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En el capítulo I, artículo 3.º de los Estatutos de la Asociación Cultural «Montes de Toledo», se incluye en la comarca que da nombre a dicha Asociación, dentro de la zona denominada histórica, el término municipal de Los Navalucillos, junto con sus anejos y enclaves poblados, que son Robledo del Buey, Los Alares y Valdeazores. En esta última localidad, durante los días 27, 28 y 30 de diciembre de 1982, y el 8 de enero del año siguiente, recogió nuestro alumno Amalio Sánchez López una serie de romances y canciones, que ahora damos a conocer. Estas encuestas se realizaron dentro de un proyecto de recogida de materiales folclóricos que llevé a cabo en mis clases de Lengua y Literatura, en el Instituto Politécnico de Ciudad Real, en la actualidad llamado Maestre de Calatrava. En las clases de Literatura, se estudia el origen oral de esta, mencionando a los juglares, las jarchas, los cantares de gesta, los romances… Pero, al tratar esos asuntos, solemos los profesores referirnos a textos escritos, sin mencionar sus variantes ni tener en cuenta, en el caso de los romances, cómo han perdurado a través de los siglos en la memoria colectiva del pueblo. Las cancioncillas populares apenas se tratan en los manuales y libros de texto, y pocas veces se habla de ellas en las aulas. Lo mismo pasa con los cuentos de tradición oral. Por aquellos años, las publicaciones sobre estos temas en la provincia de Ciudad Real, donde impartíamos las clases, se reducían prácticamente al Cancionero musical popular manchego, de Pedro Echevarría, que había aparecido en 1951, y a las versiones de romances recogidas en esta provincia publicadas en algunos tomos del Romancero tradicional de las lenguas hispánicas, obras prácticamente desconocidas en el ámbito de la Enseñanza Secundaria. Habría que esperar a la década de los 80, en la que aparecieron otras publicaciones, que tampoco tuvieron mucho éxito entre los profesores de Literatura, como El romancero de Alcoba de los Montes (1986) de Jerónimo Anaya, El romancero de Castellar de Santiago (1985) de Agustín Clemente, Cuentos tradicionales recopilados en la provincia de Ciudad Real (1984) de Julio Camarena y Música y tradiciones populares (1988) de Antonio Vallejo, sin olvidar el Romancero tradicional toledano (1984) de Juan Manuel Sánchez.
En estas circunstancias de casi total desconocimiento de la literatura de tradición oral, animado por la recogida de romances y canciones que realicé en Alcoba, mi pueblo, para mi memoria de licenciatura (1980) –editada unos años después por el Instituto de Estudios Manchegos–, durante todos los cursos expliqué este tipo de literatura, ejemplificando la teoría con versiones recogidas por mí y otras extraídas sobre todo del Cancionero popular y del Romancero tradicional. Desde el primer año como profesor en Daimiel, animé a los alumnos a recoger en sus localidades romances y canciones –reconozco, lamentablemente, que el cuento lo dejé a un lado– que comentábamos en clase. Para realizar esa labor, traté de contrarrestar el principio de que «el recolector es siempre un extraño» (Goldstein 1978, 142) con la idea de grabar los registro en «el hogar de los cantores» («La exploración del Romancero» 1972, 139. Intervención de Galmés), basándome en mi propia experiencia y en algunas lecturas. Así, pues, intenté que mis alumnos recopilaran las versiones en sus mismos pueblos, entre sus familiares, siguiendo una metodología sencilla y práctica (Anaya 1986, 38-39).
El fruto de estas encuestas fue extraordinario. Recogimos un centenar de cintas, y algunas versiones de romances han ido apareciendo en publicaciones como Actas del II congreso joven de historia de Castilla-La Mancha (Anaya 1988), Romances de ciego y de tema truculento recogidos en la provincia de Ciudad Real (Antología), en colaboración con Sara Anaya Fernández, (1999), Romances tradicionales recogidos en la provincia de Ciudad Real (Antología) (1999), Romances tradicionales de Ciudad Real (2016), Revista de estudios monteños (2002), etc. El ámbito de nuestro estudio se ha centrado, hasta ahora, en la provincia de Ciudad Real, por lo que quedaron excluidos los registros recogidos en otros lugares, como es el caso que ahora nos ocupa. Con la incorporación de nuestra colección al Corpus de Literatura Oral (CLO[1]) se han dado a conocer, además de los registros procedentes de los pueblos de esta provincia, otros recogidos por nosotros mismos, en Granada (Anaya 2018, 110-139) y León, y por Amalio Sánchez en Toledo.
Seguimos, en general, los criterios de transcripción del CLO. Cuando el informante omite un verso y tiene consciencia de ello, se indica mediante una línea de puntos; si no tiene consciencia de lo omitido, la línea de puntos se pone entre paréntesis. Las palabras que no se entienden con claridad se colocan entre corchetes y signos de interrogación. Al final de las versiones indicamos los estribillos, repeticiones, vocabulario, etc.
La grabación se realizó en Valdeazores, aunque algunos informantes residentes en esta población nacieron en Los Alares o Los Navalucillos. A continuación, indicamos los registros, con su rima, la clasificación y referencia correspondientes a su publicación en el CLO, nombre y edad del informante, su procedencia y fecha de grabación.
Romancero. romancero tradicional y vulgar tradicionalizado
Romances de referente carolingio y caballeresco
1. Gerineldo (í.o é.a á.e). Referencia: 0739r
Los Alares, 28-12-1982. Versión cantada por Alejandro Illán Martín, 70 años, y Juana Molina, 75 años.
2. Conde Claros en hábito de fraile (ó.e í.a á.e á). Referencia: 0741r
Los Alares, 30-12-1982. Versión cantada por Germán Fernández Mencía, 76 años.
Rupturas familiares: la mala suegra
3. La mala suegra (á.e). Referencia: 0735r
Los Alares, 27-12-1982. Versión recitada por Dolores López Molina, 55 años.
4. Casada de lejas tierras (é.a / ó / í / / á.a / é.e / í.a / á). Referencia: 0736r
Los Alares, 27-12-1982. Versión cantada por Dolores López Molina, 55 años.
