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A continuación aparecen los cantos de algunos ramos de esta localidad leonesa. Agradecemos a D. Julián Panizo que nos los haya facilitado. Todos ellos eran cantados en la iglesia parroquial por las mozas. Al final, se agradece al párroco el poder cantarlos y se le pide la bendición.
RAMO DE NOCHEBUENA
Muy buenos días le damos
Al glorioso nacimiento
Y a todos los circunstantes
Que se hallan en este templo.
Estando un día la Virgen
Orando en el santo templo
Se le apareció un ángel
En figura de un mancebo.
Todo vestido de blanco
Cubierto de gracias, lleno.
Postró su rodilla en tierra
Y le suplicó diciendo:
María, fuente de gracia
El Hijo de un Dios eterno
Nacerá de tus entrañas
En un noche de invierno.
Cúmplase en mí tu palabra.
Altísimo Rey del cielo
Conociendo esta Señora
Que se le acercaba el tiempo.
Esto era en diciembre
En tiempo que llueve y nieva.
Así lo permite el cielo
Para probar su paciencia.
Se salieron de Belén
Dirigidos a una curva
Y allí se recogieron
En aquella Nochebuena.
Dentro de la cueva entran.
San José encendió candela,
Esto barre el portalito
Muchos ángeles con Ella.
Perla de fino diamante
Protectora de los cielos.
¡Cubridnos con vuestro manto!
¡Llevadnos con Vos al cielo!
El joven que lleva el ramo
Es de veras muy humilde
Que nos viene acompañando
Hasta los pies de la Virgen.
A nuestro párroco amado
Rendidas gracias le damos,
Que viva felices años
Por dejar cantar el ramo.
Ahora puesta de rodillas
Pedimos de corazón,
El que celebró la Misa
Nos eche la bendición.
A LA VIRGEN DE LAS NIEVES
De este pueblo una joven
Se fue a tierras extranjeras.
Tuvo un gran feliz viaje.
Lo mismo sus compañeras.
Ha llegado a Tres Arroyos
Y fijó su residencia.
Pasados algunos meses,
En gran peligro se encuentra.
Y pidió vuestro socorro
Diciendo de esta manera:
Si conviene la salud,
La sierva que me proteja,
Mandaré cantar un ramo
A ocho hermosas doncellas.
Dios te salve, Virgen Nieves,
Resplandeciente lucero.
Vos que sois vida y dulzura
De Vos espero el remedio.
Dios te salve Reina y Madre,
De las Nieves titulada,
Alcanzadme de tu Hijo
Vuestros favores y gracias.
Pastora de este lugar
De todos muy venerada
Tiene un Niño entre los brazos
Que Jesucristo se llama.
Inmaculada María.
¡Oh, Madre de Dios excelsa!
Escuchad con cuánto amor
Te llaman los hijos de Eva.
Inmaculada María
Desde el trono donde moras
Ruégale a tu tierno Hijo
Que envíe paz a la tierra.
Inmaculada María,
Madre del Dios humanado,
Misericordia pedimos
Para todos los cristianos.
Virgen Santa de las Nieves,
Pastora de Pobladura,
Eres más bella que el sol
Y más blanca que la luna.
En este cinco de agosto
No quisiéramos pasar
Sin cantarle a la Virgen
Con un amor sin igual.
Adiós, Virgen de las Nieves.
Adiós, oh brillante estrella.
Adiós, hermoso lucero.
Adiós, luna que no mengua.
Perla de fino diamante,
Protectora de los cielos.
Cubridnos con vuestro manto,
Llevadnos con Dios al cielo.
El joven que lleva el ramo
Es de veras muy humilde
Que nos viene acompañando
Hasta los pies de la Virgen.
A nuestro párroco amado
Rendidas gracias le damos
Que viva felices años
Por dejar cantar el ramo.
Ahora puesta de rodillas
Pedimos de corazón,
El que celebró la Misa
Nos eche la bendición.
AL SANTÍSMO SACRAMENTO Y A SAN ANTONIO
Santísimo sacramento
Que en la hostia estáis velando,
Conceded valor y acierto
Para cantar este ramo.
Para cantar este ramo
Que con fe ofrece el pueblo
Al augusto sacramento
Y al glorioso san Antonio.
¡Oh, admirable sacramento!
De la gloria, dulce prenda,
Imploramos vuestra gracia
Estas humildes doncellas.
Hoy que en nuestro altar brilláis
Presente en la hostia santa,
Bendecid a nuestro pueblo
Y escuchad nuestras plegarias.
Que los vecinos del pueblo
Ofrecen en este día,
Para que todos unidos
Os alaben y bendigan.
No permitas que profanen
Aquellos santos lugares
Donde diste vuestra vida
Por salvar a los mortales.
Compadécete Señor
De esta nación infeliz
Que nunca fue solidaria
En la impiedad de algún vil.
El mundo se ha disipado
De vicios se encuentra lleno
Sin recordar que hay un Dios
Infinitamente bueno.
Iluminad las naciones
En que se encuentra borrado
El nombre de tu existencia
Y solo reina el pecado.
Infunde en los corazones
Tu santa gracia, Señor,
Que este es el año santo
Del gran retorno y perdón.
Infunde alientos de vida
Al comido de gusano
Que tanto la pervirtió
Un protector y abogado.
A los que en el cielo gozan
Mis faltas suplan les pido,
Y a todas las criaturas
Que os engrandezcan conmigo.
La voz de nuestro vicario
También Señor escuchad,
Que noche y día por nosotros
Está pidiendo la paz.
