllón no hemos encontrado chozos, en Rebollosa de Pedro sí tienen memoria de haberlos habido. Y es que estos pueblos al este, oeste y norte no tenían grandes cerros pedregosos y al sur empleaban las propias oquedades naturales que suministraban los roquedos de arenisca para guarecerse de la lluvia. La mayoría de estas oquedades o abrigos-chozos se emplearon y emplean como apoyo a la actividad pastoril, estando ligados o relacionados directamente con corrales de ganado o parideras.

El típico chozo de pastor es el que hemos agrupado en los tipos A, B y C, con cubierta levemente cónica en leve pendiente, capaz de hacer que el agua escurra hacia el suelo y así impedir que penetre en el interior del chozo. En esta Comarca el chozo era construido íntegramente con la piedra que se encontraba en las lastras de pastoreo alejadas del pueblo. En las huertas de nuestros pueblos se construían unas casillas cuadradas o rectangulares de pequeñas dimensiones -aunque más grandes que los chozos- con cubierta de cuartones de madera, ramaje, barro y tejas, que servían para guardar las herramientas y guarecerse del mal tiempo, y como almacén provisional de los productos cosechados (patatas, alubias, frutas, alubias, etc.). Estas, repito, se llamaban casillas. En las dehesas de Valvenedizo, Losana, Pedro y Torrevicente, hemos encontrado estas casillas donde el vaquero podía hacer fuego, comer y dormir, sin tener que acercarse al pueblo.

Sistemas de construcción

Los sistemas de construcción de estos chozos fueron los mismos para toda la comarca. Se delimitaba el terreno con una circunferencia, un cuadrado o un rectángulo, la mayor parte de las veces no perfectos, para posteriormente ir rellenando la hoja de la pared, procurando entrecruzar las piedras de la pared interna y externa, siendo el resultado una única hoja. En ninguna de las paredes he encontrado ningún tipo de argamasa para fijar las piedras. A partir de alrededor de un metro y sesenta cms. del suelo, la pared se empezaba a abovedar, haciendo sobresalir las piedras losas hacia el interior hasta lograr, por aproximación de las hiladas de piedra, completar la bóveda.

Pensados los chozos exclusivamente para guarecerse del frio y de la lluvia, tienen una puerta de escasa altura, orientada hacia el Sur o el Este, ya que en esta comarca las lluvias vienen del oeste, por eso no se encuentra ninguna puerta orientada a dicho punto cardinal. No dejaban ningún humero o chimenea para la salida de humos, lo cual no era obstáculo para no hacer algún fuego, si la ocasión lo requería. Cuentan de Mariano Barrio García que una vez hizo fuego dentro de un chozo. Salió un ratillo -pues las ovejas estaban metiéndose en una finca -cerrada- cuando las llamas de las aliagas subieron tanto que quemó un cuartón de encina que sostenía la bóveda. Nunca se rehízo la bóveda.

El suelo del chozo no estaba acondicionado de ninguna manera. Alguna losa gorda en el interior servía de asiento al pastor que, aunque dentro del chozo, seguía abrigándose -pero sentado- con su manta de cuadros.

Los chozos, así como otras construcciones similares, como las majadas, se caracterizan por la utilización de materiales fácilmente accesibles en el entorno, puesto que se levantaban con un mero apilamiento de piedras, que conseguían la estabilidad estructural gracias a la selección y colocación de las piedras con sumo cuidado.

Están construidos la gran mayoría con losas de piedra plana, si bien algunas veces –las menos– se han construido con piedras de otras muchas formas, sin ninguna argamasa. Para su construcción aprovechaban los elementos que más a mano tenían, las propias piedras que, bien estaban arrinconadas en los bordes de las fincas de cultivo, bien formando parte del terruño o traídas de muy corta distancia, utilizando la técnica de piedra seca o proceso de construcción caracterizado por la ausencia de mortero o argamasa. Con frecuencia se sujetaban las hileras de piedras, poniendo una losa que abarcara las dos hileras.

La puerta pocas veces supera el metro y medio de altitud. Su anchura suele ser entre 50 y 60 cms. Los chozos raramente servían para protegerse del calor intenso del verano, pues en los altos solía correr el aire y se protegían del sol en la sombra de los espinos que nunca faltaban.

Cañicera

Entre todos los chozos encontrados en la Comarca de Tiermes-Caracena merece destacar el chozo de Cañicera, que aparece debajo, (Imágenes 1, 2 y 3). Este chozo se encuentra en el paraje denominado El llano –arriba de Cuesta Calera– y en las coordenadas 41º 20’ 43’’ – 3º 5’ 45’’. Su estado de conservación es muy bueno. Su planta es del tipo A, circular, excepto su parte frontal, siendo esta una cara rectilínea. A partir de la parte más alta de esta cara de 2’30 m. de altura se inicia, desde la parte trasera, una cubierta de losas de unos 0’50 m. de inclinación hacia la parte frontal. Es de distinguir en este chozo que la parte central de la cubierta está rematada con cinco losas grandes perfectamente colocadas, sin ninguna salida de humos, (Img. 3). El grosor del muro de su pared es de 0’55 y su diámetro interior tiene 2 metros, coincidiendo esta medida con otros chozos de esta comarca. Debo señalar que toda la piedra usada para la edificación de este como de los demás chozos de la Comarca de Tiermes-Caracena, procede de las lastras en donde los contemplamos. Siempre utilizaban la piedra que tenían a mano. El dintel lo solucionan con una piedra-losa, apoyada en otras losas más pequeñas y seleccionadas que forman las jambas. Como puede observarse en las imágenes, el chozo tiene una pared exterior que mide 1’60 metros de altura, que refuerza su construcción. Jacinto, (Q.E.P.D.), con quien recorrí en su coche los términos de los pueblos de Cañicera y Valderromán, me señaló todo orgulloso, como queriéndome indicar algo sobre su historia y su magia, que «este chozo está en línea con la atalaya de Caracena y el castillo de Gormaz».

A unos 350 metros al nordeste hay otro chozo al que me acerco con mi amigo Jesus Vicente que me acompaña esta vez,y me dice que no tenía memoria de él, (Img. 4). Está en las coordenadas 41º 20’ 40’’– 3º 5’ 38’’. Es cuadrangular (Tipo B) y construido con algunas losas gruesas, aunque una gran parte de sus piedras son multiformes. El grosor de las paredes es el más común: 0’50 m. La altura total del chozo es de 1’70 m., más una leve bóveda inclinada hacia los laterales. Para entrar, los de más estatura de 1’50 tendrán que agacharse. El dintel lo forma una piedra rectangular; también en las jambas se utilizaron pìedras losas rectangulares.

Desde este paraje divisamos dos chozos: uno en lo alto de la mojonera con Tarancueña y otro, en Peña Merina, en el cerro al este del pueblo de Cañicera. En el paraje de Las Cucas, en el cerro al oeste del pueblo, Jesús sabe que hay otro chozo.

Caracena

Santiago Pacheco me acompaña y dirige la vuelta por el término, llevándome en su todoterreno con gran maestría. Santiago nació en Tajueco y, de joven, trabajó varios años en Madrid. Conoció (y yo le conocí también) en la Casa de Soria a Victoriano Hernando, un pariente lejano mío, natural de Caracena, a quien compró la casa y fincas y a Caracena se vino con su novia, luego esposa. Tiene varios miles de ovejas y ha hecho un hueco en su trabajo para llevarme a fotografiar los chozos del término de Caracena. Es una persona muy culta que sabe hablar y escuchar. Nos encaminamos hacia la parte éste del término subiendo la cuesta y después hacia la mojonera de Tarancueña, pasando una gran llanura de lastra con algunas buenas fincas de cereales, que han borrado el Camino de la Lana, que es también el Camino de Santiago desde Levante y Cuenca a Burgos, llamado por estos pueblos Carraesteban, si vamos hacia San Esteban y Carraatienza, si vamos hacia Atienza. También es el Camino del destierro del Cid, desde Fresno de Caracena hasta la sierra de Miedes.

El paraje de la imagen 5 lo llaman Catavieja. Todo parece que se trata de un chozo circular, sin bóveda, pero conservando solo un inicio de la misma por su parte posterior. Por esta lastra no faltan las piedras losas y con ellas lo hicieron. La pared es de un grosor de 0’60. Tiene una apertura frontal al este de 3’60 y una profundidad de 2’50. Sus coordenadas son: 41º 22’ 17’’ – 3º 4’ 31’’

En la Mojonera de Caracena con Tarancueña y Madruédano, y en las coordenadas 41º 22’ 3’’ - 3º 4’ 27’’, encontramos un chozo cuadrangular– choril lo llama Santiago- que estuvo techado en tiempos. Ofrecemos la parte posterior con una pared lateral de 1’50 de altura, resguardándose de los fríos del norte, como se muestra en la imagen 6. La puerta está orientada al este. Tiene un diámetro interior de 2 x 2 ms y las piedras utilizadas son de formas variadas: losas unas y otras multiformes.

El siguiente chozo, (Img. 7), está en el paraje de Catavieja, si bien Santiago también llama a esta zona Matalasllanas. Situado en las coordenadas 41º 22’ 24’’ – 3º 4’ 26’’, es circular, aunque imperfecto. La pared derecha frontal esta caída, aunque deja adivinar una puerta abierta al este. El chozo, construido con piedras multiformes tiene un diametro de 1’20 y una pared de 0’45 aproximadamente.