Conversiones, milagros y vidas de santos
5. San Antonio y los pájaros (estrófico). Referencia: 0740r
Los Alares, 30-12-1982. Versión cantada por Germán Fernández Mencía, 76 años.
Burlescos
6. El guarrero de Valdelobos (é.o). Referencia: 0737r
Los Alares, 27-12-1982. Versión cantada por Dolores López Molina, 55 años.
Romancero. Romances de cordel
Romances de milagros y apariciones
7. La Virgen salva a una joven abandonada en el desierto (á / ó / é / í). Referencia: 0743r
Valdeazores, 8-1-1983. Versión recitada por Carolina Sánchez López, 19 años.
Aventuras, sucesos trágicos y portentosos
8. Cuatro asesinatos en Madrid (estrófico). Referencia: 0742r
Valdeazores, 8-1-1983. Versión recitada Carolina Sánchez López, 19 años.
Romancero burlesco
9. Torero Remolacha (estrófico). Referencia: 0744r
Valdeazores, 8-1-1983. Versión recitada por Carolina Sánchez López, 19 años.
Romancero infantil
10. Mambrú (á). Referencia: 0738r
Los Alares, 27-12-1982. Versión cantada por Dolores López Molina, 55 años.
Cancionero
Amor y desamor
1. Los sacramentos de amor (estrófico). Referencia: 1274c
Los Alares, 27-12-1982. Versión cantada por Dolores López Molina, 55 años.
Canciones devotas. San Isidro labrador
2. San Isidro labrador (estrófico). Referencia: 1278r
Valdeazores, 8-1-1983. Versión cantada por Carolina Sánchez López, 19 años.
Canciones devotas. Canciones en las que se hace referencia a otras festividades religiosas
3. El rosario sale de la iglesia (estrófico). Referencia: 1277c
Los Alares, 30-12-1982. Versión cantada por Germán Fernández Mencía, 76 años.
Canciones devotas. Otras canciones con simbolismo religioso
4. La baraja simbólico-religiosa (estrófico). Referencia: 1276c
Los Alares, 30-12-1982. Versión cantada por Germán Fernández Mencía, 76 años
Oraciones
5. Madre dulce, mi dulce amor (or : ena : ena : or / i : ura : ura : i). Referencia: 1275c
Los Alares, 28-12-1982. Versión recitada por Juventina Rodríguez Molina, 45 años.
Sátiras, burlas y retratos. Retratos y escenas costumbristas
6. Lo que son los hombres (estrófico). Referencia: 1279c
Valdeazores, 8-1-1983. Versión recitada por Carolina Sánchez López, 19 años.
Sátiras, burlas y retratos. Otras canciones satíricas o burlescas
7. Lo que son las mujeres (estrófico). Referencia: 1280c
Valdeazores, 8-1-1983. Versión recitada por Carolina Sánchez López, 19 años.
Los informantes son los siguientes:
1. Alejandro Illán Martín, 70 años. Nació en Los Navalucillos. Desde los 17 años reside en Los Alares. Cantó, junto con Juana Molina, el romance 1. Como Juana es de Los Alares y Alejandro lleva viviendo más de 50 años en esta población, consideramos la versión de Los Alares.
2. Carolina Sánchez López, 19 años. Nació en Toledo, pero ha residido toda su vida en Valdeazores. Estudió Auxiliar Administrativo. Recitó los siguientes registros: Romancero: 7, 8 y 9. Cancionero: 2 (cantado), 6 y 7.
3. Dolores López Molina, 55 años. Nació en Los Alares, donde vivió hasta los 25 años. A esa edad se trasladó a Valdeazores, donde reside en la actualidad. Educación: Primaria incompleta. Cantó los siguientes registros: Romancero: 3 (recitado), 4, 6 y 10. Cancionero: 1.
4. Germán Fernández Mencía, 76 años. Nació en Los Alares. Cantó los siguientes registros: Romancero: 2 y 5. Cancionero: 3 y 4.
5. Juana Molina, 75 años. Es de Los Alares. Cantó, junto con Alejandro Illán, el romance 1.
6. Juventina Rodríguez Molina, 45 años. Nació en Los Alares. Recitó el siguiente registro: Cancionero: 5.
Romances. Romancero tradicional y vulgar tradicionalizado
1. Gerineldo[2]
—[Gerineldo, Gerineldo,] Gerineldito pulido,
2 ¡quién te pillara esta noche, tres horas durmías conmigo!
—¿Y a qué hora, gran señora, ya que será prometido?
4 —Mientras las doce y la una, cuando el rey se está dormido—.
Da las doce, da la una, Gerineldo prevenido
6 con zapatillas de seda para no ser descubrido.
Se pusieron a jugar, como mujer y marido,
8 con el cansancio del juego los dos quedaron dormidos.
A otro día de mañana, tres horas el sol salido,
10 (y) el rey que estaba en suspecha (y) al cuarto la infanta ha ido;
los ha pillado durmiendo, como mujer y marido.
12 —No me niegues, Gerineldo, que con la infanta has dormido.
Sus pondremos casa aparte, como mujer y marido.
14 —Tengo juramento hecho con la Virgen de la Estrella,
mujer que ha sido mi dama de no casarme con ella—.
16 Gerineldo se ha marchado hacia las islas de [¿Elcái?]
y la infanta se ha quedado deshonrada y con sus padres.
2. Conde Claros en hábito de fraile[3]
Quiselda se paseaba por sus largos corredores,
2 con su vestidito blanco, que la arrastran los faldones.
(Y) el duque de Montabán se ha enamorao de amores.
4 —No, señor, que soy muy niña; ¿qué dirían por la corte?—.
(Y) a otro día por la mañana, por la corte se decía
6 que el conde de Montalbán había dormío con la niña.
Los padres de Quisel dicen: —¿Si será mi Quiseldita?
8 Y en caso que no lo fuera, las venas serían en parrillas—.
La han echado una condena, que no la resiste nadie:
10 —He de meterla en un pozo, que se la pudran sus carnes.
—¡Si tuviera un pajarillo de esos que saben volar,
12 yo le escribiría una carta (y) a el conde de Montabán!—.
Ya ha bajado el pajarillo, porque Dios l’ha hecho bajar.
