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Revista de Folklore número

461



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La actividad del pastoreo en San Vicente del Raspeig (Siglos XIX y XX) (II)

CARBONELL BEVIA, Lola

Publicado en el año 2020 en la Revista de Folklore número 461 - sumario >



3.2. Piensos y forrajes

Los piensos y forrajes fueron abriéndose camino entre los ganados caprinos y ovinos, a partir de la década de 1930, muy paulatinamente, coincidiendo la mayor demanda con épocas de sequía y, conflictos políticos –Guerra Civil–.

Cuando el clima era benigno, los animales se alimentaban exclusivamente de hierbas forrajeras, nacidas espontáneamente y de forma natural en el campo. En épocas de sequía, la falta de agua impedía el crecimiento de los brotes utilizados como pastos y, los animales se hallaban débiles, por la falta de alimento[1].

En 1937 comenzaron a escasear los piensos y forrajes, junto a los brotes naturales. No había comida ni para los humanos, ni para los animales. El Consejo Municipal de Floreal del Raspeig fue el encargado de abastecer de piensos a la población durante la Guerra Civil (1936–1939)[2], basándose en[3]: «(…) el censo ganadero resumido de esa población y, precisamente relación nominal para las concesiones de piensos (…), pongo en conocimiento que en sucesivas y próximas entregas de piensos no se hará concesión de los mismos a ese municipio, si previamente no ha procedido al envío de la información estadística en las condiciones exigidas (…)».

La gestión era la siguiente. En primer lugar, el ganadero se dirigía al Consejo Municipal comunicándole su necesidad. A continuación, el Consejo Municipal se dirigía mediante comunicación escrita al delegado de la Dirección general de Ganadería e Industrias pecuarias de cada provincia donde hubiera existencias para hacer la petición. Durante 1938 y 1939 fueron pedidos paja y, piensos en general[4]: «(…) para los ganados de Lorenzo García que provee de leche al Asilo de mujeres incurables (…)»; así como salvado, cebada y, alfalfa seca[5]: «(…) para el mantenimiento de las vacas lecheras de su propiedad (…)».

La posguerra continuó ampliando la lacrar recaída sobre el ganado y, por tanto sobre la población, en general, al no poder abastecerse de carne y, leche, principalmente[6]: «(…) El vecino de este pueblo D. Antonio Roselló Alemañ con domicilio en la avenida del generalísimo nº 154 es propietario de dos reses vacunas que dedica a la producción de leche con destino al abastecimiento local, actualmente carece en absoluto de piensos y forrajes para el sostenimiento de dichas reses y, esta Alcaldía atendiendo a ruegos del interesado se permite dirigir a Ud., la presente para interesarle encarecidamente se le conceda a dicho señor la necesaria autorización para obtener mil kilos de alfalfa con el indicado fin, debiendo significarle que la cesión del suministro que hoy efectúa originaría graves trastornos dado el considerable número de enfermos a que viene atendiendo en la actualidad (…)».

Lo mismo ocurría con el ganado caprino[7]: «(…) Teniendo verdadera necesidad el vecino de este pueblo Francisco Beviá Beviá de adquirir quinientos kilos de alfalfa de Elche con destino al sustenimiento (sic) de su ganado cabrío compuesto de cuarenta reses dedicado a la producción de leche para el abastecimiento de la localidad, ruego a V. S., se digne conceder la oportuna autorización, toda vez que la desaparición de dicho ganado ocasionaría cierta perturbación a este Municipio, dado el considerable número de enfermos con que se atiende hoy con tal producción (…)».

La situación de los ganaderos y el ganado era crítica. Los textos lo trascriben duramente[8]: «(…) El vecino de este pueblo, Andrés Lillo García, manifiesta a esta Alcaldía que la cebada que figura reservada en su declaración ha sido consumida en parte por el ganado que posee ya que carece de otros piensos y ruega deje sin efectos su ración de pan a fin de que se facilite este para su familia del cupo de la localidad (…)».

[9]

: «(…) Necesitando el vecino de este pueblo Ramón Fuentes Gosálvez, mil kilos de alfalfa para el sostenimiento de su ganado compuesto de sesenta cabezas de cabrío, por carecer absolutamente de pienso, ruego a V. S., se digne conceder la oportuna autorización para la adquisición de tal producto, donde la verdadera necesidad en que se encuentre de ello, ya que la desaparición de este ganado crearía algunas dificultades a este municipio por venir destinando la leche que produce a las atenciones del vecindario (…)».

[10]

: «(…) Necesitando el vecino de esta localidad Ramón Torregrosa Guijarro dos mil kilos de alfalfa para las atenciones del ganado cabrío y mular compuesto de 42 y 4 cabezas respectivamente (…)».

[11]

: «(…) Teniendo necesidad el vecino de este pueblo Antonio Sogorb Torregrosa de adquirir doscientos cincuenta kilos de alfalfa de Elche o Dolores con destino al sostenimiento al ganado de su propiedad compuesto de diez cabras (…)».

[12]

: «(…) El vecino de esta localidad D. Lorenzo García Barberá, propietario de un ganado cabrío compuesto de 36 cabezas tiene verdadera necesidad de adquirir 750 kilos de alfalfa de Elche o Dolores (…)».

[13]

: «(…) A fin de poder atender el sostenimiento de su ganado cabrío dedicado a la producción de leche propiedad del vecino José Pastor Pastor, integrado por veinticuatro cabezas, ruego a V. S., se digne conceder la oportuna guía para la adquisición de quinientos kilos de alfalfa del término de Elche (…)».

Durante la posguerra, los ganados que se vendían para carne desfilaban por los caminos y carreteras hacia el matadero más próximo.

Su propietario o el pastor del rebaño debía ir previsto de la guía de circulación de ganados, en caso negativo, el ganado era decomisado[14].

Algunos ganaderos se abastecieron durante estos años de la cebada[15]: «(…) para molturar con destino a piensos (…)», procedente de fincas ubicadas en la localidad, tales como «(…) Villa María del Sagrat, situada en este término municipal como puede acreditar por Declaración c–1, número 298 del 16 de julio de 1942 (…)».

En años posteriores los piensos provenían de la molturación de trigo, cebada y avena procedente de[16]: «(…) los molinos de este término municipal, a excepción de los molinos que se encuentran sancionados con cierre temporal por la Fiscalía Provincial de Tasas o cierre definitivo ordenado por el S.N.T. (…) en su virtud autorizo a Ud., [Eugenio Soto Román] para que proceda al desprecintado correspondiente, poniendo en funcionamiento el molino de su propiedad (…)».

3.3. La trashumancia a través de las vías pecuarias

Las vías pecuarias siguieron utilizándose a lo largo del siglo xx, principalmente hasta la década de los años setenta, en que comenzó a generalizarse la trashumancia sirviéndose del ferrocarril para los largos trayectos y, posteriormente del camión.

En 1925 una empresa de Madrid ofrecía al Ayuntamiento planos y mapas del término municipal informándole de la necesidad de los mismos para conocer –entre otras cosas– y, solucionar[17]: «(…) posibles discordias con los pueblos colindantes, por abusos de pastoreo (…) situación de las veredas y de pasos cabañales (…)».

Se conoce la existencia de unos planos donde aparecen topónimos de vías pecuarias por los documentos hallados en el Archivo de urbanismo del Ayuntamiento, citados en capítulos anteriores, que datan de 1940.

Desde 1940 a 1960, la documentación del Archivo Administrativo constata la existencia de uno de los caminos pecuarios[18]: «(…) He de manifestar a V. E., que efectivamente existen en el punto que se dice en la instancia, el trozo de tierra llamado Ras del Boñigo, pero no susceptible de cultivo la totalidad del mismo por tratarse de besantes cruzados por algunos caminos aparte de su forma irregular de mucha longitud y, poca anchura.

En cuanto a la pertenencia de dicho terreno, ya tiene acordado este Ayuntamiento desde hace más de un año, la inclusión del mismo entre sus bienes patrimoniales, previas justificación del derecho, toda vez que no existe diseño particular conocido de los mismos (…)».

En 1944 el Ministerio de Agricultura, Dirección General de Ganadería, Servicio de Vías Pecuarias dispuso la aprobación del Reglamento de Vías Pecuarias, por el cual para el municipio de San Vicente del Raspeig fue propuesta en la clasificación la «(…) cañada real del camino del Palamó a Peñarroja. 75´22 m., 2ª Vereda de la Bayona 20´89 m. 3ª Colada del Camino del Rabosar 12m. (…)».

Los trabajos de campo realizados en el término de San Vicente del Raspeig previamente a la redacción del Proyecto de Clasificación de las Vías Pecuarias, fueron realzados en marzo de 1960, por el perito agrícola del Estado, Francisco Vázquez Gabaldón. Esta fue su descripción[19]: «(…) Cañada Real del camino del Palamó por Boquera a Peñas Rojas. Anchura legal setenta y cinco metros veintidós centímetros (75´22 m.). Recorrido dentro del término, unos catorce kilómetros (14 Km.) y, su dirección es de S., a N.

