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1. Introducción
Las fiestas de los quintos son bien conocidas en España y, especialmente, en la región de Castilla y León. Tienen gran arraigo en el mundo rural. Aunque el Servicio Militar Obligatorio fue suspendido el 31 de diciembre de 2001, en muchos lugares se sigue celebrando la tradicional fiesta de quintos, es el caso del pueblo palentino de San Cebrián de Campos.
Un momento importante de esa fiesta es el día de San Antón Abad, patrón de los animales, uno de los santos más venerados en el entorno rural. De la importancia que tuvo la festividad de San Antón y la devoción a este santo nos habló Alonso Ponga (1981: 3): «la devoción a este santo ha sido, sin lugar a dudas, la más extendida y la más fuerte que jamás santo alguno haya tenido en todo el Occidente cristiano. Esto quizás se deba al hecho de ser San Antón el abogado de los animales, y en especial del cerdo, que desde antiguo ha sido la base de la alimentación en la población rural». La festividad de San Antón Abad se celebra el 17 de enero con los más variados rituales tradicionales. Otros autores de esta revista ya hablaron de la tradición de San Antón Abad: en la Rioja, Elías Pastor (1985), quien resalta las hogueras en la víspera de San Antón o Valdivieso Arce (1995), que nos habla de la tradicional fiesta en algunos barrios de la ciudad de Burgos y en la provincia. En estas publicaciones podemos observar que, además de la bendición de los animales, son famosas las romerías o subastas de productos derivados del cerdo, sin olvidar las conocidas hogueras, que simbolizan la llegada de la luz, tras los largos días de invierno. En San Cebrián es conocido el refrán: «Por San Antón, una hora es un horón». A este respecto Alonso Ponga (1981: 4) presenta todo un repertorio paremiológico relativo a la meteorología en Tierra de Campos.
También en el pueblo palentino de San Cebrián de Campos, San Antón Abad es un día señalado y crucial dentro de la fiesta de quintos, la cual comienza el día de Noche Vieja y se extiende hasta el segundo fin de semana de febrero, en que tiene lugar la fiesta principal. ¿Qué se hace de especial en este día? El acto más importante es la recitación de las cuartetas. Aquí los protagonistas son los quintos. Todo el pueblo se reúne a las 5 de la tarde en la plaza para escuchar las cuartetas o poemas de los quintos dirigidos al santo y a toda la vecindad. A través de estos versos se pasa revista a la actualidad de manera irónica, no falta en ellos el humor, ya que la finalidad es hacer reír y divertir al público en un día de fiesta.
El objetivo de este artículo es presentar la tradición de San Antón Abad en este pueblo palentino y analizar esta poesía de quintos. Esta tradición, así como las cuartetas o los poemas que se recitan, han sido ya objeto de estudio en otras publicaciones (cf. Weber-Antón, 2013, 2014 y 2017). Después de una descripción general me centraré en el archivo sonoro de las cuartetas pinchorreras que fue editado el pasado mes de mayo en el Corpus de Literatura Oral, de ahora en adelante CLO. Este es el tema central, el cual da título al presente artículo. También me detendré en algunos aspectos del contenido de estos poemas, como es el tema de los mozos y mozas. Termino con la presentación de dos registros narrativos del CLO. A modo de ilustración, incluyo un anexo con cuatro poemas de quintos o cuartetas que se encuentran publicados en el archivo sonoro, tres de ellos hasta ahora inéditos, han visto la luz por primera vez en el CLO.
2. Terminología: cuartetas pinchorreras
Antes de seguir adelante, quisiera explicar estos dos términos, que dan título al artículo, para el lector que los desconozca. Veamos qué se entiende por cuarteta y por pinchorrero.
Cuarteta es el nombre que se da en San Cebrián de Campos al poema recitado por los quintos. Es una denominación metonímica, donde se toma la parte (la cuarteta asonantada o copla) por el todo (el poema completo). Estos poemas están formados, generalmente, por cuartetas en número variado, entre 30 o 50. La composición más extensa del corpus recopilado hasta ahora es de 80 coplas o cuartetas; la más extensa del archivo sonoro es de 52, la más breve y la única contiene 2 cuartetas.
Efectivamente, en métrica se denomina cuarteta a una estrofa de cuatro versos de arte menor, por lo general, octosílabos. En esta poesía la estrofa utilizada por excelencia es la cuarteta asonantada con rima asonante en los pares, de ahí su nombre, quedando los impares sin correspondencia en la rima. El esquema es el siguiente: -a-a. Cuarteta asonantada es el nombre más común para esta estrofa, así la denomina Baehr (51997: 245). También ha sido llamada tirana (Quilis, 21985: 99). Su esquema es: -a-a. Aquí presento, como muestra, las dos cuartetas que componen el poema más breve, uno del año 1947:
¿Qué queréis que yo diga,
si mucho habéis dicho ya?,
no me dais nadie la bota
para poder explicar
la vida de san Antón
que es muy larga de contar,
para quedar como hombres
los quintos de San Cebrián.
(CLO, 2219c)[1]
Pinchorrero es el actual gentilicio de los habitantes de San Cebrián de Campos. Originariamente fue un apodo. Recuérdese la abundancia de los apodos en el mundo rural, así lo entiende también García Aranda (2000: 81): «Es un fenómeno más extendido en el campo que en la ciudad. Tal hecho se debe probablemente, a las estrechas relaciones que se mantienen en los pueblos, frente a la distancia que entre los individuos impera en las ciudades». En San Cebrián existe más de un centenar de apodos (cf. Cofradía Virgen del Prado (2000: 128). Pero, ¿de dónde procede este apodo o, hoy día, gentilicio? Interrogadas las personas mayores del pueblo, dicen que viene de muy antiguo, pero la mayoría desconoce su origen. Algunos ancianos, sin embargo, se atreven a darnos una procedencia: «viene de pincho y significa ‘chulo’, porque los de San Cebrián eran chulos y tiesos, como un pincho». A lo largo de mi investigación he podido encontrar varias teorías que se complementan. Es probable que pinchorrero haga referencia a un oficio relacionado con la uva y la elaboración del vino. Pinchorrero podría proceder de pinchar, acción que se realiza en el momento de exprimir la uva y transformarla en mosto y consiste en «romper el bocino[2] para que caiga el mosto a la pila[3]» (Gordaliza, 1995: 257) y (Hernández Alonso, 2001). Recordemos la importancia que tenían en San Cebrián la vid, el vino y las bodegas, como atestiguan algunas cuartetas. Así, por ejemplo, un quinto de 2001 nos dice:
Si por alguna cosa el pueblo
fue famoso años atrás,
nadie duda que fue el vino
las bodegas y la amistad.
(2001-B)[4]
Ya el primer poema de principios del siglo xx, en 1912, nos habla de la cultura de la bodega y el vino y de la necesidad de cuidar y mantener las bodegas:
¿Qué fue de aquellas bodegas]
que tanto vino tenían,
donde iban a merendar
casi todas las cuadrillas?
Hoy están medio arruinadas,
todas llenas de agujeros,
donde no sirven nada más
que para cuevas de conejos.
(2216c)
La teoría que relaciona pinchorrero con el oficio de la fabricación de vino es la más extendida. Para otras teorías complementarias, véase Weber-Antón (2017: 24-27). Pinchorrero se ha consagrado definitivamente como la seña de identidad de este pueblo palentino. Este gentilicio, al proceder de un mote, era originariamente ofensivo e insultante. Desde hace unas décadas, por el contario, ha adquirido un matiz cariñoso y afectivo. Abunda en las cuartetas con esta connotación; es más, a veces, va a acompañado –sobre todo en las últimas composiciones– del sustantivo «orgullo»:
Mi madre de Piña
mi padre de este pueblo
yo de San Cebrián
y de orgullo pinchorrero.
(2010-D)
Muchos no me conocéis
pues soy de Villoldo
pero el orgullo pinchorrero
lo llevo aquí muy hondo.
(2012-E)
3. Tradición de las cuartetas
La tradición de recitar las cuartetas tiene lugar en el pueblo palentino de San Cebrián de Campos todos los años en la festividad de San Antón Abad, el día 17 de enero. Según mi investigación y la información obtenida en el trabajo de campo, esta tradición se conserva casi ininterrumpidamente en este pueblo terracampiño desde hace unos 130 años.
3.1. Descripción de la tradición
La festividad de San Antón Abad, el 17 de enero, se enmarca en de las fiestas populares del ciclo de invierno y dentro de la tradición de los quintos. La fiesta principal de los quintos se celebra en el pueblo el segundo fin de semana de febrero. El día de San Antón es un momento importante para los quintos, a las cinco de la tarde se reúnen en la plaza, delante de la iglesia en presencia de toda la vecindad para recitar las coplas o cuartetas. En otro tiempo, era el momento de la despedida del quinto antes de ir a la mili. Las cuartetas son, pues, una poesía oral, cuya función es la vocal o recitativa, y eminentemente comunitaria. Los poemas están dedicados a todo el pueblo y a san Antón, patrón de los animales. La primera cuarteta siempre va dirigida al santo, comienza generalmente con un «Oh, glorioso san Antón». A la hora de la recitación los quintos y quintas van montados en animales, no olvidemos el arraigo que la figura de san Antón tiene en el mundo rural y la advocación de este santo como patrón de los animales, como expliqué en la introducción. Después de las cuartetas tienen lugar en todo el pueblo las famosas meriendas entre los amigos o familias; termina la fiesta en la madrugada con un gran baile.