14 Quisa ha escribido la carta que el pájaro va a llevar.
—Pajarillo, pajarillo, ¿tú a mí me quieres hablar?
16 —No, señor, yo no le hablo, que la carta te lo dirá—.
Cogió la carta en su mano y ha empezado a letrear:
18 —Si la queman, que la quemen, a mí no me importa na—.
Y ha cogido su caballo, vestido de cura va,
20 y ha llegado al mesmo tiempo que la iban a quemar.
—Deténgase, la justicia, la vara de la humildad,
22 que Quiseldita es muy niña y tiene que confesar.
Y sus padres le contestan: —Quisi ya está confesá,
24 que la ha confesao el obispo y la ha dao la bofetá.
La ha montado a su caballo, él delante y ella atrás,
26 y a la metá del camino la ha empezado a preguntar:
—¿Cuántos besos te habrán dado los mocitos de tu igual?
28 —Tan solo me ha dado uno el conde de Montalbán,
que decían que era muy bueno, conmigo lo hizo muy mal.
30 —No lo haría mu mal contigo, cuando entre sus brazos vas,
y en el pueblo más cercano nos tenemos que casar—.
32 Ya convidan a la boda, pronto se van a casar,
y los que estamos presentes un trago vamos a echar.
3. La mala suegra[4]
Carmela se paseaba por una sala brillante,
2 con los dolores de parto, que el corazón se la parte.
4 Se ha asomado a una ventana y alcanzara a ver un valle.
—¡Quién tuviera, quién tuviera un cuartito en aquel valle!
6 —Coge la ropa, Carmela, y márchate en ca tus padres,
que a la noche vendrá Pedro y yo le mandaré mudarse—.
8 A la noche vino Pedro: …………………………….
—¿Dónde estará mi Carmela, que no ha salido a encontrarme?
10 (…………………………….) —Se ha marchao en ca sus padres—.
Montó Pedro en su caballo con Carmela por delante;
12 tres leguas llevan andadas sin el uno al otro hablarse.
—¿Cómo no me hablas, Carmela? —¿Cómo quieres que te hable,
14 si los pechos del caballo van empapados de sangre?
—Que detrás de aquella ermita llevo intención de matarte.
16 —¿Quién se ha muerto, quién se ha muerto? —La condesa de Olivares.
—No se ha muerto, no se ha muerto, que la ha matado mi padre.
18 El padre que Dios me dio, un perro malo le espiace;
la madre que Dios me dio, los ángeles la acompañen.
4. Casada de lejas tierra[5]
Una gitanilla de muy largas tierras,
2 que solita estaba, que solita era;
solo su marido, que dormía con ella.
4 A los nueve meses la vino un dolor,
que la traspasaba (y) hasta el corazón.
6 —Maridito mío, si bien me quisieras,
a la madre tuya (y) a llamarla fueras.
8 —Levántate, madre, del dulce dormir,
que la luz del día ya quiere venir
10 y la rosa bella ya quiere parir.
—Si la bella rosa pariera una infanta,
12 que la traspasara (y) hasta la garganta.
—Mujercita mía, mi madre no viene;
14 la ha dao calentura, por eso no viene.
—Maridito mío, si bien me quisieras,
16 a la hermana tuya (y) a llamarla fueras.
—Levántate, hermana, del dulce dormir,
18 que la luz del día ya quiere venir
y la rosa bella ya quiere parir.
20 —Si la bella rosa pariera un ratón,
que la traspasara, (y) hasta el corazón.
22 —Mujercita mía, mi hermana no viene;
la ha dao calentura, por eso no viene.
24 —Maridito mío, si bien me quisieras,
a la madre mía (y) a llamarla fueras.
26 —Levántate, suegra, de dulce dormir,
que la luz del día ya quiere venir
28 y la rosa bella ya quiere parir.
—Apareja, yerno, el macho rumbón,
30 mientras que preparo (y) el mejor jamón.
32 Apareja, yerno, la mula Cristina,
mientras que preparo la mejor gallina—.
34 Iban caminando (y) hacia la ciudad,
y hay un pastorcillo (y) en una cañá.
36 —Dime, pastorcito, dinos la verdad,
dinos por quién doblan en esta ciudad.
38 —Una gitanilla de muy largas tierras,
que solita estaba, que solita era,
40 solo su marido, que dormía con ella.
Ha muerto de parto, por malas parteras,
42 por malas cuñadas, por peores suegras.
—No tengo más hijas, ni aunque las tuviera,
44 no las casaría en tan largas tierras.
5. San Antonio y los pájaros[6]
Divino Antonio precioso, suplícale a Dios inmenso,
2 que por tu divina gracia alumbre mi entendimiento,
para que mi lengua refiere el milagro
4 que en el güerto obraste de edad de ocho años.
Desde niño fue nacido con mucho temor de Dios,
6 de sus padres estimado y del mundo admiración.
Fue caritativo y perseguidor
8 de todo enemigo con mucho rigor.
10 Su padre era un caballero cristiano, honrado y prudente,
que mantenía su casa con el sudor de su frente.
12 Y tenía un güerto en donde cogía
cosechas de fruta que el tiempo traía.
14 Por la mañana, un domingo, como siempre acostumbraba,
se marchó su padre a misa, cosa que nunca olvidaba,
16 y le dice: —Antonio, ven acá, hijo amado;
escucha, que tengo que darte un recado.
18 Mientras que yo estoy a misa, gran cuidado has de tener,
mira que los pajaritos todo lo echan a perder:
20 entran en el güerto, pican el sembrado,
por eso te encargo que tengas cuidado—.
22 Cuando su padre ausentó y a la iglesia se marchó,
(y) Antonio queda cuidando y a los pájaros llamó:
24 —Para que yo mejor pueda cumplir con mi obligación,
os voy a encerrar a todos dentro de esta habitación.
26 Venir, pajarillos—, mientras les llamaba,
y ellos tan humildes en el cuarto entraban.
28 Por aquellas cercanías ningún pájaro quedó,
porque todos acudieron, como Antonio les llamó.
30 Lleno de alegría san Antonio estaba
y los pajarillos alegres cantaban.
