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Revista de Folklore número

491



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Etnografía y folklore de la comarca de Ledesma (I)

RODRIGUEZ PLASENCIA, José Luis

Publicado en el año 2023 en la Revista de Folklore número 491 - sumario >



Se entiende por etnografía –de etno- (pueblo, raza) y grafía (escritura)– al estudio descriptivo de las culturas de los diversos grupos sociales mediante la observación participante por parte del antropólogo de sus prácticas, para llegar así a pormenorizar el comportamiento, las costumbres, creencias y mitos de dicha cultura.

La etnografía se completa con la etnología –de etno- y logía, doctrina, ciencia– que estudia comparativamente los orígenes y expresiones de las culturas populares a partir de los datos que le proporciona la etnografía.

Por su parte, el folklore –del inglés folk, ‘pueblo’, y lore, ‘saber’, ‘conocimiento’– es la entidad explícita de un grupo en concreto de personas y abarca las tradiciones comunes a esa cultura, abarcando los cuentos, las leyendas, los proverbios, los chistes y la «cultura material, que va desde los estilos de construcciones tradicionales hasta los juguetes hechos a mano». Igualmente, el folklore incluye «las tradiciones [religiosas y profanas], las formas y rituales de las celebraciones como la Navidad y las bodas, las danzas folclóricas y los ritos de iniciación» (Wikipedia).

De todo ello voy a tratar en el presente trabajo que abarca parte de temas generales salmantinos y parte de otros aspectos –estos más amplios– relacionados con la Comarca de Ledesma, objeto principal de este estudio.

Este trabajo quedaría más completo con la lectura de Historia de Villarmayor, La vida de los hombres del campo, costumbres y tradiciones y La vida en los pueblos, costumbres y tradiciones, de Jesús Hernández Borgas, natural de Sando, que recoge en sus libros temas y tratados muy interesantes sobre la comarca de Ledesma.

Fiestas religiosas y profanas

Dentro de la vida social y cultural de los pueblos existen dos conceptos que en la mayoría de las ocasiones aparecen unidos. Tales son los elementos religiosos y profanos. Religioso es el conjunto de experiencias, creencias, convicciones o expresiones relacionados con lo divino; es decir, con la religión. Por su parte, el término profano hace referencia cuanto no forma parte de lo sagrado o religioso. Aunque ello no quiere decir que lo profano deba considerarse como irreverente, sino que en la mayoría de las ocasiones se complementan. Tal es el caso de las fiestas religiosas generales –llámense Corpus, Navidad, Semana Santa, fiestas patronales…– que acostumbran a ir acompañadas de otras más populares que con el paso de los años han quedado adscritas a las primeras como complemento o relleno popular de las mismas: Corridas de toros, charangas, bailes regionales, juegos de diversa índole…

Las profanas son aquéllas que nada tienen que ver con lo religioso, pero que asumen una raigambre importante en el sentir de los vecinos, como pueden ser la fiesta de los quintos, las carreras de gallos o los carnavales, por poner unos ejemplos.

Dentro de la comarca ledesmina es –sin duda– la festividad de Santa Águeda la que guarda mayor predicamento.

Es mucho lo que se ha escrito sobre esta santa cristiana, una joven que pudiendo haber llevado una vida holgada y dichosa prefirió sufrir los tormentos del martirio. Águeda, Gadea o Ágata, hija de una noble y rica familia siciliana, unía a ello una belleza y una gracia naturales que la hicieron ser admirada y requerida en amores por muchos jóvenes de su clase e, incluso, por el propio cónsul de Palermo –Quinciano– que al fin y a la postre sería el causante de sus desgracias, como consecuencia de las reiteradas negativas de la joven a sus requerimientos amorosos, pues la sometería a los más crueles castigos llegando, incluso a cortarle sus pechos y arrojarla sobre carbones al rojo vivo. Su hagiografía recoge también cómo se le apareció San Pedro en la cárcel, para curarle las heridas. Y dicen que al sentirse morir lanzó un grito de alegría, dando gracias a Dios. También se cuenta que un año después de su muerte, un violento terremoto se abatió sobre Catania, hundiendo varios edificios, y sepultando, entre otros, a Silvano y a Falcón, consejero y amigo personal de Quinciano, a la vez que el Etna entraba en erupción. Los cataneses recurrieron invocaron a Águeda, que logró detener la progresión de la lava cuando ya estaba próxima la ciudad. Ante este prodigio, el pueblo se sublevó contra el gobernador que, al intentar huir en barca de tal acoso, cruzando el caudaloso Jareta, uno de los dos caballos que le acompañaban le cogió por el cuello con sus dientes mientras el otro lo arrojaba al río de una patada, muriendo ahogado.

Desde entonces fue patrona de Catania, de toda Sicilia y de los alrededores del volcán e invocada para prevenir los daños del fuego, de los rayos y de los volcanes. También se recurre a ella en los males de los pechos, partos difíciles y problemas con la lactancia. En general se la considera protectora de las mujeres y patrona de las enfermeras, pasando a ser el 5 de febrero –fecha de su muerte– un día en que las mujeres disfrutan de ciertos privilegios en numerosas localidades españolas. Pero ¿cuál ha sido el origen de esta costumbre?

Para algunos autores, por el hecho de que el día 5 de febrero las mujeres hayan pasado a ejercer dominio sobre los hombres, debe encuadrarse dentro del solsticio de invierno – como el Carnaval–, cuya característica común era la permisividad y cierto descontrol, pues en Roma, por ejemplo, los papeles se invertían y los esclavos podían burlarse de sus amos y hacerles servir la mesa.

Para otros autores –como Julio Caro Baroja– los posibles antecedentes de la fiesta hay que buscarlas en las Matronalias romanas, fiestas que se celebraban en honor de Juno Lucina, diosa del parto, de la maternidad y en general de las mujeres, que ese día recibían regalos de sus maridos e hijas, a la vez que ellas preparaban comida para los esclavos de la casa y a los que se les daba el día libre.

Según algunos autores, en la capital salmantina –en el último tercio del siglo pasado– las mujeres se calaban un sombrero gacho de hombre, tocaban las campanas para la misa, fumaban y bailaban dando la derecha al hombre. Costumbre o tradición –la de Sta. Águeda– que en algunas localidades españolas tomaban tintes supersticiosos, como en la localidad soriana de Sotillo del Rincón, donde las mujeres gestantes –con el fin de lograr un buen parto– prendían ese día una fogata que mantenían viva añadiéndole cestos viejos.

Esta tradición de Santa Águeda tiene su representación en algunas localidades de la Comarca ledesmina.

En Almenara la jornada comienza con la entrega del bastón de mando por parte del alcalde a la águeda de más edad, acto que es seguido de una misa y una comida de hermandad, donde no falta la música de tamboril. En Aldearrodrigo el recuerdo de que la santa fue arrojada sobre carbones encendidos y que a menudo se represente con una antorcha o un bastón en llamas o una vela, símbolos de su poder contra el fuego, se refleja en el hecho de que las mujeres aldeenses acuden al monte a cortar leña para posteriormente realizar una hoguera en la plaza; al igual que en Villarmayor, donde también es tradición que las féminas salgan al campo el día antes de la fiesta para recoger leña y restos de poda con que hacer una gran hoguera, donde quemar –según dice la tradición– todo lo malo del año con la esperanza que el nuevo sea mejor. La costumbre recomienda saltar la hoguera. Esta práctica de saltar sobre las hogueras está muy extendida, llegando incluso a ser un hecho supersticioso, pues unas lo tienen como forma de purificación y algunas embarazadas como fórmula para tener un buen parto. En Sando, cuando llegaba esta fiesta a las mujeres no les importaba cantar los gallos, es decir, tocar los testículos, si algún forastero o vecino se negaba a darle un duro para la merienda que organizaban con tal motivo.

Otras fiestas religiosas ledesminas

ALDEARRODRIGO. Su patrón es San Miguel Arcángel, que se venera en una iglesia de primitivo origen románico, que sufrió posteriores modificaciones hasta adquirir la forma casi renacentista actual. La fiesta en su honor se celebra en mayo, donde, como se indicaba más arriba, se mezclan lo religioso y lo profano: Bailes populares con música de gaita y tamboril, formación de peñas, Día del Niño con el encierro chiquito –donde todas las actividades giran en torno a los más pequeños–, campeonatos de pelota o de fútbol, pasacalles con charanga, desfile de cabezudos... conforman los actos profanos.

En lo concerniente a la parte religiosa, destacan la celebración de una misa con procesión a los campos y de otra con posterior recorrido por las calles del pueblo con San Miguel y la Virgen del Rosario. En ambos casos para pedir la protección de patrono, primero para los campos y las cosechas y la segunda para el pueblo. El Arcángel Miguel es para los cristianos tanto el protector de la Iglesia como el abogado del pueblo, de ahí que, como en el caso de Aldearrodrigo, se acuda a él para pedirle su protección y cuidado de su subsistencia al cuidar de sus ganados y sus cosechas. Cabe señalar igualmente que en diferentes visiones –como la de Fátima– la Virgen se manifestaba con la presencia del Arcángel Miguel a su lado. Tal vez por eso en esta localidad procesionen juntos.

Otra fiesta local se relaciona con los quintos, que se juntan para celebrar su paso a la edad adulta y que recuerda cuando antaño los mozos debían realizar el servicio militar obligatorio. Así, el día 6 de enero los jóvenes de ambos sexos recorren el pueblo pidiendo el aguinaldo, para luego comer y beber en armonía en algún bar de la localidad. La fiesta continúa el día siguiente para cenar juntos y bailar hasta altas horas de la madrugada.