No hay que olvidar el aspecto carnavalesco de la tradición de San Antón Abad. Efectivamente, muchos autores han situado el comienzo del carnaval en esta festividad de San Antón. Así lo recoge Caro Baroja (21979: 44) y lo ejemplifica con algunos refranes castellanos, como: «Desde San Antón, máscaras son». Todo el contexto de las cuartetas recitadas por los quintos en este día tiene que ver mucho con las fiestas de carnaval. Lo podemos apreciar en la vestimenta de los quintos, ataviados con pañoleta estampada y sombrero con cintas de colores. Sobre todo, es el carácter de desenfreno que rodea a esta fiesta y a la de los quintos, en general, la ruptura del orden social a través de la crítica vertida en las cuartetas, lo que más tiene que ver con una celebración carnavalesca. Tampoco hay que olvidar el marco temporal en el que se sitúa esta festividad, según la descripción hecha por Caro Baroja (21979: 147) del «ritmo festivo», se encuentra en pleno ciclo de carnaval. La fiesta principal de los quintos también se suele celebrar en época de carnaval, poco días antes de la cuaresma.
3.2. Origen y duración de la tradición
Como todas tradiciones cristianas, esta podría tener un origen pagano. Recordemos algunos ritos de la antigüedad clásica. Así por ejemplo, en el mes de enero del calendario romano se celebraban ceremonias en las que se purificaban campos y animales para ahuyentar los malos espíritus y evitar enfermedades y plagas. Las hogueras, famosas en el día de San Antón o en la fiesta de los quintos, podrían proceden del culto al fuego purificador de la Antigüedad. El hecho de que los jóvenes reciten las cuartetas delante de la iglesia y encima de animales engalanados puede tener relación «con las celebraciones romanas que el día 8 de enero se dedicaban a la coronación de los asnos delante del templo de Júpiter», como señaló Garrido Barrera (2004: 17). Es bien conocida la devoción que desde épocas pasadas se profesa a san Antón Abad en el mundo rural, considerado patrón y protector de los animales. De ahí la importancia de los animales en nuestra tradición de las cuartetas. Por ello, los quintos y quintas declaman estos versos montados en animales, mulas o caballos. En las cuartetas más antiguas se invoca la protección del santo hacia los animales de labranza, en una del año 1958 podemos leer: «Y hablando de ganados, / nunca te podré olvidar / me libraste a las dos mulas / de una gran enfermedad».
La tradición de las cuartetas, tal como la conocemos hoy día, se celebra desde finales del siglo xix, según se puede concluir por la información de los más ancianos del pueblo. No se tiene documentación de ninguna clase de la tradición antes de esta fecha. Por lo que situamos su inicio hacia finales del siglo xix. Si tenemos en cuenta que el Servicio Militar Obligatorio se generalizó en todas las regiones de España en el año 1876, es de suponer que la tradición arranque más o menos en esta época, aunque de manera rudimentaria y muy diferente todavía a lo que será en décadas posteriores.
Esta tradición fue típica de la comarca castellana Tierra de Campos, pero hacia mediados de siglo, en los primeros años de la dictadura desaparece en la mayoría de los pueblos. Incluso en algunos lugares, como Villerías de Campos (Palencia), mucho antes. He encontrado un escrito de este pueblo que documenta la desaparición de las cuartetas (refranes en este pueblo) ya hacia el año 1900. El refrán se preparó pero nunca llegó a echarse debido a peleas entre los mozos por las críticas que contenía: «... lo impidieron con voces y gritos, preparándose una pelea a puñetazo limpio que terminó la fiesta […] Con esta Sanantonada terminaron los refranes»[5].
Testimonios de esta tradición encontramos en algunos pueblos de Zamora. En Temprano Peñín (1995: 171-173) podemos leer dos poemas de los quintos de Villamor de los Escuderos, en esta zona zamorana de Tierra de Campos, llamados aquí «relaciones», uno es de 1960 y otro de 1991. En San Cebrián de Campos las cuartetas se han seguido recitando desde su inicio casi ininterrumpidamente hasta la actualidad, a pesar de factores poco favorables en ciertas épocas, como, por ejemplo, la censura durante la dictadura. Aunque hoy día los chicos ya no van a la mili y los jóvenes cuentan con otros medios de comunicación, como las redes sociales, la tradición de recitar las cuartetas sigue en pie, no ha perdido su encanto. Tampoco la despoblación rural ha hecho peligrar la tradición, en las últimas décadas se ha abierto a lo que en otro tiempo llamaríamos «forasteros», jóvenes que no han nacido en el pueblo, pero que están vinculados a él por ser hijos de pinchorreros. No hay que olvidar, además, que la tradición de recitar las cuarteas se refuerza y se revitaliza desde hace treinta y siete años con la entrada en escena de las quintas.
4. Archivo audiovisual de las cuartetas editado en el CLO
4.1. Introducción
Antes del año 2010, apenas existía documentación sobre las cuartetas u otras manifestaciones orales pinchorreras. En este año comencé un trabajo pionero −según algunos estudiosos− de recopilación y estudio. El objetivo de esta recopilación ha sido rescatar este legado cultural de mi pueblo natal, San Cebrián de Campos. De este modo, por una parte, el pueblo podrá disponer y disfrutar de estos poemas que hasta ahora jamás habían sido recopilados de forma sistemática; por otra, la publicación posibilitará dar a conocer este patrimonio cultural fuera de los dominios de San Cebrián. Al mismo tiempo, la difusión de esta tradición podrá alentar el trabajo de otros estudiosos en la materia. Conforman estos poemas un pequeño corpus diacrónico del siglo xx hasta nuestros días, lo cual nos permite hacer un rastreo de la evolución del habla y la cultura del pueblo y de la zona a lo largo de casi un siglo.
Después de la recopilación de los poemas, el estudio y la edición de los mismos en varias publicaciones, mi deseo era publicar las cuartetas en soporte audio/audiovisual. De los más de 100 poemas recopilados, aproximadamente la mitad los conseguí también en formato fónico, en audios o en vídeos. En este camino tuve la suerte de encontrarme con algunos especialistas en literatura oral, entre ellos, el profesor David Mañero Lozano de la Universidad de Jaén, director y editor del Corpus de Literatura Oral, de ahora en adelante CLO. Tras un trabajo intenso y una colaboración fructífera con el profesor Mañero, conseguimos concluir a finales de mayo de 2018 la edición en el CLO de la primera fase del archivo audiovisual de las cuartetas. Espero poder ampliar pronto este archivo en el que sigo trabajando. Por una parte, estoy centrada en las cuartetas de quintos, pero también he comenzado la recopilación de otras manifestaciones orales y populares del pueblo y la zona.
Una plataforma digital, como la que nos ofrece el CLO de la Universidad de Jaén, de libre acceso por medio de internet, es un valioso instrumento para la divulgación de los archivos entre la comunidad científica, así como entre los mismos pinchorreros u otras personas interesadas. Por ello, estoy muy satisfecha de haber podido llevar a cabo esta publicación en el CLO. Agradezco a la Universidad de Jaén y al profesor Mañero la posibilidad que me ofrece de poner mi compilación de cuartetas y otros documentos sonoros y audiovisuales al alcance de todos.
Los audios y vídeos que aparecen en el CLO presentan dos modalidades de recopilación y grabación. En primer lugar, los poemas más antiguos fueron recopilados por mí entre los años 2010 y 2017. Estos los conseguí a través de los quintos −hoy día ancianos−, de quienes pude grabar las cuartetas que hace más de 70 años, siendo quintos, ellos mismos habían recitado. En otros casos, cuando los quintos del momento ya habían muerto, la cuarteta fue recitada por personas que la conocían y la conservaban (parcialmente) en su memoria. A través de este trabajo de campo obtuve valiosas grabaciones de estas personas mayores que me informaron no solo de la tradición de los quintos, sino también de la vida y las costumbres de la época. Se ofrece un resumen de ello en las notas del archivo correspondiente. Obviamente, estos poemas antiguos son los más valiosos, por el peligro que corren de desaparecer con el fallecimiento de los propios ancianos. Afortunadamente, en febrero de 2017 pude obtener 5 cuartetas de los años 40. El poema más antiguo del corpus es de 1912, fue recitado por las hijas del quinto, quienes lo sabían de memoria. Estas 6, las más antiguas de la compilación, cuartetas han sido editadas en el CLO.
En segundo lugar, las cuartetas de los años 80 en adelante que se recogen en el CLO son grabaciones (audios y vídeos) originales de aquellos años. Se trata también de documentos gran valor, especialmente los vídeos, ya que nos dan fe de la vida de entonces, de cómo se celebraba la fiesta, el ambiente de la misma o la interacción del quinto recitador con el público receptor, que ríe, aplaude o comenta. En fin, nos remonta a aquellos años y justo en el momento de la puesta en escena, en el contexto mismo de la recitación, lo que supone una riqueza enorme cultural y etnográfica.
4.2. El Corpus de Literatura Oral
Veamos, primeramente, la estructuración del CLO y cómo han sido colocados los archivos de cuartetas y narrativos en él. El archivo del corpus consta de tres categorías o secciones: Romancero (r), Cancionero (c) y Narrativa (n). Los registros archivados se identifican con el número de referencia seguido de la categoría correspondiente (r/c/n). En la siguiente imagen resaltan las tres secciones. En la pantalla Archivo del CLO: «el usuario puede hacer búsquedas en la totalidad de los registros alojados en la plataforma. La opción «Buscar por términos» permite localizar registros a partir de cualquier palabra o frase empleada en la transcripción textual o en los datos identificativos y anotaciones de las muestras recopiladas» (Mañero Lozano, 2015- ).
En la imagen siguiente podemos ver la página del CLO, en el centro se encuentran las tres secciones. En nuestro ejemplo hemos seleccionado «Aguado Martínez», los apellidos del informante, en «buscar por término» para la búsqueda del registro. También encontramos en esta imagen los diferentes criterios que sirven para clasificar el documento en cuestión. Presentamos aquí como muestra el registro 2191c: una cuarteta del año 1985.
