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Resumen
Almagro, ciudad declarada «Conjunto Histórico-Artístico» desde el año 1972, lleva recopilando y salvaguardando las melodías tradicionales tan arraigadas en la localidad desde hace más de cuatro décadas, permitiendo así mantener vigente en la actualidad los vestigios musicales de sociedades pasadas. En este trabajo se ofrece un acercamiento a los más notables cancioneros y compendios musicales de la región de Castilla-La Mancha y de la provincia de Ciudad Real, con el fin de comprobar la presencia, o ausencia, de las melodías procedentes de la ciudad de Almagro en ellas, y también mostrar qué alusiones se realizan al contexto de la ciudad, reflejando el importante carácter cultural y social que posee Almagro y sus costumbres.
Palabras clave: Almagro, Provincia de Ciudad Real, Cancioneros, Folklore Musical, Tradición Oral.
Abstract
Almagro, a city declared a «Historic-Artistic Site» since 1972, has been collecting and safeguarding the traditional melodies so deeply rooted in the town for more than four decades, allowing us to maintain the musical vestiges of past societies. This work offers an approach to the most notable songbooks and musical compendiums of the region of Castilla-La Mancha and the province of Ciudad Real, in order to check the presence, or absence, of melodies from the city of Almagro in them, and also show what allusions are made to the context of the city, reflecting the important cultural and social character of Almagro and its customs.
Key Words: Almagro, Province of Ciudad Real, Song Books, Folk Music, Oral Tradition.
1. Introducción
El municipio de Almagro (Ciudad Real), situado en el punto central del territorio comarcal conocido como «Campo de Calatrava», es considerado cabecera de la citada comarca manchega. Su ubicación estratégica hace limitar sus horizontes con Carrión de Calatrava, Pozuelo de Calatrava, Bolaños de Calatrava, Miguelturra, Moral de Calatrava, Granátula de Calatrava, Valenzuela de Calatrava y Moral de Calatrava, llegando a abarcar una superficie total de 24.970 hectáreas. Su topónimo deriva del árabe, puesto que proviene del nombre congénito Al-Magrib, definido por muchos investigadores como «tierra roja» o «arcilla roja»[1]. Esta población ha sido testigo de numerosos encuentros y hechos históricos en su territorio que, fruto de las incursiones realizadas, han brindado abundantes monumentos y estructuras arquitectónicas que han declarado a la ciudad de Almagro como «Conjunto Histórico-Artístico» en el año 1972[2].
Dentro del recorrido histórico reseñable de la ciudad, fue proclamada como Corte Maestral durante el dominio de la Orden de Calatrava. Tras la victoria de la Batalla de las Navas de Tolosa (1212), se fijó la capital de la sede en el Castillo de Calatrava la Nueva en el año 1218. El rey Fernando el Católico fue elegido Maestre de la Orden en el año 1487 y, debido al inexistente espíritu militar, decidió traspasar la sede a Almagro, brindándola de poder económico, social y militar. Presentó una época de máximo esplendor cultural entre los siglos xvi y xvii tras la llegada de familias adineradas procedentes de Europa, un ejemplo que proporcionó este status fueron los Függer[3] a mitades del siglo xvi. La villa de Almagro se convirtió en la administradora de los bienes de los Maestrazgos, además también del lugar desde donde se dirigía la explotación de las minas de Almadén, asentamiento que otorgó riquezas al gobierno y el mercado del momento. De estas grandes riquezas obtenidas, muchas de ellas se destinaron a la construcción de palacios y obras destinadas al culto religioso[4]. Tiempo después, en el siglo xvii, Almagro se convertiría en capital de la provincia de La Mancha desde 1750 hasta 1761, llegando a recibir el título de ciudad y creciendo con mayor status que Ciudad Real[5]. Sin embargo, es durante el siglo xix junto a la desamortización y la desaparición del poder eclesiástico, que el poder de la ciudad entra en recesión, y actividades económicas promovidas dentro de la industria textil sufren fracasos, a excepción de la industria de blondas y encajes, que dotó a Almagro de una de sus más reconocidas señas de identidad.
En lo que respecta al aspecto cultural visible en Almagro, la actividad musical mantiene la presencia de melodías y danzas tradicionales de la provincia de Ciudad Real, gracias al trabajo de recuperación y divulgación de la Asociación Folklórica «Tierra Roja». Nacida en el año 1982 de la necesidad de mantener con vida las costumbres del pueblo, se puede considerar una agrupación precursora de la tradición musical y popular en Almagro, habiendo permitido recuperar varias piezas autóctonas a través del testimonio oral de la población anciana. Estas piezas de temática local, actualmente arraigadas en el acervo cultural del pueblo, ensalzan la figura histórica de Almagro, además de venerar el culto a la Virgen y al Patrón de la localidad.
