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Revista de Folklore número

465



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La trashumancia de las canciones. El caso del romance de La Loba Parda

DIAZ GRAGERA, Diego

Publicado en el año 2020 en la Revista de Folklore número 465 - sumario >



Este es uno de los romances más antiguos, más extendido y con más versiones de los cientos o miles que constituyen el repertorio del romancero tradicional en España. Al ser tan diversa su localización habremos de introducir algunas notas sobre su origen, su dispersión geográfica y las distintas versiones que se hayan derivado de su forma original.

Siendo cualquier material musical tradicional tan extendido por la geografía (sobre todo central y sur) de la península, es sumamente difícil querer asentarlo como procedente de un único y concreto lugar pues «estas coplas corren de pueblo a pueblo sin ley reguladora de sus cambios de localidad, ni ley que permita su localización»[1].

Exactamente esto ocurre para el romance La Loba Parda que Ramón Menéndez Pidal atribuye a Extremadura en su obra «Flor Nueva de Romances Viejos», pero que Berrueta, en el Cancionero citado en la nota 1, refuta así: «Pero la versión publicada en la Flor Nueva de Romances Viejos difiere tanto de la leonesa que ahora publicamos y aparecen en esta tantos modismos leoneses y tantas palabras no extremeñas, sino auténticamente de León, que no es muy arriesgado, en buena crítica literaria, recabar para nuestra región la gloria de la propiedad intelectual del hermoso romance pastoril». Y ello a pesar de reconocer que: «Y eso que los pastores trashumantes llevan y traen elementos exóticos que enturbian la corriente cristalina de nuestro Cancionero, y por estas montañas se oyen cantos de arada salamanquinos y extremeños». Este cancionero de Berrueta se publica en 1941, después que la obra de Menéndez Pidal hubiera sido publicada en 1928.

La primera versión que aparece en un cancionero es la de Federico Olmeda en su Folklore de Burgos o Cancionero de Olmeda que es de 1903[2]. Sin embargo conocemos que en 1901 Rafael García-Plata de Osma publicó en la Revista de Extremadura, páginas 551-2, la versión vernácula de Alcuéscar[3] que aún aparece sin título, en léxico extremeño y según el autor, interpretada al rabel de dos cuerdas y utilizando una especie de «canto llano», por un zagal en la majada. Por otra parte aunque M. Pidal publicara en 1928 debió hacerlo tras arduos años de recogida y preparación. Sabemos que Menéndez Pidal estuvo muy relacionado con Rafael García-Plata de Osma que le trasmitió (entre 1902 y 1904) una colección muy completa de romances de Alcuéscar (66) entre las que cabe esperar alguna de nuestro romance a la que antes hemos aludido. Es cierto que la versión de García-Plata no es exactamente la misma que luego apareciera en Flor Nueva de Romances Viejos, pero básicamente sí. Y los comentarios que hace Menéndez Pidal en su publicación parecen inspirados en los comentarios publicados y/o enviados por García-Plata.

Sin embargo estas fechas y datos no asignan el origen a Burgos, León o Extremadura ni a ninguna otra localización hasta que no se confirme con algún dato perfectamente fehaciente, ya que el año de publicación no confirma la fecha de recogida ni ésta indica cuanto tiempo llevara conociéndose entre el pueblo. En definitiva creo que es una polémica estéril la de querer apropiarse del origen –e innecesaria para nuestro trabajo– dado que no parece probable que aparezca la prueba escrita que nos diga en donde apareció por primera vez.

Si se diera verosimilitud a cualquiera de las versiones como la más antigua y todas las demás fueran derivando de ella y entre sí, deberíamos comparar esta versión con las demás, observando las coincidencias y diferencias y trazando sus derivaciones en el tiempo y en la geografía. Vamos a hacer algo parecido con la metodología que vamos a emplear, aunque la premisa principal no es partir de un supuesto original sino más bien por qué vías y con cuantas variaciones se ha ido difundiendo.

Tras las consideraciones anteriores habremos de decir que nuestro ejemplo cambia sus textos o sus melodías, pero manteniendo plenamente el tema o motivo de su creación y casi siempre el título. La enorme variabilidad de este y otros romances es fácil de imaginar siempre que pensemos que en su traslado de unos lugares a otros se perdiera su originalidad debido o a olvidos de las letras y posterior reconstrucción con aportaciones para completar la historia, o a intereses por adaptar reelaboraciones a lugares concretos, etc. Más complejo sería explicar la aplicación a textos muy similares de unas melodías que a veces son muy diferentes. Esto nos decía Antonio José en su obra Colección de cantos populares burgaleses: «El folklore no es algo muerto o estático. Antes al contrario, por su propia naturaleza se haya sujeto a crecimiento y modificación constantes. Como organismo vivo que es, está en permanente variación. De ahí que la existencia de variantes de una misma canción sea el mejor testimonio y el argumento de su propia vitalidad»[4].

Salvo casos que ubican canciones por lugares o topónimos u otros datos, nos será imposible certificar su procedencia y solo queda aceptar que se indique, como más acertado, su lugar de recolección, cosa que haremos para este romance.

Esto es lo que se ha hecho a partir de los documentos que vamos a utilizar y que consideraremos válidos. Entre ellos están los diversos cancioneros provinciales, comarcales, locales y generalistas a los que he podido acceder (contienen 7 versiones), la recopilación de Pan-Hispanic Ballad Project[5] (45 versiones), los fondos escritos o fonográficos de la Fundación Joaquín Díaz[6] (al menos 47 versiones), el Corpus de Literatura Oral de Universidad de Jaén[7] (11 versiones), Riojarchivo[8] (14 versiones) o la Institución Milá y Fontanals con su Fondo de Música Tradicional[9] (34 versiones) que alberga más de 20.000 melodías copiadas en papel y recogidas entre 1944 y 1960 por toda España por la Sección de Folklore del Instituto Español de Musicología. Existe además el Archivo Internacional Electrónico del Romancero[10] de la Fundación Menéndez Pidal que, ante la dificultad de utilizarlo, he preferido obviar. Además de todo lo anterior se ha consultado alguna versión más en bibliografía varia y, para el estudio de las melodías, hasta 11 versiones en Youtube y todas las que tienen disponible algún documento fonográfico en las fuentes citadas anteriormente.

Así pues una vez constatado que es imposible asignar un origen único y primigenio a esta obra, pero que a la vez se canta por múltiples lugares, habremos de establecer para ella una posible explicación de la forma de dispersión. Miguel Manzano apunta en La Vía de la Plata como camino de intercambio de culturas populares: «Fue Bonifacio Gil, insigne investigador de la música de tradición española, el primero en señalar la franja de terreno que recorre la Península Ibérica de Norte a Sur, desde Asturias hasta Huelva, como un conjunto de tierras que, si bien pertenecen a zonas geográficas muy distintas y alejadas, presentan tradiciones musicales muy semejantes, tanto por su riqueza melódica como por los rasgos sonoros que caracterizan las músicas…en las tierras de Asturias, León, Zamora, Salamanca, Cáceres, Badajoz y Huelva las músicas de tradición oral presentan una serie de características comunes que por una parte las emparentan entre sí y por otra las diferencian del resto de las de la Península…ha existido una comunicación e intercambio de culturas musicales de tradición oral que tiene como eje transmisor la Vía de la Plata, tronco principal de una serie de caminos de ida y vuelta que se ramifica por ambos lados, alcanzando por un lado las tierras de Galicia y por otro las del Norte de Palencia y Burgos»[11].

Varias publicaciones apuntan el planteamiento de asignar al fenómeno de la trashumancia el hecho de llevar consigo la trasmisión de las canciones: «Sierras y Estremos se presentan como unidades geográficas complementarias para el pastoreo trashumante y vinculadas por una intensa y estrecha relación; pero es en los «estremos» donde el componente humano se mezcla, convive y comparte conocimientos y vivencias que posteriormente llevarán a sus lugares de origen. Es precisamente esta concentración de ganaderos en Extremadura lo que ha permitido que esta tierra haya jugado y juegue un papel fundamental como enclave difusor de la cultura pastoril. En ella se mezclan y comparten modos de vida y conocimientos que, durante los meses estivales, se distribuirán por los lugares de origen»[12]. No se sabría decir si la influencia musical de las sonoridades específicas de toda esta música se ha ejercido de Sur a Norte, como se piensa de ordinario, o de Norte a Sur, como se podría sospechar también con bastante fundamento en los hechos.

Pero ninguna de las publicaciones que mencionan la posible relación de la trashumancia con la distribución regular de las canciones a lo largo de las vías pecuarias, llega a establecer una hipótesis que trate de confirmar las coincidencias entre lugares de procedencia de canciones recolectadas y que a la vez estén relacionados con la trashumancia. Puestos a pensar en el medio en que pudieran propagarse, se cae en la cuenta de que acaso los únicos que durante siglos se han desplazado asiduamente dentro del territorio son los pastores trashumantes. El resto de la población permanecía asentada, con poca movilidad, ya que las sociedades antiguas fueron muy cerradas en cuanto a desplazamientos interregionales y acaso hasta interlocales.

Es así como, llegados al convencimiento de que el fenómeno de la trashumancia pudiera ser considerado el verdadero vehículo de la dispersión de costumbres, canciones y cultura popular en general, dimos en postular que el recorrido de la dispersión de ésta y otras canciones de la música popular o tradicional sigue al de las Cañadas Reales de la Trashumancia y que sería esta la hipótesis más probable, lo cual se habría de documentar. Esto sería aplicable al menos para la primera oleada, la de las versiones de fechas más tempranas; luego vendrían otras causas y hechos que más adelante reseñaremos.