En el Llano de las paredes, camino de Madruedano, hay un gran montón de piedras en hilera alargada que se recogieron de las tierras cultivadas y taparon el chozo que allí había. El siguiente chozo lo encontramos en Las azayalas. Es un gran risco con una oquedad a la que antepusieron una pared para cerrar dicho hueco. Ahora la pared está caída, (Img. 8). Claramente lo enclavaríamos en el tipo D.

Bajamos a la ribera de Carrascosa de Abajo, cruzamos el rio Adante y, desde allí, subimos a lo alto de la margen izquierda del dicho rio. En dirección sur seguimos hacia el monte de Caracena donde encontramos un chozo rectangular en el paraje de El Chaparral, (Img. 9). Si no tardáis demasiados años en ir, encontrareis una aliaga en medio del chozo. Está orientado al este y construido con piedras multiformes. No hay losas en los alrededores. Parece que nunca haya tenido bóveda, al menos de `piedras losas. Su interior mide 1’60 x 1’10. El grosor de la pared es de 0’60. Sus coordenadas 41º 23’ 28’’ – 3º 6’ 43’’.

En esta misma zona de El chaparral hay otro chozo de forma rectangular de 4 m. en su parte frontal y 3 de fondo, (Img.10). La bóveda está caída como muestran las piedras y los cuartones del suelo de su interior. Al no haber piedras losas en su derredor y sí enebros, la bóveda se hizo con cuartones de enebro sin trabajar. La puerta es de las más altas: 1’80 de altura, empezando la bóveda justo por encima del dintel, formado por una losa no muy gruesa, aunque suficiente. El grosor de las paredes oscila entre 0’50 y 0’70. Sus coordenadas: 41º 23’ 15’’ – 3º 6’ 49’’.

Seguimos hacia el norte y llegamos al Choril de los pintaos, (Img. 11). Santiago no conoce el origen de este nombre dado al paraje. Este chozo está situado fuera del monte, aunque se está repoblando su alrededor en gran manera. Se encuentra sin bóveda. Es de trazo circular, aunque imperfecto en su lado derecho, con un diámetro de 2 ms. Los cuartones de carrasca y alguno de chopo sostenían una bóveda que terminaba con ramas de encina -llamadas támaras- y tierra con muy poca inclinación. Las pocas losas que se encontraron cerca las colocaron para dintel y jambas de la puerta. La puerta de entrada tiene un hueco de 0’50 de ancha por 1’70 m de altura. Está construido en las coordenadas 41º 22’ 49’’– 31 6’ 29’’.

Más al norte y en el paraje El castillo, (Img. 12), nos paramos en el último chozo de nuestra visita. Se encuentra en la misma mojonera con Valderromán. Coordenadas: 41º 22’ 20’’ – 3º 5’ 57’’. Es de trazo circular incompleto, con un inicio de antigua bóveda, aunque no hay otras muestras que nos indiquen haber tenido bóveda, puesto que la parte frontal de 2’50 m. no parece haber tenido hueco de puerta. Tiene una altura entre 1’72 y 1’80. Toda la construcción está hecha con losas de diferentes tamaños. Su profundidad es de 2 m. A 100 ms al norte divisamos otro chozo sin bóveda de menores dimensiones. Lo fotografío de lejos y nos encaminamos a Caracena, suspirando por una cerveza en el bar que regenta la familia de Santiago.

Carrascosa de Abajo

A la vera del Camino de la Lana, del Camino de Santiago a Burgos y del Camino del destierro del Cid en sentido Sierra de Miedes, nombrados arriba, se encuentra este chozo de Carrascosa de Abajo (Img.13).

Sus coordenadas son 41º 26’ 15’’ – 3º 3’ 52’’. Es cuadrangular, aunque irregular, de 4 por 3’80 en su medida exterior. La puerta tiene una altura de 1’50 por 0’55 de ancho. El grosor de sus paredes es de 0’55 a 0’60. El dintel y las jambas están construidos con piedras gruesas con un buen asiento, si bien las piedras del resto de las paredes son de formas irregulares. La bóveda está construida con cuartones y ramas de enebro y cubriendo dicha bóveda, tierra, con una leve inclinación. El interior es amplio, con un diámetro de 3 metros, si bien su altura no pasa de 1’55. La altura exterior es de 1’80. La bóveda esta sostenida con tres cuartones de este a oeste, ramas de enebro y tierra de los alrededores, con una leve inclinación hacia las paredes laterales. Santiago conoce a varias personas que han dormido en este chozo, aunque él dice que no dormiría dentro por miedo a las culebras. En un par de horas de hacenderas podría arreglarse el portillo existente en la pared oeste, (Img. 14), antes que se caiga el chozo completo. Desde este chozo, el castillo de Gormaz aparece claro y majestuoso en lontananza.

Carrascosa de Arriba

Me acompañan Mari Cruz y Santiago. Ella, alcaldesa pedánea de Torresuso y él natural de Carrascosa de Arriba. Estamos en el paraje de El Pedregal y en las coordenadas 41º 21’ 25’’ - 3º 9’ 59’’, donde se levanta un chozo que tiene las trazas de ser circular, aunque su interior mide de diámetro 1’20 y 1’10. Abajo, en línea recta, al sur del chozo, está la Fuente de la Venta. Por el oeste aprovecharon la roca para su construcción. La pared es la de más grosor -1 metro- que hemos encontrado. La puerta se encuentra al este; tiene 1’60 de altura y 0’60 de anchura, (Imgs.15 y 16). La Fuente de la Venta se refiere a la venta que existió a la vera de la Calzada Quinea, de Uxama a Termes[1].

También en El Pedregal encontramos un segundo chozo. Su estructura es de forma rectangular y su puerta está orientada al norte, algo totalmente inusual, (Img.17). La puerta, en un extremo del chozo, tiene una altura de 1’60 y una anchura de 0’50. Es amplio su interior, midiendo 3 x 2. La bóveda está sostenida con cuartones de enebro, árbol de los alrededores, espaciados en 40 centímetros aproximadamente. Las paredes están construidas con losas y acuñadas debidamente. Las losas de la bóveda las cubrieron con tierra y casquijo de los alrededores, (Img.18).

Llegamos al paraje de Los Espaldares. El chozo, rectangular, está a unos pasos del Barranco de las Caracolitas. Se encuentra en las coordenadas 41º 21’ 36’’ – 3º 9’ 39’’ (Imgs.19-20). El enebro que vemos en la imagen, al crecer, hizo caer, la pared. El interior mide 2 x 1. La puerta, orientada al este, mide 1’30 x 0’45. A excepción de las piedras del dintel y de las jambas, que son piedras con buen asiento, las demás son piedras de formas variadas.

Seguimos en Carrascosa de Arriba y en el paraje de El Pedregal, (Img.21) teniendo abajo, al sur, la vega de Ventamalo, encontramos un chozo cuadrangular, con un diámetro interior de 1’80 x 2 m. Está bien construido con losas gruesas, y con una pared de refuerzo al sur. Sus coordenadas son: 41º 21’ 12’’ – 3º 9’ 25’’. La bóveda, que empieza con el dintel de la puerta, está sostenida por seis cuartones de enebro y ramas, cubiertas estas con alguna losa, casquijo y tierra. Su parte central es más alta, lo que facilita la caída de las aguas. La altura de la puerta, orientada al este, es de 1’60 y su pared tiene un grosor entre 0’40 y 0’60.

Desde el cerro de La Atalaya de Valderromán fotografié a distancia el chozo de la imagen 22, en el término de Carrascosa de Arriba.

Castro

En el paraje Las cordilleras a pocos metros del camino de concentración dirección Retortillo, en su desvío a Castro, encontramos en las coordenadas 41º 18’ 57’’ – 3º 2’ 8’’ un chozo rectangular con la bóveda caída (Img. 23). Esta estuvo hecha con cuartones y encima losas no demasiado ligeras. Con poco trabajo podrían levantarse en poco tiempo las piedras caídas de las paredes, así como la cubierta. La puerta de 0’50 de grosor está abierta al este, pues aquí también azotan los vientos y lluvias del oeste. La altura del chozo es de 1’17 y su diámetro interior es de 1’50 x 1’15, aunque el chozo parece circular.

Mi viejo amigo Félix Barrio, compañero de la Asociación Cultural Comarca de Tiermes desde su fundación, me ha mostrado la situación del anterior chozo y ahora, dirige mi mirada hacia otro chozo en la ladera oeste del Cogollo que parece estar en buenas condiciones; nos parece que es muy costoso subir, pues ya vamos teniendo edad.

