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Con cierta frecuencia se localizan piezas, por lo general de más interés devocional que artístico, relacionadas con Tierra Santa y casi siempre vinculadas con la Orden Franciscana, seculares custodios de aquello lugares. Son cruces y reliquias a las que se les dio aprecio y algunas de ellas pasaron a ser objeto de referencia para la devoción de los pueblos, que en ocasiones las convirtieron en detentes de calamidades y remedio de enfermedades.
Como una aportación que se pueda sumar a otras investigaciones de mayor alcance reúno algunos datos e informaciones de este tipo de objetos en las Diócesis de Ourense y Astorga por ser ámbito de mi trabajo e investigaciones
Los recuerdos de Tierra Santa
En todos los lugares de peregrinación y hasta de turismo, florece la industria de los souvenirs que los que los visitan traen gustosos como recuerdo y como devoción. Desde antiguo en Palestina se elaboraron para este fin cruces y otros objetos que traían los peregrinos de Tierra Santa y estaban promocionadas por los franciscanos custodios de los Santos Lugares. Se hacían con madera del Huerto de los Olivos y a veces incorporaban reliquias varias, reliquias en un sentido amplio ya que se trataba de fragmentos pétreos de los diversos lugares donde se sitúan los diversos momentos de la de la Vida de Jesús como Belén, pero sobre todo de su Pasión, desde Getsemaní hasta el Calvario. Algunas de estas obras se enriquecían con incrustaciones y placas de nácar grabado y cantoneras en plata.
El nácar se trabaja en un comienzo por medio de la talla, sin ningún tipo de coloración. Además del comercio de estas piezas que se realizaba principalmente en las puertas y aceras de la iglesia de la Natividad y del Santo Sepulcro, y daba de comer a muchas familias hebreas cristianas, con diversas calidades en el trabajo, por la influencia franciscana, se introdujo la técnica del grabado o incisión con buril, técnica desarrollada en Europa y que fue empleada para el grabado de las placas de madreperlas provenientes de los depósitos perlíferos del mar Rojo y del golfo Pérsico. Con el uso de esta madreperla se elaboraban cruces, cartelas, retablos, entre otros, usando la técnica del grabado y utilizando tinta negra de fondo y con colores rojo y verde para resaltar los detalles de los grabados. El tema principal de estas obras además de la Pasión era la iconografía de la Orden franciscana. Con técnica más depurada se acreditaron a lo largo de los siglos xvii a xix los talleres de las familias Dabdoub, Roc, Aboufele, Mikel, Sabat, Abukalil y Deik, del clan Tarajmeh (del rito latino). El profesor alemán Dr. Seep confirmó que la población de Belén era de 8.000 habitantes y había 90 talleres y artesanos dedicados a la talla de la madreperla. El Comisariato de Tierra Santa en Jerusalén compraba casi la totalidad de la producción y mucha de ella era para ser entregada a los benefactores de la Orden Franciscana en todo el mundo, principalmente en España, Italia y Portugal. El resto de la producción era vendido a los peregrinos que visitaban Tierra Santa que, por lo general, adquirían un recuerdo, que bien podría ser una cruz, dije, medalla o reproducción del santo sepulcro[1]. De esta proveniencia hay muestras en muchos lugares, sobre todo conventos e iglesias y algunas se exponen por su calidad en museos.
El patriarca latino de Jerusalén
La máxima autoridad de la Iglesia Latina en Tierra Santa, habitualmente un fraile franciscano italiano. En la etapa de algunas de las obras que vamos a reseñar, las auténticas o las donaciones tienen como protagonista al Patriarca Luigi Piavi que había nacido en Ravena el 17 de marzo de 1833, profesó en la Orden de Frailes menores y fue ordenado sacerdote el 22 de diciembre de 1855, Nombrado arzobispo titular de Siunia y Delegado Apostólico en Siria y Vicario Apostólico en Alepo el 14 de noviembre de 1876. El 28 de agosto de 1889 nombrado patriarca latino de Jerusalén, falleciendo como tal el 24 de junio de 1905.
