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La mitología eslava es la expresión del sistema de creencias cosmológicas y religiosas que los antiguos pueblos eslavos tenían antes de que adoptaran la religión cristiana. Se piensa que pudo desarrollarse a lo largo de 3 000 años y que algunas creencias provienen del Neolítico o incluso del Mesolítico.
La primera referencia a los eslavos en la historia escrita la hace en el siglo vii el historiador bizantino Procopio de Cesarea, en cuya Bellum Gothicum (Guerra de los godos) describía las creencias de cierta tribu eslava meridional que había cruzado el río Danubio con dirección al sur en solo dos días.
Otro documento de gran valor es la Chronica Slavorum (Crónica de los eslavos), escrita a finales del siglo xii por Helmold, un sacerdote germano, que menciona al demonio Zerneboh, al dios Porenut, a la diosa Siwa, a algunos dioses sin nombre cuyas estatuas tenían múltiples cabezas y finalmente al gran dios Svantevit, a quien se adoraba en la isla de Rügen y que era, según Helmold, el más importante de los eslavos occidentales.
Dioses o deidades de la mitología eslava
La creencia popular eslava sostiene que el mundo se organiza de acuerdo a una dualidad cósmica opuesta y complementaria a través de la cual se expresa el Dios supremo, representado por Belobog «Dios Blanco» y Chernobog «Dios Negro», que colectivamente representan deidades celestiales, masculinas y deidades femeninas-terrenales, o dioses de luz en crecimiento y menguantes, respectivamente.
Los dos también están encarnados por Svarog-Perun y Veles, quienes han sido comparados con la Mitra Indo-Iraniana y Varuna, respectivamente. Todos los dioses masculinos brillantes, especialmente aquellos cuyo nombre tiene el sufijo atributivo -vit, «señor», son epítetos, que denotan aspectos o fases en el año de la fuerza radiante masculina, personificada por Perun el «Trueno» y el «Roble», Veles, como destaca la etimología de su nombre, es en cambio el dios de la inspiración poética y de la vista.
La base Mokosh «Húmeda», la gran diosa de la tierra relacionada con la Anahita indoiraní, siempre ha sido el centro de una fuerte devoción popular, y todavía es adorada por muchos eslavos, principalmente rusos.
Svetovid: El dios del Universo. Una de las deidades eslavas más importantes. A veces se cree que es una variante del dios Perun, pero normalmente se acepta que era una deidad completamente diferente. A veces Svetovid era representado en el caballo blanco, más a menudo con un arco o espada en una mano y un cuerno para beber en la otra. Algunos investigadores creen que cuando el cristianismo llegó a los países eslavos, Svetovid se transformó en San Vito.
Jarilo: dios de la vegetación, la fertilidad y la primavera
Dažbog: Era el dios del sol, cuya fama llegó a ser tan grande que comenzó a ser considerado como un héroe cultural. La gente solía pedirle ayuda cuando deseaba riqueza. Era el patrón de los que querían llevar el poder en sus manos. La versión serbia de la leyenda lo describe como un señor de la clandestinidad, bastante oscuro pero también impresionante Dios, cuyos atributos son los metales preciosos.
Perun: Sus armas eran truenos y relámpagos. Era un dios supremo, uno de los más poderosos entre las deidades Eslavas. Estaba relacionado con muchos atributos diferentes. En realidad, había tantos, que podemos concluir que Perun era un dios de todo en la Tierra, pero los más importantes eran el iris, el roble, el águila, las armas, los caballos, los carros, las montañas, el viento, el agua.
Veles: Su reino era el inframundo, los corredores de la tierra y las aguas. Puedes intentar encontrarlo en las zonas húmedas. Se creía que era una deidad barbuda interesada en la música, la magia y los trucos. A Veles le encantaba la riqueza, por lo que muy a menudo aparecía en rituales o celebraciones relacionadas con la cosecha. Además, algunos investigadores creen que era una versión eslava de Mitra.
Rod: El que creó todo lo que existe, el dios supremo que dio a luz. Una de las deidades que tanto asustaba al cristianismo que a menudo se le mencionaba en obras didácticas que presentaban a los paganos como seguidores del poder maligno. Su culto era popular en todas las regiones eslavas.