Un chozo circular bien conservado se encuentra al sur del pico del Cogollo, pico que divide los términos de Castro, Retortillo y Tarancueña, (Img. 24). Sus coordenadas son: 41º 19’ 16’’ – 3º 1’’ 51’’. A unos 30 ms hacia el norte del chozo hay una encina pequeña, que nos ayudará a su mejor localización. David García Ricote me señaló hace unos días que las ovejas de Tarancueña pueden pastar alrededor de este pico, a cambio las de Castro pueden hacer lo propio en la umbría del Cogollo en el término de Tarancueña; dice también que Quintín Manzanares echaba pestes contra el alcalde de Tarancueña que en aquel momento hizo este cambio. David hace lo propio. El chozo está, como he dicho, al sur del Cogollo, dando vistas a la sierra Pela, divisándose desde él la Comarca de Tiermes – Caracena en su gran parte. La puerta está orientada al suroeste, lo cual es un acierto si queremos contemplar desde dentro toda la Comarca, pero no tan acertado cuando vienen las lluvias y vientos del oeste. En su parte baja se emplearon piedras gruesas de diferentes formas; en el resto losas de diversos tamaños. La pared del este tiene menos altura, pues se aprovechó el desnivel del suelo, allanando antes su interior; de esta forma quedaron algunas piedras del este cubiertas de tierra.

La puerta tiene una altura de 1’40 por 0’50 de ancha, con una gran losa de dintel. La pared de la parte frontal del chozo es más ancha que el resto de las paredes. El interior, totalmente circular, tiene un diámetro de 1’20. La altura exterior es de 1’60 m. De la parte frontal parte la bóveda, construida totalmente de losas de poco peso, bien puestas en hiladas. En el interior, sobre un montoncito de piedras sobresale una imagen de latón de la Virgen del Pilar con unas espigas al pie, (Img. 25).

Hoz de Abajo

Me acompaña Gregorio Montero, gran conocedor de su pueblo y del término, pues fue agricultor y ganadero. Y lo que es más: cuenta que heredó de sus padres y de uno de sus abuelos el amor por la tierra y la conservación de lo que la naturaleza ofrece en estas tierras de encinas, enebros, lastras, tomillos, unas pocas huertas y un aire puro maravilloso.

Con gran ilusión y entusiasmo me lleva en su Renault Laguna a recorrer el término en busca de los chozos que bien sabe dónde están. Llegamos a unos por buen camino, a otros atravesando tierras que este año están de barbecho. Como en unas pasan el rodillo y en otras hacen la siembra directa están muy llanas para ir por ellas. Algún corzo nos salta de vez en cuando. Miramos de este a oeste y vemos en lontananza los Picos de Urbión y el Moncayo. También se ven desde estas lastras mirando al este, el Cogollo y el Mirón de Tarancueña. Y más cerca, hacia el norte, los términos de Carrascosa de Abajo, Fresno de Caracena y las Quintanas Rubias. Mientras vamos en el coche me va contando que no le gustó Madrid, que dejo el puesto del mercado de carne y se vino al pueblo. No para de repetir que su abuelo le inculcó los amores por el campo. Estuvo dos o tres años en el seminario de Sigüenza, lo dejó y marchó a Madrid. Ahora está jubilado, lleva mucho tiempo de alcalde pedáneo y le gusta hacer cosas por el pueblo y la Comarca de Tiermes-Caracena.

Me cuenta también en nuestro recorrido entre chozo y chozo que en la guerra los rojos se llevaron a tres hombres del pueblo, los mataron y poco después trajeron los cuerpos al pueblo. Le pregunto por qué lo hicieron y su respuesta es que «tenían unas cuantas tierras y ovejas más que los demás». También me dice que viene a cazar el nieto mayor de Franco y otros de su familia. Al volver al pueblo pasamos por una finca sembrada de «colza» que apenas ha fructificado, pero me dice que «cobran su dinerito y a otra cosa». Poco antes de llegar de vuelta a Hoz de Abajo pasamos al lado de una parcela de bastantes hectáreas que está sembrada de garbanzos, que no se habían sembrado desde que llegó la maquinaria a estas tierras. Le regalo dos libros: uno El antaño perdido III[2], en el que hay un trabajo sobre los molinos y ríos de la Comarca entre otros muchos, para que conozca por qué el rio de su pueblo se llama Adanta y no Manzanares o Tiermes. El otro libro es sobre la historia de Caracena y su tierra, a la que perteneció Hoz de Abajo[3]. Nos despedimos hasta cualquier día.

El primer chozo, (Img. 26), está en el paraje Cuesta Andrés en las coordenadas 41º 23’ 39’’ – 3º 7’ –‘’. Parece ser que nunca tuvo bóveda, que sólo se construyó para resguardarse de los aires del oeste. Es circular. Tiene una anchura frontal de 3’5. La pared sigue los modelos más frecuentes con 0’5 de grosor. En este chozo, como en todos los demás de este pueblo, las piedras no son losas de color claro, sino piedras rojizas y multiformes. Los labradores actuales han echado las piedras de las fincas cercanas al interior de este chozo.

El paraje del chozo n.º 27 lo llaman la Peña del Santo, situado en las coordenadas 41º 24’ 12’’ – 3º 8’ 12’’. Me cuenta que hubo una ermita a corta distancia al sudeste. No sabe el nombre. Y que queda algún mínimo resto de una pared. Este chozo tiene algunas piedras losas, sobre todo en las jambas de la puerta. Originalmente estuvo techado. La pared derecha vista de frente tiene un desprendimiento de piedras que -dice Gregorio- fue hecho por cazadores en espera de las perdices. Me cuenta que Hoz de Abajo tiene mucha extensión de terreno y que en los sesenta plantaron un pinar, que desde este chozo puede verse perfectamente al norte. Me señala desde aquí hacia el este donde hubo un despoblado llamado El Ejido, aunque este nombre parece más bien ser el nombre de un paraje toponímico. El paraje está entre Valderromán, Hoz de Arriba y Hoz de Abajo.

La Pradera es el paraje donde encontramos el chozo de la imagen 28. Tras la concentración ha quedado el nombre de Fuenteconejos. Sus coordenadas son: 41º 25’ 26’’ – 3º 8’ 1’’. Como todos los chozos de este pueblo la puerta está orientada al este. Como me señala Gregorio la pared parece estar hecha por un profesional. Es un chozo rectangular con muchas piedras multiformes con cierto parecido a la toba. Tiene su interior 2 m de fondo por 1’5 de ancho.

La Loma es el paraje donde se encuentra este chozo de forma cuadrangular, en las coordenadas 41º 25’ 6’’ - 3º 8’ 26’’ (Img. 29). Tiene una medida de 3’5 de largo en una supuesta pared frontal. Todavía vemos por los suelos cuartones de enebro quemados que sostenían la bóveda o parte de ella. No se encuentran apenas piedras de losa por los alrededores y sí piedras rojizas multiformes, de las que están hechas sus paredes.

En el paraje denominado La Coronilla encontramos el chozo más ancho y de más grosor en sus paredes, situado en las coordenadas 41º 24’ 50’’ – 3º 8’ 55’’ (Img. 30). Es también de forma rectangular y construido con piedras rojizas multiformes, con tres filas de piedra que hacen un grosor realmente ancho. Mide 6 metros en su cara frontal orientada al este, 2’5 de fondo y 4 de ancho en su interior. También hicieron lumbre con los cuartones de la bóveda, aunque –me dice Gregorio– tenían mucha leña de enebro a dos pasos.

Liceras

Me acompaña hoy Javier Sanz Lucía y a las 9:30 cogemos la carretera de San Esteban. En el paraje que llaman Cabeza Quemada y a la vera de dicha carretera encontramos un chozo rectangular que me dice Javier que es un chozo caminero, es decir donde se refugiaban los peones camineros, (Img. 31). Pienso que también lo harían antes de la construcción de la carretera y siempre que lo necesitasen, los pastores de Liceras. Tuvo una bóveda original de piedra, que cuando se cayó aprovecharon los cuartones de enebro que hay alrededor y la reconstruyeron con dichos cuartones. La piedra de sus paredes es muy irregular y no se hallan losas en los alrededores. Tiene una puerta de entrada de 1’50 de alto por o’60 de ancho. Las paredes son también de 0’60 de anchura y el espacio interior es de 1 x 1’50. Se encuentra en las coordenadas: 41º 25’ 9’’ – 3º 13’ 23’’.

A poca distancia volviendo hacia Liceras, y también a la vera de la carretera, hay restos de otro chozo de camineros de estructura circular. El paraje lo llaman La Cantera. Y sus coordenadas son: 41º 23’ 45’’ – 3º 14’ 12’’.

Nos trasladamos ahora a Peña Alta (Img. 32) donde, apoyado en las rocas construyeron un chozo de una sola pared resguardando a los pastores de los vientos y lluvia del oeste. Tiene una altura de 1’60 y 1’20 de profundidad. Nunca tuvo bóveda. Sus coordenadas son: 41º 22’43’’ – 3º 13’ 56’’.

En el Camino de Las Hoces (Img. 33) encontramos un chozo de pastores, rectangular, que en algún momento estuvo cubierto con una bóveda de piedra. Tiene una altura de 1’60. Y el interior mide 2 x 1. Su pared es de 0’50 de grosor. Es peculiar pues tiene una pared lateral también para resguardarse de los aires del oeste, esta sin bóveda. Coordenadas: 41º 22’ 59’’- 3º 13’ 50’’.

Las puertas en todos estos chozos están siempre orientadas al este.