El Cristo de Puebla de Trives
La más significada de todas y objeto de mucha devoción es la imagen del Crucificado que con el título de la Misericordia se venera en la iglesia parroquial de Puebla de Trives. Que desplazará a San Bartolomé como titular de la parroquia. La trajo en el siglo xviii (8 diciembre 1767) de Jerusalén Fray Francisco Cayetano franciscano que con permiso de sus superiores la regaló a su parroquia natal acompañada de una auténtica en la que entre otras cosas se declara:
La presente imagen construida de cartón sólido y de cerca de cuatro palmos de longitud que representa a nuestro Señor Jesucristo crucificado puesto en la agonía, marcada con el sello menor de nuestra dignidad impreso en cera amarilla española y fija con 3 clavos de hierro a una Cruz de madera de nogal de 6 palmos de longitud y adornada de cuatro círculos hechos de Concha y cubiertos con cristal viéndose en su centro preciosos fragmentos de santas reliquias de piedra tomadas de aquellos Santos lugares que tuvieron inmediato contacto con el cuerpo y sangre de nuestro divino redentor distribuidos del siguiente modo en la parte inferior un fragmento del monte sacro del calvario en los costados reliquias de la cueva de la agonía donde El Salvador sudó sangre y de la huella de sus divinas plantas que dejó impresa en el pedernal del Torrente cedrón en la parte superior otro fragmento tomado de la columna de los improperios siendo también de Concha la tabla en la que está escrito el título Jesús Nazareno rey de los judíos en 3 lenguas hebrea griega y Latina y esculpidas las imágenes de Dios padre y del Espíritu Santo debajo de la cabeza de la sagrada efigie bendecida con los sagrados ritos y tocada en la misma cripta o cueva de Belén en donde el creador de los cielos se dignó nacer[2].
Se le atribuyen varios milagros que dándole fama de milagroso han aumentado su veneración, así una mujer de sobreparto después de que le dieran una camuesa tocada a la llaga del costado, cobró la salud y sanó. Milagro realizado en el 1770-1774.
Una niña de 10 años que estuvo 8 días sin tomar alimento y con enfermedad mortal, se le aplicó a los labios otra camuesa tocada a su sagrado costado. Después de comerla se limpió de calentura y sanó. Milagro registrado en el 1771.
Otro de los milagros fue en el 1918 causado por la terrible epidemia de la gripe que afectó cerca de 400 personas de Trives, incluso a los 3 sacerdotes del municipio. Entonces, decidieron hacerle una oración al Santísimo Cristo de la Misericordia (tuvo que ser dirigida por el Hermano Superior de las Escuelas Cristianas). Desde el primer momento la gripe cesó, no se registró más defunciones y los enfermos comenzaron a mejorar rápidamente.
Para su veneración en el retablo mayor se construyó el actual retablo de estilo neogótico que sustituiría al que en 1860 hizo para la Iglesia vieja el tallista Manuel Domínguez:
Digo yo Manuel Domínguez de Junquera que recibí de mano de don Manuel Conso de la Puebla la cantidad de 600 reales pertenecientes al primer plazo del retablo mayor de la Iglesia de dicho pueblo y para seguro como uno de los contratantes lo firmo en la Puebla 21 de febrero de 1860 Manuel Domínguez.
Y en otra nota dice:
[...] declaro por lo que pueda convenirle que la mesa del altar la hice de gracia y por la devoción que profeso al Santo Cristo y porque le tenía ofrecido la cantidad que puede valer la dicha mesa y para que en la precitada cantidad de 200 reales y abonadas señor Abad de Piñeiro le doy el presente recibo en Piñeiro a 6 de marzo de 58 Manuel Domínguez[3].
La nueva iglesia se hizo el año 1885[4] y después se haría el actual retablo.
Santa Clara de Astorga
Conservan las religiosas una colección de cruces con las características de las realizadas en Tierra Santa de diversos tipos. De pequeño tamaño, destinadas a la devoción privada son de los siglos xix y xx obsequio de Padres Franciscanos cercanos a la comunidad. De madera de olivo con incrustaciones de nácar, crucifijos de metal de fundición. Alguna con tecas para reliquias de los santos lugares.
Lagunas de Somoza
En la sacristía de la parroquia existe una cruz de madera con incrustaciones de nácar con Una figura de Cristo y diversos temas franciscanos grabados. Es obra interesante del siglo xviii, se deberá también a la relación con la parroquia de algún franciscano. Del tipo bastante conocido de base triangular de la que parte la cruz con los brazos lobulados y algunas expansiones en el brazo más largo. Le faltan diversas placas que se desprenden por estar pegadas.