»Procedente del término de Alicante penetra en este por la Partida del Fenollar, se une al camino de Los Yeseros quedando el matadero a la derecha y Campo de Aviación y por la izquierda tierras de Vicente Llopis. Sigue lindando por ambos lados con campo de aviación pasando entre los Pabellones del mismo. Cruza la carretera de San Vicente a Alicante y línea de tranvías, entra en la Partida de Torregroses, pasa por la Balsa de Aviación, continúa por las casas del Busotero, sigue entre Hoteles del Barrio Torregrosa y, al llegar, al huerto de Francisco Salas, tuerce a la izquierda llevando por esa margen el huerto de Pepín. Cruza la carretera de san Juan y se une al camino del Palamó llevando como linderos por la derecha el telar y por la izquierda finca de Torrens, sigue por el mismo margen el Sr. Torrens y, por la derecha tierras de Ramón Santos. Cruza el camino de Berenguer quedando las casas a la derecha, continúa por el camino de Palamó lindando con viñas de Carlos Antón y Vicente Lillo. Sigue lindando por ambos casos con viñas y olivar de Ramón Torregrosa quedando la almazara a la izquierda junto a la vía y a la derecha casa de Masico. Continúa entre las casas de Pepín y Cuarteró quedando en el centro de la Cañada el Hotel Don Enrique. Sigue entre las casas de Julio España y Juan Camarasa llevando como linderos por ambos lados tierras de Adrián Torregrosa, cruza la vereda de Bayona, sigue entre las casas de José Alemán y Nicolás Sirvén, lindando, por la derecha con tierras de labor de Manuel Guijarro y viuda de Guijarro. Pasa junto a la casa de José Torregrosa lindando por la derecha con tierras del mismo y por la izquierda tierras de Vicente Torregrosa. Llega al Camino de Boñigos uniéndose a él entre las fincas de olivar y viña de Ramón Gomis y José Pastor. Continúa por el citado camino entre tierras de almendros de Ramón Pastor y viña de Andrés Lillo. Siguiendo a continuación de ramón Pastor Seller. Continúa por el Camino de Boñigos lindando con tierras de almendros de José Martínez y viña de Carlos Aracil quedando la casa junto a la vía a la izquierda y casa de Joaquín Martínez a la derecha. Entra en la partida de Boqueras lindando con tierras de Andrés Lillo por la margen derecha y por la izquierda Vicente Escolano. Cruza el camino de Agost a Busot, se une al camino de Boqueras, pasa junto a la casa besó llevando como linderos, Rafael Lillo y Andrés Pérez. Cruza el camino de Jover, continúa por el camino de la Boquera quedando la casa del Pou a la izquierda, tuerce a la izquierda, deja el camino de Boqueres quedando la casa del Pou a la izquierda, tuerce a la izquierda, deja el camino de Boqueres y se une a la Rambla pasando por el Ventorro, se dejan la Rambla y coge el camino del Ventorro, pasa por el Plá de la Olivera Alta lindado con finca de María Sabater y seguidamente con finca de Ramón Pastor, deja el camino del Ventorro y se une a la Cañada Verde lindando a ambos lados con finca de La Cañada, a continuación sigue por el monte de la finca El Sabinar unida al camino de peñas Rojas hasta penetrar en término de Jijona por sitio denominado Planet del Fochar. Segunda. Vereda de La Bayona.– Anchura legal veinte metros con ochenta y nueve centímetros (20´89 m.). Recorrido dentro del término tres mil quinientos metros (3.500 m.) y, su dirección es de N., a S.

»Penetra en el término de Muchamiel por la finca Bayona baja, sigue con dirección al pueblo, linda por la izquierda con finca La Bayona Baja y por la derecha con finca de Manuel Sabater, a continuación linda con terrenos de Isidro Torregrosa y tierra y casa de Vicente Sopena, más adelante cruza el camino de Busot, quedando la casa de Isidro Torregrosa entre el camino y la Vereda. Continúa con la misma dirección, cruza la Colada del Rabosar, continúa entre la finca de Manuel Sabater, pasa entre las casas del Baranquet y, más adelante queda a la izquierda Casa del Perdigó. Sigue lindando con viña y olivos de José Alcaraz y Adrián Torregrosa y, seguidamente entra en fincas de Hnos. de José Torregrosa y, José Marhuenda, pasa entre las casas de Daniel Alcaraz y Andrés López y seguidamente casa de Antonio Pastor y Francisco Alemán. Continúa entre tierras de almendros de Vicente Lillo por la izquierda y Campo de Fútbol. Sigue con dirección a la casa de Ramón Torregrosa, lindado por la derecha con tierras de José Tibero y, por la izquierda con tierras de Ramón Torregrosa, pasando entre las casas de Ramón Girón y Ramón Torregrosa, finalizando en el Casco Urbano.

»Tercera. Colada del Camino del Rabosar. Anchura legal doce metros (12 m.). Recorrido dentro del término dos mil setecientos metros (2.700 m.) y, su dirección es de N., a S.

»Arranca de la Vereda de Bayona entre tierra de Manuel Sabater por la derecha y, viña de José María Martínez denominada Finca Aracil por la izquierda, continúa por ambos lados con viña de José María Martínez. Cruza el camino del Collado quedando la casa de Aracil a la izquierda. Sigue por el camino del Rabosar y Partida del mismo nombre. Continúa entre finca Aracil, pasa junto a casa de Retoig, hoy viuda de Sogorb, continúa con la misma dirección unida al camino del Rabosar, lindando por ambos lados con la finca El Rabosar.

»Cruza el camino del Mahonés, linda por la derecha con tierras de Vicente Aliaga, siguiendo por la izquierda finca El Rabosar quedando en la misma mano Balsa y Casa del Rabosar y, más adelante, queda junto a la Vía el patio Largo. Sigue por ambos lados finca de viuda de Francisco Manera y, unida al camino del Rabosar penetra en término de Alicante por la Granja de Pastor (…)».

La memoria de clasificación de vías pecuarias fue demandada en febrero de 1960 al Director General de Ganadería debido a que el Ayuntamiento necesitaba conocer por donde discurrían debido a[20]: «(…) la expansión por crecimiento de sus habitantes que esta población viene experimentando desde hace años, crea problemas de resolución vigente y que de manera alguna puedan soslayarse. Para proceder en equidad en asunto tan vital cuál es la propiedad de su suelo (…)».

La desaparición o reforma de los caminos pecuarios comenzó a generalizarse en la década de 1960, aunque en 1919 ya se produjo la primera transformación: «(…) al hecho de haber sido cortado el camino del Llano de la Cueva, en el punto denominado Tiro Nacional, donde se halla establecido el campo de aviación de los correos aéreos Tolousse–Rabat. Que es de tener en cuenta que el camino de que se trata es de inmemorial viene utilizando este vecindario para comunicarse con la capital sobre todo el peonaje aprovecha siempre dicha ruta.

En su vista el Ayuntamiento considerando que se trata de un camino vecinal y vereda al mismo tiempo y, no puede de modo alguno ser interrumpido considerando que la obra por la cual se ha cortado dicho camino (…) acuerda gestionar por todos los medios la reposición del mencionado camino a su anterior estado e invitar al Ayuntamiento de Alicante para que en unión de este realice cuantas gestiones sean necesarias en evitación del acto abusivo llevado a cabo y de que se trata (…)» (AAASVR. Actas Capitulares 1919. 19 diciembre, 1919).

En primer lugar, mediante la construcción de la Ciudad deportiva Municipal, restando parte del terreno perteneciente a la vereda de la Bayona[21]: «(…) Se dio cuenta de la propuesta efectuada por las vecinas de este pueblo Dª Carmen, Dª Clara, Dª Isabel y Dª María Quirant Torregrosa (…) todas propietarias de terrenos que se corresponden en el Proyecto de Construcción de la Ciudad Deportiva Municipal (…)».

Más tarde debido a la construcción de[22]: «(…) una construcción de aguas para riego, por la vereda de ganado denominada Cañada Real del Camino del Palamó por Boqueres a Peñas Rojas, por el punto carretera de San Juan, para lo cual es preciso la autorización por esa Dirección General [de ganadería] del tendido de la conducción de riego, la cual más por tubería cerrada y enterrada, a una profundidad de 1´20 metros (…)».

Unos meses después fue la construcción de una pared[23]: «(…) El Sr. Presidente de la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos de esta villa, en oficio número 44, fecha 27 del pasado m es de septiembre, me dice lo siguiente: En la cañada Real del Palamó a Peña Redona y, lindando con los terrenos propiedad de D. José Torrent Castellanos se ha observado están construyendo una pared, estrechando considerablemente la Vereda, la cual tiene una anchura legal de 75´22 m., como parece ser están construyendo dentro de la misma Vereda, es por lo que se pone en su conocimiento los efectos que proceda (…)».

La pared se construyó porque según una instancia presentada por José Torrent Castellanos –propietario del huerto que lleva su nombre– participó al Ayuntamiento que[24]: «(…) la pared que se halla construyendo no se encuentra dentro de una Vereda ni linda con la Cañada Real del Palamó a Peña Redonda, sino que la zona donde se está construyendo la citada pared linda con el Camino Viejo de Alicante, al que es perpendicular y por lo tanto la misma se está efectuando dentro de la finca de su propiedad, según acredita con certificación expedida por el Arquitecto D. Manuel del Álamo Berna (…)».

A principios de la década de 1970 comenzó la alineación y deslinde de las calles de la población, por lo que el Ayuntamiento de la localidad requirió del Ingeniero Jefe del Catastro Parcelario de Rústica de Alicante[25]: «(…) Conocer la anchura y cauce del camino denominado del Azagador comprendido en el Polígono 23 del mapa topográfico parcelario de este término municipal (…)».

El Catastro parcelario de Rústico remitió al Ayuntamiento de San Vicente, al Ministerio de Agricultura para que lo gestionara[26]: «(…) La remisión del plano topográfico de veredas y cañadas de ganados de este término municipal en su zona sur, en la confluencia con la zona oeste del término municipal de Alicante (…)».

