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Revista de Folklore número

479



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La Moschaea de Teófilo Folengo (Venecia, 1521) desde el punto de vista de la Entomología

SANTIAGO ALVAREZ, Cándido

Publicado en el año 2022 en la Revista de Folklore número 479 - sumario >



Introducción

El poema zooépico «La Moschaea[1]» escrito por Teófilo Folengo (pseud. Merlín Cocayo) en lenguaje macarrónico, canta la horrible guerra entre moscas y hormigas con participación de otros insectos, en 1242 versos, en dísticos elegíacos, repartidos en tres libros a los que antecede un prólogo. La epopeya propende a la comicidad, no obstante, las supuestas hazañas heroicas de tan diminutos y dispares animales, con algunas incrustaciones del mundo clásico, componen una bella parodia de la renombrada tradición épica.

La obra ha sido objeto de muy diversos estudios que facilitan su lectura y comprensión (Zaggia, 1987, págs. 297–305), sin embargo, a nuestro entender, nadie se ha adentrado por el campo de la Entomología para descubrir la realidad biológica encerrada en las significativas denominaciones uninominales que singularizan a cada uno de los protagonistas del enfrentamiento bélico.

El presente trabajo tiene como objetivo el reconocimiento específico, para ello nos atendremos a la etimología de cada nombre vulgar del entreverado lenguaje macarrónico[2], con equivalencias en romance, italiano y español, y a los detalles morfológicos, del modo de vida y comportamiento desgranados por el autor a lo largo del texto.

Liber primus

El libro comienza con un conciso exordio donde plasma el argumento belicoso que anima al poema (I, 1–24), en seguida, el autor invoca el concurso de las Musas (I, 25–42) para llevar a buen término la labor emprendida.

La narración inicia con la ciudad de la Moschea surgida de manera espontanea en un lugar situado en la Puglia:

Urbs est in Pulia quae nunc Moschaea vocatur,

nobilis et Romae se putat esse parem.

Hic mercantiae portis trafegantur apertis

nec tantas cumulat forte Milanus opes. (I, 43–46)

[Hay una ciudad en Puglia que ahora es llamada Moschea,

y se considera igual por nobleza a Roma.

En ella, ciudad de las puertas abiertas, hay un gran tráfico

de mercancías, y quizás Milán no acumula tantos bienes.]

en la cual se observa un inusitado tráfago comercial que no tiene parangón (I, 47–52); porque la turba que la habita, musca [en romance, «mosca»], de la que procede su nombre, tiene tal capacidad de adaptación:

Sed mercantiam totas Moschaea per oras

mittit, nam muscae littora quaeque colunt. (I, 53–54)

[La ciudad de Moschea, por el contrario, envía sus productos a todas

las regiones del mundo, porque las moscas viven en cualquier país.]

que ha ocupado y colonizado los más dispares y distantes territorios del orbe:

Undique musca suas fert alas, undique vivit,

musca per Hispagnam, musca per Italiam,

musca per Hirlandam, Guascognam, musca per altam

vadit Alemagnam, per Scociamque volat,

per totas Asiae discurrit musca masones,

Tartaricum passat musca Latina mare;

India praecipue muscarum plebe superbit,

illic sol magno namque lusore brusat.

(I, 55–62)

[Doquiera la mosca lleva sus alas, doquiera vive,

la mosca va a España, Italia, Irlanda, la Gascuña,

la mosca va a la alta Alemania, vuela a Escocia,

la mosca recorre todas las casas de Asia,

la mosca latina pasa el mar Tartárico;

la India sobre todo anda orgullosa del pueblo de las moscas,

allí en efecto, el sol arde con gran esplendor.]

aunque en algunos lugares el frio impone limitaciones al establecimiento:

Musca tamen Septem non vult habitare triones:

quo plus sol ardet, plus bona musca godit.

O quantum locus est infelix atque dapocus,

qui sine muscarum vivere gente patit!

(I, 63–66)

[Sin embargo, la mosca no quiere vivir en las regiones del septentrión:

cuanto más calienta el sol, tanto más vive bien la mosca eximia.

¡Oh, qué infeliz y desgraciado es ese lugar

que tiene que soportar vivir sin la población de las moscas!]

en conclusión, nos relata las andanzas de la mosca común o doméstica, Musca domestica L. (Diptera: Muscidae); la población que vuela por el espacio urbano y también allende, asentada por una amplia área de distribución cosmopolita, en la que se distinguen formas y subespecies (Tremblay, 1997).

A continuación centra el relato en la vida que lleva intramuros, hemisinántropa (Doby, 1998), porque sin acepción de personas invade las casas:

Non ibi nobilitas, non sanguis clarus habetur,

nobilium quoniam praticat illa casas.

(I, 67–68)

[Allí no hay nobleza, no hay sangre ilustre,

ya que ella frecuenta las moradas de los nobles]

Non dux, non princeps, non rex, non denique papa

mangiaret, ni stet musca galanta comes;

immo piatellum vix coram rege scuderi

praesentant, subito fercula prima capit;

vixque Falerniaco repletur tazzia vino,

se iacit in dulci gurgite musca prius;

et licet hic moriat, tamen haec mors vita vocanda est,

nam semet Bachi flumine sponte negat. (I, 69–76)

[No hay jefe, ni príncipe, ni rey, y ni siquiera hay papa

que comiera, si no tiene como comensal la mosca gentil;

de hecho, apenas los sirvientes presentan frente al rey

una bandeja, en seguida ella prueba primero;

y apenas la copa se llena con vino falerniano,

bien presto la mosca se arroja al dulce líquido;

y aunque aquí encuentra la muerte, con todo una tal muerte es algo

para llamar vida, ya que espontáneamente se ahoga en el mar de Baco.]

O bellam fozzam mortis, quam, musca, trovasti:

non dolor in simili morte, sed humor apum est;

soldati cupiunt in guerris fundere vitam,

tu tamen hanc sortem mortis habere cupis. (I, 77–80)

[Oh, qué hermosa manera de morir has encontrado, oh mosca:

en una muerte semejante no hay dolor, sino néctar de abeja;

los soldados prefieren perder la vida en las guerras,

tu en cambio prefieres tener este tipo de muerte]

Non metuis celsam regum discurrere frontem

et reginarum labra polita basas. (I, 81–82)

[Tu no temes de recorrer la escelsa frente de los reyes

y besas los labios exquisitos de las reinas]

Ergo laudanda est totum Moschaea per orbem,

progeniem quoniam mittit ubique suam. (I, 83–84)

[Por eso, por el mundo entero la Moschea debe ser alabada,

ya que ella envía a todas partes a su descendencia.]

con su aparato bucal chupador, se nutre de toda clase de sustancias, alimenticias, vino, leche, de desecho, excreciones de animales, sudor, esputos, deyecciones, etc.; por tanto, importuna pero no ocasiona molestia física.

Este inconmensurable pueblo estaba regido por un rey:

Starat in imperio muscarum tempore longo

rex, qui Sanguileo[3] etim. nomine dictus erat. (I, 85–86)

[Por largo tiempo se hallaba de soberano de las moscas

un rey, que era llamado por el nombre de Sanguileón]

pero la etimología del nombre no se adapta a la susodicha mosca, corresponde a especies próximas provistas de aparato bucal picador–chupador cuyas hembras son hematófagas, Stomoxis calcitrans (L.), Haematobia (Lyperosia) irritans (L.), Haematobosca stimulans (Meig.) etc. (Diptera: Muscidae), necesitan sangre para la maduración de sus ovarios (Rivosecchi, 1953; Tremblay, 1997).

La plácida vida en la corte del rey Sanguileón vino a alterarla con su precipitada presencia una mosca llena de heridas:

Ergo sublimen dum stabat supra cadregam

intra senatores, musca stafetta venit

(I, 89–90)

[Entonces, mientras estaba en el supremo asiento

entre los senadores, llega una mosca estafeta]

en la admonición que ésta le dirige (I, 91–100) queda en evidencia la alta ambigüedad del término mosca (Santiago–Álvarez, 2012; pág. 385), salen a relucir especies de diferentes familias:

heu, male zaninos[4] itis cazzare fabarum, (I, 101)

[ay, haceis mal de andar a cazar los gorgojos de las habas]

alude a una especie de asilido (Diptera: Asilidae), dípteros que depredan adultos de otros insectos, entre ellos coleópteros, capturados por vuelo o al acecho (Grandi, 1951; Tremblay, 1994); observación precoz para la época, además, aun no se relacionaba la presencia de los adultos del Bruchus rufimanus Boh. (Coleoptera: Bruchidae) en los habares con los que emergian más tarde de las habas recogidas en el granero[5];

heu, male dat schenam magra cavalla suam.

Frustra sbercigeros oculos habitatis aselli, (I, 102–103)

[ay, hace mal el caballo magro de ofrecer la grupa suya.

En vano permaneceis en los ojos llorosos del burro,]

una especie próxima, Musca autumnalis De Geer (Diptera: Muscidae), también de aparato bucal chupador que acude al ganado en los prados atraida por sus excreciones, especialmente el sudor, la secreción lacrimal, etc. (Leclercq, 1971; Tremblay, 1997);

frustra vos pascit stizza gratata canis.

(I, 104)

[en vano os alimenta la sarna rayada del perro.]

Sic iuvat, heu, dulces rostro suciare bognones? (I, 105)

[Ay, ¿tanto os place estar con la proboscis a chupar las gustosas bubas?]

Sic iuvat, heu, crustas lambere Francigeras? (I, 106)

[Ay, ¿tanto os place lamer las costras del mal francés?]

aquí señala especies que difieren de la doméstica en comportamiento, tamaño y cromatismo: Calliphora vicina R. D., C. vomitaria (L), Lucilia sericata (Mieg.) etc. (Diptera: Calliphoridae), que acuden al hedor de las heridas, etc. (Tremblay, 1997);

Sic iuvat excalzas villani rodere gambas? (I, 107)

[¿Tanto os place picar las piernas desnudas de los campesinos?]

recuerda a la especie ya citada, S. calcitrans, que incluso pica a las personas, en las piernas, en los tobillos, a través de las medias o calcetines (Rivosecchi, 1953);

Sic iuvat eiusdem saepe lecare bragas? (I, 108)

[¿Tanto os place lamer a menudo sus bragas?]

con lo que regresa a la mosca doméstica.

