Si desea contactar con la Revista de Foklore puede hacerlo desde la sección de contacto de la Fundación Joaquín Díaz >
Introducción
La migración de las aves ha sido, y es, harto estudiada por ornitólogos y naturalistas de todo el mundo debido al gran interés que tiene el periplo migratorio de este grupo animal. En base a los datos obtenidos con el anillamiento científico y las observaciones de campo de las aves de paso, se ha llegado a tener un gran conocimiento de la fenología[1] de las especies que cada año realizan el viaje nupcial, presentando cada una de ellas un patrón diferente en cuanto a fechas y rutas. Es común que una especie aparezca cada año en unas fechas concretas en una localidad, hecho del que dan fe los estudios, pero también la cultura tradicional; así el refranero nos habla de ello, como por ejemplo: «Por San Blas (3 de febrero), la cigüeña verás» o «Cuando la Virgen llega (8 de septiembre), la golondrina se va». Y es que, lejos de ser meros partícipes ciegos de lo que sucedía a su alrededor, la gente del campo también se percató de ese ir y venir migratorio, que algunas aves venían primero que otras y que, incluso, algunas especies precedían generalmente a otras cercanas (o no) a ellas, tal y como si fuesen sus guías en el camino.
Las aves guía en la tradición española
Entendemos por ave guía una especie de ave a la que se consideraba popularmente como guía en la migración de otra especie relacionada taxonómicamente o no con esta. Incidimos en el hecho de que se trata de una interpretación popular, sin más fundamento biológico que el que las fechas de paso siguen el patrón: primero ave guía, seguida (a las pocas horas o días) del ave guiada. La coincidencia de las fechas de paso se produce, mayormente, en la migración prenupcial, ya que después de la estación de cría el regreso de las aves a los cuarteles de invierno se hace de forma más espaciada.
La idea de ave guía estuvo muy difundida en nuestros campos, quizá por la observación de la naturaleza, quizá por influencia de la cultura clásica, como veremos más adelante, o por ambas. Tenemos ejemplos de aves guía de varias especies de diferentes taxones, que hemos hallado tras consultar gran número de obras sobre aves y/o caza de entre los siglos xiii y xx, así como en recopilaciones de nombres vernáculos de aves de toda España. Todos los nombres siguen el patrón guía o guion especie a la que guía (por ejemplo guion de codornices), aunque en algunos casos aparece como rey especie a la que guía (por ejemplo rey de codornices). Por último, encontramos un caso en el que se especifica la especie que guía, y no la guiada (zorzal guía).
En orden taxonómico, las aves guía que hemos documentado (aparece primero el nombre científico y entre paréntesis el nombre según el patrón normalizado por la Sociedad Española de Ornitología) son:
Phalacrocorax carbo (cormorán grande): Bernis (70) registró en Zaragoza la voz guion de ánade para esta especie vinculada a los ríos, que es frecuente sobre todo en invierno. En este caso, es posible que el nombre provenga de la costumbre que tienen estas aves de volar en formación en «v», y que incluso hasta los ánades citados no pertenezcan al género Anas, sino a otro grupo de aves acuáticas o a los mismos cormoranes.
Botaurus stellaris (avetoro común): en Gibraltar, Irby (21) recogió guía de gallinetas[2]. Esta ave, aunque tiene población residente en la península, no es fácil de ver; es en los pasos donde más ejemplares se ven, cuando se dirigen a otras zonas de Europa. El máximo primaveral se da en marzo; también lo hace en esas fechas la especie que supuestamente guía.
Crex crex (guion de codornices): el término más extendido es guion de codornices[3] que aparece citado en Andalucía en general (Saunders: 12; Arévalo: 38) y en Huelva y Sevilla, Asturias, Salamanca y Zamora (Bernis: 108-109). Otras voces son: guía de codornices en Málaga (Tamayo: 13), guiyu de parpayueles[4] en Asturias (Noval 2000: 122) o guiyu simplemente[5], guion en Asturias (Graiño: 1-5), guion de Paspallar[6] en Galicia (Arévalo: 17; Valladares: 42). Posible relación con este nombre puede tener la voz vasca guilloi (Bernis: 108-109) que nombra a esta misma especie.
Con la variante antes comentada, rey de las codornices, aparece documentado ya en 1556 por Vallés, aunque sin dar localidad. Otros autores lo citan en Andalucía en general (Machado: 48) y en Sevilla en concreto (Arévalo: 38), y Galicia (López: 42; Fulgosio: 71) donde también aparece como rey de paspallar (Valladares: 191). Rei de guatlles en Cataluña y rei de guàtleres en Menorca.
Ambas especies (el guion de codornices y la codorniz) se dejan ver desde mediados de marzo.
