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Apenas terminada la guerra civil española, en noviembre de 1939 se creaba en Madrid el Centro Superior de Investigaciones Científicas, heredero de la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas. Cuatro años después iniciaba su andadura con sede en Barcelona el Instituto Español de Musicología bajo la dirección del célebre musicólogo catalán Monseñor Higinio Anglés, que vendría a llenar un hueco importantísimo dentro del inexplorado campo de la investigación musical de nuestro país. Dentro del instituto se creó una sección especialmente dedicada al estudio del folklore musical que estuvo a cargo de la dirección del antropólogo alsaciano Dr. Marius Schneider, que se encargó de la misma desde 1944 a 1955. Durante su mandato esta sección desarrolló un brillante papel en la recolección del material folklórico español, importante acopio de materiales que con el tiempo quedó arrinconado y sin publicar. A parte de los artículos etnográfico musicales que salieron a la luz en los primeros años de andadura del Anuario musical, las únicas publicaciones folklóricas que lanzó el Instituto bajo su dirección fueron dos monografías del propio Dr. Schneider tituladas respectivamente El origen musical de los animales símbolos en la mitología y la escultura antiguas (Barcelona, 1946) y La danza de espadas y la tarantela. Contribución musical, etnográfico-arqueológica al problema de los ritos de medicina (Barcelona, 1948) y los dos primeros tomos del Cancionero musical de la provincia de Madrid del célebre folklorista Manuel García Matos (Barcelona-Madrid, 1951 y 1952).
Las primeras labores que con cierta urgencia se realizaron fueron por una parte las misiones de campo, campañas de recopilación de materiales que fueron encargadas a destacados folkloristas como Manuel García Matos, Bonifacio Gil, o Anibal Sánchez Fraile, y por otra los diversos concursos convocados entre 1945 y 1952 con el fin de constituir un importante fondo destinado a salvaguardar el rico patrimonio etnográfico musical español que por aquel entonces con los alarmantes cambios culturales comenzaba a dar ya los primeros síntomas de una cierta debilidad muy preocupante. Las misiones de campo formaron parte de un proyecto de investigación que en principio debía abarcar la totalidad del territorio del país, aunque en realidad nunca se llegó a cumplir. Extinguido el Instituto Español de Musicología, este fondo que permanece prácticamente inédito –tan sólo se ha publicado una mínima parte–, permanece custodiado al día de hoy por el actual Departamento de Musicología que está agrupado dentro de la Institución Milá i Fontanals, creada en 1986. El estado de conservación del material constituído por fichas, textos, partituras, libretas y carpetas es, en líneas generales, bueno, si bien, olvidado.
Por lo que respecta a la comunidad valenciana se encomendaron únicamente tres misiones de recopilación de música tradicional, la de Ricardo Olmos, centrada en tierras castellonenses, la de Manuel Palau, dedicada a la provincia de Valencia y Castellón, y finalmente la del propio Marius Schneider, de nuevo centrada en la provincia de Castellón, la provincia en la que desde el principio se puso el punto de mira. De todas ellas la más numerosa e importate es la primera, que consta de seiscientas partituras. La provincia de Alicante, relegada al olvido, sólo está presente a través de dos concursos, el de 1945 que fue ganado por la prestigiosa profesora alcoyana Teresa Matarredona Aznar, que si bien no lo indica está centrado prácticamente en recoger la tradición musical de su ciudad, y el de 1949, ganado por el arqueólogo José María Soler García, dedicado íntegramente a la población de Villena. De estos dos cancioneros sólo ha visto la luz el segundo, en 1986 por el Instituto de Estudios Juan Gil Albert. Mientras que el primero es sumamente reducido, limitándose a incluir los materiales más representativos, pues contiene únicamente veintiúna melodías, el segundo es mucho más extenso, doscientas cincuenta y cuatro.