Berstuk: Era el dios malvado del bosque. A éste, conocido como el espíritu del bosque, se le llamaba a menudo «la deidad del mal». Tenía una naturaleza tan complicada como malvada, le gustaba pasar tiempo en las zonas salvajes de los bosques y se parecía un poco al fauno, tenía un aspecto humano con las patas de cabra.
Svarog: Algunas personas lo llaman el Hefistos eslavo, y tiene mucho sentido. Era un dios del fuego cuyo apoyo era realmente apreciado en Goldsmith. También era una deidad solar, cuyo fuego celestial sostenía a los que trabajaban en una herrería.
Hors: El dios sanador. Cuando el sol apareció en el cielo durante el invierno, la gente sabía que el dios Hors les ayuda a sobrevivir , exigiendo tiempo. Era un curandero, cuyo apoyo significaba la victoria sobre la enfermedad. Él trajo energía sanadora y calmante. Apareció en un famoso texto titulado «Cuento de la campaña de Igor».
Stribog: Era un dios de los vientos, el aire y el cielo. Entre los dioses eslavos, él era el que se cree que es el abuelo de los vientos de las ocho direcciones. Varias aldeas y tierras polacas y rusas fueron nombradas para honrar a Stribog.
El mito de la creación del mundo por Rod
Primero no había nada más que caos, todo era uno. Entonces el antiguo dios Rod descendió a la tierra en un huevo de oro, y se puso a trabajar. Primero, decidió dividir la luz y las tinieblas, y del huevo de oro que había allí, salió el sol, iluminando todo a su alrededor. Detrás vino la luna, tomando su lugar en el cielo y en la noche.
Luego creó las vastas aguas alrededor del mundo, y después de eso surgió la vasta tierra. De esta tierra empezaron a crecer los árboles, los animales salieron de los bosques y los pájaros empezaron a cantar. Él creó un arco iris, para dividir la tierra y el mar, la verdad y la mentira.
Entonces se paró sobre el huevo dorado, Rod se detuvo un momento y miró a su alrededor. Estaba satisfecho con los frutos de su trabajo, pero decidió que algunas cosas todavía faltaban en este mundo, así que el Dios respiró en el suelo – y el viento crujió en los árboles y de su aliento nació ella, la diosa del amor Lada.
Dividió el mundo en tres reinos: El cielo, la tierra y el inframundo. Primero creó a los dioses, que deben mantener el orden en la tierra, luego creó a los hombres y, por último, un refugio para los muertos. En la creación de tres reinos a través de ellos un gigantesco roble comenzó a crecer; el Árbol del Mundo, que ha crecido desde la semilla lanzada por el creador.
Sus raíces están escondidas en el mundo de los muertos, atravesando el reino terrenal y la corona que sostiene el cielo y el cielo. Pobló el reino de los cielos por los dioses. Luego, junto con Lada, creó un poderoso dios Svarog. Respirando vida en él, Svarog se convirtió en el leal ayudante del creador Rod: pavimentó el camino del sol a través del cielo y el camino de la luna en el cielo de la noche.
Cómo Chernobog quería capturar el universo
Originado en tiempos antiguos, el malvado dios Chernobog, el señor de las tinieblas, tenía su mente abrumada por la injusticia y el pensamiento sombrío. Sucumbió a las tentaciones del mundo y planeó someterlo, así que se convirtió en la Serpiente Negra y salió de su guarida.
Svarog era el dios que mantenía un ojo en el mundo, ya que sentía que algo andaba mal no fue a su forja y acarició su poderoso martillo contra la forja ardiente para crearse más dioses que le ayudarán.
El primero que nació del fuego de la forja fue Dazhbog, luego Horse, Stribog y Simargl. Mientras se creaban nuevos dioses, la Serpiente Negra se arrastró sobre la tierra para corromperla y a los hombres que vivían en ella. Svarog envió a Dazhbog y Simargl a ver lo que está sucediendo en la tierra de los hombres, y al ver que tenían algo que ver, muchos ya han sido corrompidos por Chernobog y una guerra estaba a punto de comenzar.
Volviendo al Nav Svarog fue informado por sus hijos que una guerra entre el bien y el mal comenzará. Svarog los escuchó y comenzó a golpear su forja celestial para armar a su ejército, porque para derrotar a Chernobog tuvo que luchar con intensidad luminosa.
Chernobog corrompió tanto a los hombres que él y sus fuerzas malvadas del mundo lucharon finalmente su camino en el palacio celestial en la cima del árbol del mundo, en su locura comenzaron a invadir el mundo de Svarogs forjarse a sí mismo.
