Si desea contactar con la Revista de Foklore puede hacerlo desde la sección de contacto de la Fundación Joaquín Díaz >
El cine español en la democracia
El cine español del posfranquismo fue un fiel reflejo de la situación de efervescencia política y social que se vivía en aquellos momentos. Juan Antonio Bardem rodó su primer film en el período democrático con El puente (1976), protagonizada por Alfredo Landa y estrenada en 1977. El protagonista de la película es un mecánico que, ante la perspectiva de tres días de asueto, lo que hace es viajar a Torremolinos, paradigma del turismo y del consumo. Pero el viaje se convertirá en toda una odisea. En Madrid se desarrolló un cine de bajo presupuesto, tono costumbrista e innovador en cuanto a las actitudes mantenidas por sus personajes: «progres» inmaduros, cuyo afán de liberación se veía a menudo frustrado por situaciones vodevilescas o de enredo sentimental. Es la llamada «comedia madrileña», apadrinada en sus primeros balbuceos por Fernando Colomo y José Luis García Sánchez. Fernando Trueba debutaba en la dirección con el film Opera prima (1980), producida por Fernando Colomo. Exitoso resultó también el retorno de Víctor Erice, diez años después del rodaje de El espíritu de la colmena, la esperada El sur (1983), que incidía en la línea autoral de su primer film: tratamiento pictórico de las imágenes, retrato intimista de los paisajes y de los personajes, estudio de la conflictividad de las relaciones hombre / mujer y padre / hijo, recreación del universo de la infancia, etc.
En el cine español de los inicios de los noventa aparecieron algunos nuevos directores que con el tiempo conseguirán desarrollar una carrera sólida. Bajo Ulloa y Medem serían las dos puntas de lanza de una nueva generación de realizadores, que sería bautizada por José Mª Caparrós y Jordi Costa como Joven Cine Español (JCE). Erice volvió a tomar la cámara para dirigir El sur, una excelente película que constituye, por encima de todo, un emotivo itinerario de ida y vuelta que va desde los sueños de la infancia hasta las realidades de la madurez, pasando por ese estallido vital que significa la llegada de la adolescencia. A Icíar Bollaín, nacida en Madrid en 1967, su temprana afición por el teatro y la interpretación le llevó a ser escogida por Víctor Erice para encarnar a Estrella, la adolescente protagonista de El sur. Su primer largometraje, Hola, ¿estás sola? (1995), escrito en colaboración con Julio Medem, sorprendió a crítica y público por poseer una insólita estructura de »road movie» en la que dos amigas se lanzan a la carretera a vivir la experiencia del momento presente. Constituida con elementos parcialmente autobiográficos, la ópera prima de Icíar Bollaín le valió el premio al mejor director novel en el Festival de Valladolid[1].
En 1983, diez años después de El espíritu de la colmena, Erice rueda El Sur. Aquí se supone que estamos en 1957 y en otoño. El autor lamenta que El Sur sea una película incompleta. Cuando arranca la película es Icíar Bollaín (Estrella adolescente) quien mira al péndulo de su padre. El Sur es adaptación de una novela, la de Adelaida García Morales, rodada dos años antes de que se editara el libro. Tras el fin de la infancia, en la novela, la niña va por fin al Sur y encontrará a su hermano que desconoce serlo. Pero la mirada de Estrella ya no es la mirada infantil. Es la de la adolescencia y juegan ya los celos a un nivel casi adulto[2].
El santanderino Mario Camus fue el encargado de realizar la versión de la novela de Eduardo Mendoza La ciudad de los prodigios. Miguel Ángel Rivas se encontró también con las películas de unos jóvenes, pero sorprendentemente maduros, como la de Zambrano o la de Bollaín, modestas, cálidas, densas y sugerentes. La mayoría de los directores noveles suelen ser guionistas. Directores que escribieron sus guiones, solos o en colaboración de otros, y directores que producen sus propios guiones son los exponentes más representativos de nuestra cinematografía. El recuerdo, la obsesión, una anécdota, una frase, una imagen, todos y cada uno de ellos son un punto de partida. Como también lo es la lectura apasionada de una obra ya escrita que sugiere al guionista una adaptación para el cine. Con el desarrollo de la sinopsis, la escaleta o el tratamiento, visitan al autor –a la hora de ir pergeñando el guion– los fantasmas de la extensión del relato y del ritmo con el que van aconteciendo los sucesos dramáticos. Son muchas las posibilidades abiertas y hay que tomar decisiones que a veces se nos pueden antojar como drásticas. De ahí que la autoría de la mayoría de los guiones sea compartida. Al trabajar con otros guionistas, ellos te guían de la mano cuando estás perdido. En un proceso tan complicado como es cualquier película, se nos antoja que son varios los autores[3].
La década de los noventa fue la del cambio en la imagen que el gran público tenía del cine español. El cine español de los noventa vive una modificación notable a partir del año 1994. El lapso 1994-2000 presenta diferencias visibles respecto a los años precedentes. El relevo generacional es especialmente reconocible en el caso de los directores. El fenómeno se da con más furor durante la segunda mitad de la década. Se produce una mayor incorporación de mujeres a labores de dirección. La mayor parte de las ficciones que proponen están situadas en un tiempo presente. Proliferan las historias protagonizadas por jóvenes que padecen problemas de índole emocional y sexual. El desconcierto vital y la obsesión por bucear en las carencias y en los secretos de la institución familiar son asuntos muy habituales en el imaginario temático que cultivan. Articulan sus propuestas desde planteamientos narrativos convencionales[4].
Los comienzos de Icíar Bollaín en el cine
Descubierta por Víctor Erice cuando Icíar Bollaín Pérez-Mínguez (Madrid, 1968) tiene quince años, le da el importante personaje de Estrella en El sur (1983)[5].
Interviene en el reparto de Tierra y libertad, de Ken Loach. La película se estructura como un flash-back. Comienza con el traslado en ambulancia de un antiguo militante que combatió en la Guerra de España. El protagonista se presenta en la frontera con Francia y sube a un tren lleno de milicianos. Es comunista, pero conoce a gente del POUM. La instrucción es deficiente, pero Icíar se rebela. El POUM y los anarquistas son aliados. Luchan y disparan en terreno montañoso. Pasaban mucho frío. Se lucha en un pueblo dominado por los fascistas. El cura dispara desde la torre de la iglesia. Delató a anarquistas del pueblo, a los que mataron. La gente del pueblo quema cuadros y objetos religiosos. Matan al compañero de Blanca (Rosana Torres). El pueblo, los vecinos, entran en una casa lujosa, la del rico, y celebran una reunión. Hay quien no quiere colectivizar la tierra, pero la mayoría lo desean. Un inglés sugiere que se repartan la casa y las tierras. Los terratenientes apoyaron a Franco. El inglés dice que solo México y la URSS apoyan a la República con armas. Cree que hay que moderar la revolución, pero se decide colectivizar la tierra. A David le estalla el fusil y Blanca le dice que le enviarán a Barcelona y le da un contacto allí. A las mujeres les echan del Ejército republicano. En Barcelona, la policía toma el edificio de la Telefónica. David rompe su carnet y vuelve con sus antiguos compañeros. Blanca es enfermera y Maite (Icíar Bollaín) cocina. Llegan refuerzos militares, pero les ordenan entregar las armas. A Blanca la disparan y pretenden detener a los oficiales. Los estalinistas deshacen la columna. A David le buscan. Quien revisa los recuerdos de David es su nieta, que lee un poema de William Morris en su entierro. En agradecimientos se menciona a instituciones y habitantes de Mirambel, Morella, Cantavieja, Villafranca del Cid, Barcelona y Liverpool. Se hace también referencia al Archivo de Caudillo y la Guerra Civil Española, director Martín Patino, cedido por La Linterna Mágica. Icíar no tenía texto en la asamblea, pero traduce al inglés.
Loach dejaba libertad a los actores para que dijeran cosas fuera del guion. Los actores no lo conocían completo. Hacía muchas tomas. Los actores no sabían lo que sucedería con sus personajes. En Mirambel se libró la batalla y el paisaje apenas había cambiado desde la época de la Guerra Civil. El guion es de Jill Allen. Tierra y libertad es de 1995. Icíar Bollaín (Madrid, 1967) era entonces actriz y directora de cine.
