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Resumen
En Canarias, a partir de la segunda mitad del siglo xix, se desarrolló una tipología de molino harinero de viento de características propias. El creador de este modelo fue Isidoro Ortega Sánchez (1843-1913), un autodidacta con conocimientos en herrería, cerrajería, zapatería y carpintería que construyó molinos en las islas de La Palma, Tenerife, La Gomera y Fuerteventura. Más tarde, el denominado sistema Ortega se desarrolló con algunas variantes en otras islas; por ejemplo, en Fuerteventura y Lanzarote, donde dio lugar a las denominadas molinas, y en Gran Canaria, donde floreció el llamado sistema Romero, una derivación ideada por el carpintero local Manuel Romero Caballero (1861-1921). En estas líneas se proporciona una relación de los molinos que, bajo estos parámetros, se erigieron en el archipiélago canario.
Palabras clave
Molinos de viento, molinos harineros, sistema Ortega, sistema Romero, molinas.
Abstract
In the Canary Islands, since the second half of the 19th century, it was developed a typology of flour windmill of special characteristics. The designer of this particular model was Isidoro Ortega Sánchez (1843-1913), a self-taught man skilled in blacksmithing, locksmithing, carpentry and shoemaking. He was the builder of windmills in the islands of La Palma, Tenerife, La Gomera, and Fuerteventura. Later, the so-called «Ortega System» was developed in other islands with some variations. That was the case of Lanzarote and Fuerteventura, which led to the so-called molinas. On the other hand, in Gran Canaria flourished the «Romero System», a derivation devised by a local carpenter, Manuel Romero Caballero (1861-1921). The present analysis provides a first account of the windmills built in the Canary Islands under these parameters.
Key words
Windmills, flour windmill, Ortega system, Romero system, molinas.
1. Introducción
En la segunda mitad del siglo xix, proliferaron en la isla de La Palma (Canarias) diversas innovaciones que proyectaron este territorio a la vanguardia tecnológica del archipiélago canario. Entre estos aportes cabría enumerar el suministro público eléctrico, pionero en las islas; la comunicación telefónica, con los mayores tendidos y las primeras redes intermunicipales de la región, o la ingeniería naval, en especial los diseños emprendidos por el reconocido y premiado Sebastián Arozena Lemos (1823-1900). Otra de estas singulares innovaciones, acaso la de mayor alcance, fue el diseño y la puesta en funcionamiento de un arquetipo de molino de viento absolutamente novedoso[1]. Se trataba del denominado sistema Ortega, un ingenio de pivote —no de torre, como hasta entonces se había practicado de modo invariable en Canarias— caracterizado por una apariencia completamente lignaria junto a una desnudez absoluta del edificio, hasta el punto de que, en 1952, Julio Caro Baroja calificó estos artilugios como auténticas ruedas de viento[2]. El sistema Ortega, o el molino de viento palmero, ha quedado señalado de esta manera como un modelo bien específico tanto a nivel regional como, incluso, en el ámbito nacional.
Conviene recordar que la historia de los molinos de viento en Canarias se remonta a las primeras décadas del siglo xvi. De 1505, por ejemplo, data un contrato recibido por el carpintero Álvaro Fernández para algunos arreglos en el molino de Alonso de Astorga, situado en la ciudad de La Laguna[3]. En La Palma, en 1524, el adelantado de Canarias, Alonso Fernández de Lugo (ca. 1456-1525), repartió a su tercera esposa, Juana de Mesieres, un trozo de tierra, la actual zona de El Calvario (Santo Domingo, Garafía) para la construcción de un molino en el «que se han de moler los panes y hacer harinas por su maquilas»[4]. Dada la escasez de recursos hídricos, fue, sin embargo, en las islas de Lanzarote y Fuerteventura donde los molinos de viento adquirieron mayor profusión.
Estos primigenios ingenios eólicos del archipiélago, también denominados pajeros, presentaban una estructura de torre. Generalmente constaban de dos pisos (existen casos de tres), levantados en un edificio troncocónico sobre planta circular y construidos con barro, cal y piedra y rematado por una caperuza de madera. De cuatro aspas, la caperuza giraba a través de un palo largo o timón. La mayor parte de la maquinaria se emplazaba en la planta superior. El acceso disponía de dos puertas: una en la planta baja y otra en la parte superior, a la que se llegaba por una escalera de mampostería adosada al muro exterior[5]. Se trataba, en definitiva, de una tipología y apariencia similar a los tan característicos molinos del sur y levante peninsular. Sin embargo, mediado el siglo xix, irrumpió con inusitado empuje el mencionado modelo de pivote que se extendió por casi todas las islas.
Dadas las particularidades de esta nueva tipología industrial, se pretende, en primer lugar, destacar la importancia del sistema Ortega en el ámbito histórico de los molinos de viento en Canarias. En segundo término, se aporta un inventario amplio con el mayor número de ejemplares conocidos de este tipo levantados en el archipiélago, en el que se colacionan tanto los que existen en distinto grado de conservación como los que ya han desparecido[6]. Es decir, los modelos erigidos por Isidoro Ortega, su inventor, así como los demás que copiaron, adaptaron y mejoraron su proyecto. Se trata de las denominadas molinas de Lanzarote y Fuerteventura; el sistema Romero, desarrollado en Gran Canaria, y, por último, las aplicaciones aisladas de otros carpinteros locales. La relación de todos ellos se ha dividido en tres apartados: el modelo Ortega propiamente dicho, las molinas y el sistema Romero[7].
2. El sistema Ortega (La Palma, Tenerife y La Gomera)
El artífice del sistema molinar aquí glosado fue el mencionado Isidoro Ortega Sánchez (Santa Cruz de La Palma, 1853-San Sebastián de La Gomera, 1913), un ingenioso autodidacta con formación en varios oficios artesanos como la herrería, cerrajería, carpintería o zapatería. En 1867, en la casa familiar del término municipal de Mazo, Ortega puso en funcionamiento un molino de viento de pivote que aportaba sustanciales innovaciones.