Al tratarse de melodías de carácter tradicional heredadas de generación en generación a través de la oralidad del pueblo almagreño, no están reflejadas en ningún cancionero o compendio publicado a lo largo del siglo xx o siglo xxi que albergue composiciones manchegas o ciudadrealeñas pertinentes para este trabajo. Conforme a esta justificación se propone el análisis y búsqueda de Almagro en los cancioneros y sumarios melódicos más destacables en la provincia de Ciudad Real y en la comunidad de Castilla-La Mancha, presentando del mismo modo la estructura y temática a tratar en cada uno de los compendios ofrecidos. De esta forma, se plantea el objetivo de mostrar la presencia y ausencia de las músicas tradicionales de Almagro, o de aquellas que hacen alusión a dicha localidad en las colecciones y recopilatorios melódicos manchegos y ciudadrealeños.
2. El Cancionero Popular Manchego
El Cancionero Musical Popular Manchego[6], de Pedro Echevarría Bravo (1905-1990), es el primer cancionero que cobija melodías de carácter oral de cuatro de las cinco provincias que conforman la comunidad de Castilla-La Mancha: Ciudad Real, Cuenca, Albacete y Toledo. Publicado en el año 1951, este recopilatorio otorga un estudio literario de los bailes, danzas, cantos, además de las partituras de 300 textos musicales –seleccionados entre 2500 melodías propuestas– proporcionados por habitantes y personajes célebres de las ciudades y pueblos visitados para la investigación musicológica de Echevarría, con el fin de dar a conocer en España la gran riqueza lírica de la ruta de Don Quijote de la Mancha.
Si hablamos de la estructura temática que presenta este libro, podemos reunir diez grupos donde se aúnan los contenidos que posee este trabajo de investigación folklórica, todos ellos precedidos por un prólogo redactado por José Subirá Puig (1882-1980), compositor y secretario del Instituto Español de Musicología. Como se acaba de reseñar, esta obra está dividida en diez grupos, tratando cada uno de ellos un argumento distinto pero hilado bajo la temática del folklore manchego.
El primero de estos grupos realiza un estudio literario sobre la copla manchega en la obra literaria de Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha[7], a través de la etnografía popular manchega.
Es entre el segundo y tercer grupo cuando, a lo largo de 40 páginas, se detallan los bailes y danzas manchegas que conforman las melodías tradicionales, explicando desde las coreografías de seguidillas, fandangos y boleros, hasta danzas del Corpus Christi, de ánimas, u ofrecimiento a la Virgen de Gracia.
En el cuarto grupo se reseña el romancero vigente, seguido de las canciones infantiles y de cuna del quinto grupo.
Las canciones amorosas, de ronda y quintos son explicadas en el grupo seis, antecediendo a su vez a los villancicos y mayos, y canciones de vendimia, de los grupos siete y ocho.
El penúltimo grupo trata los cánticos religiosos y las ofrendas que se otorgan a las vírgenes y patronas de los pueblos.
Finalmente, el décimo grupo concluye con esta recopilación, y este habla sobre la fonética y el habla vulgar del lenguaje en tierras manchegas, mostrando a su vez los vocablos más comunes en los textos musicales, como son leñaor en vez de «leñador», naide en el lugar de «nadie», o na abreviando a «nada».
Gran parte del repertorio musical de este cancionero proviene de municipios o localidades pertenecientes a la provincia de Ciudad Real, siendo la mayoría de ellos miembros pertenecientes a la comarca del Campo de Calatrava. De nuestra localidad a estudiar en este análisis, Almagro, no se incluyen ninguna de las melodías o canciones propias de la ciudad. Aun así, localizado en el apéndice de la obra, se muestra a modo de agradecimiento la relación de las personas que han dictado las canciones que aparecen en el libro y que, a su vez, han aportado su conocimiento en la recapitulación del folklore manchego de la comarca calatrava. De entre estas, ciudadanos almagreños otorgaron varias piezas y melodías a este compendio popular, siendo un total de 3 composiciones las dictadas para este cancionero. Los textos musicales, junto a sus promulgadores de la localidad de Almagro, son los siguientes: La mala suegra, por Pedro Prieto Valle; Los pastores no son hombres, por Lola Romero Cortés; y Mi Niña (2º Versión), por Encarnación Asensio Nieto.
La mala suegra
Carmela se paseaba,
al «deredor» de su calle.
entre dolor y dolor
ella rezaba una salve.
Mi Niña (2º Versión)
Cuando te veo niña, te digo:
cara de sol y luna, vente conmigo,
arroyo claro, fuente serena.
¿Quién te ha «lavao» el pañuelo?
De entre las tres piezas propuestas, destacamos Los pastores no son hombres por el análisis realizado por Miguel Antonio Maldonado sobre dos ejemplos del cancionero de Echevarría en agrupaciones musicales en la segunda mitad del siglo xx[8]. Esta pieza, localizada dentro del género «Villancicos», viene acompañada de una partitura de 18 compases en Fa menor, y está localizada en el número 197 del repertorio. Así dice parte de la letra del villancico:
Los pastores no son hombres,
que son ángeles del cielo,
que en el parto de María
ellos fueron los primeros.