Ahora, el reproche (I, 115–150) discurre por unos derroteros sin interés entomológico alguno, hasta que finaliza la exposición, con toda crudeza, de la grave situación en la que se halla el reino:

Rex formicarum – vix, heu, tibi dicere possum –,

rex formicarum teque tuosque ruit:

septem mille quidem longo certamine muscas

fudit et in portu miscuit igne rates;

(I, 151–154)

[El rey de las hormigas – ay, apenas puedo decirtelo –,

el rey de las hormigas está abatiendo a ti y los tuyos:

en una larga batalla ha desbaratado al menos siete mil moscas

y en el puerto ha prendido fuego a los barcos]

pero además:

Ragnifugam[6]etim. nostrum caporalem carcere trusit

quem supra furcam colla tirasse puto.

(I, 155–156)

[Ha metido en prisión a nuestro comandante «Ragnifuga»,

que yo pienso se sea ya quebrado el hueso del cuello en la horca.]

en conclusión, tiene abierto un frente de guerra por parte del rey de las hormigas, de modo inesperado e injustificado, pues no hay rivalidad natural, viven independientes unas de otras.

La etimología del zoónimo «Ragnifuga», refiere a una especie de gran tamaño, con reflejos azulados, Calliphora vicina, etc. (Diptera, Calliphoridae), de ambiente natural, pero con frecuencia invade las casas, de potente vuelo zigzagueante que produce un zumbido molesto; cuando impacta con la telaraña la atraviesa sin ser retenida y en consecuencia se libra de la depredación.

Al final, la mosca mensajera rindió el alma, el rey enloquece al oír estas turbadoras nuevas; una gran conmoción cargada de rabia se apoderó de los habitantes de la ciudad (I, 161–180). La espeluznante noticia se traslada allende la Moschea por intervención de la Fama:

Ergo super volucrem sbalzavit Fama cavallum

nec trombam frifolo spiccat ab ore cavam;

in motu cilii complevit mille mearos,

nulla datur stracco spelta vel orzus equo;

per mundi totos it trombezzando paësos,

donec eam sensit Scannacavalla[7]etim. procul.

Ipse tavanorum populos regit atque governat

et sua damma soror Sanguileonis erat.

(I, 181–188)

[Entonces la Fama saltó sobre su caballo volador,

y no se quita de la boca la resonante trompeta hueca;

en un abrir y cerrar de ojos completó mil millas,

ni al caballo cansado se le da cebada o espelta;

va trompeteando por todos los países del mundo,

hasta que muy lejos la escucha «Scannacavalla».

Éste rige y gobierna los pueblos de los tábanos,

y su consorte era hermana de Sanguileón.]

en un lejano territorio, habitado por insectos de ambiente natural, tavanus, s. [it. «tafano»; es. «tábano»], llegó a oidos de su rey «Scannacavalla», esposado con una hermana del rey Sanguileón, parentesco que resulta ser una figura retórica porque tábanos y moscas están tan alejados filogenéticamente que imposibilita el intercambio genético entre ambos grupos.

La etimología del zoónimo «Scannacavalla» delata que atormentan a los équidos: las especies aludidas son dípteros braquíceros, Tabanus bovinus L., T. autumnalis L., Haematopota pluvialis L., etc. (Diptera: Tabanidae), cuyas hembras, de actividad diurna, requieren sangre para la maduración de los ovarios; pican repetidamente a los animales e incluso pueden hacerlo al hombre.

El «Scannacavalla» se apresta a salir en ayuda de su cuñado,

Non stetit ad badam: cugnati fata veretur

et cantarellis ponere frena iubet;

nam cantarellas solitant equitare tavani,

quarum cullattas aurea barda tegit.

(I, 189–192)

[No se demora: le preocupa el destino de su cuñado

y ordena poner las riendas a las «cantarelle»;

en realidad los tábanos están acostumbrados cabalgar las «cantarelle»,

las cuales tienen la trasera cubierta por una aurea armadura.]

manda disponer las cabalgaduras, cantarella, s. [it. «maggiolino»; es. «escarabajo sanjuanero»], en cuyo reconocimiento específico, hasta el momento, reina la confusión, nadie ha reparado en el carácter morfocromático señalado para «cantarella»: «quarum cullattas aurea barda tegit (I, 192)» [«la trasera cubierta por una aurea armadura»], la grupa dorada, o sea, que por la parte dorsal tienen el cuerpo dividido en dos áreas de distinto color. Las correspondencias señaladas con la «cantarida» (Grassi, 1898), Lytta vesicatoria L. (Coleoptera: Meloidae) («color verde metálico con reflejos dorados o en otros casos verdeazulado»), o con la «cetonia» (Zaggia, 1987), Cetonia aurata L. (Coleoptera: Scarabaeidae: Cetoninae) («cuerpo de color verde metálico») quedan descartadas porque ambas muestran monocromía.

La voz dialectal «cantarella» equivale a la italiana «maggiolino» (Ratti, 1990) al igual que la sinónima «pampogna[8]», también dialectal (Cherubini, 1827) para la que este mismo autor avanza los nombres de especies que muestran la susodicha disposición cromática: Melolontha (Scarabaeus) melolontha (L.) (Coleoptera: Scarabaeidae–Melolonthinae), especie «con cabeza, tórax y mesoscutelo negros, élitros castaño» (Fig. 1); Phylloperta (Scarabaeus) horticola (L.) (Coleoptera: Scarabaeidae–Rutelinae), especie «con pronoto de verde a negro, élitros pardusco más o menos claro, rosado o castaño» (Fig. 2) (Tremblay, 2000). Por tanto se trata de insectos de tamaño grande, vuelo ruidoso y desordenado, que ocasionan problemas en el arbolado.

Las caballerías de carga, cariazzus/scaravazzus, s. [it. «scarabeo»; es. «escarabajo»], que van en el séquito de «Scannacavalla» para transportar la valija:

Illico tota cohors post cursum Scannacavallae

prosequitur, celeri quo pede calcat iter.

A tergo veniunt cariazzi trenta feroces,

quos scaravazzos nomine dixit Adam;

semper colla ferunt sonitantibus alta sonais

valisasque graves in sua terga gerunt.

(I, 193–198)

[Al instante todo el ejército corre tras «Scannacavalla»

allí donde él se encamina con paso rápido.

Detrás vienen treinta «cariazzi» bravos,

que Adam llamó escarabajos;

estos llevan siempre altos los cuellos haciendo sonar

los cencerros y portan sobre la espalda pesadas cargas.]

también presentan algunas dificultades para la interpretación específica por el problema semántico de la primera, «cariazzi» (Zaggia, 1987), en el que nosotros no vamos a entrar por quedar fuera de nuestro propósito. El término «scaravazzos» dispone de réplicas dialectales, «scaravàz» (Cherubini, 1827), «scaravàsso» (Ratti, 1990) equivalentes a «scarafaggio» aunque ahora tenemos que enfrentarnos al sentido dilógico de este vocablo: «scarabeo», también «panaroto» (Ratti, 1990).

El término está empleado aquí en el sentido de «scarabeo» en particular habla del «scarabeo stercorario» (Ratti, 1990) como colegimos en el análisis de los dos últimos versos: marchan erguidos, emiten sonidos audibles, estridulan, transportan una pesada carga, se trata de escarabeidos coprófagos: Scarabaeus sacer L., S. typhon Fisch., Copris lunaris (L.), etc. (Coleoptera: Scarabaeidae–Scarabaeinae) (Tremblay, 2000).

El discurso dirigido por «Scannacavalla» para dar ánimos a su cuñado es una clara incitación a la guerra (I, 213–264), en él nada destacable hallamos en relación con el objetivo que perseguimos. Los preparativos para el enfrentamiento bélico no se demoran (I, 265–308), Sanguileón, enardece a las masas, le preocupa la suerte del «Ragnifuga»:

Ragnifugam caeco formicae carcere stentant,

quem scitis fortem Martis in arte ducem.

Illum constitui, postquam spiravero flatum,

regem, bastardus sit licet ille meus.

(I, 279–282)

[Las hormigas están afligiendo en una obscura prisión

a «Ragnifuga», que vosotros conoceis como un fuerte

comandante en el arte marcial. Decidí que él fuese

el rey, aunque mi bastardo, después de haber expirado.]

quiere liberarlo, lo ha declarado su sucesor a pesar de la condición de bastardo, motivado por su bravura y valentía, aunque carezca de la suficiente fuerza probatoria la siguiente insólita hazaña:

Non id guardantes possanzam cernite vastam,

cernite quas pulica fecit in arce provas,

quando fracassavit pulicorum ter duo mille,

fugiit et nullo Caganiellus ope;

Caganiellus[9]etim. enim pulicorum maximus est rex,

Ragnifughae forzas non tulit ille mei;

(I, 283–288)

[Pero sin atender a eso, pensad en su gran poder,

pensad en cuales pruebas dio a la fortaleza de las pulgas,

cuando dispersó seis mil pulgas,

y Caganielo huyó sin ningún individuo;

Caganielo, de hecho, el gran rey de las pulgas,.

no resistió a las fuerzas de mi «Ragnifuga»]

En esta exposición presenta al Caganielo, el rey de las pulgas, zoónimo cuya etimología, incide en un aspecto de la fisiología de éstas, defecan negro, algo que era conocido desde la antigüedad y que vemos recogido en la obra de San Alberto:

De Animalius (Lib. XXVI): «et tantum trahit de sanguine, quod continue posterius emittit cum denigratum et arefactum. (pág. 679)

[y extrae tanta sangre, la cual emite de continuo por el ano que ennegrece y se seca. (trad. del autor)]

rastro que con toda seguridad Folengo había observado en más de una ocasión en lugares infestados.

Por último se anuncia por los cuatro puntos cardinales la disponibilidad de las moscas para enfrentarse a las hormigas:

Mittuntur cunctas in partes illico bandi,

currit et ad iussos qua eque stafetta locos.

Contra formicas odium crudele citatur,

illarum pasci velle cruore bravant;

hic iurat patrem, alter vindicare fradellum

atque volunt spadas sanguinolare suas. (I, 303–308)

[Inmediatamente se envían anuncios a todos los lados

y cada estafeta corre a los lugares ordenados.

Se excita un odio cruel contra las hormigas,

y todos con arrogancia digeron quererse alimentar

con la sangre de aquellas;uno jura vengar a su padre,

otro a su hermano, y todos quieren ensangrentar sus espadas.]

Liber secundus

Este libro comienza con la salida a escena de los dioses del Olimpo que atemorizados de lo que se avecina deciden la retirada (II, 1–34), momento en el que hacen su entrada los otros aliados de la mosca.