Todo me lleva a pensar que la investigación efectuada por Teresa Matarredona fue fruto de un trabajo de fin de carrera elaborado tras la finalización del triste episodio bélico para la asignatura de folklore durante su último período de formación bajo el maestro Palau en el Conservatorio Superior de Música de Valencia. Aún así me sorprende mucho que nunca fuese publicado en la colección de música tradicional valenciana denominada Cuadernos de música folklórica valenciana que aquél dirigió a partir de los años cincuenta y que abarcaba todo el ámbito de la comunidad valenciana, pues me consta que el maestro tenía un gran aprecio por su alumna. Podríamos decir que de su escuela de composición salieron tres aventajadas alumnas que dedicaron una gran labor en el terreno de la música folklórica: María Teresa Oller Benlloch, la máxima conocedora y recopiladora del folklore musical valenciano, Dolores Sendra Bordes y Teresa Matarredona Aznar. Probablemente la falta de relaciones personales durante esos años, en los que Teresa estaba asentada y recluída en su ciudad natal y las dimensiones reducidas del mismo, ocasionase el olvido de la existencia de dicho trabajo por parte del maestro Palau. Desconozco, por otra parte, si en su archivo personal pueda encontrarse una compilación preparada con posterioridad por la autora para su publicación que, sea por la razón que fuese, no vio la luz.
La verdad es que resulta sorprendente que en la colección la zona de Alcoy quedase de nuevo olvidada, a excepción de unos cuantos materiales proporcionados por María Teresa, a la que también le unían vínculos con la ciudad.
Si examinamos la investigación sobre la música tradicional alcoyana llevada a cabo por Teresa Matarredona observamos a simple vista la poca diversidad de géneros que refleja, dada la enorme creatividad musical del pueblo alcoyano. Alcoy es una ciudad que cuenta con una rica tradición musical popular, sin embargo Teresa Matarredona se limitó a realizar un trabajo conciso, mostrándonos únicamente los productos musicales tradicionales más representativos: canciones navideñas, infantiles, danzadas, y varias. Los criterios de selección de aquella época obedecían entonces a un concepto de lo tradicional y de su repertorio musical muy cribado. Los investigadores condicionaban de antemano el material que iban a recoger, mediatizando como consecuencia el resultado de los repertorios recogidos durante su trabajo. Conociendo a Teresa sé que debió evitar incluir en su trabajo temas comprometidos, irónicos, críticos, atrevidos y picantes, con posibles connotaciones políticas, etc., de tal manera que todo lo recopilado estuviese acomodado a la estricta moral de la época. Las canciones de laboreo o trabajo, por su parte, no aparecen en parte alguna.
Aún así estamos ante la primera recolección de material musical popular alcoyano. La zona, –excluyendo el Comtat que había sido estudiado por Justo Sansalvador Cortés y que fue publicado en parte en la Obra del Cançoner Popular de Catalunya (Barcelona, 1929)–, no había sido nunca objeto de investigación por parte de ningún músico. Las pequeñas muestras de folklore musical alcoyano las encontramos en obras generales como por ejemplo en la Geografía general del reino de Valencia, dirigida por Francisco Carreres Candí (Barcelona, 1918-1922), en cuyo tomo segundo, correspondiente a la provincia de Alicante, Francisco Piqueras Pacheco en su artículo destinado a la música popular incluyó dos danzas alcoyanas a modo de ejemplo, o en la recopilación de Danzas valencianas (dulzaina y tamboril). Contribución al estudio del folklore musical de la región del célebre folklorista Eduardo Martínez Torner, publicado por el Centro de Estudios Históricos del País Valenciá (Barcelona, 1938), donde hallamos igualmente una danza alcoyana.
Fue, por tanto, Teresa Matarredona quién comenzó a recopilar materiales populares alcoyanos y a realizar las primeras transcripciones de las melodías recogidas. Desconozco si con posterioridad sus futuros trabajos compilatorios, que sé que existieron y que con toda seguridad han debido ser aprovechados impunemente por desaprensivos, fuesen a parar al archivo de la Sección Femenina de Alcoy, de cuya sede fue una estrecha colaboradora, ejerciendo el cargo de la asesoría musical. Desconozco por completo dónde han ido ha parar estos fondos. Como corresponsal de la zona que era, sabemos que envió material, tanto original como arreglado para coro, con tal de ser incluído en el cancionero general que preparó el movimiento nacional, siendo todo ello publicado. Con posterioridad, las melodías más atractivas no dudó en utilizarlas para inspirarse en sus composiciones polifónicas profanas, como en El ball de velles.