Como es preceptivo, primero procedí a revisar el «estado del arte» sobre esta materia, procediendo a la investigación del estado y situación de los conocimientos sobre el tema en la actualidad, recogiendo buena parte de lo que se sabe sobre el asunto y resulta más relevante. No es mucho lo encontrado sobre el estudio particular de versiones del romance[13]; tampoco demasiado sobre el tema genérico de la trasmisión de canciones tradicionales. Así pues tomé la tarea de documentar a fondo y encontrar las conclusiones apropiadas.

Para hacer un estudio en profundidad del asunto se hizo necesaria la aportación de una complejidad de datos, tanto cualitativos como cuantitativos, de tal forma que excuso su prolijidad y me disculpo por la avalancha de ellos que aparecerán. Precisamente para domeñar esta avalancha de datos es imprescindible la utilización de tablas, mapas, cuadrículas, etc que presentamos.

Diseñamos una metodología que pudiera escenificar nuestra hipótesis relacionando ambos recorridos (el de las vías pecuarias y el de la distribución del romance) y para ello establecimos unos criterios que deberían cumplirse:

a. La canción debía estar recogida en cancioneros, fondos o archivos «oficiales» y solventes. Esto es más garantista porque, además de contar con mayor antigüedad, gozan del beneficio de una investigación y/o recolección más profesional o científica. Si la mayoría de las fuentes consultadas son de principios del siglo xx y ya contenían esta canción, eliminamos la opción de que el tema se hubiera extendido en tiempos más cercanos, de mayor movilidad y con más medios técnicos de reproducción que lo dieran a conocer. Si además contamos con la profesionalidad de los recolectores en origen, estamos asegurando un conocimiento y trasmisión más popular. Desechamos cualquier referencia derivada de alguna web local o personal a las que no atribuimos representatividad o validez porque cualquiera puede conocer el tema y asegurar que es o se canta de su pueblo. Los materiales y fondos que se han mencionado anteriormente son los documentos que hemos manejado.

b. La canción debería «proceder» de una localidad que tuviera relación directa con alguna vía pecuaria y a una distancia prudencial de ella. El argumento es básico: los posibles trasmisores trashumantes no deberían tener su residencia lejos de los lugares y el camino de su actividad. Nos hemos apoyado en la consulta de Planos y Mapas de la red de vías pecuarias del Fondo Documental del Servicio de Bienes y Patrimonio Forestal proporcionados por el Ministerio para la Transición Ecológica o por la Asociación Trashumancia y Naturaleza y lo cierto es que concuerdan casi al ciento por ciento las localizaciones con los trazados de las vías trashumantes. A la contra, para desmentir la hipótesis, deberíamos encontrar localizaciones fuera del ámbito estudiado, cosa que como decimos no ocurre salvo contadas ocasiones que, en todo caso, se mencionan y estudian aparte.

c. Todas las localizaciones –además de estar asentadas sobre los recorridos o tener acceso por vías pecuarias a ellos- deberían contar con coincidencias significativas –históricas o actuales- con algunos de los aspectos derivados de la trashumancia: referencias históricas o actuales, rutas senderistas, industrias derivadas de la actividad ganadera, actividades y celebraciones conmemorativas de la trashumancia, arquitectura o elementos etnográficos propios de la trashumancia, etc. Para ello he recogido multitud de hechos etnográficos que entroncan con la actividad de la trashumancia y que van recogidos en las tablas correspondientes. También siempre o casi siempre se ha podido confirmar. Estos datos los hemos conseguido mejor en Web generales en que se nombran las localidades ya asentadas.

Según en qué fuente documental se encuentre este romance aparece con otros títulos como Romance de La Loba Pelicana, de La Loba Vieja, la Loba Colorada o incluso simplemente La Loba. Se encuentra en castellano, gallego, portugués, en hurdano.

Hay casi tantos textos distintos como versiones encontradas, teniendo unos u otros mayor o menor variación léxica y extensión que alimentan más precisas explicaciones sobre la loba, los perros, los diálogos entre ellos y el pastor y el destino que se vaya a dar a los restos de la loba. Esto nos viene a demostrar que todos derivan de una misma historia pero que se resuelve con distintos aditamentos según la memoria o imaginación de la persona trasmisora/receptora del romance.

Ya Ramón Menéndez Pidal nos pone sobre la pista de lo que ocurre con las canciones tradicionales como esta. En Flor nueva de romances viejos escribe que este romance, que él clasificaba dentro de los «pastoriles y villanescos», lo solían cantar los pastores en la Nochebuena, acompañándose de un rabel: «Este gracioso romance, de pura cepa rústica, auténticamente pastoril, creo que nació entre los zagales[14] de Extremadura, donde hoy es cantado al son del rabel, sobre todo en Nochebuena. Los pastores trashumantes lo propagaron por ambas Castillas y por León; lo oí cantar hasta en las montañas de Riaño, lindando con Asturias, esto es, en el punto que termina la cañada leonesa de la trashumancia. Pero ya en el Principado asturiano es completamente desconocido, así como en Aragón, Cataluña y Andalucía; lo cual quiere decir que las tierras que no reciben sus ganados de Extremadura tampoco recibieron esta composición pastoril»[15]. Como veremos, estas afirmaciones no son totalmente acertadas hoy en día, pues algunas versiones (que tendrían explicación por una dispersión más tardía o por residencia del informante tras traslado después de haberla aprendido en otro lugar) se encuentran lejos de las zonas especificadas por Menéndez Pidal o por el contrario hay lugares relacionados con las vías en donde no hemos encontrado casi ninguna versión como en el caso de la cabecera de las cañadas sorianas aunque luego, a lo largo de su recorrido extenso, sí se encuentran localizaciones en la geografía meseteña y extremeña.

La falta de precisión de Meléndez Pidal puede deberse a su temprana recolección. Es de suponer que para 1928 así fuera y no hubiera llegado a extenderse hasta que la movilidad social fue más acusada y así, años después de su recolección, se encontrara más extendida por pueblos y zonas excluidas de los apuntes del autor. Apuntamos como causa de la nueva dispersión del romance, que han trascurrido los años y, debido al fenómeno de la emigración, los hijos y nietos de aquellos que estaban en los pueblos y de niños lo aprendieron, han ido a otros lugares donde luego se han recopilado en sucesivas fuentes más actuales. Los propios pastores, al acabar la actividad de la trashumancia se han ido a otros lugares y lo han trasmitido. También se puede añadir que muchos maestros, durante y antes de la República, tuvieron como texto casi obligatorio la obra de Menéndez Pidal y consecuentemente sus alumnos acabaron aprendiendo el romance y colaborando en su reproducción, como explican muchos de los informantes trasladados a lugares bien distantes de donde se desarrolló su niñez y en los que fueron requeridos para las distintas fuentes conocidas hoy.

El número de versiones conocidas es inabordable en este estudio. Tan solo en Pan-Hispanic Ballad Project se recogen hasta 45 versiones, incluidas algunas portuguesas. En los fondos de la Fundación Joaquín Díaz encontramos 54 registros con más de una versión en algunos. En el Fondo de Música Tradicional se localizan 34 versiones. Son las anteriores las fuentes más clásicas y primitivas, pero otras más recientes como el Corpus de Literatura Oral (UJA) cuenta con otras 11 versiones, el archivo de Riojarchivo aporta otras 11 muy peculiares; de los cancioneros clásicos conozco al menos 7 que añaden sus propias versiones y por último hay multitud de web donde se añaden sus aportaciones, algunas novedosas y otras repetidas. Antonio Sánchez Romeralo, en su Romancero Rústico, recoge y clasifica 182 versiones[16]. Pero cálculos fundados, incluyendo versiones referidas en web personales y otros trabajos, sobrepasan ampliamente las 200.

Más en concreto nosotros hemos manejado versiones en los siguientes lugares: Albacete(1); Ciudad Real(5); Madrid(11); Ávila(10); Toledo(2); Jaén(3); Badajoz(3); Cáceres(4); Cuenca(4); Salamanca(1); Zamora(5); Burgos(3); León(32); Valladolid(11); Segovia(12); Asturias(2); Palencia(9); Cádiz(1); Cantabria(4); Lugo(1); Ourense(1); Portugal(3).

En cuanto a las vías pecuarias a través de las cuales se hubiera podido dispersar nuestro romance, nosotros hemos constatado cierto número de las versiones mencionadas que se ubican a lo largo de ciertas vías: Soriana Occidental (10); Vizana (20); Leonesas Oriental y Occidental (22); Conquense (3); Segoviana (7); Galiana o de Las Merinas (11); Zamorana (3); Cerverana (1); de Los Serranos (4); de Los Chorros (2). Como se observa la mayoría se concentra en el eje de la Vía de la Plata (cañadas Vizana Leonesas Zamorana = 45); pero eso, aunque lo apoya, no demuestra que fuera esta la vía principal de dispersión. Pudiera ser, pero igualmente se podrían encontrar argumentos y datos que derivaran nuestra atención hacia otros ejes de dispersión. Tampoco este es un objetivo primordial en nuestro trabajo que pretende presentar la asociación entre la dispersión del romance con cualquiera de la vías pecuarias y además estudiar su variabilidad con el tiempo y la distancia, sacando las conclusiones que sean posibles.