Los primeros en llegar, vienen en barco, por lo que deducimos se nos habla de insectos de ambiente natural:

Triton respondet: «Non est rex Aeolus iste,

at zenzalarum multa carina nodat:

sunt forsan numero grandes octanta galeae,

quae in regis vadunt Sanguileonis opem”. (II, 29–32)»

[Tritón responde: «Ese no es el rey Eolo,

pero son las naves de los cénzalos que navegan

en gran número: son grandes galeras, quizás unas ochenta,

que van en ayuda del rey Sanguileón».]

«Sanguileo gaudet, zenzalis obvius ibat,

quas portus magno cepit honore suus:

non armata fuit mundo formosior umquam,

ipsarum ductor nomine Sgnifer[10]etim. erat. (II, 35–38)

[Sanguileón exultante iba al encuentro de los cénzalos,

recibiendolos con grandes honores en su puerto:

nunca en el mundo ha habido armada más bella,

su comandante se llamaba «Sgnifer»]

el significado del nombre del rey, «Sgnifer», apunta a insectos que atormentan con sus picaduras, pero apenas disponemos de detalles para la identificación específica salvo los dos sinónimos que acompañan al vocablo que los designa, zenzala, s. [it. «zanzara»; es. «cénzalo»]:

Inumeri pulices, cimices, culices[11] perierunt,

(I, 23)

[Murieron innumerables pulgas, chinches y mosquitos,];

Quando sbaratatos vidit Mirpraedo cosinos[12], (III, 233)

[Cuando Mirpredo vio a los mosquitos derrotados,]

que no le disputan la preponderancia pero confirman que son insectos hematófagos (v. infra).

En seguida, un gran aparato sorprende y desconcierta a la concurrencia (II, 39–44) hasta que por fin aparecen los causantes, una multitud, también de ambiente natural, de nombre derivado, en diminutivo, moschinus, s. [it. «moscerino»; es. sin equivalente[13]]:

Heu, moschinorum descendit tanta brigata,

tanta quod aetherius non habet astra sinus:

apparent centum stendardi desuper Alpes

ac procul armorum per iuga splendor hiat. (II, 45–48)

[No, ay, es la brigada de los «mosquinos», que descienden

en tan gran número, que no hay tantas estrellas en la bóveda celeste:

abajo de las montañas aparecen cien estandartes y

desde lejos en los picos brilla el esplendor de las armas.]

el abigarrado tropel que baja por las montañas representa un fenómeno observable al crepúsculo en la época propicia, enjambres compuestos por miríadas de individuos en la danza sexual que revolotean por encima de personas o animales.

Los presenta como un pueblo dispuesto a las peleas:

Sunt moschinorum populi gens apta batais

rexque suus nomen Siccaboronus[14]etim. habet. (II, 49–50)

[El pueblo de los «mosquinos» es gente apta

a las batallas, y su rey se llama Sicaborón]

acompañado por su rey, Sicaborón, al que adorna con una fiereza extrema, más bien rayana en la crueldad:

Non quo descendit, nec ubi sol nascitur umquam

tam crudelis homo, quam fuit iste, fuit;

sperzurarat enim ad fundum mittere mundum

deque suo solio praecipitare Iovem.

Non fuit in guerris vir desperatior umquam,

ast incusabat se nimis esse pium.

(II, 51–56)

[Ni donde se pone ni donde sale el sol

jamás existió un hombre cruel como éste;

de hecho, había jurado y perjurado sumergir al mundo

y hacer caer a Júpiter de su trono.

Nunca en las guerras hubo un guerrero más feroz,

todavía él se acusaba de ser demasiado blando]

de todo lo antedicho el diagnóstico entomológico descubre a pequeños dípteros nematóceros, de picadura acerba: Leptoconops bezzii Noè, L. irritans Noè, etc. (Diptera: Ceratopogonidae), que cargados de agresividad –a menudo definida ferocidad– se lanzan sobre personas – enredándose en el pelo, vestidos– o animales (Coluzzi y Kremer, 1964; Grandi, 1951; Rivosecchi, 1977, Tremblay, 1991) incluidos insectos de mayor tamaño: ortópteros, odonatos, lepidópteros, otros dípteros (Grandi, 1951).

La etimología del nombre del rey, así como la toponimia de los territorios bajo su mando:

Tartaria[15] suo stabat subiecta volero,

cuique Barilensis[16] subdita vallis erat.

(II, 57–58)

[Tartaria estaba sujeta a su voluntad,

y súbdito le era el valle de Barriliense]

nos transportan a insectos inofensivos que viven en bodegas y cantinas, a expensas del vino; no obstante, Folengo insiste en su condición hematófaga:

Indiscretus enim tantum tantumque superbus,

immo cruentato sanguinis ore bibax,

ut quoscumque viros non Martis in arte valentos

mangiari a cruda praecipiebat ape;

haec apis est animal cuius fert cauda venenum

deque suis membris ceraque melque fluit. (II, 59–64)

[Él en efecto era tan descomedido y tan soberbio,

a tal punto ávido de sangre en su boca ensangrentada,

que ordenaba que cualquier hombre que no fuera valiente

en el arte marcial pereciera atacado por una abeja cruel;

esta abeja es animal cuya cola contiene veneno,

y de sus miembros gotea cera y miel]

además, su crueldad la refuerza con la ayuda de otro insecto, la abeja melífera[17].

El rey Sicaborón participa en la guerra porque tenía en gran estima a Sanguileón el rey de las moscas:

Moverat hunc amor et dilectio Sanguileonis,

crudus homo quamvis nescit amare bonos.

Tartaricas Buttae[18] passaverat iste per undas

deque Barilensi valle tenebat iter.

(II, 65–68)

[Lo había conmovido el amor y el afecto por Sanguileón,

aunque un hombre cruel no sepa amar los buenos.

Este había pasado por las olas tartáricas de Buta

y mantenía la via del valle de Barriliense.]

esta exposición de motivos nos lleva de nuevo a considerar que el rey es un pequeño díptero braquícero, inofensivo, pero nos faltan detalles para su identificación.

A continuación llega la tercera brigada de guerreros designados con el helenismo, mirmilio[19], s. [it. «formicaleone»; es. «hormigaleón»]:

Partibus ex aliis venerunt mirmiliones,

qui grottas habitant per sua regna nigras.

Non fuit in mundo gens assassinior umquam,

quae formicarum suggere membra sitit.

Rex erat ipsorum Mirpraedo[20]etim. nomine dictus,

Herculeis forcis aequiparandus enim.

Duxerat armatos sexcentos mille guereros,

nemo cavallaster, quisque pedester erat. (II, 69–76)

[De otras partes vinieron los mirmiliones,

que viven en cuevas negras, y estos son sus reinos.

Nunca ha habido en el mundo una raza más asesina que esta,

que tiene ansia de chupar los miembros de las hormigas.

Su rey era llamado Mirpredo, comparable

en realidad a Hércules por su fuerza.

El guiaba seiscientos mil guerreros armados,

todos infantería, ninguno caballero.]

representa una excepción en todo el poema, son larvas de ambiente natural que viven semiescondidas en el terreno, en el fondo de embudos excavados en suelos arenosos, o ligeros; trampas dispuestas para atrapar insectos errantes, de modo particular hormigas. La descripción realizada por Folengo está tomada de los escritos de San Gregorio Magno[21]. La etimología del nombre del rey compendia la acción depredadora de estas larvas.

El desarrollo larvario transcurre en el interior de los embudos donde se transforman en pupas de las que saldrán los imagos, los cuales tienen vida aérea, pero realizan la puesta de huevos en el suelo, por tanto el insecto es un geobionte (del gr. γῆ, ῆς, tierra; βιόω –ῶ, vivir, pasar la vida) periódico. Los adultos reconocidos son neurópteros del género Myrmeleon que fue erigido por Linneo en la 12ª edición del Systema Naturae (1767): Myrmeleon formicarius L., M. inconspicuus Rambur, etc. (Neuroptera: Myrmeleontidae).

His ergo adiunctis formicas contra phalangis,

heu, quam crudelis guerra parata fuit!

(II, 77–78)

[En resumen, con todos estos ejércitos aliados

contra las hormigas, ¡se preparó una guerra muy cruel!]

Ahora viene la descripción del ejercito de las moscas y de sus aliados (II, 79–168) donde encontraremos pasajes de mucho valor entomológico.

En lo que respecta al rey Sanguileón atrae nuestra atención de un modo sobresaliente la montura, grillo, s. [en romance «grillo»]:

Interea grandis fit sgomentatio campi,

nam venit indomitus Sanguileonis equus.

Hic erat ex illis quos dicunt nomine grillos,

qui tezzare leves ampla per arva solent:

non, velut usantur animalia cetera, currunt,

ast ad saltones calcibus astra vident.

(II, 93–98)

[Entretanto surge en el campo una gran consternación,

porque llega el caballo indómito de Sanguileón.

Este era de aquellos que llaman grillos, los cuales

suelen saltar con ligereza por los vastos campos:

ellos no corren, como acostumbran hacer los otros animales,

pero dando grandes saltos con los pies llegan a ver las estrellas.]

Sanguileonis adest totus niger ergo cavallus,

plurima quem stranium turba tenere nequit:

sexcentas muscas sbalzo superabat in uno

totaque sub pedibus terra tremare suis;

insabionizat, quotiens pede calcitrat, omnes

ac oculos tenui pulvere stoppat eis.

(II, 99–104)

[Llega por tanto el caballo todo negro de Sanguileón,

y es tan iracundo que mucha gente no puede sostenerlo:

con un salto solo superaba a seiscientas moscas

y bajo sus pies la tierra temblaba toda;

pateando con los pies, cubre a todos con arena

y les cubre los ojos con polvo fino.]

por todo ello, los bruscos saltos y el color negro, deducimos que Sanguileón va caballero sobre un insecto de ambiente natural muy conocido, Gryllus campestris L. (Ortophtera: Gryllidae), que vive en orifios escavados en praderas. Siguen consideraciones redundantes sobre este animal (II, 105–112) para concluir:

Tota super grossos equitat moschilia grillos,

qui numero centum millia sunt equites. (II, 113–114)

[Todas las moscas cabalgan sobre gruesos

grillos y los jinetes son en número de cien mil.]

El rey de los tábanos, «Scannacavalla», dispone a sus huestes como guerrero prudente:

Scannacavalla suos alia quoque parte tavanos

ordinat et stimulo vocis ad arma vocat.