A lo largo de toda la obra se presentan piezas recogidas en los distintos géneros musicales.
El primero de ellos que se reseña es la «copla manchega», caracterizada por hablar del pueblo, la mujer, el trabajo, el campo y la vida.
Seguido a esta, continúa la «seguidilla» o «manchegas», canciones y bailes populares manchegos divididos en tres partes o tercios.
El «fandango» es el tercer tipo que aparece en el manuscrito. Danza popular caracterizada por ser interpretada con guitarras, mandurrias y castañuelas.
Prosiguen las «meloneras», sucedáneas de las seguidillas manchegas, con la diferencia de que estas no se cantan.
También los bailes de las «ánimas» y «boleros» son detallados como danzas de carácter tradicional que simbolizan la esencia pura del folklore manchego[9].
Si hay uno de los géneros más famosos que represente la música popular ese es la «jota», pero no la conocida «jota aragonesa» de la provincia de Zaragoza, sino de la «jotilla manchega». Siendo interpretadas a través del baile y el uso de las castañuelas, la jota manchega tiene como características ciertos rasgos de «ronda», formada por una parte instrumental y cantada a coro.
Canciones de «cuna» e «infantiles» también son tratadas con gran importancia, pues son las más suaves y tierna manifestaciones que el niño escucha en su infancia[10].
A su vez, conviven los «villancicos» como piezas musicales interpretadas durante la festividad de la Navidad, siendo originariamente canciones profanas.
Por último, son quizás los «mayos», y su festividad en el mes de nombre homónimo, una de las partes más sustanciales de este epítome musical. Esta festividad penetra en los pueblos del Campo de Calatrava a través de las diversas asociaciones folklóricas y grupos de danzas manchegos que entonan las melodías amorosas y cotidianidades del pueblo, acompañados de instrumentos como guitarras, mandurrias, panderetas o laudes. Uno de los ejemplos más conocidos tiene por título Ha venido mayo, localizado en el número 232 del repertorio ofrecido, y que tiene como temática la ruralidad y vida del pueblo:
Ha venido mayo,
bienvenido sea,
para las casadas,
viudas y doncellas.
El patrimonio inmaterial y musical que conforma Castilla-La Mancha presenta una gran variedad difícil de resumir en pocos párrafos, a pesar de intentarlo seguiría siendo ardua la labor de dar una correcta definición de cada género musical, pese a que tengan rasgos idénticos cada uno de los estilos en las distintas comunidades autónomas de España, son cada Asociación Folklórica o Grupo de Coros y Danzas existentes los que les darán su toque personal, haciendo así memorable las interpretaciones, y obligando a realizar un análisis introspectivo de lo presentado, no solo a nivel visual con los trajes típicos manchegos, sino también con el repertorio y melodías entonadas.
A continuación está presentada la totalidad de municipios de la provincia de Ciudad Real recopilados en este compendio.
Municipios de Ciudad Real recogidos en Cancionero Musical Popular Manchego | ||
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3. Cancionero de Hinojosas de Calatrava
Fue en 1997 cuando, la directiva de la Asociación de Jubilados y Pensionistas de Hinojosas de Calatrava (Ciudad Real), decidió elaborar un soporte físico que recogiese los textos musicales de toda melodía interpretada en el territorio hinojoseño desde hace décadas, dando lugar al Cancionero de Hinojosas de Calatrava[11]. De entre la Directiva de la Asociación, los responsables del proyecto fueron: Felisa Naranjo, Antonio Juárez, Pedro Medina, Mº Paz Arias y Pascual Bazán. Su principal objetivo con la elaboración de dicho cancionero fue el de preservar y trasmitir a las próximas generaciones la cultura del territorio, recogiendo en el libro, gracias a la ayuda de los mayores del pueblo, la cultura, costumbres y fiestas de Hinojosas de Calatrava ante la posibilidad de la pérdida de este fenómeno[12].
La finalidad que presenta esta Asociación de Jubilados y Pensionistas con la elaboración en físico del repertorio hinojoseño es la misma que se pretende lograr con la redacción de este análisis, conseguir preservar aquella cultura musical e inmaterial de los pueblos –en nuestro caso Almagro– que se han ido transmitiendo de manera oral a lo largo de las generaciones tratando temas cotidianos como son el campo, la familia y las festividades locales. Se desconoce cuántos ejemplares físicos salieron a la luz en el año de publicación, pero son monografías que, a día de hoy, no se encuentran disponibles para su venta. Es por ello que, para esta investigación, se tuvo que consultar los archivos y ejemplares disponibles en la Biblioteca Pública del Estado de Ciudad Real.