El documento audio/audiovisual está siempre acompañado de la transcripción textual. Con lo cual, vamos a encontrar todas las cuartetas y documentos en formato fónico y gráfico. Pulsando sobre el título del registro aparece el archivo de audio o vídeo, si lo hay, (véase IMAGEN 5). Además de la transcripción, con la correspondiente categoría, la subcategoría y el número de referencia que aparece arriba debajo del título, encontramos los datos del informante, nombre del recopilador, lugar, fecha de registro y notas de interés. Termina la ficha del documento con la indicación bibliográfica. Para una descripción más detallada del CLO consúltese Mañero Lozano (2015- ) y Urea Herrador (2016). Veamos en la siguiente imagen (IMAGEN 5) el ejemplo del registro 2191c con su correspondiente ficha y los datos completos:
4.3. Archivo sonoro pinchorrero
Veamos otros detalles que definen el corpus sonoro de cuartetas. En la descripción de este corpus voy a seguir algunos puntos del esquema propuesto por Koch/Oesterrreicher (2007: 65-66) para la caracterización de los corpus.
4.3.1. Extensión y composición
El archivo sonoro y audiovisual pinchorrero editado en el CLO contiene, hasta ahora, un total de 44 registros, de los cuales 41 son cuartetas (Cancionero), más 1 canción de quintos (Cancionero) y 2 documentos narrativos sobre la tradición de los quintos, incluidos en la subcategoría de «Costumbres y tradiciones». Como casi la totalidad de nuestro corpus está compuesto por cuartetas, hablo aquí del corpus o archivo de cuartetas pinchorreras, como reza el título de este artículo. Las 41 cuartetas son poemas compuestos por cuartetas asonantadas, recitadas por los quintos del pueblo castellano San Cebrián de Campos entre los años 1912 y 1992. Los poemas constan de una media de 35 cuartetas. La más breve tiene 2 y la más extensa 52. El corpus se compone de 1.154 coplas o cuartetas (42 documentos líricos) y 2 narrativos, un total de 21.400 palabras.
De las 41 cuartetas, 18 están en vídeo (años 1985 y 1990) y 23 en audio (años 1912, 1944, 1947, 1948, 1949, 1984 y 1992). Los documentos narrativos también se encuentran en vídeo y la canción en audio. Este material audiovisual es muy enriquecedor a la hora de analizar no solo el aspecto fónico, sino también el contexto en que se recitan las cuartetas, la interacción del recitador o narrador con el público. No olvidemos, como señaló Ong (1982) la importancia de la palabra escrita como estructura del pensamiento y la hablada como fuerte lazo de unión en una comunidad. La finalidad oral y comunitaria de esta poesía se puede percibir de manera clara a través do los archivos orales y audiovisuales editados en el CLO.
4.3.2. Cronología y distribución
Año / Número de composiciones - Soporte | Categoría y referencia | Subcategoría |
Año 1912 / 1 - Audio | Cancionero (2216c) | 20.7. Textos oralizados y de autor. Recitaciones de los quintos |
Año 1912 / 1 - Audio | Cancionero (2217c) | 3.2. Quintos y soldados |
Año 1944 / 1 - Audio | Cancionero (2218c) | 20.7. Textos oralizados y de autor. Recitaciones de los quintos |
Año 1947 / 2 - Audio | Cancionero (2219c y 2220) | 20.7. Textos oralizados y de autor. Recitaciones de los quintos |
Año 1948 / 1 - Audio | Cancionero (2221c) | 20.7. Textos oralizados y de autor. Recitaciones de los quintos |
Año 1949 / 1 - Audio | Cancionero (2222c) | 20.7. Textos oralizados y de autor. Recitaciones de los quintos |
Año 1984 / 10 - Audio | Cancionero (2100c – 2109c) | 20.7. Textos oralizados y de autor. Recitaciones de los quintos |
Año 1985 / 14 - Vídeo | Cancionero (2186c – 2199c) | 20.7. Textos oralizados y de autor. Recitaciones de los quintos |
Año 1985 / 2 - Vídeo | Narrativa (0471n y 0472n) | 3.8. Costumbres y tradiciones |
Año 1990 / 4 - Vídeo | Cancionero (2200c – 2203c) | 20.7. Textos oralizados y de autor. Recitaciones de los quintos |
Año 1992 / 7 - Audio | Cancionero (2204c –2210c) | 20.7. Textos oralizados y de autor. Recitaciones de los quintos |
Tabla 1: Composición y distribución del corpus de cuartetas
De estos 44 registros, un total de 19 cuartetas fueron recitadas en su día (años 1984, 1985 y 1992), pero jamás habían sido publicadas. Las 22 cuartetas restantes editadas en el CLO se encuentran también en Weber-Antón (2017). Este archivo nos ofrece, pues, documentos nuevos, exactamente la mitad, ya que a estas 19 cuartetas debemos añadir los 3 registros que he descrito más arriba. Resumo en la siguiente tabla los 44 registros, las cuartetas pinchorreras y los otros 3, indicando: año (en que fue recitada la cuarteta originalmente), tipo de soporte en que se presenta en el CLO, categoría, referencia y subcategoría.
Las composiciones del archivo sonoro se extienden a lo largo de 80 años, de 1912 a 1992. Debemos puntualizar que el mayor número corresponde a los años 1984 y 1985. Como vemos en el cuadro, excepto los dos documentos de «Narrativa», los cuarenta y dos restantes pertenecen a la sección «Cancionero».
4.3.3. Informantes
Los principales informantes son los propios recitadores de las cuartetas, quienes nos regalan su poema como testimonio de esta tradición. Las cuartetas más antiguas del corpus sonoro fueron recitadas por los quintos, ya ancianos, y grabadas por mí entre 2011 y 2017. En los casos en que el quinto ya había fallecido, las cuartetas y canciones las obtuvimos de la memoria de otras personas. A través de estas cuartetas obtenemos informaciones sobre la tradición, la vida del pueblo y asuntos nacionales e internacionales. Las composiciones recopiladas constituyen un corpus de poesía popular compuesto para −y a veces por− jóvenes quintos entre 18 y 21 años de edad. Hasta el año 1980 las cuartetas eran recitadas solo por hombres. A partir de la 1981 se incorpora la mujer a esta tradición. El joven de turno ofrecerá en la cuarteta su propia visión ante los hechos que narra. Lo más importante en estos poemas no es la función comunicativa, sino la estética. Es lo que ocurre, por ejemplo, con el humor que no falta y que, aparentemente banal, requiere, sin embargo, una gran elaboración. Como vengo diciendo, estamos, pues, ante una auténtica poesía oral, no solo por su finalidad recitativa, sino también por lo expuesto en estas líneas. Así lo entiende Pedrosa, quien afirma que: «Cualquier tipo de discurso o de mensaje oral que esté organizado de forma más o menos estética, y que no cumpla únicamente una función comunicativa puede ser considerado literatura oral». Aunque estos poemas se escriben primeramente para ser memorizados, la finalidad esencial es la recitativa o vocal, lo cual acentúa el carácter oral del corpus de cuartetas pinchorreras.
4.3.4. Autor
Como hemos visto, las cuartetas están incluidas en el CLO en la categoría de «Cancionero» y la subcategoría de «Textos oralizados y de autor. Recitaciones de los quintos». Efectivamente, las cuartetas se recitan a partir de un texto escrito. Aunque se sigue una estructura similar, cada año y cada cuarteta es nueva, única y original, atendiendo a los acontecimientos y situaciones del momento.
¿Quién compone estos poemas? Es preciso destacar aquí la modalidad de autor anónimo a la hora de escribir esta poesía. Existen personas, cuya identidad se desconoce, que año tras año se encargan de redactar las cuartetas para los quintos. Estos autores están siempre vinculados de alguna manera al pueblo. Por lo general, no se trata de grandes letrados ni académicos, sino de gente sencilla que se complace en esta tarea. La autoría, a veces anónima, acentúa el carácter de poesía colectiva y popular. Otra modalidad es la de componer los poemas en comunidad, bien en el seno de la familia, o bien, en la pandilla de amigos.
Debemos tener en cuenta, pues, que el autor de las cuartetas no coincide siempre con el recitador o quinto de turno. Por ello, a la hora del análisis, no podemos establecer en ellas características sociolingüísticas, como edad, sexo, profesión, nivel cultural o de escolarización.
Una cuarteta de 1949 pone de manifiesto la clara diferencia entre el recitador y el autor. Aquí el recitador humildemente defiende a autor:
Todos estáis impacientes
esperando mi cuarteta,
pues no sé si os gustará
porque yo no soy un poeta.
Pero sí importa y yo la digo
y, si como alguna letra,
no echéis la culpa al autor,
sino a mi poca experiencia.
(CLO, 2222c)
En fin, aunque en ocasiones el autor es el propio recitador, no es lo común. En todo caso, los autores de estos poemas, son siempre personas del pueblo o bien, vinculadas de alguna manera a él, ya que se trata de una poesía profundamente enraizada en el mundo rural y en la realidad local, es decir, estamos ante una poesía eminentemente popular.
4.3.5. Forma de registro y presentación de los datos
Los 44 registros han sido están editados en el CLO siguiendo las normas de esta plataforma, (cf. Mañero Lozano, 2015- ). Como vengo diciendo, es un corpus editado en internet, cuyos archivos y datos son de libre acceso. El archivo de documentos pinchorreros editado en el CLO consta de 24 registros acústicos y 20 audiovisuales (cf. tabla 1 de este artículo, apartado 4.3.2). No solo encontramos en la plataforma estos registros sonoros, sino también su versión gráfica, que sigue al pie de la letra la fónica.
