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1. Los Quintos
Es una fiesta muy arraigada en la población. Los jóvenes rememoran su salida de Madroñera cuando partían a realizar el servicio militar. Se celebra en el mes de febrero, sin fecha fija. Los primeros testimonios que aparecen sobre esta tradición en la población datan de mediados del siglo xviii.
El nombre proviene de la contribución de sangre u obligación de servicio militar que Juan II de Castilla (1406–1454) impuso durante su reinado, según la cual uno de cada cinco varones debía servir en el ejército, disposición que Felipe V retomó en 1705[1].
Hace años, en Madroñera, comenzaba por la festividad de La Pura cuando el quinto se comía los gallos en casa, acompañado de sus amigos y familiares, era el preámbulo del talleo. A lo largo del domingo, lunes, martes e incluso miércoles, los mozos deambulaban por las calles de Madroñera, acompañados de bebidas.
El domingo, día familiar por excelencia, el quinto era acompañado por sus familiares, luciendo sus ropas recién estrenadas, al honroso momento de la talla. Ropas que durante los días anteriores, la madre del quinto había expuesto con orgullo en su casa para que todo el mundo las viese. Una vez tallado el quinto la celebración tiene lugar en la iglesia, dando paso a la misa de los quintos. A continuación, el quinto y sus familiares regresaban a casa, donde se daba buena cuenta del frite, el escabeche y los dulces que las mujeres de la casa habían preparado durante la semana, a los acompañantes se les obsequiaba con un puro adornado con algún bordado. Pasaban la mañana en compañía de la familia y continuaba la fiesta posteriormente con los demás quintos en los bares de la villa.
Se oyen por las calles coplas de los quintos:
Los quintos, cuando se van,
hasta Trujillo van bien;
pero en llegando a la Venta,
todos se quieren volver.
Quinto fuí y me divertí,
soldado y no tuve penas;
mi madre llora por mí
yo lloro por mi morena...
Por aquellos entonces, existía la talla mínima de 1,50 para poder incorporarse a las filas, siempre había algún quinto que no daba la talla. La edad de quinteo era de 21 años. La fiesta continuaba el lunes con los mozos pidiendo por las calles (pan, chorizo, patatera, morcilla) todo venía bien para llenar las alforjas. Los vecinos del lugar suelen colaborar en todo, pues si no lo hacen, los quintos colocarán escrito en las fachadas y puertas de las casas «NO PAGÓ» que indicara a todo el mundo quién no quiso colaborar.
Otro momento destacable –que ya no se celebra– en la primera mitad del siglo xx, era el de correr los gallos. Con motivo de la Guerra Civil Española, en el año 1936, fue la última vez que se corrieron. En la entrada de Madroñera los quintos colocaban un palo en cada pared, para unirlos con una cuerda donde posteriormente colgaban los gallos. Cada quinto llevaba un gallo para colgarlo, a la vez que buscaba un caballo y preparaban una especie de sable de madera. Finalmente, sobre el caballo, a la carrera y sable en mano el quinto intentaría cortar la cabeza a alguno de los gallos. Tras el almuerzo se iniciaba el recorrido hacia la «Mona del Rollo», acompañados por los vecinos de la villa, para asistir a la tradición de «Poner la Bandera», el momento crucial de los quintos. La bandera se puso por primera vez en 1908 por el vecino Juan Bartolo.
El martes terminaba con el baile de quintos, en algunas ocasiones, a los quintos les le había tocado servir en Melilla, para terminar con la despedida, que se celebraba el día antes de incorporarse a las filas, todo esto al año siguiente de haberse quinteado. Con el tiempo, la tradición se mantiene aunque con algunos ligeros cambios, pero el cambio fundamental es la forma de vivir la fiesta, ya no es un día tan señalado.
Esta tradición se sigue manteniendo en otras localidades españolas, tal es el caso de Pezuela de las Torres en la provincia de Madrid, así se la conoce como «plantando el Mayo» en la Plaza de la Picota. También en la localidad de Los Santos, provincia de Salamanca, dentro de las jornadas festivas en honor a la Virgen del Gozo con la instalación de la Picota frente a la ermita. Esta antigua tradición señala que los quintos de la localidad marchan a un campo cercano y escogen un alto árbol, que tras ser desmochado colocan en la puerta de la ermita repleto de regalos y ofrendas a la patrona.