Los rodajes más importantes en Valladolid
La ciudad, principalmente, y otras poblaciones de la provincia han sido a lo largo de la historia platós de cine para destacados directores. Sirvió como lugar de rodaje para Orson Welles, David Lean, José Sacristán… El Pasaje Gutiérrez, el Colegio de San Gregorio, la Academia de Caballería o la Plaza Mayor dan mucho juego y han sido retratados, en varias ocasiones, para ser elevadas a la gran pantalla.
En Mr. Arkadin (1955), Orson Welles escogió el Colegio de San Gregorio como escenario para un baile de máscaras de un multitudinario grupo de personas. El rodaje tuvo lugar en el patio, en el claustro y en la escalera del actual Museo Nacional de Escultura. Se grabó entre el 26 y el 28 de marzo de 1954. La película no se estrenó hasta el 20 de octubre de 1955.
Una muchachita de Valladolid (1958) es quizá la que mejor refleja la ciudad. Es una película entre el amor y la política internacional de los años 50.
En 1965, el mundo fue testigo del estreno de Doctor Zhivago. Al parecer, al director le gustó la Estación del Norte cuando iba en dirección a Salamanca y decidió grabar la escena en la que aparecen cientos de personas apiñadas en los andenes.
En 1977 se filmó en el Teatro Calderón una larga secuencia de La Coquito (1978), dirigida por Pedro Masó y estrenada en enero de 1978. La cinta, ambientada en los años 20, también incluye otros escenarios vallisoletanos, como el interior del Círculo de Recreo o el Cementerio del Carmen.
Memorias de Leticia Valle (1980), ambientada en 1912, narra la historia, en primera persona, del personaje creado por Rosa Chacel. La Plaza Mayor, el Café del Norte, la Universidad, la Plaza de Fuente Dorada y el Pasaje Gutiérrez sirvieron de escenario para Soldados de plomo (1983), con la que el actor José Sacristán se estrenaría como director en 1983, y con guion propio. La cinta, adaptación cinematográfica de una historia del escritor barcelonés Eduardo Mendoza, nos presenta una historia llena de enfrentamientos familiares.
La producción histórica Monseñor Quijote (1988) fue protagonizada por el oscarizado Alec Guinness. Se trata de una adaptación de la novela de Graham Greene. En Hola, ¿estás sola? (1995), el recorrido por las calles de Valladolid es fugaz, pero antes de emprender la huida descubrimos la Plaza de San Bartolomé, la Plaza de Vadillos o la Calle de la Vía, además de una vista desde el Puente Mayor hacia la playa de las Moreras. Participó en la 40ª Semana Internacional de Cine de Valladolid 1995. La directora, además, estuvo nominada al Goya a la mejor dirección novel por esta obra.
La acción del largometraje Un buen día lo tiene cualquiera (2007), dirigido por Santiago Lorenzo, se desarrolla en 2007 en Valladolid de forma íntegra. Todo el rodaje de Aficionados (2010) tuvo lugar en Valladolid en 2010.
La Naranja Prohibida (2021) es un documental sobre los acontecimientos que rodearon el estreno en España de la película La naranja mecánica, precisamente en la Semana Internacional de Cine de Valladolid[6].
En la Plaza Mayor, fue rodada una de las grandes cintas de finales de los 80, Monseñor Quijote, un filme ambientado en el siglo xx en el que el andante caballero se convierte en cura, Sancho en un alcalde comunista y Rocinante en un Seat 600.
En el Pasaje Gutiérrez, construido en 1885 y con un ambiente muy cinematográfico, fue rodada Aficionados. Memorias de Leticia Valle es una producción en la que su joven protagonista tiene que emigrar a Suiza debido al suicidio de su profesor, con el que había tenido un amorío.
La Plaza de la Universidad fue donde se rodó la divertida Hola, ¿estás sola?, una historia sobre un viaje hacia Málaga que comparten dos veinteañeras vallisoletanas llegadas de Lugares poco agradables[7].
Sobre Doctor Zhivago, Daniel Villalobos visitó todos los posibles escenarios y dictaminó que a ese cuaderno de rodaje le faltaba una página. Los arcos, el ladrillo… es la misma estación. La película Un buen día lo tiene cualquiera se rodó íntegramente en Valladolid[8].
El escenario escogido para la filmación de El Cid (1961) fue el castillo de la localidad vallisoletana de Torrelobatón. Durante los tres días que duró el rodaje se congregaron seiscientos figurantes procedentes de la localidad y de otros municipios de los alrededores.
En Doctor Zhivago (1965), la Estación del Norte fue la elegida para el rodaje de una escena en la que gran multitud de ciudadanos se agolpan en los andenes, emulando la estación de trenes de Moscú.
Soldados de plomo (1983) contó con un reparto compuesto por Fernando Fernán Gómez, Silvia Munt y Assumpta Serna. Los escenarios escogidos fueron la Plaza de la Fuente Dorada, la Plaza Mayor, el Pasaje Gutiérrez y la Plaza de la Universidad.
En Hola, ¿estás sola? dos amigas emprenden camino a Málaga con el objetivo de ser independientes, libres y adineradas. Aficionados (2010) se rodó en la Facultad de Filosofía y Letras[9].
Hola, ¿estás sola?, primer largometraje de Icíar Bollaín
Un resto, casi testimonial en el conjunto del cine español, se identifica con el realismo troncal de la cultura española y del cine comprometido europeo, heredero del neorrealismo, que pueden representar Ken Loach, Robert Guédiguian o Luc y Jean-Pierre Dardenne. En ese resto se encuentran Fernando León de Aranoa, Ana Díez, Benito Zambrano o Icíar Bollaín. Esa generación no asiste a escuelas de cine, crece en la opulencia audiovisual y apuesta por un cine de calidad y ambición estética, en sintonía con las transformaciones sociales más valiosas de los últimos decenios, como es el caso de Icíar Bollaín.
A partir de su sorprendente participación en El sur (Víctor Erice, 1983), Icíar Bollaín desarrolla una consistente carrera como actriz que le permite una aproximación de campo de todo el proceso de creación cinematográfica. Se va afianzando su impulso de cineasta con dos cortometrajes y con el encuentro con Ken Loach en 1994 en el rodaje de Tierra y Libertad (1995) y la simultánea preparación del largo Hola, ¿estás sola? que escribe en solitario, aunque Julio Medem la ayuda en la estructura final del guion. El realismo de Loach ha sido el nutriente ambiental que ha contribuido a forjar y dar consistencia a la figura de la cineasta Icíar Bollaín, que firma su primer largometraje en medio del contacto estrecho que mantiene con Loach entre 1994 y 1996. Se ha subrayado en los dos primeros cortometrajes su talante de humor y voluntad paródica. El talante próximo a la comedia no es incompatible con la sintonía con Ken Loach o con el realismo social británico de los 80 y 90: de hecho, para su primer largo Bollaín tiene como referente Café irlandés (Stephen Frears, 1993). El guion de Tierra y Libertad tiene como trasfondo una documentación sólida. Pero lo más interesante es cómo la composición de personajes concretos y detalles de diálogos y situaciones vienen perfilados en el guion o en el propio rodaje a través de protagonistas de hechos similares a los de la película. Así, los papeles de Rosana Pastor e Icíar Bollaín se nutren de los recuerdos de María Manonelles y Pilar Santiago, militares del POUM.
La escritura de Hola, ¿estás sola? pasa por varias fases, pues se busca plasmar las incertidumbres, locuras e improvisaciones de jóvenes de 20 años, y la historia está muy abierta. Icíar escribe en solitario un relato fechado en febrero de 1988 antes de pensar en un argumento para el cine. Posteriormente, transforma ese texto de poco más de medio centenar de páginas en un guion, para lo que pide la colaboración de Julio Medem, quien respeta su trabajo y se limita a darle indicaciones sobre la estructura. Llega a redactar cinco versiones con cambios importantes y, tras el rodaje, se suprimen veinte secuencias, personajes completos, una voz en off que conducía el relato y el final. Se trataba de un guion muy abierto, susceptible de modificaciones radicales en el montaje. Es evidente la plasmación de sucesos que recogen el talante de veinteañeras, muy próximas a la directora, que tiene 28 años cuando filma este largometraje. La figura del actor es central. En los repartos suele mezclar actores profesionales con otras personas o con debutantes, lo que otorga mayor autenticidad a los personajes –Silke y Arkadi Levin (el ruso) en su ópera prima– o a los espacios humanos. En Hola, ¿estás sola? el sonido directo fue una opción desde el principio, con el propósito de conseguir naturalidad y frescura. Los diálogos se pulen en el rodaje, a veces con aportaciones de los actores. Los pisos sin muebles o los cambios de lugares en el viaje sin rumbo de Niña y Trini reflejan en Hola, ¿estás sola? el deambular existencial de los jóvenes, al igual que hay planos de los tejados de la ciudad, calles cotidianas o interiores de cocinas en pisos de barriada que las sitúan en un espacio físico y humano muy reconocible para el espectador[10].