Rápidamente Svarog creó un cofre mágico y tan pronto como Chernobog apareció en la puerta de la forja, Svarog pidió la ayuda de los dioses de sus hijos y juntos vencieron a la serpiente.
Finalmente capturando Chernobog en el pecho, el dios negro maldito fue derrotado, y en su miseria le pidió a Svarog que perdonara a su descendencia malvada, los hombres de este mundo. Svarog decidió perdonar a los hombres en su justicia y porque al final él mismo creó a los hombres defectuosos como son.
Sin embargo, había una condición para evitarlos, dijo a Chernobog que nunca más el mundo podría ser controlado por la oscuridad en su totalidad, y Chernobog tuvo que estar de acuerdo.
El mundo de los hombres fue restaurado y la mitad del mundo de nuevo fue cubierto por la luz del día que brillaba desde la ardiente fragua de Svarog, mientras que la otra mitad permaneció en la oscuridad, así es como el ciclo de la noche y el día llegó al mundo de los hombres.
Los 10 dioses eslavos que sobrevivieron al cristianismo
1. Rod
Dios del cosmos y creador del universo, gobierna sobre el resto de divinidades ostentando un poder absoluto.
Rod en eslavo antiguo significa vara, parentesco, tribu simbolizando el origen de todas las cosas. También, entre los eslavos del sur, era nombrado como Sud, que significa juez, lo que hace referencia a su papel de conocedor el destino de cualquier ser. Entre los cristianos se le denominaba Chrodo o Hrodo.
En la antigüedad, los eslavos honraban al Dios Supremo realizando una fiesta cada vez que nacía un niño, para agradecerle la buena fortuna y que protegiera al infante de todo mal.
Se representa encima de un pez, llevando en una mano una rueda, símbolo de los ciclos del universo, mientras que con la otra mano porta un cubo de flores, que encarna la naturaleza.
2. Julius
Julio César, estratega sin parangón, conquistador de la Galia y líder absoluto de la República romana hasta su asesinato, fue adorado como un dios por la habitantes eslavos de la ciudad de Wolin. Considerado como el patrón de la ciudad y su protector, existía un pilar de madera con una vieja lanza, que se creía que había pertenecido al general romano.
3. Belebog/Chernebog
Su nombre significa literalmente Dios blanco (bieli) y Dios negro (cherni). Es una divinidad dual, que representa las dos caras de la existencia, bien/mal, luz/oscuridad hombre/mujer, etc. Encarna multitud de formas desde Zirnitra (dragones) hasta Razi (redentores, entidades positivas). Belegog monta sobre un caballo moteado, ostentando en su mano derecha una flauta, mientras que Chernebog es un anciano perverso equipado con una lira, que se sirve de un dragón encadenado como montura.
4. Perun
Dios del trueno y el fuego, es uno de las divinidades más veneradas en la cosmogonía eslava. Es la personificación de la fuerza masculina, la virilidad y la guerra. Muy similar al Thor escandinavo, Perun significa literalmente en eslavo antiguo «rayo».
Prueba de su importancia, es su mención en la Crónica de Néstor, donde se comenta que había una estatua del dios en el trono de Kiev. En la iconografía, Perun es representado como un guerrero poderoso de luenga barba, portando un arco y un carcaj con flechas, que tenían el poder de los relámpagos. Entre los cristianos se asoció su figura a la de San Elías.
5. Radegast
La iconografía lo representa bicéfalo, con una musculatura poderosa. Porta un cuerno coronado con un cisne en lo alto, mientras se cubre la cabeza con un yelmo en forma de toro. Muchos expertos en religiones lo consideran muy similar al dios Vishnu de la India.
6. Veles
Dios de la naturaleza, la fertilidad y los bosques, en la mitología eslava es adversario de Perun. Amante de las travesuras, la riqueza y los dragones, tiene muchas similitudes con el Loki nórdico. Muy venerado por los pastores debido la protección que ejercía sobre el ganado, su nombre deriva de la palabra wel (lana). Se le representa con cuerpo de sierpe, luenga barba y astado, con cuernos de toro o ciervo.