ALMENARA.- En el aspecto religioso debe señalarse que durante los primeros años de la Reconquista se construyó una iglesia dedicada a San Salvador, de la que ya no queda ningún resto, aunque parte de sus piedras fueron reutilizadas para la construcción de la actual iglesia parroquial de Santa María la Mayor, que data del último tercio del siglo xii y aunque se desconoce la fecha exacta de su construcción, se cree que se remonta a 1164, cuando la villa fue donada a la catedral vieja de Sta. María de la Sede por los reyes leoneses. Hoy está considerada como una joya dentro del románico salmantino.

En la entrada del pueblo, a la izquierda de la carretera que viene de Salamanca se halla la ermita del Santo Cristo. En el altar mayor destaca una imagen de un Cristo de grandes dimensiones, bajo la advocación del Cristo de las Batallas. Por lo que respecta a las fiestas locales, el 3 de febrero se festeja a San Blas con misa y bendición e imposición de las tradicionales gargantillas, para posteriormente acompañar a la pequeña imagen del patrón en su recorrido por las calles limítrofes a la parroquia, con acompañamiento de gaita y tamboril.

El hecho de se le atribuyan curaciones milagrosas con su intervención ha permitido que sea uno de los santos más venerados en toda España desde la Edad Media y reconocido como protector de los catarros y otras afecciones de garganta. San Blas era médico y obispo de la ciudad armenia de Sebaste y cierto día salvó de ahogarse a un niño que se había atragantado con una espina.

Cuando se produjo la persecución de los cristianos por el gobernador de la Capadocia –Cneo Julio Agrícola– se retiró al monte Argeo donde se le acercaban los animales para que los curara, aunque sabían respetar los momentos en que el santo se dedicaba a la meditación y a la oración. Pero cierto día los sicarios de Agrícola –que habían subido al Argeo a capturar fieras para el circo– vieron cómo éstas y otros animales rodeaban al santo mientras oraba. Fue hecho prisionero y llevado ante el gobernador, que trató por todos los medios de que Blas renegara de su fe, sin conseguirlo. Metido en prisión logró que algunos presos en trance de morir se curasen. Ante la persistencia del santo, Agrícola lo arrojó a un lago para que se ahogase. Sin embargo, se mantuvo a flote, mientras retaba a sus torturadores a andar sobre las aguas como él, para demostrar así el poder de sus dioses; pero cuantos lo intentaban se hundían y ahogaban. Devuelto a tierra, Blas fue torturado y finalmente decapitado.

Volviendo a las gargantillas de colores, bendecidas en las iglesias, algunas con la imagen del santo grabada, hay que señalar que no son exclusivas de Salamanca, pues es una tradición extendida por toda España en recuerdo del milagro que San Blas obró con el niño al que le sacó la espina de la garganta. Aunque en la capital salmantina la presencia de vendedores de esas cintas en la comercial calle de Toro unos días antes de la festividad del santo se ha hecho ya tradicional y casi obligada. Igualmente es costumbre –para que la gargantilla obre su deseada virtud curativa– llevarla atada al cuello hasta el martes de carnaval y quemarla el Miércoles de Ceniza. Esta tradición tiene especial seguimiento en Sta. Marta de Tormes y Garcihernández y en la comarca de Ciudad Rodrigo, donde las gargantillas son bendecidas por el obispo.

Hay autores que consideran a San Blas como la representación cristiana de Dionisos, el dios griego del vino, pues son numerosos pueblos donde las libaciones del zumo de la uva guardaron y guardan cierta relación con el santo gargantero. Por ejemplo, en el pueblo cacereño de Logrosán hubo una hermandad conocida como de los borrachos, que se remontaba nada menos que a la Edad Media. La cofradía de Logrosán ya no existe, pero sí otra en la también cacereña Pasarón de la Vera que es llamada igualmente de los borrachos. Este apelativo le viene porque el día de las Candelas los cofrades salen por el pueblo anunciando la festividad de San Blas. La Cofradía, con sus tambores dan más de una vuelta al pueblo y son obsequiados cada cierto tiempo –entre otras cosas– con vino, por lo que hay cofrades que terminan las rondas algo ebrios. Y ya en la provincia salmantina, en Mogarraz, localidad de la comarca de Sierra de Francia, es típica una jornada de hermandad ya tradicional donde es costumbre realizar romerías por las bodegas particulares del pueblo para brindar por el Santo. O la fiesta que en Rollán es conocida como de «la borrachera», de la que se tratará más adelante. ¿Referencias que, como en los casos de los pueblos cacereños reseñados, pueden tomarse como señales de esa identificación Blas-Dionisos, de la que he tratado en otros escritos?

En agosto, se festeja a Nuestra Señora de la Asunción, con numerosos actos que se van desarrollando a lo largo de varias jornadas y distintas actividades lúdicas profanas.

Y, finalmente –también en agosto– tienen lugar las fiestas del Santo Cristo de las Batallas, con gran devoción en la capital salmantina y en parte de las comarcas cercanas. El origen de este fervor popular se debe a la imagen románica que se actualmente se venera en la Catedral Nueva y que fue traída desde Valencia por don Jerónimo de Perigord, capellán que era de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid. Según se dice, ésta era la imagen que presidía las ceremonias litúrgicas durante las campañas militares del Campeador en la zona levantina.

Cuando la ciudad de Valencia fue conquistada por las tropas del noble castellano [el Cid] –puede leerse en la Wikipedia–, éste nombró como obispo de la diócesis a don Jerónimo de Perigord. Cuando muere el Cid, a los pocos años Valencia es reconquistada por las tropas musulmanas. Don Jerónimo se traslada a Salamanca, de cuya ciudad es nombrado obispo por don Raimundo de Borgoña y por doña Urraca, llevando consigo los testamentos del Cid y de doña Jimena y la imagen del Cristo de las Batallas. Don Jerónimo muere años antes de que finalicen las obras de la Catedral Vieja de Salamanca, cuando ésta es concluida, es enterrado en una de las capillas laterales donde es colocado en el ático del retablo que lo preside la imagen del Cristo de las Batallas.

AÑOVER DE TORMES. Las fiestas patronales en honor a la Virgen de la Santa Cruz tienen lugar el 2 y 3 de mayo, considerándose como la celebración más grande de la localidad. Se anuncia desde primera hora de la mañana con un pasacalle amenizado por un grupo de tamborileros que, a la antigua usanza, van anunciando primero la misa en la iglesia de la Santa Cruz y más tarde la bendición de los campos para que la tierra sea generosa con las cosechas, acto que se considera el acto central de los festejos.

¿Y cuál es el origen de esta costumbre, que no es exclusiva de Añover, pero que sí está relacionada con la Santa Cruz? Lo que hay que aceptar es que desde la época neolítica –hacia el viii milenio a. de C. en Europa–, cuando el hombre se volvió sedentario y se convirtió en agricultor y ganadero, buscó, no sólo salvaguardar, sino también propiciar la fertilidad de sus cosechas y ganados, mediante ritos mágicos o creencias religiosas, la mayor parte relacionadas con las Diosas Madres, cuyo culto se fue extendiendo paulatinamente por el mundo mediterráneo, incluida la Península Ibérica. Con la llegada del cristianismo todos estos rituales paganos serían aceptados –no con ciertas reservas–, pero que la naciente Iglesia incorporó –como sucedió con otras costumbres paganas– a su calendario religioso, dedicándole una fecha concreta, en este caso con la Cruz. Aunque ya desde sus comienzos en el cristianismo primitivo existió el hábito o costumbre de procesionar por ciudades y campos en ciertos días del año –como se dice más arriba– pidiendo la bendición y protección divina para el pueblo y sus ministros.

Aunque la fiesta de la Cruz de Mayo –también llamada Fiesta de las Cruces dentro del ritual romano– tuvo su origen como conmemoración del hallazgo por parte de Santa Elena –madre del emperador Constantino– de la que se decía fue la verdadera cruz donde murió Cristo. Para ciertos investigadores, esta fiesta tiene un origen anterior al cristianismo, en el conocido como Árbol o Palo de Mayo, simbolizando el culto ancestral al árbol que dio entre los pueblos celtas, griegos, fenicios, romanos y germanos, entre otros y que sigue celebrándose en muchos municipios de España, sobre todo en Castilla.

Actualmente, en algunos pueblos de la comarca ledesmina –como se verá más adelante– durante las fiestas locales se clava un palo en la tierra o cucaña –el mayo– un palo muy alto, generalmente de chopo descortezado por su largo tronco, que se suele ponerse frente a la iglesia local. Esta acción se conoce como la puesta del mayo, colgar, plantar el mayo o pingar el mayo. Luego se unta de grasa y se pone un premio en la parte superior del mismo. El reto está en intentar llegar a la cima y apoderarse el premio. Costumbre que indudablemente guarda relación con el antiguo culto al árbol que la Iglesia Católica cristianizó.

Todo ello explica por qué en Añover sale en la bendición de los campos una Virgen –¿acaso Santa Elena – abrazando una Cruz.

CUADRILLEROS DE LOS DIECES. De la época de su repoblación por los reyes leoneses data la iglesia románica de finales del siglo xii y principios del xiii, situada en un alto. Dicha iglesia es conocida como ermita de Cuadrilleros de los Dieces, aunque en realidad está situada junto al término de Cuadrilleros. Estaría dedicada a San Pedro, como se deduce de El libro de los lugares y aldeas del Obispado de Salamanca, donde José Ramón Nieto recoge que Juan Díez el Viejo dejó legados o «mandas dinerarias para la obra del templo de San Pedro de Cuadrilleros».

