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Resumen
En este artículo se quieren dar a conocer las primeras composiciones musicales que acompañaron desde sus orígenes las Fiestas de Moros y Cristianos de Alcoy. Además se estudia el origen de dichas composiciones que se interpretaban en la Fiesta desde el siglo xv y se realiza una breve aproximación a los conceptos de Música Festera y de Fiesta de Moros y Cristianos.
Palabras clave: Música de Moros y Cristianos, Fiesta de Moros y Cristianos, Alcoy.
La Fiesta de Moros y Cristianos
La Fiesta de Moros y Cristianos es una conmemoración festiva enmarcada en hechos históricos, evocadora de batallas contra la morisma invasora, es decir, una celebración que rememora la lucha entre los moros y los cristianos por la lucha del castillo de la ciudad. Estas fiestas se encuentran repartidas por toda la geografía española, siendo más características en todo el levante español y sobre todo en las poblaciones de Alicante y Valencia. Como expresa Mansanet, la fiesta es en principio eso, “fiesta”, pero ha conjuntado sus elementos materiales y espirituales, que son los propios de la naturaleza humana, en un proporcionado equilibrio de perfección, especialmente en la variante valenciana de la Fiesta, que ha logrado como ninguna esa armonía de elementos[1].
Las Fiestas de Moros y Cristianos poseen una fuerte carga de contenido cultural, ya que conmemoran un hecho histórico muy importante en nuestro país, como es el enfrentamiento entre dos culturas y dos religiones, la cristiana y la musulmana, que convivieron en la Península Ibérica entre los años 711 y 1609. Por lo tanto, son la representación popular de las luchas entre moros y cristianos de la Historia de España que se celebran con motivo de las fiestas patronales[2]. La población participa masivamente en ellas y se agrupa en comparsas que poseen un traje y nombre característico relacionado con los que el pueblo adjudicaba a las bandas en la Reconquista. Estos agrupamientos serán la organización básica del festero.
Siempre son unos festejos eminentemente populares, es decir, no son unas fiestas cortesanas, no son fiestas de sociedad, sino plenamente populares. Y dentro de las fiestas populares, podemos asegurar que el hecho diferencial, la última diferencia, es el caracterizarse por constituir una pugna entre el moro y el cristiano.
Toda Fiesta de Moros y Cristianos tiene unos elementos comunes que son: la confrontación moro-cristiana (elemento temático primario del festejo), una vinculación específica al patrón local en su festividad religiosa (san Jorge en el caso de Alcoy), y una estructura esencialmente popular (el festejo se hace para el pueblo y por el pueblo como comunidad).
La primera vez que tenemos constancia de la fiesta es en la Baja Edad Media en casos concretos como los de Alcoy, Valencia, Lleida, Ceuta o Jaén. Estas fiestas son las que a través de los años han ido evolucionando y desarrollándose hasta lograr las complejas estructuras que hoy presentan.
La acertada intervención en el I Congreso de Moros y Cristianos del que fuera cronista oficial de Alcoy, Rogelio Sanchís Llorens, atestigua la importancia de la ciudad de Alcoy en la génesis de la Fiesta de Moros y Cristianos:
La creación de lo que hoy consideramos una Fiesta de Moros y Cristianos es una gloria alcoyana, o por lo menos que, tal como se encuentran hoy los trabajos de investigación histórica sobre este tema, la prioridad cronológica de su celebración corresponde de un modo indiscutible a la entonces villa de Alcoy[3].
Estas palabras, que corroboran cómo el germen de la Fiesta es la ciudad de Alcoy, se refuerzan con las que escribe Tomás García Figueras:
Las de Alcoy tienen un interés especialísimo porque, en razón de su importancia y de su situación geográfica, vienen a constituir propiamente el centro y el foco de dispersión del área de la fiesta que hemos visto extenderse desde Las Baleares hasta Benalmádena, en la provincia de Cádiz, y hacia las regiones más septentrionales de España. Sin duda el máximo arraigo de estas fiestas hay que buscarlo en la región levantina, y Alcoy, dentro de ella, goza en ese aspecto de una fama bien merecida[4].