Sobrado de Trives
Es en la Parroquia de Sobrado de Trives en la zona ourensana de la diócesis de Astorga donde una puntual documentación nos permite conocer una valiosa donación en varios momentos de este tipo de objetos piadosos por parte de un lego franciscano del lugar, que en Tierra Santa debió de pasar gran parte de su vida. Son ornamentos, cruces y un cuadro con un grabado y marco de talla labrada. Se conservan la mayor parte de ellas y las auténticas impresas con la enumeración de las reliquias que autentifica el Patriarca Latino cuyo escudo destaca impreso en las mismas, Luigi Piavi, del que ya hemos hablado.
Dicen así las notas sobre estas reliquias escritas por el párroco Don José Méndez, en el Libro de Fábrica:
1883. Para perpetua memoria consigno en este libro el regalo que hizo a esta Iglesia fray Casimiro Sarmiento de la orden de San Francisco oriundo de esta villa y consiste en 16 cruces con sus imágenes cada una y con la reliquias de cada paso incrustadas en los brazos, 14 para el calvario y las otras dos una para el altar mayor y otra para el de la Virgen y por ser verdad lo firmo que el 14 de mayo de 1883, el vía crucis tiene las mismas indulgencias como si se visitara en Jerusalén. José Méndez.
Los cuadros del Vía Crucis conservan estas cruces.
1900. Fray Casimiro Sarmiento lego profeso franciscano ha regalado para esta Iglesia de Sobrado un cuadro de la Transfiguración de Nuestro Señor Jesucristo in monte Thabor con reliquias del mismo lugar y otros de tierra Santa según auténtica que se guarda en el archivo parroquial. El mismo regaló para la misma Iglesia una casulla, una capa pluvial y dos dalmáticas todas de color blanco y bastante usadas las que trajo de Jerusalén y para que así conste en todos tiempos lo firmo en Sobrado a 23 de enero de 1900.
El impreso con la auténtica de las reliquias impreso con el escudo de Ludovicun Piavi Patriarca de Jerusalén gran maestre de la orden del Santo sepulcro... declara que las sagradas partículas «ex columna Flagellationis D.N.J.C. quae Hierosolymis in Basilica Ssmi Sepulcri asservatur, ex loco Transfigurationis Domini in Monte Thabor et ex parcipius Santuariis Terra Santa.... in theca ex ligno olivorum Gethseman...» fechado en Jerusalén el 26 de mayo de 1898.
1902. Fray Casimiro dos Sarmiento lego profeso franciscano mandó desde Jerusalén para esta Iglesia de Sobrado la Santa reliquia de Ligno Sancto Crucis, cuya auténtica se acompaña. El mismo regaló para la misma Iglesia una casulla de damasco color blanco de bastante uso con bolsa para corporales y paño de cáliz, así mismo dos dalmáticas y capa pluvial del mismo color y clase, muy usadas también un cuadro de la transfiguración con reliquias con una auténtica, una Cruz pequeña con efigie para administración del viático, una pequeña imagen del niño Dios y otra de la santísima virgen de madera ambas, cada una con escaparate de cristal y adornadas de reliquias y una urna pequeñita de madera con tapa de cristal para colocar dicha imagen del niño Dios en el día de Reyes, Más dos cruces pequeñas para altares colaterales y para que conste lo firmo.
Las reliquias que contiene el pie del ostensorio son las siguientes:
Ecce homo, santo monte Olivete, Ascensión, Santa María Sión, piedra de la unción, olivo del huerto de Getsemaní, casa de San José, del lugar del martirio de Santiago apóstol, del lugar del nacimiento de san Juan Bautista, Gruta de Getsemaní donde oró el señor. Están reconocidas con el sello del señor patriarca no expresas en la auténtica por falta de espacio fray Casimiro de Jesús y María Sarmiento y la auténtica que se acompaña impresa como la anterior con el escudo patriarcal y las demás circunstancias dice que las sagradas partículas de la columna de la flagelación de nuestro señor Jesucristo que se conserva en la basílica del Santo sepulcro de Jerusalén, las del Santo sepulcro, la roca sagrada del calvario, del Santo praesepio del sepulcro de la bienaventurada virgen María del santísimo cenáculo del lugar de la anunciación y del monte Carmelo colocadas en una teca oval auricalcho deaurato y está firmada en Jerusalén el 14 de septiembre del año 1901[5].
Villafranca del Bierzo (León)
En el Convento de Clarisas de la Anunciada y de clara procedencia palestiniana y franciscana hay algunas sencillas cruces. Son todas del siglo xx. Una de ellas en forma de ostensorio cruciforme con los extremos lobulados, de madera torneado con una teca oval con cerco de nácar con una reliquia como se indica de la columna de la Flagelación, en torno a esta teca otras 8 circulares también con cerco nacarado y piedrecitas con su rótulo que las atribuye a diversos lugares relacionados con la Vida de Jesús.