De entre todas las versiones para las que disponemos de su letra, presento la de Menéndez Pidal, quizá de las primeras y más clásicas:

Estando yo en la mi choza /pintando la mi cayada 8 -/8 a

las cabrillas[17] altas iban /y la luna rebajada[18]; 8 -/ 8a

mal barruntan las ovejas, /no paran en la majada 8 -/ 8a

Vide venir siete lobos /por una oscura cañada. 8 -/8a

Venían echando suertes /cual entrará a la majada. 8 -/8 a

Le tocó a una loba vieja, /patituerta, cana y parda, 8 -/8 a

que tenía los colmillos /como punta de navaja. 8 -/8 a

Dio tres vueltas al redil /y no pudo sacar nada; 7 1 -/8 a

a la otra vuelta que dio /sacó la borrega blanca, 7 1 -/8 a

hija de la oveja churra, /nieta de la orejisana, 8 -/8 a

la que tenían mis amos /para el domingo de Pascua. 8 -/8 -

-¡Aquí mis siete cachorros, /aquí perra trujillana, 8 -/8 a

aquí perro el de los hierros[19],/a correr la loba parda! 8 -/8 a

Si me cobráis la borrega /cenareis leche y hogaza; 8 -/ 8 a

y si no me la cobráis /cenareis de mi cayada. 8 -/8 a

Los perros tras de la loba /las uñas se esmigajaban. 8 -/8 a

Siete leguas la corrieron /por unas sierras muy agrias. 8 -/8 -

Al subir un cotarrito[20] /la loba ya va cansada: 8 -/8 a

-Tomad, perros, la borrega /sana y buena como estaba. 8 -/8 a

-No queremos la borrega /de tu boca alobadada 8 -/8 a

que queremos tu pelleja /pa´el pastor una zamarra, 8 -/8 a

el rabo para correas, /para atracarse las bragas[21], 8 -/8 a

de la cabeza un zurrón, /para meter las cucharas, 8 -/8 a

las tripas para vihuelas, /para que bailen las damas. 8 -/8 a

La estructura básica y más repetida de este antiguo romance es bien clara: se nos presenta al pastor vigilando a su ganado en la majada y haciendo distintas labores -menos en la versión gaditana de Los Barrios en que está «sentado tranquilo» o en una versión toledana en que está «en vela» y alguna más en que se presenta en otras disposiciones- mientras llegan los lobos, que aparecen por distintos característicos entornos –larga, oscura, estrecha, por bajo de una cañada, triste o grande montaña, aquellas grandes emboscadas; ve venir a esos lobos echando a suertes a quién tocará atacar a su rebaño o en algunas van «derechita» a la majada o a la camada.

Describe las características físicas de la loba principal a quien toca asaltar la red o majada con diversos atributos normalmente descriptivos-peyorativos: raya, parda, cana, colorada pero también vieja, tuerta, calva, patituerta, manca, jorobada, derrengada.

En algunas versiones el pastor entabla diálogo con la loba, pero no en otras; la loba arremete contra el redil, majada, rebaño y lo asalta tras una serie de vueltas. El pastor advierte a la loba que si se lleva a la cordera lanzará contra ella a sus perros, con la perra principal a la cabeza. La loba se lleva a una cordera que es descrita ella misma y con su genealogía o no; en algunas versiones se añade cual era el destino de la cordera.

Entonces el pastor arrea a sus perros de una u otra manera y les conmina a traerle la borrega, prometiéndoles distintos premios culinarios o castigo a golpes de cayada si fracasan.

Los perros persiguen a la loba por distintas localizaciones geográficas (según la versión) y, con la loba cansada, le dan alcance. La persecución a la loba se desarrolla por muy diversos ambientes geográficos según versiones (altas montañas, tierras aradas, cerros y colladas, arroyos y cañadas, sierras muy agrias, barbechadas, vegas llanas). Es de suponer que la orografía, topografía y características del terreno se describan en función de la geografía propia del lugar donde se canta el romance.

En ese momento la loba negocia devolverles la borrega y los perros desechan su oferta. El diálogo final entre la loba y los perros es similar excepto por como nombran a la cordera atrapada por la loba (embabosada, alobadada, baboseada, maltratada, babeada) a la que disuaden de ningún trato porque lo que quieren es a la propia loba para emplear sus despojos en diversas utilidades: exigen su pelleja, pellica o piel y el resto de su anatomía para usarlo en utensilios tan variados como la pelleja para una zamarra, el rabo para correas o un abanico, la cabeza para un zurrón, las tripas para vihuelas, las orejas para guantes o dediles, los ojos para candiles o anteojos, las uñas para cucharas, los colmillos para leznas o pendientes, las patas para una banqueta, los huesos para cencerros, lo que sobrare para guantes. Algunos de ellos serán para el pastor, las damas, el ama, la criada, la hija de la mayorala, según la versión.

Uno de los nombres dados a la perra principal del pastor es el de Trujillana. Por lo que se observa, en algún momento de la trasmisión se cambia el nombre inicial de la perra –imaginemos que fue Trujillana- por Guardiana, Sevillana, Torbillana, Tribulciana y hasta Aturdillana, siendo éste uno de los datos característicos para ubicar al romance. Imposible saber si fue el original del que, por degeneración y cierta similitud fonética, fueron saliendo todos los demás que encontraremos. Pero tiene cierta verosimilitud que el original fuera Trujillana pues se refleja en muchos escritos que las cualidades y peculiaridades de estos mastines extremeños para el pastoreo fueran muy apreciadas y los perros muy demandados en los mercados de ganado de Trujillo.

Bajo este esquema general, se encuentran multitud de versiones en las que cambian algunos de estos episodios, nombres o se introducen verdaderas novedades en algunos casos, que también destacaremos. Detrás de este entramado general aparecen las variaciones que identifican y personalizan a cada versión. Hay también versiones que se apartan algo de esta estructura, conteniendo recitados al comienzo o finales distintos –algunos están reseñados en las tablas–. Quizá la versión que más se aparte de la historia es la del cancionero toledano[22] ya que es la única en la que la loba se lleva a la cordera, no es perseguida y el pastor llora y añora con pena a su cordera, además de comenzar y acabar: «Serena estaba la noche, clara estaba la mañana…».

La versión riojana de B. Gil añade al final: «Ya me decían a mí / que Guardiana era muy mala / que con las pieles del lobo / hacía el pastor las camas». La versión grabada de Candeal comienza con un diálogo recitado entre el pastor y el dueño de las ovejas, que es casi el mismo que contienen la versión recitada del Cancionero de Aldeaquemada[23] y la versión de Toro (ZA), aunque en este caso al final. La versión de Olmeda, recogida en Cerezo de Río Tirón, comienza con el recitado: «Ya suben a San Vitores por los empedraos arriba; ha salido a recibirles nuestra Señora la Antigua…».

Por último dos detalles diferenciales que las hacen destacables y quizás identificativos: en la versión cantada en portugués, acompañada con zanfona, y en las de Navalcán (Toledo), Bercimuel (Segovia) y Berrande (Ourense) la loba pide perdón al pastor y que la deje ir y en la grabada por el grupo Raíces, junto con las anteriores, aquellas en que el pastor también persigue a la loba y «le sale al encuentro».

Fijándonos en las variaciones léxicas, en las escenas diferentes y en la existencia o no de ciertos episodios, hemos abordado la lectura comparada, tratando de extraer las conclusiones oportunas. Para ello preparamos un listado de los episodios (11) y los datos o ítem (22) que aparecen a lo largo de los versículos y hemistiquios de cada canción y que fueron los siguientes[24]:

  1. Lo que hace el pastor y donde está (2 items).
  2. Episodio de las cabrillas y estado de las ovejas (1 item) –Existe o no–.
  3. Cuantos lobos y por cual entorno vienen (2 items) –Si se describe o no y en todo caso coincidencias–.
  4. Echan o no a suertes y se describe a la loba (2 items).
  5. Como es el acercamiento al redil, que animal se lleva y su genealogía (3 items).
  6. Destino que se tenía previsto para la borrega (1 item) –Existe o no el pasaje–.
  7. Como es la llamada a los perros, cuantos y nombre (2 items).
  8. Como es la negociación del pastor con los perros para el premio o el castigo caso de alcanzar o no a la loba (3 items).
  9. Persecución de la loba: distancias, lugares, como es el final (3 items).
  10. Diálogo ente la loba y los perros: como la entrega y la respuesta de los perros (2 items).
  11. Descripción del «desguace» de la loba (1 item).
  12. Detalles extras que aparezcan en unas u otras.

Versiones ubicadas en la Cañada Vizana:

Ya que uno de los objetivos es identificar las coincidencias o divergencias del tema a lo largo de un posible recorrido, dimos en elegir algunos ejemplos correspondientes a algunas vías pecuarias en particular. Una de las vías fue esta en la que se han elegido al azar 7 localizaciones que corresponden a una por provincia de las que discurre el trazado de la Calzada y tres de León en virtud de la abundancia en esta provincia. Son las de Malpartida de Plasencia en Cáceres; Porto de Sanabria en Zamora; Berrande en Ourense; San Martiño de Suarna en Lugo; Villablino, Quintanilla de Babia y Santa María del Páramo en León. En la provincia de Salamanca se citan versiones en Cerralbo (Corpus de Literatura Oral), El Payo (citada por Ana Valenciano pero recogida por Menéndez Pidal o alguno de sus colaboradores hacia 1910) o Alberguería de Herguijuela. Pero en todas ellas el texto es exactamente igual al de Malpartida de Plasencia y es la razón de no incluirlos para no distorsionar el recuento cuantitativo de los datos. Se cita también una versión cantada de Cabeza del Caballo pero a cuyo texto y melodía no hemos podido tener acceso.

Las versiones de Zamora, Lugo u Ourense se consideran porque se incorporan por cañadas secundarias (Zamorana, Coruñesa) a la Vizana y así las contabilizamos.