Julio Berenguer Barceló, autor de la Historia de los Moros y Cristianos de Alcoy, obra tantas veces aludida por todas las fuentes consultadas, y máxima autoridad durante años sobre este tema, abre su libro con un pensamiento que refleja perfectamente el sentir de una fiesta que cada año se celebra en Alcoy con más fuerza:
No son los Moros y Cristianos de Alcoy mascarada o festejo inventado con miras a una atracción turística. De auto sacramental. De eclosión de fe, de remembranza histórica, de expresión sentimental, de tradición vivida siglo tras siglo, nacieron. Con su bullicio, su carga de color y alegría, sus ostentosos desfiles, los tres días que vive nuestra ciudad al llegar abril representan la manifestación de la espiritualidad de un pueblo que, celoso de su fe, guardador de sus tradiciones, plasma en unas manifestaciones callejeras el voto que un día hiciera a su protector. Cuando la villa estuvo amenazada en 1276 por Alazrach, dice la tradición que san Jorge, a caballo, combatió con los alcodianos contra el musulmán, y agradecidos los pobladores, votáronle por patrono. Fue el hecho en tiempos de Jaime I, y, desde entonces, se honró a san Jorge con cultos y actos populares, que, con el discurrir del tiempo, habían de transformarse en las universalmente famosas fiestas de Moros y Cristianos, que, a su vez, irradiaron desde Alcoy para afincar en las costumbres de otros pueblos más o menos cercanos[5].
Esta música ha regenerado su propia música, la Música de Moros y Cristianos de la que daremos cuenta a continuación.
La Música Festera: antecedentes
La Música Festera o Música de Moros y Cristianos es un tipo de arte musical relacionado directamente con la música para el desfile y la música militar. Esta música incidental, en constante evolución y compuesta exprofeso para la Fiesta de Moros y Cristianos, es un género original para banda que a través de sus tres estilos (pasodoble, marcha mora y marcha cristiana) ha proporcionado un corpus considerable de composiciones[6].
El pasodoble sentat (como se denomina en Alcoy) es una composición de ritmo pausado, de 80 a 100 M/M para unos, y de 85 a 95 M/M para otros, que surge en Alcoy ante la necesidad de un ritmo menos marcial y militar en Las Entradas. El balanceo que experimenta el cuerpo cuando el festero va desfilando al seguir el ritmo de las composiciones musicales se traduce en pasos cuando avanza y en pisadas cuando no lo hace. El valor del ritmo es distinto para cada forma musical (pasodoble, marcha mora o cristiana) y se expresa en una cantidad de tiempos por minuto –cada uno de valor igual que la negra (que es la unidad de medida o tiempo)– que se miden con un aparato llamado metrónomo. El metrónomo fue inventado en 1814 por Johan Nepomuk Mäzel o Maelzel (1770-1838), de ahí que las iniciales M/M quieren decir Metrónomo Maelzel. En el caso que nos ocupa, 80 a 100 M/M equivalen a 80 o 100 pisadas o pasos por minuto.
En sus comienzos, la marcha mora surge como necesidad de una nueva composición ante el uso del pasodoble sentat, tanto para La Entrada Mora como para La Cristiana. Además, el ritmo más lento de La Entrada Mora exige una composición más pausada y con una melodía de sabor oriental. Así surge la marcha mora de 65 negras por minuto que en Alcoy se llama “marcha árabe u oriental”, denominación que pierde con el paso del tiempo y pasa a llamarse “marcha mora”. Para Vicente Pla Candela, uno de los mayores estudiosos de la marcha mora, es una forma de danza que está a medio camino entre una danza tribal o étnica y una danza que busca una finalidad estética[7].