Una decena de largometrajes como directora, el doble como actriz y varias piezas cortas de diversa naturaleza configuran una carrera más relevante por la calidad que por la cantidad. Así lo confirman los reconocimientos públicos y premios a las películas, como la Espiga de Oro por el conjunto de su obra en la Seminci vallisoletana de 2018. Además, en Bollaín se dan unas circunstancias singulares: el aprendizaje autodidacta continuo y prolongado a lo largo de su carrera, la dedicación a tareas diversas (interpretación, guion y dirección) que le han permitido un conocimiento en profundidad del mundo del cine y las rupturas inherentes a la irrupción de la generación de mujeres directoras. Se atiende a ese período decisivo e intenso (1995-1997) de provechosos primeros pasos en que actúa en Tierra y Libertad, escribe y filma Hola, ¿estás sola?, asiste al rodaje de La canción de Carla y sobre esta experiencia escribe el libro Ken Loach, un observador solidario. El dato más relevante es la presencia de 28 mujeres en esta nueva generación de la filmodiversidad. Nunca una generación de cineastas españolas irrumpió con primeras películas tan novedosas, llamativas o sólidas como las que se estrenan en estos años. Probablemente, lo más decisivo de este último decenio del siglo xx sea precisamente la incorporación de un número significativo y suficiente de mujeres a la dirección de cine en España.
Las directoras se decantan por historias que transcurren en la actualidad, hablan de soledad e incomunicación, y de búsqueda de pareja o problemas de relaciones sentimentales. El cine de Icíar Bollaín se ubica en esta línea de realismo comprometido. Ya desde los inicios, Bollaín apuesta por historias de mujeres que muestran personajes realistas con sus contradicciones y evoluciones, dan testimonio de su diversidad, son protagonistas de su destino, etc. La participación en El Sur la impide el aprovechamiento académico para pasar 2º de bachillerato, que vuelve a hacer en otro centro. Permanece allí tres años y accede a la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense en otoño de 1987, donde estudia tres cursos académicos que compagina con los rodajes del inicio de su carrera con M. Gutiérrez Aragón, Felipe Vega y Juan Sebastián Bollaín. La dedicación como actriz le viene corta a una mujer que se siente atraída por el trabajo detrás de la cámara. Icíar Bollaín irrumpe deslumbrando a las audiencias más plurales con su presencia en El sur, a la temprana edad de 15 años y sin experiencia previa en cine. En el caso de Felipe Vega y Ken Loach, dos cineastas decisivos en su trayectoria, hay mayor libertad en la intérprete. Aprende la libertad y la aportación personal con que el intérprete compone su personaje, sin diálogos cerrados. En Hola, ¿está sola? explica que pide un trabajo activo a las actrices y que metan sus «morcillas», aunque en esta primera película, según el testimonio de García de Leániz, tiene que emplear recursos muy diferentes para dirigir a actrices opuestas como Candela Peña, con un talento muy disciplinado, y Silke, pura intuición sin experiencia, y tras elegir al personaje del ruso con un casting en Moscú, Icíar no quiere que aprenda español para la autenticidad de la condición de extranjero que requiere el personaje.
De Loach aprende la incorporación de personas del lugar del rodaje como ocasionales actores. En casi todos los filmes evita, en parte, la figuración profesional para echar mano de gentes que viven o trabajan en la localización devenida espacio dramático y desempeñan un rol o hacen y dicen en la película cosas de su vida cotidiana. Estos no actores, personas ajenas por completo al cine, aportan frescura y credibilidad al filme. En algunos casos, tienen un papel con bastante peso o incluso son protagonistas, como el ruso (Arcadi Levin) de Hola, ¿estás sola?
En El sur (Víctor Erice, 1983), Icíar Bollaín encarna el personaje de Estrella adolescente que inicia el relato en sus primeros cinco minutos. Estrella es el personaje omnipresente desde cuyo punto de vista cognitivo y, sobre todo, emocional, se compone la historia. Hay continuidad en la fascinación por la figura emblemática del padre y en el secreto del personaje cinematográfico de Irene Ríos. Los diez minutos de la conversación en el Gran Hotel devienen punto culminante de todo el relato en cuanto es el único momento en que Estrella interroga directamente a su padre.
En Malaventura (Manuel Gutiérrez Aragón, 1988), se trata de una historia ambientada en Sevilla. Solamente aparece en el último tercio del metraje. Octavi Martí señala el péndulo, la ciudad y la presencia de Icíar Bollaín como elementos de cierta continuidad con la obra de Erice.
Pero nos interesa mucho el encuentro de Icíar con José Luis Borau. La participación de Icíar Bollaín en el rodaje de Tierra y libertad excede su trabajo como actriz y se explica más por su interés en conocer el estilo y modo de trabajar del cineasta británico. En la historia de los milicianos trotskistas, comunistas y anarquistas en la Guerra Civil, Icíar es Maite. Está presente en el rodaje y tiene un papel como actor Paul Laverty, que se convertirá en marido de Icíar y padre de sus tres hijos. En buena medida, el guion de Jim Allen se inspira en el libro Homenaje a Cataluña de George Orwell, miliciano en las filas del POUM.
Escribe en solitario Hola, ¿estás sola?, aunque Julio Medem la ayuda en la estructura final del guion. Filma su primer largometraje en medio del contacto estrecho que mantiene con Loach entre 1994 y 1996. Se ha subrayado en los dos primeros largometrajes de Bollaín su talante de humor y voluntad paródica, a lo que no es ajeno su proceso de inmersión en el cine, particularmente en comedias de los años inmediatamente anteriores. El talante próximo a la comedia no es incompatible, sino que está en sintonía con Ken Loach y con el realismo social británico de los 80 y 90; de hecho, para su primer largo Bollaín tiene como referente Café irlandés (Stephen Frears, 1993).
La escritura de Hola, ¿estás sola? pasa por varias fases, pues se busca plasmar las incertidumbres, locuras e improvisaciones de jóvenes de 20 años, y la historia está muy abierta. Julio Medem respeta su trabajo y se limita a darle indicaciones sobre la estructura. Es evidente la plasmación de sucesos que recogen el talante de veinteañeras, muy próximas a la directora, que tiene 28 años cuando filma este largometraje. En los repartos la directora suele mezclar actores profesionales con otras personas o con debutantes, lo que otorga mayor autenticidad a los personajes –Silke y Arcadi Levin («el ruso») en su ópera prima– o a los espacios humanos.
En Hola, ¿estás sola?, el sonido directo fue una opción desde el principio, con el propósito de conseguir naturalidad y frescura. Los diálogos se pulen en el rodaje, a veces con aportaciones de los actores. Los pisos sin muebles o los cambios de lugares en el viaje sin rumbo de Niña y Trini reflejan en Hola, ¿estás sola? el deambular existencial de las jóvenes. Niña y Trini planean dejar Valladolid e irse de viaje y optar por el sur, a alguna playa. Niña y Trini planean dejar Valladolid e irse de viaje y optan por el sur, a alguna playa. En la estación de tren, Niña y Trini abren un coche transportado en un mercancías y emprenden su viaje. Niña le cuenta a Trini que su madre vive en Madrid y la amiga quiere irse a la capital. Van a Madrid y buscan y encuentran a Mariló, la madre de Niña. En una discoteca, Niña aborda a un ruso que no habla nada de español. Le enseñan la ciudad. Niña y Trini vuelven en tren a Madrid. El guion está limitado al trayecto Valladolid, Málaga, Madrid y Málaga. El personaje de la madre, Mariló, adquiere mayor protagonismo en la película que en el texto literario; sirve para concentrar más la historia y vertebrarla dramáticamente.