El repertorio recogido en su cancionero de 1945, que fue presentado bajo el lema «El pueblo canta», y que obtuvo un accesit valorado en trescientas pesetas, consta de 21 materiales y se estructura del siguiente modo: canciones navideñas, canciones varias, canciones infantiles, canciones danzadas, una canción para las fiestas de moros y cristianos, canciones varias, de nuevo, y por último, canciones religiosas. La recopilación no presenta clasificación alguna, si bien hay presente un cierto orden de agrupación que no siempre es respetado. Las seis primeras melodías son navideñas, después presenta dos canciones varias a las que siguen dos infantiles, vuelve a incluir una selección de canciones varias (11-13), a las que hace seguir de tres canciones danzadas, una para la fiesta de moros y cristianos, dos varias, de nuevo, (18-19) y finalmente dos religiosas. Si bien a la hora de editar este cancionero lo lógico hubiese sido reagruparlas de nuevo, en la edición crítica que preparé del mismo, que no se publicó, me pareció más oportuno presentarlo tal y como fue concebido por la autora.
El material compilado, por tanto, comprende las siguientes canciones:
Canciones navideñas
1. Davall d´una penyeta
2. Iban caminando
3. Donem l´aguinaldo
4. Estes festes de Nadal
5. Estes festes de Nadal. Otra versión
6. Corred, corred, pastores
Canciones varias
7. Es tanto lo que yo lloro
8. Es tanto lo que te quiero
11. Si hem case
12. Dos cigarros
13. Abajo de una ventana
18. Cuando la perdiz canta
19. Per la serra morena
Canciones infantiles
9. La lluna, la pruna
10. Fray Martín el campanero. Canon a tres voces
Canciones danzadas
14. En el Ebro hay una roca
15. A una flor
16. Allá avall en el riu mare
Canción para las comparsas de moros y cristianos
17. Maseret, si vas al hort
Canciones religiosas
20. Aurora de Benisiva
21. Aurora de Benisili.
Con respecto a los informantes y a las canciones recogidas, hay que apuntar que todas las melodias fueron recogidas en Alcoy, a excepción de las dos últimas que corresponden a la Aurora que se interpretaba en los pueblos de Benisiva y Benialí, respectivamente, que fueron recogidas en un viaje que hizo a estas dos pequeñas poblaciones de la Vall de Gallinera (Alicante). Sólo proporciona dos nombres de los informantes, ambos ya fallecidos, Josefa Mataix que nos dice que solía interpretar la primera melodía y una tal Tomasa, que cantaba la número 18. Las auroras fueron recogidas directamente de la interpretación de los auroros en plena calle.
Al encargarme sus sobrinas la edición crítica textual del cancionero que descubrí en Barcelona hace unos cuantos años, para que lo tuviese la família, opté al revisar la obra por colocar guiones donde faltaban, cuidar la puntuación, la acentuación, y la corrección del texto valenciano allí donde era preciso. En la primera canción me pareció más adecuado sustituir unas notas enarmónicas que, en definitva, permiten una lectura más fácil del mismo.
A continuación presento una biografía más actualizada de la que hice en su día y un catálogo completo de todas sus obras. Teresa Matarredona Aznar nació en Alcoy el 1 de noviembre de 1904 en el seno de una familia acomodada. Comenzó a estudiar música desde muy pequeña de la mano de su abuelo, que tocaba el violonchelo, recibiendo las primeras lecciones de piano de Gregorio Casasempere Moltó. La enseñanza de la música de una señorita en aquella época estaba bien vista por la sociedad burguesa, lo que no lo estaba era que la mujer se dedicara de lleno a la misma, su función era otra, casarse y criar unos hijos.
En los años veinte la figura del padre era la que, en definitiva, determinaba la educación de las hijas. El padre de Teresita consintió perfectamente que su hija recibiera una enseñanza musical, no puso obstáculo alguno para que ésta ahondara en el terreno de la música dentro de los límites de una ciudad de provincias que tenía una discreta vida musical, lo que no permitió bajo ningún concepto fue lo segundo, que su hija consagrase años de perfeccionamiento fuera de Alcoy, con lo que Teresa, de momento, tuvo que conformarse con ampliar sus conocimientos como pudo en su ciudad natal. Ser mujer en aquella época e intentar dedicarse a la música era verdaderamente muy complicado.