4.3.6. Transcripción
Como he señalado, todos los registros acústicos o visuales (vídeos) del CLO van acompañados de su correspondiente transcripción textual. En dicha transcripción se sigue, por lo general, la norma ortográfica del español, tanto en la grafía, como en la puntación. Así pues, no se suprimen las comas, como sí se hace en otras ediciones de las cuartetas pinchorreras, en Weber-Antón (2014 y 2017). Se respetan algunas variedades fonéticas, propias de la lengua hablada, como la pérdida de la -d- intervocálica o la reducción de para en pa (ejemplo: «estoy sentao encima de este burro / pa recitar esta cuarteta.»). Se recurre a la tilde con valor diacrítico para señalar algunas desviaciones de acento, típicas de la lengua hablada o inmediata (ejemplo: áhi). Por supuesto, se mantienen las variantes morfosintácticas pronunciadas, tales como el laísmo, el leísmo o la doble preposición en sin. Cuando no se entiende bien una o más palabras, las colocamos entre corchetes y signos de interrogación (ejemplo: «[¿pues hay algún entredicho?])». Para más detalles de transcripción y anotación remito de nuevo al propio CLO: (Mañero Lozano (2015- ).
4.3.7. Género o tradición discursiva y tema
Como vengo explicando en los diferentes apartados, las cuartetas pinchorreras pertenecen al género o tradición discursiva (cf. Kabatek, 2004 y 2005) de poesía oral, popular, rural, tradicional y festiva. Precisamente el carácter festivo da lugar a un discurso desenfadado y, aunque satíricos y críticos, estos versos son, al mismo tiempo, jocosos y humorísticos. Este humor mitiga la crítica que está siempre presente en esta poesía de quintos. No falta tampoco el erotismo teñido, a veces, de obscenidad, como veremos más detenidamente en el capítulo 5. Esta poesía guarda semejanzas con el romancero y la copla por su carácter popular y por pertenecer a literatura oral. Aunque las cuartetas se amoldan a la tradición siguiendo un patrón común, cada poema, insistimos, es único y personal, pertenece a un quinto concreto y está escrito (por) y para él según su óptica. En este sentido, las cuartetas guardan una cierta semejanza con a la copla, pues según señala Real Ramos (1996: 43) «lo que caracteriza a la copla es la particularización, la concreción, la personalización». Excepto dos registros narrativos, todos forman parte del «Cancionero», dentro de la clasificación del CLO, Las cuartetas, 41 en total, son definidas como textos oralizados, ya que son escritas previamente para su memorización y recitación en público.
4.3.8. Información contextual
Por los puntos anteriores podemos deducir que el contexto es esencial en estas cuartetas. Están profundamente arraigadas en la vida y la cultura local. Los quintos a lo largo de los diferentes años reflejan las costumbres y la vida del pueblo de San Cebrián en todas sus facetas y en acontecimientos de diversa índole. La riqueza etnológica y cultural que nos transmite esta poesía oral es enorme. Estos registros pinchorreros del CLO conforma la memoria colectiva del pueblo a lo largo de varias décadas.
Queda claro así el carácter contextual de esta poesía que adquiere pleno sentido en el momento de la recitación en su contexto, en la plaza del pueblo ante los pinchorreros y algunos visitantes. Estamos ante una verdadera puesta en escena, es lo que Zumthor (1983) llamó performance. Se logra el encuentro de una voz que recita con el oyente. He aquí el carácter comunitario y la función social de esta poesía. A mi modo de ver, esta performance es esencial y acentúa el carácter no solo social, sino también oral y popular de esta poesía que pertenece al pueblo, de él sale y a él vuelve. Así lo entiende también Cortés Hernández (2014: 186), quien sostiene que «la performance –la ejecución, sus participantes, las condiciones contextuales, la comunicación no verbal, etcétera– aporta una parte importante del significado de cualquier manifestación oral». En este corpus de cuartetas editado en el CLO, el registro sonoro o audiovisual nos ayuda a participar de esta puesta en escena y del contexto en el que se recitan las cuartetas. De ahí que la edición del corpus sonoro/audiovisual suponga una gran riqueza a la hora de recuperar estos poemas. Aumenta las posibilidades que ya nos ofrecía la versión gráfica o escrita.
5. Análisis del contenido de las cuartetas
En décadas pasadas, como hemos visto, estos poemas eran recitados por los quintos a modo de despedida antes de ir a cumplir el servicio militar. Inicialmente la despedida cobraba su verdadero sentido, ya que por aquel entonces la mili era larga y las condiciones duras, la vuelta no estaba garantizada. El día de San Antón los jóvenes se presentan al pueblo y proclaman su mayoría de edad recitando las cuartetas. La fiesta de los quintos y, más en concreto la tradición de la recitación de las cuartetas, viene a ser lo que en antropología se conoce como rito de paso. Se trata del paso del joven a la edad adulta. En otro tiempo, uno de los hechos que marcaba para los jóvenes el comienzo de la edad adulta era la capacidad de poder ir a servir a la patria. Por ello, en décadas pasadas esta fue la fiesta masculina por excelencia y tenía lugar poco antes de ir a cumplir el servicio militar.
5.1. Contenido y estructura
El contenido y la estructura de las cuartetas suele ser el siguiente: el quinto comienza presentándose, hablando de su vida para seguir refiriendo los acontecimientos más sobresalientes del año. Consciente de su nuevo estatus de adulto, se permite hablar con propiedad criticando a la autoridad y satirizando las situaciones que describe. Efectivamente, estamos ante unos versos críticos y humorísticos a la vez. La crítica más o menos encubierta siempre ha estado presente en las cuartetas. Los tres ejes entorno a los que gira la crítica son las mozas o mozos, el cura y el alcalde, los cuales suelen salir muy mal parados. Pero todo ello se hace en un tono jocoso y desenfadado, como corresponde a un día festivo. Todo el pueblo disfruta de este día de fiesta y, por lo general, nadie se siente ofendido por lo dicho en los versos. Termina la cuarteta pidiendo perdón por la crítica e invitando al baile y a la fiesta.
En estos versos se muestra casi siempre la realidad envuelta entre la broma: «Cabalgando entre la broma / y también la realidad» (2100c), ya que la finalidad de esta poesía festiva es arrancar la sonrisa del público. En sus cuartetas los jóvenes pasan revista de manera crítica a los asuntos nacionales e internacionales más sobresalientes del año que acaba de terminar, como en este poema de 1985, nótese siempre el tono burlón y chistoso:
En política internacional
Ronald Reagan volvió a salir
y de nuevo el muy cabrito
Nicaragua quiso invadir.
Y respecto a lo de aquí,
lo tenemos muy jodido:
a la OTAN, a la OTAN,
Felipito, tu solito.
(CLO, 2191c)
En 1984, por ejemplo, se hace referencia al accidente de dos aviones y, en el ámbito nacional, al grave incendio de la discoteca Alcalá de Madrid. En la primera cuarteta de 1912 encontramos una fuerte crítica política al gobierno:
¡Qué más leones queremos
a la puerta del Congreso
si para robar a España
basta con los que hay dentro!
(CLO, 2216c)
Sin embargo, tal crítica desaparece con la dictadura y se reanuda con la llegada de la democracia. Además de los asuntos nacionales o internacionales, tienen gran peso en las cuartetas los acontecimientos y anécdotas locales. Más que la situación o el evento en sí que se presenta, lo importante es la opinión (crítica) del quinto recitador.
5.2. Tratamiento del tema de las mozas
Los temas locales se concentran en la crítica del ayuntamiento y, sobre todo, de la iglesia en la persona del cura. Junto a estos temas, el de las mozas/mozos ocupa un lugar destacado en las cuartetas de nuestro archivo. Igual importancia adquieren los mozos desde que las mujeres pasaron a formar parte de la fiesta y a recitar cuartetas. Los tres temas centrales se expresan claramente al comienzo de algunas cuartetas:
Voy a comenzar
hablando de todo un poco,
del ayuntamiento, del cura
y también de los mozos.
(CLO, 21203c)
Son muy pocos los poemas en los que no son interpelados los mozos y las mozas. En los primeros años de la década de los ochenta, las cuartetas femeninas son muy breves, aun así, siempre hay cabida para este tema. La relación entre chicos y chicas es fundamental en esta etapa de la vida de los jóvenes. Por ello, me voy a detener en el tratamiento que reciben mozas y mozos en el corpus de cuartetas.
Las mozas o mozos en boca de los quintos y las quintas son presentadas, generalmente, de manera muy negativa, sin consideración alguna. En pocas ocasiones encontramos algún aspecto serio o reivindicativo por parte de la mujer y también del hombre reclamando, por ejemplo, la igualdad entre ambos. La exigencia de igual trato aparece, por ejemplo, en una composición masculina de 1984:
Si os liais con un tío,
os llamamos golfas sin parar
y si nosotros piticlineamos,
eso no se puede comentar.
[…]
Por eso, mujeres queridas,
seguid por el mismo camino,
que la igualdad con el hombre
ha de ser vuestro destino.
(CLO, 21100c)
De la lucha por la igualdad habla el siguiente registro de 1985. Aunque integradas a la tradición de las cuartetas, las quintas todavía van en segundo lugar, tras los quintos, a la hora de recitar las cuartetas. Habrá que esperar hasta el año 2010 para que el criterio a seguir en el orden de recitación sea la fecha de nacimiento, independientemente del sexo.
En este día señalado
las cuartetas hay que recitar,
los quintos son primero
y las quintas vamos detrás.
Como ha sido costumbre
ir siempre detrás,
hasta que a base de luchar
tenemos la igualdad.
Y hablando de igualdad,
ya no tenemos que esperar
a que nos traigan y nos lleven
a la Rober a ligar.
Por eso, desde hace poco
ellos ya no nos llevan,
pues cogemos nuestro coche
y allí ellos nos esperan.