32 (Y) al ver venir a su padre, luego les manda callar;
llega su padre a la puerta, le comienza a preguntar:
34 —Dime, hijo amado, cuéntame Antoñito,
¿has cuidado bien de los pajaritos?—.
36 Antonio le contestó: —Padre, no tenga cuidado,
que para que no hagan mal todos los tengo encerrados—.
38 Y el padre que vio milagro tan grande
(y) al señor obispo trató de avisarle.
40 Acude el señor obispo con grande acompañamiento;
todos quedaron confusos al ver tan grande portento.
42 Abrieron ventanas, puertas a la par,
por ver si las aves se quieren marchar.
44 San Antonio dice a todos: —Señores, nadien se agravie,
los pájaros no se marchan (y) en lo que yo no lo mande—.
46 Se pone a la puerta y les dice así:
—Vaya, pajaritos, ya podéis salir.
48 Salga cigüeñas en orden, águilas, grullas y garzas,
gavilanes y vutardas, lechuza, mochuelo, graja.
50 Salgan las uracas, tórtolas, perdices,
palomas, gorriones y las codornices.
52 Salga el cuco y el vilano, gurrapastor, andarríos,
canarios y ruiseñores, todos, gafarón y mirlo.
54 Salgan verderones y las calderinas
y las currucadas y las golondrinas—.
56 (Y) al instante que salieron, todos juntitos se ponen
(y) a escuchar a san Antonio para ver lo que dispone.
58 Antonio le dice: —Deja los sembrados,
marcharos por montes, riscos y los prados—.
60 Al tiempo de alzar el vuelo, cantan con dulce alegría,
despidiéndose de Antonio, de toda su compañía.
62 Y el señor obispo (y) al ver tal milagro
por diversas partes mandó publicarlo.
64 Árbol de grandiosidades y fuente de claridad,
depósito de bondades, padre de mucha piedad.
6. El guarrero de Valdelobos[7]
En el valle Valdelobos, (………………………)
2 valle de muchas colmenas y de pocos colmeneros,
tengo una guarra rabona y arregostada al centeno,
4 la cebada del civil y el centeno del mulero.
Y una mañana temprano vide bajar al mulero
6 con una vara en la mano y estas palabras diciendo:
—Tenemos que ajustar cuentas. —Yo bien ajustás las tengo,
8 que tú no me debes nada yo a ti tampoco te debo—.
¡Virgen de la Soledad, cómo corría el guarrero,
10 unas veces trompicando y otras veces por el suelo!
La cebada del civil y el centeno del mulero.
Romances de cordel
7. La Virgen salva a una joven abandonada en el desierto[8]
Virgen del Carmelo, venidme a ayudar,
2 que yo este milagro pueda explicar,
que con una joven viniste a obrar,
4 este gran pretexto es muy digno de admirar.
De padres herejes la joven nació;
6 a ella el cristianismo fue su inclinación.
Le dieron tormento porque en Dios creyó
8 y grandes castigos la infeliz sufrió.
Un día que a misa la joven salió,
10 aquel padre hereje fue y la persiguió.
Al salir del templo, se le presentó
12 y le dio grandes golpes con mucho rigor.
—Tú que crees en Dios, te castigaré,
14 y nunca por hija te he de conocer.
—Cumplid, padre mío, vuestra voluntad;
16 ¡oh, Virgen del Carmen, ten de mí piedad!—.
Como ella seguía aún creyendo en Dios,
18 aquel padre hereje al punto mandó:
—Vámonos, hija mía, a otra población—.
20 La joven muy triste fue a la embarcación.
Después de embarcar, el barco empezó
22 y al momento desapareció.
Llegan a un desierto, ¡qué grande dolor!
24 El padre a la hija bajarla mandó.
—Ya puedes, hija, aquí descansar,
26 que el padre se marcha un rato a cazar—.
Aquel padre hereje pronto se embarcó;
28 al llegar a la casa, la madre preguntó:
—¿Ya la has dejado? —La pude engañar,
30 diciéndole que iba un rato a cazar—.
Y la joven sola se quedó,
32 esperando al padre, pero no volvió.
Al llegar la noche, empezó a decir:
34 —¡Oh, Virgen del Carmen, amparadme!—.
Así decía la joven con mucha aflicción.
36 —¡Cómo te han vendido, pobre corazón!;
te han dejado sola, aquí sin comer.
38 —Pues pronto de hambre yo me moriré—.
Como no tenía lo joven otro pan,
40 la hierba comía con afán.
—Cinco años me encuentro yo sufriendo aquí,
42 sin que nadie tenga compasión de mí—.
Estando la joven en esta oración,
44 vio que se acercaba una embarcación.
Un escapulario del Carmen sacó:
46 —¡Oh, Virgen del Carmen, que venga a por mí,
que si no de pena voy a morir!—.
48 Al llegar la barca, dormida quedó,
y hubo una señora que la despertó.
50 Le dice: —Cristiana, levántate ya,
porque yo a tu tierra te quiero llevar,
52 porque ya tus padres en Dios creen
y nunca martirio te darán—. (…………………)
54 Suben a la barca y al pronto partió;
en pocos momentos a tierra llegó.
56 Al desembarcar, la joven notó
que aquella señora desapareció.
58 Ella la buscaba con gran ansiedad,
porque muchas gracias le quería dar.
60 —¡Oh, Virgen del Carmen, mil gracias te doy,
por el gran servicio que me has prestado hoy!—.
62 Dice la señora: —Pues yo mismo soy,
que de aquel desierto te vine a sacar,
64 porque tu muerte se acercaba ya—.
Entonces la señora desapareció.
66 Fue a casa de sus padres y les preguntó:
—¿Dónde está vuestra hija? —Pues ya se murió.
68 —No seáis ingratos y creed en Dios—.
Entonces la joven en su casa entró.
70 Al verla su padre, ella se abrazó.
Su madre le dice con mucha humildad:
72 —Perdóname, hija, ten de mí piedad—.
Entonces la joven perdona a los dos:
74 —Porque ya estoy viendo que creéis en Dios.
Os diré que yo a religiosa me voy a meter,
76 esposa de Cristo muy pronto he de ser—.
Y a religiosa pronto se metió;
78 el escapulario del Carmen vistió.