La marcha cristiana es un género musical cuyo aire es de unos 85 M/M con predominio del sonido de los metales. Es música con clímax guerrero y compacto sonar de trompetería en la que los metales priman sobre la madera[8]. El alcoyano Amando Blanquer Ponsoda compone en el año 1958 Aleluya[9], primera marcha cristiana de la Historia de la Música de Moros y Cristianos. No cabe duda de que, de los tres géneros festeros, es el que se encuentra todavía en vías de consolidación.
El origen de esta música parece encontrarse en la ciudad de Alcoy cuando, en el año 1817, una comparsa, La Filà Llana, se acompaña en su entrada mora por primera vez con una banda de música, la Banda de Música del Batallón de Milicianos Nacionales. Es la primera banda de renombre que se forma en Alcoy para acompañar la festividad Sanjorgiana. Su primer director fue Francisco Cantó Botella, que ocupó el cargo durante 44 años, contando entonces con una plantilla de 30 músicos.
Surgen así todo tipo de composiciones que al principio se acompañan solamente de atabales y chirimías. Es el nacimiento de la Música Festera.
Que las Fiestas de Moros y Cristianos de Alcoy se acompañaron desde sus orígenes con música, es un hecho del todo probado. Y que la música era importante en la villa, también. La historia de la Fiesta lo ilustra documentalmente:
En las Fiestas de Moros y Cristianos celebradas en los siglos xv al xviii, con motivo de nacimientos de príncipes, bautizos, visitas reales, o para celebrar ciertos acontecimientos de carácter local o nacional, o de tipo religioso, como el Corpus, con una estructura mucho más cercana a la que actualmente tienen las Fiestas de Levante, también la música es elemento imprescindible que aparece siempre en Entradas, desfiles y combates entre los dos bandos[10].
Julio Berenguer Barceló señala en el año 1974 cómo la Fiesta se acompaña con música que está interpretada por bandas de música:
Estamos de enhorabuena: la música nueva de Játiva llegará a esta ciudad el día 21 y por la noche dará una serenata al ayuntamiento tocando la sinfonía de Guillermo Tell y entre otras varias piezas escogidas la aplaudida polka del Ferro-Carril. El primer día de las fiestas serán también obsequiados con una serenata el señor alcalde y el señor juez de primera instancia. El día 23, los Sres. D. Vicente Moltó y D. Antonio Carbonell recibirán igual obsequio, y el día 24 algunas otras personas. La música, que según nuestras noticias, ejecuta varias piezas de una manera notable, será dirigida por D. Antonio Gasola, y tocará en la comparsa de Tomasinas antiguos… Diez y nueve son las músicas o bandas de esta ciudad y pueblos de las provincias de Alicante y Valencia que, aparte de muchos clarines y atabales, han tomado parte en las fiestas[11].
También podemos leer en la Guía del Forastero en Alcoy que la música acompañó las Fiestas del año 1863, cuando el autor explica La Diana dentro de los actos de la Fiesta:
Al toque de Alba principia la diana, que consiste en recorrer las calles de costumbre, con el mayor orden, un grupo de cada comparsa formado de todos sus sargentos y música. Concluida la diana, todas las comparsas oyen misa con música, si es de precepto[12].
Y más adelante continúa diciendo que las comparsas tienen banda de música e instrumentos de viento y percusión:
Las comparsas o compañías (filadas) de ambos bandos, se componen de […] y una banda de música, o un clarín[13] o dulzaina[14] y atabal[15]-tambor[16].
Apunta Rafael Coloma Payá que la música acompañó a las fiestas desde los primeros tiempos. Tamboriles o atabales y clarines amenizaban los sencillos festejos en los siglos xvi y xvii; trompetas y tambores, en el siglo xviii[17]. Tenemos otros datos de esta época, relacionados con los actos festeros en los que se cita el pago a representaciones de juglares:
Posa en data 55 sous, 7 diners, co es, un real Castellá a Ginés Verdú per portar lo cap del drac, 4 reals als momos[18], 34 sous al juglars […][19].