Unos días más tarde vamos en su todoterreno al monte, al paraje de El Barranquillo de los bueyes donde vemos un chozo rectangular, refugio de los aires del oeste y del frio del norte, sin bóveda. En su parte central ha crecido un enebro que ha ocasionado un portillo, (Img. 34). El frontal mide 2,40. El interior 1,40 x 1,20. La altura de la pared es de 1,20. Está construido con bastantes piedras losas – aunque de mayor grosor que las losas de las lastras sin árboles-, las demás son de forma irregular. La situación que marcan las coordenadas es: 41º 23’ 41’’ – 3º 13’ 15’’.

Losana

Poco antes de llegar al puente del rio que baja de Peralejo, Ricardo Pascual y yo torcemos a la derecha y como a un kilómetro encontramos un chozo rectangular en el paraje de Los Tormos que se muestra en la imagen 35. Se aprovechó un tormo o peñasco situado en una pequeña elevación del terreno, para adosarle una hilera de piedras y resguardarse de los vientos y lluvias del oeste. La puerta quedó al este como era preceptivo y sabían muy bien los pastores. Su parte posterior se muestra en la imagen 36. La imagen 37 nos muestra su construcción con grandes losas y aprovechando parte del tormo.

Otro chozo, este rectangular, que se encuentra en este mismo paraje (Img. 38) está construido entre dos tormos, con piedra arenisca de variadas formas y dimensiones. La bóveda esta sostenida por dos cuartones de roble sin trabajar y barro. El interior mide 2 x 1’30. La puerta entre 0’60 y 0’70 cms de anchura y 1’60 de altura. Está orientada al Sur. Una losa rectangular tiene por dintel y otras piedras areniscas gruesas y labradas forman las jambas.

En el paraje que llaman Los hoyos, otros El robledal y otros El Monte, encontramos una casilla cuadrangular, (Img. 39), con cuartones y teja -caída- en su cubierta y con salida de humos. La puerta 0’60 x 1’55 de altura. El interior mide 3 x 3. Sus coordenadas 41º 17’ 17’’ – 3º 4’ 34 ‘’. Fue hecha en hacenderas por el pueblo, no por los pastores. y su finalidad era el de servir de vivienda al vaquero desde San Isidro hasta que se abría la rastrojera. El vaquero dormía allí y le llevaban la comida, me cuenta Ricardo.

En. el paraje el Contadero con base en varias rocas se alza este chozo, (Img. 40). Al haberse caído el dintel de la puerta – que parece era bastante alta- se desprendió la media bóveda de la parte delantera. Las piedras son de arenisca de diferentes tamaños y formas. Las rocas hacen que sea el interior rectangular, midiendo este 2 x 1. La puerta está orientada al Sur, (Img. 41) como puede observarse al tener al fondo la Sierra Pela. Las coordenadas de este chozo son: 41º 18’ 24’’- 3º 4’ 28’’.

El chozo de las imágenes 42 y 43 está situado en el paraje llamado Espinosa, a la izquierda de la carretera, dirección El cotorro de Espinosa, donde en lo alto del mismo hay un chozo refugio sin bóveda. La puerta conserva el dintel, pero la bóveda está hundida. Unas rocas en los laterales y parte posterior sirvieron para facilitar su construcción. La puerta está orientada al este y mide 1’60 x 0’60. Las coordenadas son 41º 18’ 40’’ - 3º 4’ 50’’

Madruédano

Antes de llegar a la entrada al pueblo de Madruedano cogemos el camino de concentración que nos llevará al límite con Tarancueña. Al final de este camino, a la izquierda en el paraje de Las escaleras, encontramos un chozo sin cubierta, (Img. 44) con una encina por detrás, en las coordenadas 41º34’63’’ – 3º 03’50’’. Sus paredes sobrepasan el metro de altura. La apertura del chozo esta al saliente y no presenta muestras de que fuera construido con puerta.

Volvemos hacia Madruédano y a la izquierda a unos 300 metros del camino de concentración, en un pequeño promontorio, sin maleza en su derredor se encuentra un bonito chozo circular, (Img. 45). Sus coordenadas son: 41º 35’ 05’’ – 3º 05’ 91’’. La pared tiene un grosor de 0’60 y la altura de sus paredes es de 1´65; el diámetro interior es de 1’70. La mitad de la bóveda está hundida. En la imagen 46 podemos ver que su construcción fue a base de losas de tamaño medio y grande. Las piedras de dicha bóveda se sujetan con unos cuartones sin refinar. La puerta mide 1’35 x 0’52.

Montejo de Tiermes

Ha sido muy complicado ponerme de acuerdo con Alberto López, que está al cuidado de las ovejas, de pastorear con ellas, cuidarlas en las naves y el sin fin de tareas que conlleva el tener ovejas como son entre otras, sacar basuras, pasar noches con las que paren, proporcionarles hierbas para el invierno o pastorearlas por el campo. Al fin la víspera de la Virgen de Tiermes de Octubre, que es el dia 12, lo logramos y fuimos en su todo terreno a fotografíar alguno de los muchos chozos que hay en este pueblo. Al subir la cuesta camino de San Esteban torcemos a la izquierda y en el paraje llamado El Pinarejo, camino a Los Corrales encontramos el primer chozo, (Img. 47) situado en las coordenadas 41º 22’ 33’’- 3º 12’ 16’’. He de decir que este como los demás de este pueblo que se reflejan en este trabajo no tienen bóveda o cubierta. La entrada es muy amplia y Alberto me insinúa que la mayoría de los que vamos a reflejar aquí tenían una cubierta de cuartones, ya que no se encuentran piedras losas para hacer la bóveda como en el resto de los pueblos de esta Comarca. Las piedras de las paredes son multiformes y no es posible hacer una cubierta o bóveda sólo con ellas. El diámetro de este chozo de tipo B es de 1’50 m.

Seguimos hacia la mojonera de Liceras. Situado este chozo en las coordenadas 41º 22’ 52’’ – 3º 12’ 59’’, tienen las paredes una altura de 1’47, el diámetro interior es de 2 x 1 y el grosor de las paredes 0’5. Su forma es rectangular sin pared en el lado del este, (Img. 48). Las piedras son irregulares en su forma y no presenta ninguna señal de haber tenido bóveda de ninguna clase. Está bien conservado.

También por la mojonera de Liceras encontramos otro con la misma estructura rectangular que el anterior, pero con desiguales paredes en su altura, (Img 49). Sus coordenadas son: 41º 22’ 52’’- 3º 13’ 6’’. El diámetro es de 2 x 1 y su altura es de 1, 40. Orientado también al este.

En las coordenadas 41º 22’ 38’’ – 3º 13’ 19 está situado este chozo cuadrangular, con puerta abierta al este, que lo he mostrado de perfil para que se viera el pico de Grado justo a su izquierda, (Img. 50) y, asi, quedar más clara su situación e identificación. El paraje lo llaman Majacorrales en la linde con Liceras. Es cuadrangular; su entrada al este es mas amplia que en otros chozos y es posible tuviera alguna cubierta en sus momentos de construcción. Tiene un diámetro de 2 x 2. El grosor de las paredes es de 0’60. La altura es de 1,48. Está hecho con piedras losas pero de bastante grosor, losas que no son aptas para hacer una bóveda con ellas.

En la Caleruela y en las coordenadas 41º 23’ 15’’ – 3º 10’ 19’’ encontramos un chozo de estructura cuadrangular imperfecta de cuya pared al suroeste pendía un plástico amarillo, que hemos querido dejar como muestra de lo que no se debiera hacer, (Img. 51). El diámetro es de 3 ms. La altura de las paredes es de 1’46. Igualmente que el anterior, en su construcción emplearon losas pero de bastante grosor, muy diferentes a las de los pueblos del este de la Comarca.

Terminamos nuestro recorrido acercándonos a la zona de las tumbas en la Dehesa de Montejo. Encontramos un chozo cuadrangular en las coordenadas 41º 21’ 34’’ – 3º 11’ 41’’, justo en el extremo este del conjunto de tumbas de época romana?, (Img. 52). El chozo conserva en su techumbre los cuartones de la cubierta. Su interior es de 3 por 3 m de diámetro.

La imagen 53 hace homenaje a Alberto que me acompaño aquella mañana y también para dar a conocer estas tumbas que solo conocen los naturales de Montejo. El chozo que aparece en la imagen 54 con las ovejas pastando en su cercanía se halla en la zona de la Careruela donde además hay varios refugios más. El paraje esta entre la carretera de Las Hoces y el camino de Quintanarrubias. El chozo de la imagen 55 se encuentra en la carretera de las Hoces de Arriba, al empezar el monte.

Pedro

Tras pasar la mañana del Miércoles Santo recorriendo el término del pueblo en sus límites del sur, es decir, por la sierra Pela, tuvimos la decepción, en dos lugares donde pensábamos que había chozos, encontrar, sendos montoncitos de piedras, que fueron de los otrora chozos. Este día era el cumpleaños de mi amigo y guía Damián González, y yo que pensaba invitarle a comer, fui el invitado. La comida en Campisábalos nos dio fuerzas para ir a buscar una taina en la que se refugiaban los vaqueros, muleteros y cabreros cuando llovía y sus ganados pastaban en la Mata de Pedro, (Imgs. 56-58). De agradecimiento traigo unas fotografías de esta taina rectangular, de cinco por cuatro metros, con cuartones, vergazas y tejas para cubrirla. En este tipo de tainas el vaquero pasaba mucho tiempo, comía y dormía con frecuencia. Era una taina que se hacía por cuenta del municipio y/o de los propietarios de los ganados.