Formalmente son de extensión muy variable pues contienen desde 30 hemistiquios la que menos (San Martiño de Suarna) hasta 52 la más extensa (Santa María del Páramo).

Analizamos los textos por comparación de los 11 episodios y 22 items contabilizando las coincidencias uno a uno con cada uno de los demás y el total de cada uno de ellos con todos en conjunto. Para ello tabulamos los datos de la lectura comparada de los textos en tablas como la denominada Cuadrícula Etnográfica de doble entrada Localizaciones-Items y luego de contadas trasladamos las coincidencias a tablas de doble entrada solo numéricas y así quedan contabilizadas.

Luego sumamos las coincidencias de una de ellas con todas las demás y al dividir por el número de localizaciones obtenemos la ratio de coincidencias/total. Por ejemplo sumamos los datos que están en rojo en la Tabla 2 (corresponden a las coincidencias de Quintanilla de Babia) e igual para los demás:

Malpartida de Plasencia: 57 coincidencias Ratio: 9,5

Villablino: 71 coincidencias Ratio: 11,8

Quintanilla de Babia: 74 coincidencias Ratio: 12,3

Santa María del Páramo: 65 coincidencias Ratio: 10,8

San Martiño de Suarna: 41 coincidencias Ratio: 6,8

Berrande: 48 coincidencias Ratio: 8

Porto de Sanabria: 62 coincidencias Ratio: 10,3

La ratio media es de 9,9

Si se observa la tabla de coincidencia por parejas de localizaciones destacan las que existen entre Malpartida de Plasencia y Porto de Sanabria por un lado y entre Villablino y Quintanilla de Babia (son recogidas por la misma fecha) por otro, que ascienden a 17 de 22 posibles.

Las que menos coinciden son Malpartida de Plasencia con San Martiño de Suarna (2) y Porto de Sanabria con San Martiño de Suarna (3) cosa que parece lógica ya que si entre ellas coincidían mucho, no lo harán con una tercera. En cambio las dos versiones gallegas no tienen casi coincidencias entre ellas (solo 7 de 21).

En cambio, al contabilizar las coincidencias totales de cada una con todas las demás, destacan Villablino y Quintanilla de Babia con 71 y 74 respectivamente; mientras que de nuevo las versiones «gallegas» son las que menos coinciden con las otras: 41 veces San Martiño de Suarna (Lugo) y 48 veces Berrande (Ourense).

La versión de Porto de Sanabria presenta el máximo de similitudes con todas las demás, excepto con las gallegas (aunque alguna hay). Con la versión extremeña parece haberse trasladado tal cual, aunque carece de algún extra; por la fecha de publicación (1995) es posterior a la de Malpartida de Plasencia (1944).

De los 11 episodios con 22 item o respuestas estudiados hay bastantes coincidencias en lo general de ellos con algunas precisiones: en todas existe la descripción de la genealogía de la borrega pero no completa e igual en todas; la descripción de la loba es a medias; hay 7 perros o cachorros, en alguno hay perro de los hierros, pero el nombre de la perra es Trujillana, Guadiana, Trojillana, Sevillana, etc; los premios a los perros consisten en leche y hogaza o leche y cuajada y el castigo siempre la cayada; de la razón por la que los perros rechazan la oferta de la loba: alobadada, esmenuzada, maltratada,..; el desguace en todas es minucioso pero algo distinto.

Desmenuzando las coincidencias y diferencias:

Episodio 1. En todas las versiones es igual, excepto Santa María de Suarna que es una «niña adormentada» y la de Berrande que es un «buen pastorcillo en su majada» y la de Santa María del Páramo que «está en vela» sin hacer nada.

Episodio 2. Solo la versión de Malpartida de Plasencia tiene los versículos descriptores del cielo, la Luna y el estado del rebaño.

Episodio 3. Todas las versiones mencionan 7 lobos (lobitas o loba) que vienen por una cañada (oscura, larga, verde, escura); la versión de San Martiño de Suarna solo apunta una loba y no describe el entorno; la de Berrande escribe «por naquela arada».

Episodio 4. En todas las versiones echan a suertes excepto en Santa María del Páramo y San Martiño de Suarna; la descripción de la loba es parecida aunque en las versiones de Santa María del Páramo y San Martiño de Suarna no se hace. En las versiones de Santa María del Páramo y Berrande aparece un diálogo entre el pastor y la loba a la que advierte y amenaza con los perros y ella contrarresta amenazando con sus «dientes como navajas».

Episodio 5. Cuando la loba (o los lobos) se va a acercar a las ovejas se llama majada, redil, rebaño, red, al recinto donde están. En unos casos da 3 y en otros 7 vueltas hasta que a la siguiente siempre coge a la borrega[25] (una vez cordera) blanca, excepto en San Martiño de Suarna donde es «cordeira moura». Todas las versiones hacen una descripción de la genealogía de la borrega (con mayor o menor detalle) excepto la de Berrande.

Episodio 6. Solo la versión de Malpartida alude al destino de la borrega como regalo al amo en el domingo de Pascua y esto lo consideramos de suma importancia, no como un añadido; más bien creemos que es una pérdida de las otras versiones.

Episodio 7. Todas las versiones hablan de 7 perros o cachorros, alguna del perro de los hierros y en cuanto al nombre de la perra principal llega a ser Trujillana, Trojillana, Zagala, Guardiana (una incluso llama Guadiana que consideramos error de escritura), Sevillana.

Episodio 8. Para aleccionar a los perros el pastor dice cobráis, matáis, se la quitáis, pilláis, cogéis e incluso la de Villablino solo promete al primero que coja a la loba en general cena o ración doblada (o ganada) consistiendo ésta en leche y hogaza o 7 calderos (cuartillos, barreños) de leche y otros 7 de cuajada; solo en San Martiño de Suarna le promete que «e se non e o domingo, ha de ser pola semana». Todas las versiones excepto 2 prometen el castigo con la cayada (cayata en un caso) si no alcanzan a la loba.

Episodio 9. En 4 de las versiones persiguen a la loba durante 7 leguas; en 2 no evalúan distancias y en otra ni siquiera hablan de la persecución. Los lugares por donde la persiguen son sierras muy agrias, barbechadas; al subir un cotorrito (salir del monte, pasar arroyuelo) y entrar (o saltar) en un barranco o llegar a una cañada, la loba ya va cansada, la encuentran y la cogen y levantan por el aire. La versión de San Martiño de Suarna no describe este pasaje. La de Malpartida especifica que los perros se esmigajaban las uñas en la persecución. En la de Villablino se «menuzaban» las patas. Es significativa la diferencia de la versión de Berrande en la que llega el pastor tras los perros.

Episodio 10. En el diálogo de la loba con los perros, tras ser alcanzada, ofrece devolver la borrega sana y buena, sanita como estaba, sana y conforme estaba, de la cual no comió nada. Los perros la rechazan por considerar que ya está alobazada, alobadada, esmenuzada, maltratada, porque les va a reñir el ama. En la versión de Berrande, como ha llegado el pastor, dialoga con la loba que le ruega dejarla ir.

Episodio 11. La relación de los elementos en que despiezan a la loba es detallada o detalladísima. Es curiosa la versión de San Martiño de Suarna en que la loba discute con los perros disuadiéndoles de que su pellejo valga nada.

Versiones ubicadas en las Cañadas Segoviana/Soriana Occidental

Así como en el anterior grupo de versiones se eligieron algunas situadas en una cañada coincidente con un eje Norte-Sur en la península, aquí hemos seleccionado otro grupo que discurren en cañadas en dirección Noreste-Suroeste. Se han elegido en este caso 9 versiones dado que abarcan mayor extensión. Han sido en este caso: Esparragalejo (Badajoz), Navalpino (Ciudad Real), Navalcán (Toledo), Somosierra (Madrid), Bercimuel (Segovia), Cerezo de Río Tirón (Burgos), Sotillo del Rincón (Soria), Canales de la Sierra (La Rioja), Villaverde y Pasaconsol (Cuenca).

La versión de Esparragalejo es muy corta (solo 28 hemistiquios) mientras que la de Canales de la Sierra es la más larga (58) y tiene unas connotaciones especiales que posteriormente desarrollaremos.

El análisis de los datos se hizo exactamente igual que para el grupo de las situadas en la cañada Vizana.

A destacar la coincidencia casi total (21 entre 22 item) entre las versiones de Navalpino (Ciudad Real) y Villaverde y Pasaconsol (Cuenca). Son también notables el parecido de ambas con la de Navalcán (TO) donde se dan coincidencias de 12 y 13 item. Y entre las desavenencias la de Bercimuel (Segovia) con Canales de la Sierra (La Rioja) donde es extrema ya que coinciden solo en 2.

En cuanto a los datos que recogen las coincidencias totales de cada una con las demás aparecen destacadas Villaverde y Panaconsol (86) y Navalpino (77) con máximos y Canales de la Sierra (45) y Bercimuel (47) con mínimos.

Episodio 1. Lo más corriente es presentar al pastor en su choza (chozuelo) pintando su cayada, aunque también aparece en vela, remendando la zamarra o calzándose sus albarcas. En la versión de Bercimuel comienza con la descripción de la noche («Las cabrillas ya van altas/la Luna va revelada/las ovejas de un cornudo/no paran en la majada») y enseguida aborda un diálogo con amenazas y respuestas de la loba, nombrando a la perra principal como Truquillana y ya no vuelve a la estructura normal hasta el episodio 5 del robo de la borrega y su genealogía.

Episodio 2. Solo las versiones de Navalpino y Villaverde y Pasaconsol lo citan (además de Bercimuel en otro orden) siendo uno de los motivos de su gran similitud.