El inesperado fallecimiento de su padre le permitió, después de pedir permiso a su madre, continuar sus estudios en el Conservatorio Superior de Música de Valencia. Tras realizar un examen de convalidación de estudios, pasó a convertirse en alumna oficial del centro. Los progresos fueron rapidísimos, en el curso 1927-28 realizó los cursos de solfeo, hasta sexto curso de piano y comenzó la armonía. En el curso académico 1929-1930 realizó séptimo y octavo de piano, y en el curso 1932-33 el cuarto de armonía, matriculándose en el curso siguiente, 1933-34. de primero de composición. Aún así continuaba residiendo en Alcoy, deplazándose en tren cada vez que tenía clases en la capital, toda una aventura en aquel tiempo y más para una mujer.
La contienda bélica paralizó momentáneamente la formación musical oficial de Teresa, que en aquellos momentos era ya avanzada. Tras terminar los estudios de armonía, contrapunto y fuga con Jacinto Manzanares, en el curso 1935-36 se encontraba realizando estudios de cuarto de composición y de primero y segundo de folklore con Manuel Palau, el compositor valenciano más importante del momento.
Finalizada la guerra terminó sus estudios de composición con brillantes calificaciones. En el curso 1939-40 acabó quinto curso de composición musical. Sus primeras composiciones, mayoritariamente religiosas, iban a marcar toda su trayectoria artística posterior. En 1945 su compilación de cantos folkóricos alcoyanos fue premiada en los concursos que convocaba la sección de folklore del CSIC. En 1946 obtuvo el título de intructora de música en la Escuela Nacional de Madrid, lo que le permitió ejercer la enseñanza. Desde 1946 hasta 1950 fue profesora de música del Instituto de Enseñanzas Medias de Alcoy, desempeñando igualmente el cargo de asesora musical de la Sección Femenina de su ciudad. Durante esos años sus composiciones religiosas y el estudio del folklore alcoyano marcan su existencia. Como mujer profundamente religiosa que era, consagró humildemente por completo su vida a Dios, honrándole a través de su trabajo y de su música. D. Manuel Palau solía decirle que a pesar de que tenía una hermana religiosa, la verdadera monja era ella. En un principio, entre los planes de Teresa parece ser que estaba entrar en un convento de carmelitas descalzas, como lo hizo su hermana pequeña, pero al parecer su padre no lo autorizó.Teresa nunca se casó, vivía junto a su madre y con posterioridad sola, aunque siempre estuvo rodeada por su familia, que residía en la misma imponente finca. Su amor a Dios le llevó a ejercer de organista en diversas iglesias de Alcoy. Pero donde más manifiesta su ardor religioso es en su música religiosa, donde está presente el espíritu del Motu Propio. Ésta se convierte en el eje de su labor creativa, siempre al servicio de la Iglesia. Teresa creía fundamentalmente que era Dios quien merecía la gratitud de su inspiración. Soli Dei Gloria. Su profunda fe encauzó su dedicación a la creación musical religiosa a través de misas y otras piezas litúrgicas, sin lugar a dudas su principal legado. Desde el silencio, en una época en la que la composición religiosa era minoritaria y considerada un tanto despectiva, dedicó su existencia a expresar su fe religiosa en su música. A pesar de las connotaciones completamente negativas que tiene la producción generada por el Motu Propio en España por parte de los investigadores, entre otras causas por su caracter plenamente conservador y «decadente», la verdad es que este movimiento, que convendrá estudiar algún día como cabe y que se extiende en el tiempo más allá de las fronteras establecidas, propició la creación de una considerable cantidad de piezas destinadas a la liturgia que permanecen totalmente en el olvido más absoluto. Pese a la crítica que se suele hacer a esta generación de creadores impulsados por las directrices promulgadas por el papa S. Pio X en 1903, considero que hay que reconocer el trabajo que realizaron pese a mostrarse indiferentes a las corrientes modernas europeas.
Algunas de sus piezas profanas corales fueron premiadas varias veces en los Jocs Florals de lo Rat Penat de Valencia de los años 1945, 1947 y 1961. En todas ellas conjugó su sensibilidad por lo popular.
Como pedagoga realizó una notable labor en Alcoy, no siempre reconocida.