Corpore magnus erat, maior sed mente daverum,

doctus partitum scire piare bonum.

Ad strabucconem sua iam non bella movebat,

ut faciunt plures qui sine mente ruunt,

qui, nec apizzatur simul atra barufola guerrae,

omnes in pezzis presto taiare volunt;

non ita maturus faciebat Scannacavalla,

immo repossata mente regebat opus.

(II, 115–124)

[Por otro lado, «Scannacavalla» también ordena a sus tábanos y,

exhortándolos con su voz, los llama a las armas.

Grande era de cuerpo, pero en verdad más grande de mente,

y experto en el saber tomar el mejor rumbo.

El no inducía guerra a ciegas,

como hacen muchos que se enfurecen sin sentido,

los cuales, tan pronto se enciende una fatal pelea guerrera

en seguida quieren cortar en pedazos todos

no así hacía el sensato «Scannacavalla»,

más bien gobernaba las cosas con mente reflexiva.]

del cual expone de manera sucinta una observación personal:

Hic habuit quondam uno cum vespone[22] duellum,

qui tandem multo victor bonore fuit;

cuius de cauda spinum detraxit acutum,

omnibus in guerris haec sua spata fuit. (II, 125–128)

[Una vez tuvo un duelo con un avispón,

y el terminó ganando con mucho honor;

de su cola sacó el aguijón puntiagudo,

y en cada guerra esta era su espada.]

el combate entre el tábano y el avispón ocurre en naturaleza, éste es un depredador de aquél (Leclercq, 1971), sin embargo, el desenlace es contrario a lo que señala nuestro autor, por lo que si contempló la refriega no la vio concluir. La consideración del despojo del duelo, «el aguijón puntiagudo», nos permite reconocer el sexo del individuo litigante, una hembra del véspido social, Vespa crabro L. (Hymenoptera: Vespidae).

El aspecto del Sicaborón al momento de la colocación de las tropas en orden de batalla:

Sed moschinorum rex dirus Siccaboronus

sfodrato squadras instruit ense suas.

Se parpaionis totum vestiverat alis,

est camolae scutum mezza ganassa suum. (II, 129–132)

[También el rey de los «mosquinos», el feroz Sicaborón,

organiza sus escuadrones con la espada desenvainada.

El mismo estaba cubierto con alas de mariposa

y su escudo es una media quijada de polilla.]

ahonda en la ambigüedad del término «mosquino», nos habla de otro díptero nematócero, con apariencia de pequeño lepidóptero (Fig. 3), como advierte la cubierta con alas de parpaion, voz dialectal que equivale a «farfala» en italiano (Cherubini, 1827; Ratti, 1990; Zaggia, 1987), «mariposa» en español; el flebotomido, Phlebotomus papatasi (Sc.) (Diptera: Phlebotomidae), hematófago que invade las dependencias del hombre, pero pica en silencio (Rivosecchi, 1977; Tremblay, 1991).

La montura del bravo Sicaborón, panarottus, s. [it. «blatta»; es. «cucaracha»]:

Mittit corseros regio Panormia fortes,

quos panarottos mundus ubique vocat:

ipsos veloces muschinia turba cavalcat,

omnia qui rabidis morsibus arma terunt.

(II, 133–136)

[La región Panormia envía los fuertes corceles,

que el mundo entero llama «panarottos»:

la multitud de los «mosquinos» cabalga estos veloces animales,

que destruyen toda arma con mordiscos furiosos.]

apenas aporta caracteres que ayuden a la identificación específica, salvo el tamaño, la velocidad y la voracidad. La palabra dialectal panarott. es equivalente a piattola, blatta (Cherubini, 1827); panaròto, scarafaggio, scarafaggio delle cucine, blatta (Ratti, 1990), de donde deducimos la especie, Blatta orientalis (L.) (Blattodea: Blattidae), que corroboran los modernos tratados de entomología: blatte o piattole (Berlese, 1924, pág. 399), dialett. scarafaggio, piattola o blatta nera delle case, (Silvestri, 1934–39, I. pág. 23), blatte o scarafaggi (Tremblay, 1995, pág. 21).

El rey «Sgnifer» dispone a los cénzalos para la batalla:

Ast ordinanzam Sgnifer disponit in amplam

zenzalas, ne aliis pareat esse minor.

Lendinis huic durae tegit omne pelicula corpus,

In qua non vulnus spada tacare potest. (II, 143–146)

[«Sgnifer», por su parte, organiza a los cénzalos en un amplio despliegue,

para no aparecer de menos respecto a los demás.

El tiene el cuerpo todo cubierto con la piel de una dura liendre,

en la que no hay espada que pueda hacer una herida.]

ahora incide en la condición de hematófagos:

Nil nisi de humano zenzalae sanguine vivunt

ac, ubi se firmant, signa videntur ibi.

Non usant spadas, non dardos, non alebardas,

at sua cum propriis dentibus arma drovant. (II, 147–150)

[Los cénzalos viven solo de sangre humana,

y donde aterrizan, se ve la señal.

No usan espadas, dardos ni alabardas,

sino que usan sus propios dientes como armas]

después da unos detalles morfológicos antropomórficos precisos:

Sunt homines magri, nervosi, schinchibus acri,

sunt bene gambati, dulciter ore canunt. (II, 151–152)

[Son hombres delgados, vigorosos, fuertes en las tibias,

tienen adecuadas piernas y cantan suavemente.]

para concluir con uno del comportamiento, la emisión del sonido audible cuando vuelan (Tremblay, 1991) del que se originó la voz que los designa, zenzala[23], s. [it. «zanzara»; es. «cénzalo»]; las especies reconocidas son dípteros nematóceros, pertenecientes a los géneros Culex sp., Anopheles sp., Aedes sp. (Diptera: Culicidae), cuyas hembras están impelidas a la ingestión de sangre para madurar los ovarios.

La montura de los cénzalos, cagafocus/cincidela/limpyrides, s. [it. «luciola»; es. «luciérnaga»]:

Hi cincidela[24] equitant, quae nocte vagantur,

ad codamque ferunt igne micante faces;

limpyrides[25] Graeci vocitant, sed nos cagafocus[26],

nam parent scura nocte cagare focum. (II, 153–156)

[Ellos cabalgan luciérnagas, que vagan de noche

y llevan en la cola llamas de fuego reluciente;

los griegos los llaman «lampíridos», pero nosotros «cagafocos»,

porque en lo obscuro de la noche parece que defecan fuego]

insectos de ambiente natural, conocidos desde antiguo, porque en lo profundo de la noche desprenden luz fosforescente de color blanco azulado por medio de órganos fotógenos (del gr. φῶς, φωτός, luz y γεννάω, producir) dispuestos en el extremo caudal del abdomen.

En concreto hace referencia a los coleópteros: Lampyris nocticula L., Luciola lusitanica Charp. etc. (Coleoptera: Lampyridae) cuyas hembras, ápteras y larviformes, sedentarias, llevan los órganos fotógenos en la parte posteroventral del abdomen, los machos, alados, en el extremo caudal del mismo, cuando vuelan se observa como reluce; esto explica el sentido del término vulgar, «cagafocos».

En cuanto a los mirmiliones, Folengo añade una observación personal relativa a la morfología cefálica de dichas larvas:

Mirmilioneas etiam Mirpraedo catervas

guarnitos armis unit et arte docet.

Gens sassina quidem, sed in armis iugiter

et cui fama magis quam sua vita placet.

Sunt pedites omnes, pichis utuntur aguzzis

quas de frumento prodit arista novo;

sunt habiles guerris lanzones mirmilionum,

pro clipeis speltae concava grana ferunt. (II, 157–164)

[También Mirpredo reúne e instruye adecuadamente

a las filas de mirmiliones bien equipadas cuanto a las armas.

Ciertamente es gente asesina, pero siempre en ejercicio con las armas,

y al que está a valor la fama más que la vida.

Son todos soldados de infantería y usan picas afiladas,

producidas con espigas de trigo nuevo;

los lanceros de los mirmiliones son prácticos en la guerra,

y llevan granos cóncavos de espelta como escudo.]

poética descripción del aparato bucal perforador chupador, por alargamiento de las mandíbulas y el lóbulo maxilar interno (lacinia) de cada lado en forma de agujas afiladas (Fig. 4). Además, el nombre aplicado al rey compendia el carácter depredador por el cual se establece un eslabón de la cadena trófica:

Hos regit ille ferox Mirpraedo praticus armis,

totum gregnapolae[27] quem tegit ala nigrae.

Inter formicas ac inter mirmiliones

semper guerra fuit, est quoque, semper erit. (II, 165–168)

[Los manda el fiero Mirpredo experto en las armas,

todos cubierto por el ala de un murciélago negro.

Entre las hormigas y los mirmiliones

siempre hubo guerra, siempre la hay y siempre la habrá.]

Organizadas las tropas de las moscas y sus aliados se aprestan a partir al encuentro de los enemigos (II, 169–214), pero en toda esa relación nada encontramos de interés para nuestro propósito salvo una argumentación en la que trasciende la tan consabida teoría de la generación espontanea que impregna todo el poema, rebatida en la segunda mitad del siglo xvii (Redi, 1668):

Sanguileo primus galiottum scandidit amplum,

qui calcinelli[28] maxima gussa fuit.

Illum tota furens moschaea brigata secuta est:

vix infassatus restat in urbe puer.

(II, 203–206)»

[Sanguileón primero salió sobre un amplio galeote,

que era un grandísimo caparazón de coquina

Le siguió toda furente la brigada de las moscas:

en la ciudad quedaron apenas los niños de pecho.]

los imagos de las moscas cuando aparecen ya tienen el tamaño definitivo y no están sujetos a un crecimiento continuo.

Ahora se hace una incursión al campo adversario (II, 215–240) donde se encuentra la instigadora de la guerra, formica, s. [it. «formica»; es. «hormiga»]:

At formicarum populos redeamos ad altos,

qui praesenserunt bella futura sibi.

Ergo senatores Granestor[29]etim. convocat omnes

fitque inter savios disputa longa viros.

Supra formicas sceptrum regale tenebat

Granestor multo splendidus imperio;

consilio docti faciebat cuncta pregai,

quo semper bellum victor ad omne fuit. (II, 215–222)

[Pero volvamos al noble pueblo de las hormigas,

que presintieron las guerras a las cuales iban encontra.

Entonces Granestor convoca a todos los senadores

y entre los sabios hay una larga discusión.