Primeras noticias musicales en Alcoy
Las primeras noticias de música que se tienen en Alcoy las encontramos en la obra de José Moya Moya, Libro de oro de la ciudad de Alcoy. Nos relata cómo en 1428 Alcoy celebró la boda de Don Fadrique de Aragón (señor feudal de Alcoy) con muchos festejos:
Alcoy solemnizó el casamiento de su señor feudal con diferentes fiestas […] también fueron alquilados los juglares, esta vez a cargo de los moros de Albaida, entre los que figuraba, como sonador, un agareno que llevaba el apellido Alazarch[20]. Más noticias musicales encontramos en esta obra, esta vez sobre la Fiesta de San Jorge, cuando en el año 1535 se pagaron en la villa de Alcoy vint y dos sous y nou diners que dona per mans del jurats a Joan Torregrosa, fill de Jaume, baciner de Sant Jordi, pera les despeses que feu los momos (Danzarines) y musics de la festa de Sant Jordi[21].
También en este año, la venida del Emperador por Navidad se celebra con música y se pagan quaranta quatre sous que dona per manament dels jurats al jutglars pera sonar […] pera la venguda del Emperador per Nadal passat[22]. Un año después, en 1537 volvemos a tener noticias de la Fiesta de San Jorge, pues se paga a los músicos por tocar en ella:
Un ducat que dona per manament del jurat pera la festa de San Jordi, ço es, pera pagar los musics[23].
En el año 1562 las Fiestas del Corpus también se acompañaron de música: viniendo un famoso músico, Morit de Confrides, para armonizar aquella festividad[24]. En las fiestas del año 1565 una vez más se pagó dinero a los músicos por sus servicios:
A Morit 6 sous y 1 diner per sonar, y a un fadrinet hun sou y sis diners per sonar lo atabal el día de Sant Jordi[25].
En 1566 predicó el sermón mosén José Pastor, vicario de la Iglesia Parroquial, y se contrató a dos fadrins que sonaren los atabals la vespra y día de Sant Jordi[26].
Otras noticias que relacionan la música con la ciudad de Alcoy las encontramos en el año 1569, cuando tiene lugar la primera fiesta conmemorativa del Robo y Hallazgo de las Sagradas Formas para la cual se contratan músicos de Albaida (Valencia)[27].
En el año 1575 sabemos que el primer llumener[28] que hubo en la Iglesia del Santo Sepulcro de Alcoy, el maestro Blay Mira, pagó cincuenta reales castellanos a los músicos que vinieron de Alicante contratados para la conmemoración de ese año[29].
En el año 1576 las Fiestas fueron centenarias y entre los festejos de esta conmemoración se cita la música y los músicos:
Vinieron unos moriscos pera sonar clarins y atabals; se alquilaron en Cocentaina cascabeles para los momos […][30].
En el mes de mayo del mismo año, en un consejo celebrado en Alcoy el día 24, se cita el nombre de atambor[31]:
També entés que lo dit gobernador ha manat al dit magnific jurat que fasen una bandera y dos atambores o caixes[32].
En el año 1577 se buscan profesores de música para impartir la enseñanza musical a los niños de la villa[33]. Ernesto Valor Calatayud describe el hecho diciendo que en Alcoy había un maestro que tocaba el órgano, y que por aquel entonces tuvo que ausentarse de sus funciones buscando en toda la villa un sustituto, dando a entender la preocupación del municipio en temas musicales:
Había un maestro: Anthoni Mesequer […] que enseñaba a tocar el órgano y que en la fecha del 25 de noviembre de 1577, dicho maestro se ausentó de la ciudad […] por tanto, el municipio, consciente de su deber, estaba de lo más preocupado, acordando, unánimemente, buscar sustituto para la enseñanza de la niñez alcoyana[34].