2. Las Niñeras
Es una fiesta popular que se celebra en Nocebuena donde participan las mujeres solteras a partir de los 15 años. Las «mozas» de la villa visten las ropas típicas y van llevando al Niño Jesús de casa en casa. En sus comienzos esta fiesta era exclusiva de la clase alta del pueblo. Y no todas las mozas del pueblo se podían vestir. Por dos razones fundamentales: las clases sociales no se mezclaban y porque la mayoría de las familias no disponían de los trajes típicos. Con el paso del tiempo esto cambio y todas las chicas mayores de quince años se pueden vestir pues en todas las casas hay trajes para ellas que normalmente abuelas y madres, compran o bordan con mucha ilusión.
La costumbre de salir con «El Niño» por las calles ha sido siempre una de las más arraigadas y podría tratarse de una tradición religiosa casi exclusiva de esta villa, que se remonta al siglo xix. Fueron unas feligresas de la iglesia las que se lo propusieron al párroco, el cual aceptó.
Dado que la experiencia fue buena el párroco aprobó su continuidad. Se trata de hacer un homenaje a los pastores que en su día adoraron y cuidaron al Niño Dios, esta tradición queda exclusivamente en manos de las mujeres. Ellas empiezan a vestirse al cumplir 15 años y seguirán haciéndolo hasta que se casen o decidan dejarlo. Las niñeras visten el traje típico y llevan a las casas la Buena Nueva de que el Niño ha nacido, recogiendo regalos y ofrendas, como en su día hicieron los pastores. Días antes de Nochebuena se convoca una reunión para todas aquellas niñas que deseen participar en esta tradición[2]. En dicho encuentro se hacen grupos y se reparten las calles de la villa, de tal forma que ningún rincón de Madroñera se quede sin escuchar el ruido de las panderetas y villancicos. El día de Nochebuena comienza muy temprano para todas estas chicas, pues tienen que vestirse, peinarse y ponerse todos los abalorios para llegar puntual a su cita. Es a las 10 de la mañana cuando todas las pastoras se acercan a la iglesia para, en una pequeña celebración de envío, bendecir al Niño Jesús. Tras este acto, cada grupo se dirige hacia el barrio que le corresponde: «…soy un pobre pastorcillo que camina hacia Belén...»[3]. Allí las vecinas y vecinos de la zona esperan ansiosos la llegada del Niño Dios a sus casas. Donde dormirá, por unos instantes, en cada una de las camas[4]. Quedando así todos los hogares bendecidos. Antiguamente, hubo una época, en la que las niñas que se incorporaban a esta tradición, en lugar de salir con El Niño el día de Nochebuena, lo hacían el día de Nochevieja, pero esto ocurrió durante un corto período.
3. Los Carnavales
Esta fiesta cuenta con una gran tradición en el municipio. Antiguamente el día gordo era el martes de carnaval, y se estilaba el jurramacheo. Actualmente los días más importantes son el sábado y el domingo donde numerosas carrozas y Comparsas animan las calles con música, cánticos y disfraces multicolores.
Los carnavales empiezan en Madroñera el jueves anterior con «Las Comadres». La tradición de «Las Comadres» comenzó en Madroñera en tiempos de la II República, cuando un pequeño grupo de chicas jóvenes decidieron reunirse una vez al año para fabricar dulces. Aquellos días transcurrían entre harina, huevo, azúcar, manteca y vino, los principales ingredientes de los pestiños que se fabricaban en las reuniones, además de dulces «Las Comadres» se crearon como un motivo de encuentro para las jóvenes, creando una tradición que aún continúa. En la actualidad la tradición continúa, aunque ha sufrido algunos cambios. La reunión de «Las Comadres» tiene lugar el jueves anterior a carnaval, debido a que estas fiestas cobran más importancia cada año, motivo por el que se incluye esta tradición en la festividad. Otro de los cambios en estas reuniones es el aumento de participantes, antiguamente eran pequeños grupos de amigas que se reunían en una casa para preparar dulce, y actualmente de la celebración de «Las comadres» se encarga la Asociación de Amas de Casa de Madroñera, compuesta por numerosas mujeres que fabrican hasta 60 docenas de roscas y pestiños que disfrutan acompañados de chocolate recién hecho. La tradición de «Las Comadres» continúa tomando fuerza.
4. Día de Extremadura
Desde hace varios años se viene celebrando en Madroñera el día de Extremadura, el 8 de septiembre, en el que se cantan y bailan en la calle las canciones populares. Los madroñeros, poco a poco han ido adquiriendo conciencia de comunidad. Hoy, se comienza el día con una misa Extremeña. Tras ella todos los vecinos se dirigen a la plaza de la villa para cantar a una sola voz el himno de Extremadura. Mientras tanto se van izando las banderas. Al finalizar el acto, los coros y danzas amenizan la mañana con sus bailes y cantos regionales. Algunas canciones han sido recuperadas por algunos componentes del grupo de coros y danzas «La Fuentona», esta agrupación de coros y danzas presentó en el 2007 su primer CD de canciones relacionadas con el folclore y la música tradicional. Por ello, este nuevo trabajo titulado Desde el corazón de Extremadura cuenta con temas propios de la población, de grupos folclóricos extremeños, y «dos temas de Manantial Folk».