Sobre las hormigas sostenía el cetro real

Granestor, famoso por su gran imperio;

el hacía todo siguiendo el consejo de la asamblea de los sabios,

por lo que siempre salió victorioso en cada guerra.]

el autor señala que fueron convocadas a concejo por el rey para la toma de decisiones; por la etimología del onomástico real entendemos que habla de especies granívoras: Messor barbara (L.), M. structor (Latr.), etc. (Hymenoptera: Formicidae), afanadas en el trasporte de granos asidos por las potentes mandíbulas.

Por otro lado a la llamada acude un lugarteniente con nombre significativo:

Illic terribilis subito Mirnuca[30]etim. vocatur,

qui formicarum dux generalis erat.

Inter formigenas nemo robustior illo:

fert duo soletus tergore grana fabae.

Quamlibet armorum guisamque modumque sciebat,

praecipue in giostris valde gaiardus erat.

Undique Mirnucam possentem Fama gridabat

nec siluit nomen per mare grande suum. (II, 223–230)

[Viene rápido convocado allí el Mirnuca, que era

el comandante general de las hormigas.

Entre las hormigas, ninguno es más fuerte que él,

que en solitario es capaz de llevar a la espalda dos granos de haba.

Conocía todos los modos y formas de usar las armas,

pero sobre todo en las justas era muy valiente.

Por todos lados, la fama divulgaba el valor de Mirnuca

y no callaba su nombre por el ancho mar.]

por los atributos de fuerza y agresividad que lo adornan, apunta a especies tales como: Crematogaster scutelaris (Oliver) (Hymenoptera: Formicidae, Myrmicinae), Colobopsis truncata (Spinola), etc. (Hymenoptera: Formicidae, Formicinae)

La etimología del término Mirnuca nos la proporciona Folengo cuando indica el origen de tan singular personaje:

Nux erat in summo fundata cacumine montis,

quae busa Mirnucae rocca superba fuit;

hinc sibi composuit nomen Mirnuca decenter:

Mirnucam mirmix cum nuce iuncta facit. (II, 231–234)

[Apoyada en la punta extrema de una montaña había una nuez,

en la que, se muestra la cueva, Mirnuca puso su fortaleza soberbia;

de aquí convenientemente Mirnuca tomó su nombre:

«mirmix» combinado con «nuce» produce «Mirnuca»]

la descripción refleja un fenómeno observado, quizá de manera ocasional, por nuestro autor, la inusitada aparición de hormigas entre las agallas o cecidias generadas por himenópteros cinípedos (Hymenoptera: Cynipidae) en quercíneas, acopiadas en aquella época, para su empleo con diversos fines por su riqueza en ácido tánico: curtido de pieles, tintas permanentes, colorantes, medicinal, culinario.

Las agallas son invadidas de forma natural por hormigas aprovechando los orificios por donde salen los cinípedos gallígenos (Giannetti et al. 2019). La constatación científica del fenómeno comienza en el siglo xix cuando de las agallas producidas por Andricus quercustozae (Bosc) [=Cynips argentea (Hartig)] (Hymenoptera: Cynipidae) sobre Quercus cerris L, emergieron individuos de Crematogaster scutelaris (Gasperini, 1887); también de Colobopsis truncata (Müller, 1923).

En lontananza se ve a la flota del rey Sanguileón cruzar el mar (II, 241–308) pero lo que parecía una travesía apacible lo trastocó una inesperada tempestad, ante tal adversidad todos acuden con sus votos al dios Júpiter:

Sanguileo flexis et Scannacavalla zenocchis

stabant et summo vota tulere deo:

Sanguileo grassum vult sacrificare pedocchium,

cuius pellis erit digna gonella Iovi,

Scannacavalla duos pulices offerre spopondit

et dare vult superis interiora suis;

praeterea Sgnifer cum Mirpraedone gemiscunt

zaninumque fabae sacrificare volunt.

(II, 277–284)

[Sanguileón y «Scannacavalla» estaban de rodillas

e hicieron votos al supremo dios:

Sanguileón quiere sacrificar un gordo piojo,

cuya piel será digno manto a Júpiter,

«Scannacavalla» promete ofrecer dos pulgas

y dar las entrañas a sus dioses;

también «Sgnifer» y Mirpredo, gimiendo,

quieren sacrificar un gorgojo del haba.]

salvo el soberbio Sicaborón:

Siccaboronus erat solus qui spresiat undas

seque facit beffas aequore posse mori. (II, 285–286)

[Sicaborón, él solo, desprecia las olas

y se burla de poder morir en el mar.]

no obstante, concluye con la destrucción de la flota.

Liber tertius

Este libro comienza con la sorprendente aparición en la costa del náufrago Sicaborón; furioso y hambriento sostiene un cruento enfrentamiento con los primeros adversarios, cuatro pulgas.

La narración de esta proeza (III, 1–88) tiene mucha gracia aunque el interés entomológico es muy limitado, entre otras razones porque los «mosquinos» y las pulgas viven en la naturaleza con absoluta independencia, no obstante, hay algunos detallles que si merece la pena comentar:

Circumdant illum pulices saltonibus altis,

nam cum bellatur saltat in astra pulex. (III, 45–46)

[Las pulgas lo rodean dando altos saltos, de hecho

cuando combate la pulga salta hacia el cielo.]

destaca el modo de desplazamiento, por el salto, de las pulgas, tan insidiosos insectos ápteros.

Siccaboronus habet stortam non lamine ferri,

sed faber ex dura condidit ungue viri.

Hoc genere armorum pulices natura spaventat,

quapropter superat Siccaboronus eos.

Vipera sembrabat sticiosos infra leones,

vel non castratus bos magis intra canes. (III, 47–52)

[Sicaborón tiene una espada no hecha con una lámina de hierro,

sino forjada por un herrero con una dura uña humana.

Las pulgas tienen miedo por naturaleza a este tipo de arma

por lo que Sicaborón estaba en ventaja respecto a ellas.

Parecía una víbora entre leones enfurecidos,

o más bien un bovino sin castrar entre perros.]

la uña humana es una de las armas más eficaces para desembarazarse de tan molesto insecto, por eso, aunque emplea un recurso retórico, las pulgas se sobrecogen a la vista de la espada enarbolada por el bravo Sicaborón, hecha con ese material.

Incipit ante focum rostitam mandere lenden,

omnia cum totis carnibus ossa vorat;

(III, 81–82)

[Delante del fuego comienza a comer la liendre asada

y devora cada hueso con toda la carne;]

recurre a la misma figura, los «mosquinos» no son oófagos por tanto es un imposible biológico el consumo de la liendre por parte del famélico Sicaborón.

mox uvae granum tribiani repperit unum,

quem bibit, et musto factus alegrus abit. (III, 83–84)

[luego encontró un grano de uva de Trebbiano,

se lo bebe y puesto alegre por el vino se va.]

aquí no nos cabe la menor duda que expone una observación personal, la presencia de pequeñas moscas de vuelo lento y pesado, con vistosos ojos de color bermellón, Drosophila melanogaster Meig. (Diptera: Drosophilidae), sobre bayas u otras frutas maduras en extremo, hendidas, en las que resulta inminente la fermentación, etc. Esta es la mosca a la que señala el zoónimo Sicaborón (v. supra, n. 14) rey de los «mosquinos».

Strapassat montes, strapassat flumina, valles,

Tandem iunxit ubi campus uterque furit,

Dico, muscarum formicarumque catervae

Stabant iam guerrae pro dare signa pari. (III, 85–88)

[Sobrepasa montañas, sobrepasa ríos y valles

y finalmente llega a donde se agitan los dos campos,

es decir, donde las filas de moscas y hormigas ya estaban

a punto de dar sus respectivas señales de guerra.]

con la energía adquirida vuela al encuentro de los ejercitos enfrentados, moscas y hormigas con sus aliados, apostados en sus respectivas fortalezas (III, 89–94): las hormigas en una cabeza de caballo, las moscas en una cabeza de buey.

Los aliados de la hormiga vienen relacionados a continuación (III, 95–110), el único arácnido que interviene en la guerra, ragnus, s. [it. «ragno»; es. «araña»], aparece en primer lugar:

Formigenum testam, potius quam nuncupor urbem,

Muschifur insidiis clauserat arte suis;

Muschifur[31]etim. octipedum ragnorum maximus est dux,

qui dare formigen venerat abus opem;

condiderat largum sua gens ragnina stecatum,

quem sbusare potest artelaria nihil.

(III, 95–100)

[La ciudad, o más bien la cabeza de las hormigas, había sido

cerrada por medio de las trampas colocadas por Mosquifuro;

Mosquifuro es el comandante máximo de las arañas

de los ocho pies, y había venido a ayudar a las hormigas;

su gente, es decir, las arañas, había construido una gran valla,

en la que la artillería no puede en absoluto hacer agujeros.]

proporciona una precisión morfológica, los cuatro pares de patas característicos de arácnidos así como su predisposición para producir las telarañas; por otro lado la etimología del nombre del comandante en jefe resume su modo de vida, la depredación de moscas. Las especies aludidas son de condición sinantrópica, las que invaden las casas y otras dependencias: Tegenaria domestica (Clerk) (Aranei: Agelenidae); Segestria florentina (Rossi) (Aranei: Segestridae), etc.

El segundo grupo de guerreros reseñado aparece acogido al nombre pedocchius, s. [it. «pidocchio»; es. «piojo»]:

Ter centum vigilant noctesque diesque pedocchi,

semper et in muris «Fac bona guarda!» gridant.

Ipsorum regem Fitfolgel[32]etim. nomine dicunt,

qui gelvelphivi portat in ungue fidem. (III, 101–104)

[Vigilan de noche y de día trescientos piojos,

que sobre las murallas gritan siempre: «¡Estén en guardia!»

Llaman a su rey «Fitfolgel»

que lleva en la uña la fe del «gelvelfivo» (?).]

el puesto de vigias de modo implícito viene a significar la condición de parásitos sedentarios en el cuerpo de los mamíferos, incluido el hombre con el que se mantienen en asociación desde los tiempos más remotos, sinantrópicos (Doby, 1998). El reconocimiento especifico recae en Pediculus humanus (L.) (Anoplura: Pediculidae).