La directora es consciente de que el cine de Medem no tiene nada que ver con el proyecto, pero la colaboración es provechosa, pues el cineasta vasca respeta el estilo, los diálogos y las situaciones, y se limita a sugerir mayor desarrollo para algún personaje, como el ruso. Volvió a rehacer el guion y consiguió el apoyo de Fernando Colomo.
El filme mantiene la centralidad de Niña. Niña es una joven, casi adolescente, inconformista, soñadora y rebelde; pero también una chica herida por la ausencia de su madre y el desencuentro con su padre. Trini presenta un fuerte contraste con la protagonista Niña. La cineasta opta por otra perspectiva, más común, con las ilusiones y luchas de gente de 20 años que vive con intensidad, pero también su filosofía y humor. La relación de amistad entre Trini y Niña resulta un tanto sorprendente en cuanto tienen caracteres muy distintos y su historia común viene articulada por las frecuentes discusiones.
La directora define la película como una historia de viaje y amistad. Mariló es, quizá, el personaje más complejo de Hola, ¿estás sola? La figura del padre es importante en cuanto representa el tipo tradicional de autoridad que establece las normas y con quien Niña se enfrenta desde el principio. De hecho, su viaje se explica desde la bronca inicial con la represión de la vida sexual y la exigencia de trabajo productivo.
Un tema central en estas jóvenes es la necesidad de afecto y comprensión a través de la figura de la madre. Del sentimiento de orfandad presente en los personajes, común a obras de los cineastas debutantes en los 90, Bollaín no es consciente cuando rueda y lo explica porque los personajes jóvenes de esas películas pertenecen a una generación de padres divorciados.
En la novela de José Ángel Mañas Ciudad rayada (1998) esta película de Icíar Bollaín encuentra una recepción contrastada entre dos mujeres a quienes encanta y el narrador masculino, que rechaza el filme. El inicio de su carrera profesional en Hola, ¿estás sola? está muy por encima de otros cineastas, pues la película obtiene el Premio del Público y el de la mejor Ópera Prima en la Seminci de Valladolid 1995. Se aprecia como una película franca, desenvuelta, con talante de comedia vitalista, ajena a recursos del género, y unos personajes con los que empatiza el público de forma muy inmediata. Se valora en ese resultado la dirección de actores y la creación de la pareja protagonista. En Hola, ¿estás sola?, el final montado no fue el previsto. El personaje de Trini hace gracia por su ingenuidad, debilidad y extemporaneidad. El viaje es metáfora de la transformación que viven los personajes[11].
El padre descubre a Silke con un amigo en la cama. El padre la abronca y le da una torta. Ella se va con la maleta. Aparecen planos de diversas zonas de Valladolid, como la Avenida de Salamanca, el jardín junto a las Huelgas Reales, la Plaza de la Universidad y los leones en piedra, las terrazas, la plaza y el kiosko de la plaza de los Vadillos, el túnel de Pajarillos y el muro del ferrocarril en la calle de la Salud. A Trini la echan del piso junto con Silke. Salen el vestíbulo de la estación Campo Grande y el andén junto a la entrada a las vías. Fuerzan la entrada a un coche y se suben a él, pero van hacia el Norte. Es un tren de viajeros con coches en los remolques. Trini no conoce a su padre y a su madre, poco. Aparece una playa de Málaga (se trata de la Malagueta). Leen los anuncios en Sur. Entran a trabajar como animadoras en la Costa del Sol. A Silke le gusta, pero a Trini no. Le molestan los guiris. Trini pega a Silke. Suben a Madrid, en donde vive la madre de Silke. Es Elena Irureta, protagonista de la serie Patria, y tiene una peluquería. Recogen muebles desechados y viven en un barrio. Su madre las invita a cenar, pero Silke no quiere ir. Liga en una discoteca con un ruso. A Trini también le gusta y discuten por la cama. Forman un grupo y pasean por Madrid. Vista general desde un teleférico. El padre de Silke se fue de casa y ella reparte publicidad. El ruso reaparece, pero Trini le pide que colabore con dinero. Trabaja en una obra y es el único del trío que tiene un sueldo. Silke rechaza trabajar en la tienda del padre y en la peluquería de la madre. Trini dice que se va a vivir con la madre de Silke. Se pelean. Aparece en un bar Pepe (Alex Angulo). La casa ha mejorado mucho recién pintada. Pepe es camarero. Mariló se casó embarazada y el padre se negó a ir a Madrid. Pepe es de Pamplona y el ruso, moscovita. Este se defiende en castellano, pero desaparece y vuelven al tren. Es un paisaje seco y agostado. Paran en Vilches, municipio de la provincia de Jaén. Silke se baja del tren y este se marcha sin Trini y sin ella. Pero van haciendo auto-stop en un camión que para hacia el Sur. Salen Pepe e Icíar en un cameo, cantando. Están en una terraza, junto al mar. Silke y Trini se pelean y sobreviven como pueden. Pero se vuelven a Madrid. En el tren suena una música rusa, aunque puede ser yiddish.
Silke hizo Tierra, de Julio Medem en 1996. Pablo Lizcano define a Icíar Bollaín como una mujer seria, estricta consigo misma. En la entrevista que la hizo, la directora madrileña declaraba que se iba a publicar el guion de Hola, ¿estás sola? junto con el relato original de donde viene el guion, unas 30 páginas que escribió años atrás. Había cosas de la película que no le gustaban cuando estaban en el guion, no le gustaban rodando y no le gustarán nunca, pero en general estaba supercontenta. La película era mejor de lo que su directora pensaba. Dice que es autobiográfica en cuanto a que a esa edad Bollaín también cogió un tren y se fue, pero no es autobiográfica en muchas otras cosas. Se confesaba muy mandona. En Hola, ¿estás sola? fue muy exigente con las actrices. Con Candela Peña hubo un flechazo al verla en Días contados. Silke apareció al final del casting al cabo de tres meses. En un equipo de cine no hay democracia. Icíar intentaba hablar de gente que se pudiese reconocer. Y le apetecía hablar de eso con humor[12].
Trini y la Niña emprenden un viaje sin destino fijo en lo que la propia Icíar Bollaín denominó una Renfe-movie. Trini y la Niña tienen 20 años y muchas ganas de vivir. Olaf (Arcadi Levin) es el ruso que no habla nada de español y representa la pureza de los sentimientos y Pepito (Alex Angulo) es un hombre hambriento de cariño. Pero hay más cosas en el filme: la necesidad de querer a otro, de tener alguien a quien cuidar, los sentimientos sin sentimentalismo, las distintas formas de entender el mundo, la urgencia de crecer y aceptarse uno mismo. La pureza de un amor sin futuro. Filme sin pretensiones, según Nuria Vidal. Los mejores momentos de la película corren a cargo del duelo interpretativo entre Candela Peña y Silke. La primera en un papel que habría hecho feliz a Loles León; la segunda como una réplica de la propia Icíar Bollaín[13].
Icíar Bollaín Pérez-Mínguez (Madrid, 1967) es actriz y directora. Debutó como directora de un largometraje con Hola, ¿estás sola? (1995), una inteligente y sensible comedia triste protagonizada por dos chicas jóvenes sin madre, que desvela a una cineasta con un mundo propio y por la que obtiene el premio al mejor director novel en el festival de Valladolid[14].
El cine descubrió a Icíar Bollaín con un péndulo de zahorí en las manos cuando sus inquietos ojos de adolescente con 15 años deslumbraron a Víctor Erice y este hizo de ella la protagonista de El sur (1983). Hija de un ingeniero aeronáutico y de una profesora de música, la futura actriz y directora (Madrid, 1967) creció en una casa de ambiente librepensador. Con Hola, ¿estás sola? (1995) viene a contar en la ficción ese viaje hacia el sur que había quedado frustrado en su primera película como actriz. Un relato inicial escrito por ella misma en 1988 le sirvió a Icíar Bollaín para empezar a construir el guion de lo que iba a ser su primer largometraje. El director de Vacas (1992) la animó a desarrollar más el personaje del ruso, inventó la idea de relacionar este con el trabajo en los tejados y le propuso invertir la evolución inicial de la historia, para que las chicas fueran incorporando personajes a su itinerario a medida que avanza el relato. Hola, ¿estás sola? tiene como telón de fondo un paisaje multiétnico (la música de aires árabes, los negros que alquilan la habitación en donde vivía Trini, los albañiles polacos, el ruso y las canciones de su país, los turistas anglosajones…[15]
Icíar Bollaín señaló que «Gracias a Víctor Erice, entré en el mundo del cine sin haberlo buscado»[16]. Asimismo, dijo: «Aquí todavía vamos un poquito por detrás, diez o veinte años»[17].