(CLO, 2195c)
Por lo general, el tema de las mozas o mozos, como todos los demás y si cabe, este aún más, es tratado de manera lúdica y chistosa, sin ninguna otra pretensión que hacer reír y entretener al público en un día festivo. Son varias las cuartetas que expresan esta idea:
Lo importante es reírse un rato
y tomárselo con filosofía
ir contentos a merendar
y pasarse bien el día.
(CLO, 2102c)
El tema «mozos y mozas» no debe faltar en ninguna cuarteta. Se trata de decir lo que sea, sin importar la veracidad. En más de una cuarteta se incurre en contradicciones en lo dicho sobre los mozos o mozas, como en 2205c. Este tema es, sin duda, el que tiene un tratamiento más jocoso y menos comprometido:
Ahora os toca a los mozos
que es más interesante,
decir verdades o mentiras
es lo menos importantes.
(CLO, 2197c)
Las relaciones chicas y chicos dan pie a que aflore el tema sexual y erótico. Recordemos que en este día al quinto recitador le está permitido decir todo, desinhibiéndose, se atreve a hablar de este tema tabú, el sexo. Muchos de estos versos resultan obscenos e irreverentes. Abunda el léxico referido a las partes corporales sexuales, bien por medio de ingeniosas metáforas, o bien, directamente (culo, nalgas, tetas). Relacionadas con ellas aparecen las correspondientes prendas de vestir de marcado carácter erótico: bragas, baguillas, minifalda, ceñidos pantalones, vestidos transparentes. Son chocantes y originales algunos sintagmas como «vuestras bragas largas» (CLO, 2201c) o «las bragas de madera» (CLO, 2200c). Relacionado con este vocabulario hay que señalar también los numerosos tacos en algunas composiciones de cuartetas, propios de la jerga juvenil (cf. Weber-Antón, 2011). Este lenguaje obsceno y transgresor es, sin duda, típico de carnaval, la fiesta de los excesos y transgresora por excelencia. Existen numerosas coplas y cantos carnavalescos con un lenguaje similar. He aquí una concomitancia más de nuestra fiesta con el carnaval. Remito en este sentido al registro (CLO, 2204c) del año 1992. Otros ejemplos los encontramos en este registro de 1984:
Tenemos que celebrar
que ha vuelto la minifalda
y que las mozas enseñen
más arriba de la nalga.
Estos detalles, señores,
siempre son de agradecer,
si no se pueden tocar
que al menos se puedan ver.
Y están bien alimentadas,
nadie lo puede dudar,
que se comen más chorizo
y desprecian el pan.
(CLO, 21103c)
Es frecuente buscar los atributos más negativos para ellas y también para ellos. Ya en la primera cuarteta de 1912 las mozas son tachadas de sucias, de no limpiar de la casa más que aquello que se ve, como son «los quiciales». En otras palabras, se insinúa que no les importan más que las apariencias, y por otra parte, que les gusta estar fuera de casa y no recogidas en su interior. Esta es una crítica común en estos versos tradicionales y conservadores.
Las mocitas de este pueblo
lo primero que hacen
nada más levantarse
es lavar los quiciales.
Pero tienen unos portales,
vergüenza me da decirlo,
patatas pueden sembrarse.
(CLO, 2216c)
Un tratamiento similar a este vamos a encontrar en casi todos los archivos a partir del año 1984. En los años 40, en cambio, el tratamiento hacia las mozas es dulce y cariñoso. El recitador no se dirige a todas las mozas, como es lo general en el corpus, sino a una sola, a «su» moza.
Pero a la que más me guste
buscando la oportunidad,
yo he de decirla: te quiero,
no me hagas sufrir más,
dime que sí y te prometo
quererte con claridad.
Pues tú bien sabes mi oficio,
todos los días arar
y cuando llegue el verano
y tenga que trasnochar,
no me ha de faltar un rato
para contigo charlar
y decirte soy constante
en el dulce verbo amar.
(CLO, 2221c)
Las mozas son definidas despectivamente como: cantamañanas, jumentos, gatuñas que te arañan, loros, motos, ovejas arreadas[6], es decir, juntas sin moverse. Esto es algo que se reprochan recíprocamente los chicos y chicas, el estar toda la noche en la discoteca sin bailar. Otro reproche de los chicos a las chicas es el hecho de que se van con forasteros. Ellos las llevan en el coche, las invitan a tomar algo y no es justo que después les abandonen. Los chicos resaltan también el tópico de la afición de las chicas por hablar. Estos son los motivos más repetidos.
Por lo general, llama la atención la negatividad hacia las mozas. Si en algún momento se resalta una característica positiva, no tarda en aparecer un defecto. Veamos:
Pero yo ruego que no os ofendáis,
pues yo admiro vuestra hermosura,
pero a ver si mejoráis
cuando cantéis con el cura.
(CLO, 21101c)
Otras sois muy bonitas
y nos queréis hacer mirar
presumiendo de las piernas
que las lleváis sin lavar.
(CLO, 2188c)
Solo en una ocasión, en 1985, un chico alaba a las chicas de San Cebrián como las más simpáticas, lo cual es muy aplaudido por el público. Al igual que veíamos en el registro de 1947 (2221c), se dirige después a una sola moza, a la que ya tiene echado el ojo:
Todos los domingos
nos vamos a la discoteca a bailar
y si miramos una por una,
las más simpáticas las de San Cebrián.
Yo quedo convencido
y, además de verdad,
que de aquí del pueblo
tengo una ojeada ya.
A mí me parece simpática
y mirándome está,
no te pongas colorada
que la cola se va a enquistar.
(CLO, 2193c)
Las mozas en sus versos expresan el deseo de defenderse del trato despectivo que, generalmente, los mozos les dan. Así lo podemos escuchar en los siguientes ejemplos a lo largo del corpus, en los años 1984, 1985 y 1992:
Las mujeres de este pueblo
estamos un poco hartas
de que siempre en las cuartetas
solo digan nuestras faltas.
Para eso hemos venido
aquí las quintas de este año,
atiendan bien vuestras madres
y no se lleven a engaño.
(CLO, 2105c)
Chicos que mucho decís
de las mozas que aquí tenéis,
no creáis que nosotras
no nos vamos a defender.
(CLO, 2194c)
Y es que nos tiráis a matar
cuando es vuestro turno,
ahora nos vengamos nosotras
escuchad uno a uno.
(CLO, 2208c)
Efectivamente, las chicas se defienden ante los chicos de sus acusaciones. Si ellas se van con forasteros o no bailan con ellos, es porque los mozos no las sacan a bailar ni les hacen caso. Si ellas son frías, ellos aún lo son más. Si ellas son cotillas y habladoras, los hombres las superan:
Decís que a las mujeres
nos gusta cotillear,
pero vosotros ahí en el coche
parecéis Radio Nacional.
(CLO, 2196c)
Y decís de las mujeres
que parlan en la carnicería,
pero vayan al campo de fútbol
y veréis una buena cuadrilla.
Todos ellos son hombres
y no paran de criticar
a toda la gente del pueblo,
a toda la vecindad.
(CLO, 2203c)
Las chicas reprochan a los mozos que son chulos, orgullosos, que se creen mucho, pero en realidad no son nadie, las chicas les manejan, se van con forasteras teniendo en el pueblo chicas guapas, pero al final se quedan a dos velas. Son sosos, fríos. Y no falta el saludo de las mozas a los mozos tratándoles como animales y felicitándoles, de manera irónica, en el día de su fiesta. Si las mozas eran jumentos para los mozos, los chicos son muchas veces borricos en boca de las mozas. Es frecuente que después de esas barbaridades e insultos entre chicos y chicas, al final se suavice la cosa hasta llegar a la admiración:
Queridos chicos del pueblo,
no os diré más al respecto,
no interpretéis mal mis versos,
pues yo os admiro y respeto.
(CLO, 2208c)
Las mujeres del pueblo son parte central de las cuartetas, principalmente son criticadas las mozas, pero tampoco se libran las mujeres casadas. En estos registros del corpus lo que más se pone de relieve y, a veces se critica, es el hecho de que están todo el día haciendo gimnasia.
Las mujeres de este pueblo
ya no paran en casa,
unas recorriendo tiendas
y otras haciendo gimnasia.
(CLO, 2193c)
Aparte de las bromas y el tono un tanto insultante, parece entablarse en estos poemas un tímido diálogo entre chicos y chicas, donde tienen cabida temas serios, como el feminismo, el machismo y la lucha por la igualdad de géneros y no la discriminación. Otros temas de interés que encontramos son el control y descenso de la natalidad, el acuciante tema del sida o el problema de la soltería o falta de pareja para muchos hombres del mundo rural.
6. Narrativa: Costumbres y tradiciones
Además del corpus lírico de cuartetas, contamos en el CLO con dos registros narrativos. Se trata de dos vídeos sobre la tradición de los quintos correspondientes al fin de semana de la fiesta de febrero, en el año 1985. Por su especial valor etnográfico, paso a describir el contenido en las siguientes líneas.
6.1. Recogida de manojos
Como en tantas fiestas populares (San Antón Abad, San Juan o San Roque) la gente se reúne en torno a una hoguera. Lo hoguera principal tiene lugar en San Cebrián el sábado de la fiesta de los quintos que, como se ha dicho, se celebra el segundo fin de semana del mes de febrero. Para ello, los quintos recogen manojos por todo el pueblo. Un «manojo» en San Cebrián y comarca es ‘un haz de palos secos de la vid’, fruto muy abundante en el siglo pasado en este pueblo, pero hoy día prácticamente desaparecido, por lo que los manojos escasean. Los vecinos del pueblo si no tienen manojos, darán propina a los quintos para los gastos de la fiesta. La recogida de manojos es todo un espectáculo, se recorre el pueblo cantando y bailando al son de los dulzaineros o la charanga del pueblo, lo cual da un extraordinario ambiente festivo. Recorrer las calles es un rito frecuente en carnaval u otras fiestas populares. Es una manifestación comunitaria, llena de alegría y diversión, como corresponde a un día festivo. A las nueve de la noche se enciende la hoguera en la plaza del pueblo y de nuevo con música los jóvenes saltan sobre sus llamas.