En relación con la fábrica de los primeros ejemplares en villa de Mazo, es preciso mencionar la polémica surgida hacia 1868 de la que se hizo eco el periódico local El Time (Santa Cruz de La Palma), cuando los ingenieros aficionados de aquel lugar Antonio Luis Hernández y José Rodríguez Bento[8] parecían disputar a Ortega la paternidad real del flamante invento, una vez que este último lo hizo público. No aparecen datos biográficos o familiares de estos dos técnicos populares que refuercen la tesis de este tipo de actividad, y tampoco se vuelve a tener noticia alguna de ellos. Es posible que se tratase de ciertas afecciones o exceso de celo[9].
La popularidad del sistema Ortega se debió, en gran medida, a la sencillez de su construcción y al abaratamiento que suponía la utilización de materiales de la zona; ello auspició que el modelo fuese asimilado con rapidez por los carpinteros isleños y que, con posterioridad, se llegase a exportar fuera de La Palma, hacia otros territorios del archipiélago. Además de las ventajas económicas asociadas, el sistema presentaba unas notables mejoras en el rendimiento[10], cuya característica cardinal era el mecanismo de pivote que permitía orientar una torre externa a las exigencias del viento.
El sistema disponía de tres partes diferenciadas: la casa, la torre y el rotor.
a) La casa
La casa del molino solía edificarse semienterrada en zonas rocosas, con forma de pirámide truncada, gruesas paredes y esquinas redondeadas, todo ello para fortalecer su resistencia frente al viento y al movimiento rotatorio de la maquinaria. Presenta planta rectangular (4,50 × 5,50 metros, aproximadamente) y su construcción es de mampostería, piedras, argamasa y barro o mortero de cal. En su interior se encuentra instalado el mecanismo de molturación sobre un altillo situado a una altura aproximada de un metro, sobre el que descansa el rotor y la estructura de la torre que se prolonga hacia el exterior. Asimismo, se encuentra la tolva y la canaleja. Bajo el altillo, en una especie de hueco abierto en el suelo, descansa el eje central. Las cubiertas pueden ser planas (relacionadas con la aparición del hormigón armado) o inclinadas, con cuatro faldones de madera. De un orificio circular abierto sobre la cubierta, protegido con un cono metálico que impide la entrada de agua de lluvia, emerge la torre de madera.
b) La torre
La torre es una estructura sobria y desnuda, construida en madera de tea, cuya planta es un cuadrado de 1,30 metros y su altura total entre 9 y 10 metros, de los que unos 6 o 7 sobresalen de la cubierta del edificio, y la prolongación, de algo más de 2 metros, se introduce en la casa. De este modo, la torre está conformada por cuatro columnas rectas de secciones rectangulares. El arriostramiento de la torre tiene lugar mediante piezas transversales cruzadas de secciones cuadradas o rectangulares. Una característica distintiva de la torre es que se podía orientar tanto desde dentro como desde fuera del molino.
c) El rotor
El sistema dispone de un número variable de aspas (ente ocho y doce, aunque algún molino llegase a tener hasta dieciséis) acuñadas en un buje con forma de tambor llamado «caja de aspas», constituido por dos elementos circulares de madera reforzados de piezas metálicas. Las aspas consistían en largueros de unos cuatro metros de longitud en cuyos extremos, y en sustitución a las clásicas velas de tela, se insertaban unas fajas paralelas de madera más ligera en forma trapezoidal, sujetas mediante tornillos y tuercas, cuyo número era variable en función de la fuerza del viento.
El eje del rotor estaba fabricado en metal, en forma circular, y dispuesto de manera oblicua, fijado a un marco de madera en la parte superior de la torre. La rueda catalina o capacete, sobre la cual podría actuar un freno o pejadero, era una pieza dentada, unida al eje del rotor (en algunos molinos protegida de la lluvia mediante un gorrón circular), colocada de forma perpendicular respecto al eje, con el propósito de transmitir el movimiento de rotación vertical de giro del eje del rotor. El piñón o linterna es una pieza cilíndrica situada en el extremo superior del eje vertical, que se encarga de transmitir el giro vertical del eje. Una de las innovaciones más interesantes es la presencia de un timón externo o veleta que permitía la orientación de la torre desde el exterior. Este veleta prolongaba su eje a través del techo de la casa molino, reflejándose en una esfera de reloj los grados. Para buscar la orientación del viento se podía mover todo el molino hasta encontrar la coincidencia deseada[11].
2.1 La Palma
a) Villa de Mazo
—Molino de los Ortega. Fue construido por el inventor de este sistema, Isidoro Ortega Sánchez, en la vivienda familiar de Monte Pueblo. En el entorno de su domicilio, que contaba con panadería, herrería, taller de forja, zapatería o tienda de comestibles, don Isidoro llegó a levantar dos torres para realizar las pruebas demostrativas. Más tarde, uno de estos dos prototipos se trasladó hasta el municipio de Fuencaliente donde se quedó instalado y abierto a cargo de Marcelino Ortega (nacido en 1869), uno de sus hijos. En propiedad de los descendientes de Isidoro Ortega, el molino de Monte Pueblo se conserva en perfecto estado de funcionamiento.
—Molino de los Romero. Situado en el pago de La Sabina, fue erigido con capital procedente de emigrantes retornados de Cuba. Al principio, el molino de los Romero se ubicó aislado en un morrito; en la actualidad, se conservan los antiguos muros (en uso como bodega familiar), así como otras piezas sueltas de la maquinaria. La tradición oral afirma que se procedió a su desmantelamiento hace aproximadamente cincuenta años.
—Molino de Malpaís de Abajo. Construido en el siglo xix por José Yanes González, tuvo dos ubicaciones. De la primera no quedan restos. De la segunda, solo subsiste un muro. Durante muchos años fue regido por Lorenzo Yanes.
—Molino de Tigalate. Fue una de las industrias más recordadas de la jurisdicción de Mazo. Propiedad de Mateo Yanes, citado y descrito en 1929 por el obispo fray Albino G. Menéndez durante su visita pastoral a la isla. Había tenido una primera ubicación en El Calvario, pero se trasladó en 1917. Hoy se conservan piezas sueltas, así como elementos del antiguo esqueleto. Es un molino que podría rehabilitarse.