7. Svetovid
Se le denomina el «Señor del Poder» y es un dios de cuatro cabezas, dos de ellas mirando hacia delante y las otras dos hacia atrás. Sus esferas de control son la adivinación, la guerra y la luz. Es una de las divinidades más veneradas entre los eslavos antiguos, ya que muchos dioses son representaciones o avatares de Svetovid.
En la isla de Rujen, el dios contaba con un santuario destacado donde existía una estatua gigante de madera en su honor, que los fieles veneraban con fervor.
También debido al conocimiento del futuro que poseía Svetovid, los sacerdotes del templo predecían el porvenir, mediante los dados y la observación de un caballo blanco consagrado al dios.
Por desgracia, en 1168 los daneses se apoderaron de la isla y destruyeron el templo poniendo fin al culto.
8. Svarog
Dios celestial del fuego y la herrería, su nombre significa «Portador del Sol». Maestro del resto de dioses (a excepción de Rod) y exterminador de dragones, controlaba también los cielos y las aves. Se le representa en forma de halcón, o como un humano de múltiples cabezas rodeado por un aura flamígera.
9. Ny
Dios de los infiernos, es el guía de las almas difuntas que descienden a las profundidades. Se asocia con el agua, las serpientes, el fuego y los terremotos. Con un aspecto aterrador, el culto ortodoxo lo personificó como el Diablo. Se le representa de forma serpentina con tres cabezas, montado encima de un feroz jabalí y portando un báculo en la mano derecha.
10. Devana
Es la deidad de la caza y los bosques. Conocida como la «Madre del Bosque» es la pareja del dios Veles. Se le representa como una joven fuerte y hermosa, rodeada de animales y portando en su mano izquierda una flecha. El animal sagrado de esta divinidad es la yegua. A principios de primavera se celebra una fiesta en su honor, denominada Vrbopuc.
Otros seres mitológicos eslavos
Azhdaya
Es la versión demoníaca de Zmay (Zmey, Dragón). Creado a partir de una serpiente que vivió hasta 100 años y se comió a otra. Normalmente en las historias tienen un número impar de cabezas, raramente dos. Escupen fuego, tienen un rugido terrible y una mirada maligna en sus caras. Viven en cuevas o montañas, de donde escapan y causan granizadas y devoran humanos o ganado.
Alkonost
Proviene del folklore ruso y vive en Iriy (Cielo). Ella es representada como un pájaro con cabeza y torso de mujer que tiene una hermosa voz y está enviando mensajes desde el otro mundo. Durante el invierno, pone los huevos en la orilla del mar, y luego los deja caer en el fondo del mar. En ese momento, el mar está en calma, pero después de siete días, cuando los huevos eclosionan, las fuertes tormentas estarán causando estragos. Por eso, Alkonost es responsable del clima.
Baba Yaga
Es una bruja, conocida en los países eslavos orientales. En la mayoría de los cuentos, se la representa como un ser malvado que cabalga sobre una escoba o un mortero, empuña un mortero y asusta y se come a los niños; sin embargo, en muy pocos cuentos da su sabiduría a los protagonistas. Vive en una cabaña en el bosque que tiene patas de pollo.
Babaroga
Es una criatura conocida entre los eslavos del sur. Se la representa como una anciana muy fea, jorobada, con un cuerno en la cabeza, que vive en cuevas oscuras. Según los cuentos populares, a Babaroga le gusta robar niños traviesos y llevarlos a su guarida.
Balachko
Es un gigante de tres cabezas de cuentos serbios. De una cabeza podía escupir fuego, de la segunda podía respirar viento frío. Cuando agotaba sus armas mágicas, era fácil de matar.
Bogatyr
Era un héroe guerrero medieval ruso, comparable con el caballero andante de Europa occidental.
Gamayun
Es un ave profética del folklore eslavo oriental. Al igual que Alkonost y Sirin, se la imagina como un pájaro grande con cabeza de mujer hermosa que vive cerca de Iriy. Como mensajera del Dios Veles, difundió mensajes y profecías divinas a todos los que podían oírla. Ella sabía todo sobre la creación del cielo y la tierra, dioses, héroes, criaturas, animales y pájaros. Cuando vuela desde el Este, podría traer tormentas mortales.