Dentro del repertorio propuesto no se logra encontrar ninguna alusión a la ciudad de Almagro ni a sus melodías. Sí podemos destacar una de las melodías mostradas en el cancionero, esta es «Fandango de Hinojosas» que, si bien no está centrada en la temática almagreña, sí es una de las piezas que la Asociación Folklórica «Tierra Roja» de Almagro lleva interpretando en su repertorio desde hace más de dos décadas.
Tío, tío, tío, toque usted el fandango,
sobrino del alma ya lo estoy tocando.
Tío, tío, tío, tóquelo usted bien,
sobrino del alma ya lo tocaré.
4. Antología del Folklore Manchego
Con el fin de dar a conocer aquellos rasgos más característicos de la música tanto a nivel autóctono como regional, salió a la luz en 2003 una obra que recogía una pequeña parte de aquellos textos y partituras que se han trasmitido a lo largo de las generaciones en los hogares y plazas públicas de los pueblos manchegos, hablamos de Antología del Folklore Manchego[13], de la mano de Luis Prado y Antonio Luengo. Ambos autores buscan con esta obra resguardar el aspecto musical inmaterial, dejando constancia en el libro de parte de los ancestros más significativos para que las próximas generaciones puedan aprender y estudiar las raíces y tradiciones[14].
Hablar de este escrito conlleva hacerlo de dieciocho géneros o bailes musicales tradicionales, entre los que destacamos las seguidillas, fandangos, rondeñas, romances y jotas, siendo la mayoría de estos tratados en el cancionero de Pedro Echevarría. Un aspecto a destacar de esta obra es que, posterior a la introducción que dará paso a los textos literarios, nos encontramos con un apartado titulado «Apodos y Motes manchegos» donde, al igual que el apartado sobre el habla vulgar y la fonética en tierras de la Mancha en el recopilatorio musical de Echevarría, se destacarán los motes y apodos que formaban parte de la cotidianidad de los pueblos manchegos, tal son los casos otorgados en la monografía[15]: El Chato, El Tío Pipa, o Mazantini –haciendo referencia al apodo recibido del ilustre folklorista y pionero musical Francisco García Márquez[16]–.
Recogido entre sus páginas, se encuentran recapituladas aquellas partituras de las melodías interpretadas por la Asociación de Coros y Danzas de Ciudad Real –grupo Mazantini– y la Sección Femenina de la de Delegación Local de Ciudad Real. Entre el repertorio, se localizan piezas musicales de cuatro de las cinco provincias que conforman la comunidad de Castilla-La Mancha: Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo.
Con relación al tema que concierne a este paradigma, podemos observar en esta obra que hay ausencia de piezas melódicas almagreñas entre su repertorio musical. A pesar de esto, existen dos alusiones a la ciudad encajera entre sus páginas, la primera de ellas la localizamos en una de las canciones presentadas, siendo esta la seguidilla titulada Van mis suspiros, recopilada en 1940 y dictada –según el pie de página relacionado con el texto musical– por Ruperto Galindo Alberca, carpintero original de Campo de Criptana (Ciudad Real), el cual declaró que era una pieza musical popular en su juventud que se cantaba en las comparsas de carnavales. El fragmento en cuestión de la seguidilla que hace referencia a la localidad estudiada expresa lo siguiente:
Venden coroque[17]
en la plaza de Almagro,
venden coroque
melocotones, brevas
y albaricoques.
La segunda y última de las alusiones que encontramos en esta antología acerca de la ciudad almagreña la localizamos en el apartado de «Canciones de Laboreo», y tiene por título Al olivo subí, un canto al trabajo del cual desconocemos su origen. Su vinculación con la localidad de Almagro viene ligada a la mujer que concedió esta melodía para su recopilación en el año 1948, hablamos de la encajera Lola Romero Cortes, la misma almagreña que, como bien recordamos del Cancionero Manchego de Pedro Echevarría, brindó su aportación con el villancico Los pastores no son hombres. Desconocemos el origen del cual se publicó dicha pieza, en palabras de la encajera, la escuchó de amigas suyas en el campo[18]. La letra de este canto no hace ninguna alusión a Almagro, pero su letra viene enlazada con las actividades de vendimia, siega, y recogida de la aceituna, así dice el texto propuesto:
Por cortar una rama
y al olivo subí
por cortar una rama
del olivo caí.
¿Quién me levantará?
¿Quién me ha de levantar?
Esa moza morena
que la mano me da,
que la mano me da,
que la mano me dio
esa moza morena
es la que quiero yo[19].
El total de municipios de la provincia de Ciudad Real que engloba el cancionero propuesto se muestra a continuación, contando con un total de 34 localidades ordenadas en orden alfabético.
Municipios de Ciudad Real incluidos en Antología del Folklore Manchego | |
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5. Rapsodia Manchega (del Folklore de Ciudad Real)
Por el honor de nuestra casta, se debe sacar a la luz de la vida la gloria del radiante y bello lucir de ayer, que siendo como es, de excelente fondo musical, con muy variados tonos y matices, justo es ayudarle para que viva en la más plena y pujante lozanía.