Adorando a Cristo, su vida acabó.
80 Al morir, su alma al cielo voló.
¡Oh, Virgen del Carmen, tenéis que librar
82 a vuestros devotos de una tempestad
de padres y herejes, de una tentación
84 al fin de esta vida, santa salvación!
8. Cuatro asesinatos en Madrid[9]
Al público que me escucha yo le pido por favor
2 presten atención al crimen que les voy a contar yo.
El veintitrés de julio la muerte se encontraron
4 cuatro personas honradas por la ambición de un malvado.
Ahora vamos, señores, contarles cómo pasó
6 este crimen tan infame que este hombre cometió.
Don Félix López Rodríguez tiene puesto un buen negocio,
8 que le daba rendimiento con ayuda de su socio.
Este socio es don Emilio y se llevaban muy bien;
10 este tenía una criada para ayudar a su mujer.
Estos dos hombres, señores, siempre iban a la tienda
12 para abrirla bien temprano, hasta el día de la tragedia.
A las doce de la mañana una señora llegó
14 para vender unas prendas, y cerrada la encontró.
Llega la una de la tarde y la portera extrañada
16 llama por el inquilino para ver lo que pasaba.
Cuando ella abrió la puerta y doña Ángela entró,
18 vio al dueño asesinado, y lanzó un grito de horror.
El criminal de este hombre lo mató a martillazos,
20 y no contento con eso le dio varios navajazos.
Enseguida la justicia quiere buscar a don Emilio;
22 al ver que no aparece, le van registrar su piso.
Cuando abrieron la puerta y la justicia allí entró,
24 con un cuadro muy terrible fue con lo que se encontró.
La criada asesinada dentro de esa habitación,
26 con un cuchillo clavado en medio del corazón.
El criminal de este hecho dijo en su declaración,
28 cuando mató a la criada, a los señores esperó.
Antes llega la señora y con ella algo habló,
30 y de un tiro de pistola allí muerta la dejó.
Cuando llegó don Emilio, él sin sospechar en nada,
32 de manera traicionera, otro tiro ya le daba.
Con confianza y cinismo a una tintorería entró,
34 que le limpiaran el traje, que de sangre se manchó.
José María Jarabó no podía prevenir
36 que las manchas de su traje lo iban a descubrir.
Y a una seña convenida de la justicia y el dueño,
38 detienen al asesino de este crimen tan horrendo,
y que tanto dio que hablar por la prensa y por la radio,
40 estando el pueblo madrileño varios días asustado.
Y aquí termina, señores, este crimen de misterio,
42 que casi siempre es la causa la ambición del dinero.
Y por las malas vidas que algunos hombres se dan,
44 enfangados en el vicio, siempre mal terminarán.
9. Torero Remolacha[10]
Señores que estáis atentos, si me ponen atención,
2 les voy a explicar a ustedes un caso de admiración.
Son unos chistes graciosos (……………………)
4 que el torero Remolacha le han sucedido en su vida.
De torero salió poeta, al tomar la alternativa.
6 Se dedicaba a cazar, (……………………)
pues con una bicicleta, también llevaba un jurón,
8 y le llevaba metido dentro de un acordeón.
Los conejos del desierto casi todos se perdieron
10 y nadie se daba cuenta, pues dentro de los bujeros
decían que los mataba un tejón y una gineta,
12 y se los llevó el torero todos con la bicicleta.
Pero el guarda y los civiles por un soplo se enteraron,
14 y viniendo en un viaje de sorpresa lo pillaron.
Un sargento le pregunta que de dónde se venía;
16 le dijo de hacer un baile (……………………)
y también de ver la novia que en un cortijo tenía.
18 El torero Remolacha (……………………)
con el delito en la manos no lo podía ocultar
20 y el sargento ya le dice que le quería oír tocar.
Al oír estas palabras, se quedó paralizado
22 y le dijo: —Mi sargento, (……………………)
yo no le puedo tocar, que traigo el pito este eschangao—.
24 Cuando allí vio lo que hacía, (……………………)
pues el sargento le dice: (……………………)
26 —Vámonos para el cuartel, allí le harás tocar,
y sé que eres torero, también vas a torear.
28 Los conejos del desierto tú los vas a declarar;
a todos los has enseñado a en bicicleta a montar
30 y tú no entiendes de baile ni tampoco de tocar.
Y ahora ha aparecido el tejón, (……………………)
32 también aquella gineta que mataba a los conejos
(……………………) dentro de aquel agujero,
34 y ha sido con el hurón este maldito torero.
Ahora yo te enseñaré a lidiar una corrida,
36 que la tendrás bien presente en los días de tu vida—.
Pues ya me llevó al cuartel y dentro de una habitación
38 me enseñó con los toreros que sería mi actuación.
Me presentó tres verdajos y yo me quedé arrecío;
40 uno se llamaba el Bomba, (……………………)
otro Vicente Pastor y el más gordo Lagartijo.
42 Pues ya se marchó a comer, me dejó en la habitación
y yo mirando a los tres ases, se me aflige el corazón.
44 Pero a los momentos vuelve (……………………)
y estas palabras me dice: (……………………)
46 —En la clase de torero me estás resultando un pillo;
no te veo valentía, te estás poniendo amarillo
48 y no ha empezao la corrida—. (……………………)
Y de momento le digo: —Señor, no me voy a poner,
50 si veo que los toreros son ases de gran cartel
Y usted que los apodera, (……………………)
52 yo pienso en las filigranas que van a hacer los tres.
Yo toreo por chicuelo, también por manoletinas,
54 pero me pongo amarillo pensando en las argentinas—.
Pero de pronto me dice: —Ya te puedes prevenir,
56 que va a empezar la corrida; (……………………)
tomarás la alternativa y echaremos el paseíllo,
58 pues con Lagartijo en mano pareces el más gordillo—.
Y ya empezó la corrida y apenas tres verdajos
60 yo no sé lo que pasó que con el puño del verdajo
en su mano se quedó y el verdajo ya ladeao
62 en el suelo se cayó. (……………………)
y de pronto yo le digo: (……………………)
64 —Pues perdone, mi sargento, (……………………)
no cazo más en mi vida, ya que este chasco ha pasao:
66 Remolacha se ha meao, Lagartijo se ha ladeao
(……………………) en el suelo está rajao,
68 suspenda usted la corrida, y esto queda terminao—.