Domovoi
(También Domovik, Matsich). Es el espíritu de las casas conocido en todos los países eslavos. Representado como un pequeño hombre de mediana edad con capa de piel, cuidaba casas y cuidaba el ganado y, por lo tanto, estaba conectado con el Dios Veles. Podía transformarse en perro, gato y vaca, raramente y en serpiente o rana. Vivía a menudo en un rincón cerca del hogar, en el ático o en el jardín. Se le podía oír, pero era peligroso ser visto. Si la gente no le rinde tributo (en forma de pan o trigo), podía abandonar su hogar y causar enfermedades a los habitantes y al ganado.
Cuentos rusos
Son muchos los cuentos rusos. A modo de ejemplo, ofrezco aquí dos.
El cuervo y el cangrejo
Iba volando un cuervo sobre el mar cuando vio que un cangrejo salía a la arena, lo agarró -¡zas!- y tiró hacia el bosque para merendárselo, pensando en cualquier rama.
Al darse cuenta de que iba a morir, le dijo el cangrejo al cuervo:
–Oye, cuervo, ¿sabes que yo he conocido a tu padre y a tu madre? Son gente muy buena.
–Hmmm –contestó el cuervo sin abrir el pico.
–También he conocido a tus hermanos y a tus hermanas. Valen mucho también.
–Hmmm…
–Sin embargo, por buenos que sean, contigo no se pueden comparar. Tengo la impresión de que no hay nadie más listo que tú.
–¡Claaa-ro que no…!
Y al abrir el pico para gaznar con todas sus cuentas, el cuervo dejó caer el cangrejo al mar.
La grulla y el flamenco
Una grulla y un flamenco habitaban en un pantano y se habían hecho una casita cada uno en los extremos opuestos. Al flamenco le pareció aburrido vivir solo, y pensó en casarse: «Voy a pedir en matrimonio a la grulla», se dijo.
Allá fue el flamenco –¡plaf, plaf! –, chapoteando siete verstas por el pantano. Llegó y preguntó:
–¿Está en casa la grulla?
–Aquí estoy.
–¿Quieres casarte conmigo?
–No, no me casaré contigo. Tienes las patas largas, el traje corto y el vuelo tardo. Además, ¿con qué ibas a mantenerme? Márchate, largirucho.
El flamenco volvió a su casa como había venido.
Luego la grulla reflexionó.
–En lugar de vivir sola, mejor haría casándome con el flamenco.
Conque fue a verle y le dijo:
–Cásate conmigo.
–No. ¿Qué falta me haces? No quiero casarme ni tomarte por mujer.
La grulla se echó a llorar de vergüenza y volvió a su casa.
Pero el flamenco se puso a pensar:
–No debía haber rechazado a la grulla. Vivir solo es muy aburrido. Iré a pedírselo otra vez.
Conque llegó y dijo:
–Lo he pensado mejor, y quiero casarme contigo. ¿Aceptas, grulla?
–No, flamenco. No me casaré contigo.
El flamenco se volvió a su casa.
Entonces fue la grulla la que se puso a cavilar.
–¿Por qué lo habré rechazado? ¿Qué sentido tiene vivir sola? Mejor haré casándome con el flamenco.
Y fue a decírselo al flamenco, pero él no aceptó.
Desde entonces así andan, yendo el uno al otro a pedirse en matrimonio, sin acabar de casarse.
Leyendas eslavas
La leyenda de la Matrioshka
Dice la leyenda que había una vez un humilde carpintero llamado Serguei el cual necesitaba madera para trabajar. Un día en que estaba teniendo dificultades para hallar una madera válida, halló un tronco perfecto el cual se llevó a casa.
Serguei no sabía qué hacer con él, hasta que un día le vino a la mente la idea de hacer una muñeca. La hizo con tanto amor y tan bella que tras acabarla no quiso venderla, y le dió el nombre de Matrioshka. El joven saludaba a su creación todos los días, pero un día y de manera sorprendente esta le devolvió el saludo.
Poco a poco fueron estableciendo una comunicación y buena relación, pero un día la muñeca le indicó su tristeza porque todas las criaturas tenían hijos, menos ella. El carpintero le dijo que si la quería debería sacar la madera de su interior, algo que ella aceptó.
Serguei hizo una copia de menor tamaño, a la que llamó Trioska. Pero con el tiempo Trioska tuvo también ganas de tener hijos, con lo que con parte de su madera hizo otra versión más pequeña: Oska. La situación se repitió con ella, con lo que Serguei elaboraría una muñeca más, esta vez con bigote y con aspecto masculino para que no tuviera instinto maternal. A este último le pondría de nombre Ka. Entonces, metió a cada uno de los muñecos dentro de su progenitora. Días después, sin embargo y para desesperación de Serguei, Matrioshka y toda su prole se marcharon y desaparecieron sin más.