La respuesta llegó un año después, en 1976[27]: «(…) El tramo del Mahonés próximo al cruce con el del Rabosal, tiene una acotación de 6 metros de anchura (…)».

En agosto de 1976, el Alcalde de la localidad envió una comunicación dirigida al director de ICONA, Servicio de Vías Pecuarias del Ministerio de Agricultura, solicitando[28]: «(…) ordene lo pertinente para que proceda por los servicios competentes de su dependencia, al deslinde de las vías pecuarias de este municipio (…) ya que sus límites son imprecisos en muchas partes e incluso su anchura inferior a la que se estima correct6a (…)».

En 1980 terminó de perderse la antigua vía pecuaria del camino del Boñigo[29]: «(…) debido al pésimo estado en que la misma se encuentra, motivado por la gran densidad de tráfico rodado que soporta, así como por las obras de conducción de agua y tendidos eléctricos realizados por los chalés colindantes (…)».

En 1997, la concejalía de Desarrollo Económico gestionó la forma de acceder a la documentación existente en la Asociación general de Ganaderos del reino, ubicada en Madrid, para el desarrollo de la presente monografía. La respuesta fue la siguiente[30]: «(…) En relación a los antecedentes de Vías Pecuarias en dicho término, no consta en el Archivo debido a que el legajo 642 fue retirado en 1969 por un técnico facultativo del Servicio de Vías Pecuarias de la delegación general de ganadería de la provincia de Alicante. El legajo 1172–2, referente a expedientes de Vías Pecuarias en dicho término contiene varias consultas (…)».

Al mismo tiempo la concejalía de Desarrollo Económico contactó con el Ministerio de Medio Ambiente, Dirección General de Conservación de la Naturaleza, para conocer si en sus fondos archivísticos existía documentación sobre San Vicente del Raspeig. La respuesta fue negativa[31]: «(…) Comunico a V. S., que, consultado el Fondo Documental de este Ministerio, no se ha hallado documentación anterior a la que forma parte integrante del referido proyecto [Proyecto de Clasificación aprobado por O. M., de 27 de marzo, 1961 BOE 5/5/612] (…)».

Un año después, en marzo de 1998, la alcaldía de la localidad solicitó a la Consellería de Medio Ambiente el deslinde de un tramo de la Cañada Real[32]: «(…) con el fin de potenciar los espacios naturales (…)» y recoger los caminos pecuarios en el Plan General de Ordenación Urbana «(…) a realizar por el Consistorio (…)».

Después de haber estudiado cuál ha sido la evolución sufrida por las vías pecuarias a lo largo del siglo xx, se va a tratar de enfocar la vida y el trabajo de los pastores trashumantes llegados a San Vicente del Raspeig a lo largo de cada invierno, durante décadas, por estos caminos de continuo trasiego.

La vida de los pastores trashumantes –los serranos–, que se desplazaban a las tierras del Raspeig, a lo largo del siglo xx en busca de pastos era dura y, solitaria.

Con la llegada de los primeros fríos –a primeros de noviembre–, los pastores salían de las provincias de Cuenca y, Teruel y, comenzaban a caminar con sus rebaños por veredas y cañadas en dirección al sur. Andaban de día y, a veces incluso tenían que andar de noche, si estaban lejos de la masía donde debían pernoctar con sus rebaños. El viaje duraba alrededor de quince días. Los pastores compraban los alimentos indispensables por el camino: Arroz, pan, patatas, embutidos y salazones. Con ellos, cocinaban gachas o freían patatas. Unas veces se quedaban a dormir en el campo y otras, en corrales o casas cercanas a la vereda, bien durmiendo bajo las estrellas tapados con una manta, junto al fuego; o bien, en corrales de piedra que había construidos en el monte para estos fines.

Los pastores trashumantes salían en grupos de tres o cuatro individuos, que unían sus rebaños formando una rehala, organizada por los perros. Los trashumantes no guiaban la dirección de los rebaños con ondas, sino con piedras en la mano. Con ellos, llegaban ovejas y corderos serranos, no cabras.

Si los ganados discurrían por el interior de las veredas, éstos, los pastores, no pagaban, en cambio, si utilizaban labrantíos, podrían ser multados.

Los caminos pecuarios atravesaban la provincia de Cuenca: Pasando por la Cierva, Los Palancares, Cañada del Hoyo, Fuentes, Monteagudo, Almodóvar del Pinar, Campillo de Altobuey, La Granja, Villalpando, Ledaña, Cenizate. Albacete: Valldegarriga del Júcar, sierras de Chinchilla, Higueruela, El Bonete. Alicante: Almansa, La Encina, Cañada, Benejama, Biar, Castalla, antigua vía férrea que unía Alicante–Alcoy, Maigmó, rambla de Rambuchard, El Ventorillo y, Casa Blanca. En este punto se dividían. Otros compañeros por Novelda tomaban los caminos que conducían a Santa Pola, Elche, etc.

Los trashumantes que llegaban a San Vicente del Raspeig nunca utilizaban el camino de la Cañada del Fenollar, para sus desplazamientos.

Una vez que el camino había finalizado en San Vicente del Raspeig, los serranos, alquilaban una finca donde dejaban estabulado y, controlado el ganado. El contrato de alquiler era pactado de palabra, en muy pocos casos mediante un recibo. Los trashumantes no solían llevar encima la libreta con derecho a pastos, que era el resultado del arriendo establecido con el propietario de la tierra. Los guardias rurales los conocían año tras año y, no se lo exigían, pues ya sabían qué tierras eran las arrendadas.

Una vez que habían descansado, el paso siguiente era la comprobación del veterinario, de que el ganado estaba saneado, mediante el visado de la «guía del ganado» –forma de denominación coloquial utilizada por los pastores–.

La misma gestión volvía a realizarse de nuevo cuando se acercaba el verano y los ganados se trasladaban de nuevo a las montañas del interior de la península.

Los trashumantes permanecían anualmente en las mismas fincas: «del Marqués», perteneciente a Victoriano Guijarro, situada en el actual Valle del Sol; en casa de «Toni Quelo», situada en Boqueres.

Los pastores se hacían duros a fuerza de soportar las inclemencias del tiempo. Si llovía se cubrían con mantas e impermeables más tarde. Si hacía frío, encendían fogatas con leña, en medio del campo; si tenían sed, buscaban un aljibe o un arroyo para beber. Nunca tuvieron percances con alimañas al transitar por las vías pecuarias utilizadas.

Los hombres conocían las rutas de memoria fruto de acompañar a otros pastores conocedores del camino. Antiguamente –finales del siglo xix, primeras décadas del siglo xx–, algunos pastores tenían planos para discurrir por las veredas. Conjuntamente llevaban «la cadena», que como su nombre indica era una cadena con la medida que debía tener el camino. La cadena se sacaba cuando el camino de estrechaba, entonces se comprobaba la medida con la cadena. Y si el camino era inferior a la medida, el rebaño podía pisar los sembrados, debiendo callar el propietario de las tierras.

Otros pastores se guiaban por la medida de la vara que portaban en la mano, para apoyarse.

Los serranos utilizaban otra denominación además de las conocidas en San Vicente del Raspeig para denominar los caminos pecuarios: El cordel.

Cuando llegaba el mes de mayo, que empezaba a apretar el calor, comenzaba el viaje de vuelta para los serranos. Los hombres cargaban toneles de agua en los burros, Ellos no bebían leche, ni comían queso. Los animales de tiro se alimentaban de las hierbas del camino y, los perros de un pedazo de pan duro y seco. El ganado se alimentaba de los brotes que nacían a lo largo de los márgenes de las veredas.

Antes de marchar, el pastor vendía parte del ganado que había nacido durante la temporada invernal[33].

A partir de los años cincuenta, el trayecto trashumante se hacía en ferrocarril. El ganado era introducido en jaulas –tres jaulas por vagón–. El viaje del ganado costaba alrededor de 3.000 o 4.000 pesetas por jaula. Cada pastor transportaba entre 150 y 200 ovejas y, un perro.

Los pastores trashumantes caminaban junto al ganado hasta Cuenca –capital–, y allí cargaban los animales en los trenes. Por un lado, el ganado ovino y, por otro, separado, el caballar o mular. El viaje tardaba 24 horas desde Cuenca a San Vicente del Raspeig. Pastores y perros acompañaban al ganado en los vagones y, no pagaban el pasaje.

El cargamento animal llegaba a la estación ferroviaria de San Vicente del Raspeig, pasado el mediodía. Des cargaban el ganado y, salían de la estación caminando en línea recta hasta el parque Juan XXIII, calle Las Navas, en dirección al campo de fútbol, donde tomaban la vereda de la Bayona, hacia Jijona. Otros, se dirigían desde la estación del ferrocarril hacia el barrio de Cáritas, para buscar la ciudad deportiva municipal.

En los años setenta y ochenta del siglo xx, el ferrocarril dio paso al camión que transportaba directamente al ganado hasta la finca arrendada, siendo más cómodo el viaje. Durante esos años, los trashumantes venían acompañados de sus esposas, hecho que en años anteriores cuando se desplazaban caminando, no ocurría. El último serrano llegó en 1992[34].

Con el paso de los años, algunos de los pastores trashumantes se establecieron en san Vicente del Raspeig, como pastores o esquiladores de ganado, oficio casi extinguido en la década de los años noventa del siglo xx, en la localidad.

La evolución de la vestimenta del pastor se ha modificado, al igual que los medios de transporte utilizados en el siglo xx. La moda no varió durante el primer cuarto del siglo. Se componía de chaleco y, pantalones de piel de cordero y, sombrero del mismo material[35].