Otra cruz latina de madera de olivo y brazos lisos, con crucifijo metálico y 14 tecas circulares con cerco también de metal referidas a las 14 estaciones del Vía Crucis con supuestas reliquias de los escenarios de las mismas.
Finalmente una reliquia del Lignum Crucis que tendrá procedencia de Tierra Santa está colocada en una cruz metálica con adorno de falsa pedrería, en medio de un paño bordado con rayos de perlitas y lentejuelas y la inscripción «CUM DOMINUS AD JUDICANDUM VENERIT» (antífona de la fiesta de la Invención de la Santa Cruz «CUANDO EL SEÑOR VENGA A JUICIO, [APARECERÁ EN EL CIELO ESTA SEÑAL DE LA CRUZ]») enmarcada con marco dorado. En esta como en casi todos estos relicarios no falta el sello del patriarca lacrado para su autentificación. Será el bordado obra de las propias monjas cuyas labores de este tipo siempre han sido estimadas.
Carballiño (provincia y diócesis de Ourense)
Sin duda la pequeña reliquia que llegó a Carballiño en 1901 ha tenido una enorme trascendencia artística ya que necesitaba la villa, por su crecimiento, de una nueva iglesia parroquial se dedicó a la Vera Cruz teniendo la fortuna, por diversas circunstancias, de que se encargara el proyecto al arquitecto Antonio Palacios, que realizó una obra llena de simbolismo y arquitectónicamente sobresaliente, que hace de ella el edificio religioso más importante del siglo xx en la diócesis de Ourense.
La documentación deja claro que el fragmento de la reliquia lo regaló el padre fray Pedro Fernández religioso franciscano, natural de Carballiño que habrá profesado en el colegio-convento de Santiago de Compostela y enviado después como destino a Tierra Santa donde sin duda por su buena amistad con el patriarca latino de Jerusalén el franciscano italiano Luigi Piavi, éste le regaló un pequeño fragmento que a su vez había recibido del Papa Pío IX, que lo llevaba en un pectoral. El franciscano lo colocó en un relicario de madera de olivo y nácar en forma de ostensorio, dentro de los trabajos de artesanía popular habituales en Tierra Santa como objetos de decoración y recuerdos que traían los peregrinos de aquellos lugares. En la teca oval acristalada está colocada la reliquia y un pequeño letrero que la identifica. Existe otro relicario similar que supuestamente también contiene otra reliquia del Lignum Crucis, que podemos suponer tiene la misma procedencia, aunque de este concretamente no hay datos precisos. El fraile trajo a la parroquia diversos objetos más que hoy no se localizan. Un tercer relicario de la Santa Cruz es regalo de Doña Angelita Varela marquesa de Atalaya Bermeja.
La reliquia de Carballiño ha dado también nacimiento y nombre a una Cofradía de Semana Santa que ha revitalizado el culto y la devoción a esta Reliquia.
Como datos históricos señalar que entre los papeles de curia[6] hay una carta del párroco, Don Crisanto Fernández, de 19 de septiembre de 1900 al Gobernador Eclesiástico comunicándole:
[...] que el padre fray Pedro Fernández religioso de tierra Santa, trae de regalo para esta iglesia de Carballino una reliquia del Lignum Crucis encerrada en una caja cuya auténtica del Reverendísimo Señor Patriarca de Jerusalén remito a vuestra señoría en calidad de devolución para que la examine. En la caja que contiene las reliquias vienen las unas condiciones que relata la auténtica. El piadoso donante quiere que se reciba en esta Iglesia con alguna pompa la indicada reliquia. A cuyo efecto desea que el próximo día 17 se organizase una procesión desde las afueras del pueblo hasta la Iglesia parroquial llevando en la procesión la reliquia. Creyendo oportuno se acceda al laudable deseo del referido religioso ruego a Vuestra Señoría se digne autorizarme para poder celebrar la aludida procesión. Faltando tan poco tiempo ruego también a Vuestra señoría tenga a bien mandarme la autorización por el propio que lleva esta comunicación o utilizar el telégrafo cuyo coste abonaré si Vuestra Señoría lo cree conveniente toda vez que el religioso quiere aprovechar la ocasión de las fiestas que se celebran, entre ellas la misa y procesión del patrono el 17. D Dios guarde a vuestra señoría muchos años…
El 16 de septiembre se concedió la autorización como se pide (al margen).