—Molino de Tirimaga o de los Pérez Guerra. Emplazado en Malpaís de Arriba y ampliado, con posterioridad, con un molino de motor. Se mantiene en pie el armazón de la torre y otros elementos del antiguo ingenio.
b) Fuencaliente
—Molino de Marcelino Ortega Yanes. Ubicado en el barrio de Los Canarios, en la zona denominada Puerta del Viento. Lo promueve y explota Marcelino Ortega Yanes, uno de los hijos de Isidoro Ortega, quien, en compañía de su mujer, se trasladó hasta la jurisdicción de Fuencaliente para desarrollar esta industria junto a una panadería. Como quedó dicho, el molino de Marcelino Ortega era uno de los dos levantados a modo de prototipos en la vivienda familiar de los Ortega de Villa de Mazo y hoy ya no quedan vestigios.
c) Breña Alta
—Molino de Miranda o de los Cuatro Caminos. En 1868 se construyó, en una hacienda de Manuel Cabezola Carmona sita en Buenavista, uno de los primeros molinos diseñados por Isidoro Ortega. En 1882, el mencionado Manuel Cabezola adquirió una finca en Miranda de Abajo a Ángela Islas Rodríguez, viuda de Nicolás Rosa de la Cruz, en la que se colaciona un molino de viento. No sabemos con exactitud si se trata del mismo molino, dado que se trata de la misma persona, pero, además, al existir algún vínculo entre Cabezola y la viuda de Rosa y el hecho de que la jurisdicción de Buenavista puede entenderse como una zona amplia, se ha decidido agrupar ambas referencias documentales como pertenecientes a un solo molino. Ruinoso en 1929, en 1933 se inicia el primer trabajo de restauración a cargo de Juan Hernández Morera. A los dos años fue parcialmente destruido por un temporal, por lo que su dueño Manuel Bravo Cabrera, que lo había heredado de su tío, encargó su reparación a Juan y Antonio Díaz, vecinos de Puntallana, dejándolo en funcionamiento unos tres años más. Se conserva en un estado aceptable e, incluso, en 1975, se inició por parte del Cabildo de La Palma su restauración, no finalizada. El antiguo ingenio de Miranda ha dado nombre a toda la zona, conocida desde hace al menos unos cuarenta años como El Molino.
d) Puntallana
—Molino de Santa Lucía. Conocido también como molino de Rosendo, por ser su propietario Rosendo Hernández Cabrera, molinero y herrero. Ubicado en el lugar conocido como El Masapés. En la actualidad se conserva muy deteriorado, pero con la mayoría de sus elementos.
—Molino de Vicente Hernández. También conocido como molino de Capirote, en la cruz de la Pasión, cerca de la montaña del Estalero. Lo administró Julián Rodríguez Cabrera (a. Capirote). Únicamente perviven los muros de cerramiento del edificio base. En las inmediaciones de este molino existió uno anterior, de similar apariencia a los de don Isidoro pero de diferente disposición, que podría ser una de las claves para comprender con mayor exactitud los antecedentes del sistema Ortega. En este sentido, debe subrayarse cómo en una fotografía de Rodrigo de la Puerta y Vila (1853-1931) se aprecian en este molino una casa, unas velas y una veleta muy diferentes a los empleados por Isidoro Ortega. Esta estructura presenta doble cola con flecha dirección al viento; además, la torre de madera parece estar incrustada en la obra y no es seguro que sea un modelo molinero de pivote. Tanto la rueda como las aspas son parecidas a aeromotores de importación para sacar agua de pozos. En realidad, es de tipo completamente distinto a los conocidos de Ortega.
—Molino del Granel. En El Topo existió un molino de viento. No queda ningún vestigio, ni tampoco documento fotográfico.
e) Barlovento
—Molino de Cáceres. Situado en el núcleo vecinal de Barlovento. Su molinero era Guillermo Cáceres. Tuvo dos ubicaciones: primero se situó en la parte alta del casco urbano y, más tarde, dado que no contaba con suficiente viento, se desplazó al topo de La Florida, en la parte baja del centro del pueblo. No han pervivido vestigios.
—Molino de García. Se ubicaba en la montaña que pasó a conocerse como del Molino. Su dueño era Manuel García. Permanecen en pie los restos del edificio. Dada su prominente localización, sería deseable su reconstrucción.
f) Garafía
—Molino de Llano Negro. Data de 1907, cuando fue dado de alta en la contribución industrial municipal, y se constata por la fecha que aparece inscrita en su interior. Construido por el carpintero Antonio Acosta Rodríguez, pertenecía a Esteban Pérez González (su promotor) y era regentado por sus hijos y parientes. Funcionó hasta 1974. Con algunos deterioros, se conserva en buen estado.
—Molino de Marcelino. Emplazado en Santo Domingo de Garafía. Es posible que se trate del molino de los Rodríguez (documentado en distintos años como de Indalecio Rodríguez Pérez, Antonia Rodríguez Pérez, José María Rodríguez Pérez y Francisco Rodríguez Pérez). Fue edificado hacia 1892 en Santo Domingo; se localizó, en un primer momento, en El Tocadero, junto a la iglesia parroquial y chorro de agua y, luego, se trasladó a una cota más elevada, en lo alto del núcleo vecinal. Por estas fechas lo adquirió Marcelino Pedrianes. Se mantiene en un estado óptimo y, como curiosidad, cabe recordar que, en 1979, fue objeto de la película documental El último molino del cineasta aficionado Roberto Rodríguez.
—Molino de Arriba o de los González. Ubicado también en Santo Domingo de Garafía. En su tiempo fue uno de los ingenios de mayores dimensiones de La Palma; disponía de 16 aspas y dos piedras molineras, así como de un horno para pan. En la actualidad, solo quedan los restos del edificio.
—Molino del Calvario. Situado en la zona del mismo nombre, en las afueras de Santo Domingo de Garafía. Se mantuvo en funcionamiento hasta los años sesenta. Era propiedad de José Fernández, siendo el último molinero Santiago Rodríguez Lorenzo. Se conserva muy deteriorado, pero con todos sus elementos. En la actualidad es propiedad de la empresa Hermanos Castro.
—Molino de las Tricias. Situado en la montaña de El Canario. Construido por el carpintero Antonio Acosta Rodríguez, fue propiedad de Santiago Martín y Evaristo Pérez Rocha. Funcionó hasta, aproximadamente, 1953. En fecha reciente, el Ayuntamiento de Garafía lo restauró con el objeto de utilizarlo como un punto de venta de artesanía local.