Dentro de la Fiesta del año 1582 aparece otro dato musical y es el empleo de las castañuelas: Se usaron mucho en los festejos populares de la época (se refiere al año 1582), y su confección exigía gran habilidad, así como el ser pulsadas[35]. Y se apunta que supusieron uno de los mayores ingresos de la villa en esta época:
[…] Que la vendería de les castanyoles per la Vila, puix qui hiá moriscos de Concentayna que arrendarán, que s´arrende per lo preu que podrán, y lo arrendament serveixca pera fer la festa del benaventurat San Jordi[36].
La Célebre Centuria que consagró la Ilustre y Real Villa de Alcoy a honor y culto del Soberano Sacramento del Altar (que sea por siempre alabado) en el año 1668, citada anteriormente, que escribió el médico Vicente Carbonell a mediados del siglo xvii, es, como hemos dicho, la fuente más antigua que tenemos sobre la Fiesta de Moros y Cristianos. En esta obra aparecen referencias sobre la música en Alcoy que nos parece importante destacar[37]. En el capítulo I [breve descripción de la villa de Alcoy, con una relación de algunos insignes sujetos hijos de ella], cita al músico Mosen Iosep Garcia de Otaso, hijo de Pedro Garcia de Otaso, y de Melchora Valor, Musico excelente, Racionero de la Santa Iglesia de Toledo, en donde muriò[38].
En el capítulo XII [Celebridad del Domingo], describe brevemente la procesión que tuvo lugar ese día, acompañada de danzas, y apunta que la villa de Alcoy tiene buena capilla de músicos, dando el nombre de Vicente Alexandro como maestro de la misma y citando la palabra capiscol[39] para referirse a uno de los músicos acompañantes. Creemos interesante transcribir el texto completo:
[…] Y con el gustoso, y mucho bullicio que causava la danza que discurria por tan majestuosa, y devota Procession, ocasionandole la variedad de sus mudanças, ricos vestidos, y plumas blancas con que ivan adornados, prosiguieron hasta la plaça de la Casa de la Villa, donde se cantò la siguiente Letra con tan suaves, y melifluas vozes, como siempre acostumbran los Músicos de la Capilla que tiene, y ha conservado siempre esta Ilustre Villa, siendo la Solfa que se le diò hija de la destreza del ingenio de Vicente Alexandro Maestro de Capilla, tan diestro en su composición, como por ello se ha merecido aplausos en muchas Catedrales su buen discurso, sin desmerecerlo lo suave, y sonoro de su voz, con que le acompaña: y en esta festiva acción tuvo algunos realces la Capilla, pues se le procurò la assistencia de Mosen Vicente Ubeda, de Mosen Gaspar Ubeda hermanos, de Mosen Ginés Dañon, assistentes en la Catedral de la Ciudad de Billena Reyno de Castilla, de Mosen Gaspar Gonzalves del Real Colegio del Señor Patriarca de la Ciudad de Valencia, de Mosen Estevan Guill residente en la Catedral de Murcia, y de Mosen Andrés Verdù Capiscol de la Parroquial Iglesia de Ontiñente[40].
A continuación desarrolla la letra de numerosos villancicos especificando la copla y el estribillo[41] y explica que se cantaron en la procesión con toque de campanas y una gaita delante de la iglesia del Santo Sepulcro:
Bolvieron a proseguir, celebrando la Letra y el tono que se cantò […] la dança que concertados passos discurria por la Procession con sus grandiosas pausadas mudaças, y son de una bien tañida gayta […] sin exceptar la siguiente Letra que se cantò enfrente el Convento del Santo Sepulcro[42].
En el capítulo XIII [Fiesta del martes, y solemnidad de la Profesión], da noticia del maestro de capilla y del canto solemne de la Gloria con motivo de la fiesta que se celebró:
[…] Para que al fin de la Fiesta de la Iglesia, que lo era aquel día, se cantara la gloria […] que la cantó con la atención modesta de su devoción, y con la solemnidad atenta que tan Divino exercicio se merecía; siendo tan del gusto, y agrado la Musica que la acompañó, que causò novedad al concurso, viendo la dirección con que quiso singularizar este dia el Maestro de Capilla[43].