En la 40 Semana Internacional de Cine de Valladolid (1995), la película obtuvo el Premio al Mejor Nuevo Director, el Premio del Público, la Mención Especial del Jurado[18].Antonio Saura opinaba que «Icíar Bollaín tiene una mirada inteligente que se ríe de su entorno. Su cine es igual a ella. Su primera película es pura frescura»[19].
Hola, ¿estás sola? es la historia de un viaje y una amistad entre dos chicas de veinte años que tienen en común un pasado precario de afecto. Durante su viaje lo compartirán todo. El montaje fue de Ángel Hernández Zoido y la música, de Bernardo Bonezzi. Niña es Silke; Trini, Candela Peña; Mariló, Elena Irureta, y Pepe, Alex Angulo. Icíar señala que Medem entró cuando estaba haciendo la tercera versión de guion. Hola, ¿estás sola? era el primer guion que escribía. La versión rodada fue la quinta. Una vez terminado el guion, hacer la película le llevó cerca de un año y medio.
Eran un equipo pequeño, de 18/20 personas. La gente hizo muy suya la película. Fue un trabajo muy duro y agotador. Los únicos lujos que se quería dar eran rodar en la playa y en los trenes. En Hola, ¿estás sola? los decorados y el vestuario estaban muy atados al realismo. Vio unas trescientas Niñas y Silke apareció entre las últimas. La historia cobra mucha fuerza cuando encuentran a la madre, al Ruso y a Pepe. Hasta que deciden hacerse ricas, en Valladolid había tres secuencias más. Era bastante bruta cortando y Ángel Hernández, el montador, también era muy poco conservador. Las canciones rusas fueron decisión de Icíar. A Icíar le gustaba Silke andando por Valladolid con un ruso cantando en yiddish, ya que era un judío-ucraniano, que canta en yiddish.
Hola, ¿está sola? coincidió con el festival de Valladolid, que fue el despegue. Es el segundo festival más importante de España. Estar en la sección oficial de Valladolid era ya un premio y por eso la enviaron. Fernando Colomo, productor y director, señala que Icíar ya tenía a Ángel Hernández. No esperaban que tuviera tanto éxito.
Hola, ¿estás sola? es una película abierta. Santiago García de Leániz, productor y director, señala que Colomo tiene una tradición de haber hecho películas que han funcionado y es un productor serio. Todos los decorados fueron naturales. Una decisión importante que se tomó con Fernando Colomo y Beatriz de la Gándara fue la de elegir actores desconocidos. Silke tenía 32 días de rodaje y Candela 31. La película se acabó con 110 millones de pesetas (661.113 euros). Se tarda dos años en amortizar una película.
Valladolid es un festival serio, con un público muy exigente. Optaron por este festival porque se hace en octubre. Luego estrenaron el 19 de enero. Se habló mucho de la película. Fernando Colomo y Santiago García de Leániz trabajaron en la película como productores. A Beatriz de la Gándara, productora ejecutiva, le gustó muchísimo el guion y, sobre todo, cómo quería hacer Icíar la película. Icíar trabajó con Julio Medem e hicieron cambios muy importantes con respecto al primer guion. En montaje cambiaron muchas cosas. Icíar y el equipo recorrieron toda España y eso hizo que se pudiera explotar la película y que funcionara. También influyó mucho la distribución que se llevó a cabo desde Alta Films. En el caso de Hola, ¿estás sola?, el esfuerzo de la distribuidora fue fundamental para su éxito. Beatriz de la Gándara fue también productora de la película. Félix Rodríguez, director de producción en la misma obra, afirma que fue muy fácil, porque Icíar tenía la película muy estudiada, e incluso se decía que el personaje de Niña era en cierta manera ella misma. Empleó tiempo en los actores porque le daba mucha importancia a ese aspecto.
Manuel Martín, ayudante de dirección en la película, señala que este tipo de obras tienen un equipo pequeño, fácil de manejar, muy ágil. Tiene muy buen recuerdo de la película, sobre todo de su conexión con Icíar. Fue una película que se preparó bien, con mucho tiempo. Había una conexión muy fuerte entre los actores y sus personajes. Silke estaba rodando Tierra y a través de Julio Medem conoció a Candela Peña, que le habló de Hola, ¿estás sola? En la película estaba la relación de amistad que de verdad había entre Candela y Silke. Salía Silke de una película y llegó justo para esta. Fue todo muy rápido. Icíar confió mucho en las dos protagonistas.
Arcadi Levin, el actor ruso, no hablaba nada de español. El ritmo fue muy agotador. Hacía mucho calor… Cuando la Niña era una cría, su mamá la abandonó. Entonces, su propia rebeldía la hace ir siempre con vaqueros, con sus pelos cortos, desaliñada. Odia la promoción y no poder salir a la calle porque la gente te conoce.
Candela Peña se estrenó como actriz en Días contados (1994) e Icíar vio su trabajo en la película y le gustó. Entonces le llegó el guión de Hola, ¿estás sola? e Icíar le dijo que la veía muy bien para el personaje de Trini. Estuvo en el proyecto casi desde el principio. Fueron muy fieles al guion, pero también aparecían cosas en el momento. La película se cambió en montaje, pero se filmó tal como estaba en el guion. Trini está sola en el mundo, completamente sola. Se rodó en seis semanas y media. Elena Irureta veía a la hija como una chica caprichosa, que se había criado con su padre y que había hecho siempre lo que le había venido en gana. Candela es extrovertida, muy divertida.
El montador Ángel Hernández Zoido dice que se sacaron varias escenas. Fue un montaje muy laborioso. En la película hay bastante diferencia entre el guion original y lo que quedó en la película. La interpretación de Silke cambió mucho lo que estaba en el guion. El plano final se rodó cuando ya estaba montada la película. Fue una decisión de última hora. La película le encanta. Se estrenó en Valladolid a los pocos días de estar terminada y el miedo que tenían en aquella ocasión era terrible. El público de Valladolid es muy exigente. Cuando empezó la proyección de la película, se fueron a un bar y volvieron a la sala sobre los títulos de crédito. La gente empezaba a aplaudir y la película fue un éxito.
Según el músico Bernardo Bonezzi, la música popular fue una decisión de Icíar. La idea del distribuidor Enrique González Macho fue dar a la película las mejores oportunidades, estrenada en el mejor momento posible y con la mejor publicidad posible. La promotora Alicia Luna señala que el distribuidor arriesgó a llevarla a la Semana de Valladolid. La película fue bien recibida por la prensa, gustó y el público se rio mucho. Como funcionó, el festival fue el trampolín para poder estrenar y promocionar bien. Luego se tardó en estrenar. Hola, ¿estás sola? es, en el fondo, una road movie dramática pero divertida. En el festival de Valladolid, Icíar hizo 32 entrevistas en un día. Pero lograron repercusión nacional en una sola jornada[20].
Entre sus gustos cinematográficos Icíar menciona el cine europeo que le gusta y el cine independiente americano, a Rohmer y Tanner. Lo opuesto a la comedia madrileña, personajes reconocibles… En el montaje cambió un montón de cosas del guion. Hay cosas cambiadas de orden. El final está cambiado. Era un final feliz, pero la imagen era horrible, porque salían en un hospital. José Luis Borau dice que la película está muy bien. Bollaín señala que de repente te das cuenta de que la historia de amor es importante, pero la de amistad más. Y al final, en vez de acabar con el ruso y la otra, acaba con ellas dos, que, al fin y al cabo, es como empieza la obra. Estuvo la directora tres meses en el montaje y habría seguido. Julio Medem la ayudó mucho con la estructura[21].