—Molino de los Bravo Carpintero. Esta industria radicada en el barrio de Las Tricias tuvo dos emplazamientos: en El Morro (lomo de La Mangüesa), del que permanecen los muros de la casa molinera, y, más adelante, en la loma de La Verada, donde se mantiene el edificio base. Fue propiedad de Francisco Bravo Carpintero.
g) Puntagorda
—Molino del Roque o de Fagundo. Construido hacia 1885 por los hermanos Acosta, carpinteros de Garafía, por encargo de José María Rodríguez Álvarez, es propiedad de la familia conocida como Los Venteros. En un estado de evidente deterioro, se conservan la mayor parte de los elementos en un conjunto de gran interés etnográfico.
—Molino de la Montaña de Miraflores o del Lucero. Se trataba de uno de los molinos más elegantes de La Palma. Fue propiedad de Nicolás Lucero quien, a la postre, lo vendió a Francisco Rodríguez Acosta. Solo se conservan los cimientos de la casa molinar. Dada su privilegiada localización, sería deseable su rehabilitación.
—Molino del camino de los Morritos, en la Relva Larga. Situado en pago de El Pinar. Muy característico porque el árbol no se sostiene en los cuatro pilares habituales, sino que lo realiza en un único tronco. En perfecto estado de conservación, en la actualidad es propiedad de los artistas Jorge Lozano Vandewalle y Loló Fernández.
2.2 Tenerife
a) La Laguna
—Molino Estrella de Oro. Fundada en 1866, es una de las industrias harineras más importantes de la ciudad de San Cristóbal de La Laguna. La fábrica, con maquinaria moderna y con la denominación La Molineta, permanece en activo aunque el antiguo molino ha desaparecido. Se trata de uno de los primeros molinos que construyó Isidoro Ortega, posiblemente después del prototipo de su vivienda en Monte Pueblo (Villa de Mazo).
2.3 La Gomera
a) San Sebastián de La Gomera
—Molino de San Cristóbal. Se levanta en La Lomada, en las proximidades del parador de turismo, en el paraje denominado La Horca. Es el único ingenio de viento del que se tiene noticia que se haya edificado en la isla de La Gomera. Durante su proceso de construcción, Isidoro Ortega sufrió un accidente y murió de gangrena el 23 de marzo de 1913. Su propietario fue Leandro González y el primer molinero, Domingo, un prodigioso domesticador de animales.
3. Molinas (Fuerteventura y Lanzarote)
En las décadas finales del siglo xix, en las islas de Fuerteventura y Lanzarote se implantó, primero, y más tarde se desarrolló, el modelo de Ortega. En Fuerteventura se tiene constancia oral de la presencia de Isidoro Ortega Sánchez en la construcción de algún modelo. Aún no ha sido posible precisar los molinos concretos en los que trabajó. Ello se debe a que los ejemplares desplegados en las islas orientales adquirieron pronto una fisonomía propia. La más llamativa, sin duda, fue la aplicación de las aspas en forma de teleras para velas de lona o trapo, más propias de los molinos de torre que de estos más modernos modelos de pivote. El resultado fue una especie de híbrido como eran las denominadas molinas (nombre local de Fuerteventura y Lanzarote de los molinos de pivote), con una estructura y aparejo de velas características de los molinos de torre inserta en los de pivote[12].
El nombre de molina que adquirió en las dos islas orientales aún no está claro. La Real Academia Española no registra este término. Por su parte, el Diccionario diferencial del español de Canarias indica que son aquellos cuya «torre con el aspa está separada del resto de la edificación»[13]. Es decir, las molinas son aquellos ejemplares de molino de pivote. La designación en femenino de molinas o molinetas quizá aluda a su menor tamaño en relación con los robustos molinos de torres, tan extendidos en los campos de Fuerteventura y Lanzarote. Por lo demás, debe subrayarse también la denominación de molinas que reciben en todas las islas los molinos harineros de motor.
3.1 Fuerteventura
a) Antigua
—Molina de Valles de Ortega. Ubicada en el lomo de Los Gomeros, término municipal de Antigua, en la localidad homónima de Valles de Ortega. Restaurada por el Cabildo insular de Fuerteventura, se halla en buen estado de conservación. Según la tradición oral, debido a ciertas desavenencias entre la propiedad y el carpintero, nunca llegó a moler. Pertenece al Cabildo de Fuerteventura. Es conocido, también, como molino de Juan. Se halla en perfecto estado. Uno de sus últimos molineros fue Juan Díaz.
b) La Oliva
—Molina de Lajares (1). Se encuentra situada en la jurisdicción de La Oliva, en las afueras de la localidad de Lajares, en la carretera general La Oliva-Lajares (calle Barranco Hondo). Se halla en mal estado de conservación. La propiedad de la misma permanece en manos privadas.
—Molina de Lajares (2). Se localiza en la calle La Laguna de la localidad de Lajares (Oliva). Es de propiedad particular y se encuentra en mal estado de conservación.
—Molina de Manolo Hierro. Se localiza en municipio de La Oliva, en la nueva zona urbana del casco de Corralejo (calle Bristol). Se conserva en mal estado. En la actualidad, la maquinaria de molturación compuesta por la torre, ruedas dentadas, husillos, tolva, piedras, mesa, etc., está siendo objeto de un proyecto de restauración dado que la edificación ha sufrido el desmoronamiento de uno de sus paramentos que afecta a la estabilidad del inmueble; se baraja, incluso, la posibilidad de un cambio de ubicación. Es propiedad del Ayuntamiento de La Oliva.
—Molina de Corralejo. Al igual que la anterior, se encuentra ubicada en la localidad de Corralejo (calle Pizarro, esquina General Linares), a pocos metros de la molina de Manolo Hierro. Está en perfecto estado de conservación debido al proyecto de restauración ejecutado por el Cabildo de Fuerteventura. En idéntica forma que la industria anterior, pertenece, en la actualidad, al Ayuntamiento de La Oliva.
—Molina de Espinel. Se encuentra situada en la calle-camino de Tebeto, en la localidad de Tindaya (término municipal de La Oliva). Se halla en buen estado de conservación. Recientemente ha sido objeto de un proyecto de restauración del inmueble y de la maquinaria de molturación. De propiedad privada, tradicionalmente se conocía como la Molina de Espinel.