DOÑINOS DE LEDESMA. Las fiestas de Doñinos están dedicadas a Ntra. Sra. de la Asunción y a San Blas, el patrón, donde también es tradición bendecir las gargantillas y celebrar una misa, que es seguida de una procesión por las calles del pueblo, actos religiosos que últimamente están amenizados por la gaita y el tamboril de El Mariquelo, uno de los personajes más conocidos en la provincia salmantina.

Según se dice los orígenes de la tradición de El Mariquelo se remontan al año 1755, durante el terremoto de Lisboa, que llegó a notarse en la misma Salamanca. Al sentirse los primeros temblores, los salmantinos corrieron a refugiarse en la catedral, que, por suerte, se mantuvo en pie y no hubo que lamentar víctimas. El Cabildo creyó ver en este prodigio la intervención divina, de ahí que decidiera que cada año una persona subiese a la torre e hiciera repicar las campanas en agradecimiento a Dios y que de paso comprobara la inclinación que había quedado algo dañada. De ello se encargó una familia que vivía dentro de la catedral –Los Mariquelos– que adquirieron el compromiso de subir todos los 31 de octubre a sonar las campanas; encargo o herencia que la familia cumplió hasta 1976, cuando Fabián Mesonero Plaza se convirtió en el último miembro de la familia en subir. Hasta 1985 en que el salmantino Ángel Rufino de Haro decidió retomar la tradición dándole un toque folklórico al subir con el traje de charro y provisto de gaita y tamboril, que hace sonar cuando está arriba, a la vez que da gracias a Dios y pide la paz.

El Mariquelo también acompaña la procesión de San Juan Bautista por las calles de Zafrón, único acto religioso, ya que el resto son actividades populares donde no faltan los juegos para los más pequeños y las comidas de hermandad y la tradicional hoguera, para terminar la tarde en la finca de Gudino, si se organiza alguna capea.

De Gudino dice Madoz:

Alquería agregada al ayuntamiento de Doñinos (1/2 legua), en la provincia de Salamanca (6 leguas), partido judicial de Ledesma (1 legua). Situada al N. de la capital de la provincia, con clima frio y libre ventilación. Confina al N. con Zafroncino; E. Villarmayor; S. Tozas y O. Zafrón. El terreno es de mediana calidad y produce centeno, poco trigo y mucha bellota por hallarse todo el término poblado de encina; hay ganado vacuno, lanar y de cerda y caza de liebres, conejos y perdices, población: 1 vecino, 6 almas Contribuye con su ayuntamiento.

EL ARCO. En la iglesia de San Félix destaca la pila bautismal del siglo xvi, en forma de copa y de piedra arenisca. Durante la ocupación francesa del término, fue saqueada por las tropas napoleónicas. Recientemente la iglesia local ha sido restaurada y rescatada de la ruina por la colaboración vecinal.

Fiestas 28 y 29 de mayo.

ENCINA DE SAN SILVESTRE. De los antiguos edificios religiosos existentes en la localidad, la ermita que estaba dedicada a San Silvestre, ha desaparecido y la parroquia de San Miguel se halla en estado ruinoso y, por tanto, cerrada al culto. La actual iglesia es de construcción moderna. La fiesta principal de Encina –junto con Villaseco de los Gamitos– es la romería que se celebra el primer sábado de septiembre a la ermita de Nuestra Señora de la Peña del Castillo, patrona de la localidad, que fue mandada construir por el Marqués de Torneros en el sitio conocido como Pago del Peñón del Castillo. En torno a esta imagen cuenta la tradición, repetida en numerosas localidades españolas, que fue encontrada entre unas rocas por un pastor cuando una de las ovejas se separó del rebaño y fue a buscarla. Por ello, los vecinos decidieron levantar allí la ermita objeto de la romería, sita en una finca particular en el término de Encina, donde se realizan actos como la ofrenda, procesión alrededor de la ermita, subasta de la bandera y baile de la misma, acompañado siempre por dulzainas y tambores. A su vez se celebra una fiesta con vaquillas en una de las plazas de toros más antiguas de España, contigua a la ermita. El baile de la bandera –también llamada echar la bandera– es una tradición típica de muchas localidades salmantinas que posiblemente sea recuerdo de algún acontecimiento bélico, pues sus características rituales y militares parecen retrotraerla a la Edad Media. Se trata de un baile o danza-juego de extraordinaria belleza donde los danzantes dan una serie de giros a la bandera al son de la música, procurando que no se le caiga, demostrando así la destreza del que la baila. Todo un ritual que suele iniciarlo los mayordomos o mayordomas de las cofradías –si es que las hay– para más tarde someterlo a puja entre los presentes. En algunos pueblos salmantinos se conoce como rutiar o ruciar la bandera, o banderearla.

Las fiestas patronales de San Silvestre comienzan con antelación al 31 de diciembre con una serie de actividades tales como proyecciones, actuaciones musicales, juegos… Y de carácter religioso: Triduo en honor al Santo, procesión por las calles locales de la imagen del patrón con puja de vara y brazos de sus andas para devolver la imagen a la iglesia, una de las tradiciones más extendidas por los pueblos de España.

Silvestre fue el trigésimo tercer papa romano de la iglesia católica y el primero en no morir martirizado. El acontecimiento más importante de su pontificado fue el Primer Concilio de Nicea, en el año 325, donde se condenó las enseñanzas de Arrio, que sostenía que Jesús Hijo de Dios no había existido siempre, sino que había sido creado por Dios Padre y redactó el Credo Niceno, donde se recogía las creencias del cristianismo de la época.

GEJUELO DEL BARRO. El último fin de semana de agosto se celebran las fiestas de Gejuelo en honor a Santa Bárbara. Bárbara nació en Nicomedia a principios del siglo iii, hija de un sátrapa de nombre Dióscuro, que la encerraba en un castillo mientras se ausentaba para cumplir sus obligaciones de gobernador. Durante uno de estos viajes, Bárbara fue instruida en la fe católica por Orígenes, que era considerado un gran erudito de la Iglesia de la época. Cuando llegó su padre, le declaró que era cristiana y que no se casaría con nadie, pues había elegido como esposo a Cristo. Dióscuro montó en cólera y trató de sacrificarla a los dioses paganos, pero ella huyó y se refugió en una peña que se abrió milagrosamente para que pudiera esconderse; pero aun así fue capturada, sometida al tormento del potro, flagelada, desgarrada con rastrillos de hierro, colocada en un lecho de trozos de cerámica cortantes y quemada con hierros candentes. Finalmente fue condenada a ser decapitada, castigo que fue ejecutado por su propio padre en lo alto de una montaña, tras lo cual un rayo le alcanzó, matándolo también. Bárbara es tenida desde tiempos antiguos como protectora de las tormentas eléctricas y del fuego, tal vez porque según la leyenda su padre fue fulminado por un rayo al permitir su martirio, y más tarde –por analogía– como protectora de los artilleros y los mineros.

GOLPEJAS. La iglesia de San Nicolás de Bari data del siglo xviii y de los tiempos de la repoblación leonesa hubo una románica, que se derrumbó. Las fiestas son el 26 de agosto, y es tradicional celebrar la típica del Lunes de Aguas y su patrón es San Bartolomé, que, tras una misa amenizada por sones charros al son de dulzaina y tamboril, es procesionado por las calles, acompañado de cantos y bailes tradicionales.

Los festejos en honor al santo se complementan con una serie de actividades populares tales como campeonatos de rana, concurso de disfraces, el pregón de la fiesta, hinchables para niños, campeonatos de tute, de pelota y de calva… Como se sabe, la calva es un juego y deporte a la vez muy popular y tradicional español, consistente en lanzar herraduras, piedras o cualquier otro objeto parecido tratando de golpear la parte superior de una cuña de madera con forma de ángulo obtuso, colocada de pie a cierta distancia de los lanzadores. La esencia del juego es dar a la cuña sin que el objeto lanzado toque antes el suelo. Su nombre parece derivar de calvero –terreno libre de maleza, piedras, etc., o paraje sin árboles en el interior de un bosque– donde el objeto lanzado no corría peligro de perderse. Y en cuanto a su origen la tesis más aceptada es que se remonta a los pastores vetones que, para divertirse en sus ratos de ocio, lanzaban piedras a un cuerno de vaca, que con el tiempo sería sustituido por la actual pieza de madera. La tradición está muy arraigada en las provincias castellano-leonesas, norte de Extremadura y algunos pueblos de la provincia de Toledo. Ello se debe a que los vetones estuvieron asentados entre los ríos Duero y Tajo y principalmente en las actuales provincias de Ávila, Salamanca, Cáceres y parte de Zamora y Toledo, de donde llegaron a otras partes de la Península por el fenómeno migratorio a otras autonomías: Cataluña, Madrid, País Vasco…

JUZBADO. Además de las fiestas de julio, las patronales de San Miguel Arcángel se celebran en torno al 29 de septiembre y –como en la mayor parte de los pueblos comarcanos– predominan las actividades lúdicas y populares sobre las religiosas. Así, se nombran una reina y un rey de las fiestas, se decora el pueblo con banderines, se ponen el tradicional mayo y los ramos a las mozas solteras a altas horas de la noche y se realizan diferentes juegos donde no falta el frontón, se realizan concursos gastronómicos… La parte religiosa se circunscribe a misa y procesión, donde no faltan los bailes charros.

El Jueves Santo está legado a la Santa Cruz, cuya cofradía se encarga de los eventos.

MATA DE LEDESMA. Su patrón, San Miguel Arcángel y su patrona la Virgen de la Asunción y se celebra con unas fiestas que se desarrollan sobre los días 13, 14, 15 y 15 de agosto, siendo el día grande el día 15 que se celebra con una misa solemne.