Episodio 3. Aunque mayoritariamente aparecen 7 lobos también hay lobitos, solo una lobita, una tropada que aparecen de muy diversas formas.

Episodio 4. La actitud de echar a suertes a quien toca el asalto a la majada se menciona solo en el 50 % de las versiones; se describe en algunas versiones a la loba que le ha tocado y no demasiado en detalle en todas.

Episodio 5. En este se menciona un batiburrillo de vueltas a la red (1/2, 1, 2, 3, 7) y, por lo general, se describe la genealogía de la cordera o borrega aunque no siempre extensamente.

Episodio 6. El destino de la cordera es mencionado en la mitad de las versiones y no en las otras.

Episodio 7. Mayoritariamente son 7 cachorros (o cachorrillos) los que van a perseguir a la loba pero en una ocasión será solo un perro Rabón; la perra se llamará Trujillana casi siempre, pero también Guardiana; en dos versiones no existe este episodio porque en una de ellas no hay perros que persigan a la loba sino que lo hará el propio pastor.

Episodio 8. No existe esta escena en 3 de las versiones y para el resto viene a ser leche y hogaza o calderos de leche y cuajada el premio a los perros si cobran, corren, agarran, quitan la cordera a la loba y el trato con la cayada (punta de la gayada, cachaba) el castigo por no conseguirlo. Así pues, ante el panorama, en dos versiones los perros se desmigajan o esmigajan las uñas en la persecución. En la versión de Canales de la Sierra (La Rioja), que es la que más se despega de todo el resto, empieza en este episodio un trato entre el pastor, el mayoral y el amo que lleva a una propuesta de ascenso profesional del pastor que reivindica derechos para aceptarla. Y lo más raro de toda la versión es que, tras volver -por unos versos- al diálogo entre perros y loba, acaba con un villancico totalmente inédito en todas las versiones existentes excepto en alguna más entre las riojanas.

Episodio 9. Se repiten los versos donde a lo largo de 7 leguas persiguen a la loba, pero no es tan uniforme la descripción de por qué lugares y de donde y como la alcanzan. En las versiones de Navalcán y Bercimuel aparece el pastor con un cuchillo y la loba suplica que no la mate. En la de Somosierra es la única de las conocidas en que «siete leguas la arrastraron por tierras muy bien aradas a la cueva que habitaba». En la de Cerezo de Rio Tirón llama la atención este pasaje: «al bajar un pedrecito y llegar a una llanada echan la loba a tierra y le dan fuerte sotana». O en la de Sotillo de Rincón en que «al pasar un barranquillo le echa mano la guardiana».

Episodio 10. Este episodio se presenta uniformemente en cuanto al ofrecimiento a los perros por parte de la loba en casi todas las versiones, con la salvedad de «sin faltarle tajada» en la versión de Bercimuel. Pero para rechazar los perros el trato con la loba el motivo es por tener a la borrega embabosada, baboseada, mascullada, alobadada, maltratada, embabiseada, babeada, es decir ni una coincidencia.

Episodio 11. Por último, respecto al despiece de la loba siguen las coincidencias –más o menos extensas y explicadas- aunque son dignos de resaltar algunos términos como los siguientes: el rabo para un boal en la versión de Esparragalejo, los güesos para silbatos para guarrear las cabras en la de Navalcán, las uñas pa cucharones para comer migas canas en la de Somosierra donde además pide «la carne para el salón para no desperdiciar nada», «un retal para piangos pa la criada» en la versión de Cerezo de Riotirón o el «jopo» (en lugar del rabo) para abanicar las damas en la versión de Sotillo de Rincón.

Estudio en cancioneros

Además de los estudios hechos sobre Fondos Documentales diversos, queremos hacer este específico examen de los Cancioneros que contengan este romance y que estén a mi disposición. No todos ellos contienen este tema y tampoco todos aportan el texto completo que necesitamos. Por ello –siguiendo una metodología igual a la empleada hasta ahora- hemos elegido las versiones siguientes: una extremeña del Cancionero Popular de Extremadura de B. Gil, otra de Aldeaquemada (Jaén), otra leonesa del cancionero de Mariano D. Berrueta, una más de un cancionero murciano, otra de Ayllón y otras localizaciones en el cancionero de Agapito Marazuela, la de El Real de San Vicente en Toledo y una de las que aparecen en el Cancionero Musical Manchego de Pedro Echevarría Bravo.

Por puro azar estas versiones aparecen diseminadas por buena parte de la geografía peninsular, sin buscar criterios de vías pecuarias, ni fechas de antigüedad. Aun así es evidente que remotamente guardan relación con el sistema de dispersión que venimos analizando aunque dada la variedad de fechas de recogida pueden haberse conocido por vías secundarias.

Vemos que aquí son menos y pocas las coincidencias y solo destacaría que, por abajo, son mínimas las coincidencias de la versión toledana de El Real de San Vicente con casi todas. Con un máximo de coincidencias destacan Murcia con Ayllón. Casi todas tienen una baja ratio de coincidencias con las demás salvo Murcia y Ayllón.

Marcaremos las diferencias más llamativas. Por ejemplo B. Gil comienza con «Sentadito a la sombra de un barranco» y la de Toledo «Serena estaba la noche…». La versión de Berrueta es la única –que recuerde– que nombra «un caldero de calostros y leche migada» como premio a los perros. Esta misma hace la mayor descripción del desguace de la loba de cuantas hemos conocido. También la versión de Agapito Marazuela contiene la única alusión a premiar a los perros «amamantándolos de la teta de una cabra». Finalmente en la versión de El Real de San Vicente, que responde solo a los primeros 13 items, el pastorcillo llora en su cabaña, añora a la cordera, pero no manda perseguir a la loba; acaba como empezó: «Serena estaba la noche, clara estaba la mañana». La versión de Aldeaquemada se titula La loba Vieja. La mitad de ellas llevan el episodio de la descripción del cielo y la luna. También la mitad de ellas llevan inserto, en uno u otro lugar, un episodio de diálogo del pastor con la loba. La versión de El Pedernoso es la única que tiene algo parecido a un estribillo. En general todas estas versiones aportan una descripción larga y detallada del despiece de la anatomía de la loba.

Estudio de tres versiones cántabras y unas notas sobre versiones madrileñas

En Cantabria hay tres versiones en las que nos hemos fijado porque tienen unas circunstancias especiales. Las tres están recogidas en Pan-Hispanic Ballard Project en el mismo año (1933) y están localizadas en tres poblaciones muy próximas. Las distancias de estos municipios (con referencia alrededor de Potes) son de 30 km entre Lurienzo (del municipio de Cabezón de Liébana) y Dobres (municipio de Vega de Liébana), 40 km entre Lurienzo y Belmonte (municipio de Polaciones) y 57 km entre Dobres y Belmonte.

Nos llama la atención el hecho de que no concuerda con las apreciaciones de Ramón Menéndez Pidal (que eran de unos pocos años antes) de que los territorios que estaban fuera del ámbito de la trashumancia no habían recibido este romance. Se supone que todas ellas tenían contacto con itinerarios de la Cañada Real Leonesa. Pero haremos los oportunos comentarios en las conclusiones finales.

La metodología comparativa que se ha empleado es la misma que en los grupos anteriores.

Episodio 1. En todas aparece el pastor remendando la zamarra y no pintando su cayada.

Episodio 2. Ninguna menciona el pasaje del estado del cielo y la Luna.

Episodio 3. Es bastante uniforme en las tres.

Episodio 4. En todas es novedoso el hecho de acercarse al redil para «echar la caza», «a quien toca la cazada», «hacer la caza». Esto no aparece en ninguna otra versión lo cual las uniforma e individualiza de las demás.

Episodio 5. Aunque la descripción de la genealogía de la cordera robada es similar, no coinciden la forma de acercarse ni la descripción del animal llevado que en alguna ni se nombra.

Episodio 6. Ninguna menciona el pasaje del destino que iba a tener la cordera robada.

Episodio 7. En cuanto a la perra del pastor es llamada Guardiana aunque en la versión de Dobres aparece como «Guadiana» (creemos que pueda ser un error de escritura en la fuente). Pero hay que resaltar que esta misma versión hay tan solo otro perro al que se llama Oliveros, siendo la única que conozcamos en que ocurre.

Episodio 8. En estas versiones el pastor pide a los perros que o me «traéis», «pescáis» a la loba y tendréis 7 barreños, calderos de suero, leche o cuajada como premio, o castigo con la cayada en todas ellas.

Episodio 9. La loba es perseguida 7 leguas en todas las versiones pero por «colladas», «altas montañas» o nada y al final cogen a la loba cansada.

Episodio 10. Es aproximadamente similar en todas ellas.

Episodio 11. Todas describen el destino de los despojos de la loba; la versión de Lurienzo emplea diminutivos (patitas, ojitos, rabito) y el uso es llamativo: «volver a la majada», «ver las montañas», «espantar moscas», «chupar (el rabo) los mozos por la mañana».

Como se ha reseñado ninguna cuenta con extras que haya en otras versiones.

Quiero resaltar como rara, la diferencia de localizaciones en la persecución, dada su proximidad y homogeneidad orográfica del terreno.

Las coincidencias de Lurienzo son 13 con Dobres y 16 con Belmonte. Las de Dobres son de 13 con Lurienzo y 14 con Belmonte. Finalmente Belmonte coincide en 16 con Lurienzo y en 14 con Dobres. Por tanto son relativamente elevadas y uniformes. Las coincidencias totales para calcular la ratio son: Lurienzo 29, Dobres 27 y Belmonte 30. Ratios: Lurienzo 14,5, Dobres 13,5 y Belmonte 15 y la ratio media 14,3. Estos datos igualmente los comentaremos en las conclusiones finales.