—Molina del Cotillo. Se localiza en el término municipal de La Oliva. Solo se conserva el edificio en estado ruinoso sin la maquinaría de molturación.
c) Puerto del Rosario
—Molina de Virgilio. Emplazada en la localidad de El Almácigo, en La Ampuyenta (término municipal de Puerto del Rosario). Ha sido restaurada recientemente mediante un convenio de colaboración suscrito entre el propietario y el Cabildo de Fuerteventura.
—Molina de Curbelo. Se ubica en la localidad de El Almácigo, en La Ampuyenta (Puerto del Rosario). Restaurada recientemente mediante un convenio de colaboración entre el propietario y el Cabildo majorero.
—Molina de Tefía. Localizada en el municipio de Puerto del Rosario, en la localidad de Tefía, muy próxima y formando parte del Ecomuseo de La Alcogida. Es propiedad del Cabildo de Fuerteventura. Ha sido rehabilitada en su totalidad (obra de fábrica y mecanismo de molturación) debido a que un incendio destruyó la molina anterior.
—Molina de Puerto Lajas. Situada en el municipio de Puerto del Rosario, en las afueras de Puerto Lajas; ha sido restaurada y se encuentra en buen estado de conservación. Es propiedad del Cabildo insular de Fuerteventura.
—Molina de Juan de Dios. Esta molina se emplaza en La Asomada (término municipal de Puerto del Rosario). Restaurada recientemente mediante convenio suscrito entre los propietarios y la corporación insular. En la actualidad, se encuentra en uso: produce y vende gofio.
—Molina de Llanos de la Concepción. Se encuentra en el municipio de Puerto del Rosario. Solo se conserva la edificación ruinosa, no así la maquinaria de molturación.
3.2 Lanzarote
a) Yaiza
—Molina de los Rostros. Se encontraba ubicada en el municipio de Yaiza, «a la salida a las Montañas del Fuego, por arriba de las casa de las de Bruno, pues detrás de esta última casa, estaba la molina» y la instaló el señor Calero, a imitación de la «que estaba en Mácher». Más tarde fue vendida a Felipe Perdomo y trasladada a Playa Blanca[14]. En las actas municipales del Ayuntamiento de Yaiza de 18 de septiembre de 1910, se recoge «que se encuentra un hueco de casa y una molina que linda a todo el naciente con Ignacio Rodríguez»[15].
b) San Bartolomé
—Molina de Ruperto González Hernández. Localizada en el municipio de San Bartolomé, entre la calle Rubicón, esquina calle Almud, término municipal de San Bartolomé. Conocida también como molina de Gervasio. En la actualidad, el barrio en la que ubica lleva nombre de La Molina. Se mantiene en pie aunque bastante deteriorada. Fue construida a finales del siglo xix por Ruperto González Hernández, alcalde de Arrecife en 1909 en un solar que había sido de la familia Feo. En él, además de la molina, construyó una panadería y una tienda de comestibles. Más tarde, fue adquirida por Maximino Ferrer Perdomo, quien, al trasladar su domicilio a Tenerife, la traspasó a Rafael de León Clavijo, carpintero y sochantre de la parroquia de San Bartolomé. Este último la vendió a su cuñado Gervasio Villalba Guadalupe. Trabajó allí su suegro, Manuel de León. Fue demolida en la década de los 60 del pasado siglo.
c) Teguise
—Molina de Güime. Inicialmente construida en el pago de Muñique (Teguise) y, en 1945, trasladada hasta Güime (término municipal de San Bartolomé). Propiedad de Anastasio Bermúdez. Se conserva bastante deteriorada.
—Molina de Guatiza. Localizada en Guatiza, término municipal de Teguise (calle Barbusano, esquina calle Vicente Guerra). Propiedad de los herederos de don Manuel Carballo.
—Molina de las Maretas. Emplazada en la localidad de Las Maretas (Teguise). Ha sido restaurada y se conserva en perfecto estado.
d) Tinajo
—Molina de las Cañadas. Al parecer era propiedad de Domingo Santana. Ubicada en el término municipal de Tinajo. No se conserva.
—Molina de la plaza de Tinajo (municipio de Tinajo). Erigida hacia 1925, fue propiedad de Andrés Abreu. Se trasladó desde el municipio de Haría y estuvo en funcionamiento hasta 1950. El ingenio ha desaparecido.
4. El sistema Romero (Gran Canaria)
El denominado sistema Romero es una derivación que acometió el carpintero de Gáldar, Manuel Romero Caballero (1861-1921), del modelo Ortega. A inicios del siglo xx, en la isla de Gran Canaria, Manuel Romero, auxiliado por sus hijos Antonio y Eulogio (1879-1944) Romero Auyanet, comenzaron a levantar varias industrias harineras de pivote basadas en el modelo Ortega. Primero, en las demarcaciones de La Aldea, Gáldar y Mogán y, después, en otros municipios como Ingenio, Agüimes o Las Palmas de Gran Canaria.
La diferencia fundamental con el sistema Ortega estriba en que se trataba de una estructura móvil por completo en la que, por ejemplo, la tolva y canaleta cambiaban de posición según los movimientos del molino. Además, el dispositivo poseía una orientación automática mediante una enorme cola junto a un sistema de orientación de toda la estructura. Los molinos de este tipo únicamente llevaban de cuatro a seis aspas, al contrario que el sistema Ortega en el que lo corriente era entre diez y doce[16].
a) Gáldar
—Molino de Marmolejo. En la zona de Marmolejo existió un molino de viento que estuvo activo hasta hace aproximadamente unos cincuenta años. Se encontraba situado junto a la carretera general en dirección hacia Agaete, antes de llegar al barranco de San Isidro. Por este motivo, también era conocido como de San Isidro, aunque estrictamente no está en este barrio, sino en Marmolejo. No se conserva. Según José Molina Mateos, hijo de los últimos propietarios, sus padres Pedro Molina Sosa y Luisa Mateos Silva, con su socio Juan Molina, fueron dueños del molino conocido por el nombre de molino de San Isidro, ubicado, sin embargo, en el barrio de Marmolejo. En los años sesenta del siglo xx, trabajaban los hermanos Juan y Antonio Monzón, ayudados por los hijos de los propietarios, Juan y José Molina Mateos. Por estas fechas, el molino eólico debió de sustituirse por otro movido por combustible, se utilizaba un motor marca Fieltin de 27 caballos, que movía la piedra y que fabricaba tanto gofio como rollón. Cada dos días las muelas trituradoras debían pulirse con picareta para evitar riegos y para que el gofio saliese sin impurezas. El molino tenía dos pisos. En la parte baja se encontraba el motor y molino y la tostadora en la parte alta. El millo era traído desde Las Palmas de Gran Canaria[17].