La iglesia de Pozos de Mondar –que depende de La Mata– se halla actualmente abandonada y en ruina total, conservándose únicamente el arco de entrada; estaba dedicada a San Cebrián. Igualmente sucede con la de San Antonio Abad Gejo de Diego Gómez.

MONLERAS. Su templo tiene un altar mayor mezcla de elementos barrocos y neoclásicos y guarda en su interior un impresionante Cristo gótico de madera policromada del siglo xiv.

La festividad religiosa más arraigada en el pueblo es la del Corpus, con procesión presidida por los mayordomos de la Cofradía del Santísimo Cristo por las calles del pueblo –que previamente se han engalanado con ramas de tomillo y pétalos de rosas– a los sones de la gaita y el tamboril. Es una fiesta entrañable y familiar donde no puede faltar el cordero.

Al final de la década de los sesenta y para homenajear a los emigrantes que regresaban al pueblo en verano, se instituyó esta fiesta, aprovechando la festividad de Nuestra Sra. de la Asunción, patrona de Monleras. Durante esa semana se celebran numerosos actos, entre los que están actuaciones teatrales, folklóricas y musicales. En todos ellos toman un gran protagonismo las peñas, como sucede en la mayoría de los pueblos ledesminos. Y –cómo no– el juego de pelota a mano en el viejo frontón.

PALACIOS EL ARZOBISPO. Según recogía Pascual Madoz, se constataba la existencia de cinco ermitas bien conservadas.

El bodigo –del latín panis votivus, ofrecido en voto– era un panecillo hecho de la flor de la harina que aún se suele llevar a la iglesia como ofrenda en algunos lugares y que se comen en distintas fechas: Navidad, Semana Santa, en la romería de algún santo... Igualmente hacía referencia a los panes benditos o de caridad que partidos en trozos se repartían a los fieles los domingos al salir de la misa en algunos pueblos españoles; pan que era pagado cada domingo por un vecino por riguroso turno. En Palacios, era costumbre –el día de los Difuntos y en las misas de cabo de año– que los familiares llevasen al altar durante el ofertorio de la misa un pan, que posteriormente era partido en trozos y repartidos por el cura entre la chiquillería. Este acto era conocido en el pueblo como dar el bodigo. Igualmente, en Villares de La Reina, Mieza de la Ribera y otros pueblos salmantinos esa Caridad se ofrecía a los vecinos que acompañaban a los dolientes durante los funerales, bien a la entrada del velatorio, bien una vez concluido el entierro.

La iglesia de San Juan Bautista tiene de estilo románico la portada y el panel occidental del templo; el resto es barroco. En su interior cabe destacar el retablo del altar mayor, del siglo xviii, que está presidido por una imagen del santo titular y una talla de la Virgen, con claras influencias del escultor franco-español Juan de Juni – 1506-1577.

Son numerosos los festejos que tienen lugar en la localidad: La noche de los quintos en la que los jóvenes de ambos sexos que cumplen la mayoría de edad pintan el frontón con sus iniciales; los carnavales en la que los mozos y mozas se disfrazan de gitanos y van pidiendo en todas las casas, para luego hacer una merienda con lo que recogen; el domingo de Ramos repican las campanas mientras en el portal de la iglesia el alcalde va dando un ramo de laurel a cada vecino, ramo que será bendecido durante la misa.

Las fiestas patronales a San Juan Bautista tienen lugar los días 24 y 25 de junio, con elección de Rey y Reina, puesta de banderines por todo el pueblo a cargo de los mozos, puesta de ramo a las mozas, charangas, comidas populares, verbenas y bailes regionales, partidos de pelota a mano… Es decir, toda una serie de actividades que son propias de casi todos los pueblos de la comarca.

La puesta de ramos a las mozas es una costumbre muy antigua, pues cuando un mozo pretendía a una joven le ponía un ramo de flores en la ventana, como también era costumbre que los mozos, al terminar las faenas del campo, rondasen a las mozas, mientras ellas se asomaban a la ventana. Cuando el padre de ella daba el consentimiento, podía rondarla cuando quisiera. Otras veces el mozo le daba a lavar su pañuelo a la moza y si ésta aceptaba era señal de principio de noviazgo.

El Ofertorio a la Virgen del Rosario el primer domingo de octubre, con misa, rosario y procesión, para terminar con las ofrendas de bollos y el ramo con productos alimenticios por parte de los mozos, mientras las jóvenes van bailando el ramo vestidas de charras.

La tradición del ramo es una práctica que aún se mantiene viva –además de en Castilla– en casi toda España, especialmente a lo largo de la Vía de la Plata, que une Mérida con Astorga. Se trataba, en fin, de la ofrenda de un ramo cuando se terminaban las faenas agrícolas y la cosecha a una Virgen o a un Santo Patrón. Su forma varía, pues en algunas partes el ramo se hace con espigas de un cereal, en otras es un pequeño árbol y más modernamente es un armazón de madera con forma piramidal recubierto generalmente de ramas, hojas y flores. El ramo se coloca sobre andas, de cuyas ramas pende una cesta con ofrendas, ofrendas que también pueden ir directamente colgadas del ramaje. Esas andas son portadas por cuatro mujeres, mientras otras sostienen las cintas multicolores que salen desde el pináculo del ramo. Y todas ellas van vestidas con el traje típico del pueblo o de la región, todo ello acompañado de canciones y bailes locales. Igualmente pueden verse niñas y niños que van delante del ramo con ofrendas de panes u otros productos alimenticios.

¿Y cuál es el motivo que impulsó a esta costumbre para que tenga lugar no sólo en España, sino también en otros países europeos como Polonia o Bulgaria? Todo parece indicar que se originó en el ritual de las Cerialia, ceremonias y festejos relacionados con el culto de la diosa romana Ceres o de su semejante griega, Deméter; celebración que se extendería posteriormente por todo el Imperio Romano, asimilándose en ocasiones a deidades locales de los países conquistados como a algunas de las divinidades celtas más importantes en la Península Ibérica: Ataecina o Adaecina, diosa de la fertilidad y del renacer; Andera, diosas que regentaba la Tierra; Iscallis, diosa de la fertilidad o Baraecus, que estaba relacionado con las aguas, por no mencionar más. Muchas de esas deidades fueron asimiladas por la naciente Iglesia cristiana con santos o mártires propios para evitar que el paganismo continuase dominando entre el pueblo, especialmente entre las clases menos ilustradas.

Durante las Cerialia las vírgenes portaban al santuario cera, dulces y la carne de un buey sacrificado con anterioridad para pedirle a la diosa que cuidase la tierra y de las cosechas. Entre esas ofrendas estaba el calathus, un enorme cesto repleto de tortas y pastelillos confeccionados con harinas de forma similar a lo que hoy día se hace con las ofrendas de ramos.

Después de la misa, el ramo era llevado en procesión a un lugar ya tradicional donde se subastaba mediante pujas o rifas. El dinero conseguido se empleaba una parte para pagar al cura y otra para el culto y cuidado de la Virgen o el Santo objeto del ramo. Como actualmente sucede en numerosas localidades de la comunidad salmantina y española.

Todas estas fiestas tienen como escenario de sus celebraciones en la Plaza Mayor, donde se levanta La Morera, árbol que es tenido como símbolo de la localidad.

ROLLÁN. La iglesia parroquial está dedicada a San Lorenzo mártir, que con toda probabilidad se edificó en 1791 sobre las ruinas de otro templo anterior, con mesón y hospedería para los peregrinos que desde el vecino Portugal se dirigían por esta ruta hacia Santiago de Compostela.

Además, en la villa hay dos ermitas, una llamada El Humilladero, construida en el siglo xx donde ya había una capilla por lo menos desde el siglo xiii, y otra dedicada a los mártires San Sebastián y San Fabián, situada junto a la segunda de las calzadas que atraviesan el lugar, conocida como la Calzada de los Mártires, que transcurre de Salamanca a San Felices.

Se sabe poco de San Fabián, que fue elegido papa de una forma curiosa. Cuentan que cierto día en que Fabián –un granjero laico que se encontraba en Roma accidentalmente– regresaba del campo con unos amigos y se acercaron a la multitud de cristianos que se hallaban reunidos para la elección del nuevo pontífice por la muerte de Anteo. Nadie pensaba en él como sucesor del difunto, pero al ver la muchedumbre que una paloma se posaba sobre su cabeza, lo tomaron como una señal milagrosa del Cielo, que le escogía como candidato al papado. Y empezaron a gritar y repetir: «¡Fabián pontífice!» «¡Fabián pontífice!» Y a él no le quedó otro remedio que acceder. Inmediatamente decidieron nombrarle primero sacerdote, luego obispo y, finalmente, papa. Fue una de las primeras víctimas de la persecución de Decio, quien lo consideraba como enemigo personal suyo. Murió mártir el 20 de enero del año 250 de nuestra Era.

El culto de San Fabián ha estado siempre unido al de San Sebastián y así aparecen en los antiguos martirologios y en las Letanías de los Santos que siguen al Rosario.