Paula Ponga define a Icíar como directa, espontánea y parca. Y como mujer de acción. Señala la directora madrileña que dirigir una película te absorbe durante dos años y actuar es intenso pero breve. Después de diez años como actriz, se hizo famosa con Hola, ¿estás sola? Y como directora tienes que estar atenta a todo. Aprendió mucho en el rodaje de Tierra y libertad, pero el proceso de Hola, ¿estás sola? ya estaba en marcha. Woody Allen le arranca alguna carcajada. Como actor español favorito, señala a Paco Rabal. Y como actriz española favorita, Penélope Cruz. Una película de siempre: Tiempos modernos, de Chaplin. Colores: rojo y negro. Y como principal defecto: astigmatismo e hipermetropía[22].
Icíar Bollaín nació en Madrid en 1967. A los 15 años protagonizó El Sur, de Víctor Erice. La Semana acogió en 1995 el estreno de Hola, ¿estás sola? Trini y la Niña tienen veinte años y un pasado marcado por la desaparición de la madre. Juntas emprenderán un viaje sin destino concreto compartiéndolo todo[23].
En las salas Renoir de Madrid, Icíar Bollaín descubrió a Loach, Rohmer, Campion, Jang Zi Mou, Nanni Moretti, Mira Nair… Y donde también pudo ver cine español. Su primera película, Hola, ¿estás sola?, fue distribuida por Alta Films. Estuvo un año en los cines de Enrique González Macho. La directora participó como actriz en el Festival de Cine Español en Moscú que organizó Enrique durante varios años. Todavía no había caído la Unión Soviética[24]. Icíar Bollaín fue una persona que siempre gustó a González Macho. En 1995 había distribuido Hola, ¿estás sola? Dice de ella que es una magnífica guionista, espléndida actriz y extraordinaria directora. Es una mujer con muchísimo talento, una fuerte personalidad, leal, inteligente, que sabe imponer su criterio, pero siempre de una forma sensata y convincente. A través de Loach conoció al guionista Paul Laverty, compañero de Icíar Bollaín, a la que, a su vez, Ken Loach conoció en el rodaje de Tierra y libertad. En 1995, González Macho distribuyó la primera película de Icíar, que rompió el maleficio que existía en la Seminci con el cine español. También ha distribuido muchas de sus siguientes películas. Icíar Bollaín protagonizó la inauguración de unas salas de Enrique en Guadalajara[25].
Hola, ¿estás sola? es una película de búsqueda y de viajes que posee una fuerte voluntad realista en muchos instantes. Las calles de Valladolid, las playas del Sur… integran a los habitantes de la ficción. Niña y Trini soportan la mayor responsabilidad de la trama de forma conjunta. Niña es el principal detonante de los hechos más determinantes de la historia. También son reiterados los viajes en tren, los paseos por las calles de ciudades o un par de panorámicas de Madrid. A la introducción localizada en Valladolid le siguen tres estancias distintas: la primera en la costa, que no colma las aspiraciones de Niña y Trini. La segunda en Madrid. La tercera supone un nuevo intento en la costa que concluye con la traición de Mariló y el regreso a Madrid, vuelta que queda abierta con el plano del tren desapareciendo al fondo del encuadre. Niña y Trini son casi incompatibles, pero no pueden vivir la una sin la otra. Las discusiones son frecuentes porque sus personalidades chocan notablemente. Las dos, no obstante, comparten un desarraigo familiar. Las aventuras de Niña y Trini arrancan de una huida del entorno familiar y de la ciudad en la que han crecido hasta convertirse en jóvenes sin metas ni ilusiones. El amor imposible está simbolizado en la excéntrica relación con un ruso que no conoce una palabra de español[26].
Silke Hornillos Klein, conocida como Silke, es una actriz española que tuvo especial relevancia en la década de los años 1990. Nació en Madrid, el 6 de febrero de 1974. Actriz desde 1992. Actualmente, Silke vive en Ibiza, está casada y tiene una hija[27].
Alejandro Angulo León (Alex Angulo) nació en Erandio (Vizcaya) en 1953. Actor con aspecto de apocado y tímido, ha sido capaz de interpretaciones tan destacadas como la del emprendedor camarero de Hola, ¿estás sola?[28].
Valladolid en la película. La película en la Seminci
El filme retrata la visión desenfadada del viaje al Sur desde Valladolid y Madrid, y se aproxima a un género (el de la road movie) popularizado durante la década de 1990. Icíar Bollaín da el salto a la dirección de largos a los 27 años con Hola, ¿estás sola?, respaldada por Fernando Colomo. El filme obtuvo un estimable éxito de crítica y de público (en torno a 150.000 espectadores), así como el Premio a la Mejor Dirección Novel y el Premio del Público en la 40ª Semana Internacional de Cine de Valladolid (1995). La inspiración para su ópera prima surgiría a través de una amiga andaluza, que daría pie al posterior guion en colaboración con Julio Medem. Trini y Niña se mueven en un mundo aparentemente igualitario y no exento de solidaridad. El tren alcanza el protagonismo en el filme. Ante el espectador desfilan la Estación del Norte, la Plaza de la Universidad y la Plaza de los Vadillos, el barrio de la Victoria y la Calle Salud. Particularmente interesante resulta el paso de Niña por el Puente Mayor, desde el que contempla la playa de las Moreras. El Sur es asociado en la película, de forma casi inmediata, con un entorno paradisíaco. Su directora, perteneciente a la generación de autoras que irrumpe en el cine español de la década de 1980, rueda una atípica road movie[29].
El edificio Duque de Lerma, situado en la Avenida de Salamanca, junto al Puente Mayor, es la torre más alta de Valladolid con 88 metros de altura y 23 plantas. Comenzó a construirse a finales de 1960. En 1999 se inauguró como edificio de viviendas.
En la misma Plaza de San Bartolomé se encuentra el Hotel Marqués de la Ensenada. Antes de su rehabilitación, este edificio era la fábrica de harinas La Perla, construido en 1841 sobre el Ramal Sur del Canal de Castilla y que se mantuvo en funcionamiento hasta 2004. El edificio, antes de la rehabilitación, puede contemplarse en la primera parte de la película Hola, ¿estás sola?, en el transcurso de un paseo que da Niña (Silke), la protagonista, por diferentes lugares de la ciudad.
El Puente Mayor aparece también en la película, aunque no completamente. La protagonista, Niña (Sike), lo cruza al comienzo de la película, viéndose al fondo la playa de las Moreras. Una vista de la playa se aprecia en la película, en el momento en que Niña (Silke) atraviesa el Puente Mayor.
En la Plaza de la Universidad se encuentra el edificio histórico de la Universidad de Valladolid. Delante de la fachada se forma un amplio atrio, delimitado por una serie de columnas, sobre las cuales se disponen leones que sostienen los escudos de armas reales y de la Universidad. Este sitio se reconoce perfectamente al comienzo de la película, viéndose al fondo la Plaza de la Universidad.
No es hasta 1891 cuando se empieza a construir el edificio de la Estación del Norte, que aún hoy sigue en funcionamiento. Subiendo el andén y las vías, Grasset colocó una marquesina de hierro y cristal. El interior de la estación, el andén y las vías se ven perfectamente en la película cuando las protagonistas deciden mudarse de la ciudad[30].
Valladolid tenía en 1996 319.805 habitantes. Entre 1991 y 1995 la capital pierde población y el alfoz experimenta un acelerado crecimiento. La población juvenil (15 a 29 años) crece considerablemente, al irse incorporando a estas edades las cohortes nacidas en el período de fuerte expansión. La coyuntura de crisis económica que se ha vivido en estos años, con sus correspondientes altas tasas de paro, unida al progresivo crecimiento de población juvenil, que presiona sobre el mercado de trabajo mientras este no puede absorber más que una pequeña parte de dicha demanda laboral, va a desencadenar una serie de problemas sociales de gran trascendencia. De 1891 a 1995 se produce un fuerte desplazamiento de la población hacia el Sur y Oeste. De 1980 a 1995 la tasa de natalidad desciende. Pero la tendencia emigratoria se dispara en la década del 90, siendo la causante del significativo descenso de población en la ciudad entre 1991 y 1995. La crisis económica, con su alto nivel de paro, ha condicionado la dinámica sociodemográfica de todo este período al impedir la inserción laboral y consiguiente emancipación de la población joven[31].