b) La Aldea de San Nicolás
—Molino del Lomo de Artejeves. Se trata del primer ingenio de viento en construirse en su estructura original de torre troncocónica de mampostería y maquinaria fija en La Aldea. El primer propietario fue José Reina Rodríguez, quien lo construyó hacia 1870 en el Lomo de Artevejes, en un solar cedido por el marqués de Villanueva del Prado a censo enfitéutico. En 1887, se inscribió en el registro de la propiedad de Guía a nombre de Fernando González Suárez. Con posterioridad, en 1903, lo adquirió Juan Ramos Afonso. Hacia 1910-1920, se procedió a instalar en la primitiva estructura arquitectónica un molino de pivote concebido por los Romero Auyanet. El molino del Lomo de Artejeves se mantuvo en activo hasta la década de 1950. Hace unos dos años se rehabilitó, pero no muele.
—Molino de Francisco Sánchez Segura y Pedro Sánchez Rodríguez (La Ladera). Construido en la década de 1910. En principio, esta industria era propiedad del inventor de este sistema, Manuel Romero, quien, con posterioridad, lo vendió mancomunadamente a Francisco Suárez Segura, alias Pancho Evarista, y Pedro Sánchez Rodríguez. Al final, los hijos de este último se quedaron con su propiedad, que explotaron hasta mediados de la década de 1950. Derruido en los años setenta, no quedan vestigios de él. Junto al inventariado a continuación, ambos constituyen molinos de las mismas características construidos uno muy cerca del otro en el barrio de La Ladera.
—Molino de Francisco Suárez Segura y Miguel Afonso García. Emplazado también en La Ladera, fue construido en la década de 1910 y promovido, al igual que el anterior, por Manuel Romero, quien más tarde lo enajenó al mencionado Francisco Suárez Segura junto a Miguel Afonso García. Estuvo en activo hasta los años 50. Como el que precede, fue derruido en la década de 1970 con el fin de urbanizar la zona.
—Molino de Jacinto Suárez Godoy (El Albercón). Fueron sus dueños Jacinto Suárez Godoy y su cuñado Apolonio Araújo. Se localizaba en el lado derecho del camino real, en dirección a La Playa. Solo se conserva la habitación. En la zona de El Albercón, se encontraban cuatro molinos, tres pertenecientes al sistema Romero, alineados estos últimos a una distancia de unos 40 a 50 metros en el orden en que asientan en el presente inventario de norte a sur, en los márgenes del camino real. Estuvieron en funcionamiento hasta la década de 1950. En la actualidad, el entorno en el que se ubicaban ha pasado a conocerse como Los Molinos[18].
—Molino de José Armas Navarro (El Albercón). Situado a continuación del anterior, al otro lado del camino real (hoy carretera general). En la actualidad, desaparecido por completo.
—Molino de Domingo Armas Navarro (El Albercón). Solo se conserva la casa.
—Molino de la Montañeta (Tasarte). Levantado aproximadamente hacia 1919-1920 con capital obtenido en Cuba por Julián Ramírez Hernández. Fue el propio Ramírez quien solicitó la construcción a Antonio Romero Auyanet. Subsiste la casa molinar.
—Molino del Llano (Tasarte). Se trata de un molino procedente de Mogán que, mediada la década de 1940, Julián Ramírez Hernández adquirió a la familia Quesada Falcón para instalarlo en El Llano. Con este fin, Ramírez se valió de la ayuda del carpintero Vicente Díaz. Alrededor de 1956, fue desmantelado para reemplazarlo por otro de combustible ubicado en la zona baja de valle. Solo se conserva, en estado ruinoso, la casa. Uno de los molineros fue Juan Matías. Se mantuvo poco tiempo moliendo.
c) Mogán
—Molino de Veneguera (zona del Almácigo). Se trataba de un ingenio promovido por Dionisio Hernández Saavedra, Cho Pepe Dionisio, quien, más tarde, se lo traspasó a su hijo Ignacio Hernández, que lo explotó hasta la década de 1950. En el día se halla muy deteriorado.
—Molino de señor José y de Cho Isidro Pascual (valle de Mogán). En el valle de Mogán existieron dos molinos del modelo Romero. El conocido como del señor José y de Cho Isidro Pascual se encontraba emplazado en la zona del molino Quemado, a unos 100 metros del mismo, dirección al barranco, propiedad de Juan José Navarro León e Isidro Pascual Ramírez Montesdeoca, que estuvo moliendo hasta los años cuarenta. Su maquinaria desapareció y la casa se integró en el conjunto de viviendas del propietario[19].
—Molino del Cercado (valle de Mogán). El segundo de los molinos sistema Romero del valle de Mogán fue propiedad de Nicolás y Daniel Quesada Falcón. Se construyó en 1911 y estuvo funcionado hasta los años cuarenta en que ambos propietarios instalaron un molino de fuego y vendieron esta maquinaria a Julián Ramírez de Tasarte.
d) Las Palmas de Gran Canaria
—Molino de la calle Venegas. Construido en las inmediaciones con el cruce de la actual calle León y Castillo, ya no se mantiene. Una imagen de principios del siglo xx que se conserva en los archivos de la Fundación para la Etnografía y el Desarrollo de la Artesanía Canaria (FEDAC) parece indicar, por su aspecto exterior, que estamos ante un molino de esta generación de torre de madera móvil, pero no podemos asegurar con precisión sus detalles técnicos.
e) Ingenio
—Molino de Lázaro. Situado en el paraje de los Vélez. Desaparecido por completo. Atribuido al sistema Romero a través de testimonios orales.
—Molino de Daniel. Emplazado en el paraje de la Pastrana. Erigido en 1947, probablemente se trata del último molino en construirse aprovechando los años de escasez derivados de las guerras española y mundial. Según la documentación del Archivo Municipal de Ingenio (Libro de actas de 20 de julio de 1947), Daniel Artiles presentó una instancia solicitando autorización para construir un local para molino de viento en la Pastrana; el consistorio acordó el pertinente anuncio público. Ha desaparecido. Según la tradición oral, adscrito al modelo Romero.