Sebastián –uno de los santos más populares al que se invoca contra las pestes– descendía de una familia noble de militares. Su padre era narbonés y su madre milanesa, aunque establecidos en Narbona, donde fue criado en la religión cristiana. Con el tiempo llegó a ser capitán de la primera corte de la guardia pretoriana imperial, cuerpo militar que servía de escolta y protección a los emperadores romanos. Era respetado por todos y apreciado por el emperador, que desconocía su filiación de cristiano. Él cumplía con las ordenanzas militares, pero no participaba en los sacrificios a los dioses paganos; incluso hacía proselitismo entre sus compañeros de armas y daba ánimos a los cristianos presos en cárceles y calabozos. Así, hasta que fue denunciado a Fabián, vicario del prefecto, por un apostata llamado Torcuato. En un principio, Fabián no se atrevía a denunciar a Sebastián por el alto cargo que ostentaba, pues era el primer capitán de la guardia. Finalmente, se decidió a informar al Emperador. Éste le llamó a su presencia y le dio a elegir entre seguir siendo soldado de su corte o la muerte. Pero Sebastián se mantuvo firme en su fe y al emperador no le quedó otra alternativa de condenarlo a morir asaeteado. Pero a pesar de las numerosas flechas que lanzaron contra su cuerpo logró sobrevivir y unos cristianos que habían observado la escena escondidos, llevaron a Esteban a casa de una noble cristiana romana –llamada Irene– que le mantuvo oculto y le curó de las heridas hasta restablecerse. A pesar de los consejos de sus amigos, que le recomendaban salir de Roma, él se presentó ante el emperador quien, asombrado por verle vivo, ordenó que le azotasen hasta que muriese. Los soldados no fallaron esta vez y al ver que estaba muerto, arrojaron su cuerpo en un lodazal, de donde fue recogido por los cristianos y enterrado en la Vía Apia, en la catacumba que lleva su nombre.

Por lo que respecta a las costumbres y tradiciones, Rollán ha tenido un importante repertorio de festejos.

Según se lee en la página del Ayuntamiento, en tiempos pasados y hasta la década de los años 50, existió la costumbre de que las clases menos pudientes salieran el día de Año Nuevo a «pedir el aguinaldo». Pasaban con una cesta y un fardel por cada una de las casas del pueblo y «los más pudientes» solían darles como limosna principalmente garbanzos, tocino, farinatos y quizás alguna longaniza –«de res», «de bofe», o «de gordura»– porque las de carne buena estaban más escasas. Como agradecimiento, a los donantes se les despedía con un «Dios se lo pague» o «Que Dios le de salud para hacer tan buenas obras», quedando encartados para el año siguiente.

Otra costumbre recuperada se relacionaba con la víspera festiva de los Mártires San Fabián y San Sebastián. El día 19 los mayordomos se tenían por costumbre acarrear leña, que descargaban bien en la plaza, bien en el juego de pelota, para hacer la conocida como «hoguera de los mártires». En su alrededor se puede disfrutar del tradicional aguardiente con perrunillas.

Una fiesta que aún sigue celebrándose es la conocida como «la borrachera». Todos los años, la víspera de San Blas, el Ayuntamiento invita a todo el pueblo a «vino, pan y escabeche con aceitunas» mientras tiene lugar «la subasta de los abrevaderos», trozos de terreno con pasto existentes junto a las charcas públicas y terrenos de pastizal propiedad del Ayuntamiento que antiguamente se destinaban a basureros. Según información del Ayuntamiento, esta costumbre, aunque se mantiene, cada día va degenerando más hacia las reuniones de pandillas en las que no sólo se come el escabeche, sino que ahora ya se acompaña de embutidos recientes de la última matanza que en esta época está ya semi curado y algunos quesos y aguardientes que cada uno aporta. Otros ya van pasando al tostón y cordero asado. Y después de la merienda venía la subasta de los abrevaderos, rememorando así cómo se realizaba antiguamente la adjudicación de los pastizales del municipio. A continuación, y ya en los bares del pueblo, suelen jugarse reñidas y alborotadas partidas de Subasta y de Guerrilla, donde con el vino se atreven a pujar y trucar más que un día normal. Estas guerrillas se juegan en parejas y van eliminándose hasta que sólo queda una, que es la que gana.

Otra costumbre que poco a poco se ha ido perdiendo –añade el Ayuntamiento– es la de los carnavales, debido a que cada vez hay menos jóvenes para formar cuadrillas; además, ya van viniendo menos al pueblo. Durante el carnaval era costumbre juntarte cada cual con los de su quinta, es decir con aquellos que habían nacido el mismo año, aunque pasadas esas fechas, volvías a reunirte con tus amigos de siempre, sin importar la fecha del nacimiento.

Antiguamente se formaban cuatro cuadrillas, de mayor a menor edad:

Antiguamente, la fiesta más importante del pueblo era la de Los Mártires, que se festejaba el 20 de enero. Pero con el paso del tiempo ha sido desbancada por la de San Lorenzo, del 10 de agosto, quedando de aquélla únicamente su carácter religioso. Las fiestas de verano –como ha sucedido en otros lugares– se ha convertido en una de las más importantes de la comarca; dura varios días y se realizan distintas actividades, y aunque se pretendió establecer unas capeas de vaquillas, la iniciativa no llegó a consolidarse y despareció. No así la gran sardinada popular, que cada año va siendo más popular, junto con las parrilladas de panceta y costillas con que se obsequia a cuantos asisten a la fiesta. Otra de las actividades que cuenta con bastante participación es la de los partidos de pelota a mano, en el frontón del pueblo y que lleva más de treinta años ininterrumpidamente. Hay dos categorías, las parejas formadas bien por semiprofesionales o por profesiones. Entre los pelotaris que acuden cada año está algún hijo o nieto de Paco, «el galgo de Sando». Y él mismo participó hasta no hace muchos en estos juegos, a pesar de llevar más de 60 años a sus espaldas.

SANDO. Sus fiestas se celebraban hasta hace uno pocos años en la segunda octava del Corpus, es decir, el segundo domingo siguiente al Corpus Cristi. Actualmente la fiesta ha cambiado a San Cristóbal.

Según Francis Xavier Weniger, misionero y escritor jesuita austriaco (1876) Saint Chistopher, Martyr (San Cristóbal, mártir), que recoge La Wikipedia y de acuerdo con la leyenda de su vida, Cristóbal fue llamando inicialmente Reprobus. Era un cananita de 5 codos de altura –unos 2,3 metros– y con una cara aterradora. Tras servir en el reino de Canaán, se le ocurrió ir a servir «al mayor rey que existiese». Fue a servir al rey que tenía la reputación de ser el más grandioso pero un día vio que ese rey se santiguaba ante la mención del diablo. Por ello supo que ese rey le tenía miedo al diablo, por lo que partió en busca de éste. Él se topó con una banda de merodeadores y uno de ellos le declaró que era el diablo, de modo que Cristóbal decidió servirle. Pero cuando él vio que su nuevo amo se apartaba de la cruz y se dio cuenta de que temía miedo de Cristo, él le dejó para preguntarle a la gente dónde estaba Cristo. Él conoció a un ermitaño que le instruyó en la fe cristiana. Cristóbal se preguntaba a sí mismo cómo podía servir a Cristo. Cuando el ermitaño le sugirió que se fustigara y rezase, Cristóbal replicó diciendo que él no estaba dispuesto a realizar ese servicio. El ermitaño le sugirió después que, a causa de su tamaño de su fuerza, podría ayudar a Cristo ayudando a la gente a cruzar un peligroso río donde la gente perecía en el intento. El ermitaño le prometió que ese servicio le complacería a Cristo.

Cuando Cristóbal ya había llevado a cabo ese servicio durante un tiempo, un niño pequeño le pidió que le hiciera cruzar el río. Durante la travesía, el río creció y el niño parecía tan pesado como el plomo, hasta tal punto que Cristóbal apenas lo podía llevar y se encontraba con una gran dificultad. Cuando finalmente alcanzó el otro lado, le dijo al niño: «Tú me has puesto en el mayor peligro. No creo ni que el mundo entero sea tan pesado en mis hombros como lo has sido tú». Y el chico respondió: «Tú no solo has tenido en tus hombros el peso del mundo, sino al hombre que lo creó. Yo soy Cristo, tu rey, a quien tú has servido en este oficio». Posteriormente, el niño se desvaneció.

Cristóbal visitó posteriormente Licia y fue acogido por los cristianos, que fueron martirizados. Fue llevado ante el rey local, y se negó a realizar sacrificios a los dioses paganos. El rey intento ganárselo con riquezas y enviándole a dos bellas mujeres para tentarlo. Cristóbal convirtió a las mujeres al cristianismo, como ya había convertido a cientos en la ciudad. El rey ordenó matarlo. Tras varios intentos fallidos, Cristóbal fue decapitado.

El examen histórico de las leyendas sugiere que Reprobus (Cristóbal) vivió durante las persecuciones cristianas del emperador romano Decio, y que fue capturado y martirizado por el gobernador de Antioquía.

Las fiestas de San Cristóbal –que tienen lugar en julio– siguen la misma tónica que la de otros pueblos próximos, iniciándose con una serie de actividades tales como campeonato de guerrilla, partidos de calva, bingo, baile popular, misa… Y –cómo no– campeonato de pelota…

Durante los Carnavales en Sando había varias costumbres. Una era que los quintos daban de beber vino a la gente por la bota, pero mientras se bebía había que decir «Gregoria Gregorita, que rica es el que no diga Gregoria Gregorita pagará un cántaro de vino tinto», frase difícil de pronunciar por estar bebiendo a la vez, de ahí que a muchos les tocara pagar el cántaro de vino. Tradición – que se sepa – única de Sando.

Otra consistía en «dar las mulas» a algún joven que daba guerra en el pueblo. Para ello, se cogía al joven de turno, se ponía boca abajo y, antiguamente con un palo y ya de ultimo con la mano, se le daba en el culo mientras se cantaba la canción «Pirulillas verdes en el mes de mayo, tú las pagaras por debajo del rabo».

Igualmente –y previo al carnaval– se festejaba el conocido como Jueves Marendero. Cada quinto llevaba un gallo, que era pesado en presencia de los demás jóvenes. El encargado de hacerlo era el soltero de mayor edad y pasado este trámite los gallos se guardaban hasta el martes, en que eran corridos por la tarde, para cenarlos por la noche. Y, al igual que el martes se cenaban los gallos invitando los quintos a todos los jóvenes y amigos del pueblo, el día anterior era costumbre que quintos y vecinos del pueblo cenaran una oveja machorra.