Entonces me contesta: (……………………)
70 —Por la gracia que me has hecho y los versos que has sacao,
no te doy la alternativa, (……………………)
72 te suspendo la corrida y esta queda terminao,
y márchate de momento con la música a otro lao,
74 que si alternas con los otros, vas a resultar cagao—.
Gracias a aquel sargento (……………………)
76 por él me hice poeta, me suspendió la corrida,
no me dio la alternativa y tuve suerte aquel día,
78 porque al echar el paseíllo le saqué la poesía.
10. Mambrú[11]
Mambrú se fue a la guerra, no sé cuándo vendrá.
2 Si vendrá pa la Pascua o pa la Trenidad.
La Trenidad se pasa, Mambrú no viene ya.
4 Por allí viene un paje, ¿qué noticias trairá?
—Las noticias que traigo, son ganas de llorar;
6 que Mambrú ya se ha muerto, le llevan a enterrar,
y en lo alto de la caja tres pajaritos van,
8 cantando el pío, pío, cantando el pío, pa.
Cancionero
1. Los sacramentos de amor[12]
A esta puerta me paro
a recibir mis pesares,
por ver si puedo sacar
los sacramentos cabales.
5 El primero es el bautismo,
bien sé que estás bautizada
en la pila del bautismo
para ser enamorada.
Segundo es confirmación,
10 bien sé que estás confirmada,
que te confirmó el obispo
con su mano soberana.
El tercero es penitencia,
de penitencia me echaron
15 el hablar contigo a solas,
lo cual no me se ha logrado.
El cuarto es la comunión,
si lo tomas con anhelo,
el dormir entre mis brazos
20 derechita irás al cielo.
El quinto es la extremaunción,
extremo lo que te quiero,
que ni de día ni de noche
en pensar en ti no duermo.
25 El sexto es sacerdotal,
sacerdote no he de ser,
que en los libros del amor
toda mi vida estudié.
El sétimo es matrimonio,
30 que es lo que vengo a buscar;
ni aunque tu padre no quiera,
contigo me he de casar.
Y aunque tu padre no quiera
ni tu hermano el vanidoso,
35 yo he de ser el hederedo
de tu cuerpecillo airoso.
Estos son los sacramentos
de la santa humanidad.
Si no los has aprendido,
40 te los volveré a explicar.
2. San Isidro labrador[13]
El día quince de mayo
brillan los rayos del sol,
porque se va a celebrar
san Isidro labrador.
5 Viva san Isidro,
viva labrador,
viva san Isidro,
que es nuestro patrón.
San Isidro labrador,
10 patrón de los labradores,
por eso los campesinos
te recibimos con flores.
Todos juntos te adoramos,
patrón de los labradores;
15 mándanos buenas cosechas,
bendice nuestras labores.
¡Qué contentos de ti están
tus hijos de Valdeazores,
porque tienen por patrono
20 quien bendice sus labores!
Con mucha fe te pedimos
y con pasión te adoramos,
mándanos pan y concordia
para que todos vivamos.
25 San Isidro labrador
tiene el corazón muy grande;
solo con su bendición
nunca pasaremos hambre.
A san Isidro bendito
30 le tenemos ofrecido
una corona de flores,
de violetas y de lirios.
El día quince de mayo
el pueblo con ilusión,
35 todos se visten de gala
y van a la procesión.
Gastamos faldas oscuras
porque no se ensucian tanto,
porque nuestra profesión
40 es trabajar en el campo.
Cuando tú sales al campo,
le echas tu bendición,
aumentas nuestras cosechas
y hasta mudan de color.
45 La yunta de san Isidro
ningún gañán la cogía;
solo la cogía el ángel
porque Dios se lo decía.
Ese angelito que llevas
50 delante de tu peana,
te lo mandaba el Señor,
que arase mientras orabas.
Adiós, san Isidro hermoso,
échanos tu bendición
55 y a todos los pecadores
nos mande Dios el perdón.
3. El rosario sale de la iglesia[14]
(Y) el rosario sale de la iglesia,
va dando la vuelta por todo el lugar
y María le dice a su hijo:
—Mira qué belleza de hermanos que van—.
5 (Y) al rosario tocan las campanas,
tocan las campanas al amanecer;
el rosario con fe y obediencia
todos a María vamos a ofrecer.
(Y) es María la fuente de gracia
10 donde el pecador apaga la sed;
levantar y venir al rosario
que aquí este es el agua que hemos de beber.
(Y) es María la mujer más pura
que en el mundo pudo parir y criar;
15 la azucena, jardín y violeta
y fuente que mana un puro cristal.
(Y) a la una o las dos de la tarde,
estaba Cristóbal sentado en el mar
con el niño de Dios en los brazos,
20 diciendo: «Váleme, Santa Trinidad».
El demonio, por juir el rosario,
cayó de costillas en un barrizal;
el rosario se le iba acercando
y el pobre demonio todo era afanar.
25 (Y) en la cueva de la penitencia
santa Rosalía se puso a ayunar;
ayunó cuarenta y seis días
por sacar las almas de cautividad.
Es María la caña del trigo,
30 san José la espiga, el niño es la flor;
y el Espíritu (y) Santo es el grano
que ahí está metido por obra de Dios.
Jesucristo murió por nosotros
y la bella aurora le vido expirar;
35 las estrellas se visten de luto,
el sol y la luna se vido eclisar.
Padre nuestro que estás en los cielos,
(y) estas dos palabras perdí na más,
que mis padres están en los cielos;
40 siendo yo buen hijo también iré allá.
(Y) una moza después de difunta
(y) a una amiga suya se la apareció,
y la dijo que fuese devota
del santo rosario; Dios la perdonó.
45 Mariquita, me ha dicho tu madre
que vayas y vengas a ver a Jesús,
y verás una cara dolorosa,
un cielo estrellado y en medio una cruz.
En la plaza Mayor de este pueblo
50 hay una bandera blanca y colorá,
y el que quiera sentar plaza en ella
Jesús Nazareno es el capitán.