En cuanto a las versiones madrileñas queremos resaltar una curiosidad que las hace únicas. Efectivamente en 3 de ellas son las que en el hemistiquio 11 (Los Santos de la Humosa-cañada Soriana Occidental), en el 15 (Valdeavero-cañada Soriana Occidental) o en el 17 (Navarredonda-cañada Segoviana) mencionan que los perros corrieron siete leguas a la loba «por los montes de Granada». Recuérdese que el resto de versiones citan variedad de accidentes geográficos por los que se persigue a la loba que ha robado la cordera, pero ninguno más centra su denominación en ningún lugar concreto como Granada; además es extraño y poco probable que esas localidades se acuerden de lugar tan desviado de las actividades pastoriles relacionado con la trashumancia. En todo lo demás las tres versiones tienen las coincidencias o desavenencias normales y estudiadas en muchos de los casos. Para este caso no se puede argumentar la coincidencia de fechas de recogida pues la versión de Los Santos de la Humosa es de García Matos en 1951 y las de Navarredonda y Valdeavero –ambas recogidas por José M. Fraile Gil- son de 1994 y 2007 respectivamente.

Cuando la citada y extensa versión de Canales de la Sierra (en el grupo de las que están en la cañada Soriana y cuyo texto aparece en Riojarchivo) remite a versiones madrileñas, conquenses o guadalajareñas para explicar precedentes del extrañísimo final que tiene, donde acaba con un villancico, hemos encontrado una en Fuentidueña de Tajo que acaba con «Ande, ande, ande la marimorena, ande, ande, ande que es la Nochebuena» y otra en Valdeavero (Pan-Hispanic Ballad Project) donde se añade como nota al pie que se canta el estribillo «A Belén camina la Virgen María y a San José lleva en su compañía» detrás de los versos pares. Pero estas leves referencias no tienen nada que ver con el excesivo verbo añadido en el tal villancico de Canales de la Sierra.

Estudio de las versiones aragonesas

Añadimos este pequeño relato de aquellas versiones que encuentra Julio Alvar, fuera del ámbito meseteño y extremeño, en Aragón. Lo hacemos como aclaración a las primeras indicaciones que hiciera Menéndez Pidal sobre la inexistencia de versiones fuera del ámbito de las Cañadas Tradicionales, aunque posteriormente rectificara al conocerse su extensión pasado el tiempo.

En Sabiñánigo (Huesca) cita el Romance de La loba colorada indicando que parece una versión que vino de La Mancha. Esta es la que nombra «hincando las alcayatas», igual que la versión de La Roda (Albacete) coincidiendo además en que la loba da 3 vueltas al corral pero distinguiéndose en todo lo demás.

En Sallent de Gállego (Teruel) recoge otra versión del Romance de la loba parda que es muy parecida a la de Menéndez Pidal.

En Terriente (Teruel) se encuentra el romance, otra vez llamado de La loba colorada. Tiene la misma estructura básica que el clásico de Menéndez Pidal, pero empleando otros términos léxicos.

Por último en Alagón (Zaragoza) sitúa el romance, esta vez llamado de La lobita patituerta. Aquí la novedad es que las 7 leguas de la persecución son barbechadas, especificando unas con 4 surcos y otras con 3. Tiene la misma estructura clásica y cambios de términos en el vocabulario empleado.

Unas pocas anotaciones sobre las versiones de Corpus de Literatura Oral

Se hace un comentario aparte para este grupo de versiones porque casi todas están en un ámbito territorial que no se ha estudiado en el presente trabajo (provincias de Ciudad Real, Jaén, Ávila), proceden de un mismo fondo documental, las fechas de registro son más recientes (todas de los años 80 del pasado siglo en adelante) y son muy «similares» musicalmente ya que las melodías que se pueden escuchar son cantadas por personas mayores que casi recitan, ayudándose de canturreos muy indefinidos y hasta parecidos, con una entonación muy «sui génesis».

Las versiones de Navalpino (CR), Alcaudete (JA), Cerralbo (SA), son las mismas que la de Malpartida; las de Brazatortas (CR) y Santiago-Pontones (JA) casi las mismas que esa clásica.

La versión de Corral de Calatrava (CR) también menciona a Granada pero como origen de los perros y no como lugar de la persecución; pero en general es bastante diferente. La de Arroba de los Montes (CR) también es muy distinta. La de Alcoba (CR) es diferente. Las de Serranillos (AV) y Miguelturra (CR) son muy cortas y diferentes. Una versión de Jamilena (JA) aparece truncada en el hemistiquio 12.

Estudio literario y musical de algunas versiones grabadas

Al abordar el estudio pormenorizado y comparado de las distintas versiones hemos encontrado algunas consideraciones generales sobre el texto del romance, sobre datos genéricos comunes en muchas de ellas.

Los romances como este de La loba parda son considerados, tanto en el aspecto literario como en el musical, obras narrativas; en este caso es de temática pastoril. La métrica literaria del texto es la estrofa típica del romance con una serie indeterminada -según las versiones- de versos octosílabos sin rima los impares y con rima los pares aunque pueda ser en consonante o asonante; en la versión de Menéndez Pidal expuesta, hay un par de excepciones de versos (11 y 17) que deberían ir rimados y no lo hacen y otro par (8 y 9) que no son octosílabos pero si cuentan a efectos métricos al acabar en palabra aguda; para conseguir que no falte la rima se repiten, en algunas versiones, ciertas palabras en los finales de verso.

Es destacable la prosopopeya empleada al hacer hablar a los seres irracionales (perros, loba) con los racionales (pastor), discutiendo y mostrando sentimientos impropios de aquellos. Esto, que es más bien propio de los cuentos fantásticos, aparece en esta historia-romance.

Destacable es también la repetición del número 7 en diversos pasajes del romance. Aparece en casi todas las versiones y en varios episodios: las vueltas que se dan al redil, el número de lobos y de perros, el número de raciones que el pastor ofrece a los perros, las leguas de distancia que los perros persiguen a la loba. Habría que estudiar (que no es objetivo de este artículo) la persistencia y el motivo de la aparición de este número mágico en el romance; el número 7 es mágico por ser la combinación del 3, número sagrado (símbolo de la perfección, tres personas divinas) y del terrenal 4 (cuatro elementos clásicos componentes del universo, cuatro puntos cardinales) estableciendo un puente entre cielo y tierra sumando 7 (siete días de la semana, siete fases de la Luna, siete planetas, siete esferas celestes,..).

El texto del episodio final, el de la descripción del destino de los despojos de la loba, nos aporta un interesante documento etnográfico al indicarnos cómo es utilizado (en unas versiones con mayor extensión que en otras) cualquier material natural en la vida y actividad cotidiana de, al menos, los pastores; desde prendas y utensilios básicos como zamarras, zurrones, correas o tenedores hasta otros más sofisticados como abanicos, badajos de campanas o cuerdas para vihuelas.

Se da un estilo mixto que mezcla la narración con el diálogo. En este caso el narrador cuenta los hechos en primera persona y los diálogos se establecen entre pastor y lobos, entre pastor y perros o entre perros y loba.

Los modelos melódicos de las versiones encontradas en algunas fuentes mencionadas (Corpus, Fonoteca FJD y Riojarchivo) y que disponen de documentos sonoros, vienen a ser muy uniformes, caracterizándose por canturreos monocordes muy indefinidos y hasta parecidos, pero todas distintas.

En cuanto al análisis musical[26] de las versiones colgadas en Internet y seleccionadas aleatoriamente, se puede decir que no hay ninguna melodía igual a otra: se detectan tanto variaciones rítmicas como melódicas, de acentuación o de carácter tonal-modal. No solo son distintas las que se basan en los sistemas modales, más propios en las interpretaciones con rabel, zanfona o zambomba; también son distintas las versiones que utilizan melodías tonales. Incluso existen versiones cuya música se aparta mucho del aire romancesco: la del grupo Raíces tiene aires de fandango castellano, la de Yedra de seguidilla manchega y la de Joaquín Díaz, aunque pretendidamente «romanceada», se debe a una bellísima creación propia. La variedad de instrumentos empleados ya viene incluida en la tabla. A mayor simplicidad de instrumentación, comparándola con la fecha de recopilación, podemos inclinar su origen como más ancestral o más elaborado.

Al respecto de los cambios tan llamativos en las melodías de este romance dice Miguel Manzano, hablando en términos generales: «En la música de tradición oral es la memoria de los intérpretes el soporte principal y casi siempre el único del repertorio cantado. Y es también la memoria y su activación durante el acto de cantar el fundamento de la interpretación y de la creatividad que unas veces funciona reproduciendo fielmente lo escuchado y aprendido, otras introduciendo variaciones en una forma reflexiva o espontánea y en otras ocasiones cambiando los rasgos definitorios de un determinado tipo melódico y convirtiéndolo en otro totalmente diferente. En el caso de los romances la memoria musical no funciona solidariamente con el texto, sino independiente de él, como lo demuestran dos hechos muy frecuentes. Primero: un mismo texto de romance se canta con diferentes melodías entre las que no hay parentesco melódico alguno. Segundo: una misma fórmula melódica se aplica a diferentes temas narrativos entre los que tampoco hay parentesco literario»[27].

Siguiendo criterios de Crivillé y Bargalló y fundamentalmente de Miguel Manzano para clasificar a los romances en general, pero con adaptaciones para aplicarlas a las distintas versiones de nuestro caso, clasificaremos a continuación los ejemplos analizados.