En este pueblo también hay gran afición a la pelota a mano, una especialidad de la pelota vasca, deporte tradicional del norte de España cuyas raíces se encuentran en el País Vasco, Navarra y La Rioja, aunque hay quien sitúa el origen de este juego en alguna parte de Francia durante el siglo xiii, donde se practicaba uno bastante semejante conocido como «juego de palma», igual que el que se practica actualmente golpeando la pelota directamente con la mano.

Por lo que se refiere a Sando, nadie sabe cómo ni quién trajo al pueblo esta afición. Lo único que recuerdan las personas mayores es que por los años 50 y 60 los jóvenes, como tenían poco dinero, al salir de misa los domingos se reunían para organizar campeonatos y jugarse unas jarras de vino. Esta afición sandina ha dado lugar a toda una saga de pelotaris de reconocido prestigio, como la de Los Galgos.

Las fiestas de Cabeza de Diego Gómez –dependiente de Sando– tienen lugar el 24 de junio y aunque la iglesia parroquial está dedicada a Ntra. Sra. del Rosario, las fiestas están dedicadas a San Juan Bautista.

En Fuentes de Sando hay una ermita dedicada al Crucificado.

SAN PEDRO DEL VALLE. La iglesia parroquial de San Pedro es de construcción reciente, aunque conserva el hastial y el campanario del edificio original. La talla de Santa Rosa que se conserva en el templo es digna de mención.

La fiesta del patrón tiene lugar en junio, donde no falta la puesta de banderines y los ramos a las mozas, además de una serie de actividades con la reunión de peñas, realización de diversos campeonatos, todo ello propio de la comarca homenaje a los mayores. Degustación de productos típicos: Hornazos, embutidos y empanadas.

El día de San Pedro se celebra una misa castellana, seguida de la subasta de pendones y de procesión por las calles del municipio.

En la pedanía de Carrascal de Velanbélez, la iglesia está dedicada a la Virgen del Castillo. Es un templo del siglo xv construido sobre otro anterior románico, del siglo xii. En el exterior destaca su espadaña y en el interior sobresale su púlpito de arenisca policromada, unas impresionantes pinturas góticas de color grisáceo, con escenas bíblicas, descubiertas al retirar el retablo mayor, barroco, además de un artesonado de inspiración mudéjar. Guarda dos imágenes de la Virgen titular: Una, románica –siglos xii-xiii–, que porta una torre en su mano izquierda, que no sacan en procesión y otra, más moderna que es la que procesionan en las fiestas, en septiembre, donde la música charra vuelve a sonar, tras la misa castellana. Y como en otras localidades ledesminas no pueden faltar los campeonatos de tute, mus y remi, la puesta de banderines, la apertura de las peñas, la música y la buena comida, la puesta de ramos a las mozas y el mayo, además de la degustación de productos típicos o el homenaje a los mayores.

SAN PELAYO DE GUAREÑA. Esta localidad tiene una iglesia parroquial románica –aislada del casco urbano– dedicada a San Pelayo, con la singularidad de que en su interior se configura como un teatro romano, pues el altar se encuentra en la parte inferior del edificio, mientras los asientos de los fieles lo rodean de forma escalonada, elevándose por encima de él.

Pelayo era un joven asturiano que fue martirizado durante el emirato de Abderramán III. Educado por su tío Hermogio –obispo de Tuy–, acompañó a éste y al rey Ordoño II de León en ayuda Sancho Garcés I de Pamplona, que estaba siendo atacado por las tropas de Abderramán. Ambos monarcas cristianos fueron derrotados, quedando cautivos los obispos de Salamanca –Dulcidio y Hermogio– y, con él, Pelayo. El tío fue puesto en libertad tres años después, pero el sobrino quedó como rehén, a la espera de que Hermogio enviase el precio del rescate, dinero que nunca llegó. Se cuenta que durante esos años de cautiverio Abderramán trató de mantener contactos sexuales con el joven, pero que él se negó, a pesar de las riquezas y honores que el emir le ofrecía. Despachado éste, le sometió a numerosas torturas: Fue desmembrado mediante tenazas de hierro y despedazado y sus restos arrojados el Guadalquivir el 26 de junio del año 925 de nuestra Era. Los cristianos cordobeses recogieron sus restos y los enterraron en el cementerio de San Ginés y su cabeza en el de San Cipriano. Más tarde fueron trasladados primero a Oviedo y finalmente al monasterio de las benedictinas de San Pelayo, en León.

Su fiesta se celebra el 26 de junio. Este día se realiza una solemne misa y al terminar ésta se saca al santo por las calles del pueblo.

En San Pelayo se cuenta otra leyenda parecida a la de Golpejas. Aquí el lugar se conocía como Peña de la Mora. En San Pelayo la ficción corre en torno a la Fuente de la Mora, así llamada porque según se cuenta, una joven mora iba todos los días a esa fuente a lavarse la cara, antes de cubrirse el rostro para no ser reconocida. Pero cierto día, un pastor que pastoreaba sus ovejas por la zona, la vio. Y ella, para que no contase a nadie que la había visto, le dio una moneda. Pero él no cumplió su promesa y corrió la voz por el pueblo de que la había visto. Ello provocó que los vecinos comenzaran a visitar la fuente para verla. Lo que no cuenta la leyenda, o al menos no hay noticias de ello, es si la joven cautiva apareció alguna otra vez…

En San Pelayo se encuentra el moral más antiguo de España, con más de 300 años, que está incluido entre los conocidos como Catedrales Vivas.

SANTA MARÍA DE SANDO. La iglesia de Sta. María de Sando es románica, donde destaca el retablo y la espadaña. El cementerio está construido dentro de una iglesia antigua del siglo xv o xvi, de la que sólo quedan restos.

La iglesia parroquial está dedicada a la Asunción, aunque su patrono es el Cristo de las Batallas, cuya festividad se celebra los días 25 y 26 de agosto, con fiestas para jóvenes, pequeños y mayores con las mismas actividades que en Sando, es decir, bingo, campeonato de guerrillas, adorno de las calles del pueblo, cabezudos, verbenas, partido de pelota y de frontenis, degustación de dulces, y un encierro infantil, que como se sabe, no es más que la cabeza de un toro de cartón o plástico a la cual se le añaden dos ruedas y en ocasiones llevan incorporada una pistola de agua que moja a los niños.

Por supuesto, no falta la misa con su correspondiente procesión.

SANTIZ. La iglesia parroquial es románica, del siglo xii y está consagrada a San Miguel Arcángel. En su interior destaca la talla gótica del Cristo de las Batallas, de tanta tradición en la provincia salmantina.

En Santiz se celebran numerosas fiestas, entre las que se encuentra la del patrón, San Miguel Arcángel, el 29 de septiembre. Ese día, tras la misa y la procesión se procede a la subasta del ramo y de las cestas repletas de dulces, alimentos y bebidas, ofrecidas al santo por los vecinos, todo lo cual es subastado. El dinero recaudado se emplea para cubrir las necesidades parroquiales. Y después de los actos religiosos, el típico baile del vermut, amenizado por charanga.

Según el Diccionario de la Real Academia vermú es «un licor hecho con vino blanco, ajenjo y otras sustancias amargas y tónicas, que se toma como aperitivo», inventado por los italianos, que lo toman por la tarde. Sin embargo, parece ser que la hora del vermú o vermut en Europa es antes de cenar. Aunque en España, tal y como sucede en Santiz, la hora del aperitivo –es decir, del vermú– ha sido siempre entre las doce y la una y, más concretamente después de la misa de los domingos. Hoy la hora del vermú ha sido sustituida por la hora de las cañas o de los vinos.

El 14 de septiembre es la fiesta del Bendito Cristo. De la organización se encarga su Cofradía, compuesta por 33 cofrades y –según dicen– es complicado ingresar porque existe una larga lista esperando formar parte de ella. Después de la misa se rifa el tradicional bollo maimón o de clavonía, uno de los dulces más típicos de Salamanca y Zamora. Según algunos estudiosos lo de maimón vendría del árabe maimun –feliz–, aunque según otros posiblemente «su nombre haga referencia a la maimona, un palo de uso habitual en cualquier tahona antigua y que haría referencia al cilindro colocado en su centro» (Wikipedia).

El 5 de febrero Santa Águeda, o Las Águedas, que organizan las mujeres locales. Es tradición que las mujeres pidan propinas a los hombres.

También se celebra el Lunes de aguas, esa tradición tan de Salamanca y de otras localidades charras que se ha asimilado a la ruptura del duelo penitencial que simboliza la Semana Santa para el cristiano. Ese día las peñas de jóvenes salen al campo a comer el típico hornazo.

La noche anterior al día de Reyes, se enciende una gran hoguera en el dentro del pueblo para festejar a los quintos de ese año, donde éstos, bien entrada la noche invitan los asistentes a chorizo y costilla asada, regados con buen vino.