4. La baraja simbólico-religiosa[15]
La baraja de los naipes,
te la voy a desplicar,
para que pongas cuidado
cuando vayas a juegar.
5 En el as yo considero,
yo considero en el as,
que es un solo Dios inmenso,
que nunca pudo haber más.
En el dos yo considero,
10 que es la mujer más piadosa,
toda la pasión de Cristo,
afligida y dolorosa.
En el tres yo considero,
que los tres clavos fondosos,
15 los que traspasan a Cristo
aquellos remos hermosos.
(Y) en el cuatro considero,
que son los cuatro evangelios,
los que dicaron las leyes
20 de nuestros padres primeros.
(Y) en el cinco considero,
que serán las cinco llagas,
las que tiene Jesucristo
(y) en su cuerpo bien selladas.
25 (Y) en el seis yo considero,
que es la corona de espinas,
las que traspasan a Cristo
aquellas sienes divinas.
(Y) en el siete considero,
30 que son las siete palabras,
las que tuvo Jesucristo
con su madre soberana.
(Y) en la sota considero,
que es la mujer más piadosa,
35 que con su paño limpió
a Jesús su cara hermosa.
[Y al caballo le han cogido,
cansado y aberrojado,
ha corrido por la gracia
40 y ha muerto por el pecado.
En el rey yo considero,
yo considero en el rey,
siendo rey de cielo y tierra,
muerte levosa le dieron].
45 La baraja de los naipes
ya la tienes desplicada;
toda la pasión de Cristo,
no dejes de contemplarla.
5. Madre dulce, mi dulce amor
Madre dulce, mi dulce amor,
madre de ternura llena,
¿cómo no clama mi pena
ni oyes mi amante clamor?
5 Aunque ingrata siempre fui
llenándote de amargura,
te pido, Madre Dulzura,
que no te apartes de mí.
6. Lo que son los hombres
Los hombres son muy viciosos,
hasta no poder ser más;
todo lo gastan en vino,
si no les da por jugar.
5 Si trabajan en el pueblo
y ganan un buen jornal,
trabajan donde trabajen,
nunca quieren entregar.
A su madre no le entregan
10 más que solo la mitad;
lo demás es para vicios
y para hacerse el ajuar.
Si la madre le pregunta:
—¿Cuánto dinero has traído?—,
15 él le dice: —Muy poco,
porque ha faltado el fluido—.
Si se llegan a casar,
si acaso en el primer mes
todo el sueldo se lo entregan
20 a la pobre de su mujer.
Luego que llega el segundo,
le dicen que se ha quedao
para tomarse medio litro
con su padre o con su hermano.
25 Ya que llega el mes tercero,
y para eso sí es el año,
entonces sí que se quedan
con todo cuanto han ganado.
Si la mujer va y le pide
30 para comprar en la plaza,
él le dice muy severo:
—Trabaja y no estés en casa.
7. Lo que son las mujeres
Pasemos a las mocitas
que tenemos hoy en día:
no hacen más que gastar lujos,
y la barriga vacía.
5 Y encima que gastan lujos
no los saben llevar;
parece que siempre estamos
en días de carnaval.
Cuando son muy jovencitas
10 y se dan mucho postín,
todo lo gastan en pinturas
y en barritas de carmín.
Si aprenden a modistillas
y ganan unos cuartillos,
15 todo se lo gastan ellas
en comprarse un vestidillo.
Luego el día que se casan
sí que viene la hecatombe:
no saben más que gastar
20 todo lo que gana el hombre.
Pero el día que viene el nene,
entonces llega lo bueno:
con las pinturas de antes
se quedan como los cuervos.
25 Ya lo sabéis, jovencitos,
lo que habéis de sufrir;
y antes que llegue el día,
pegarle con el badil.
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NOTAS
[1] Mañero Lozano, David (dir. /ed.) (2015). Corpus de Literatura Oral www.corpusdeliteraturaoral.es
[2] Por problemas técnicos, no aparece en la grabación el primer hemistiquio del romance. En esta versión, se repiten los versos 2, 4, 6, 8, 9, 13 y 15. V. 2b: durmías por dormías, dormidas. V. 16b: quizá quiera decir Cádiz, como en otras versiones de este romance.
[3] El informante indica que este romance tiene por título La Quiselda. En esta versión, se repiten los versos pares hasta el 8; después, se repiten los versos 12, 13, 14, 16, 18, 20, 22, 24 y 26. Al repetir los versos, se producen las siguientes variantes: v. 4b: «se diría»; v. 16b: «la carta te lo dirá»; v. 20a: «ha llegado». La pronunciación vacila entre Montabán y Montalbán. V. 24b: se refiere al sacramento de la confirmación: «Recibir bofetón es infamia, pero el que da el obispo al confirmado, significa la tolerancia y paciencia que ha de tener en padecer por Cristo, persecuciones, afrentas y finalmente la muerte. También significa libertad cristiana, según que se usó en la manumisión de los esclavos, que ultra del golpe que les daban con la vara, dicha vindicta, el juez les daba un bofetón en la cara [Covarrubias 1995: 196]. Al final, añade: « Fin de la primera parte».
[4] La informante indica que el romance que recita, cuyo título es La Carmela, lo aprendió de sus padres.
[5] La informante indica que esta canción, cuyo título es La gitanilla, la aprendió de sus padres. Este romance lo cantaban en Navidad, entre dos personas, acompañadas por la zambomba. En esta versión, se repiten los versos 3, 5, 7, 12, 14, 16, 21, 23, 25, 30, 32, 36, 39, 41 y 43.