Baba Yaga
Una de las criaturas más conocidas de las leyendas rusas y eslavas es la bruja Baba Yaga, una anciana mujer (si bien otras versiones la consideran una diosa) que habita los bosques. La leyenda dice que este ser, del que se dice que se alimenta de niños, dispone de dientes de hierro con los que fácilmente puede desgarrar la carne.
Sin embargo algunas de sus representaciones no son siempre negativas. Se dice que guarda las aguas de la vida y de la muerte, y habita en una casa la cual se desplaza con enormes piernas de pato y en cuya empalizada pueden verse numerosos cráneos humanos. También que rejuvenece cada vez que toma un té hecho con rosas azules, recompensando a quien se las trae. Se la considera la representante del límite entre la vida y la muerte.
El fantasma de Zhuzha
Una relativamente reciente leyenda rusa, centrada en Moscú, nos habla del amor y la muerte.
La leyenda nos habla de Zhuzha, una mujer que durante años había estado enamorada de un millonario. Un día, cuando paseaba por Kuznetski Most, oyó a un niño que repartía periódicos gritar que su amado se había quitado la vida. Justo cuando bajó de su carruaje y fue a buscar más información, fue arrollada y murió.
Sin embargo, pasaron los días y el chico que vendía los periódicos apareció muerto y estrangulado con una media de mujer, la que llevaba Zhuzha el día de su muerte. Al poco también murieron quienes habían publicado la supuesta muerte del millonario. Desde entonces han habido varios testimonios de un fantasma que recorre Kuznetski Most, en Moscú. Se dice sobre quien la ve que posiblemente tendrá la pérdida de una persona masculina cercana.
La leyenda de la dama de las nieves
Al igual que otros muchos pueblos que hacen frente a temperaturas gélidas, los rusos también tienen una leyenda que hace referencia al frío. En su caso además hace referencia a la infidelidad y a la traición. Se trata de la leyenda de Sgroya.
Esta en apariencia joven y atractiva mujer es un espíritu furioso que odia al género masculino debido al engaño que sufrió por parte su pareja, aunque en otras versiones es una deidad que castiga los actos de infidelidad.
Sgroya se aparece en los caminos ofreciendo sus atenciones a los varones que se cruzan con ella, seduciéndolos. De aceptar sus invitaciones y besarla, ella se volverá un témpano de hielo y llevará a su víctima a la muerte por congelación, o bien la hará enloquecer.
La leyenda de la ciudad de Kítezh
Algunas leyendas rusas nos hablan de la invasión que sufrieron en la antigüedad por parte de los mongoles. Concretamente, una de ellas hace referencia a la desaparición de la ciudad de Kítezh.
Según la leyenda, el príncipe Vladimir fundó dos ciudades, una llamada Maly Kitezh y otra que recibiría el nombre de Bolshói Kitezh. Sin embargo los mongoles invadieron la primera de ellas, haciendo durante el proceso prisioneros los cuales acabaron confesando cómo llegar a la segunda.
Una vez llegaron a sus cercanías contemplaron que esta ciudad no tenía ninguna muralla ni estructura defensiva, ante lo que atacaron de inmediato. Los desesperados ciudadanos rezaban por su salvación. Sin embargo, antes de que los asaltantes arribaran a la ciudad, está fue engullida ir las aguas, sumergiéndose en el lago Svetloyar y salvándola del ataque, además de hacerla invisible. Desde entonces se dice que solo los más puros pueden encontrar esta ciudad.
El príncipe Iván y Koschei el Inmortal
Cuenta la leyenda que el príncipe Ivan Tsarevitch prometió a sus padres, antes de morir, que buscaría esposo para sus tres hermanas. Estas son pretendidas por el Águila, el Halcón y el Cuervo, con los cuales se acaban casando y yendo a vivir.
Con el paso del tiempo el príncipe, solo, decide emprender un viaje con el fin de visitar a sus hermanas y cuñados. En su camino se encuentra con los restos de un ejército aniquilado, el cual había caído ante el poder de la guerrera Marya Morevna. El príncipe se encontró con dicha mujer, enamorándose y con el tiempo casándose y yendo a vivir al hogar de esta.