El tercero, el tropel de soldados que responden al nombre pulicus, s. [it. «pulce»; es. «pulga»] con su rey el Caganielo:

Caganiellus ibi formicis donat aiuttum,

qui pulicum plenas vexit otanta rates;

boscosam sub iure suo tenet ipse Lasenam[33]

subque suo imperio silva Canina iacet. (III, 105–108)

[Está allí para dar ayuda a las hormigas también Caganielo,

que ha conducido ochenta barcos llenos de pulgas;

bajo su mando el tiene la boscosa Lasena

y está bajo su dominio el bosque canino.]

reclutados, unos, en la boscosa Lasena, el sobaco, pertenecen a Pulex irritans L. (Siphonaptera: Pulicidae), la pulga del hombre, otros, en el bosque canino, pertenecen a Ctenocephalides canis (Curtis), (Siphonaptera: Pulicidae), la pulga del perro; esta cumple todo su desarrollo sobre su hospedante, alrededor del lugar, donde se aposenta, aparece un cerco de pequeñas manchas negras, esférulas, las deyecciones de sangre no digerida de los adultos de las que se valen las larvas para su sustento (Tremblay, 1997). Manifestación que ha servido para dar nombre al rey Caganielo (v. supra, n. 8).

El último grupo de aliados, reciben el nombre cimicus (cimex), s. [it. «cimice»; es. «chinche»]:

Hic erat et cimicum Putrifola[34]etim. nomine princeps

totum Lettiriae[35] possidet ipse fretum. (III, 109–110)

[Aquí estaba también el soberano de las chinches,

de nombre Putrífola, que domina todo el mar de Letiria.]

viene comandado por su rey de cuyo significativo nombre deducimos que producen olor repugnante y del de sus dominios, la cama, que viven en la compañía del hombre y a sus espensas, eusinántropos, desde los más remotos tiempos (Doby, 1998). La especie tiene por nombre científico, Cimex lectularius (L.) (Hemiptera–Heteroptera: Cimicidae).

A partir de aquí el interés entomológico resulta dispar, en la escena trasladada por completo al Infierno, en la que son utilizados los diablos (III, 137–154) se desgranan curiosas caracterizaciones de los guerreros que nos permiten afianzar las deducciones específicas:

Pluto iubet cunctas baratri scopare masones;

sub quibus albergum tanta brigata capit. (III, 137–138)

[Plutón ordena barrer todas las mansiones del abismo infernal,

que deben dar hospitalidad a tanta gente.]

Corniger extemplo sua spaciat antra Minossus:

hic animas pulicum foeda libido rapit. (III, 139–140)

[Inmediatamente el cornudo Minos va a barrer sus cuevas:

aquí la fatal pasión arrastra las almas de las pulgas.]

las pulgas invaden la intimidad del hospedante para acceder a su alimento, la sangre, creaban situaciones muy embarazosas cuando se trataba de la mujer;

Cerberus ignivomas aperit latrando ganassas,

ad quas muscarum turba gulosa ruit.

(III, 141–142)

[Cerbero ladrando abre las fauces que arrojan fuego,

hacia las cuales precipita la multitud de las moscas golosas.]

la mosca doméstica recurre de continuo a fuentes de alimentación de naturaleza diversa, para madurar ovarios y poner huevos;

Formicas niger expectat Sathanasus avaras,

optima spazzatur concava foppa quibus. (III, 143–144)

[El negro Satanás espera a las codiciosas hormigas,

para lo cual barre una excelente fosa cóncava.]

la hormiga, insecto social, se afana en el acarreo de provisiones para el mantenimiento de la colonia;

Sed muscolinis[36] aperit Draganizza cavernas,

qui circa buttas imbriagare solent.

(III, 145–146)»

[Draganizza abre sus cuevas para los mosquinos,

que están acostumbrados emborracharse alrededor de las barricas.]

aquí se decanta por una de las especies del complejo que engloba el término «mosquino», la inofensiva Drosophila melanogaster;

Sanguine viventes optat Malabranca tavanos,

non cessant morsu qui stimulare boves. (III, 147–148)

[Malabranca desea los tábanos que viven de sangre,

los cuales no dejan de estimular los bovinos con sus picaduras.]

los hematófagos tábanos con su aparato bucal perforador chupador causan verdadero tormento tanto a equinos, como a bovinos;

Stantes ad stradam Cagnazzus mirmiliones

allicit et grottas collocat intra suas.

(III, 149–150)

[Cagnazzo atrae los mirmiliones que están

en el suelo y los coloca en sus cuevas.]

recuerda los embudos cavados en suelos arenosos donde se desarrollan;

Foetentes cimicos guastantes tecta, letiras

Astaroth in bronzo valde bulire facit.

(III, 151–152)

[Astarot hace cocer para bien en el bronce

las chinches hediondas, que estropean casas y camas.]

el olor nauseabundo delata la presencia de las chinches refugiadas durante el día, en grupos, en resquebrajaduras, grietas de paredes, catres, rodapiés, etc;

Sacrilegos avidosque caput violare pedocchios

sollicita miseros Belial ungue terit.

(III, 153–154)

[Belial con la uña diligente aplasta los pobres piojos

sacrílegos y codiciosos de profanar cabezas.]

no nos cabe la menor duda para aseverar que habla de: Pediculus humanus subesp. capitis (De G.) (Anoplura: Pediculidae), pegado al pelo en la región occipital.

El desarrollo de los combates no resiste el análisis entomológico aunque nos permite completar la información sobre las caballerías que utilizan los guerreros:

Huic incontra venit Fitfolgel supra locustam,

quae velut alphanae fortia, fortis erat. (III, 201–204)

[Les viene en contra Fifolgel sobre una langosta,

la cual que era fuerte como una alfana.]

El rey de los piojos, «Fitfolgel» cabalga sobre la langosta, locusta, s. [it. «cavalleta»; es. «langosta»], un insecto ortóptero de ambiente natural, muy conocido por las devastadoras plagas que origina, sin embargo, Folengo no hace consideración alguna al respecto se limita tan solo a nombrarla y hablar de su grandor. No obstante, suponemos tuvo presente alguna de las especies autóctonas, Dociostarus maroccanus (Thunberg) (Orthoptera: Acrididae), Calliptamus italicus (L) (Orthoptera: Cantantopidae) y no a Schistocerca gregaria (Forskal), la famosa de la Biblia, la africana que hace grandes migraciones pero de la que «non abbiamo notizie certe d’invasioni in Italia (Silvestri, 1934-39, I. pág. 96)».

El rey de las hormigas, Granestor, se vale de su cabalgadura, forbesina, s. [it. «forfecchia»; es. «tajamocos[37]»]:

Sed tamen indretum subito quod tornet oportet,

nam sua Granestor prestiter arma ciet;

festucum faeni pro lanza primus aferrat

et forbesinam stricte speronat equam;

ista bifurcatam gestat mala bestia caudam,

ob cuius rapidam surgit arena fugam.

(III, 279–284)

[Sin embargo el debe rápido volver atrás, ya que

con gran carrera Granestor mueve sus armas;

él, estando en cabeza, sostiene un manojo de heno como lanza

y espolea con fuerza a su caballo, una «forfecchia»,

que es una bestia maligna[38] con la cola bifurcada,

la cual con su rápida carrera hace levantar la arena.]

cuya identificación específica resulta fácil porque se nos proporcionan detalles morfológicos y también del comportamiento bastante precisos: la bifurcación del extremo caudal del abdomen habla de una horquilla; la rápida carrera y dispersión de arena habla de la respuesta del insecto cuando queda al descubierto; todo esto nos lleva a reconocer la especie, forfecchia (Cherubini, 1827) o forbicina, esto es Forficula auricularia L. (Dermáptera: Forficulidae), un insecto de ambiente natural, lucífugo, refugiado durante el día bajo piedras, oquedades de árboles, etc. ocasiona daños a los cultivos (Berlese, 1924; Silvestri, 1934–39; Tremblay, 1995).

El «Scannacavalla» aparece en el fragor de la batalla a lomos de otra montura, pampognam, s. [it. «maggiolino»; es. «escarabajo sanjuanero»] :

Scannacavalla suam banderam tollit ad auras,

pampognam striccat, turba tavana sequit; (III, 297–298)

[«Scannacavalla» iza a los vientos su bandera y espolea

la «pampogna», seguido de la turba de los tábanos;]

aunque la confusión nominal queda aclarada porque esta voz dialectal es sinónimo de cantarella (v. supra; n. 8).

La cabalgadura de Caganielo es el gorgojo del haba, zaninus, s. [it. «tonchio»; es. «gorgojo»]

Iamque comenzabant tegnam gratare vicissim,

quando tulit campo Caganiellus opem;

supra zaninos seguitant pulicina fabenses

agmina, sed primus Caganiellus adest. (III, 305–308)

[Y ya comenzaban a golpearse unos a otros

cuando Caganielo vino a traer ayuda al campamento;

lo siguen las tropas de las pulgas a caballo

sobre los gorgojos de habas, pero Caganielo está en cabeza.]

el coleóptero de pequeñas dimensiones, Bruchus rufimanus Boh. (Coleoptera, Bruchidae), que ataca a las semillas de las habas de donde emergen los adultos en el granero (v. supra, n. 4).

La cabalgadura de Putrífola la cigarra, cigala, s. [it. «cicala»; es. «cigarra»]:

Putrifola ante alios rancabat supra cigalam,

post quem dimittit Siccaboronus equum. (III, 387–388)

[Putrífola delante de los demás corría sobre su cigarra,

y detrás de él Sicaborón lanza su caballo.]

las especies citadas son: Cicada orni L., Cicada plebeja Scop., etc. (Hemiptera–Homoptera, Cicadidae); esta misma cabalgadura se la aplica también a las arañas:

Tunc Mirnuca nimis tardatus convocat omnes

ragnos: «Eya – inquit –, me seguitate simul,

state simul stricti, mea numquam linquite terga,

namque facit grandes stricta caterva provas».

Dixit, et in restam ponens cum tergore lanzam

Agmina praecipiti cuncta traversat equo;

Gens illum ragnina sequit spronatque cigalas,

Heu, miserae muscae, vestra ruina venit. (III, 393–400)

[Entonces Mirnuca, que demasiado ha tardado,

convoca a todas las arañas y les dice: «Vamos, seguidme

y estad bien cercanos, no abandoneis nunca las mis espaldas,

que un grupo compacto hace grandes pruebas.

Así dijo, y poniendo su lanza en ristre con la coraza,

atraviesa precipitadamente a caballo todas las tropas;

las arañas lo siguen, espoleando a las cigarras:

ahí, pobres moscas, llega vuestra ruina.]

sin embargo, para el Mirnuca trae al gorgojo de las habas:

Aethera terribilis subito gridor alta momordit,

Cum Mirnuca procul vistus in arma fuit.