Con esta cita, José Cabañero García, antiguo director de la Escuela y Banda de Música Provincial de Ciudad Real, justifica la publicación en 1951 de Rapsodia Manchega (del Folklore de Ciudad Real)[20] como parte de una previa investigación musical realizada. Con el fin de mantener la pervivencia de las manifestaciones de cantos populares y danzas manchegas, y más concretamente las vinculadas a Ciudad Real, Cabañero recoge una serie de documentos musicales, constatado de cinco piezas melódicas de carácter popular, junto a sus letras y partituras, las cuales permiten conocer en detalle su origen, composición y forma de interpretarlas, posibilitando de esta manera la ejecución de las mismas por parte de cualquier otra entidad musical o social en fiestas tradicionales, festivales de colegio o veladas artísticas.
En cuanto a la estructuración que modela esta obra, la pequeña parte del folklore ciudadrealeño analizado viene precedida por un prólogo introductorio de la mano de Francisco Calés Pina (1886-1957), antiguo catedrático y secretario del Real Conservatorio de Música y Declamación de Madrid, donde muestra su gratitud por el avance en la investigación de carácter musicológico en el campo del folklore español. Las partes subsiguientes se organizan en tres fases.
La primera de ellas, «Letra de las canciones populares de las escenas A, B y C y otras melodías» muestran los textos literarios de las piezas musicales que conforman la obra.
Seguida a esta, la segunda parte «Música (y letra) con descripción literaria de las Escenas A, B, C y otras melodías» recoge las partituras donde detalla el ritmo y paso de los instrumentos partícipes de la misma, además de las historias de origen y costumbres de cada una de las cinco melodías que la forman.
Por último, «Propósito del autor» muestra la opinión del escritor acerca de la importancia de salvaguardar las melodías trascendentales que han sobrevivido a lo largo de las generaciones.
Las obras trabajadas en el proyecto son las siguientes:
«El Fandanguillo a la Ley» – Fandango manchego
«Ronda de Mozos» – Jota castellana
«La Aceituna en el Olivo» – Cantos de la aceituna
«La Jotilla Regional» – Jota castellana
«El Mayo» – Canción puertollanense
En referencia a nuestra investigación, y por tanto a su respectiva vinculación con las melodías almagreñas dentro de los cancioneros y recopilatorios manchegos, no se observan referencias o menciones significativas en los textos proporcionados. No se hace alusión a la localidad de Almagro o a sus costumbres, pues los cantos estudiados pertenecen a otros pueblos de la provincia de Ciudad Real, como puedan ser Puertollano con «El Mayo», canción dedicada a Nuestra Señora de Gracia; o Ciudad Real con «El Fandanguillo a la Ley», fandango datado del año 1837.
Un dato reseñable para este estudio está ligado a la jota «Ronda de mozos». Esta jota castellana presenta similitudes en su letra con la «Jota del Caminillo», obra autóctona del folklore de Almagro, recogida por miembros de la Asociación Folklórica «Tierra Roja» en su ardua labor de recuperación de melodías y danzas tradicionales. Así dice la «Ronda de Mozos»:
Cómo quieres, niña,
que te venga a ver,
si vengo de arar
al anochecer.
Primero que ceno
y voy a la fragua,
cuando vengo a verte
ya estás acostada.
Llamo a la ventana,
no quieres abrir,
esas son las penas
que paso por ti.
Mientras que la jota almagreña, «Jota del Caminillo», se muestra así:
Si es que quieres, niña,
que te venga a ver,
tú te acostarás
al anochecer.
Primero que ceno
y voy a la fragua,
de que vengo a verte
ya estás acostada.
Llamo a tu ventana
no me quieres abrir,
y estas son las penas
que paso por ti.
En ambas piezas se hace referencia al cortejo hacia la mujer, manifestando su deseo de amor y prevalencia por ella. Cabañero, dentro de las curiosidades que muestra la «Ronda de Mozos», relata que en el año 1909 una estudiante –no se sabe con exactitud si procedente de Malagón o Piedrabuena– mantuvo un recorrido sereno por varios pueblos de la comarca calatrava. En aquel sendero artístico, una de las canciones que llevó con ella consiguió gran difusión entre las localidades, llegando a intercalarse de unas a otras poblaciones. Más de un siglo después, la melodía ha tomado raíces en la naturaleza de muchos pueblos de la provincia de Ciudad Real.
Las similitudes entre ambas piezas, «Ronda de Mozos» y «Jota del Caminillo», solamente se encuentran en ese fragmento citado del estribillo, pues el resto de las coplas difieren entre canciones. Se desconoce el origen actual de la pieza almagreña, aunque se asume que su recopilación se habrá visto afectada por el «boca a boca» y su transmisión entre generaciones.