[6] El informante indica que esta canción, cuyo título es Los pajaritos, la aprendió de sus padres. V. 48a: vutardas por avutardas. V. 49a: uracas por urracas. V. 51a: vilano: «desus. milano (ǀǀ ave)» [DRAE 2014: 2244]. V. 51b: gurrapastor por burlapastor: se refiere al chotacabras o engañapastores; este último nombre se debe a la costumbre que tiene de alzar el vuelo ante un inminente peligro; también se le llama chotacabras por la creencia popular de que mamaba del ganado doméstico [Peterson et al. 1967: 218-219. Vid. también Basanta 1986: 128-129]. Andarríos: «Ave limícola del orden de las caradriformes, de unos 20 o 30 cm de longitud, coloración parda y pico y patas largos, que se alimenta de pequeños invertebrados que encuentra picoteando en las orillas de los ríos y lagos y en la arena de las costas» [DRAE 2014: 144]. V. 52b: todos por tordos. Gafarón: gafarrón: término recogido en el DRAE [2014: 1073] como rural y de Aragón, que significa pardillo: «Ave del orden de las paseriformes, de unos catorce centímetros desde la punta del pico hasta el extremo de la cola, plumaje de color pardo rojizo, cuyo macho tiene manchas de color rojo en la cabeza y el pecho» [id.: 1635]. O tal vez se refiera al gafarró, nombre catalán del verdecillo [Peterson et. al. 1967: 335] o verderón: «Ave canora del orden de las paseriformes, del tamaño y forma del gorrión, con plumaje verde y manchas amarillentas en las remeras principales y en la base de la cola» [DRAE 2014: 2230]. V. 53b: calderinas: tal vez se refiere al jilguero, llamado cadernera en catalán [Peterson et. al. 1967: 337]. V. 54a: currucadas: cogujadas; son aves más regordetas y algo más claras de plumaje que las alondras; se distinguen por la cresta larga y empinada y el pico bastante largo ligeramente curvado [Peterson et. al. 1967: 236].
[7] La informante indica que esta canción, cuyo título es En el valle Valdelobos, la aprendió de sus padres. Este romance lo cantaban en Navidad, entre dos personas, acompañadas por la zambomba. Se repiten todos los hemistiquios, excepto 1a y 3a. El v. 2a se repite tres veces.
[8] La informante le da el título de La joven abandonada en el desierto. V. 1a: en este tipo de romances, la Virgen, sobre todo bajo la advocación del Carmen, ampara y protege a sus devotos [Caro Baroja 1990: 147, 149 y ss., 191]. V. 4a: pretexto: por portento.
[9] Se relata el famoso crimen perpetrado por José María Jarabo en julio de 1958 [Resumen en CLO].
[10] V. 7b: jurón por por hurón. V. 39a: parece, por lo que se dice después, que el sargento le encierra con tres presos, que significan tres bravos toros. Verdajo por vergajo: «El nervio del miembro genital del toro, ù otros animales quadrùpedos, especialmente separado de ellos» [Dic. Auto. 1964, T. VI, 1749: 463]. Después de seca y retorcida, se usa como látigo [Moliner 1982, T. II: 1511; DRAE 2014: 2231]. V. 40a: se refiere al torero Ricardo Torres Reina, conocido como Bombita (1879-1936). V. 41a: se trata de otro torero, conocido como El Chico de la blusa (1879-1966). V. 41b: así se conocía al torero Rafael Molina Sánchez (1841-900). V. 53a: quiere decir chicuelina : «De Chicuelo, apodo del diestro M. Jiménez Moreno, 1902-1967, que la inventó). f Taurm. Lance que se realiza con el capote por delante y los brazos a la altura del pecho, en el que el torero da media vuelta al tiempo que el toro pasa por el engaño» [DRAE 2014: 511]. V. 53b: en taurmoquia, se llama así al «pase de muleta ejecutado por el diestro de frene y sujetando el engaño a la espalda, con las dos manos»; la palabra se ha formado del torero Manolete (1917-1957) e -ina [id.: 1401].
[11] La informante indica que lo aprendió de oírlo en su infancia y en la escuela. El romance se canta de la siguiente manera: «Mambrú se fue a la guerra, /mire usted, mire usted qué pena, / Mambrú se fue a la guerra, / no sé cuándo vendrá. / Si vendrá pa la Pascua / o pa la Trenidad. / La Trenidad se pasa, / Mambrú no viene ya. / Por allí viene un paje, / mire usted, mire usted, qué traje, / por allí viene un paje, / ¿qué noticias trairá? / —Las noticias que traigo, / que voy, que me caigo, / las noticias que traigo, / son ganas de llorar; / que Mambrú ya se ha muerto, / le llevan a enterrar, / y en lo alto de la caja / tres pajaritos van, / cantando el pío, pío, / cantando el pío, pa».
[12] En esta versión, se repiten los dos últimos versos de cada estrofa, exceptuando la primera. Se sigue el siguiente esquema: «El primero es el bautismo, / bien sé que estás bautizada / en la pila del bautismo / para ser enamorada, / en la pila del bautismo / para ser enamorada». En la repetición, se observan las siguientes variantes: versos 23 y 24: «ni de día ni de noche / (y) en pensar en ti no duermo». V. 35: «he de ser el heredero».
[13] La canción de san Isidro se canta en la procesión que se celebra todos los años en Valdeazores, «para bendecir sus campos». La informante la aprendió de oírla en el pueblo. En esta versión, se repiten los dos últimos versos de cada estrofa, exceptuando la segunda, siguiendo este esquema: «El día quince de mayo / brillan los rayos del sol, / porque se va a celebrar / san Isidro labrador, / porque se va a celebrar / san Isidro labrador». La segunda estrofa, que se emplea como estribillo, se repite después de cada una de las estrofas. Sin embargo, la informante decide omitirla a partir de la quinta estrofa, indicando simplemente que después de cada una de ellas sigue el estribillo. Solo vuelve a cantarla al final de la composición.
[14] En esta versión, se repite el último verso de cada estofa. Tras la tercera estrofa, se repite la primera. Tras la séptima estrofa, se repite la cuarta; tras la décima estrofa, se repite la octava.
[15] En esta versión, se repiten los dos últimos versos de cada estrofa, siguiendo el siguiente esquema: «La baraja de los naipes, / te la voy a desplicar, / para que pongas cuidado / cuando vayas a juegar, / para que pongas cuidado / cuando vayas a juegar». V. 2 desplicar: por explicar. V. 14: fondosos: por frondosos. V. 19: dicaron: por dictaron. VV. 37-44: se omiten estos versos, que tendrían que referirse al caballo y al rey. Los sustituimos por los de una versión muy parecida, recogida en Alcoba [Anaya 1986: 128-129. CLO: referencia 1095c].