Respecto al estilo melódico encontramos algunas que entrarían bajo el epígrafe de estilo narrativo severo donde la fórmula melódica es un mero soporte para una recitación musicalizada del texto narrativo duplicando la melodía vocal (serían las de Yesca, J. Javier Tejada, Francesco de Cristofaro, Jaraíz y Paulo Preto); otras serían de estilo narrativo melódico con musicalidad más desarrollada y aportando equilibrio entre el texto y las melodías (las de Jaras de Alcor, Nuevo Mester de Juglaría o Candeal); de estilo narrativo-lírico la de Joaquín Díaz y el resto, por sus circunstancias especiales, irían como estilo de tonadilla vulgar (las de Raíces y Yedra). Aproximadamente coinciden con los análisis modales, modales cromatizadas o tonales indicadas en la tabla 9.

Respecto a la estructura de desarrollo melódico encontramos también alguna variedad como las estructuras simples tipo AB (como en Yesca, J. Javier Tejada, Raíces), tipo AA (Nuevo Mester de Juglaría), tipo ABB (Francesco de Cristofaro, Yedra, Paulo Preto), tipo ABC (Candeal, Jaras de Alcor), tipo AA BB (Jaraíz) o tipo más complejo como ABB ABBB AB (Joaquín Díaz).

Explicaciones finales y conclusiones

  1. La distribución de casi todas las versiones – tanto las estudiadas como las consultadas y no incluidas– se reparte fundamentalmente por el área correspondiente a las regiones relacionadas con el fenómeno de la trashumancia. Solo unas pocas están fuera de esas zonas y de los ejes estudiados y siempre se podrá encontrar alguna explicación para su procedencia. Por tanto sí se puede comprobar (bajo el cumplimiento de los criterios asignados) que la difusión ha tenido relación con la actividad de la trashumancia.
  2. Sin embargo no es posible establecer demasiadas similitudes entre unas y otras versiones para decidir secuencias y patrones de trasmisión. Los análisis no pueden concluir cuales versiones han podido derivar en otras concretas, ni a través de qué determinada vía pecuaria. Como se observa en los datos de las distintas tablas es casi imposible establecer un patrón de variantes atribuibles a diferentes zonas geográficas o ejes de trasmisión. Analizadas las coincidencias de los criterios estudiados en las tablas no se observa una similitud completa.
  3. Lo que sí está claro es que hay numerosas variaciones (casi siempre de detalle y no de fondo) de unas a otras. Pueden ser debidas a olvidos de los textos originales y posterior reconstrucción con aportaciones personales para concluir la historia contada. O quizá al afán de cambiar ciertos términos por otros con significados y connotaciones más locales.
  4. Para las diferentes melodías con que se cantan las diferentes versiones, es imposible establecer cómo ni en cual momento se cambiaron y/o adaptaron. Cuanto más viejo es un romance, mayor variedad hay en las fórmulas melódicas con que se canta, hablando en términos generales. Y al contrario, la unicidad de la fórmula melódica para un mismo texto narrativo es un indicio casi seguro de que el texto es reciente.
  5. Creemos tener una explicación para algunos de los cambios producidos entre unas y otras versiones. Sin entrar de nuevo en cual pudo ser la original, suponemos que algunas variaciones se deben a errores de percepción, por similitudes fonéticas, al escuchar/aprender el romance y luego al reproducirlo. Así pues, cuando la versión de Santa María del Páramo dice «estando un pastor en vela», la de Cuevas del Valle repite «estando un pastor en Neila»; cuando una se refiere a que los colmillos de la loba «cortan como navajas» la otra lo cambia por «cortan como una vaca»; en el pasaje del diálogo entre el pastor y la loba donde la amenaza con que su perro de los hierros «te irá a sacar el alma» se convierte en «tira a sacar el alma»; cuando una dice que la borrega robada es «hija de la manituerta y nieta de la maniblanca» la otra dice «ni hija de la manituerta ni hija de la maniblanca»; a la versión de Cuevas del Valle le falta un verso del pasaje del desguace de la loba, lo que se debería a olvido involuntario, ya que en todo lo demás son idénticas. Abundando más estos datos, aunque sin ánimo de exhaustividad, creemos ver que donde en muchas versiones se ofrecen «siete calderos de leche y otros tantos de cuajada» a los perros, en la versión cantada por Raíces vienen a ser «siete calderos de leche y otros siete de tajada» que no sabemos que significaría este cambio a no ser debido a error de percepción. Esta, y no otra, debe ser la razón del cambio de Trujillana por Trojillana, Torbillana, Truquillana, Torquillana, Trujillanda, Triburciana, etc así como en otras versiones que cambiaron a Sevillana y luego convirtieron a Guardiana, Guadiana, Godiana, etc. Cabría pensar también que algún pastor prefiriera llamar a los perros con nombres de los suyos propios como cuando les da el nombre de Oliveros, Rabón, Mejorana, etc. No me cabe duda que los parecidos fonéticos lleven a otro de los cambios observados: de Cayada (mayoritaria) a Gayada (versiones Somosierra, Brazatortas y cancionero murciano), a Gayata (versión Terriente), a Cayata (versión Berrande) y de esta a Alcayatas que aparece en algunas versiones (Sabiñánigo, venida de La Mancha; La Roda de Albacete) que no tendrían ningún sentido (lo de las alcayatas) en un chozo de pastor de hace siglos.
  6. Para el caso de los lugares por los que se persigue a la loba, las distintas descripciones nos parecen adaptaciones a la orografía particular de los lugares donde se canta el romance, convirtiendo las «altas montañas» o «sierras muy agrias» a «cotarritos», «cerros» o «colladas» y a «cañadas», «vegas muy llanas» o «barbechadas» según corresponda la versión a tierras más serranas o más llanas y cultivadas.
  7. Si buscamos explicaciones a por qué en unas aparecen cosas que en otras no existen, consideramos que cuando hay diferencias en los episodios que faltan en unas respecto a otras se deben más a pérdidas de las sucesivas versiones por olvidos, que a añadidos en las nuevas por inspiración del relator. Aunque de todo habrá.
  8. Respecto a la cantidad de variaciones o conservación de coincidencias hemos detectado, a través de las ratios medias de coincidencias que las versiones que han conservado mayores coincidencias son precisamente tres que fueron recogidas en la misma fecha y en lugares muy cercanos (ratio de 14,3). Para las versiones situadas sobre el trazado de la Cañada de la Vizana o Vía de la Plata la ratio media queda en 9,9 mientras que para las que hemos analizado en otras cañadas como la Segoviana/Soriana que abarca una extensión mayor, la ratio solo alcanza un valor de 8. Esto nos diría que las versiones consideradas más clásicas, situadas en el trazado de la Vizana, sufren menos divergencias, aguantando mejor las coincidencias, que otras a lo largo de otros lugares. Las mayores similitudes se deben a que las variaciones se refieren casi siempre al léxico y menos veces a los cambios en los episodios. Efectivamente, todo cambio en la existencia o no de determinado episodio provoca mayores diferencias que un simple cambio de un término por otro. Por tanto parece más clara la hipótesis de que cuanto más cercanas y coetáneas sean las versiones, más parecidas son entre sí o lo que es lo mismo, han tenido menores ocasiones de variar, con las salvedades antes apuntadas como explicaciones de las variantes.
  9. Los datos extraídos de la comparación de versiones encontradas en los cancioneros, nos aportan una ratio de coincidencias de 8,7; es pues bastante baja y comparable con la de las rutas Segoviana/Soriana (8). Habida cuenta de que estas versiones están particularmente separadas en un conjunto de vías pecuarias, la conclusión que seguiríamos es que afectando a mayor extensión territorial y a mayor diferencia temporal es lógica su baja tasa de parecidos. Las separaciones geográficas y temporales han contribuido a su diferenciación.
  10. Para el caso de las tres versiones cántabras muy coincidentes que antes se apuntaron, la hipótesis se refuerza porque el fenómeno del traslado de ganados (que es mayoritariamente vacuno) que se realiza en la zona es más por trasterminancia que por trashumancia; este fenómeno implica el traslado de los ganados desde los valles hasta las montañas en la zona de los picos de alrededores de Potes, entre poblaciones cercanas de los valles de Liébana y conlleva menor movilidad y mezcla de personas de otras zonas.
  11. En el artículo que habla de la versión de Los Barrios y otras gaditanas[28], se dice que la trasmisión –como no podría dejar de ser así- también se manifiesta de otras formas, no solo por la trashumancia. En ese artículo se afirma que por la zona costera de Cádiz aparecen varias versiones que utilizaban los marineros para acompañarse en las faenas del mar, la fábrica de remos o el cosido de redes y que según una autora debieron llegar con emigrantes extremeños que bajaron en los siglos xvi y xvii a trabajar en las almadrabas gaditanas. Otra teoría sobre la dispersión afirma que puede ser debido a que el libro Flor Nueva de Romances Viejos, que contiene al romance, fue texto obligado de estudio para los maestros de la República y Misiones Pedagógicas que así lo trasladarían por todos los lugares, lejos de las rutas pastoriles que pudieran haber sido las primeras difusoras. De hecho los recopiladores de algunas versiones manifiestan que fueron oídas de personas que declararon conocerla desde la escuela donde la aprendieron, incluyéndose en este apartado las que proceden de los Concursos convocados y recogidas en el Fondo de Música Tradicional. En cambio no consideramos demasiado factible que el personaje del «ciego de los romances» músico y profesional de la trasmisión fuera responsable como algunos han llegado a decir; porque este romance no sería corriente que lo llevara en su reportorio que solía ser de otro tipo más truculento, sentimental o de fama; y porque este fue un personaje aparecido mucho después de las primeras trasmisiones de nuestro romance.
  12. Hay varios casos singulares en estos recorridos de las cañadas Segoviana/Soriana. Está por una parte el de las coincidencias entre Villaverde y Pasaconsol (CU) y Navalpino (CR) que alcanzan a 21 de los 22 item posibles. No puede haber duda de que son la misma versión. Villaverde y Pasaconsol pertenece a la Cañada Conquense o Soriana, que alternativamente es llamada así en diferentes tramos; Navalpino accede a la Cañada Segoviana; ambas cañadas se unifican a la altura de Brazatortas (CR) de donde también existe otra versión. Aunque recogidas en distintas fuentes (en Pan-Hispanic Ballad Project la de Villaverde y Pasaconsol, en Corpus de Literatura Oral la de Navalpino), son de fechas aproximadas: en 1984 la primera y en 1981 la segunda. Sin embargo no hay suerte con la melodía, pues mientras de la versión conquense hay testimonio grabado por el grupo Alajú, de la otra aparece el romance solo recitado por el informante y esto nos impide concluir si son o no la misma. Por el lado opuesto, el de las diferencias, están Bercimuel (SE) y Canales de la Sierra (RI) que solo coinciden en 2 item y es debido a las rarezas propias de cada versión pues si Bercimuel (SE/Pan-Hispanic/1905) comienza con: «Las cabrillas ya van altas/ la luna va revelada; las ovejas de un cornudo/ no paran en la majada…» la versión de Canales de la Sierra (La Rioja/Riojarchivo/2017) es la que tiene el episodio del mayoral y acaba en villancico. Extraña tanta diferencia después de tener una relación casi directa en las cañadas, pues Bercimuel parte de la Cañada Segoviana que se convierte en Burgalesa en los límites con La Rioja y Canales de la Sierra está en la Cañada de Santa Coloma o de Las Siete Villas que procede también de Burgos. También son llamativas en esta red las diferencias de la versión de El Real de San Vicente (TO/Cancionero/1982) debido a que a partir del robo de la borrega ya sigue totalmente distinta, sin persecución de la loba y con el pastor lamentándose en su cabaña. Salvo las coincidencias del primer ejemplo, todos los demás explican la ratio tan pobre de coincidencias entre las versiones de la zona de las cañadas Segoviana/Soriana estudiadas.
  13. Un acercamiento en mayor profundidad a las versiones «aragonesas» recogidas por el citado Julio Alvar viene a decirnos, en palabras del autor, que todas las versiones las recogió de boca de pastores, antiguos pastores o hijos/nietos de pastores o alguna de jornalero del campo; esta información viene a decir que la canción y los pastores van ligados y sabemos que los pastores trashumantes y las cañadas están asociados.
  14. Acerca de las coincidencias entre las versiones de Malpartida de Plasencia y Porto de Sanabria podemos indicar que está documentada la trashumancia directa de ganados extremeños a Porto. Aún hoy en día siguen llegando a Porto ganados de Extremadura, tanto ovino como vacuno, desde Castuera, Campanario y Cabeza del Buey que, obligatoriamente habían de pasar por Malpartida de Plasencia[29].
  15. Las dos versiones gallegas que hemos situado sobre la vía de la Vizana son poco parecidas con las demás con que se las ha comparado. Ni siquiera son muy parecidas entre ellas. No sabemos encontrar ninguna explicación para estas diferencias. Esto nos permite afirmar que, si descontamos sus datos en el grupo de las versiones estudiadas sobre la cañada Vizana, la ratio recalculada sube desde 9,9 a 10,94 confirmando una de las explicaciones (conclusión nº 8) que antes se adelantaron.