La denominación genérica del barrio de Pajarillos se identifica con buena parte del amplio tejido urbano configurado en la periferia Este de la ciudad de Valladolid. Pajarillos Bajos constituye una referencia emblemática de los procesos de producción del espacio urbano vinculados a la expansión industrial de Valladolid en la década de los sesenta, identificándose plenamente como un barrio residencial obrero. Si Pajarillos Altos contaba en 1994 con poco más de 3.000 habitantes, Pajarillos Bajos concentraba a un colectivo poblacional que supera ampliamente los 21.000. El tejido residencial de Pajarillos Bajos está primordialmente confeccionado con promociones de viviendas subvencionadas. La Vivienda Subvencionada, desde el primer momento, va a tener un impacto determinante en la conformación del caserío residencial y del paisaje urbano de Pajarillos Bajos. Un elemento altamente degradado del espacio urbano vallisoletano es el cauce canalizado del Esgueva. El efecto poblacional de Pajarillos Bajos muestra una magnitud relevante, ya que en 1994 ascendía a 21.297 habitantes. Sin embargo, la reciente trayectoria demográfica de Pajarillos Bajos viene presidida por un severo estancamiento. El estancamiento demográfico de Pajarillos Bajos enmascara a duras penas un temprano y sostenido abandono del barrio, como resultado del desplazamiento de parte de sus vecinos a otras áreas de mayor calidad urbana. La extendida dinámica de abandono del barrio no ha conseguido alterar la elevada densidad de población que soportan amplios sectores del mismo[32].
Pajarillos Bajos revalida su carácter de barrio obrero asociado a la expansión industrial vallisoletana, cuya población procede ante todo del ajuste realizado por la corriente inmigratoria. Con suma frecuencia, el colectivo inmigrante acogido en Pajarillos Bajos elige el barrio como primer establecimiento a su llegada a Valladolid. El proceso de abandono que afecta a la mayor parte del barrio está primordialmente protagonizado por inmigrantes. A partir de 1978, el flujo inmigratorio se mantiene, aunque sufre una significativa reducción. Se advierte una importante presencia de la población infantil, adolescente y adulta joven englobada en los grupos de edad comprendidos entre 10 y 24 años. Se trata de uno de los aspectos que condiciona de forma más directa el carácter enormemente joven que posee la estructura poblacional de Pajarillos Bajos. Los tramos de edad comprendidos entre 10 y 24 años tienen una importancia determinante. El tramo de edad de 25 a 29 años con frecuencia opta por la salida del barrio cuando contrae matrimonio o inicia una vida autónoma. El más determinante e identificador de los rasgos estructurales que muestra la población de Pajarillos Bajos es su carácter excepcionalmente joven. La caída de la fecundidad apenas ha diluido el carácter de barrio joven, derivado del proceso de producción del espacio urbano y del acelerado flujo inmigratorio que nutrió lo esencial de su población.
El perfil medio de cualificación de estas unidades urbanas se erige en un factor limitativo de primer orden sobre las oportunidades de acceder a un amplio abanico de actividades laborales; la mayor parte de la población residente en estos barrios forzosamente ha de acceder a los empleos de menor cualificación dentro del marco laboral de la ciudad. Estos datos, que revelan de forma inequívoca el bajo índice de formación predominante entre los adultos, se muestran aún más desfavorables si se circunscriben a la población femenina. Se advierte una débil incorporación de la mujer al trabajo. Los efectivos demográficos residentes en Pajarillos Bajos representan una estructura por edad comparativamente más joven que el resto del municipio. Dentro del conjunto de actividades, destaca tímidamente el colectivo de empresarios que regentan, generalmente de forma individual o con ayuda familiar, pequeños negocios comerciales, bares, etc. Las actividades de distribución comercial ocupan una proporción significativamente elevada en Pajarillos Bajos. La mayor parte de los establecimientos comerciales están dedicados a la venta de artículos de primera necesidad. El comercio de alimentación constituye, sin duda, la actividad de distribución dominante.
El Pisuerga aislaba a la escasa población vallisoletana, que se veía en la necesidad de trasladarse hasta las tierras de Cabezón o Simancas –las más próximas que poseían puente– para relacionarse con los pueblos del Norte. En el año 1080 y siguientes, se acometieron las principales obras en la naciente Valladolid y el intento de repoblación de estas tierras. La construcción del Puente Mayor se data hacia el año 1080 y siguientes, años de impulso y transformación de Valladolid[33].
Valladolid ha tenido siempre dos ríos, el Pisuerga y el Esgueva. En el Valladolid medieval, el río que se identificaba con esta villa era el Esgueva. El río Pisuerga era en aquellos siglos lejanos algo así como la frontera o la barrera que nos separaba de otros territorios. En aquellas fechas el Pisuerga tenía un único puente, el Mayor, el cual parece datar de tiempos del conde Ansúrez, aunque tuviera antecedentes. El Puente Mayor era en el Medievo el punto básico de comunicación para salir o para entrar en Valladolid. Mientras el Pisuerga actuaba como la frontera, el río por excelencia del Valladolid medieval era el Esgueva, con sus varios ramales, los cuales fueron desapareciendo con el tiempo. Estaba claro el contraste entre un río grande pero peligroso, el Pisuerga, y otro pequeño pero bondadoso, el Esgueva, que circulaba por las zonas centrales de la urbe vallisoletana. Los ramales del Esgueva explican que Valladolid se parezca a una isla.
En el siglo xviii, el Pisuerga comienza a cobrar mayor protagonismo. Antonio Ponz resalta la magnificencia del Puente Mayor. Las aguas del Esgueva podían causar enfermedades, como las tercianas. El siglo xix supuso un cambio radical. Por una parte, desaparecieron algunos ramales del Esgueva. Paralelamente, la ciudad se expande, lo que supone que el río Pisuerga deja de ser su límite exterior[34].
El Puente Mayor se encuentra situado en la trama urbana de Valladolid. Existen citas de un puente, posiblemente en esta misma ubicación, anterior a él. Está formado en su base por arcos de piedra. Tiene una longitud total de 153 metros. El número de arcos es de diez. La anchura es de 12’60 metros. Y la superficie, 1.927’80 m2 [35].
Desde la fundación de la ciudad, en torno al siglo x, y hasta el siglo xix, el único puente por el que se podía salvar el Pisuerga para entrar o salir de la ciudad fue el Puente Mayor. El Puente Mayor está ligado a los orígenes de la ciudad. Los orígenes del Puente Mayor se sitúan en torno al año 1080, momento en el que se está impulsando la fundación de la ciudad por parte del conde Ansúrez y su esposa Eylo. Si bien es posible que el actual Puente Mayor fuera realizado o bastante reformado en el siglo xx.
Junto al puente y frente a la antigua fábrica de harinas, se abre la plaza de San Bartolomé. Surgió una playa de arena que, en los años sesenta del siglo xx, se atiborraba de toallas y sombrillas durante los fines de semana del verano. La playa de las Moreras ha ampliado su superficie, depurado sus aguas y cuenta con duchas y terrazas de verano. Se convierte en un concurrido solárium. El río Pisuerga entra en la provincia de Valladolid para desembocar, después de 282 km de viaje, en el Duero, muy cerca de la capital vallisoletana.
El Teatro Lope de Vega (María de Molina, 12) fue el primer teatro que la emergente clase burguesa de mediados del siglo xix levantó en la ciudad. El proyecto del Lope de Vega corrió a cargo del arquitecto Jerónimo de la Gándara. Con capacidad para 1.528 personas, destacó por una decoración refinada con buenas pinturas y labores de forja. Se estrenó el 6 de diciembre de 1861. Su fachada, de la que destaca el colorido de su azulejería, fue profundamente reformada a comienzos del siglo xx[36]. El teatro Lope de Vega se inaugura el 12 de diciembre de 1861. Son estos años de la década de los sesenta los primeros momentos del gran impulso de la burguesía harinera vallisoletana. Es dentro de estas coordenadas donde hay que situar la construcción del primer teatro vallisoletano. Acorde con los nuevos gustos y con planes de Jerónimo de la Gándara, se levanta el nuevo edificio en la calle María de Molina, el cual será remodelado en 1920 por Antonio Ortiz de Urbina y Fidel Matilla[37].