Las hogueras que se encienden en torno a la Navidad se consideran parte de un ritual relacionado con el solsticio de invierno y se encuentra tanto en las civilizaciones antiguas como en las de los pueblos que no han conservado tradiciones escritas. Según la mitología griega el fuego fue entregado a los hombres por el titán Prometeo, tras robárselo a los hombres. Según la mitología griega, el fuego fue robado a los dioses por el titán Prometeo para entregárselo a los hombres, motivo por el cual fue castigado a ser encadenado según unos en el Cáucaso y según otros al Arguimusco, meseta siciliana al norte del Etna. Pero, aunque las evidencias e investigaciones parecen afirman que el primer fuego se hizo de forma intencionada, frotando dos trozos de madera seca, otros eruditos creen que la caída de un rayo sobre un árbol dio cuanta al ser humano de la existencia del fuego y de la posibilidad de usarlo en su propio beneficio. Lo cierto es que se han hallado restos de hogueras encendidas por el Homo Erectus con una antigüedad superior al millón de años y que andando el tiempo –desde tiempo inmemorial– los campesinos de toda Europa comenzaron a encender hogueras en ciertas fechas del año, para bailar en su alrededor o saltar sobre ellas siguiendo unos rituales hoy desconocidos, aunque tal vez estuvieran destinados a alejar los fríos invernales. Costumbre que la Iglesia cristiana –como en otros muchos casos– trató de prohibir al considerarlas ritos paganos. En algunas de estas hogueras solían quemarse efigies de paga o que se fija quemar a una persona viva, lo que lleva a sospechar que en tiempos pretéritos se quemaran realmente a personas, como ofrenda a los dioses. También es tradición que los quintos, junto con sus acompañantes, aguanten despiertos toda la noche para a la mañana siguiente, día de Reyes, ir a pedir por las casas. Después van a misa para realizar una ofrenda al Niño Jesús.

SARDÓN DE LOS FRAILES. Por lo que respecta al patronazgo de Sardón, en el siglo xii, en su segunda repoblación –la de Fernando Ponce– se erigió la iglesia parroquial bajo la advocación de San Pedro, que con el tiempo fue perdiendo protagonismo –según dicen– porque su onomástica –a finales de junio– coincidía con las labores del campo, faenas que restaban fieles a los actos religiosos, preferencia que con el tiempo pasó a la Virgen del Rosario, patrona del pueblo, que se celebraba la última semana de septiembre, cuando ya se habían terminado la recogida de la fruta y la vendimia, así como la recogida de la miel y a la que se ofrecían los frutos tras la recolección. Y, como puede leerse en la página del Ayuntamiento

[…] dentro de este apartado religioso, en el siglo xviii y como consecuencia de una gran epidemia que se llevó a la mayoría de las criaturas, en el que un siglo más tarde aparece como anejo la hoy finca del Villarejo, surge la figura a Santa Ana, que supuestamente evitó la muerte de uno de los hijos de una familia logrando la veneración de sus vecinos.

Además, se dice que

[…] la gracia de Santa Ana estuvo siempre presente entre sus vecinos, pues según estos testimonios de viva voz trasladados de generación en generación, mantienen que el toque de la campana de su ermita evitaba el pedrisco en las tormentas de verano; es más, aseguran que una vez llegada la tormenta a su término las nubes cesaban de lanzar la granizada sobre sus cosechas.

Las fiestas dedicadas a la Virgen del Rosario –patrona del pueblo– se celebran la última semana de septiembre, con misa, procesión y ofertorio del bolló maimón. Sin embargo, con el paso del tiempo, las fiestas de agosto con sus actividades lúdicas y profanas han ido sustituyendo poco a poco a las de la patrona.

TABERA DE ABAJO. Por lo que respecta a las iglesias parroquiales, tanto en la de Tabera de Abajo –de San Juan Bautista– como de Tabera de Arriba –de Santiago Apóstol– se conservan sendos retablos realizados por Joaquín Churriguera Ocaña, miembro de una dinastía de arquitectos y retablistas barrocos, materializados por Pedro de Gamboa a principios del siglo xviii.

El patrón de Tabera es San Juan y la patrona Santa Bárbara, con misa, procesión y convite.

TREMEDAL DE TORMES. Iglesia Parroquial de Santo Ángel de La Guarda, en Peñalvo. Patrón San Sebastián, tercer domingo de septiembre.

VALDELOSA. La iglesia parroquial de San Salvador es del siglo xvi está bajo la advocación de la Transfiguración del Señor. Tiene en su retablo mayor un Cristo gótico y una talla del Salvador y debe reseñarse la presencia en el templo de un San Sebastián en piedra, del siglo xv.

Sus fiestas principales son San Esteban –el 20 de enero– y San Roque, del 15 al 18 de agosto, cuya ermita ha sido restaurada recientemente.

La devoción a San Roque –un santo del siglo xiv– fue muy popular a partir del siglo xvii. Según cuentan, Roque –de origen francés– decidió llevar una vida de continuo peregrinaje. Al llegar a Roma, encontró que la peste se había apoderado de la ciudad, provocando numerosas muertes. Y él, poniendo en riesgo su vida, cuidó y curó a muchos apestados. Luego continuó por el resto de Italia hasta que sintió en sus propias carnes los primeros síntomas de la enfermedad, por lo que decidió retirarse a un bosque para no contagiar a nadie. En su retiro, un perro le llevaba un pan cada día, mientras un ángel bajaba a curarle las heridas. Y aunque en un principio no contó con mucha popularidad, que ostentaba San Sebastián desde mucho tiempo atrás como abogado contra las epidemias, a partir de su canonización en el siglo xvii, coincidiendo con una serie de virulentas epidemias en Europa, comenzó a tomar también protagonismo, de ahí que ambos hayan sido representados juntos en numerosos cuadros.

Al igual que no hay acuerdo sobre el año de su nacimiento, tampoco hay unanimidad sobre el lugar de su fallecimiento. Según unos, falleció en Italia en una prisión, acusado de espía, pues no quiso revelar su identidad. Actualmente las investigaciones señalan que murió en Montpellier –ciudad de su nacimiento– encarcelando por su propio tío. Cuando llegó a Montpellier Francia estaba en guerra con Italia y no fue reconocido, sino que se le tomó por un espía italiano y, sin mediar juicio, fue encarcelado, donde, según algunos hagiógrafos suyos, estuvo entre 5 y 8 años hasta que murió. Aunque por desgracia fue reconocido por su abuela ya tarde, al observar el lunar en forma de cruz con que había nacido. Esa intuición inspiradora se debió –según dicen– a una intervención de la Virgen.

Suele representársele vestido de peregrino con una herida en su pierna izquierda y acompañado de un perro llamado Rouna o un ángel, aunque también aparece representado con ambos.

También son tradicionales las celebraciones de Las Águedas, hincar el palo o viga Mayo por los quintos el día 1 de ese mes, en que invitan a los asistentes a comer panceta, chorizo, etc., al calor de una gran hoguera. Y la práctica antigua, pues ha pasado de generación en generación, de poner por la noche, en las puertas de las mozas, ramos el día de San Roque.

VEGA DE TIRADOS. En Vegas se erige la iglesia de Nuestra Sra. de la Asunción –de construcción moderna–, cuyas fiestas se celebran el 15 de agosto. En su interior y en el frontal de la capilla mayor –de forma cuadrangular y bóveda de crucería– se halla un cuadro del Cristo de las Aguas, obra del pintor Jerónimo Prieto González, pintor autodidacta nacido en la localidad salmantina de Espeja.

En Tirados –pedanía de Vega– se hallan las ruinas de la iglesia románica de San Miguel, abandonado a finales del siglo xix.

Las fiestas de Vega están dedicadas al Cristo de las Aguas. Como en otros lugares vecinos, se programan actividades para todas las edades: Música, pregón, homenaje a los mayores, actividades para niños –pintacaras, hinchables, competiciones y juegos entre las peñas de amigos…– degustación del tradicional hornazo con venta de papeletas para la rifa, misa castellana cantada por un grupo de bailes charros, seguida de procesión a los campos para bendecirlos el Lunes de Aguas, para terminar con la degustación de la tradicional ensalada de limones, naranjas, huevos cocidos para «desengrasar» los cuerpos tras los excesos etílicos y de una paella al día siguiente.

VILLARMAYOR. La fiesta de San Vicente –patrón del pueblo– había ido perdiendo importancia en los últimos años, pero se ha recuperado de nuevo. Esta fiesta de invierno empieza el día 21, pero es el día del santo cuando se celebran la misa y la procesión por el pueblo, onomástica que termina con la acostumbrada chocolatada con churros, como actividades más destacadas.

San Vicente Mártir o Vicente de Huesca, fue un arcediano oscense diácono de San Valero de Zaragoza. Según la hagiografía de este santo, descendía de una noble familia aragonesa, pues su padre era cónsul de Zaragoza. Siendo pequeño aún fue puesto bajo el magisterio de Valero, obispo de la ciudad. Cuando a su preceptor –ya mayor– se le acentuó la tartamudez que padecía, Vicente ocupó su lugar en lo concerniente a la predicación de la fe. Por aquel entonces se produjo una sangrienta persecución contra los cristianos, decretada por los emperadores Diocleciano y Máximo. Cuando en marzo del año 303 llegó el prefecto Daciano a Hispania, entró por Gerona, pasando más tarde a Barcelona y Zaragoza, donde lo primero que hizo fue apresar a Valerio y a Vicente, que más tarde fueron trasladados maniatados a Valencia, a donde había tenido que desplazarse él por orden del Emperador. Y fue en Valencia donde comenzaron los interrogatorios, mas como el obispo se expresaba con dificultad debido a su tartamudez, habló por él Vicente. En consecuencia, el viejo obispo fue condenado al destierro y Vicente a sufrir diversos tormentos, de los que salió triunfante, por lo que fue arrojado a una estrecha mazmorra, en plena oscuridad, puestos sus pies en unos cepos de madera de modo que sus piernas estuviesen fuertemente separadas la una de la otra. Y si eso fuera poco, sembraron el suelo de la mazmorra de objetos puntiagudos que laceraban sus carnes; un auténtico infierno, según cuentan algunos de sus hagiógrafos, quienes añaden que un día –de repente– se iluminó toda la celda y el suelo desgarrador en un lecho o alfombra de flores. Sabedor Daciano de estos portentos, ordenó que trataran con toda consideración a Vicente y que le curaran las heridas. Esta orden fue seguida sin dilación por el carcelero –convertido al cristianismo por Vicente–, que le preparó un confortable lecho y permitió que otros cristianos fueran a visitarle al calabozo. Se desconoce la fecha exacta de su muerte, pero la tradición la sitúa en enero, el día 22 del año 304 ó 305.