6. Mayos de la provincia de Ciudad Real
Con el fin de recapitular los mayos cantados en los pueblos localizados en la provincia de Ciudad Real, Pedro Jiménez Albalate edita en 2002 Mayos de la provincia de Ciudad Real[21]. Un total de 40 pueblos y ciudades conforman el compendio de melodías interpretadas en la tradicional «Fiestas de Mayo» entonadas en el mismo mes. A través del material otorgado por la población mayor, se agrupan 128 composiciones tradicionales que, gracias a la edición en soporte físico de la investigación, permitirán ser preservadas en el tiempo, al igual que el saber y conocimiento de cada uno de los pueblos integrados en la obra. El prólogo de la obra está redactado por Javier García Breso, Profesor de Antropología Social en la Universidad de Castilla-La Mancha. En esta parte, se visibiliza la importancia de la historia y costumbres de los pueblos y ciudades manchegas, haciendo alusión a la historia escrita de las fiestas de mayo y sus rondadores o mayeros, esperando que «nos sintamos más próximos a las cosas de nuestros pueblos y las reconozcamos como nuestras, y nos sintamos orgullosos de hacer lo que hacemos y de ser quienes somos»[22].
Si por algo se ha incluido esta obra dentro de este compendio de estudios, es porque se incluye el característico «Mayo de Almagro», a pesar de poseer el título «Mayo a las mozas» en el capítulo[23]. Esta pieza fue recogida en el año 1985 en Almagro, por Ramón Sánchez-Pastor[24], por entonces miembro de la Asociación Folklórica «Tierra Roja» y encargado de investigar y recopilar las melodías pasadas y perdidas de la localidad. En la obra de Pedro Jiménez se muestra la letra del mayo, donde trata la descripción física y detallada del cuerpo de una mujer, enumerando los elementos de esta desde la parte alta del cuerpo, hasta la más baja. Tal y como se muestra a continuación, donde se ha incluido para este análisis la primera y última copla de la melodía.
Esa es tu cabeza,
por lo pequeñita,
tan solo parece
una naranjita.
…
Zapatito blanco,
media colorada,
dichosa la niña
que sea rescatada.
Gracias a la iniciativa de recopilar las melodías de los mayos, una pequeña parte del pueblo de Almagro está al alcance de todos aquellos interesados en las músicas tradicionales de la provincia de Ciudad Real.
7. Treinta Mil Cantares Populares
Si una obra debe cerrar esta recopilación de compendios que albergan registros musicales y literarios vinculados a la localidad de Almagro, esa es Treinta Mil Cantares Populares[25], del folclorista e historiador valdepeñero Eusebio Vasco Gallego (1860-1939). Esta obra recoge cantares populares de La Mancha para reunirlos en tres volúmenes, o tomos, sacados a la luz en 1929, 1930 y 1932. En lo que respecta a nuestra investigación, tomaremos como referencia el Tomo I.
Este ejemplar recoge un total de 1297 cantares de pueblos manchegos y, aunque hace especial alusión a las tierras de La Mancha, las piezas han sido tomadas de las localidades y aldeas de la provincia de Ciudad Real. Eusebio Vasco recorrió durante largo tiempo la provincia en búsqueda de conocer qué cantares populares albergan los recónditos lugares manchegos.
Este primer volumen aúna más de mil cantes organizados por orden alfabético en función del pueblo o aldea donde se recogieron. Si bien los tres tomos completan la totalidad de cantares existentes en la provincia, es en este dónde, vinculados a nuestro estudio, se hace alusión al pueblo de Almagro. Diecinueve son las piezas recogidas en esta obra que mencionan a la localidad almagreña, así como aspectos característicos de ella. Por último, se muestran las coplas incluidas en la obra de Eusebio Vasco además del número de pieza, ofreciendo de esta manera una referencia más clara del cantar a tratar[26].
76
Virgen de la Caridad,
¿dónde tienes tu retrete?
Entre Almagro y el Moral,
Granátula y Añabete.
77
Dígale usted a esa serrana
que me he muerto, que me vele,
y que me encomiende el alma
a la Virgen de las Nieves[27].
78
Soy de Almagro, soy de Almagro,
soy de la tierra manchega,
donde fabrican encajes
y guisan las berenjenas.
79
Yo no sé lo que tienen
estas de Almagro,
que hasta el agua bendita
toman con garbo.
Y las del Moral,
por la boca y los ojos
derraman la sal.
80
A los toritos de Almagro,
madre, yo quisiera ir,
que va la gente flamenca
y me quiero divertir.
81
De los toros de Almagro
viene la fiesta,
y dará el salto al toro
Leandro «Cacheta».
82
A los toritos de Almagro
este año no fui yo;
como está la filoxera
mucha gente se quedó.