En un apartado sobre el Tratado de los sucesos de la aparición de San Jorge, y terremotos de Alcoy, dentro del capítulo I [Refiérese a la aparición del glorioso Patrono San Jorge, y la victoria de las Alcodianas armas], aparece, por primera vez en la historia, la cita de la celebración de la Fiesta de Moros y Cristianos (a la que hemos hecho referencia en capítulos anteriores), y relata que se conmemora con música: cuya celebridad se festeja en la misma Iglesia del Santo con sonora música […][44].
En el último capítulo [En que se trata del espantoso terremoto que sucedió en nuestra villa de Alcoy, de los lances de aflicción que pasaron, y de cómo votaron por Patrón Glorioso Martyr S. Mauro], encontramos otra referencia musical. Se trata de las plegarias que Alcoy hizo a la Mare de Déu del Miracle, patrona de Cocentaina, el 15 de diciembre de 1620 como consecuencia del terremoto que sufrió la villa:
[…] Ivan con dicho orden cantando la Letania; pero como era sumissa voce, y los suspiros de punto mas alto, solo se oìan afligidas vozes. […] Antes de llegar al Convento de San Francisco de Cocentayna, salieron los músicos de aquella Villa, y recibieron la Procession cantando al Antiphona: Non sumus digni[45].
En el año 1672 Alcoy cuenta con una plantilla de músicos y cantores cuyo salario pagaba la villa con gran generosidad[46]. Rogelio Sanchís Llorens escribe sobre El libro de pagos de 1672 y saca a la luz la importancia que tuvo la música desde tiempos muy remotos para Alcoy:
[…] Muy curioso resulta el comprobar que Alcoy contaba con una plantilla de músicos y cantores, cuyos salarios pagaba la villa con gran generosidad en comparación con los otros cargos municipales. El “mestre de capella”, que se llamaba Vicente Alexandre, percibió como salario 92 libras y 10 sueldos; el que tocaba el órgano “axí per organiste, com per musich” 40 libras; el corneta, 60; el que tocaba el “baxo y menestril”, 30; el tenor, 15, y el contralto 10 libras[47].
También sabemos que la música estaba presente en las comparsas de los siglos xvii y xviii, pues como dice Coloma:
[…] en el principio, ruido de atabales para buscar el ritmo del festero y llamar la atención del gentío. Luego, al bronco son de las pieles tensas, se uniría el agudo canto de los moriscos añafiles[48]. […] ¿Y por qué un instrumento aerófono, como el añafil o la flauta, junto con otro de membrana, como el tambor, se habrían de bastar para acompasarse las comparsas en los siglos xvii y xviii[49]?
Sanchís apunta que en el año 1702 cantaron en la Fiesta del Santo Sepulcro, Pascual Soler y el cantor traido de la Ollería, Porque Oltra, que además cantó en la fiesta que la villa celebró en honor del rey Felipe V[50]. El citado autor dice que en el año 1704 queda vacante la plaza de maestro de capilla por la muerte de un tal Andrés Sempere que debía de ser la persona que lo regentaba. Y en el año 1705 este sustituto prepara la música para la Fiesta de Alcoy:
[…] Y ocupó la plaza transitoriamente un estudiante de música llamado Miguel Abad, el cual sirvió el cargo sin recibir salario, acudiendo desde Valencia con otra persona a la celebración de las festividades oficiales de Alcoy. Este estudiante preparó los papeles para los músicos que debían tocar en la fiesta del Santo Sepulcro en el año 1705, así como las partituras para la fiesta de San Jorge del mismo año[51].
En este siglo xviii continúan las noticias de música acompañando a la Fiesta, como apunta Berenguer: al Compás de Marciales Instrumentos que acompañan las Compañías se encaminan por la Plaza del Cabildo, Calle Mayor, cruzando el frontis del R. Convento […][52].