Los quintos en la recogida de manojos y durante toda la fiesta van acompañados por sus banasteros. Estos son niños de corta edad que ayudan con ilusión a los quintos recorriendo las calles con ellos. Van vestidos con pañoleta y sombrero de cintas, al igual que los quintos. La denominación «banastero» proviene de banasta: ‘Cesto grande formado de mimbres o listas de madera delgadas y entretejidas’, según el DLE (2014). Estos cestos que llevan van, como los sombreros, adornados con cintas de colores. La recogida de manojos y la hoguera en la fiesta de los quintos es una tradición antiquísima, como nos dice Yolanda: «Por lo menos los viejos del pueblo la hicieron, y tiene noventa y cuatro años. O sea que…» (CLO, 0471n)
6.2. Huevos fritos para los quintos
Llega el domingo de la fiesta y los quintos pronto por la mañana, sin apenas haber dormido tras el sábado de la fiesta, se disponen a salir de casa y recorrer de nuevo las calles con los banasteros, envueltos en un ambiente festivo de música y jolgorio. Es una manera de anunciar que el pueblo está de fiesta. Van ahora a recoger los huevos casa por casa para más tarde invitar a los vecinos a comer esos huevos. Son productos de la tierra −como los manojos− que todo el pueblo tiene o tenía en sus casas y que generosamente ofrecían a los quintos. El pueblo entero se implicaba así en la fiesta de los quintos. Esta costumbre también se tematiza en las cuartetas:
33. La fiesta ya se aproxima
no se olviden de los huevos
por la mañana el domingo
a recogerlos iremos. (1978-B)
41. Quisiera finalizar
diciéndoos que en febrero
quedáis todos invitados
para comer unos huevos. (1983-B)
He aquí otra tradición que se mantiene inalterable hasta hoy día, la de ir a comer huevos a la casa de los quintos o, actualmente, al salón de actos del ayuntamiento. Los quintos invitan a comer los huevos que el pueblo les ha regalado y a un vaso de vino. Es un bonito encuentro, una especie de aperitivo, donde se comparte una comida sencilla y se hace comunidad. Después de la comida de los huevos los quintos invitan al baile vermú.
Originariamente, estos huevos eran para los quintos y los banasteros. La costumbre de los quintos de pedir alimentos por las casas es común en muchos pueblos, así lo ha señalado Martín Sánchez (2002: 185): «En algunas localidades, existía -o incluso perdura aún- la tradición de que los quintos recorran el pueblo casa por casa recogiendo comida que les dan». El huevo es considerado el símbolo de la vida. En la tradición de los quintos, era ante todo alimento para los quintos, también contribuía a pagar los gastos de la quintada. Desde hace muchas décadas existe esta costumbre de invitar a todo el pueblo a comer huevos. Antiguamente, según Atanasia, los huevos eran solo para los quintos y los banasteros. «Pero ahora ya, se es general. Todos a | to el pueblo, ahora to el pueblo que quiera venir. Lo mismo hombres, mozos, mujeres, niños… To el mundo en general». (CLO, 0472n)
Todavía sobrarán huevos que el lunes de la fiesta, el llamado «lunes de resaca», los quintos recorriendo de nuevo las calles del pueblo venderán y sacarán así algún dinerillo más para pagar los gastos de la fiesta y de la quintada.
Estos y otros rituales de las fiestas de los quintos nos dan fe de la existencia en San Cebrián de una rica cultura popular que no debemos perder. Los pinchorreros convencidos de ello, se empeñan en seguir manteniendo y adaptando a los nuevos tiempos sus tradiciones. Mi objetivo es documentar estas tradiciones, tanto por medio gráfico como fónico.
7. Conclusión y valoración
En un mundo globalizado como el de hoy, en el que en cualquier parte podemos comer lo mismo, llevamos la misma ropa o los mismos zapatos, cada vez urge más mantener las tradiciones, conservar «lo nuestro». Esto lo ha sabido hacer a la perfección el pueblo de San Cebrián de Campos a través de los quintos. Es alentador comprobar que esta tradición ancestral de los quintos sigue en pie año tras año, tanto la fiesta principal de febrero como la tradición que aquí nos ocupa, la recitación de cuartetas en la festividad de San Antón Abad. Este y otros trabajos pretenden documentar esta tradición para así darla a conocer.
Nada más adecuado para la divulgación de los poemas y la tradición que editar este archivo audiovisual. Esto nos permite no solo escuchar de viva voz los poemas recitados por los quintos, sino también acercarnos al público, percibir la interacción verbal y la no verbal (en el caso de los vídeos) entre emisor y receptor, es decir, entre el quinto recitador y ese público, en fin, aproximarnos un poco al entorno y al ambiente de esta tradicional fiesta. Por ello, es muy enriquecedor contar con plataformas de divulgación como el CLO que nos posibiliten publicar archivos sonoros.
Es una gran satisfacción para mí haber podido rescatar parte del legado cultural de mi pueblo natal, atesorado en estas cuartetas pinchorreras. El estudio y la edición de un centenar de poemas de quintos (más de 3500 cuartetas o coplas) supone todo un recorrido a los largo de 100 años, andadura que afortunadamente no ha terminado, como digo. El pueblo pinchorrero sigue escribiendo historia, su propia historia entre la tradición y los nuevos tiempos. Tiene el mérito, pues, no solo de haber conservado la tradición, sino de haberla sabido adaptar, dando respuesta a las nuevas realidades. Así, por ejemplo, concienciado por la defensa de los animales, ha eliminado la tradición del gallo por lo que suponía de maltrato a este animal.
De estos 100 poemas escritos recopilados, hemos conseguido editar, hasta el momento, 41 de forma sonora o audiovisual en el CLO. Hemos incluido también otras manifestaciones orales. Espero que mi investigación pueda servir de estímulo, por una parte, para mantener la tradición y por otra, tal vez, para continuar recuperando este patrimonio cultural de poesía u otras manifestaciones de literatura oral. Desde aquí animo a otros estudiosos a seguir investigando, en concreto, esta poesía de quintos. Sería valioso recuperar poemas o cuartetas que se recitaban en el siglo pasado en otros pueblos de Tierra de Campos, llamados también refranes, relaciones o verdades. Se podría investigar el motivo de la desaparición. Como ya se explicó en el capítulo 3, en alguna ocasión fue debido a peleas entre los vecinos por la crítica que contenían los versos.
He aquí un granito de arena en la investigación de la cultura castellana y, en concreto, de la comarca de Tierra de Campos. Este archivo de cuartetas puede ser muy útil para etnógrafos, antropólogos, como sugiero más arriba, así como para literatos y lingüistas. Personalmente, el aspecto lingüístico es el que más he explotado y estudiado, en los diferentes campos. Resulta apasionante descubrir en este corpus el léxico diatópico y las variantes de la zona. De gran interés en estos poemas es el análisis de lingüística textual. En cualquier caso, esta poesía pinchorrera conforma un excelente corpus para estudiar la relación entre la oralidad y la escritura, ya que como vengo diciendo, es una poesía oral, recitativa, pero el punto de partida es la escritura. Es decir, el medio gráfico o escrito va a tener influencia sobre el fónico u oral y viceversa.
En las últimas líneas de este artículo quiero elogiar las iniciativas en favor de la literatura oral, la cual vela por la conservación del patrimonio cultural. En concreto, admiro la excelente labor de la Universidad de Jaén, a través de su Corpus de Literatura Oral dirigido y editado por el profesor David Mañero Lozano. En este corpus ha sido editada la primera fase del archivo sonoro de las cuartetas pinchorreras (y otras manifestaciones orales). Agradezco, por una parte, la publicación y la divulgación de nuestra poesía (Cancionero) y otros textos (Narrativa); por otra, el poder tener acceso a la literatura oral, tanto de manera práctica, a través de los registros, como teórica, por medio de las publicaciones sobre la materia. Me alegro de colaborar en el CLO y de seguir editando documentos en él.
Anexo
Para ilustrar mejor todo lo dicho hasta aquí, adjunto a este artículo cuatro registros de los cuarenta y cuatro que han sido editados en el CLO, pertenecientes al Cancionero. Son dos poemas del año 1984 y otros dos de 1992, en ambos casos encontramos uno masculino y otro femenino. Como vengo diciendo, las chicas se incorporan a la tradición de recitar las cuartetas en el año 1981. Al principio, las cuartetas de las chicas eran bastante cortas, se atrevían a hablar de los mozos y poco más. La cosa cambia radicalmente en décadas posteriores, ya en 1992, por ejemplo, las chicas recitan cuartetas no solo extensas, sino muy completas en cuanto al contenido, tocan con decisión y valentía los diferentes temas. En las siguientes muestras, pertenecientes a la sección «Cancionero» del CLO, podemos comprobarlo.
Señalo los datos que se recogen en el CLO: al principio indico la categoría, subcategoría y el título; al final aparece la referencia del registro y otros datos: informante, localidad, fecha de registro y recopilador.
CANCIONERO
20.7. Textos oralizados y de autor.
Recitaciones de los quintos
1. Hoy, diecisiete de enero
[Com. 1] Hoy, diecisiete de enero,
festividad de San Antón,
los quintos del ochenta y cuatro
queremos cumplir la tradición.
Una tradición antigua
que nunca se va a acabar,
pues desde que eres un niño
sueñas con verla llegar.
Cabalgando entre la broma
y también la realidad,
os haremos pasar un buen rato
y diremos alguna verdad.
Y ahora en estos momentos
y sin que pase un minuto más,
me voy a quitar el sombrero
para poderos saludar.