Tachymarptis malba (vencejo real): se le conoce como guía de avión en Granada (Contreras: 17), guía de aviones en Ciudad Real (Bernis: 181) y guion de vencejo en Segovia (Castellarnau: 23). Hemos de aclarar que las voces vencejo y avión, aunque se han normalizado para los géneros Apus y Delichon respectivamente, como vernáculos no siempre lo hacen así, sino que se intercambian, siendo probable que en el caso del ave guía que citamos se refiera a Apus apus (vencejo común), ya que ambas pertenecen al mismo género y siguen patrones migratorios similares.
Coracias garrulus (carraca): se documenta guion de tórtolas[7] en Almería (Bernis: 50) y Sevilla (Garrido: 83). En Granada es guía de abejarucos[8] (Contreras: 17). Es un ave que llega a principios de abril, coincidiendo con la llegada del grueso de tórtolas y abejarucos procedentes de África.
Turdus sp. (zorzal): para este género de aves hemos encontrado varias voces que se asignan a las siguientes especies. Para Turdus viscivorus (zorzal charlo): guía zorzal en dos localidades de Granada (Contreras: 17) y Jaén (Bernis: 187), y zorzal guía en Granada (Contreras: 17) y Málaga (Tamayo: 23). Para Turdus pilaris (zorzal real), aunque con asignación dudosa, encontramos guía en dos localidades de Granada (Contreras: 17). Turdus viscivorus es la especie mayor de zorzal residente en España, aunque también se observan gran número de migradores que se dirigen a otros países más norteños; quizá ese mayor tamaño contribuyese a su consideración como ave guía.
Lanius excubitor/meridionalis (alcaudón real): Bernis (19) recogió guion de pinzón para esta especie en Teruel.
Fringila coelebs (pinzón vulgar): hemos hallado en el refranero la voz guion para esta especie, como guía de palomas:
El pinzón, de la paloma el guion.
Pajarico pinzón, de paloma guion.
Un análisis detallado de las especies consideradas como guía nos muestra los motivos por los que se fijaron en el imaginario popular como aves guía: son especies migratorias que se dirigen mayoritariamente a la Europa interior, son fácilmente reconocibles y, por lo general, no muy abundantes o difíciles de observar. Esto ayudó al reconocimiento de estas como especies «especiales», siendo más sencillo que se fijasen en su fenología migratoria y la comparasen con la de otras especies más comunes, aunque conocidas también por su marcado comportamiento migrador entre nuestros paisanos, y que ha quedado registrado en la cultura popular; por ejemplo un refrán, muy extendido en Asturias y Galicia, cita varias especies migratorias:
Entre marzo y abril tres aves pasen la mar:
el cucu, el rullu[9] y el parpayegar.
Catro aves escollidas son as que pasan o mar:
o cuco e a andoriña, a rola e o pazpallá.
El guion de codornices: el paradigma de ave guía
De todas las aves guía mencionadas, la más emblemática es el guion de codornices. Es un ave bastante torpe en su vuelo y costumbres, por lo que es conocida sobre todo entre los cazadores rurales de mayor edad, que la cazaban con escopeta fácilmente, e incluso simplemente a palos, tal y como narraba Alfredo Noval (Noval, 1975: 126) haber visto hacer en Asturias.
De la mano de los cazadores es por donde creemos que nos ha llegado la historia del guion de codornices, aunque su origen se remonta a la noche de los tiempos; así, por ejemplo, Aristóteles menciona el ortygometra, ave que corresponde a nuestro guion de codornices, en su Historia Animalibum (hacia 330 a. C.), narrando el servicio que les da este ave en la migración a las codornices (Ortyx). Después, basado en el anterior autor, Plinio el Viejo vuelve a nombrar al ave en el volumen X de Naturalis Historia (77 d. C.) dedicado a la aves. De Plinio pasaría a los autores medievales ibéricos, como san Isidoro de Sevilla, que en sus Etymologias (627-630 d. C.) dice: Ortygometra dicitur quae gregem ducit[10].
Las referencias a ortygometra en obras en latín de autores españoles abundan, ya que en la mayoría de las ocasiones se copiaron unos a otros (los dos autores anteriores lo hicieron de Aristóteles), pero buscar el rastro del ave en la documentación no latina española es mucho más arduo, pues las obras sobre historia natural no son muchas. Por un lado tenemos las obras que son copia o basadas en obras clásicas, y por otro tenemos sobre todo obras sobre cetrería y caza que nos dan pocos datos sobre esta especie.