Hay también una carta del secretario del ayuntamiento de Carballiño en la que certifica que:
La corporación en sesión supletoria de 18 de septiembre último acordó lo siguiente: Diose igualmente cuenta a la Excelentísima Corporación de que el reverendo padre fray Pedro Fernández de la orden de San Francisco del colegio de Santiago, se ha presentado en esta alcaldía manifestando que procedentes de Jerusalén, de donde regresa en uso de licencia, traía algunos objetos de inestimable valor religioso con destino a esta villa su pueblo natal, obtenidas al fin indicado del actual patriarca de Jerusalén a solicitud del compareciente, cuyos objetos entrega en custodia y para el culto de la nueva Iglesia parroquial de Carballino, deseando hacer constar en acta de la Excelentísima corporación municipal, que la propiedad de tales objetos ha de entenderse del pueblo de Carballino con la intervención del señor Obispo de la diócesis.
Constituyen los objetos de referencia una reliquia de la Santa Cruz, colocada en un viril de nácar y leño de los Olivos de Getsemaní, reliquia que su Santidad Pío Nono llevaba meses antes de morir en su pectoral, y que había regalado a monseñor Ludovicu Piave Patriarca actual de Jerusalén, quien a la vez tuvo la bondad de cederla al pueblo e Iglesia de Carballino por conducto del reverendo padre fray Pedro Fernández; una cruz de un metro de alto del mismo leño de Getsemaní, cubierta de nácar con las 14 estaciones del Vía Crucis y tres sacras de altar del mismo leño cubiertas de mosaico en nácar. La Excelentísima corporación acordó aceptar con sentimientos del más profundo agradecimiento el valioso donativo del reverendo padre fray Pedro Fernández y que en testimonio de esos sentimientos se expida y se le entregue copia certificada de la presente acta, en lo que a este particular respecta, Acuerda así bien, como medio de dar cumplimiento a los deseos manifestados por el reverendo padre donante, que se expidan otras copias iguales al Ilustrísimo señor Obispo de la diócesis y al párroco de esta villa, interesando de ambas autoridades eclesiásticas su conformidad.
Y para remitir al Ilustrísimo señor Obispo de la diócesis en cumplimiento de lo mandado expido la presente orden y con el visto bueno del señor alcalde, Carballino diciembre 28 de 1901.
(Siguen las rúbricas y el sello del ayuntamiento). Así se remitió al Obispo.
Debería localizarse la auténtica fechada en 1896 y autentificada por el Patriarca que se cita y naturalmente existió y que en 1988 vio Xosé Ricardo Rodríguez[7]. De las otras piezas que trajo el fraile y que menciona el acta: «una cruz de un metro de alto del mismo leño de Getsemaní, cubierta de nácar con las 14 estaciones del Vía Crucis». Hay que descartar, como en Carballiño suponen, que sea una con el Crucificado de talla que es obra gallega del siglo xix siguiendo modelos barrocos. La auténtica cruz la hemos identificado y localizado entre las piezas recogidas en el Obispado con destino al Museo Diocesano, que es sin duda a pesar de su deterioro y la pérdida de algunos relieves y placas de nácar[8] la obra más importante desde el punto de vista artístico. Cruz latina de brazos lisos, el cris de metal, placas de nácar con la Dolorosa en el frente del brazo mas largo y de los Evangelistas en los extremos, rayos de nácar en los ángulos del cruce de los brazos. Sobre una peana de madera cubierta de nácar, en una grabada la paloma del Espíritu Santo, con tres pequeñas hornacinas de medio punto con imágenes planas de nácar de la Inmaculada entre San Pedro y San Pablo. En el reverso las 14 tecas de las estaciones del Vía Crucis con pequeñas reliquias pétreas.