Sin embargo con el tiempo estalló una guerra en la que Marya Morevna decide participar, dejando al príncipe en su casa con la advertencia de que no abra su armario al existir en él un secreto que debe permanecer allí. Sin embargo el príncipe, curioso, decidió abrir dicho armario. En él encontró a un hombre encadenado llamado Koschei, el cual le pidió agua. Tras dársela, de pronto rompió sus cadenas y se desvaneció mágicamente, tras lo cual secuestró a la esposa del príncipe.
El príncipe decide ir en su busca, pasando en su camino por las casas de sus hermanas y cuñados y dejando tras de sí diversos objetos. Encontró el castillo de Koschei y se llevó a su amada, pero fue atrapado por el hechicero y su veloz caballo. Este vuelve a llevarse a Marya Morevna, perdonando al príncipe dado que le había saciado la sed cuando estaba encadenado. El príncipe volvió a repetir el rescate dos veces más, siendo siempre atrapado por el brujo, y en la receta ocasión este terminó descuartizándole y lanzándole al mar.
Sin embargo, los cuñados de Iván observaron que los objetos que este les dejó, de plata, se oscurecieron, a lo que acudieron y posteriormente lograron devolverle a la vida gracias a las aguas de la vida y la muerte. El príncipe acudió entonces a Baba Yaga para que le otorgara un caballo más rápido que el de Koschei, a lo que la bruja decide que si consigue vigilar a sus yeguas tres días se lo daría, aunque en caso contrario lo mataría. Este logró, con la ayuda de varios animales (los cuales le habían prometido ayudarle si no se los comía), su cometido a pesar de que la bruja lo había amañado. Sin embargo ella quería matarlo igualmente, algo que hizo que Iván robara el caballo y huyera.
Conseguido el corcel, Iván rescata a su esposa y durante la huida mata a Koschei con una coz de su caballo. Tras ello descuartiza el cuerpo y prende fuego a los pedazos. Ya libres, la pareja pudo volver a su hogar y vivir felices.
Los siete gigantes de los Urales
Una de las consideradas como maravillas naturales de Rusia es Man-Pupu-Nyor, la cual también tiene su propia leyenda.
Cuenta la leyenda que el pueblo mansi vivía en esas montañas. El líder del pueblo tenía dos hijos, una de las cuales era una muchacha de la cual se enamoró uno de los gigantes de la zona, de nombre Torev. Este le pidió al padre de ella joven su mano, pero el padre se negó.
Furioso, el gigante llamó a cinco hermanos y junto con ellos intentó raptar a la joven y empezó a atacar el poblado. Los habitantes huyeron, pidiendo ayuda a los espíritus. Al día siguiente el otro de los hijos del líder comandó un grupo de guerreros para hacerles frente, llevando el joven una espada mágico otorgada por los espíritus y un escudo.
El joven levantó la espada, y de ella surgió una luz que convirtió a los seis gigantes en piedra, pero por contra su uso implicaba que su portador también lo haría. Esto explica por qué son siete los montículos observables en los Urales.
La leyenda de la novia fantasma
Es probable que muchos de los lectores de este artículo hayan visto la película «La novia cadáver», de Tim Burton. Lo que seguramente muchos no sabrán es que su historia está basada en gran medida en una leyenda o cuento ruso. Y este a su vez está basado en los asesinatos de mujeres judías cuando iban camino a su boda ya vestidas con el traje nupcial, así como el hecho de que existía la tradición de enterrar a los muertos con las ropas con las que habían muerto (con lo que estas mujeres asesinadas eran enterradas en sus vestidos de novia).
Dice la leyenda que un día un joven que iba a casarse viajaba junto a un amigo al pueblo donde se encontraba su futura esposa, encontrándose con una rama que se asemeja a un dedo. El joven y su amigo, jugando, colocaron el anillo de compromiso en la rama y posteriormente hicieron los votos y ensayaron los bailes nupciales. De pronto, la tierra se movió dejando ver que la rama en el fondo era un dedo, que formaba parte de un cadáver vestido de novia.
Este cadáver los miró expectantes y, observando que habían celebrado la boda, dijo que quería reclamar sus derechos como esposa. Ambos huyeron al pueblo de la futura esposa, acudiendo a los rabinos para preguntarles si el matrimonio era válido. Mientras los rabinos debatían, la muerta llegó junto a ellos y volvió a reclamar a su marido.