Y después del saludo
y como siempre se suele,
comenzaremos a hablar
de lo que a uno más le duele.
Pues en estos momentos
y por culpa de este mulo,
los dolores que siento
se concentran en el culo.
Dejemos la broma aparte,
aunque sí exista el dolor,
pero dolores como este
se llevan con gran honor.
Los quintos, en las cuartetas,
de nuestra vida solemos hablar,
pero habiendo temas más importantes,
en ella no me voy a parar.
Cuando hacía esta cuarteta,
no sabía por qué empezar,
pero, como siempre hace motivos o de las suyas,
le concedo el primer lugar.
Pues con gracia lo tomamos,
es para ponerse a llorar
esa decisión del cura
en la fiesta patronal.
Hay que meter los bancos
y, como es poco valiente,
no quiso subir al micrófono
y se escondió entre la gente.
—Hay que ayudar a misa
—predica desde el altar,
pero a toda la gente sentada
la mandó levantar.
No él solo tiene la culpa
de aquella nefasta decisión,
pues esa junta parroquial
pudo tomar una determinación.
Yo no sé para qué están,
y puede ser que esté en un error,
pero, si representan al pueblo,
se pueden quedar con Dios.
Todas las estadísticas
suelen tener poco margen de error,
por eso deberíamos de hacer una
sobre nuestro predicador.
Y por lo que por ahí se oye
hay muy pocos contentos
con la actividad religiosa
desarrollada en estos momentos.
Esas traseras de chapa
no nos gustan a ninguno,
pues, si la iglesia fuera cocina,
serían las rejillas del humo.
Una misión del ayuntamiento
que sería de agradecer
es que esa horrible cochera
la haría desaparecer.
Tanto los que no van a misa
como la gente más devota
quiere que de las cosas dichas
haya tomado buena nota.
Dejemos al cura entonces
y de las calles vamos a hablar,
ya que en todas las cuartetas
nunca pueden faltar.
Y si de algo en San Cebrián
debemos estar orgullosos,
es de que la mayoría trabajó
tapando baches y fosos.
Pero siempre queda alguno
que a veces se despista
y todos le conocimos
cuando vimos su nombre en la lista.
En las otras fases, unos,
en esta última, otros;
como en el ganado mular,
hay yeguas, burros y potros.
Yo creo que en las cuartetas
nunca se volverá a hablar
del barro que pisábamos
cuando estaban sin asfaltar.
Este año pasado ha sido
el del nuevo Renacimiento,
pues hemos cambiado de médica
y también de ayuntamiento.
Y de este nuevo ayuntamiento,
¿qué les puedo yo contar?,
que unos están de acuerdo
y otros nunca lo estarán.
Por eso, si analizamos
todo lo que han realizado
en este escaso tiempo,
creo que hemos acertado.
El pueblo estuvo animado
con aquellas dulces muchachas
que cantaban en el bar
y cavaban en la remolacha.
No sé si la remolacha
habrá aumentado de riqueza,
pero sí que es cierto que se las levantaban las hojas
cuando las cavaban con delicadeza.
Lo que sí que es cierto
es que ha surgido una amistad,
aunque con nosotros, los quintos,
no tuvieran mucha hospitalidad.
Las fuimos a poner la enramada
como a unas chicas más;
nos mandaron a paseo,
pero supieron perdonar.
Tuvieron un gesto elegante
con porte de gente sencilla
y es ese gracias San Cebrián
pintado en la nave Polilla.
Hablando de todo un poco,
el coto tendréis que cambiar,
pues en este pueblo
to quisqui puede cazar.
Los que vivís en el pueblo
sois los que cuidáis la caza,
luego vienen de otros sitios
y se llevan la mejor baza.
Por eso a ver si lo cambiáis
y os espabiláis un poco,
pues, como caza tanta gente,
esto no parece un coto. [Com. 2]
La línea eléctrica nueva,
la médica que la estrenamos,
las calles ya terminadas
y la de películas que nos tragamos.
Desde que nos puso el vídeo,
millones hemos visto matar,
pues todas son del oeste
y ninguna habla de paz.
Aunque nos puso el vídeo
y él nos muestra su amistad,
el otro nos quita el bote
y se lo mete en su bar.
El año pasado también,
y ya va por el segundo;
lleno de amiguetes está
este dichoso mundo.
Hablaré de las mujeres.
Cumpliendo la tradición,
os diré cuatro cosillas
y os pido mi perdón.
De las cosas que aquí diga,
muchas serán verdad,
pero haced lo que queráis
que lo bueno es disfrutar.
Si os liais con un tío,
os llamamos golfas sin parar
y, si nosotros piticlineamos,
eso no se puede comentar.
Solo nos pedís auxilio
a la hora de viajar
y nos llamáis ensinvergüenzas
cuando os queremos trabajar. [Com. 3]
La gente mayor se cree
que nos pegamos buenos lotes
porque llevéis las faldas cortas
y esos pronunciados escotes.
Por eso, nenas queridas,
dejad la publicidad
y probemos el producto
para saber su calidad.
[¿No?] me gusta las grandes,
tocar las más chiquillas.
Como no veo las de la torre,
tocaré estas esquilillas.
Por adelantar los pensamientos,
estabais pensando mal;
os equivocasteis de campanas,
pero no de manual.
De vosotras me despido,
y del pueblo en general,
invitándoos a la fiesta
y a ver el rock de Chacal.
Por eso, mujeres queridas,
seguid por el mismo camino,
que la igualdad con el hombre
ha de ser vuestro destino.
¡Que aproveche la merienda!,
esta es mi terminación.
Y acudid todos al baile,
que habrá buen mogollón.
Y lo que siempre se repite,
cayendo en la rutina,
es que, cuando pongamos el sombrero,
nos echéis buena propina.
No quisiera terminar
sin pediros vuestro perdón
si en algo os molestasteis,
pues no ha sido mi intención. [Com. 4]
[Com. 1: ¡Viva san Antón Abad!]
[Com. 2: ¡Bah! Otro poco, ¿eh? otro poco que se queda la boca, se queda eso hecho polvo. Bueno:]
[Com. 3: A otra cosa. ¡Esperad, que no he acabao todavía! ¿Echo un trago? ¡Bah!, como quieran. Venga, déjalo, ya acabo y luego bebo.]
[Com. 4: ¡Viva san Antón Abad! ¡Viva los del ochenta y cuatro!]
Referencia: 2100c
Informante: Javier Gallinas Pastor, 19 años
Localidad: San Cebrián de Campos (Tierra de Campos)
Provincia: Palencia
Fecha de registro: Martes, 17 de enero de 1984
Recopilador: María Victoria Weber-Antón
2. Ya que se ha puesto de moda
[Com. 1] Ya que se ha puesto de moda
que las quintas digan cuartetas,
aquí estamos las de este año
para decir cuatro letras.
¡Oh, glorioso San Antón!,
hoy, 17 de enero,
hoy se presenta ante ti
una quinta con salero.
Yo quisiera, san Antón,
patrón de estos animales,
hacer reír a estas gentes
para que olviden sus males.
Comenzaré a deciros,
con mucha honra y orgullo,
soy hija de la Atanasia
y del que llaman Lobillo.
Si baja soy en altura,
soy grande de corazón,
por eso yo os deseo
lo paséis bien en San Antón.
Las mujeres de este pueblo
estamos un poco hartas
de que siempre en las cuartetas
solo digan nuestras faltas.
Para eso hemos venido
aquí las quintas de este año;
atiendan bien vuestras madres
y no se lleven a engaño.
Si con ellos no bailamos
a la hora de bailar,
no es que no tengamos ganas,
es que no nos van a sacar.
Siempre os estáis quejando
de que nos tenéis que llevar,
¡pero si lo estáis deseando
para poder vacilar!
Si se juntan dos amigos,
nos invitan a algún bar,
pero hay que ver esas peleas
a la hora de pagar.
Otra cosa muy importante
que no podría olvidar,
yo quisiera preguntaros
cuándo os vais a casar.
Yo no sé por qué se marchan
a otro sitio a buscarlas
cuando tienen en el pueblo
unas chavalas tan majas.
Así tenemos a muchos
que ya se pueden casar,
pero en vez de por la iglesia
prefieren ir por el bar
o por la barra americana,
donde tienen que pagar
la mayoría de las veces
solamente por mirar.
Yo no quisiera alargarme,
ya voy a finalizar,
puesto que somos más quintas
y hay que ir a merendar.
Quedáis todos invitados
a que vayáis a bailar
y para el domingo quintos
vais a ver a Chacal.
No quisiera despedirme,
como es costumbre y tradición,
sin decir: «viva los quintos»
y echar un viva a san Antón.
[Com. 1: ¡Viva san Antón Abad!]
Referencia: 2105c
Informante: Atanasia Alonso Andrés, 20 años
Localidad: San Cebrián de Campos (Tierra de Campos)
Provincia: Palencia
Fecha de registro: Martes, 17 de enero de 1984
Recopilador: María Victoria Weber-Antón
3. Hoy, diecisiete de enero
Hoy, diecisiete de enero,
festividad de san Antón
sentado en este animal
cumpliré con mi obligación.
Como es costumbre del pueblo
que no nos pueden quitar,
la cuarteta de este quinto
yo les voy a recitar.
De mí poco les voy a contar,
todos sabéis que soy de aquí.
Por si alguno no se acuerda,
hijo del Moreno y nieto de Periquín.
No se extrañen, señores,
que seamos tan pocos quintos,
pues parece que ese año
afinaron poco el pito.
Por ser representante del pueblo,
empezaré con el ayuntamiento,
aunque siga a la cabeza siga
nuestro querido Pedro.
En esta nueva corporación
nuevas caras tenemos,
no sin antes recordarles
que sigue estando uno de los melgos.