Haced que el Santo Evangelio
Reine en todas la moradas
Y así se encuentre la paz
Del mundo tan deseada.
Ábrete cortina blanca,
Custodia que estás cerrada,
Para que se vea el cáliz
Y la hostia consagrada.
A nuestro glorioso Antonio
También debemos honrar
En este día tan solemne
De su fiesta principal.
Hoy día trece de junio
No quisiéramos pasar
Sin cantarle a san Antonio
Con un amor sin igual.
Sois el manjar más sabroso
Que convierte al pecador
En un ángel de belleza
Más puro que el mismo sol.
Pues fuiste tú poderoso
Siendo modelo de santo
Obrando mil maravillas
Con todos buenos cristianos.
Al que a vos pide con fe
Le curáis de todos males
Devolviendo la salud
A los míseros mortales.
En el santo monasterio
De Santa Cruz de Coímbra
Te destierra el superior
Según se lee en tu vida.
De tu vida tan preciosa,
Llena de amor hacia Dios,
De deseos por que el hombre
Alcance su salvación.
Con el sayal franciscano
Predicaste en varios sitios
La caridad con los pobres
Y el amor a Jesucristo.
Tus padres ya cristianos
Y de estirpe esclarecida
Descienden de nobles casas
De Flandes y de Asturias.
Aunque veían con pena
Que te apartes de su lado
Te ofrecieron al Señor
Como piadosos cristianos.
Pues Lisboa fue tu patria
Que con mucha fe conserva
La casa donde naciste
Convertida hermosa iglesia.
Treinta y seis años tenías
Y voló al cielo tu alma
Quedando tu santo cuerpo
En la gran ciudad de Padua.
Era el día quince de agosto
De mil cien noventa y cinco,
El día en que se celebra
La Asunción de María al cielo.
A nuestro párroco amado
Rendidas gracias le damos
Que viva felices años
Por dejar cantar el ramo.
Ahora puestas de rodillas
Pedimos de corazón,
El que celebró la Misa
Nos eche la bendición.
A SANTA BÁRBARA
Bárbara divina y santa
Fuiste palma de martirio.
Está con Cristo y su Madre
Triunfando el cielo empíreo.
En un jardín muy ameno,
Bárbara se recreaba
En cantar las alabanzas
A la Reina Inmaculada.
Así la fue protegiendo
La Virgen con caridad
En conservar la pureza
Y acrecentar la religión.
Su padre como un cruel
En el castillo la encierra
Y le dice con soberbia:
Te dejaré prisionera.
Atándola con los pies
Con grande ira y soberbia
Y al proclamar la sentencia
La encuentra alegre y risueña.
Su padre la ha apuñalado
Con grande ira y soberbia,
Pero ella no le hizo caso
Y se fue a la gloria eterna.
Su padre le ha dicho:
Que caiga un rayo y te mate.
Los rayos han caído,
Han caído sin tocarle.
Abogada de los rayos
Y también de las tormentas,
Bárbara divina y santa
Y que siempre nos proteja.
Ahora puestas de rodillas
Pedimos de corazón,
El que celebró la Misa
Nos eche la bendición.
A LA VIRGEN DE LAS NIEVES OFRECIDO POR UNA ENFERMA
Para empezar a cantar
Hemos de pedir licencia
A nuestro buen señor cura
Como dueño de la iglesia.
En este día tan solemne
Tan resplandeciente y claro
Venimos estas devotas
Con este ofrecido ramo.
Hoy estas chicas os muestran
Con poca y sencilla voz
El sentimiento más grande
Que entristece el corazón.
Ya la sacan de su casa
Y a Fontoria caminaba.
Fue a casa del señor cura
Que allí tenía una hermana.
Allí estuvo veinte días.
No le faltaba de nada,
Donde se repuso un poco,
Que bien lo necesitaba.
Los doctores le decían:
No hallamos medicamento
Para poder aplacar
Este terrible misterio.
Su esposo de que esto vio
Muy triste y muy afligido
Al cielo inclinó su vista
Y con el corazón dijo:
De luto quedo cubierto,
De luto cubro mis hijos,
Virgen Santa de las Nieves,
Madre del Divino Verbo.
A dar las gracias venimos
Por la merced que nos hizo.
Hoy se encuentra el matrimonio
Muy alegre con sus hijos.
Vos sois la hermosa azucena
Que alumbráis el alto cielo.
Como vos no hay ninguna
En tan soberano Imperio.
Eres el arca sellada
Del misterio que se encierra.
En este día, señores,
Todo el pueblo lo celebra.
En aquella celestial corte
En donde todos debemos
De ligar nuestra esperanza
Cuando afligidos nos vemos.
Dios te salve Reina y Madre,
Madre de misericordia.
Dios te salve Reina y Madre,
A quien los reos imploran.
Dios te salve, Virgen Nieves,
Pues sois Madre del consuelo.
Dios te salve Reina y Madre,
En este mísero suelo.
En este cinco de agosto
No quisiéramos pasar
Sin cantarle a la Virgen
Con amor sin igual.
Adiós, Virgen de las Nieves.
Adiós, brillante estrella.
Adiós, hermoso lucero.
Adiós, luna que no mengua.
Perla de fino diamante,
Protectora de los cielos,
Cubridnos con vuestro manto
Y llevadnos con Dios al cielo.
El joven que lleva el ramo
Es de veras muy humilde,
Que nos viene acompañando
Hasta los pies de la Virgen.
A nuestro párroco amado
Rendidas gracias le damos,
Que viva felices años
Por dejar cantar este ramo.
Ahora puestas de rodillas
Pedimos de corazón,
El que celebró la Misa
Nos eche la bendición.