En ello llego también la novia viva del hombre, la cual se enteró entonces de la situación y lloró ante la posible pérdida de su pareja y sus hijos. Poco después los rabinos salieron, determinando que la boda era válida, pero también que los muertos no podían reclamar a los vivos. Fue ahora la novia cadáver la que lloró y sollozó su imposibilidad de formar una familia.
Pero la novia viva, compadeciéndose, se acercó y la abrazó, prometiéndole que viviría su sueño y tendría muchos hijos que serían de ellas dos además de del marido. Ello tranquilizó al espíritu, el cual terminó por descansar en paz y feliz a la par que la pareja pudo volver a casarse y con el tiempo tener descendencia, a quien contarían la historia del espíritu.
La isla de Buyan
La idea de un paraíso terrenal no es exclusiva de una o dos religiones sino que son compartidas por gran número de ellas, incluyendo rusos y otros eslavos
En este sentido, una de las leyendas más conocidas es la de la isla de Buyan. Esta isla sirve de refugio al Sol y a los vientos, así como a los viajeros. Además podemos encontrar también en esta isla las aguas curativas generadas gracias a la piedra Alaturi y a la doncella Zarya, la cual cose las heridas.
En la isla también guarda su alma Koschei el Inmortal, quién separó su alma de su cuerpo y la colocó en una aguja dentro de un huevo el cual está dentro de un plato que está dentro de un conejo, que a su vez está en un baúl que está enterrado en las reaoces de un árbol. Si alguien se hace con dicho huevo o aguja, tiene poder casi absoluto sobre el hechicero, dado que si fuera dañado Koschei moriría.
La leyenda de Sadko
Una de las leyendas rusas que hacen referencia a un período histórico aún anterior a la creación de Kiev es la bylina de Sadko, una antigua epopeya rusa y generalmente transmitida en verso.
La historia nos narra cómo un joven guslar (músico que toca el gusli, un antiguo instrumento tradicional ruso) procedente de Novgorod se ganaba la vida tocando, algo que hacía con gran habilidad. Sin embargo, llegó un momento en que otros músicos llegaron a la zona y poco a poco Sadko empezó a perder clientela, hasta el punto de dejar de ser contratado. Un día, entristecido por su pobreza y ante el hecho de que nadie le contrataba, empezó a tocar a orillas del lago Ilmen.
Tras acudir varias veces a tocar al Ilmen, un día se le apareció el dios de las aguas del lago. Este le dijo que le había escuchado tocar y quería ayudarle en su difícil situación. Le propuso que la próxima vez que fuera a la ciudad y le llamarán para trabajar, debía asegurar que en el lago existían peces con aletas de oro, y apostar con los mercaderes sobre que estos existían. El joven así lo hizo, y para sorpresa de todos cuando el joven y los que habían apostado en su contra zarparon en una barca para pescar encontraron que, efectivamente, al recoger las redes consiguieron coger una gran cantidad de peces de oro.
Con los peces y las ganancias obtenidas por la apuesta, el joven no tardó en hacerse un mercader de gran riqueza. Sin embargo una noche que volvía en barco, el joven volvió a tocar su música. Las aguas se agitaron, furiosas y apunto de hundir el barco. Sadko pensó que el dios de las aguas quería que compartiera sus ganancias (gracias a él ganadas), por lo que arrojó diversos barriles con riqueza sin que ello tuviera ningún efecto. Los marineros repusieron qué tal vez el dios quería un sacrificio humano, y tras sortearlo en varias ocasiones siempre le tocó a Sadko.
El joven se arrojó al agua y se encontró con el dios, que quería que tocara para él en su palacio. Allí, la música de Sadko hacía bailar al gigante con gran frenesí. Mas un día llegó un anciano al palacio mientras el joven tocaba, y le indicó que el poder del baile del dios estaba provocando grandes marejadas. Sadko decidió dejar de tocar para evitarlo, rompiendo las cuerdas como forma de justificarse.
Tras ello pidió al dios volver a su tierra, a lo que el dios terminó por ceder. En algunas versiones el dios del lago intenta ofrecerle una esposa para que se quede, a lo que tal y como el anciano le advirtió puedo zafarse escogiendo a la última y más joven de sus hijas, con la cual no consumó y tras lo que la deidad lo liberó de su servicio.