Domés (provincia y diócesis de Ourense)
En un inventario de 1867[9] se consignan:
Tres sacras cubiertas de nácar que regaló a esta iglesia desde Jerusalén para el altar mayor el dicho fray Francisco Álvarez sobrino del infraescripto párroco en 1867 con una cruz y crucifijo de nácar también. Otras tres cruces de la misma clase más pequeñas con sus crucifijos para los altares de Nuestra Señora del Carmen San Ramón y San Benito que desde tierra Santa regaló el referido fray Francisco Álvarez. Un relicario de madera de monte Olivet en el que están incrustadas 81 reliquias en su frente y circunferencia inclusas las del vía crucis y además en su centro se halla la reliquias de San Martín, San Francisco de Asís, San Sebastián San Antonio de Padua San Roque San Benito abad y patriarca, del sepulcro de Nuestro Señor Jesucristo y del sepulcro de Nuestra Señora cuyo relicario lleva el celebrante en la procesión del patrono y al concluir la da a besar a todos que quieran y después la deja en las santas a la adoración de los fieles por disposición del Excelentísimo e ilustrísimo señor Obispo doctor don José cuesta que concedió a cada una 40 días de urgencia como consta de la auténtica estética en Roma en 30 de agosto de 1867 que se halla al último de este libro con el impreso de las indulgencias del señor Obispo. Posteriormente se hizo otro ostensorio con las reliquias del Lignum crucis y de San Martín que también mandó de Jerusalén dicho mi sobrino fray Francisco que sirven para las procesiones y darlo a besar al fin de la misa cuya auténtica de Roma reconocida y aprobada por el excelentísimo e ilustrísimo señor don José Cuesta y el impreso de sus indulgencias se hallaba el último de este libro y porque no es muy común el conocimiento de lo que debe saberse acerca del uso de la reliquias y consolación obligación me permito hacer a mi sucesor de las siguientes advertencias siguen las indicaciones precisas del culto de esta reliquias.
El 18 de marzo de 1869 el obispo Cuesta y Maroto concede indulgencias :40 días de indulgencia a todos los fieles por cada vez que devotamente rezaren en ante las reliquias contenidas en la presente caja, un credo al Lignum crucis, una ave María o salve a María santísima y un Padre Nuestro los santos que en ella se expresan y otros 40 invocando su santa protección o adorándolas respetuosamente.
De 30 de agosto de1867 es la auténtica del cardenal Patrizi del Lignum crucis de Nuestro Señor Jesucristo recogida en una teca de plata oval con cristal. Tiene interés lo que el párroco señala para su veneración: “El ostensorio de las reliquias del santo Lignum crucis y de San Martín patrono de esta parroquia, que el celebrante lleva en sus procesiones cogido con una banda. Antes de cogerlo lo pone el diácono en medio y el celebrante inciensa dos veces la de Lignum crucis y después de la procesión lo vuelve sobre el altar e inciensa dos veces, es siempre de pie y lo da a besar y adorar diciendo Per crucen et pasionem suam concedat vobis salutem et pacem y después se da la bendición al pueblo con el ostensorio como con el santísimo Sacramento. El ostensorio de la reliquias del santísimo Lignum crucis y de San Martín se llevan en las procesiones excepto la del Corpus en que no es permitido y se da a besar al fin de la misa cuyo ostensorio no puede ponerse delante de la puerta del tabernáculo ni sobre él.
No se localizan hoy todas estas reliquias, solo en la sacristía tras un cristal se conserva una típica cruz latina de madera con perfil decorado con placas en blanco y negro, con Cristo de metal y en la superficie 14 tecas circulares con cerco de nácar con pequeñas reliquias que deben responder a las estaciones del Vía Crucis. Y en la parte inferior otras tecas de diversas formas también con reliquias que serán de las 81 que menciona la documentación.
NOTAS
[1] Enrique Yidi Daccarett – Karen David Daccarett – Martha Lizcano Angarita. El arte palestino de tallar el nácar. http://www.tallerpalestina.com/lgfg-capnacar.pdf
[2] Bonifacio Arroyo Martínez “Historia de la Sagrada Imagen del Santísimo Cristo de la Misericordia que se venera en la iglesia parroquial de Puebla de Trives. León: Imprenta y librería Religiosa, 1923. 309 pgs
[3] ADA 19/17/26 V/6
[4] GONZALEZ GARCIA, Miguel Angel. La iglesia de Puebla de Trives cumple cien años. LA REGION, Ourense 14 septiembre 1985.
[5] (ADA 19-30-13 F/3) y GONZALEZ GARCÍA, Miguel Ángel. Cruces de Jerusalén, Algunas cruces, reliquias y recuerdos de la Pasión en la Diócesis de Astorga. EL FARO ASTORGANO Nº 10217, Astorga 8 abril 2022.
[6] AHDOURENSE 3799
[7] Xosé Ricardo Rodríguez. “Documento sobre el obsequio de la campana para la Iglesia de San Cipriano”. LA REGIÓN, Ourense 16 septiembre 1998.
[8] Sin embargo, la mayor parte se conservan estas placas desprendidas y se podría satisfactoriamente restaurar.
[9] AHDOURENSE 42-5-10 y 42-5-13