En el año 1738 la Fábrica de Paños celebra una gran fiesta que ameniza con música en la que se paga una partida de 3 libras y otra de 10 a la Capilla de la Villa y a los músicos venidos de fuera[53]. Y cuando se formaron las comparsas, también tuvo la música lugar destacado como afirma Sempere:
Cuando se personificaron los dos bandos enemigos en las dos compañías de arcabuceros tituladas “Christianos Moros” y “Cathólicos Cristianos”, la música empezó a adquirir destacado relieve con el acompañamiento de chirimías[54] y tambores[55].
Y así, se sucedieron durante todo el siglo xviii acontecimientos sociales que se acompañaron de música.
Conclusiones
Estas parecen ser las primeras noticias musicales que se tienen en la villa de Alcoy por entonces, y ciudad en la actualidad. Estas composiciones fueron el germen de la Música Festera que a partir del año 1817 se materializó en sus tres formas para el desfile: pasodobles, marchas moras y marchas cristianas. Es evidente que hasta ese momento, en el que una comparsa se hace acompañar por una banda de música en el desfile moro, no tenemos constancia de este tipo de arte musical. Será Alcoy la ciudad germen de esta música que se convertirá en referente obligado y se nutrirá de compositores de gran prestigio que generarán un gran corpus musical.
Dra. Ana María Botella Nicolás
Departamento de didáctica de la Expresión Musical, Plástica y Corporal
Universidad de Valencia
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[1]Mansanet, José Luis. “La Fiesta de Moros y Cristianos como institución y su ordenación”, Actas del I Congreso Nacional de Fiestas de Moros y Cristianos, tomo I, 1976, p. 348.
[2]Botella, Ana María. “La creación musical en la Fiesta de Moros y Cristianos”. Música y Educación, 90 (2012): 65.
[3]Sanchís, Rogelio. “Raíces históricas de las Fiestas de Moros y Cristianos de Alcoy”, Actas del I Congreso Nacional de Fiestas de Moros y Cristianos, tomo II, 1976, p. 532.
[4]García, Tomás. Las fiestas de San Jorge, en Alcoy. Larache: Artes Gráficas Boscá, 1940, p. 1.
[5]Berenguer, Julio. “Fundamento religioso de los moros y cristianos de Alcoy”, Actas del I Congreso Nacional de Fiestas de Moros y Cristianos, tomo I, 1976, pp. 143-144.
[6]Botella, Ana María. “Análisis estilístico de la Música de Moros y Cristianos”, Música y Educación, 86, (2011): 33.
[7]Pla, Vicente. Reflexiones sobre la marcha mora. Alicante: Caja de Ahorros Provincial de Alicante, 1985, p. 36.
[8]Botella, Ana María. “La creación musical en la Fiesta de Moros y Cristianos”, op. cit,. p. 67.
[9] Sobre la marcha cristiana y Aleluya, consúltese el trabajo: Botella, Ana María. “Características estilísticas y musicales de Aleluya: primera marcha cristiana de la historia de la música de moros y cristianos”, Archivo de Arte Valenciano, 90, (2009): 250-258.
[10]Barceló, Joaquín. Homenaje a la Música Festera. Torrent: Selegraf, 1974, p. 22.
[11]Berenguer, Julio. Historia de los Moros y Cristianos de Alcoy. Alcoy: Imp. Belguer, 1974, p. 149.
[12]Anón. (Faus-Martí). Guía del forastero en Alcoy. Alcoy: Imp. J. Martí Casanova, [ed. facsímil: Guía del forastero en Alcoy. Valencia: Librerías París-Valencia, 1990], 1864, p. 211.
[13] Clarín: (del fr. clairon, clarion y éste del lat. clarus) Instrumento de viento semejante a la trompeta, pero más pequeño y de sonido agudo y penetrante. [Cfr.: Andrés, Ramón. “Clarín”, Diccionario de instrumentos musicales, de Píndaro a J. S. Bach, Barcelona: Bibliograf, S. A., 1995, p. 94.].