—Molino de Bartolito. Se hallaba apostado en el pago del Sidro. Actualmente, solo se mantienen en pie algunas paredes. Vinculado con seguridad, gracias a la documentación fotográfica[20], al sistema Romero.
—Molino de Juan García. Emplazado en el barrio del Sequero. La estructura lignaria, así como las máquinas, fueron desmanteladas y trasladadas a un museo de artesanía ubicado en el barrio de las Rosas, en el municipio de Agüimes, donde se reconstruyó por el emprendedor Carmelo Gil Espino como atracción turística[21]. En la actualidad, se encuentra abandonado y su esqueleto, en evidente estado de deterioro aunque conserva los elementos internos. Se trata de uno de los tres molinos levantados en la jurisdicción de Ingenio bien documentados, con tecnología de pivote y orientación automática, característica del sistema Romero.
—Molino de Juanito Ríos. Se levantaba en el pago Albercón. Hoy en día, no queda traza.
—Molino de don Felipe Domínguez. Esta industria radicaba en el paraje de la Capellanía. Únicamente subsisten algunas paredes. Se trata, además, de la única industria del término de Ingenio que no se encontraba localizada en las inmediaciones de la trama urbana. Se emplazaba a unos 500 metros del núcleo municipal.
—Molino de Peña. Se encuentra situado en el Toril (Carrizal). Aunque deteriorado, es el único que se conserva en su totalidad (elementos del molino y casa de molienda). Sin embargo, la estructura de madera se presenta completamente estropeada, aspas partidas, etc. En diversas ocasiones, el Ayuntamiento de Ingenio ha mantenido negociaciones con los actuales propietarios para su adquisición, pero no se ha llegado a un acuerdo. Pertenece, con seguridad, al sistema Romero.
f) Agüimes
—Molino de Eustacito López. Se encontraba ubicado en el extremo norte del casco de Agüimes. En la actualidad, se halla desmantelado. No obstante, aún subsiste la casa de molienda, aunque se desconoce su estado interior.
—Molino de maestro Pancho. Se hallaba emplazado al naciente del núcleo urbano de Agüimes. No queda ningún vestigio, únicamente se conoce el solar sobre el que se levantó esta industria.
5. Conclusiones
La creación del sistema Ortega y sus derivados a partir de la segunda mitad del siglo xix supuso un indudable escalón evolutivo en la historia de la tecnología molinar de Canarias. No en vano, el nuevo modelo de molino de viento y las relativas facilidades constructivas que aportaba proporcionó una dilata propagación en todo el archipiélago. En estos momentos nos encontramos en condiciones de afirmar que el número de molinos de viento erigidos bajo el sistema Ortega y sus derivados (molinas, sistema Romero y aplicaciones locales) asciende a un total de sesenta y seis ejemplares. De ellos, veinticuatro se corresponden al sistema Ortega propiamente dicho, aproximadamente veinte son molinas, mientras que cerca de veintidós pertenecen al sistema Romero.
Respecto al estado de conservación de los molinos correspondientes al sistema Ortega y sus variantes en el conjunto del archipiélago canario, pueden establecerse cuatro niveles de conservación:
Los molinos del sistema Ortega se encuentran entre las últimas aportaciones a la industria molinar, en el período comprendido entre la segunda mitad del siglo xix y la primera del xx, antes de la irrupción de las industrias de motor. El estado ruinoso de aquellos antiguos molinos o su desaparición total se vincula a su falta de uso. Resulta de interés instar a la conservación o recuperación de los ejemplares más significativos como testigo de una actividad que fue importante y que, a la vez, puede resultar como recurso turístico de primer orden por la indudable y positiva impronta que dejan en el paisaje.
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[1] Agradecemos la colaboración prestada por Francisco Suárez Moreno, Rafael Sánchez Valerón, Rosario Cerdeña Ruiz, Miguel Béthencourt Castro, Juan de la Cruz Rodríguez, Alberto García Quesada, María Antonia Cabrera Perera, Agapito Curbelo, Juan Gómez-Pamo Guerra del Río, Juan Sebastián López García y Francisco J. Castro Feliciano.
[2]Caro Baroja, Julio. «Disertación sobre los molinos de viento», en Revista de dialectología y tradiciones populares, t. VIII (1952), p. 342.
[3]Serra Ràfols, Elías. «Aventuras de los molinos de viento», en El Museo Canario, n.º 53-56 (1955), pp. 92-96.
[4]Lorenzo Rodríguez, Juan B. Noticias para la historia de La Palma. Santa Cruz de La Palma: Cabildo Insular de La Palma, v. I, pp. 213-214. Aquí, maquila equivale a ‘máquina’.
[5]Caro Baroja, Julio. «Disertación sobre los molinos de viento»..., op. cit., pp. 341-342.
[6] Véase una primera aproximación en: Poggio Capote, Manuel, Lorenzo Tena, Antonio. «El sistema Ortega: primer inventario de una tipología de molino de viento canario», en IX Congreso Internacional de Molinología (Murcia, 2014). En prensa.
[7]Alemán de Armas, Gilberto. Molinos de viento. [Santa Cruz de Tenerife; Las Palmas de Gran Canaria]: Idea, 1998; Cabrera García, Víctor Manuel. La arquitectura del viento en Canarias: los molinos de viento, clasificación, funcionalidad y aspectos constructivos. [Tesis doctoral]. Las Palmas de Gran Canaria: Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, 2009; Cabrera García, Víctor Manuel. «Molinos de viento en las islas Canarias: preservación y defensa del patrimonio», en VII Congreso Internacional de Molinología: la defensa de nuestro patrimonio (Zamora, 18-20 de marzo de 2010). Salamanca: Universidad de Salamanca, 2010, pp. 603-612; Cabrera García, Víctor Manuel. Molinos de viento en las islas Canarias. [Santa Cruz de Tenerife; Las Palmas de Gran Canaria]: Idea, 2010; Cabrera García, Víctor Manuel. «Los molinos de viento en Canarias», en El Pajar: Cuaderno de Etnografía Canaria, n.º 29 (2011), pp. 64-69; García Quesada, Alberto. «Molineros en Canarias: entre la tradición y el cambio», en El Pajar: Cuaderno de Etnografía Canaria, n.º 10 (2001), pp. 69-74.