El teatro Lope de Vega fue construido en el solar que ocupara en su día el convento-monasterio de la Trinidad Calzada. En 1913, la sala se convirtió definitivamente en «teatro-cine». Fue en 1940 cuando el teatro recibió el cine sonoro. Siguió el Lope de Vega compaginando el cine con las representaciones teatrales e incluso llegó a ser durante algunos años sede de la Seminci. Su cierre definitivo fue en marzo de 2006[38].
La presencia del ferrocarril fue levadura para la industrialización de la capital del Pisuerga. La estación de Valladolid-Campo Grande o del Norte se presenta bien holgada, luminosa en todos sus elementos formales, tras su profunda renovación para celebrar los cien años del comienzo de su construcción (1891-1991). La entera realización del edificio concluyó en octubre de 1895. La conjunción piedra-ladrillo domina la fachada. El complemento de la cubierta de hierro sobre los andenes, con relojes en las cortinas de ambos extremos, provocan el recuerdo de la estación de Príncipe Pío, ya que su factura es análoga. La estación ha registrado reformas a lo largo de sus más de cien años[39].
La 40ª Semana Internacional de Cine de Valladolid se celebró del 20 al 28 de octubre de 1995. La película de Icíar Bollaín obtuvo el Premio al mejor nuevo director (ex aequo), el Premio del Público y una Mención Especial. El Jurado internacional estuvo formado, entre otras personas, por el cineasta español Mariano Barroso y el escritor Gustavo Martín Garzo[40].
NOTAS
[1] PUIGDOMÉNECH, Jordi: Treinta años de cine español en democracia. Madrid: JC, 2007.
[2] TÉBAR, Juan: «La mirada de la infancia. Los niños, el cine y Víctor Erice». CLIJ, nº 221, diciembre 2008, pp. 49 – 55.
[3] RIVAS, Miguel Ángel: Debut y despedida. Directores españoles de una sola película. Barcelona: Ariel, 2001.
[4] HUERTA FLORIANO, Miguel Ángel: Análisis fílmico del cine español. Sesenta películas para un fin de siglo. Salamanca: Caja Duero, 2006, pp. 17 – 32.
[5] TORRES, Augusto M.: Diccionario del cine español. Madrid: Espasa Calpe, 1994, p. 119.
[6] PELÁEZ, Mar: «18 películas rodadas en el ‘gran decorado’ de Valladolid». Viajar y mucho más, 20 octubre 2021.
[7] SIMÓN ASTUDILLO, Iris: «El espectador a pie de rodaje». El Norte de Castilla, 12 agosto 2019, pp. 4-5.
[8] ENCINAS, Antonio G.: «Valladolid, el gran decorado del cine». El Norte de Castilla, 25 octubre 2018.
[9] ESTAIRE CABAÑAS, Óscar: «Cuando Valladolid se vistió de plató de cine». El Español, 13 junio 2022.
[10] SÁNCHEZ MORIEGA, José Luis: «El realismo amniótico en la forja de una cineasta» en SÁNCHEZ NORIEGA, José Luis (ed.): Imaginarios y figuras en el cine de la postransición. Barcelona: Laertes, 2019, pp. 177‑197.
[11] SÁNCHEZ NORIEGA, José Luis: Icíar Bollaín. Madrid: Cátedra, 2021.
[12] Entrevista Icíar Bollaín / por Pablo Lizcano. elmundo.es/larevista/n
[13] VIDAL, Nuria: «Hola, ¿estás sola? Crítica». Fotogramas, enero 1969.
[14] HEREDERO, Carlos F.: «Bollaín, Icíar» en Diccionario del cine español / Dirigido por José Luis Borau. Madrid: Alianza, 1998, pp. 150 – 151.
[15] HEREDERO, Carlos F.: «Icíar Bollaín» en 20 nuevos directores del cine español. Madrid: Alianza, 1999, pp. 74 – 88.
[16] BOLLAÍN, Icíar: «El cine no es inocente» en II Encuentro de Nuevos Autores 2000. Valladolid: 46 Semana Internacional de Cine, 2001, pp. 11 – 19.
[17] BOLLAÍN, Icíar: «Encuentro con el público». Ibid., pp. 97 – 114.
[18]Hola, ¿estás sola? de Icíar Bollaín. Premios. Viridiana, número 15, marzo 1997.
[19] SAURA, Antonio: «El nuevo cine español». Ibid.
[20] VERA, Cecilia; BADARI OTTI, Silvia y CASTRO, Débora: Cómo hacer cine 3. Hola, ¿estás sola? de Icíar Bollaín. Madrid: Fundamentos, 2003.
[21] «Una tarde de cine. Tres generaciones de directores – guionistas se confiesan». Viridiana, núm. 16, marzo 1997, pp. 94 – 158.
[22] PONGA, Paula: «Icíar Bollaín: ‘actuar es más rentable que dirigir’». Fotogramas & Vídeo, nº 1.868, junio 1999, pp. 136 – 144.
[23] «Icíar Bollaín». Seminci, femenino singular. Valladolid: Semana Internacional de Cine, 2015, p. 13.
[24] BOLLAÍN, Icíar: Prólogo en GONZÁLEZ MACHO, Enrique (en colaboración con Begoña Pita): Mi vida en V.O. 50 años de cine en España. Madrid: Atticus, 2020.
[25] Ibid.
[26] HUERTA FLORIANO, Miguel Ángel: Análisis fílmico del cine español. Sesenta películas para un fin de siglo. Salamanca: Caja Duero, 2006, pp. 105 – 108.
[27] Silke. Actriz. Wikipedia. Consulta: 11 agosto 2022.
[28] GOROSTIZA LÓPEZ, Jorge: «Angulo, Alex» en Diccionario del cine español / Dirigido por José Luis BORAU. Madrid: Alianza, 1998, p. 71.
[29] PUCHE RUIZ, María del Carmen: «Márgenes y centro de la España turística. Espacios de representación en el viaje al Sur de Icíar Bollaín (Hola, ¿estás sola?, 1995)» en Cine español actual, patrimonio autóctono y turismo / Antonia del Rey – Reguillo y Rosaura Maestre Pérez (coords.). Barcelona: Gedisa, 2022, pp. 207 – 227.
[30] GONZÁLEZ AGÜERA, Irene: Escenarios de películas. Creación de una ruta cinematográfica en la ciudad de Valladolid. Valladolid: Universidad, 2012, pp. 16 – 61.
[31] GARCÍA ÁLVAREZ, Gerardo: «Una población que se transforma» en Crónica de Valladolid 1936 – 2000. Valladolid: El Mundo, 2001, pp. 368 – 375.
[32] PASTOR, Luis Jesús y PASCUAL, Henar: Conocer el barrio de los Pajarillos. Una compleja periferia obrera de la ciudad de Valladolid. Valladolid: Ayuntamiento, 1994.
[33] VAL, José Delfín: «El río y la leyenda del Puente Mayor» en Homenaje al Pisuerga y sus diez puentes. Valladolid: Ayuntamiento, 2995, pp. 21 – 25.
[34] VALDEÓN BARUQUE, Julio: «Los puentes de Valladolid. La importancia del Esgueva en siglos pasados». Ibid., pp. 17 – 19.
[35] FRAILE CUÉLLAR, José María: «Puente Mayor». Ibid., pp. 105 – 107.
[36] PRIETO GALLEGO, Javier: Ciudades con encanto. Valladolid. Madrid: Santillana, 2009.
[37] ALMUIÑA, Celso: «Teatro Lope de Vega» en 40 imágenes inolvidables. Escenas históricas de Valladolid. 2ª serie, lámina 33. Valladolid: El Mundo, s.a.
[38] SORIA RUANO, Miguel Ángel: Valladolid de cine y teatro. Valladolid: Ayuntamiento, 2017, pp. 17 – 20.
[39] GARCIVAL, Gonzalo: Estaciones de ferrocarril. Madrid: Espasa Calpe, 2000, pp. 52 – 59.
[40] COMBARROS PELÁEZ, César: Seminci. Una historia de cine (1956 – 2015). Valladolid: 60 Semana Internacional de Cine, 2015.