Destacaremos a la juventud
de esta corporación,
porque a la hora de discutir,
se hace con educación.
No sé si la merecemos,
pero qué podemos contar;
apenas han empezado,
no podemos criticar.
Cambiaremos ya de tema,
hablaremos de la plaza,
no sin antes recordar
que sigue parte con grava.
Árboles y farolas,
cemento y adoquinado,
la plaza de San Cebrián
guapa nos la han dejado.
Los adoquines colocados,
las farolas alumbrando,
ya podemos bailar
sin miedo a tropezarnos.
Han quedado solo un trozo,
pues no llegaron al final,
la iglesia de este pueblo
es monumento nacional.
De esto nadie tiene culpa,
ni ayuntamiento ni junta,
aunque Bellas Artes
no parece que se inmuta.
Remolacha y girasol,
cereal y poco vino,
a las afueras del pueblo
congelan al langostino.
Langostinos Tabarca,
la empresa que han instalado,
al pueblo de San Cebrián
puestos de trabajo ha dado.
Como es de tradición,
del cura hemos de cotillear,
de Benito y de Francisco,
curas que dan de qué hablar.
Benito, te marchastes
para poder estudiar,
a todos nos dejastes
con la intriga de quién vendrá.
Francisco te llamas,
Chisco pa los amigos dices,
pues yo no sé cómo llamarte
porque no sé si existes.
Solo nos queda saber
hoy, diecisiete de enero,
[qué es lo que usted va a hacer,
pues aún no lo sabemos.
Aquí, querido párroco,]
difícil es estar parado
y puede usted ver como el cisco
lo tenemos siempre asegurado.
Los grupos no te importan,
ni mujeres ni niños,
paece que solo quieres
un sitio con calorcillo.
Buena la has armado,
la casa has arreglado,
sin presentarte a nadie
y sin haber informado.
La casa ya viste,
la obra ya realizada,
pero en San Cebrián
aún no te has movido nada.
Un suceso que pasó
y que armó mucho jaleo
es que alguno del pueblo
quiso quitarme el empleo.
Con huesos y cuernos
llenaron el maletero
y, a altas horas de la madrugada,
servicio a domicilio hicieron.
Algunos comentaron
que vaya unos gamberros,
pero es la forma
de dar un escarmiento.
Y esto hace recordar
que el soportal es del pueblo
y a nadie se le puede echar
porque le da la gana o porque quiero.
Y ahora desde aquí
quiero criticar
a una señora del pueblo
que nos quiso fastidiar.
Que la importará
que Marciano la casa nos dejase,
pues parece que a ella
todo la molestase.
A toda la juventud
debo recordar
que, aunque seamos pocos quintos,
se nos debe respetar.
La casa de los quintos
es de todos en general,
pero, si no se respeta,
a alguno tendremos que echar.
Parece que la tradición
no es la fundamental,
se lían a beber
y luego a fastidiar.
Toca el turno a las mozas,
pues poco puedo decir
porque, si no, las quintas
me pueden sacudir.
Primero toca a las mayores,
pues algo os quiero decir:
que en casa viendo la tele
no tenéis mucho que desdecir.
Antes en la carretera
os poníais a hacer dedo,
ahora no salís
ni a los bares del pueblo.
Mocitas que trabajáis
envasando y conservando,
igual que los langostinos,
frías os estáis quedando.
No podemos olvidar
a las mocitas de hoy en día
que pasan en el bar
parte del día.
Y esto lo resalto,
pues no hay más que verlas,
no tienen la edad de votar
y se marchan de juerga.
Por mucho que os pintéis,
a mí me da igual,
no me gustan las pintadas,
pero sí lo natural.
Porque una cosa sí que es cierto,
que polvo os ponéis en la cara,
¿es la tierra del Páramo
o del camino de la Nava?
Yo os dejo, señores,
daré paso a los demás,
aunque seamos pocos,
no les quiero yo cansar.
Adiós pueblo pinchorrero,
adiós san Antón Abad,
a todos os espero
en el baile para bailar. [Com.]
[Com.: ¡Viva san Antón Abad!]
Referencia: 2205c
Informante: Esteban Quirce Amor, 18 años
Localidad: San Cebrián de Campos (Tierra de Campos)
Provincia: Palencia
Fecha de registro: Viernes, 17 de enero de 1992
Recopilador: María Victoria Weber-Antón
4. En esta tarde de invierno
En esta tarde de invierno,
tarde de tradición,
quiero quitarme el sombrero
y saludar al patrón.
Hoy, diecisiete de enero,
fiesta de san Antón,
ante el pueblo pinchorrero
voy a cantar mi lección.
Y digo cantar mi lección
ante tanta gente reunida,
pues esta es una buena ocasión
para brindar con un viva.
De una larga familia,
el octavo puesto ocupo yo,
Francisco quedó tranquilo
y la Ina descansó.
Aquí, como pueden ver,
la mayoría somos los pequeños
de familias numerosas
que ha habido en este pueblo.
Desde el lugar donde estoy,
las gracias yo quiero dar
a Marciano el peluquero,
que su casa nos quiso dejar.
Pero una persona del público
que nada tiene que ver
a los quintos de este año
bien nos quiso joder.
Cotillas y cotillones,
cuadrilla de San Cebrián
la envidia os hace decir
cosas que no son verdad.
Y nos tendremos que reír
en un pueblo muy guasón,
a la menor cosa que haces,
ya te sacan colación.
Y hablando de colaciones,
pongo aquí en conocimiento
que las últimas elecciones
dieron nuevo ayuntamiento.
Y del nuevo ayuntamiento,
¡qué les puedo yo decir!
Yo soy parte interesada
de to lo que se guisa allí.
Este año la noticia
estuvo en lo parroquial,
tras cinco años de movida,
pasamos a descansar.
Una tarde en la bodega,
salió la conversación
que Benito nos dejaba
para darle a la profundización.
Y hablo de profundización,
ante gente muy ilustrada;
un mes y medio más tarde,
don Francisco nos llegaba.
Y quiero decir don Francisco,
por ser de buena educación,
pues cinco meses más tarde,
desconocemos su programación.
Señor cura de este pueblo,
esto no es Villasarracino,
aquí será usted respetado,
pero sepa bien dónde ha venido.
Enseñados al pluralismo,
admitimos las diferencias
y le vamos a respetar,
a pesar de las divergencias.
Y de divergencias yo hablo
ante el pueblo aquí reunido,
Biblia, sinodal y reuniones
todo ha desaparecido.
Y uno con fe se pregunta
qué es lo que por aquí pasa.
Señor cura, señor cura,
¿ya está tranquilo en su casa?
Será que es cuestión de opiniones,
con tanta y tanta diferencia,
Benito zurraba las reuniones
y usted a su complaciencia.
Al señor cura le pedimos
los jóvenes de San Cebrián
que acompañe nuestro camino,
como un amigo de verdad.
Y hablando de la verdad,
aquí tenemos que hacer mención
recordando con caridad
a tanto y tanto solterón.
¡Qué problema, señores,
en este mundo rural!,
todo un montón de ilusiones
que siempre terminan mal.
Algunos lo ven como lógico,
otros lo llevan muy mal,
si es problema biológico,
en Monzón se puede arreglar.
A veces es impotencia
y otras es dejadez
y, cuando te quieres dar cuenta,
ya ha llegado la vejez.
Marcelo por un picón,
por otro lado, Tomás,
despiden con Gauden las glorias
de tanta virginidad.
Y, aunque se haya marchado
Benito a la capital,
el grupo de las mujeres
sigue siendo un potencial.
Ni la gimnasia, ni el ritmo,
ni el agua de la Fuente el Val
hacen mejorar su tipo
como un buen festival.
Un hurra para las mujeres,
para Geli, Ana, Paulino, Julia y Consuelo,
pues la velada de Reyes
fue velada de alto vuelo.
Otro hurra para los jóvenes,
los del Pueblo pinchorrero,
con acciones como estas
nace siempre un nuevo pueblo.
Y ya que estoy de enhorabuena
también se la quiero dar
a todos los jóvenes
del pueblo de San Cebrián.
Por la Nochevieja pasada
a la hora de brindar,
todos nosotros estábamos
en esta localidad.
Cosa poco corriente
en una noche tan nombrada,
ya que en ningún pueblo vecino
se quedan en él hasta la madrugada.
Y termino de hablar yo
ante la gente aquí reunida,
pues ya ha llegado el momento
de cantar la despedida.
En este localidad
hay fiestas por toneladas,
de la panza sale la danza
y las riñas olvidadas.
Y hablando de fiestas, los quintos
os queremos invitar,
no quiero acabar sin deciros:
¡Viva san Antón Abad!
Referencia: 2209c
Informante: Teresa Alonso Martínez, 18 años
Localidad: San Cebrián de Campos (Tierra de Campos)
Provincia: Palencia
Fecha de registro: Viernes, 17 de enero de 1985
Recopilador: María Victoria Weber-Antón
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NOTAS
[1] Indico la referencia del CLO de las cuarteas que han sido editadas en esta plataforma.
[2] En las bodegas, agujero del lagar que lo une con la pila (Gordaliza Aparicio, 1995: 59).
[3] Depósito donde cae el mosto al lagar (Gordaliza Aparicio, 1995: 256).
[4] Si la versión no está en el CLO, la referencia corresponde a Weber-Antón (2017): el año y el orden.
[5] Lo documenta por escrito el hijo del quintos de 1900, pues así se lo contó su padre.
[6]Arrearse: dicho de las ovejas: juntarse cuando hace calor unas con otras buscando la sombra, sin comer ni hacer nada (explicación del autor y recitador de la cuarteta). Según Hernández Alonso (2001: 569) «juntarse las ovejas escondiendo unas la cabeza debajo de las otras para defenderse del calor».