También se celebra a Santa Águeda, donde es tradición que las féminas salgan el día antes al campo para recoger leña y los restos de poda para hacer una gran hoguera la víspera de la Santa, para quemar –según dice la tradición– todo lo malo del año y en la esperanza que el nuevo sea mejor. La costumbre recomienda saltar la hoguera como forma de purificación.
Y –finalmente– el 5 de agosto, la Virgen de las Nieves, advocación mariana que se remonta al siglo IV, cuya historia es sobradamente conocida. Durante las fiestas –además de novena, la misa y la procesión de la Virgen– se desarrollan una serie de actividades culturales, lúdicas, deportivas y gastronómicas. De todo ello cabe destacar la recobrada parodia –que hacía varios años que no se celebraba–, canciones presentadas por las peñas donde se forma humorística se critica lo mismo al Ayuntamiento que a cualquier suceso acaecido en el pueblo.

Monumentos: la iglesia parroquial de San Vicente Mártir y la ermita de Ntra. Sra. de las Nieves, que se encuentra en mal estado.

VILLASDARDO. La iglesia está dedicada a Ntra. Sra. de la Purísima Concepción. Su fiesta local es el Domingo de Pentecostés, en honor de la Virgen de la Bandera, así llamada porque el Niño Jesús porta una pequeña bandera.

VILLASECO DE LO GAMITOS. La iglesia parroquial de Villaseco de los Gamitos, situada al norte del pueblo, está dedicada a San Vicente. Fue construida a finales del siglo xvi, aunque se modificó considerablemente en los siglos xvii y xviii. Es de planta de cruz latina y está realizada en sillarejo. Su cubierta a dos aguas ha sido recientemente restaurada.

Las fiestas en honor a San Vicente, el 22 de enero. Tras la misa, procesión por el pueblo – con la actuación de El Mariquelo– se reúnen las familias para celebrar una comida especial, de ahí que los naturales llamen a esa fiesta «días de Misa y Olla».

Otras fiestas, son: El 5 de febrero Santa Águeda, con misa y actividades musicales; el jueves anterior al Domingo de Ramos –conocido como Jueves Merendero– las familias salen al campo a comer tortillas y embutidos; también se celebra el Lunes de Aguas con degustación del típico hornazo. Otra fiesta importante es la romería que se realiza a la Virgen de la Peña del Castillo, en septiembre, en el término de La Encina de San Silvestre. Después de la misa se realiza una procesión alrededor de la ermita con ofrendas a la Virgen y la ejecución del Baile de la Bandera.

La última fiesta local se celebra el primer domingo de octubre en honor a la Virgen del Rosario. En ella, tras la misa y la procesión, las madrinas ofrecen bollos maimones a la Virgen, que después se subastan, dejando lo recaudado para la parroquia.

VILLASECO DE LOS REYES. En un principio se llamó Villarseco de Yuso, derivando posteriormente a Villaseco de los Reyes, denominación que tomó por «una grandiosa ermita» –Madoz– dedicada a Nuestra Señora de los Reyes, conocida actualmente como «la catedral de todas las ermitas de la provincia» salmantina que –según afirma Manuel Gómez Moreno– «tal vez fue edificada a finales del siglo xiii por deseo del infante Don Sancho Pérez, que fue señor de Ledesma y de otras muchas villas y era hijo del infante Don Pedro y nieto del rey Alfonso X el Sabio», ermita que ha sido ampliado en siglos posteriores.

Y Según recoge Bernardo Dorado, en su Compendio histórico de la ciudad de Salamanca, su antigüedad, la de su Santa Iglesia, su fundación y grandezas, que la ilustran, escrito en 1776, los santuarios «más frecuentados de los Fieles son, el de Ntra. Sra. de los Reyes en el lugar de Villaseco y el de Ntra. Sra. del Castillo del lugar de Pereña: del portento y milagro que se dignó hacer el todo Poderoso à ruego de Su Stma. Madre el año pasado de 1721».

En su Diccionario Geográfico-Estadístico de España y Portugal, Sebastián Miñano (1779-1845), tras ubicarla en el término, añade que «antiguamente se hacían unos gastos extraordinarios y excesivos con ocasión de la festividad de la patrona del pueblo, que lo es Nuestra Señora de los Remedios, y se celebra el día 3 de mayo y en el día [entonces] se han moderado algo estos gastos que arruinaban las familias de algunos mayordomos, quedando reducidos a la función de la iglesia, corrida de novillos y a representar comedias, para todo lo cual tienen sitio a propósito dentro y fuera del pueblo».

Las fiestas de Villaseco son las de Ntra. Sra. de los Reyes, que se celebran los días 8 y 9 de septiembre con una romería hasta el santuario, los carnavales y las Águedas.

Berganciano tiene una iglesia dedicada a San Miguel Arcángel que –según Madoz– era aneja a la de Monleras. Sus fiestas tenían lugar el 8 de mayo, para celebrar la Aparición de San Miguel. Actualmente se han trasladado al segundo sábado de mayo para que puedan asistir todos los vecinos que viven fuera del pueblo.

En Campo de Ledesma la iglesia está bajo la advocación de Ntra. Sra. del Rosario, aunque las fiestas están dedicadas a San Ramón Nonato y se celebran el último fin de semana de agosto.

San Ramón fue un religioso español de la Orden de la Merced –fundada por San Pedro Nolasco para el rescate de cautivos cristianos que habían sido capturados por los musulmanes– nacido en Portell, en la provincia de Lérida. En uno de los viajes que realizó al Norte de África para pagar el rescate de algunos cautivos, mas cuando se le acabó el dinero, decidió quedarse como rehén en lugar de un redimido. Durante su cautividad sus carceleros perforaron sus labios con hierros candentes para impedir que predicara. Finalmente fue rescatado él mismo y pudo regresar a España. El pontífice Gregorio IX lo nombró cardenal, pero cuando se dirigía a Roma, murió en la localidad barcelonesa de Cardona el 31 de agosto de 1240. El sobrenombre de Nonnato –no nacido– le fue asignado porque fue extraído del útero materno mediante cesárea una vez que ella había muerto. Es el patrón de los partos, de las matronas, de los niños y de las embarazadas.

La iglesia de Gejo de los Reyes está dedicada a San Blas. Sin embargo, las fiestas patronales lo están a San Antonio, con misa, procesión y otras actividades para terminarlas con una comida popular.

Moscosa es una finca particular dedicada a la ganadería extensiva. Antiguamente tenía por anejo las alquerías de Cuadrilleros y el despoblado de Gusende. Existe una iglesia dedicada a Sta. Elena.

ZAMAYÓN. La iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción –con portada meridional del siglo xvi, conserva un interesante retablo–, templo que fue ampliado en el siglo xix, aunque aún conserva algunos vestigios románicos. A mediados del siglo ix –según recoge Pascual Madoz– de ella dependían los anejos de Valdelosa e Izcalina; la ermita de San Miguel –de finales del xii o principios del xiii–, que fue la parroquia de la Orden de San Juan del Hospital, donde pueden apreciarse mejor los restos románicos que –a pesar de las reformas que en ella se han realizado– destacan la portada, la cornisa sobre modillones y el arco triunfal del interior.

Las fiestas se dedican a San Antonio de Padua y se celebran del 9 al 13 de junio. Las celebraciones comenzarán en la media noche del jueves, 9 de junio, con la colocación de los banderines en las calles de la localidad y la tradicional puesta de ramos a las mozas del pueblo. Y aunque los actos religiosos con misa castellana y procesión del santo son el eje principal de la fiesta, no faltan actividades deportivas –los partidos de pelota a mano–, juegos infantiles, batallas de arqueros, verbenas y la clásica comida popular típica de los pueblos de la comarca ledesmina.

El 5 de octubre se celebra la fiesta de la Virgen del Rosario con algunas actividades donde no puede faltar una cena popular en el Patio de las Monjas.

La tradición de rezar el rosario nació cuando la Virgen se apareció en Francia a Santo Domingo de Guzmán –fundador de los Dominicos– a principios del siglo xiii. Primero le enseñó a rezarlo y luego le animó a propagar esta devoción como medio para convertir a los pecadores indecisos y especialmente para combatir la herejía de los albigenses o cátaros –un movimiento religioso calificado por la Iglesia Católica como herético– que había surgido en la localidad francesa de Albi. De ahí que la Iglesia le tenga como padre de la oración del rosario.

ZARAPICOS. El patrón de la localidad es Santiago Apóstol, 25 de agosto, y en torno a esta fecha existía una curiosa costumbre. Primero, la noche de la víspera los mozos ponían un ramo de flores en las ventanas de las mozas que más les atraían y el día del santo iban a levantarlas, lavarlas y a peinarlas y con ellas salían durante la fiesta. Con anterioridad a la fiesta de Santiago se celebraba el 20 de mayo otra en honor a San Boal, o Baudilio, diácono y francés del siglo iv, nacido en Orleans y muerto en Nimes, que sufrió martirios por rehusar a sacrificar a los ídolos.



Etnografía y folklore de la comarca de Ledesma (I)

RODRIGUEZ PLASENCIA, José Luis

Publicado en el año 2023 en la Revista de Folklore número 491.

Revista de Folklore

Fundación Joaquín Díaz