La Guerra Civil (1936–1939) cambió muchas de las costumbres existentes. A partir de dicho periodo cronológico, la vestimenta del pastor trashumante varió, utilizando traje de pana – chaqueta y pantalón– y, boina negra en la cabeza. Calzaban albargas con calcetines de lana gruesos. Para resguardarse de la lluvia, los pastores trashumantes se colocaban unos protectores en las piernas –a modo de bolsas–, hechos de piel de choto y, de cordero[36].

3.4. Enfermedades del ganado

Las enfermedades han estado presentes en el ganado a lo largo del siglo xx. Durante las primeras décadas, el veterinario titular se personaba en la vivienda del ganadero para reconocer el animal, practicar la autopsia y esclarecer su fallecimiento.

La documentación archivística aparecida testimonia la muerte del ganado por indigestión[37], fiebre de fatiga[38], nefritis traumática acompañada de paraplejia motivada por golpes que recibió en el atropello del camión[39], tuberculosis generalizada[40], infección purulenta[41], carbunco bacteriano[42], brucelosis[43], agolaxia contagiosa[44].

Tradicionalmente, los pastores no acudían al veterinario hasta que no aparecían problemas importantes o la muerte del animal. Los mismos pastores medicaban al animal mediante productos antibióticos adquiridos en la farmacia, o naturales, traspasados hereditariamente de padres a hijos.

Los pastores conocían la curación natural de problemas oculares, mediante la utilización de limón y manzanilla; de indigestiones curadas con aceite, manzanilla; las heridas con ceniza y, tela de araña; para las cojeras de las patas, se colocaba en las mismas, «hierba servero» y, se reforzaba con una cuerda. El periodo de curación duraba un mes. Para proteger las heridas del ganado se untaba la misma con aceite de oliva y Zotal, para que no fueran picadas por los insectos[45].

Entre los ganaderos circulaba la idea de que las hierbas humedecidas por el rocío de la noche causaban la muerte del animal, si éste las ingería. Esto es cierto. La explicación reside en que el frío paraliza el movimiento del aparato digestivo –panza–, el cual está siempre en movimiento para hacer la digestión. La escarcha sobre la hierba tierna paraliza la panza y, produce la alteración del medio: Los gérmenes inofensivos en ese momento se transforman en patógenos generando toxinas que producen la muerte del animal[46].

3.5. El matadero municipal

En 1931, la documentación del Archivo Administrativo certificaba la existencia de un matadero municipal[47]. Años después, en 1936, el Ayuntamiento dirigió una instancia dirigida al Ministro de hacienda[48]: «(…) solicitando autorización para emitir un empréstito para cubrir los gastos e construcción de un Matadero Municipal (…)».

Las condiciones del matadero aparecen en un documento del año 1942, el cual especifica que el matadero era propiedad municipal, estaba dotado de agua corriente y constaba de[49]: «(…) una nave de sacrificio, otra de oreo, establos, dependencias para el Veterinario, Administración, Matarifes y Conserje (…)».

El matadero debía emitir partes quincenales sobre las reses sacrificadas en el mismo[50]: «(…) con expresión de los carniceros interesados (…)», que debían ser enviados a la Comisión Provincial de Curtidos de Alicante.

3.6. Las normas de salubridad pecuaria

El 12 de octubre de 1910 fue aprobado el reglamento Municipal de Higiene, a nivel nacional, prohibiendo[51]: «(…) la autorización de apertura en el interior de las poblaciones de ninguna vaquería ni establo, como no sea un edificio construido a propósito (…)».

Al mismo tiempo se tomaron en cuenta ciertas prácticas tradicionales consideradas molestas[52]: «(…) El Sr. Presidente excitó el celo de la Comisión de policía urbana para que informe acerca de las indagaciones que han hecho algunos vecinos contra la costumbre de practicar esquileos de animales en varias boca calles a la salida de la población; fundan las reclamaciones en que el agua en que por dichas bocas de calle discurre, se deposita en las cisternas únicos depósitos que hay de consumo de beber en esta población (…)».

Unos años más tarde, concretamente en 1920, volvieron a surgir quejas en el vecindario sobre la introducción de ganados en la población, en horas intempestivas[53]: «(…) Seguidamente, acordaron así mismo que los tablajeros sacrifiquen las reses en las horas de cuatro a seis de la tarde en el matadero público y el que así no lo hiciere y no cumplimentase este acuerdo, se le castigue con arreglo a la ley; como así mismo y toda vez que se han producido quejas del vecindario y encontrándonos en la época del estío que no se introduzcan los ganados dentro de la población y sí a una distancia por lo menos de un kilómetro del casco de este vecindario (…)».

El tema de las molestias producidas por el ganado dentro de la población se perpetuó a lo largo de varias décadas posteriores[54]: «(…) La Junta Municipal de Sanidad, a propuesta de la Inspección, acordó con arreglo al artº 17 del Reglamento de 9 de febrero de 1925, considerar insalubres los locales ocupados por estos ganados y, en su virtud se procedía al desplazamiento de los mismos a distancia superior de trescientos metros del casco de la población (…)».

En 1936, el Ayuntamiento envió un comunicado al pastor Andrés Pérez Sirvent[55]: «(…) como consecuencia de la denuncia formulado contra Ud., por las malas condiciones en que tiene establecido el ganado en el local que ocupa, se ha acordado dirigirle la presente para que en el plazo de ocho días proceda a dejar en las condiciones de salubridad que prescribe la legislación vigente los locales utilizados, realizando en ellos las obras de pavimentación necesarias a tal fin y, previniéndole que una vez rectificadas deberán someterse a informe de la inspección y caso desfavorable se ordenará seguidamente el desplazamiento de dicho ganado en evitación de los perjuicios que viene originando al vecindario (…)».

La década de 1950 significó un control en los temas sanitarios de salubridad pecuaria[56], basado en la comprobación sanitaria mediante papeletas de citación entregadas a los ganaderos por los guardas de la Hermandad Sindical de Labradores y ganaderos de la localidad[57]: «(…) a los cuales se les hará firmar el recibió en la relación que también se une, al propio tiempo debe consignarse la fecha de entrega, así como hacerles saber sean portadores de la cantidad de cinco pesetas, importe de la cartilla sanitaria que el Sr. Inspector Municipal veterinario ha de expedirles, en cuyo domicilio han de personarse dentro del plazo de tres días (…)».

El Inspector Veterinario local debía hacerse cargo de inspeccionar los establos que se daban de alta para comprobar si cumplían las condiciones sanitarias para su legal funcionamiento[58]: «(…) habiéndose personado en el establo de D. José Mª Domenech Redondo, sito en Torregroses, he podido comprobar que reúne las debidas condiciones para su funcionamiento legal (…)».

Desde la década de 1960 hasta la actualidad se ha intensificado, mejorado y ampliado el Reglamento de Actividades Molestas en beneficio de los municipios y, de las condiciones higiénicas de la población[59]: «(…) que en este matadero municipal ya se han realizado las obras de construcción de plataforma de cemento para desinfección de vehículos y dotación de medios adecuados para la desinfección de vehículos que transporten el ganado (…)».

Eliminación de focos de[60]: «(…) producción de moscas y otros insectos que molestan a fincas colindantes (…)»; estabulación de ganado –vacuno, cabrío y de cerda–, junto a zona residencial sin previa licencia municipal[61]; eliminación de un estercolero ubicado junto a zona residencial[62].

Desde 1952 la Ley de Epizotias especificaba que los animales muertos deberían ser destruidos por cremación, solublización en ácidos y enterramiento[63].

La realidad fue bien distinta, abandonando los cuerpos de los animales muertos sin enterrar en medio del campo, en basureros o estercoleros.

A la oficina de la OMIC de San Vicente del Raspeig solo llegan las quejas de los vecinos que no acaban siendo plasmadas en denuncias, ni en reclamaciones sobre temas como el abandono de animales muertos, olores producidos por animales; y molestias de insectos originados por la proximidad de animales estabulados[64]. Las gestiones realizadas por la OMIC consistieron en enviar una carta dirigida al veterinario comarcal, para que visitase la zona cuestionada y, emitiera su veredicto, que solía ser favorable para el ganadero, puesto que el resultado de las molestias, son las que conllevaba dicha actividad.

Una de las quejas más recientes llegadas a la OMIC en la última década del siglo xx, concretamente a principios de 1996, fue la de dejar un animal muerto sin enterrar en medio del campo. La respuesta de la OMIC fue recordar –mediante circular–, la normativa vigente sobre este tema a los ganaderos, para que actúen adecuadamente[65].

3.7. Mejoras producidas en la inspección veterinaria local

En 1908, siguiendo la Real Orden Circular de 6 de octubre, regla 4ª, el Ayuntamiento ordenó inmediatamente cumplir la Le[66]: «(…) ordenando al Veterinario Inspector de Carnes Don José Botella Tevar practicar reconocimiento en todos los ganados existentes en este término municipal cuyo reconocimiento había practicado asistido de los dependientes del Ayuntamiento habiendo participado a esta Alcaldía que todas las reses existentes en los ganados no presentan síntoma alguno de enfermedad. También hizo presente el Sr. Presidente haber destinado un terreno inculto en la partida de Boqueres a los lindes de la Rambla de Rambuchard que reconocido por la Comisión de Policía Rural, Médico Titular y, Veterinario tiene la capacidad necesaria y precisa para el fin que determine la Regla 4º de la indicada Real Orden (…)».

Siguiendo las normas sobre higiene y salubridad pecuaria los animales enfermos debían ser muertos y enterrados con unas condiciones determinadas para que no se produjera el contagio a las reses sanas. De ahí la búsqueda de un terreno óptimo para esta práctica.