La obra Historia natural y moral de la aves de Francisco Marcuello (60) es un ejemplo de obra en castellano que se basó en obras clásicas, y nos da una referencia sobre el ave que estudiamos, bajo el nombre de citramo o cencramo (Aristóteles dice cynchramos), y cuenta:
Passa la mar en compañia de otras aues, a las quales lleua la delantera, y anima a caminar, y con mucha perseuerancia se da, y les da toda priessa para que hagan presto su jornada antes que les sobreuenga algun impedimento que no las dexe caminar. Y no solo lo haze esto de dia, sino tambien de noche, y aun dizen que quando se han de partir las aues que passan el mar cada año, esta las auissa, y llama de noche con su canto, como trompeta que toca a marchar y quando los caçadores la oyen, entienden que desde entonzes no quedan aues en la tierra.
Anteriormente, Palmireno decía en el Bocabulario del Umanista de 1569:
Cynchramus, el aue que guia de noche a las Codornices quando huyen, en cuya uoz conoce el caçador quando se quieren yr las Codornices.
Con el nombre vernáculo con que la conocemos hoy (o alguna de sus variantes) la encontramos por primera vez registrada en 1499 en la obra Vocabulario eclesiástico, de Rodrigo Fernández de Santaella, donde relaciona el ortigometra con la voz vernácula que nos ocupa:
Ortigometra -tre. femenino genero pe. pro. segun algunos. Porque en griego se dize ortygomita con ita que es luenga. O porque se compone de ortyx y metior que produze la primera. Avnque si se compone de ortyx y metros por medida que tiene la primera breue: la abreuia. la reyna de codornizes o la codorniz Sapientie.
Más tarde aparece en otra obra, en este caso sobre aspectos diversos de caza, Libro de acetrería y montería, del navarro Juan Vallés (63). Esta publicación, aunque toma datos de Plinio y otros, aporta muchos datos originales que son de gran interés sobre la biología de las aves y otros animales, y tiene un capítulo concreto sobre las aves migratorias (el primero de su género que nosotros conozcamos), donde nos cuenta de forma extensa el periplo del paso de las codornices capitaneadas por el rey de las codornices:
Las codornizes se van primero que las grúas y passan en el Reino de Nápoles y Sicilia y en otras muchas partes, y passan tantas en Nápoles que hay personas que tienen renta del passo dellas. Dize Plinio que son peligrosas a los navegantes que navegan en navío pequeño quando se llegan cerca la tierra porque suele assentarse tan grande nubada dellas en las velas del navío, de noche, que lo hazen anegar. Dize más, que su camino es por lugares y aposentos ciertos y conocidos que tienen de un año para otro, y que no buelan ni caminan con el viento de mediodía, que es el buchorno, por ser húmedo y pesado, con el aquilón que es el regañón, y con el cierço que dezimos en España y con qualquier otro viento sotil buelan y caminan, y assí vemos cada año, en el tiempo que las codornizes se van, que con un viento se hallan muchas, que es quando van de passo, y con otro muy pocas. Llevan capitán al que dizen rey de las codornizes; e porque después que ya han passado la mar, quando llegan al puerto y salen a tierra los gavilanes que, por su instincto natural, sabiendo ya el tiempo en que las codornizes suelen ir, están por allí aguardándolas, arrebatan y matan al rey dellas por ir él delantero, como capitán. Tienen todas las codornizes especial cuidado, al tiempo que se han de partir, de grangear y alagar alguna otra ave estrangera, y que no sea de su género, porque vaya por guía y capitán dellas a fin que, como aquella ave vaya la delantera y primera, el gavilán se ceve en ella y las codornizes y su rey se libren de aquel peligro.
Es un largo camino, pero es posible que los cazadores eruditos transmitiesen estos conocimientos al «pueblo llano», que tomó como suyos, divulgándolos por vía oral, y después recogiesen los textos del siglo xviii, y sobre todo los del xix que ya adoptan alguno de los ornitónimos citados para nombrar a Crex crex (o, por confusión, a otras especies) en las obras sobre biología, caza y otros intereses. No obstante, las primeras recopilaciones de voces vernáculas de animales y plantas se remontan a finales del xviii y el siglo xix, por lo que no sabemos cuáles eran los nombres que recibían las diferentes especies, menos aún las que recibían en tiempos anteriores. Esto no resta interés a la interpretación popular de la conducta del guion de codornices y otras aves guía, provenga esta de los textos clásicos o de una antañona tradición oral. Ya hemos visto que la cultura popular recogió qué aves tenían hábitos migradores; el conocimiento, posiblemente, tenga más antigüedad de la que pensamos, ya que en pinturas rupestres aparecen, con bastante frecuencia, aves migratorias, quizá como representación del ciclo anual (Rodríguez: 203-235). La idea de que este conocimiento venga de tan atrás no es tan descabellada, ya que hasta nuestros días han llegado tradiciones originarias de la cultura prehistórica, como el culto al agua o ritos relacionados con animales totémicos, si bien no dejan de ser especulaciones que difícilmente podrán ser comprobadas.