Diego Díaz Gragera

Catedrático de Física y Química. Jubilado

José Ignacio de la Peña Gómez

(Colaborador analista musical)

Compositor. Director y Profesor de Armonía y Fundamentos de la Composición del C.O.M. «Esteban Sánchez» de Mérida

ExComponentes de VALDEQUEMAO FOLK




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https://www.youtube.com/watch?v=uW3smSYRiZE

https://www.youtube.com/watch?v=qILGNOq8qJs

https://www.youtube.com/watch?v=_VQUPRiW2Cc

https://www.youtube.com/watch?v=EtQ_YYSgKaY

https://www.youtube.com/watch?v=D-JRPwabObw




NOTAS

[1]Domínguez Berrueta, Mariano. Del cancionero leonés. PROA. 1941.

[2]Olmeda, Federico. Folk-lore de Castilla o Cancionero popular de Burgos. Librería Editorial de María Auxiliadora. Sevilla. 1903.

[3]García-Plata de Osma, Rafael. Artículo «La mi Nochegüena. Apuntes recogidos entre los jarales de Alcuéscar», en Revista de Extremadura. Año III. Núm. XXX. Diciembre. Cáceres. 1901.

[4]Antonio José. Colección de cantos populares burgaleses. Unión Musical Española. Madrid. 1980.

[5]https://depts.washington.edu/hisprom/optional/balladaction.php?igrh=0235

[6]https://funjdiaz.net/fono1.php?t=la loba parda

[7]https://corpusdeliteraturaoral.ujaen.es/

[8]http://www.riojarchivo.com/

[9]https://musicatradicional.eu/es/pieces?field_text_incipit_value=&title=la loba parda&field_melody_value=&genre=&loc=&source=All&field_language_tid=All&field_audiovisual_tid=All&field_musical_instruments_tid=All

[10]http://www.catalogo.fundacionramonmenendezpidal.org/index.php?id_category=37&controller=category

[11] Miguel Manzano. La Vía de la Plata como camino de intercambio de culturas musicales. Comunicación al Congreso Internacional sobre el Camino de Santiago/Vía de la Plata. Zamora. 1992.

[12] Componente histórico de la trashumancia en Extremadura. https://www.mapa.gob.es/es/desarrollo-rural/temas/politica-forestal/15_extremadura_04_tcm30-90203.pdf

[13] Destaco los artículos de Luis Díaz Viana «Tres versiones sorianas del romance tradicional de La loba parda» http://www.cervantesvirtual.com/obra/tres-versiones-sorianas-del-romance-tradicional-de-la-loba-parda/ y de Julio Alvar «El romance de La loba parda en Aragón» https://antropologiaaragonesa.org/pdf/temas/2.09_El_romance.pdf

[14] Adviértase que en el texto tiene la connotación pastoril: era, de entre los pastores, la categoría más baja y penosa del oficio; la ejercían jóvenes y sus funciones eran arrear al rebaño puestos a la cola, cuidar de las borras –corderas de menos de un año-, hacer recados y acarreos, etc.

[15] Menéndez Pidal, Ramón. Flor nueva de romances viejos. Austral. 1976 (9ª edición).

[16]Sanchez Romeralo, Antonio. Migratory Shepherds and ballad diffusion. En Hispanic Balladry Today. Ruth H. Webber. Garland Publishing Inc. New York. 1989.

[17] En la constelación de Tauro, en las noches límpidas y negras de invierno, se pueden observar un grupo de siete estrellas agrupadas como un pequeño rebaño, de referencia para pastores y gente observadora del cielo. Incluyo esta explicación por pertenecer a un verso incluido en esta versión, pero no en muchas otras y que, por tanto, es un índice identificativo.

[18] Cuando la Luna ya está próxima al horizonte, por la forma rebajada de la bóveda celeste y la densidad de las capas bajas de la atmósfera, se produce una ilusión óptica que hace ver el disco lunar de forma difusa y menor tamaño. Aunque también se puede interpretar como que está en su cuarto menguante.

[19] Suele ser común que los mastines que acompañan al ganado lleven un collar ancho –llamado carlanca-, erizado de púas, que les protege de las mordeduras de los lobos.

[20] Aquí, en lugar de cotorrillo, loma o alcor pequeño.

[21] Calzón o prenda de vestir del pastor, con dos perneras.

[22] Beltrán Miñana, Mª Nieves. Folklore toledano: canciones y danzas. Diputación provincial de Toledo. 1982.

[23] Pérez Fernández, Fco. José. Cancionero popular de Aldeaquemada. Folklore de las nuevas poblaciones de Sierra Morena. Instituto de Estudios Giennenses. Diputación de Jaén. 2015.

[24] Para esto me he inspirado en el trabajo de Julio Alvar antes citado.

[25] Es preciso distinguir que para el léxico pastoril no es lo mismo borrega que cordera. La primera sería la cría de la oveja con entre 1 y 2 años. La segunda tendría menos de 1 año.

[26] Debo declarar ahora la inestimable colaboración de mi excompañero en Valdequemao Folk, José Ignacio de la Peña Gómez, profesional y gran músico, que me ha pasado el análisis musical de las versiones trabajadas, algo que nunca podría haber hecho un profano en conocimientos musicales como es el autor del trabajo.

[27]Manzano, Miguel. La música de los romances tradicionales: metodología de análisis y reducción a tipos y estilos. Conferencia en el curso «Poesía popular y literatura». Aguadulce (Almería). 1993.

[28] Castro Buendía, Guillermo. El Romance de La loba parda y la Bulería corta de Jerez. Universidad de Murcia. 2012.

[29] VV. AA. Cuadernos de la Trashumancia nº 15. Extremadura. Web Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.



La trashumancia de las canciones. El caso del romance de La Loba Parda

DIAZ GRAGERA, Diego

Publicado en el año 2020 en la Revista de Folklore número 465.

Revista de Folklore

Fundación Joaquín Díaz