[8] Consúltense los ejemplares de El Time: Periódico de Intereses Generales (Santa Cruz de La Palma) entre el 15 de agosto y el 30 de octubre de 1868, especialmente los días 15 de agosto, 15 de septiembre y 7, 22 y 30 de octubre.
[9] En uno de los municipios más aislados de la isla como Tijarafe, a principios del siglo xx un avispado vecino, Isidoro Clemente Rodríguez Martín (1865-1957), agricultor de profesión, llevó a la práctica un tipo de molino de viento de su propia aplicación. El molino diseñado incorporaba un edificio en forma de torre en piedra volcánica de planta circular y coronado en una caperuza metalizada de latón y con el interior de madera forrado. Las aspas eran de madera y los ejes de hierro. Levantado el primer prototipo en el partido de El Jesús, dado que no disponía de suficiente fuerza de viento, lo trasladó, más tarde, hasta La Punta, en el borde El Time, donde, en buena lógica, habría mayor fuerza eólica. En la actualidad, las estructuras de los edificios de ambas industrias molineras (la de El Jesús y la de La Punta) aún se mantienen en pie; el resto de los elementos se ha perdido. Se trata de una tipología muy similar a los molinos de Los Majanos y Los Machitos (Los Espinos), localizados en la isla de Gran Canaria. Véase: Poggio Capote, Manuel, Lorenzo Tena, Antonio. «Los molinos de viento tijaraferos», en Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife, 6 de abril de 2014), p. 31.
[10]Béthencourt Morales, Manuel. «Los molinos de viento en La Palma», en Aguayro, n.º 178 (1988), pp. 16-18; [Rodríguez López], A[ntonio]. «Nuevo molino de viento: sistema Ortega», en Boletín de la Sociedad de Amigos del País de Santa Cruz de La Palma, n.º 11 (julio de 1868), pp. 87-91. También: S. A. «El molino de Breña Alta», en Diario de Avisos (Santa Cruz de La Palma, 2 de abril de 1976), p. 3.
[11]García Quesada, Alberto. «Molineros en Canarias: entre la tradición y el cambio», en El Pajar: Cuaderno de Etnografía Canaria, n.º 10 (agosto 2001), pp. 69-74.
[12] En relación con las molinas, véase: Hernández Delgado, Francisco, Rodríguez Armas, María. Molinos de Lanzarote. Teguise: Ayuntamiento de Teguise, 2009; Hernández González, José, Federico Pérez, José. «Casas y molinos de San Bartolomé», en: X Jornadas de Estudios sobre Lanzarote y Fuerteventura (2001). Arrecife: Cabildo de Lanzarote; [Puerto del Rosario]: Cabildo de Fuerteventura, 2004, t. II, pp. 75-91; Medina del Cerro, Leopoldo. «Molinos hidráulicos y de viento en Canarias», en: VI Congreso Internacional de Molinología (Córdoba, 11-13 de octubre de 2007). Córdoba: Universidad de Córdoba, 2008, pp. 395-408.
[13]Corrales Zumbado, Cristóbal, Corbella Díaz, Dolores, Álvarez Martínez, María Ángeles. Diccionario diferencial del español de Canarias. Madrid: Arco, 1996, p. 892.
[14] Testimonio de Aureíta Calero (Uga, Yaiza), Unidad de Patrimonio Histórico del Cabildo de Lanzarote (cinta número 71, cara A): «… que después mi padre vendió a un señor de Playa Blanca, el abuelo de Plácido. Tú no sabes la que está tirada en Playa Blanca, a la entrada, pues era esa. Mi padre se la vendió a Felipe Perdomo y se la llevó para abajo […] después mi padre no podía atender tanto. Cuando estaba mi abuelo, atendía al molino y mi padre la molina, pero cuando mi abuelo se murió, mi padre quedó solo y a pesar que tenía un peón, pero no puede ser porque tiene que vigilar un poquito y como ya había puesto este motor, que fue en el año 22 y no pudo, entonces vendió la molina y el molino sí lo siguió teniendo en activo hasta que nosotras éramos grandes, de 12 o 13 años».
[15] Según testimonio de Pedro Rodríguez Femés (Yaiza), Unidad de Patrimonio Histórico del Cabildo de Lanzarote (cinta número 39, cara A): «Los hierros de los molinos que están bajando de Masión pa’bajo estaban en la molina de Playa Blanca. Unos extranjeros los compraron y los pusieron ahí».
[16] Consúltense los trabajos: Suárez Moreno, Francisco. Ingenierías históricas de La Aldea. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo Insular de Gran Canaria, 1994; Suárez Moreno, Francisco. La cultura del cereal en el suroeste de Gran Canaria. Historia, conservación y propuestas didácticas. [Las Palmas de Gran Canaria]: Ayuntamiento de Mogán, Ayuntamiento de La Aldea de San Nicolás, 2001.
[17] En la zona de Majadillas también existió un molino de viento del que no queda rastro. No se recuerda exactamente si pertenecía al sistema Romero o era de las molinetas norteamericanas.
[18] Además, a unos cien metros del conjunto de los tres molinos mencionados, a la izquierda de la carretera general, dirección a la playa de La Aldea, se encontraba el molino de Francisco Ramos. Es más antiguo y de estructura distinta de los mencionados: torre troncocónica con casa de molinero a pocos metros.
[19] En el pueblo de Mogán se construyó también otro molino de torre en trípode fija; era el molino de Pedro Quesada.
[20] En Ingenio se localizaba otro molino harinero más, pero de era de tipo norteamericano, con trípode fijo. Nos referimos al desaparecido molino de Panchito Díaz, ubicado en el barrio de los Molinillos.
[21] Carmelo Gil Espino fue un personaje popular en Ingenio que fundó el llamado Museo de Piedra de Ingenio (con distintos atractivos), donde comercializaba los calados tradicionales al turismo. Con posterioridad y con el mismo fin, fundó el de las Rosas (donde se localiza el molino), este último establecimiento hoy en día inactivo. Según el propio Gil relató a Rafael Sánchez Valerón, cronista oficial de Ingenio, cuando iban a desmantelar el molino de Juan García solicitó al dueño trasladarlo. En ambos museos dispuso una capilla con distintas imágenes y ornamentos religiosos, pues era muy dado a estos temas.