Independientemente de la antigüedad y origen del concepto de ave guía, podemos estar seguros de que la cadena de transmisión oral contribuyó a la difusión de esta idea, y todavía hoy podemos hallar algún testimonio referente a aves guía[11]:
Esos, los guiyos, nun los matábamos, por que sin ellos las parpayuelas se pierden, y después, qué cazas...
Machado (18) halló también referencias en el colectivo cazador, o anotó con cierta cautela:
Los cazadores pretende que esta especie es la que conduce y guia á las codornices á nuestras provincias: y que la muerte de uno de sus gefes deshace el bando y lo imposibilita de volver á Africa: á esta causa atribuyen la permanencia de algunas codornices todo el año en Andalucia: ignoro la certeza de este hecho.
Como otros aspectos de la cultura tradicional, el concepto de ave guía ha desaparecido prácticamente; tan solo quedan algunos recuerdos y pocas referencias en libros ajados. Esperamos con este artículo haber contribuido, al menos, a que quede el recuerdo de esta interpretación popular sobre uno de los aspectos más interesantes de las aves.
BIBLIOGRAFÍA
Arévalo Baca, J. Aves de España. Madrid: Mem. Real. Academia de las Ciencias, 1887.
Bernis, F. Diccionario de nombres vernáculos de aves. Madrid: Ed. Gredos, 1995.
Castellarnau, J. Catálogo metódico de las aves observadas en el Real Sitio de San Ildefonso. Madrid: Anales de la Real Sociedad Española de Historia Natural, n.º 6, 1877.
Contreras, J.; Arellano, M.; González, J. M. y García, A. Diccionario de los nombres vernáculos de las aves de la provincia de Granada. Revista Digital de Práctica Docente. www.cepgranda.org, 2009.
Fernández de Santaella, R. Vocabulario eclesiástico. Madrid: 1499.
Fulgosio, F. Crónica de la provincia de Pontevedra. Madrid: Fernando Fulgosio Rubio y Compañía editores, 1867.
Garrido, H. Los nombres tradicionales de las aves de las marismas del Guadalquivir. Valladolid. Revista del Folclore 14, 1994.
Graiño, C. Fauna ornitológica de la provincia de Asturias. Madrid: La Farmacia Española n.º 36, 1913.
López Seoane, V. Reseña de la Historia Natural de Galicia. Lugo: Imprenta de Soto Freire, 1866.
Machado, A. Catálogo de las aves observadas en algunas provincias de Andalucía. Sevilla: Imprenta Juan Moyano, 1854.
Marcuello, F. Historia natural y moral de la aves. Zaragoza: 1617.
Noval, A. El Libro de la Fauna Ibérica, 5. Gijón: Ed. Naranco: 1975.
Noval, A. Guía de las aves de Asturias. Gijón: Edición Alfredo Noval, 2000.
Irby, L.H. The Ornithology of the Strait of Gibraltar. Londres: 1875.
Palmireno, L. Bocabulario del Umanista. Valencia: 1569.
Rodríguez, P. Dios nació mujer. Barcelona: Ed. Punto de lectura, 2000.
Sauders, H. Ornithological rambles in Spain. Londres: The Ibis, 1869.
Tamayo, A. Lista de las aves de Málaga. Málaga: SEO/Birdlife, 2007.
Valladares Núñez, M. Diccionario gallego-castellano. Santiago: Imp. Seminario Conciliar, 1884. Santiago.
Vallés, J. Libro de acetrería y montería. Madrid: 1556.
[1] Entendemos por fenología el patrón que sigue una especie o grupo en cuanto a la estancia en una región y época concreta.
[2] En Andalucía la voz gallineta asigna sobre todo a los géneros Gallinula y Fulica (Contreras: 2009), aunque algunos autores asignan a Scolopax (Garrido: 1994). No obstante, en otras zonas nombra al género Porzana, que es a la que creemos que se refiere el nombre.
[3] Codorniz: Coturnix coturnix.
[4]Parpayuela: nombre que se le da a la codorniz en Asturias.
[5] Recogido de Samuel, el alcalde de Zardaín (Tinéu, Asturias).
[6]Paspallar: nombre que se le da a la codorniz en Galicia.
[7] Tórtola: Streptopelia turtur.
[8] Abejaruco: Merops apiaster.
[9]Rullu (en Asturies) y rola (en Galicia) son voces que nombran a Streptopelia turtur (tórtola europea).
[10] Trad.: El guion de codornices es el que conduce al bando.
[11] Recogido de Samuel, el alcalde de Zardaín (Tinéu, Asturias).