Peralejo de los Escuderos

Ricardo Pascual me manda unas fotografías del único chozo que conoce de Peralejo de los Escuderos. Se encuentra en el paraje de Los arenales. Tiene forma circular y está construido con piedras bastante grandes, muchas son losas y otras multiformes. Para construir la bóveda se ayudaron de algunos cuartones de los alrededores. Como dintel de la puerta utilizaron una losa rectangular apropiada para un hueco de puerta de 1’50 por o`50. En su interior pueden resguardarse de los vientos y lluvias dos personas. La puerta está orientada al este. (Imgs. 59-61).

Pozuelo

A poca distancia del chozo de Carrascosa de Abajo se encuentra un chozo rectangular ya en el término de Pozuelo, situado en el paraje El pendoncillo, junto a un poste geodésico. Sus coordenadas son: 41º 24’ 29’’ – 3º 4’ 5’’. Tiene un frontal de 2’50, un grosor de pared de 0’50; el diámetro interior mide 1’20 y una profundidad de 2’30. No hay ninguna muestra que nos haga pensar que tuviera bóveda alguna vez.

Retortillo de Soria

Hay dos zonas en las que, acompañado de Pablo Benito, hemos encontrado chozos pastoriles. La mayor parte se encuentran en las lastras al noreste del término de Retortillo. Vamos por la carretera a Berlanga y a la derecha sentido Barahona, a poca distancia del comienzo de la misma, a unos 400 metros al sur de dicha carretera encontramos el primero. Se encuentra en las coordenadas 41º 20’ 28’’– 2º 58’ 29’’, (Img, 62). Al fondo de la imagen, a la izquierda, se divisa el pico del Cogollo y más lejos la sierra Pela. La puerta tiene 0,90 en el frente y 0, 53 de fondo. La altura es de 1,24. El chozo está completo y en buenas condiciones. La bóveda está hecha de losas bastante grandes con una altura de unos 0’50 ms. en pendiente bastante pronunciada. El grosor de la pared varía entre 0,60 y 0,75. Aunque parece que es un chozo circular, su diámetro interior varía entre 1,90 y 2,40.

Los otros chozos se encuentran en la zona noroeste de Retortillo, en la margen izquierda de la carretera de Burgo de Osma. Nada más subir El Portillo hay un camino que va hacia la nave de mi amigo y guía Pablo Benito. Llegamos a la nave y a la derecha, al noroeste, a unos 300 ms. encontramos un chozo circular que está completo, es decir tiene paredes completas, bóveda y puerta, (Img. 63). Estas son las coordenadas: 2º 97’ 67’’- 41º 33’ 43’’. La puerta de entrada es de 1 metro de alto por 0’50 de ancho. El dintel o cargadero es una losa grande rectangular. Desde luego que hay que entrar a gatas. El diámetro es 1’50. Conserva una piedra plana para asiento. La bóveda está hecha con losas de piedra en ligera pendiente irregular y su estado general es bueno, aunque se necesitarían algunos retoques. Moviendo levemente una losa de la bóveda por el centro saldrían bien los humos.

Seguimos hacia el Oeste y encontramos varios chozos cercanos a la mojonera de Madruédano, como muestra la estaca caída en la que se lee coto de caza. El chozo de la imagen 64 es rectangular en sus dos lados laterales y circular en la pared del fondo. De la pared circular parte el inicio de una bóveda, sin duda caída, y que debió estar hecha con cuartones y losas. Su parte frontal no parece haya tenido puerta. Tiene una altura hasta el inicio de la posible bóveda de 1’60. La anchura del frontal es de 2’20. El hueco interior mide 2 x 1. El de la imagen 65 se diría que era simplemente una defensa de los aires del norte y, principalmente, del oeste.

Tarancueña

Cesar Ricote, pastor desde jovencito y en vísperas de jubilarse, ha fotografiado cerca de cuarenta chozos, diseminados por todo el término, en buenas y no en tan buenas condiciones. Me voy a limitar a presentar una muestra variada y de todos los parajes.

En el cerro que llaman Valdepedroches y cerca del Hundimiento encontramos varios chozos: uno en buenas condiciones y otros tres solo con la pared que corta los aires del oeste y el frio del norte. El que se muestra en la imagen 66 está en las coordenadas 41º 19’ 46’’ – 3º1 3’ 12’’. Tiene una altura de 1’80 más 10 cms de bóveda. Su puerta mide 1’42 x 40, el diámetro interior 1’90 y 1’12, pues, aunque por fuera parece circular, no lo es por dentro. El grosor de la pared es de 0’50 ms. Tiene un asiento interior (Img. 68) y un poyato por fuera en la mayor parte del chozo, (Img. 67). La bóveda está construida con losetas de piedra en escalón. Tanto el dintel como las jambas están construidas con piedras gruesas con buen asiento.

Por debajo de la tumba del Rojo, a unos 40 metros, y en las coordenadas 41º 19’ 36’’– 3º 3’ 0’’ encontramos el chozo de la imagen 69. Realmente es un refugio. Está en medio de un montón de piedras que parece que fueron en tiempos una majada. La entrada y cara sin pared está orientada al suroeste, algo anormal en los chozos de esta Comarca.

Voy con David Ricote en su furgoneta. Desde las cerradas de Los llanos salimos a la carretera a Retortillo y, del mismo alto de la Cogolluda a la izquierda, parte un camino. Lo seguimos y pocos metros después de la subida de la cuesta dejamos el todoterreno y andamos como unos 40 metros a la derecha para encontrarnos con chozo muy completo, en buenas condiciones (Img. 70) y con algunas inscripciones en las losas que cierran la bóveda. En una de ellas hemos podido leer Santiago Muñoz, 8 de enero del 60, (Img. 71). El pico que se ve al fondo es el Cogollo, (Img. 72).

Este chozo rectangular, -aunque irregular- está situado en el paraje Cerrada Miranda, también llamado Solana de Cuestamojón y Lastrillas de la Canaleja, en las coordenadas 41º 19’ 40 – 3º 2’ 5’’. La altura total es de 2 metros más la bóveda que en su punto central levanta unos 10 cm. La puerta tiene una altura de 1’36 y una anchura de 0’50. El grosor de su pared llega hasta los 0’74 ms. El diámetro interior es de 1’5 x 1. Es de destacar la buena construcción con piedras del lugar no labradas, aunque rectangulares con excelente asentamiento. También quiero destacar la pared exterior de dos metros que quita los aires y lluvias del oeste. La puerta está abierta al sur. Dado que el terreno estaba en cuesta, así lo decidieron. David me recuerda que él estuvo refugiado muchas veces en este chozo y que Quintín Manzanares tuvo mucho que ver en la construcción de varios chozos y refugios de esta zona.

Volvemos al camino y siguiendo la dirección de Las lastrillas, tras varias curvas, llegamos al final de la cuesta y mirando ya a dicho paraje, paramos el coche y andando un poco a la derecha podemos divisar un chozo que parece claro nunca ha tenido bóveda. Rodeado de tomillos y aliagas, (Img. 73). Sus coordenadas son: 41º 19’ 43 ‘’ – 3º 1’ 50’’. A poca distancia a la derecha encontramos un chozo rectangular que igualmente sin duda nunca ha tenido bóveda, (Img. 74). No es de extrañar, pues hay pocas losas por estos alrededores. Es grande con un fondo de tres metros y una abertura frontal de cuatro. Orientado totalmente al este. Al fondo se puede ver el pico del Cogollo. Sus coordenadas son: 41º 19’ 43’’ – 3º 1’ 43’’.

Cuando volvemos para el pueblo, David me señala a la derecha Valleslacueva, en la cima de El Mirón, donde divisamos un hueco, que es la puerta de un refugio en roca y cueva (Img. 75). Días más tarde César Ricote sube hasta allí y me manda esta bella fotografía con las coordenadas 41.338902 – 3.0476772.

Altos de la Varga. Las escaleras

En La Paredona, que así llaman al norte de Las Escaleras, -cerca del final del camino de concentración que termina en el límite de los términos de Madruédano y Tarancueña-, se encuentra el chozo de la img. 76, que está en buenas condiciones, si bien necesita limpieza y algún retoque. Es un chozo circular imperfecto con sus coordenadas 41º 21’ 27’’ – 3º 3’ 38’’. En la img.77 se muestra la parte trasera, que da al oeste.

Delante tiene un hermoso majuelo. La puerta mide 1’30 por 0’60 y está orientada al este. El dintel de la puerta es una losa grande rectangular. El diámetro interior es irregular: entre 1’00 y 1’18. La bóveda, de losas de piedra, están apoyadas unas sobre otras en escalón.

A unos 100 ms. hacia el sur, casi asomando a la Varga, encontramos unas paredes de cerca de un metro de altura, (Img.78), de un chozo, aunque más bien es una especie de refugio de los aires del oeste. Sus coordenadas: 41º 35’ 05’’-3º 05’ 72’’.

Siguiendo el camino de Carraesteban pueden encontrase varios chozos y refugios hasta la linde con Caracena.