Quis bene Mirnucae vastum narraret asaltum?

Quisve suas posset recte docere provas?

Fronte minax urget celerem sperone zaninum,

Protinus hoc viso gens fugitiva redit.

(III, 403–408)

[De repente un terrible grito mordió el éter alto,

cuando Mirnuca desde lejos fue visto en armas.

¿Quién podría narrar correctamente el poderoso asalto de Mirnuca?

¿O quién podría mostrar adecuadamente su evidencia?

Amenazador en frente, el aprieta con la espuela su veloz gorgojo

y, en cuanto lo ve, inmediatamente la gente que huía se vuelve.]

por último expone una observación personal:

«Scannacavalla tamen fugiens tam fortiter urtat,

Inque plagis faciens grande foramen abit;

Multa tavanorum potuit scampare caterva,

Retia nam ragni forza tavana secat.

(III, 495–498)

[Sin embargo, «Scannacavalla», intentando de huir, choca contra

con tanta fuerza, y logra hacer un gran agujero en las redes y se va;

una gran cantidad de tábanos pudieron escapar, ya que

la fuerza de los tábanos puede cortar las redes de las arañas.]

los tábanos vuelan con tanta fuerza que atraviesan las telarañas y se ven libres de ser depredados.

Recapitulación

Los protagonistas en el poema zooépico «La Moschaea» aparecen recogidos en la Tabla 1 por sus nombres macarrónicos a los que se añaden los equivalentes en romance, italiano y español; son insectos en el estado adulto, con la excepción de mirmilio que se encuentra en el estado de larva; no obstante, el conjunto se completa con un único arácnido, ragnus (r. it. «ragno»; r. es. «araña»).

Tabla 1. Relación de los protagonistas

Denominaciones uninominales

MACARRÓNICO

r. italiano

r. español

MACARRÓNICO

r. italiano

r. español

cagafocus/cincidela/limpyrides

luciola

luciérnaga

mirmilio

formicaleón

hormigaleón

cantarella/pampogna

maggiolino

escar. sanjuanero

moschinus

moscerino

––

cariazzus/scaravazzus

scarabeo

escarabajo

musca

mosca

mosca

cigala

cicala

cigarra

panarottus

blatta

cucaracha

cimicus

cimice

chinche

pedocchius

pidocchio

piojo

forbesina

forfecchia

tajamocos

pulicus

pulce

pulga

formica

formiga

hormiga

tavanus

tafano

tábano

grillus

grillo

grillo

zaninus

tonchio

gorgojo

locusta

cavalleta

langosta

zenzala/cocinus/culices

zanzara

cénzalo

La repartición dentro de la Clase Insectos, en el siguiente taxón obligatorio, Orden, descubre la gran diversidad morfológica presente; cinco órdenes corresponden a Heterometábolos (ἕτεροϛ, otro; μεταβολή, cambio), de metamorfosis sencilla, otros cinco a Holometábolos (ὅλοϛ, completo; μεταβολή, cambio), de metamorfosis completa (Tabla 2).

Tabla 2. Distribución en el segundo nivel, taxón Orden

CLASE INSECTOS

CLASE ARÁCNIDOS

División Heterometábolos

División Holometábolos

Orden

nombre

Orden

nombre

Orden

nombre

Blatodeos

panarottus

Neurópteros

mirmilio

Arañas

ragnus

Ortópteros

grillus

Dípteros

moschinus

locusta

musca

Dermápteros

forbesina

tavanus

Ptirápteros

pedocchius

zenzala

Hemípteros

cigala

Sifonápteros

pulicus

cimicus

Coleópteros

cagafocus/cincidela/lympirides

cantarella/pampogna

cariazzus/scaravazzus

zaninus

Himenópteros

formica

La traslación de cada denominación uninominal en binomial, en conformidad con el texto, descubre la realidad biológica subyacente, la especie o especies designadas, a la vez que se completa el cuadro zoológico con otro taxón obligado, Familia (Tabla 3).

Tabla 3. Denominaciones binomiales

Orden

nombre

familia

especie

CLASE INSECTOS

A. División Heterometábolos

Blatodeos

panarottus

Blattidae

Blatta orientalis L.

Dermápteros

forbesina

Forficulidae

Forficula auricularia L.

Ortópteros

grillus

Gryllidae

Gryllus campestris L.

locusta

Acrididae

Dociostarus maroccanus (Thunberg), etc.

Ptirápteros

pedocchius

Pediculidae

Pediculus humanus L.,

Hemípteros

cimicus

Cimicidae

Cimex lectularius (L.)

cigala

Cicadidae

Cicada plebeja Scop.

B. División Holometábolos

Neurópteros

mirmilio

Myrmeleontidae

Myrmeleon formicarius L. M. inconspicuus Rambur, etc.

Dípteros

moschinus

Ceratopogonidae

Leptoconops bezzi Noè, L. irritans Noè

Phlebotomidae

Phlebotomus papatasi (Sc.) etc.

Drosophilidae

Drosophila melanogaster Meig. etc.

musca

Asilidae

asilido sp.

Muscidae

Musca domestica L., Stomoxys calcitrans (L), etc.

Calliphoridae

Calliphora vicina R. D., Lucilia sericata (Mieg.), etc.

tavanus

Tabanidae

Tabanus bovinus L., Haematopota pluvialis L., etc.

zenzala

Culicidae

Culex pipiens L. etc.

Sifonápteros

pulicus

Pulicidae

Ctenocephalides canis (Curtis), Pulex irritans L.

Coleópteros

cagafocus/cincidela

Lampyridae

Lampyris nocticula L., Luciola lusitanica Charp., etc.

cantarella/pampogna

Scarabaeidae

Melolontha melolontha (L.), Phylloperta horticola (L.)

cariazzus/scaravazzus

Scarabaeidae

Scarabaeus sacer L.

zaninus

Bruchidae

Bruchus rufimanus Boh. etc.

Himenópteros

formica

Formicidae

Messor barbarus L., Crematogaster scutellaris (Oli.), etc.

CLASE ARÁCNIDOS

Arañas

ragnus

Agelenidae

Tegenaria domestica (Clerk), etc.

Segestridae

Segestria florentina (Rossi), etc.

El conjunto está constituido por especies de vida libre, en ambiente natural o sinantrópico, pertenecen sin excepción a la diversa fauna que alberga la región biogeográfica mediterránea; son una muestra de las que guardan estrecha relación con el hombre, desde muy pronto, unas le originan daños directos por picadura, otras menoscaban las producciones agrícolas, algunas molestan por sonidos o causan impacto por luminiscencia, etc.

Los dos bandos enfrentados (Tabla 4) exhiben desiguales aparejos para la guerra. El de las moscas está formado por las larvas del neuróptero mirmilio, depredadoras de hormigas, así como por adultos de dípteros, buenos voladores que causan daños por picadura al hombre y los animales (Tabla 4A). Todos de ambiente natural aunque en los complejos de musca y de moschinus hay representantes sinantrópicos.

Tabla 4. El contingente bélico

A. – La mosca y aliados

B. – La hormiga y aliados

C. – Caballerías

Orden

nombre

Orden

nombre

Orden

nombre

Neurópteros

mirmilio

Arañas

ragnus

Blatídos

panarottus

Dípteros

moschinus

Ptirápteros

pedocchius

Dermápteros

forbesina

musca

Hemípteros

cimicus

Ortópteros

grillus

tavanus

Sifonápteros

pulicus

locusta

zenzala

Himenópteros

formica

Hemípteros

cigala

Coleópteros

cagafocus/cincidela/limpyrides

cantarella/pampogna

cariazzus/scaravazzus (a. carga)

zaninus

Las hormigas llevan en su compañía: a chinche, piojo y pulga, insectos adultos, ápteros como ella y la araña (Tabla, 4B). La hormiga, de ambiente natural, causa daños en la agricultura pero el resto, sinántropos, se los causan al hombre por picadura aunque la araña de modo fortuito.

El gremio de las caballerías, monturas o recuas, todo él corresponde a insectos adultos alados (Tabla, 4C). En este variado grupo nos encontramos con los que menoscaban las producciones agrícolas: forbesina, cantarella/pampogna, locusta, panarottus, zaninus; molestan por ruidosos: cigala, grillo; proporcionan beneficios: cariazzus/scaravazzus; resultan indiferente: cagafocus/cincidela/limpyrides.

Los doce zoónimos formados por composición reconocidos (Tabla 5), son los nombres de los supuestos dignatarios que marchan a la cabeza de las tropas, figuras ficticias carentes de aval biológico. Aquéllas se mueven en la naturaleza con total independencia, aunque no resulta extraño observar agrupamientos, los más, fortuitos u ocasionales (p. e. moscas) o por simple gregarismo (p. e. chinches), algunos, complejos y coordinados en los que constituyen sociedades (p. e. hormigas).

Tabla 5. Los dignatarios

Caganiellus (pulicus)

Fitfolgel (pedocchius)

Granestor (formica)

Mirnuca (formica)

Mirpraedo (mirmilio)

Muschifur (ragnus)

Putrifola (cimicus)

Ragnifuga (musca)

Sanguileo (musca)

Scannacavalla (tavanus)

Sgnifer (zenzala)

Siccaboronus (moschinus)

La figura más sorprendente es la de Sicaborón, una creación imaginativa de Folengo dentro de un taxón, moschinus, con alta ambigüedad (Santiago–Álvarez, 2012; pág. 385) porque se aplica para pequeños dípteros de diferentes familias, unos picadores y otros inofensivos.

Cándido Santiago Álvarez
Catedrático emérito de Entomología Agrícola
E. T. S. I. A. M. Universidad de Córdoba (España)



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NOTAS

[1] El estudio parte del texto de Folengo (Moscheae, 1ª edi. Venecia, 1521) recogido en «Opus Merlini Cocaii poetae Mantuani Macaronicorum (MOSCHEAE Facetus liber in tribus partibus diuifus, & tractans de cruento certamine Mufcarum & Formicarum. pp. 494–531)». Venecia, 1581 (BN. U/5877. Madrid); aunque las citas textuales proceden de su equivalente, «La Moschaea nella redazione Toscolanense», editado por M. Zaggia (1987), van anotadas por Liber y verso en numeración romana y decimal respectivamente, con traducción libre a la lengua española de la italiana ofrecida por el editor.

[2] Para una mejor comprensión hemos optado por el nominativo singular de los nombres aparecidos en el texto macarrónico, ateniendonos a las consideraciones expuestas por Zaggia (1987) en el Glossario, págs. 689–823.

