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El término rollo proviene del latín (rotulus). Se trata de un mojón[1], indicador de jurisdicción de una población y parece que su origen es una construcción exclusivamente española de la zona de Castilla[2]. Los rollos jurisdiccionales aparecieron en los reinos de Castilla y León a finales del siglo xiv. Los monarcas les concedían a algunos nobles el Privilegio de Villazgo.
DON FELIPE POR LA GRACIA DE DIOS Rey de Castilla de Leon de Aragon de las dos Sicilias, de Jerusalen, de Portugal, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Cordova, de Corcega, de Murcia, de Jaen, de los Algarbes, de Algezira, de Gibraltar, de las Islas de Canaria, de las Indias Orientales y occidentales, Islas y Tierrafirme del Mar Oceano, Archiduque de Austria, Duque de Borgoña, de Bravante y de Milan, Conde de Abspurg, de Flandes, de Tirol y de Barcelona, Señor de Vizcaya y de Molina. POR hazer bien y merced al Concejo de Justicia y Regimiento del lugar de Arauzo de Miel y porque las ocasiones que tengo de gastos aveis ofrecido servirme con tres mil ducados… Y le hago Villa de por sí y sobre si con jurisdicción civil y criminal.
El Privilegio de Villazgo se expedía en una Real Cédula ordenando la concesión de una villa en señorío como reconocimiento por su linaje nobiliario o por sus batallas durante la Reconquista. A este fin, para identificar el territorio o en algunos casos la transmisión de propiedad se construía en la plaza principal de la villa, un pedestal escalonado cuadrado o redondo de piedra, sobre el cual se erguía una columna simbólica, con escudos de armas, que finalizaba con una cruz, una bola o cuatro figuras salientes a modo de gárgolas. De esta manera el rollo se asoció a las ciudades que pasaban de ser pequeños núcleos de población a villas que gozaban de plena jurisdicción municipal, realenga, señorial o abacial, con poder para ejecutar la ley.
Los pueblos que poseen rollo jurisdiccional, y están declarados Bienes de Interés Cultural de Castilla y León (BIC), se pueden beneficiar de los programas regulados en la Ley de Patrimonio Cultural de Castilla y León. Sin embargo hay algunos rollos como el del municipio de Jaramillo Quemado[3], (que cuenta sólo con siete habitantes según el Instituto Nacional de Estadística del año 2019) que no están catalogados. Su conservación depende por tanto, de las aportaciones que realizan las diferentes administraciones, los visitantes y los propios vecinos. En este sentido, hemos de destacar el perfecto estado de conservación del rollo de Jaramillo Quemado. Lo que nos lleva a valorar la importancia que los habitantes de esta comunidad dan a su patrimonio ya que, para ellos representa un símbolo identitario y cultural.
NOTAS
[1]Señal permanente que se pone para fijar los linderos de heredades, términos y fronteras. Diccionario de la Real Academia Española [En línea] http://dle.rae.es/?id=PXo9dgU|PXq8hqB (consulta 01/10/2020).
[2]Lámperez, V. Arquitectura civil española de los siglos I al XVIII. Tomo I, Valladolid: Ed. Maxtor, 2012.p. 369.
[3].Junta de Castilla y León. https://servicios.jcyl.es/pweb/portada.do (consulta 01/10/2020).