Cabeza Vela . Entre Madruédano y Tarancueña

No me he acercado a este paraje, pero me asegura César que este chozo está muy bien y muy entero, (Img. 79). Es cierto que el interior está muy bien construido, (Img. 80).

El Mirón. Fuensanta

Subimos al manantial de la Fuensanta. Desde allí, unos 120 metros barranco arriba tropezaremos, a la izquierda con este chozo, que está escondido entre una carrasca grande y varios chaparros, (Img.81). Diríamos que nunca ha tenido bóveda. Las paredes actuales miden 1`50 de altura. El grosor de la pared es de 0’50 m. El frontal del chozo mide 2 m. Nos sorprende que la entrada o puerta esté orientada al oeste. La brújula nos marca estas coordenadas 41º 20’ 18’’ - 3º 3’ 1’’.

Desde este chozo, a unos 100 m. a la izquierda o noroeste, justo en la cumbre de la colina se encuentra el chozo de la imagen 82, circular, que está en buenas condiciones y completo, es decir: paredes, puerta y bóveda. Las paredes siguen unas medidas típicas en todos, 0’50 m de grosor; la puerta mide 1’10 x 0’5, con una losa grande como dintel. Las losas de la bóveda parten de la pared, como es de rigor, y son grandes, de forma que solo se necesitaron unas pocas más pequeñas para, superponiéndolas, cerrar la bóveda, motivo por el cual esta se ha conservado. Además, su diámetro es de 1’10 m, lo que hace más segura la bóveda. La brújula nos marca estas coordenadas 41º 20’ 20’’ - 3º 3’ 3’’.

Otros chozos de Tarancueña. Imágenes de César Ricote García

Img. 83: Hoyo la Judía. 4.13434636 – 30.790537 _4

Img. 84: Las Cabezas con vista a Cuesta Conejo: 41343405 – 30824935 _4

Img.85: Las Cabezas con vista a Caracena 41.346240 - 30.860907 _4

Img.86: Hoyo Reina: 4.13467254 – 30.793989 _4

Img. 87: Cerro La Zarza: 4.13503583- 30.815168 _4

Img. 88: La Escaleruela, detrás de la nave de La Cabezuela, encima del camino de Caracena: 41.345223 – 30.717647 _4

Img. 89: La Escaleruela, camino de Caracena 41.3470616 – 3.0749984 _4

Img. 90: El Collado, dando vista a Rajuelas 41.344137- 30759261 _4

Img. 91: Majalta, en la linde con Valderromán.

Torresuso

Me acompañan en su todoterreno mis amigos Santiago, que es natural de Carrascosa de Arriba y su mujer, María Jesús, alcaldesa pedánea de Torresuso. El primer chozo que nos encontramos al subir por el camino de Las Hoces es el situado en el paraje de San Ginés. Allí mismo cuentan los viejos del lugar que se encontraba el pueblo primitivo, (Img.92). Me aseguran que en cuanto tengan tiempo, allá para el próximo Noviembre subirán los dos a restaurarlo en lo que puedan. La puerta, extrañamente, está orientada al norte. Sus coordenadas son: 41º 21’ 38’’ – 3º 10’ 21’’.

En el mismo paraje del alto de San Gines encontramos un chozo sin bóveda, (Img. 93), con un frente sin edificar de cuatro metros, una anchura de pared de 0’55 y profundidad interior de un metro. Se encuentra exactamente en el inicio de la bajada de la Calzada Quinea. Su puerta también está orientada al norte. Sus coordenadas son: 41º 21’ 35’’ – 3º 10’ 10’’. Ostenta la estaca de coto de caza, en el límite con el término de Carrascosa de Arriba. Esta Calzada Quinea, en su bajada suave por la ladera, divide los términos de Torresuso y Carrascosa de Arriba.

En el paraje de El pedregal encontramos un chozo con un enebro y unas encinas a la puerta, (img. 94). Entro y me encuentro con un espacio de 1’40 x 1’40 con la particularidad que tiene una pequeña extensión a modo de alcoba de 1 metro de fondo por 0’80 de ancho, (Img. 95). La bóveda (Img. 96), ya nos ha avisado de ello porque por la parte de esta «alcoba» la bóveda es más baja. La alcoba está construida completamente de losas de diferentes tamaños. La puerta exterior, como segunda rareza, está orientada al norte. Santiago llevaba unas hermosas tijeras de podar y cortó algunas ramas para poder entrar y fotografiar mejor la «alcoba». Las coordenadas de este chozo son: 41º .21’ 154’’ – 3º 9’ 29’’.

Para terminar con Torresuso atravesamos una finca de cardos hasta divisar la Hoya de Valdegarea y el camino a las Hoces, recién reabierto por la alcaldesa pedánea Mari Cruz. Encontramos un chozo, como muestra la imagen 97, cuadrangular, de 4 ms de frontal y un diámetro de 2’10. La bóveda, en otro tiempo cubierta, nos muestra todavía un par de cuartones con los que, con alguna losa, ramas de enebro y tierra hicieron dicha bóveda.

Da la impresión que la pared de la puerta, orientada al este, tendría 0’50 de ancho. Las coordenadas son: 41º 21’ 51’’ - 3º 10’ 11’’. Desde aquí divisamos, a la izquierda del camino a Las Hoces un chozo sin bóveda.

Torrevicente

Torrevicente siempre ha tenido fama por sus corderos que eran muy buscados. Tiene una gran extensión de lastras con hierbas finas que se traducían en carnes muy sabrosas.

A la izquierda de la carretera, sentido Berlanga, encontramos un chozo circular con restos de haber tenido bóveda, (Img. 98). Sus coordenadas son: 41º 20’ 522» - 2º 58’ 4». En los alrededores del chozo hay gran cantidad de piedras losas grandes iguales que las que quedan en la bóveda y que, suponemos, no resistieron el peso. El grosor de la pared es irregular: varía entre 0,75 y 0,90. Igualmente la anchura de la puerta es de 0,60 en su parte baja, estrechándose en la más alta hasta 0,45. Su diámetro tiene tres metros, aunque irregular. En la imagen 99 se muestra la pared desde el interior.

A unos 80 metros, al sur del chozo anterior y a la izquierda de la carretera sentido Berlanga, encontramos dos chozos: El primero del tipo C, tiene la sierra Pela al fondo y está situado en las coordenadas 41º 20’ 50» - 2º 58’ 8», (Img. 100). El segundo en las coordenadas 40º 20’ 36» – 2º 57’ 54», (Img. 101), muestra unas paredes de gran grosor: 1 metro en la mitad de la pared que se orienta al oeste y 0’75 en la norte. Este chozo tiene de fondo 2’5 y de ancho 2’60. La entrada en ambos está orientada al este

A la derecha de la carretera sentido Berlanga, situado entre la mojonera de Torrevicente y Retortillo y en las coordenadas 41º 20’ 33»- 2º 58’ 13» se encuentra el chozo de tipo C, (Img. 102) resguardado del norte y del oeste. El grosor de la pared no sobrepasa los 0,65 pared. Las piedras en su gran mayoría no son losas como puede ver claramente el lector. Su fondo mide 2 metros y la anchura es de 1,80. La imagen 103 representa un chozo del grupo C, cerca de unas parcelas en la ladera que baja hacia el rio.

Paraje de Torrevicente con Sahuquillo y Abanco

En estas lastras, con muchas tierras valladas con piedras, llamadas «cerradas», ya no cultivadas, de finas hiervas, jedrera y tomillo, abundan las piedras, generalmente losas grandes y gruesas. Vamos Pablo Benito y yo derechos a ver un chozo que sobresale por su altura. A medida que nos acercamos, empezamos a tener dudas de qué es lo que tenemos delante. Ya al pie, resulta que no es un chozo, es una torre, una pirámide, con cuatro lados, cada uno de dos metros de largo. A partir de una altura de 1 metro se va estrechando la pirámide, cerrándose el cono. Hay mucha piedra en los alrededores. No sabemos cuál sería el objetivo del constructor. Se nos ocurre que sería para resguardarse de los cuatro aires posibles, que no de la lluvia, o simplemente fue un capricho de un anónimo pastor. Está en las coordenadas 41º 21’ 9’’- 2º 57’ 21’’, (Img. 104).

Cerca de esta torre encontramos el chozo de la imagen 105 en las coordenadas 41º 21’ 11’’- 2º 57’ 19. Y otro también cercano, sin bóveda y de estructura rectangular, (Img. 106)

Y llegamos al más pequeño de todos los encontrados en esta comarca, (Img. 107). Tiene la puerta al norte y con dos metros de frontal. La pared es de 0’50 m. El fondo tiene 0’70 y su anchura es de 0’80, aunque irregular. Dentro solo cabe una persona y sentada. Sus coordenadas: 41º 21’ 4’’-2º 57’ 32’’.

En este paraje encontramos también el más grande y mejor conservado de este pueblo, (Img. 108). Tiene dos metros de diámetro y una altura interior de dos metros. Está muy bien construido. La pared tiene un grosor de 0’70. Delante de la puerta tiene un pequeña y no elevada pared que es como una preentrada. Está en las coordenadas 41º 21’ 3’’- 2º 57’ 34’’. La imagen 109 muestra la construcción interior.