Teresa murió en Valencia el 26 de febrero de 1999, a los noventa y cinco años de edad, siendo enterrada por propio deseo en el cementerio municipal de su querida ciudad natal.
Teresa era una ferviente enamorada alcoyana, sacarla de Alcoy, era algo verdaderamente complicado, pues permanecía completamente aferrada a su casa y sólo una causa mayor, como por ejemplo la compleja operación de cataratas que le realizaron en Valencia en los años setenta, era motivo para salir de su refugio.
Pese a su avanzada edad, prefería vivir en su casa sola. Allí permaneció hasta que dos semanas antes de su fallecimiento, tras encontrarse un tanto despistada, decidieron trasladarla a la vivienda de su sobrina Mercedes, en Valencia, donde al poco tiempo murió.
CATÁLOGO DE OBRAS
I. Religiosas
- El Niño Jesús del Milagro, para voces de niños. 1941. Letra de Enrique Abad
- Salve
- Himno a la Virgen de los Lirios
- Himno a la Santísima Virgen de las Tres Avemarías
- Ave María, para voz y órgano, 1941. Aprobada por la Comisión de Música Sagrada de la Archidiócesis de Valencia en 1943.
- Regina Coeli, para voz y órgano, 1941. Aprobada por la Comisión de Música Sagrada de la Archidiócesis de Valencia en 1943.
- Misa en honor de la Santísima Virgen, para voz y orquesta de cuerda, 1943. Aprobada por la Comisión de Música Sagrada de la Archidiócesis de Valencia en 1943.
- O Sacrum Convivium, para voz y armónium, 1943. Aprobada por la Comisión de Música Sagrada de la Archidiócesis de Valencia en 1943.
- Tantum Ergo. Aprobada por la Comisión de Música Sagrada de la Archidiócesis de Valencia en 1943
- Misa. Aprobada por la Comisión de Música Sagrada de la Archidiócesis de Valencia en 1943
- Misa en honor del Santísimo Niño Jesús del Milagro. Aprobada por la Comisión de Música Sagrada de la Archidiócesis de Valencia en 1943
- Dolores y gozos a San José. Aprobada por la Comisión de Música Sagrada de la Archidiócesis de Valencia en 1943
- Laudate Psalmus CXVI, para coro, 1943. Aprobada por la Comisión de Música Sagrada de la Archidiócesis de Valencia en 1943
- Al pié del sagrario, para voz y órgano. Aprobada por la Comisión de Música Sagrada de la Archidiócesis de Valencia en 1943
- Misa
- Stella Matutina
- Ave María. Regalo al convento de carmelitas descalzas de Valencia
- Misa en honor de la Santísima Virgen. Regalo al convento de carmelitas descalzas de Valencia
- Misa en honor de la Santísima Virgen, a una voz. Regalo al convento de carmelitas descalzas de Valencia
- Misa a una voz. Regalo al convento de carmelitas descalzas de Valencia
- Al niño Jesús
II. Profanas
- Marieta del Molí Nou. Allegretto. Publicada en Mil canciones españolas (Madrid, 1966, pp. 429-30). A pesar de que no lo indica es muy probable que la armonización que sigue de Serra de Mariola (pg. 431) sea también obra suya.
- 4 Cançons harmonisades per a cor mixte: Tonada per a narrar contes, Canço del bresol, Vell romanç, Joc.
- Sant Jordi mata l´aranya
- Canço de bressol, para voz y piano, 1942
- ...i de la meua mida, para coro, 1943
- La canço de les fogueres, para coro, 1945
- Ball de velles, para coro, 1947
- Canción de la primavera
- Canço de la Festa d´Alcoi, para coro, 1961. Letra de Joan Valls
- A la Verge del Carrascal
En la biblioteca del Conservatorio Superior de Música de Valencia existen algunos ejercicios de composición suyos, entre ellos uno para piano y violín.
ARCHIVOS CONSULTADOS
A. C. D. V. Archivo Carmelitas Descalzas de Valencia
A. C. S. M. V. Archivo Conservatorio Superior de Música de Valencia
A. F. P-L. M. Archivo familia Ponce de León Matarredona
C. S. I. C. Archivo del Centro Superior de Investigaciones Científicas de Barcelona