[3] etim. Sanguileo: del lat. sanguis, –inis, (sangre), leo, –onis, (león): el que hace sangrar a los leones (Zaggia, 1987)

[4] La voz dialectal zanin es equivalente a tonchio dei legumi (Ratti, 1990); gorgoglione, tonchio, pinzacchio (Cherubini, 1827), en español, gorgojo; coleópteros de pequeñas dimensiones, Bruchus pisorum (L), del guisante; B. lentis Frohl. de la lenteja; B. rufimanus Boh. del haba, etc. (Coleoptera, Bruchidae), cuyas hembras invaden los cultivos para realizar la puesta sobre las vainas, las larvas se desarrollan en las semillas de las que emergen los adultos en los graneros (Berlese, 1924; Pollini, 1998).

[5] Así en Le vinti giornate dell’agricoltura (Gallo,1572): Vinc. Havereste voi per sorte secreto alcuno per conservar le fave da i vemicelli, che nascessero dentro, como fanno per l’ordinario?

Gio. Bat. Bisogna come son fatte suori delle tavelle, ò teghe, farle ben seccare subito: percioche, quanto più sono ben secche, & cavate per Luna vecchia da la terra, tanto più tardano quegli animaletti a venirvi dentro. (Giornata seconda. pág. 50)

[6] etim. Ragnífuga: del it. ragno (araña), lat. fugio, is, fugi, fugitum (huir, evitar, fugarse, escaparse): el que huye, evita, escapa de la araña.

[7] etim. Scannacavalla: del ital. scannnare (matar) y cavalla (yegua): el que mata caballos.

[8] Ricordo d’Agricoltura (Tarello, 1567): «Potando vigne, che ſono ſolite eſſere offeſe, e mangiate di Maggio dalle cantarelle, o pampogne, [….] (fol. 40r)» [Podando las vides, que suelen ser atacadas, y comidas en mayo por «cantarelle», o «pampogne»].

[9] etim. Caganiellus: del it. cacare, o cagare, defecar, y niello que a su vez deriva del lat. nigellus, adj. dim. de niger, negro; que defeca negro, obscuro.

[10] etim. Sgnifer: nombre con grafía confusa aunque guarda relación con la voz griega κνίψ ó σκνίψ cuyo sentido es “el que pica, pellizca” (Gil Fernández, 1959, pág. 114).

La inspiración partió, con toda seguridad, del término griego σκνῖφες de La Septuaginta que señala al insecto causante de la tercera plaga de Egipto: «Εἶπε δὲ Κύριος πρὸς Μωυσῆν· εἰπὸν ᾿Ααρών, ἔκτεινον τῇ χειρὶ τὴν ράβδον σου καὶ πάταξον τὸ χῶμα τῆς γῆς, καὶ ἔσονται σκνῖφες ἔν τε τοῖς ἀνθρώποις καὶ ἐν τοῖς τετράποσι καὶ ἐν πάσῃ γῇ Αἰγύπτου (Εξοδος 8: 12 ss)»; cuya traslación latina sciniphes aparece en la Vulgata: «Dixitque Dominus ad Moysen: Loquere ad Aaron: Extende virgam tuam, et percute pulverem terrae: et sint sciniphes in universa terrae Aegypti (Exodos 8: 16 ss)». Pero nuestro autor se vio confuso, para s. Isidoro: «Sciniphes muscae minutissimae sunt, aculeus permolestae. Qua tertia plaga superbus Aegyptiorum populus caesus est (Etim. XII, 8, 14)». [Los cinifes son unas moscas pequeñísimas, sumamente molestas a causa de sus aguijones. La tercera plaga con que fue azotado el soberbio pueblo de los egipcios]; para s. Alberto: «Cyniphes sunt vermes volantes longis cruribus, parvulae muscae in capite habentes rostra, quibus perforant pelles hominum: maxime nascuntur ex humore, et juxta aquas abundant. Sequuntur autem spiritus humidos exhalantes ex animalibus, praecipue ex hominibus: et haec est causa, quod in sero volant, et directo volant in aere super capitas sudantium. (De Animalius, Lib. XXVI, pág. 678)» [Los cínifes son gusanos con largas patas y que vuelan, pequeñas moscas que tienen un pico en la cabeza, con el cual ellas pican la piel del hombre: surgen de un humor y proliferan en proximidad de las zonas húmedas. Siguen el espíritu húmedo que exhalan los animales, en especial de los hombres. Esta es la razón por la que, al final del día, vuelan por encima de la cabeza cuando se transpira (trad. del autor)], porque en realidad se trata de los ceratopogónidos, en vulgar moschinus (Doby, 1998; III).

[11] Del lat. culex, –icis: «Culex ab aculeo dictus, quod sanguinem sugit. Habet enim in ore fistulam in modum stimuli, qua carnem terebrat ut sanguinem bibat». [El mosquito (culex) recibe su denominación de su aguijón (aculeus), porque chupa sangre. En efecto, su boca está provista de una fistula a modo de puya, con la que penetra la carne para beber la sangre]. (S. Isidoro, Etim. XII, 8, 13)

[12] Voz dialectal: cosin del lat. culicinus, zanzara (Cherubini, 1827)

[13] En lengua castellana reina la consfusión en torno a estos pequeños dípteros, de modo inapropiado, se siguen disponiendo dentro de la voz mosquito (Santiago–Álvarez, 2021, pág. 94).

[14] etim. Siccaboronus: del lat. sicco, as, are (secar, enjugar), del dial. borone [tappo, zaffo], (canilla, espita, tapón, Cherubini, 1827): el que seca canillas, tapones, etc. de barriles (Zaggia, 1987)

[15] alude al «tartarico» que se de posita en los barriles donde ha fermentado el mosto

[16] las bodegas donde están dispuestos los barriles

[17]Apis melífera L. (Hymenoptera: Apidae); sabemos que la abeja melífera, pica con el aguijón caudal por reacción defensiva cuando alguien interfiere en su marcha.

[18] esto es, bota.

[19] Esta voz formada por composición, (del gr. μύρμηξ, –ηκος; hormiga y λέων, –οντος; león) es sinónimo de mirmecoleon (del gr. μύρμηκος, gen. s. de μύρμηξ, y λέων) documentado en la Septuaginta (Beavis, 1988; Gil Fernández, 1959): «μυρμηκολέων ὤλετο παρὰ τὸ μὴ ἔχειν βοράν (Job, 4,11)» [el mirmicoleón pereció falto de alimento (trad. del autor)]

[20] etim. Mirpraedo: del gr. μύρμηξ, –ηκος (hormiga) y del lat. praedor, –aris, –ari (robar, asaltar): asalta hormigas; que depreda hormigas.

[21]myrmicoleon quippe parvum valde est animal, formicis adversum, quod se sub pulvere abscondit et formicas frumenta gestantes interficit interfectasque consumit. Myrmicoleon autem latine dicitur vel formicarum leo vel certe expressius formica pariter et leo. Recte autem formica et leo nominatur, quia sive volatibus seu quibuslibet aliis minutis animalibus formica est, ipsis autem formicis leo. Has enim quasi leo devorat, sed ab illis quasi formica devoratur (Mor. V, 16).

[El mirmicoleón es un pequeño animal, contario a las hormigas, el cual se esconde bajo el polvo y a las hormigas que trasportan granos de trigo las mata y las consume. Mirmicoleón en latín quiere decir o león de las hormigas o en realidad hormiga y león aun tiempo. Con razón se nombra hormiga y león, porque para las aves que vuelan o cualquier otro animal pequeño es hormiga, y para las hormigas es león. A estas devora como león, pero por aquellos devorados como hormigas (trad. del autor].

[22] Se trata del véspido social, Vespa crabro L. (Hymenoptera: Vespidae) (Santiago–Álvarez, 2021, pág. 4).

[23] Zenzala (it. zanzara), del lat. tardio zinzala, onomatopeya del sonido producido por vibración alar (Ratti, 1990); documentada a comienzos del s. xiv: La divina commedia (Dante Aligheri, 1304–1321): «come la mosca cede alla zanzara (Inf. XXVI, v. 28)» donde se alude a especies de dípteros nematóceros (Melis, 1956), pertenecientes a los géneros Culex sp., Anopheles sp., Aedes sp. (Diptera: Culicidae), cuyas hembras son hematófagas.

[24] La grafía correcta es: cicindela (Zaggia, 1987, pág. 633).

[25] La grafía correcta es: lampírido (Zaggia, 1987, pág. 633).

[26] Voz dialectal, lucciola (Ratti, 1990).

[27] Voz dialectal, pipistrelo (Cherubini, 1827); en español, murciélago

[28] calcinelli = Donax trunculus L. (Molusco, Bivalvo, O. Veneroida, fam. Donacidae), it. calcinello; es. coquina

[29] etim. Granestor: del lat. granum, i, (grano, semilla) y edo, is, ere, edi, esum, (comer, consumir, devorar): que come granos.

[30] etim. Mirnuca: del gr. μύρμηξ, (hormiga) y del lat. nux, –cis, (fruto de cascara dura): hormiga en nuez u hormiga de nuez

[31] etim. Muschifur: del lat. musca, ae (mosca) y furor, aris, ari (robar, hurtar, sorprender): ladrón de moscas.

[32] etim. Fitfolgel: etimología aun no descifrada (Zaggia, 1987)

[33] Lasena, es voz dialectal que significa: axila, sobaco (Cherubini, 1827)

[34] etim. Putrifola: del lat. puteo, es, ui, ere (oler mal, exhalar mal olor) y del it. folla, (mucho): desprende olor nauseabundo.

[35] Señala el «letto», esto es, la cama (Zaggia, 1987. pág. 360), lugar donde las chinches encontraban durante la fotofase las condiciones para refugiarse en grupos.

[36]Muscolin, musculin, es voz dialectal que equivale a moscerino (Ratti, 1990)

[37] Santiago–Álvarez, 2021, pág. 81, n. 4.

[38] Este apelativo procede de la infundada creencia que la forbicina (Forfìcula auricularia) entraba en el oído del hombre y ocasionaba daños con las mandíbulas. Aunque no se descarta la penetración de manera accidental, en modo alguno tiene consecuencias adversas. (Camerano, 1879, pág. 175).



La Moschaea de Teófilo Folengo (Venecia, 1521) desde el punto de vista de la Entomología

SANTIAGO ALVAREZ, Cándido

Publicado en el año 2022 en la Revista de Folklore número 479.

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