Margen derecha del rio

Voy con Pedro López, amigo y compañero desde los primeros años de la asociación «Comarca de Tiermes», al paraje La Cruz de Hierro y nos encontramos con un chozo -aquí también los llaman toriles- (Img. 110), cuya puerta está orientada al Este, algo que les aclaro a la mujer de Pedro y a Pili su amiga, que nos acompañan, del porqué de esta orientación. La puerta mide 1’40 de altura por 0’ 40 de anchura. La bóveda empieza a una altura de 1’65 y su punto superior central está a 1’ 80 m. Podemos clasificarle como chozo circular, aunque su diámetro es de 2’20 x 1’40 es rectangular. Sus coordenadas son 41º 19’ 15” - 2º 56’ 31’’.

El segundo chozo que vemos esta mañana del 22 de agosto se encuentra en el paraje de Los quiñones a unos 400 ms al sur del anterior. No tiene bóveda, (Img. 111), aunque muestra trazos de haber tenido algún tipo de cubierta. Sus coordenadas son: 41º 19’ 14’’ – 2º 56’ 45’’.

Por la misma zona y en la Cabecera del Bacho encontramos un chozo con su bóveda al completo, (Img. 112). Una puerta de 1’50 x 0’50. El interior mide 1 x 1’10. El aspecto exterior es cuadrangular aunque su interior es circular. Sus coordenadas son 41º 19’ 10’’ - 2º 56’ 59’’. La bóveda, de losas, tiene una altura de 0’40 m.

En la parte sur de este paraje se encuentra la mojonera de Retortillo y ahí mismo hay un chozo sin bóveda, a pocos metros del camino que baja hacia Torrevicente desde Retortillo.

Montamos en el coche de Pedro y nos dirigimos a ver el chozo del monte. Bajamos hacia el rio, pasamos por el pueblo, cogemos la carretera hacia Berlanga y nos adentramos en el monte. Este monte está en un terreno bastante llano y con una hierba muy alta. Ya no hay ni ovejas ni vacas que pasten. Me dice Pedro que en la feria de Berlanga se cotizaban muy alto los chotos de Torrevicente. El chozo que mostramos (Img. 113) era para el vaquero; está en una esquina de la «cerrada» que servía para cerrar la vacada. Se llama el Chozo del monte, es bastante grande; su interior tiene 3 x 2’80. La puerta tiene una pared lateral antes de su entrada, midiendo esta 1’05 de altura x 0’5 de anchura. Está situado en las coordenadas 41º 20’ 53’’ - 2º 55’ 22’’.

Tanto Pedro como su mujer deciden que tienen que arreglar la parte posterior de este chozo y que lo harán cuando no haga tanto calor. Debo aclarar que son excelentes albañiles.

Valderromán

Jacinto, ( ) que me acompañó en su furgoneta durante toda la mañana, conocía muy bien desde niño el término. Comenzamos subiendo al cerro de la Atalaya. En lo más alto encontramos el chozo que sigue, (Img 115), que es el que más nos ha gustado. Tiene un diámetro interior de 2,25 x 2; el grosor de la pared es de 0,60. La piedra es plana, que por esta Comarca ya sabemos que se llaman losas. La puerta de entrada está orientada al este, como casi todas las de esta Comarca de Tiermes-Caracena, y está reforzada y resguardada por un muro también de losas. Mide esta puerta 1,20 x 0,50. Y tanto el dintel como las jambas están construidos de losas bastante gruesas. El constructor supo dejar unas losas volanderas todo alrededor de la bóveda para que escurrieran las aguas hacia el suelo.

Desde aquí, si miramos hacia Carrascosa de Arriba veremos como a unos 200 metros un chozo en pié, que hemos mencionado en el capítulo de Carrascosa de Arriba. Si miramos desde el borde del cerro, hacia la Sierra Pela, en el risco de la cumbre encontramos una pequeña cueva que, con una pared al este, completaron un chozo. Más abajo a media ladera, se divisa un chozo en ruinas. Bajamos de la Atalaya y cogimos la carretera de Caracena y en la Mata y en los Pelaos, los dos parajes cerca de la mojonera de Caracena, encontramos los tres chozos que siguen y dejamos varios que están derruidos. El primero, el de la Mata, contaba Jacinto que se hizo una foto con su hijo hace ya unos 15 años, (Img. 116). Entonces no estaba caída la pared de la derecha. Y Jacinto posó en este chozo. Sus coordenadas son: 41º 22’ 29’’ – 3º 7’ 24’’.

El segundo, en paraje de Los Pelaos, mide en su interior 2 x 1,5, (Img. 117). La brújula nos marca 41º 22’ 32’’- 3º 7’ 13’’. El grosor de la pared es de 0’40. El tercero, junto a la carretera es rectangular y su interior mide 2 x 1,20, (Img. 118) Sus paredes tienen entre 0,40 y 0,50 de grosor. La puerta está orientada al este y el hueco de la misma está sostenido por una losa grande y gruesa. Las jambas también la forman piedras alosadas rectangulares. La bóveda está en pie, a pesar de que la colocación de las losas parece desordenada. En la parte posterior hay un trozo de pared que se ha caído y dado que las aguas y viento del oeste la azotan es de suponer siga cayéndose más. De momento no afecta a la bóveda.

Montados de nuevo en el todo terreno vamos hacia el lado nordeste del término. Presentimos que Caracena está a poca distancia, pero no se divisa. Esta mañana del 2 de mayo de 2023 está clara y soleada, con una alta temperatura, aunque corre el aire que nos refresca. Vemos tres chozos más cuyas coordenadas, dado su posible interés para alguno de los lectores expongo a continuación: a. Sin cubierta: 41º 20’ 26’’; b. En la Mojonera junto al antiguo camino de Tarancueña a Caracena y también sin cubierta: 41º 22’ 23’’- 3º 8’ 56’’; c. Junto a las tablillas del coto en las coordenadas 41º 21’ 37- 3º 4’ 48’’.

El chozo que se muestra ahora está en la Sima-Peña el Águila, (Img. 119), en las coordenadas 41º 21’ 43’’- 3º 4’ 55’’. El diámetro interior es 1x 1’5. La anchura de la puerta es la más común: 0’5 y la altura es 1’40. La anchura de las paredes varía entre 0’60 en la parte baja y 0’50 de mitad hacia arriba.

El de la imagen 120, cuadrangular, se encuentra en Majalta; es el único que hemos encontrado con cuartones en la cubierta; sus paredes miden 0’50 de grosor; su total frontal mide 3’50; su interior mide 1,70 x 1,70. Coordenadas: 41º 21’ 21’’- 3º 5’ 6’’. El de la imagen 121 está completo, es circular y bien conservado. No nos acercamos a él por no pisar la finca sembrada de cereal. A lo lejos hacia la Sima me señala un chozo que me dice es grande y con tejas en la cubierta. Por sus dimensiones parece más bien una casilla, aunque solo cumplía las funciones de chozo, concluye.

Valvenedizo

Nos han informado que solamente conocen un chozo, como lo llama mi guía Víctor Muñoz, que está situado en el monte comunal, en concreto, en el paraje de El corral de los bueyes. Se trata realmente de una casilla, (Img. 122), como las existentes en Pedro y Losana, a las que ya me he referido. Es una construcción rectangular de piedra, abundando las areniscas y con tejado a dos aguas, utilizando como final de cubierta tejas rojas árabes como las utilizadas en las viviendas de esta Comarca. Tiene la particularidad de que se conserva una pared en la parte anterior de dicha casilla, junto a la puerta, para resguardarse de los aires y de los fríos. Era utilizada principalmente por el vaquero donde pasaba muchas horas del día y de la noche.

Cierro estas líneas tras las nieves caídas en La Perera en los primeros días de enero de 2024, lo que me ha impedido ir a ver dos chozos en buen estado que hay en dicho pueblo. Por otra parte, nos han informado que, en Cuevas de Ayllón, Ligos, Noviales y Rebollosa de Pedro, no se sabe de ningún chozo.

Conclusiones

El estudio del conjunto de estructuras de piedra en seco de la Comarca de Tiermes-Caracena, arroja luz sobre la explotación de este territorio, marcado por una intensa actividad agropecuaria. Los innumerables chozos que aparecen en estas lastras y montes poblados de especies autóctonas como encinas, chaparros, aliagas y tomillos, nos muestran -repito- una gran actividad agropecuaria, principalmente desde los primeros tiempos de las Comunidades de villa y tierra de Caracena, de Atienza y de Ayllón. En los chozos encontrados y señalados en este trabajo no destaca especialmente la «calidad» arquitectónica con alardes técnicos respecto a otros ejemplos de arquitectura de piedra en seco, pero sí asombra la cantidad de ellos presentes en este territorio. Este estudio, ideado para fomentar el conocimiento desde un punto de vista etnográfico e histórico-cultural de estas construcciones, ha desvelado un escaso nivel de conservación, pudiendo considerar a algunos de ellos en auténtico estado de ruina, por lo que se necesita una actuación inmediata.