Cada vez que se sacrificaba un animal era analizada su carne, mediante una sección. Esta función la ejerció durante unos años –mientras no existió la figura de un Inspector de Carnes en la localidad–, el alguacil del pueblo[67]: «(…) Figuran abonadas al inspector de carnes Señor Galigo 112´50 pesetas ni que dicho señor se haya personado en este pueblo ni un solo día del referido año ha hacer la inspección de referencia y, si bien en la época de la matanza de cerdo el Alguacil la llevaba a Alicante un pedacito de magro de cada uno de los cerdos que se sacrificaban, este examen microscópico. Se le retribuía en cantidad que sus dueños hacían efectiva al Alguacil portador de las muestras por cuyo motivo es injusto que esta cantidad figure en los gastos de esta cuenta por lo cual debe ser también eliminada (…)».

En 1919, la Corporación Municipal decidió adquirir un microscopio para poder mejorar las condiciones de trabajo del Inspector Veterinario en la época de la matanza del cerdo[68]: «(…) Seguidamente la Presidencia propuesto que llegada la época de la matanza de cerdo consideraba indispensable la adquisición de un microscopio para el reconocimiento de las carnes y como quiera que desde la índole del asunto no debiera dejarse transcurrir más tiempo sin adquirir dicho aparato proponía a la Corporación que se declarara el asunto de urgencia y se pasará a tratar del mismo.

La Corporación acuerda la declaración de urgencia y se pasa a discutir la cuestión. Reconocida la necesidad depuesta por la Presidencia se acuerda autorizar a esta para que adquiera el mencionado microscopio dándole amplias facultades para ello y, de sus gestiones dé cuenta a esta Ayuntamiento (…)».

Los avances científicos se fueron incorporando con los años, a la Inspección de Carnes[69]: «(…) En cumplimiento de la circular publicada en el Boletín Oficial de 15 de los corrientes, tengo el honor de remitir a V. S., certificación acreditativa de que este Ayuntamiento tiene servicio micrográfico para el servicio de reconocimiento de las reses de cerda que se sacrifican en este término (…)».

Las normas sobre sacrificios de cerdos se fueron prolongando a lo largo del último cuarto del siglo xx y, verificándose en la localidad, a través de la delegación Territorial de Sanidad y, Seguridad Social[70]: «(…) en relación a la Resolución de la Dirección general de Salud Pública por la que se dictan instrucciones sobre renacimiento de cerdos sacrificados para consumo familiar (…)».

En la década de 1990, el Veterinario Comarcal llegaba a San Vicente del Raspeig, durante el mes de enero o febrero de cada año para gestionar las solicitudes económicas de los ganaderos, para los productores de carne de ovino y, caprino, de vacuno y, de los que mantenían vacas nodrizas[71].

Las consultas realizadas por los ganaderos se realizaban en un despacho de la concejalía de Desarrollo Económico. Y las ayudas económicas no eran las mismas para todas las poblaciones, existiendo zonas favorecidas y zonas desfavorecidas, entre las que se halla San Vicente del Raspeig[72].

3.8. Veterinarios: Problemas surgidos en la administración local

Desde 1900 a 1915 el cargo de Inspector Veterinario Municipal tuvo carácter interino. En 1915 –13 julio– fue nombrado[73]: «(…) Inspector Municipal de Sanidad e Higiene Pecuaria a D. Manuel Amorós (…)».

En 1938 aparece constatada en la documentación la figura del Inspector Veterinario Municipal, que en aquellos años fue Pedro Galiana Soriano[74]. Dicho veterinario tuvo problemas económicos dependientes del Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig durante la Guerra Civil, debiéndole la Administración local[75]: «(…) las cantidades adeudadas por ese Ayuntamiento y que son: mayo a Diciembre 1936 inclusive 1.864´00 pesetas (…)».

Una vez finalizado el conflicto bélico, el Servicio Provincial de Ganadería de Alicante comunicó al Ayuntamiento de la localidad[76]: «(…) se proceda a la organización del servicio municipal Veterinario (…)». La comunicación requería conocer todos los datos referentes al Inspector Veterinario Municipal.

La respuesta del Ayuntamiento fue inmediata, enviando los siguientes datos[77]: «(…) Pedro Galiana Soriano (…). Nombrado en propiedad por concurso con fecha 12 de mayo de 1924. 3ª Dotación en presupuesto. –2400 pesetas y 300 por reconocimiento reses cerda. 4ª. Servicios que presta. Todos los propios de su cargo. 5ª. Este Municipio forma partido único (…)».

[78]

: «(…) Conforme a cuanto interesa en su atenta comunicación fecha 23 marzo último, con relación a la conducta social y política observada por D. Pedro Galiana Soriano, Veterinario Municipal, con domicilio en la calle de Alicante nº 14 de este pueblo, he de manifestar a V. S., que dicho funcionario es persona de derechos. Observó siempre buena conducta y durante la dominación marxista no ha tenido actuación alguna, más que la impuesta por el cargo de titular que ejercía en este Ayuntamiento (…)».

El currículo laboral y sobre todo político del titular de veterinaria municipal, le sirvió para ser aceptado por el servicio Provincial de ganadería en 1940[79]: «(…) Me complace comunicarle que el Inspector municipal Veterinario de esa localidad D. Pedro Galiana Soriano ha suido admitido al Servicio activo sin imposición de sanción, en virtud de acuerdo del Excmo. Sr. Ministro de fecha 24 de abril pasado (…)».

Las funciones veterinarias fueron realizadas por Pedro Soriano Galiana hasta 1948 en que se jubiló obteniendo una pensión por jubilación de «(…) dos mil pesetas anuales (…)»[80].

La pensión de jubilación de este funcionario procedía de la suma de las cantidades correspondientes a los lugares donde había estado destinado a lo largo de su carrera. El expediente administrativo de Pedro Galiana Soriano aparece relacionado con las poblaciones de Castalla[81], Pinoso[82] y, Villajoyosa[83], resultándole muy difícil la obtención del abono de la parte proporcional correspondiente al Ayuntamiento de Villajoyosa, prolongándose las gestiones a lo largo del año 1953.

A pesar de que Pedro Galiana se había jubilado, este hombre realzaba reconocimientos domiciliarios a reses de cerda obteniendo por ello la cantidad de 300 pesetas que debían ser abonadas por el Ayuntamiento de la localidad. Los pagos atrasados se fueron prolongando hasta 1953 en que el Ayuntamiento les notificó, a Pedro Soriano, Manuel II. Rodríguez y, José Savall Savall[84]: «(…) sin que conste en este Ayuntamiento se haya comunicado ningún reconocimiento no el cobro de los derechos (…)».

Para cubrir la vacante sufrida en la Inspección Veterinaria Municipal por la jubilación de Pedro Soriano, el Ayuntamiento sacó a concurso público la plaza[85]: «(…) en el BOP del estado de 10 de abril último, en la que se hacen constar las circunstancia y puntuaciones de todos los aspirantes, ordenándose que este Ayuntamiento designe a Ud., [Joaquín Salvador Rabaza Orts. General Mola Nº 22. Elche] Inspector Municipal Veterinario en propiedad de este Partido que lo forma este Municipio (…)».

El Ayuntamiento respondió a los demás aspirantes mediante una comunicación donde se explicaba la resolución del concurso[86]. Lo que no esperaba la Corporación municipal fue la renuncia de sus derechos sobre[87]: «(…) Nº 1. El expresado Joaquín Salvador Rabaza Orts y el Nº 2 D. Blas Villanueva garrido (…). Y la Corporación teniendo en cuenta lo expuesto y que el concursante que sigue en méritos es D. José Mallada Navasa que ocupa el Nº 3 (…) por unanimidad adjudican la plaza al indiciado D. José Mallada Navasa nombrándole para el cargo de Inspector Municipal Veterinario en propiedad de este Partido Veterinario que lo forma este Municipio, por ser el aspirante que sigue en puntuación (…)».

El nuevo nombramiento de Veterinario Municipal a favor del concursante Nº 3 D. José Mallada Navasa se realizó el 3 de agosto de 1948[88], pero duró poco tiempo, renunciando él mismo a la plaza de veterinario el 30 de agosto de 1948[89].

De nuevo tuvo que tomar otra resolución la Corporación Municipal[90]: «(…) Comunicando haber renunciado a sus derechos a la plaza de Inspector Municipal Veterinario, el concursante nombrado en sesión de dos de agosto último, D. José Mallada Navasa y, a su vez haber renunciado a sus derechos igualmente los otros concursantes D, Nemesio Martínez Pastor y D. Agustín Abia Pérez y, que procede que este Ayuntamiento nombre para tal cargo al Veterinario concursante que le sigue en méritos D. Manuel I., Rodríguez García. Y la Corporación teniendo en cuenta lo expuesto por la citada jefatura, acordó por unanimidad adjudicar la plaza a D. Manuel I. Rodríguez García, que ocupa el nº 6 en la relación de los presentados, nombrándole para el cargo de Inspector Municipal Veterinario en propiedad de este Partido Veterinario que lo forma este municipio, por ser el aspirante que sigue en puntuación una vez tenido en cuenta a las renuncias presentadas (…)».

El 2 de octubre de 1948 fue formalmente realizado el nombramiento de Manuel Isidro Rodríguez García como Inspector Municipal Veterinario[91], a pesar de que dicho Inspector tomó posesión del cargo el 17 de septiembre de 1948[92], «(…) habiendo cesado D. José Savall Savall en dicho cargo que interinamente desempañaba (…)»[93].