83
En la plaza de Almagro
venden borregas,
a tres cuartos la libra,
tal serán ellas
84
Calle Ancha de Almagro,
si fueras mía,
de alfileres de ochavo
te empedraría.
Cabezas para abajo,
puntas arriba,
porque alguna mala lengua
se pincharía.
85
Vale monte Agudillo
y alrededores,
lo que Almagro y su plaza
con los balcones.
86
En la plaza de Almagro
hice una muerte,
me retiré a Bolaños,
dí que me encuentren.
87
Cuatro somos de Almagro,
cuatro de Moral,
y el capitanico
es del Castellar.
88
Cuatro brujas de Almagro,
tres de Pozuelo,
y la capitanilla
de Lugar Nuevo.
89
Cuatro somos de Almagro,
tres de Alcolea,
y la capitanica
de Piedrabuena.
90
Las encajeras de Almagro
tienen callo en la barriga,
y ese callo se les forma
de apoyarse la almohadilla.
91
Tengo una novia en Almagro
y otra tengo en Torrenueva;
con la que me casaré
por Valdepeñas pasea.
114
Bolaños le dijo a Almagro
que son unos borrachones,
y Almagro le contestó:
pero no somos ladrones.
473
Para vino Valdepeñas,
para aguardiente Moral,
y para niñas bonitas
las de Almagro y Ciudad-Real.
659
Villarrubia, los ojos;
Almagro, encajes,
y del gran Valdepeñas
vino y vinagres.
8. Conclusiones
Tras la revisión de varios compendios y cancioneros musicales, podemos constatar la gran variedad y diversidad de melodías populares vinculadas a la comunidad de Castilla-La Mancha, y, en lo que respecta a este estudio, a la provincia de Ciudad Real, que conforman el repertorio musical interpretado en cada uno de los pueblos y ciudades que conforman la región castellanomanchega, tomando esto como parte importante en la actividad cultural tan arraigada en los municipios ciudadrealeños. Del mismo modo, logramos responder al objetivo inicial de estudiar tanto la presencia como la ausencia de melodías originadas en la localidad de Almagro dentro de las recopilaciones y cancioneros tratados.
Se realizó un estudio y análisis de varios compendios y antologías musicales de la región castellanomanchega, haciendo hincapié en aquellos que poseen obras melódicas de la provincia de Ciudad Real. Entre sus resultados obtenemos que, de las seis obras estudiadas, únicamente localizamos una melodía de carácter autóctono entre los ejemplos musicales propuestos en ellos, hablamos del «Mayo de Almagro», localizado en la obra Mayos de la provincia de Ciudad Real. Por otro lado, nos encontramos con que en el resto de los cancioneros revisados no se incluyen melodías de Almagro entre su repertorio, aunque sí se hace alusión a la ciudad encajera a través de referencias a sus monumentos históricos, como pueda ser la «Plaza Mayor de Almagro», o bien elementos culturales como los «encajes» y las «berenjenas».
Podemos afirmar que, a pesar de la escasez de melodías locales y testimonios musicales como signos distintivos de nuestra identidad[28], la figura que posee la localidad de Almagro, junto a gran parte de los elementos y rasgos que estructuran su «saber popular», se encuentra presente en los sumarios musicales revisados, manteniéndose de esta forma la esencia que posee y abarca el contexto sociocultural aquí detallado. Concluir este estudio mencionando que solamente se han revisado seis obras de carácter musical que albergan parte del folklore popular salvaguardado de pueblos y localidades de Ciudad Real, pudiendo dejar el análisis y búsqueda de nuevos compendios a futuras investigaciones. Del mismo modo, y a través de este trabajo realizado, se pretende preservar parte de aquellos vestigios almagreños que han sido transmitidos de generación en generación a través de la oralidad del pueblo, originados muchos de ellos hace largas décadas, y que han sido fruto del desasosiego laboral, pero también como parte de su cotidianidad, siendo interpretados en los festejos y celebraciones locales, y dotando a la ciudad almagreña de una concisa memoria e identidad histórico cultural.
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NOTAS
[1] El propio origen del nombre de esta localidad presenta una controversia entre investigadores e historiadores afines al contexto que prevé el pueblo. El arqueólogo Isidro Hidalgo Herreros, en su ponencia realizada en el I Ciclo de Historia Local de la provincia de Ciudad Real en 2016, bajo el título Almagro: desde sus modestos orígenes, reconoció que algunos autores hablan de Al-Magrib como una «puesta de Sol», mientras que otros lo definen como un «sustrato geológico de la arcilla», coincidiendo todos ellos en su origen árabe. Información ha sido extraída en: Diego Farto, «Hidalgo Herreros subraya el vacío en la historia de Almagro hasta el siglo xiii», La Tribuna de Ciudad Real (19 de febrero de 2016). Disponible en: https://www.latribunadeciudadreal.es/noticia/Z9FEBC246-9207-60B6-E413CC7BA6EE350B/201602/hidalgo-herreros-subraya-el-vacio-en-la-historia-de-almagro-hasta-el-siglo-xiii (última consulta: 21/09/2021).