APENDICES

1. Los chozos, patrimonio cultural etnográfico[4]

Cuando se habla de patrimonio cultural nos referimos, en primer lugar, a monumentos u obras arquitectónicas, esculturas, pinturas, arqueología, cuevas, etc. que tengan un valor universal desde el punto de vista de la historia del arte o de la ciencia. También nos referimos en segundo lugar a las construcciones cuya arquitectura se integra en el paisaje y son de valor histórico, artístico o científico. En tercer lugar, nos referimos a lugares que son obras de los hombres en conjunción con la naturaleza con valor estético, etnológico o antropológico.

En nuestra Comarca de Tiermes- Caracena encontramos una construcción de arquitectura popular, -el chozo pastoril- que ha sido objeto si no de desprecio, sí de olvido y desvalijamiento, como sucedió en Tarancueña que, al hacer la carretera, se deshicieron algunos de ellos para aprovechar las piedras necesarias para construir la carretera. Adentrándonos en la historia vemos restos de construcciones antiguas, como en Tiermes, en las paredes de algunas casas de Carrascosa de Arriba. Como en tiempos actuales ha ocurrido con las piedras sillares de las iglesias y casas de Rebollosa de los Escuderos y Manzanares.

Otras construcciones arquitectónicas en conjunción con el paisaje han sido los palomares que se han ido cayendo sin que nadie les prestara la más mínima consideración. Un muestrario de algunos de ellos en nuestra Comarca los recogí en la Revista de Soria[5].

Ni los chozos ni los palomares han recibido la más mínima atención ni se han valorado en términos turísticos. No hemos dispuesto de inventarios de chozos y palomares, prueba es del olvido y desprecio hacia ellos. Ambos fueron una construcción típica de la Comarca, por tanto una identidad cultural. Ambas construcciones son algo todavía tangible y por ello con posibilidades de realizar una puesta en valor turístico.

No parece factible hoy día el recuperar este modo de vida pastoril pero no deberíamos olvidar la profesión tradicional del pastoreo por el bien de nuestros campos, montes y ríos y por una alimentación más sana que la derivada de la estabulación continua. No es objetivo de este trabajo el buscar las razones de la desaparición de los pastores, pero sí señalaré que con ello han desaparecido tanto las manifestaciones artísticas de la profesión cuanto la existencia de la arquitectura que conlleva.

Debería la administración poner en valor su conservación y protección por ser un patrimonio de esta Comarca. Teníamos y aún tenemos mucho patrimonio, pero poco a poco está desapareciendo: perdimos el estilo de nuestras viviendas con sus puertas y ventanas, apenas si hemos conservado los enseres y herramientas propias de los labradores y sus nombres, se han hundido las majadas, se han vendido los trillos y los bancos de nuestros cocederos, se han quemado muchos legajos antiguos de nuestras secretarías, ya no se cantan las jotas de ronda, desparecieron los carnavales de nuestros pueblos, … sería muy largo enumerar las pérdidas. Sería necesario apoyar proyectos de investigación en este sentido, aunque nunca se hayan considerado que fueran manifestaciones artísticas y culturales.

Los chozos son un patrimonio singular, con siglos de historia. Construidos piedra a piedra han sido refugio para pastores, cazadores, buscadores de setas y caminantes. Son herencia viva de nuestros antepasados.

Por una parte, ya cumplieron su funcionalidad, y por otra han adquirido un valor artístico y estético. Ya son parte de nuestra identidad cultural, identidad de una pequeña parte de Soria y de España, pero una identidad nuestra, lo cual no se aprecia entre los municipios que forman nuestra Comarca. Los propios habitantes de la Comarca nunca han creído en su valor, por lo cual nunca ha habido voluntad de conservarlo. Debemos concienciarnos de su valor, aunque no tengan un interés tan intenso como otras manifestaciones del arte, e intentar que llegue su conocimiento a toda la población y a luchar por sumarlo a nuestra identidad.

Se debería abrir una línea de ayudas para su mantenimiento pues son muchos chozos los que han sufrido algunos desperfectos. Nadie tiene la culpa. Sólo la falta de uso a causa de la despoblación de nuestros pueblos y las penosas condiciones económicas y laborales de los pastores, que fueron sus constructores. La ventaja de este tipo de construcción es que se pueden reconstruir por parte de vecinos entusiastas, pero que necesitarían alguna ayuda por parte de la autoridad.

Podrían organizarse rutas comarcales con recorridos por los principales chozos de cada pueblo, conjuntamente con rutas micológicas, ornitológicas o de otros aspectos culturales.

2. Breve glosario sobre chozos pastoriles, pastores y ovejas

Chozos

Aparejo rústico: con las piedras sin labrar[6].

Bóvedas: estructura arqueada que cubre el espacio entre dos apoyos y forma el techo o cubierta de un edificio. Cubierta de una sola vertiente: cubierta a un agua.

Dintel o cargadero: parte superior de las puertas y ventanas que carga sobre las jambas.

Dintel monolito: de una pieza, como suele ser el dintel típico.

Contrafuerte: estribo o machón que se añade a un muro para reforzarlo a fin de contrarrestar el empuje de un arco o bóveda y también para fortalecer un muro en trance de ruinas o que contiene tierras, aguas u otra carga extraordinaria.

Falsa bóveda: compuesta de hiladas o anillos superpuestos y voladizos.

Hilada, hilera: serie horizontal o conjunto de piedras o ladrillos que se van poniendo en un edificio.

Hileras voladizas: las que van sobresaliendo o avanzando unas sobre otras sucesivamente.

Humero: cañón de chimenea por donde sale el humo.

Jambas: cada una de las dos partes verticales que forman con el dintel el encuadramiento de un hueco.

Lajas: lonchas de piedra.

Lancha: piedra naturalmente lisa, plana y de poco grueso. DRAE.

Lastra: piedra grande no tallada ni esculpida, lisa, plana y no muy gruesa. Diccionario de uso del español de América VOX Spes Editorial, Barcelona, 2002.

Lastra: paraje generalmente llano, a gran altura, donde abundan las piedras pequeñas planas.

Mampostería: fabrica u obra hecha con piedra irregular o con mampuestos colocados y ajustados unos con otros sin sujeción a determinado orden de hiladas o tamaños. Puede realizarse la obra en seco, con barro o con mortero.

Mampuesto: piedra sin labrar que se puede colocar en la obra con la mano.

Sillería: piedra labrada.

Pastores

Carlancas de los mastines: collares de púas colocadas en una amplia zona del cuello de los perros guardianes adonde se dirigía el mordisco del lobo.

Empega: señal o marca que se hace con pez al ganado lanar.

Empegue: hierro para marcar las ovejas.

Empeguntar: empegar el ganado.

Indumentaria del pastor castellano: piel, cuero y lana.

Pantalón de paño, chaleco de cuero, zamarras elaboradas con piel de oveja sin curtir y sin mangas; zahones.

Manta, - muchas a cuadros-, capa, capote o anguarina hechos con lana.

Calzado: albarcas hechas de cuero bovino sin curtir en una sola pieza que cubre la planta de los pies; a partir de un reborde se ata el empeine con cuerdas o correas. También alpargatas, zapatillas de lona, calzado de goma o botas camperas.

Faja: hecha de lana o estambre para el bienestar de los riñones; servía para guardar el pañuelo, el chisquero y la petaca.

Sombrero de paño gordo o negro, boina – en el siglo xx–.

Morrales, mochilas y zurrones, que cuelgan del hombro mediante correas.

Objetos de asta y hueso: colodras y cuernas: para beber, para guardar condimentos, para guisar, para llevar aguardiente o vino o la merienda, para usar como embudo o vaso.

Tijeras de esquilar el ganado lanar.

Ovejas

EDAD

CANTIDAD DE DIENTES

NOMBRE

Hasta 3 meses

Dientes de leche

Cordero/a lechal

3-12 meses

8 dientes de leche

Cordero/a, borrego/a

Entre 1 año y 2 (Desde 15 meses)

2 palas

Primala

Entre 2 y 3

4 palas

Andosca

Entre 3 y 4

6 palas

Transandosca

Entre 4 y 5

8 palas

Igualada

Más de 5 años

Vieja

Pala: diente.




NOTAS

[1] GARCÍA DE ANDRÉS, Paulino: El antaño perdido II, MCF Textos, S.A, Madrid 2017, pp. 213-217.

[2] GARCÍA DE ANDRÉS, Paulino: El antaño perdido III, MCF Textos, S.A, Madrid 2022

[3] GARCÍA DE ANDRÉS, Inocente y Paulino: Caracena, villa y tierra. Historia de una pequeña comunidad. Soria, 2022

[4] DE LA FUENTE, José María y otros Baltanás, corral del aire. Rutas de las cabañas pastoriles, Valladolid 2014, artículo de Beatriz Bueno Gallego, pp. 185-194.

[5] «Los palomares en la Comarca de Tiermes». REVISTA DE SORIA, Diputación de Soria, n.º 45,Verano, 2004. También en GARCÍA DE ANDRÉS, Paulino, El antaño perdido, Edit. CCS, Madrid, 2012, pp. 53-8.

[6] Definiciones encontradas en CALZADA ECHEVARRIA, Andrés : Diccionario clásico de arquitectura y bellas artes, Ediciones del Serbal, Barcelona, 2003



Los chozos pastoriles en la comarca de Tiermes-Caracena

GARCIA DE ANDRES, Paulino

Publicado en el año 2024 en la Revista de Folklore número 507.

Revista de Folklore

Fundación Joaquín Díaz