Manuel Isidro Rodríguez García continuó ejerciendo su cargo de Inspector, alternándolo con su participación en congresos de zootécnica[94], realizando visitas sanitarias reglamentarias a granjas y ganado estabulado[95]. Y formando parte del Consejo Municipal de Sanidad[96]. Cuando el veterinario titular dejaba su cargo por alguno de estos motivos o por haber obtenido licencias concedidas por la «Superioridad» era sustituido por Alejo Valiente Garín[97], o por José Llorca Purkiss[98].

Tras la jubilación de Manuel Isidro Rodríguez le sustituyó como veterinario comarcal y director de la Oficina Comarcal, dependiente de la Consellería de Agricultura –ubicada en San Juan–, José Ibeas Sáez (OCAMA), trasladándose a San Vicente del Raspeig para seguir inspeccionando los ganados locales, traslados de animales, cuestiones de higiene, sanidad animal, gerencia administrativa, etc[99].

3.9. El control económico y, sanitario sobre la leche

Del ganado caprino se obtenía leche que era consumida por la familia del pastor, por un lado; y, por otro, vendiendo la mayor producción de leche, cuyos beneficios constituían los ingresos fundamentales de la familia. Cada mañana, el pastor ordeñaba el rebaño e introducía la leche en grandes lecheras de zinc y aluminio, que posteriormente transportaba en carro, hasta los domicilios de los clientes donde era vendida[100]. Lo mismo ocurría con la leche obtenida del ganado vacuno[101].

En 1928 el Negociado de Mercados de la alcaldía de Alicante quiso conocer todos los aspectos relacionados con la venta y producción de leche[102]: «(…) vaquerías y establos existentes en la población; producción media diaria; consumo anual, mensual y diario; consumo anual y diario por habitante; número de establecimientos y puestos de venta; y precios y promedios del azumbre y del litro, indicando para ambas medidas las cotizaciones máxima y mínima (…)».

El resultado fue el siguiente[103]: «(…) Leche. Existe una lechería en la que hay tres vacas y además cinco cabreros los cuales tienen en junto un centenar de cabras.

»Producción media diaria 150 litros, Consumo anual 54.000 litros. Consumo mensual 4.500 litros. Consumo diario 150 litros. Consumo anual por habitante 11´97 litros. Consumo diario por habitant6e 0´031 litros (…)».

El control sobre el pastoreo iba aprisionando paulatinamente a los pastores y ganaderos ubicando los establos fuera de la población, sacrificando a los animales a una hora determinada, como ya se ha visto anteriormente, prohibiendo[104]: «(…) el tránsito por la población de ganado cabrío (…)». En 1930, el Ayuntamiento solo permitía «(…) la venta de leche a domicilio, con dichos animales, siempre que estos vayan provistos del correspondiente bozal, que no será metálico y, acompañe otra persona al vendedor para evitar los perjuicios que puedan irrigar al arbolado. El incumplimiento de esta orden se castigará con el máximo de multa que autoriza el vigente Estatuto municipal (…)».

En 1931, el Ayuntamiento de Alicante seguía insistiendo en conocer los precios producto de la venta de leche «(…) procedente de vaca y de cabra y si la tendencia del mercado es en este sentido de alza o baja, así como el motivo de ello (…)». El motivo era un estudio realizado sobre municipalización del abasto público de leche[105]. La respuesta de la alcaldía sanvicentera se produjo unos días después[106]: «(…) he de manifestarle, que el precio a que se expende en esta localidad el litro de leche de cabra es de setenta centímetros, careciendo de vacas, siendo su tendencia al alza por la escasez de lluvias (…)».

En 1931, un listado de ganaderos reducía el número a 36, denominado «Relación y lista de los que tienen ganados en San Vicente». Estos fueron los siguientes[107]: Andrés Pérez Sirvent; A. Sensia; Antonio Jover García; A. Moya; Antonio Carbonell Lillo; A. Quelo chimo; Antonia Sogorb Pastor; Viuda Carlos Guijarro; Andrés Lillo Pastor; A. Chicono; Carlos Beviá Fernández; A. Ord; Carlos Torregrosa Guijarro; A. Lasegaor; José Guijarro Pastor; Manuel Torregrosa Pastor; A. Sastre; Francisco Otero Fernández; A. El Madrileño; Ramón Torregrosa Guijarro; A. Rebolica; Vicente Sabater Domenech; A. Canaeta; Ramón Fuentes González; A. Fontetes; Francisco Aleman Bernabeu; A. Leonio; Francisco Brotons López; A. Comboy; Rafael Brotons López; A. Comboy; Vicente Lillo Lillo; A. Baratero; José Fuentes Antón; La Pastora: calle Bailaros; Juan Beviá Pastor; A. El Ferro; Lorenzo Barberá García; A. El Ferrer; Francisco Lorente; A. El Buzo; José Pastor Pastor; A. El Petit; José Fernández García; A. Rabosa; Juan García Guijarro; A. Navarelo hijo; Pascual García Guijarro: A. El Pou, en el Carreret; Vicente Acame; A. Laastre; Mariano Llopis Beviá; A. Pantanera; Manuel López Monje; A El Castellaner, calle Ancha; Tomás Terol Ramos; A. Hoyera; Agapito Terol, hijo de Hoyera; Isidro Llopis; A, Mesquí; Francisco José Serra; Plá de la Olivera; La Cañaeta; Juan Camarasa. Manuel Guijarro López; A. Proveor; ramón Pastor Antón; Familia Botichós.

Algunos pastores rentabilizaron la leche añadiendo agua. Esto era conocido por el Ayuntamiento que intentó[108]: «(…) evitar posibles adulteraciones en la leche que se expende en la localidad (…)». El encargado de realzar la inspección fue el veterinario Municipal «(…) a ser posible en la vía pública (…)».

La Guerra Civil alteró la comercialización de leche que se efectuaba fuera de San Vicente del Raspeig y, la situación política se fue caldeando por problemas de abastecimiento[109]: «(…) El Presidente del Consejo Municipal de Campello así como los de Floreal del Raspeig y San Juan, no permiten la salida de la leche que habitualmente venían trayendo a Alicante los lecheros de esos pueblos y, cuya leche era la sobrante de las necesidades de los mismos, Excusan estos alcaldes esta determinación en que en dichos pueblos, no están abastecidos de leche los enfermos, pero esta escusa es cierto sospechosa por cuanto la prohibición coincide con la puesta en vigor de la tasa del Gobierno legítimo de la República y, como no creo en cosas sobrenaturales, estimo que es excesiva coincidencia el enfermar la población de dichos pueblos el mismo día en que hay que cumplir la tasa. Espero que estudie el caso y tome las determinaciones que crea justas, pues no desconoce el delicado problema de Alicante, en orden al abastecimiento de leche y que de día en día se va agravando por no traer las cantidades que periódicamente venía trayendo a esta capital (…)».

La respuesta de la alcaldía fue la siguiente[110]: «(…) Con el fin de dejar completamente aclarado lo que U. S., me comunica en su oficio de fecha 17 de los corrientes sobre la prohibición de la salida de leche de esta población para Alicante, me interesa poner en su conocimiento que dicha medida fue adoptada mucho antes de la puesta en vigor de la tasa y debido a que el censo de población ha aumentado en un cincuenta por ciento, siendo este el motivo que me obligó a tomar esta resolución, a pesar de lo cual no se ha podido solucionar en esta localidad el abastecimiento de dicho artículo (…)».

La falta de leche era tan acuciante que durante 1937 y 1938 tuvo que ser enviada a la población leche condensada procedente de la Consejería Provincial de Abastos de Alicante[111] y, prohibida en toda la provincia[112]: «(…) la fabricación de queso debiendo los pueblos que tengan exceso de producción de leche fresca comunicar a la Consejería Provincial el sobrante diario que tienen para su distribuido entre aquellos vecindarios que carezcan de este alimento (…)».

La Guerra Civil finalizó, pero el hambre y la falta de alimentos se mantuvo en la localidad interesándose desde Gobernación Civil por la producción y consumo de leche en la localidad, especialmente del «racionamiento lácteo» que se veían sometidos los niños de la población y concretamente los pertenecientes al «Hogar–Escuela de Auxilio Social», que eran suministrados por el ganado de Lorenzo García Barberá[113].

La posguerra pasó y la vida cotidiana se fue normalizando, vendiéndose la leche con normalidad como se había realizado tradicionalmente, hasta que de nuevo en 1968 se sumó un nuevo hándicap para los ganaderos[114]: «(…) Debido al incremento de los casos de brucelosis humana, como consecuencia del consumo de leche sin higienizar y, del consumo de quesos denominados frescos, elaborados igualmente con leche no higienizada y, según lo dispuesto en la Orden del Ministerio de la Gobernación de 25 de Junio próximo pasado (B.O. del E. Nº 185 de 2 de agosto), esta jefatura al amparo de lo determinado en su artº 2º ha tenido a bien disponer la prohibición de la venta de quesos frescos que no procedan de fábricas legalmente autorizadas, para lo cual se recaba el apoyo de esa alcaldía y funcionarios sanitarios de esa localidad para cumplimentar lo ordenado (…)».

Primero fue la prohibición de venta de queso fresco y, unos años después la prohibición de la venta de leche fresca a granel[115]: «(…) Como ampliación a mi escrito de 3 de los corrientes, sobre el asunto de la referencia del margen y al objeto de facilitar la labor de esa alcaldía tendente a hacer cumplir lo dispuesto en el artº 89 del reglamento de centrales lecheras sobre prohibición de venta de leche fresca a granel, remito a V. S., relación del censo ganadero correspondiente a esa localidad, en el que se expresa la cantidad de leche que debería entregarse con respecto al número de cabezas de vacuno que posee cada ganadero y la que realmente entregan estos, arrojando la diferencia entre ambas la cantidad que se supone es vendida a granel (…)».