Hoy día se ha convertido en una gran fiesta que comienza con el acto institucional de izado de banderas y canto del himno de Extremadura en la plaza del ayuntamiento de la localidad. También suele haber cante y baile a cargo de las asociaciones folclóricas del pueblo A continuación, se celebra una misa extremeña. A esa hora los bares del pueblo esperan a sus clientes con música de jotas, frite y escabeche y así comienza la fiesta que durara hasta bien entrada la noche. Hay que destacar que ese día sale todo el pueblo de fiesta.
Las madroñeritas
al entrar en Madroñera (bis)
lo primero que se ve
la casa de Enrique Sánchez
la fábrica y el cuartel.
Y a tu madre la he visto
en el río lavar
y a mí me ha parecido
la sirena del mar (bis).
Y a tu madre la he visto
en el río lavar.
En Madroñera señores
dicen que no hay caras guapas
pero las hay morenitas (bis)
que a los corazones matan (bis).
Y arrodea arrodea si vas por leche
yo también arrodeo niña por verte en
niña por verte (bis).
Los trajes típicos del municipio:
Por último, destacar otros festejos populares y religiosos que se celebran en Madroñera, como la procesión del Niño Pastor. Es una procesión que se celebra el Domingo de Resurrección, en la que los protagonistas son los niños. La imagen sacada es un Niño pastor –que se encuentra en el templo parroquial, obra del siglo xx– con una oveja, ataviado con el traje típico de Madroñera. El Niño Pastor es acompañado, en un recorrido por las calles de la villa, por los niños y niñas vestidos con sus trajes típicos.
En la procesión los niños y las niñas van vestidos de pastorcitos y pastorcitas llevan por calles del pueblo la imagen del Niño Pastor. Es costumbre que los niños del pueblo lleven corderos, ovejas y carneros adornados con cintas y lazos de papel en el acompañamiento en esta peculiar procesión.
La Gira, que se celebra el Lunes de Pascua, se trata de una comida campestre: escabeche, frite, gazpacho... y como dulce, «bollo de pascua», típico de estas fechas.
Las fiestas patronales que se celebran el primer domingo de agosto en honor a la patrona de la villa: la Virgen de Soterraña. Son las fiestas en las que se reúne el mayor número de personas. Durante estas fiestas, los antiguos habitantes de Madroñera regresan a la villa y se reúnen con sus familiares y amigos madroñeros. Las calles se llenan y se observa gran ambiente.
BIBLIOGRAFÍA
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FERNÁNDEZ–OXEA, R: «Robo sacrílego en Madroñera». Revista Alcántara, año V, número 19, Cáceres, 1949, pp. 10–13.
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MADOZ, P: Diccionario Geográfico–estadístico–histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Publicaciones del Departamento de Seminarios de la Jefatura Provincial del Movimiento, Madrid, ediciones, 1846–1850 (ed. de 1945).
MONTERO CURIEL, P y MONTERO CURIEL, M. L: «Marciano Curiel Merchán y los investigadores del Centro de Estudios Históricos». Actas de los XXII Coloquios Históricos de Extremadura, Trujillo, 1993.
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MONTERO CURIEL, M. L: «Los ajuares de Madroñera». Actas de los XVIII Coloquios Históricos de Extremadura, Trujillo, 1991.
MONTERO CURIEL, P: «La cultura de la vid y el léxico del vino en Madroñera». Actas de los XIX Coloquios Históricos de Extremadura, Trujillo, 1992.
RODRÍGUEZ PLASENCIA, J. L: «Correr los gallos», revista Folklore, número 375, Valladolid, 2013.
RODRÍGUEZ PLASENCIA, J. L: Las niñeras de Madroñera, revista Folklore, número 325, Valladolid, 2008, pp. 35–36.
ROL JIMÉNEZ, J: «Un estudio histórico–antropológico acerca del fenómeno de la emigración. El caso de la ermita «Virgen de la Soterraña (Madroñera)». Actas de los XXXV Coloquios Históricos de Extremadura, Trujillo, 2006.
NOTAS
[1] Real Orden de 7 de marzo de 1705.
[2] CURIEL, 1946, 25 y 26.
[3] FERNÁNDEZ–OXEA, 1950, 82.
[4] RODRÍGUEZ PLASENCIA, 2008, 35.