[2] Decreto 2104/1972, de 13 de julio, por el que se declara Conjunto Histórico-Artístico la ciudad de Almagro (Ciudad Real). Boletín Oficial del Estado, 183, de 1 de agosto de 1972, 13869 a 13869. Disponible en: https://boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-1972-45243 (última consulta: 21/09/2021).
[3] La Familia Fugger –también referenciada en castellano como «Fúcares»– fueron en su origen empresarios dedicados a la fabricación y comercio de tejido, pero a raíz de que las generaciones iban perpetuando, se fueron extendiendo al negocio de la minería, llegando a abarcar un gran negocio de paños, lanas, sedas; y de plomo, plata y cobre en minería. Fue el heredero Jacobo II el Rico quien se encargó de construir una casa de bancas que se extendería por todo el continente europeo, convirtiéndose en banqueros de Habsburgo. Es en la localidad de Almagro donde se construyen actuales monumentos y lugares de culto de la ciudad, como la Iglesia del Salvador –actualmente conocido como «Iglesia de San Blas»– o el Palacio de los Fúcares –originalmente ideado como almacén de mercurio–.
[4] Ángel Hernández Sobrino, «Almadén y Almagro, una larga relación histórica olvidada», Lanza Digital. Diario de La Mancha, 29 de enero de 2018. Disponible en: https://www.lanzadigital.com/blogs/almaden-almagro-una-larga-relacion-historica-olvidada/ (última consulta: 20/09/2021).
[5] Ana María Castillo Pinero, Vida y cultura en el Campo de Calatrava (I) (Ciudad Real: Biblioteca de autores manchegos. Diputación de Ciudad Real, 2014), 31.
[6] Pedro Echevarría Bravo, Cancionero musical popular manchego (Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1951).
[7] Miguel de Cervantes Saavedra, El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha (Barcelona: Tomás Gorchs, 1859).
[8] Miguel Antonio Maldonado Felipe, «Dos ejemplos de la proyección del «Cancionero Musical Manchego» en agrupaciones de música regional y compositores clásicos en la segunda mitad del siglo xx», Revista de Estudios del Campo de Montiel, núm. 2 (2018): 287-309.
[9] Pedro Echevarría Bravo, Cancionero musical popular manchego…, op. cit., p. 57.
[10]Ibid., p. 104.
[11] Felisa Naranjo et al., Cancionero de Hinojosas. Asociación de Jubilados y Pensionistas de Hinojosas de Calatrava (Hinojosas de Calatrava: Consejería de Bienestar Social de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, 1997).
[12]Ibid., p. 2.
[13] Luis Prado y Antonio Luengo, Antología del folklore manchego (Ciudad Real: Diputación Provincial de Ciudad Real, 2003).
[14]Ibid., p. 19.
[15]Ibid., p. 27.
[16] Francisco García Márquez (1876-¿?) nació en Ciudad Real, y desde pequeño fue un enamorado del folklore regional manchego, llegando a pasar los años en viajes en carro por innumerables localidades y aldeas de La Mancha, tratando así de enriquecer su saber cultural y musical con las vivencias e historias de los pueblos. Tomó el apodo «Mazzantini» del torero de mismo sobrenombre. Para un mayor acercamiento ver: Francisco Mena, MAZANTINI un hombre para el folklore manchego (Ciudad Real: Excma. Diputación de Ciudad Real – Área de Cultura, 1995).
[17] Vocablo perteneciente a la jerga manchega que es equivalente a una opinión general sobre un hecho, es decir: «creo que». Por tanto, este fragmento se traduciría de la siguiente manera: «Creo que venden en la plaza de Almagro, creo que venden melocotones, brevas y albaricoques».
[18]Ibid., p. 282.
[19] Ibid., p. 282.
[20] José Cabañero, Rapsodia Manchega (Del Folklore de Ciudad Real) (Madrid: Gráficas Carrasco, 1951).
[21] Pedro Jiménez, Mayos de la provincia de Ciudad Real (Ciudad Real: Diputación Provincial de Ciudad Real, 2002).
[22]Ibid., p. 20.
[23]Ibid., p. 56-58.
[24] Ramón Sánchez-Pastor, «El Mayo de Almagro», Mirador de Almagro, núm. 2 (1985): 31.
[25] Eusebio Vasco, Treinta Mil Cantares Populares. Tomo I (Valdepeñas: Imprenta de Mendoza, 1929).
[26]Ibid., pp. 28-31.
[27] Siendo la «Virgen de las Nieves» la patrona venerada en Almagro.
[28] Virginia Sánchez Rodríguez, «Peñaranda de Bracamonte y su ausencia en los cancioneros castellanos», Revista de Folklore, núm. 433 (2018): 76.