NOTAS

[1] (91). PÉREZ CARBONELL, Miguel. La fuente oral refiere que oía contar a su padre –Andrés Pérez Sirvent, pastor de profesión–, que había épocas se sequía en que tuvo que ayudar a pasar de un bancal a otro más elevado a las cabras, porque las extremidades traseras no tenían firmeza suficiente para aguantar el peso debido a la falta de ingestión de alimentos.

[2] (92). AAASVR. Legajo año 1937. Correspondencia cumplimentada. 13 mayo, 1937.

[3] (93). AAASVR. Legajo año 1938. Comunicaciones, 22 febrero, 1998.

[4] (94). AAASVR. Legajo año 1938. Correspondencia oficial. 13 mayo, 1938.

[5] (95). AAASVR. Legajo año 1941. Minutas. Carpeta 1. 6 noviembre, 1941. AAASVR. Legajo año 1936. Correspondencia oficial. 9 mayo, 1938. AAASVR. Legajo año 1938. Comunicaciones. 10 mayo, 1938. Correspondía a los Consejos Municipales la gestión de las peticiones de piensos para aquellos ganaderos que no estaban incluidos en ninguna organización ganadera. AAASVR. Legajo año 1938. Correspondencia oficial 13 agosto, 1938. AAASVR. Legajo año 1939. Correspondencia cumplimentada. 30 octubre, 1939. CARBONELL BEVIÁ, Lola. Los orígenes de los comercios de tradición decimonónica y su evolución a lo largo del siglo xx. CIEP nº 2. Concejalía de Comercio. 1999.

[6] (96). AAASVR. Legajo año 1941. Minutas. Carpeta 1. 24 noviembre, 1941.

[7] (97). AAASVR. Legajo año 1941. Minutas. Carpeta 1. 1 diciembre, 1941.

[8] (98). AAASVR. Legajo año 1941. Minutas. Carpeta 1. 4 diciembre, 1941.

[9] (99). AAASVR. Legajo año 1941. Minutas. Carpeta 1. 5 diciembre, 1941.

[10] (100). AAASVR. Legajo año 1941. Minutas. Carpeta 1. 6 diciembre, 1941.

[11] (101). AAASVR. Legajo año 1941. Minutas. Carpeta 1. 6 diciembre, 1941.

[12] (102). AAASVR. Legajo año 1941. Minutas. Carpeta 1. 15 diciembre, 1941.

[13] (103). AAASVR. Legajo año 1941. Minutas. Carpeta 1. 15 diciembre, 1941. 29 diciembre, 1941. 30 diciembre, 1941. AAASVR. Legajo año 1942. Correspondencia cumplimentada. Carpeta 2. 24 septiembre, 1941. 23 octubre, 1942. AAASVR. Legajo año 1946. Minutas. 2 diciembre, 1946. AAASVR. Legajo año 1948. Minutas. Carpeta 1. 26 enero, 1948. 10 agosto, 1948. AAASVR. Legajo año 1946. Minutas. 1 septiembre, 1942. 9 septiembre, 1949. 14 septiembre, 1949. 14 noviembre, 1949.

[14] (104). AAASVR. Legajo año 1941. Minutas. Carpeta 1. 3 diciembre, 1941.

[15] (105). AAASVR. Legajo año 1942. Correspondencia cumplimentada. Carpeta 2. 23 octubre, 1942.

[16] (106).AAASVR. Legajo año 1946. Minutas. 25 septiembre, 1946.

[17] (107). AAASVR. Legajo año 1925. Correspondencia despachada. Sin fechar.

[18] (108). AAASVR. Legajo año 1946. Minutas. 8 octubre, 1949.

[19] (109). AUASVR. Proyecto de clasificación de las vías pecuarias existentes en dicho término. Año 1960.

[20] (110). AAASVR. Legajo año 1960. Minutas. 12 febrero, 1960.

[21] (111). AAASVR. Legajo año 1960. Minutas. 8 abril, 1960.

[22] (112). AAASVR. Legajo año 1968. Minutas 1. 6 mayo, 1968.

[23] (113). AAASVR. Legajo año 1968. Minutas 2. 4 octubre, 1968.

[24] (114). AAASVR. Legajo año 1968. Minutas 2. 19 octubre, 1968.

[25] (115). AAASVR. Legajo año 1972. Minutas 2. 12 diciembre, 1972.

[26] (116). AAASVR. Legajo año 1975. Minutas 1. 27 junio, 1975.

[27] (117). AAASVR. Legajo año 1977. Minutas 1. 26 mayo, 1976.

[28] (118). AAASVR. Legajo año 1976. Minutas 2. 4 agosto, 1976.

[29] (119). AAASVR. Legajo año 1979. Minutas 2. 21 octubre, 1980.

[30] (120). Asociación General de Ganaderos del Reino. Comunicación dirigida al Ayuntamiento de San Vicente del Raspeiig. 25 abril, 1997.

[31] (121). Ministerio de Medio Ambiente. Comunicación dirigida al Ayuntamiento de San Viciente del Raspeig. 6 febrero, 1997.

[32] (122). Diario Información de Alicante. L´Alacantí. Jueves 12 marzo, 1998. Página 4. La Alcaldía solicita el deslinde de un tramo de la Cañada Real del Palamó a Peñas Rojas.

[33] (123). AAASVR. Legajo año 1951. Minutas. 17 julio, 1951. «(…) José Huertas Rivas, se ausentó con su ganado de este término con dirección a Tragacete (Cuenca) a fin de abril último (…)».

[34] (124). REAL REAL, Cecilio. Nacido en 1923 en Buenache de la Sierra (Cuenca). Pastor trashumante afincado en la actualidad en San Vicente del Raspeig. Hijo de pastor de quién heredó el oficio. Entrevista realizada en diciembre de 1997. Todos los datos reflejados son parte de su vivencia personal como pastor trashumante.

[35] (125). PÉREZ CARBONELL, Miguel.

[36] (126). CARBONELL PASTOR, Antonio.

[37] (127). AAASVR. Legajo año 1936. Correspondencia cumplimentada. 17 diciembre, 1936. El animal fallecido era un cerdo.

[38] (128). AAASVR. Legajo año 1937. Correspondencia cumplimentada. 22 julio, 1937. El animal estudiado era una res vacuna.

[39] (129). AAASVR. Legajo año 1937. Correspondencia cumplimentada. 10 agosto, 1937. El animal fallecido era un caballo.

[40] (130). AAASVR. Legajo año 1939. Correspondencia cumplimentada. 23 septiembre, 1939. El animal fallecido era una vaca. AAASVR. Legajo año 1940. El animal fallecido era una vaca que fue destinada a cremación. AAASVR. Legajo año 1942. Correspondencia cumplimentada. Carpeta 2. 23 diciembre, 1942. El animal fallecido era una vaca.

[41] (131). AAASVR. Legajo año 1940. Correspondencia cumplimentada. 25 septiembre, 1940. El animal fallecido fue una res lanar destinada a la cremación.

[42] (132). AAASVR. Legajo año 1960. Minutas. 14 mayo, 1960. Estaba afectado todo el rebaño ovino de su porpiedad.

[43] (133). AAASVR. Legajo año 1964. Minutas 1. 27 enero, 1964. 26 febrero, 1964. La cabra afectada por brucelosis nº 3877, fue presentada en el huerto de Torrent y el chalet de Laviiña en la partida de Torregroses. El ganadero tuvo que acarrear un haz de leña para la inmediata cremación de la res, que tuvo lugar el 28 de enero.

[44] (134). AAASVR. Legajo año 1980. Minutas 1. 12 marzo, 1980.

[45] (135). REAL REAL, Cecilio.

[46] (136). IBEAS SÁNCHEZ, José. Nacido en 1934. Veterinario comarcal de la Consellería de Agricultura. Entrevista realizada en diciembre de 1997.

[47] (137). AAASVR. Legajo año 1931. Minutas. 17 enero, 1931.

[48] (138). AAASVR. Legajo año 1936. Correspondencia cumplimentada. 25 agosto, 1936.

[49] (139). AAASVR. Legajo año 1942. Correspondencia cumplimentada. Carpeta 2. 16 septiembre, 1942. Los ingresos procedentes del matadero ascendieron en 1942 a 4.172´60 pesetas.

[50] (140). AAASVR. Legajo año 1939. Correspondencia cumplimentada. 25 noviembre, 1939. AAASVR. Legajo año 1941. Minutas. 30 abril, 1941. AAASVR. Legajo año 1941. Minutas. Carpeta 1. 16 septiembre, 1941.

[51] (141). DOMPER FERRANDO, Javier. Página 70.

[52] (142). AAASVR. Actas capitulares 1907–1012, 13 agosto, 1908.

[53] (143). AAASVR. Actas capitulares 1916–1920. 30 mayo, 1920.

[54] (144). AAASVR. Legajo año 1934. Minutas. 17 septiembre, 1934.

[55] (145). AAASVR. Legajo año 1936. Correspondencia oficial. Minutas. 16 junio, 1936.

[56] (146). Ley de 20 de diciembre de 1952 sobre Epizotias (BOE de 23 diciembre, 1952). Página 180.

[57] (147). AAASVR. Legajo año 1951. Minutas. 27 marzo, 1951.

[58] (148). AAASVR. Legajo año 1968. Minutas 1. 5 enero, 1968. 24 enero, 1968.

[59] (149). BOE. 7 diciembre, 1961. Página 17.259 a 17.264. DOGV. Nº 1288. 20 abril, 1990. Páginas 2.783 a 2.809. DOGV. 18 marzo, 1988. Página 1.314 a 1.324. AAASVR. Legajo año 1976. Minutas 2. 8 enero, 1976.

[60] (150). AAASVR. Legajo año 1976. Minutas 2. 18 agosto, 1976.

[61] (151). AAASVR. Legajo año 1977. Minutas 1. 24 enero, 1977.

[62] (152). AAASVRR. Legajo año 1977. Minutas 2. 4 octubre, 1977.

[63] (153). Ley 20/12/1952 sobre Epizotias. BOE 23/12/1952. Página 213. «(…) a ser posible, en el mismo sitio donde murieron o fueron sacrificados, en fosa profunda, cubriéndolos con una capa de cal viva y otra de tierra de 1 metro de espesor y se acotará el terreno con piedras o señales (…)».

[64] (154). PEIDRÓ GARCÍA, Lidiana. Inspectora de la OMIC de San Vicente del Raspeig. Entrevista realizada en diciembre, 1997.

[65] (155). OMIC. Comunicación procedente de Sanidad y Consumo. Registro de salida nº 30. 8 febrero, 1996.

[66] (156). AAASVR. Actas capitulares 1907–1912. 22 octubre, 1908.

[67] (157). AAASVR. Actas capitulares 1913–1916. 3 agosto, 1915.

[68] (158). AAASVR. Actas capitulares 1919. 23 noviembre, 1919.

[69] (159). AAASVR. Legajo año 1953. Minutas. 24 octubre, 1953.

[70] (160). AAASVR. Legajo año 1979. Minutas 3. 13 noviembre, 1979.

[71] (161). BOE nº 284. Martes 28 noviembre, 1995. Página 34.436 a 34.444. Orden de 23 noviembre de 1995, por la que se regula el procedimiento para la solicitud, tramitación y, concesión de las ayudas a los productores de determinados cultivos herbáceos en la campaña de comercialización 1996/1997 y, de las primas en beneficio de los productores de carnes de ovino y caprino; de los productores de carne de vacuno y de los que mantengan vacas nodrizas para el año 1996.

[72] (162). IBEAS SÁEZ, José.

[73] (163). AHASVR. Libro de registro de salidas años 1914–1918. 13 julio, 1915.

[74] (164). AAASVR. Legajo año 1938. Comunicaciones. 5 enero, 1938. 10 febrero, 1938.

[75] (165). AAASVR. Legajo año 1938. Comunicaciones. 24 marzo, 1938.

[76] (166). AAASVR. Legajo año 1940. Correspondencia cumplimentada. 23 febrero, 1940.

[77] (167). AAASVR. Legajo año 1940. Minutas. 29 febrero, 1940.

[78] (168). AAASVR. Legajo año 1940. Minutas. 5 abril, 1940.

[79] (169). AAASVR. Legajo año 1940. Correspondencia cumplimentada. 8 mayo, 1940.

[80] (170). AAASVR. Legajo año 1941. Minutas. 15 febrero, 1941. AAASVR. Legajo año 1946. Minutas. 19 junio, 1946. AAASVR. Legajo año 1948. Minutas. Carpeta 2. 11 noviembre, 1948.

[81] (171). AAASVR. Legajo año 1949. Minutas. Carpeta 1. 27 enero, 1949. AAASVR. Legajo año 1951. Minutas. 15 diciembre, 1951.

[82] (172). AAASVR. Legajo año 1949. Minutas. 29 diciembre, 1949. AAASVR. Legajo año 1951. Minutas. 31 diciembre, 1951.

[83] (173). AAASVR. Legajo año 1953. Minutas. 30 abril, 1953. AAASVR. Legajo año 1953. Minutas. 23 mayo, 1953. 24 agosto, 1953. 24 septiembre, 1953.

[84] (174).AAASVR. Legajo año 1953. Minutas. 26 mayo, 1953.

[85] (175). AAASVR. Legajo año 1948. Minutas. Carpeta 1. 26 junio, 1948.

[86] (176). AAASVRR. Legajo año 1948. Minutas. Carpeta 1. 26 junio, 1948. Comunicación a todos los veterinarios que participaron en la oposición. 2º. Blas Villanueva Garrido. 7´5 puntos. Alpuente (Valencia). 3º. José Mallada Navasa 1 punto. Abiego (Huesca). 4º. Nemesio Ramírez Pastor. 1 punto. Bimenes (Asturias). 5º. Agustín Abia Pérez. 1 punto Olmos de Ojeda (Palencia). 6º. Manuel I. Rodríguez García. 0´5 puntos. Melilla (C. Granada 5). 7º. Francisco Beltrán Ascoz. 0´5 puntos. Zaragoza (Ciudad Universitaria). 8º. Jacobo Pascual Aznal 00 puntos. La Ceniai (Tarragona). 9º. Manuel Fernández D. 00 puntos. Franzara (Castellón). 10º. Luís Díez González. 00 puntos. León (C/ del Burgo Nuevo 16).

[87] (177). AAASVR. Legajo año 1948. Minutas. Carpeta 2. 6 agosto, 1948.

[88] (178). AAASVR. Legajo año 1948. Minutas. Carpeta 2. 11 agosto, 1948.

[89] (179). AAASVR. Legajo año 1948. Minutas. Carpeta 2. 3 septiembre, 1948. Comunicación dirigida al jefe del Servicio Provincial de Ganadería de Alicante.

[90] (180).AAASVR. Legajo año 1948. Minutas. Carpeta 2. 20 septiembre, 1948.

[91] (181). AAASVR. Legajo año 1948. Minutas. Carpeta 2. 6 noviembre, 1948.

[92] (182). AAASVR. Legajo año 1948. Minutas. Carpeta 2. 6 noviembre, 1948.

[93] (183). AAASVR. Legajo año 1948. Minutas. Carpeta 2. 6 noviembre, 1948. Comunicación dirigida al presidente de la Mancomunidad Sanitaria Provincial.

[94] (184). AAASVR. Legajo año 1951. Minutas. 23 octubre, 1951. «(…) Se le ha concedido el permiso dado desde el 24 al 30 del actual, para poder asistir al congreso de zootecnia que se celebra en Madrid (…)».

[95] (185). AAASVR. Legajo año 1953. Minutas. 23 abril, 1953. 8 junio, 1953. «(…) Como consecuencia de una de las cuales fue declarada en la misma oficialmente la epizotia de peste aviar, que en el día de hoy está propuesta su extinción por haber desaparecido las aves enfermas (…)».

[96] (186). AAASVR. Legajo año 1953. Minutas. 5 octubre, 1953.

[97] (187). AAASVR. Legajo año 1960. Minutas. 28 noviembre, 1960.

[98] (188). AAASVR. Legajo año 1963. Minutas. 20 septiembre, 1963.

[99] (189). IBEAS SÁNCHEZ, José.

[100] (190).PÉREZ CARBONELL, Miguel.

[101] (191). PÉREZ CARBONELL, Antonio. Nacido en 1929 en san Vicente del Raspeig. Hijo de pastor y, pastor y ganadero jubilado. Entrevista realizada en diciembre, 1996.

[102] (192). AAASVR. Legajo año 1928. Correspondencia cumplimentada. 25 mayo, 1928.

[103] (193). AAASVR. Legajo año 1928. Correspondencia cumplimentada. 14 junio, 1928.

[104] (194). AAASVR. Legajo año 1930. Correspondencia. Minutas. 13 mayo, 1930. Los ganaderos advertidos fueron: Ramón Lillo, Alfonsa Jover, Francisco Montoyo, Francisco Alemañ, Manuel Torregrosa y, José Guijarro Pastor y, P.O (por no saber firmar).

[105] (195). AAASVR. Legajo año 1931. Correspondencia cumplimentada. 9 septiembre, 1931.

[106] (196). AAASVR. Legajo año 1931. Minutas. 22 septiembre, 1931.

[107] (197). AAASVR. Legajo año 1931. Correspondencia cumplimentada. Sin fecha. Listado realizado por el guardia jurado Francisco Miralles.

[108] (198). AAASVR. Legajo año 1937. Correspondencia oficial. Minutas. 27 abril, 1937.

[109] (199). AAASVR. Legajo año 1937. Correspondencia cumplimentada. 17 septiembre, 1937.

[110] (200). AAASVR. Legajo año 1937. Correspondencia oficial. Minutas. 28 septiembre, 1936. A pesar de que parece un error, la fecha es de 1936. Así es como aparece registrado en el cuño 28/9/36 y con registro de salida nº 361.

[111] (201). AAASVR. Legajo año 1937. Correspondencia cumplimentada. 5 noviembre, 1937.

[112] (202). AAASVR. Legajo año 1938. Comunicaciones. 13 marzo, 1938. Telegrama dirigido al Alcalde. Registrado con el nº de entrada 154.

[113] (203). AAASVR. Legajo año 1940. Minutas. 31 de octubre, 1940. AAASVR. Legajo año 1941. Minutas. 22 febrero, 1941. 6 octubre, 1941.

[114] (204). AAASVR. Legajo año 1968. Minutas 2. 17 agosto, 1968.

[115] (205). AAASVR. Legajo año 1971. Minutas 1. 17 junio, 1971.



La actividad del pastoreo en San Vicente del Raspeig (Siglos XIX y XX) (II)

CARBONELL BEVIA, Lola

Publicado en el año 2020 en la Revista de Folklore número 461.

Revista de Folklore

Fundación Joaquín Díaz