[14] Dulzaina: (del lat. dulcis; fr.; doçaine, douçaine, douceine, douchaine, dousine, duceine, dulceuse; it.; doltzana, dolzaina, dolzana). Aerófono culto de doble lengüeta. [Cfr.: Andrés, Ramón. “Dulzaina”, Diccionario de instrumentos musicales, de Píndaro a J. S. Bach, op. cit., p. 141.]. De la familia del oboe.
[15] Atabal: (del ár. tabl; al.; pauken; fr. timbales; i. kettledrumns, timpani; it. timpani). Especie de tambor, provisto de una membrana y de un resonador de media esfera. [Cfr.: Andrés, Ramón. “Atabal”, Diccionario de instrumentos musicales, de Píndaro a J. S. Bach, op. cit., p. 25.].
[16]Anón. (Faus-Martí), op. cit., p. 217.
[17]Coloma, Rafael. Libro de la Fiesta de Moros y Cristianos de Alcoy. Alcoy: Instituto Alcoyano de Cultura Andrés Sempere, 1962, p. 248.
[18] Creemos que se refiere al “baile de la Moma”, dentro de la Fiesta del Corpus Valenciano, que es una danza ritual en la cual “la Moma”, que va toda vestida de blanco y representa la virtud, mantiene una lucha incruenta contra “los Momos” que son siete y representan los pecados capitales. El final de la danza significa el triunfo del bien contra el mal.
[19]Berenguer, Julio. Historia de los moros y cristianos de Alcoy, op. cit., p. 58.
[20]Moya, José. Libro de oro de la Ciudad de Alcoy, vol. I. Alcoy: Artes Gráficas, 1992, p. 118.
[21]Moya, José. Libro de oro de la Ciudad de Alcoy, op. cit., pág. 196.
[22]Ibídem.
[23]Moya, José. Libro de oro de la Ciudad de Alcoy, op. cit., p. 197.
[24]Moya, José. Libro de oro de la Ciudad de Alcoy, op. cit., p. 242.
[25]Moya, José. “Las Fiestas de San Jorge en el siglo xvi”, Revista de Fiestas de Moros y Cristianos, (1950): 37.
[26]Ibídem.
[27]Espí, Adrián. (coord.) et all. “La Música Festera”, VV. AA., Nostra Festa, vol. III, Alcoy: Asociación de San Jorge, 1982, p.19.
[28]Llumener: l’encarregat d’encendre i apagar els llums d’una església. [Cfr.: Lacreu, Joan. (dir.) et all. “Llumener”, Diccionari Valencià, València: Edicions Bromera, 2a ed., 1996, p. 1252.].
[29]Valor, Ernesto. Diccionario alcoyano de música y músicos. Alcoy: Llorens Libros, 1988, p. 15.
[30]Berenguer, Julio, Historia de los moros y cristianos de Alcoy, op. cit., p. 60.
[31] Atambor: vocablo en desuso, sinónimo de tambor.
[32]Ibídem.
[33]Espí, A., op. cit., p. 19.
[34]Valor, E., op. cit., p. 15.
[35]Berenguer, Julio, Historia de los moros y cristianos de Alcoy, op. cit., p. 63.
[36]Ibídem.
[37] Hemos respetado el idioma de la edición facsímil, que es la que hemos manejado.
[38]Carbonell, Vicente. Célebre Centuria que consagró la Ilustre y Real Villa de Alcoy a honor y culto del Soberano Sacramento del Altar (que sea por siempre alabado) en el año 1668, [2ª ed. facsímil de la primera, con estudio preliminar y notas de Rafael Coloma], Alicante: Caja de Ahorros Provincial, 1976, p. 10.
[39] Capiscol: (del b. lat. capischolus). Sochantre que rige el coro, gobernando el canto llano. [Cfr.: Real Academia de la Lengua. “Capiscol”, en Diccionario de la lengua española, tomo I, Espasa-Calpe, Madrid, 22ª ed., 2001, p. 438.]. Y Sochantre es el director del coro en los oficios divinos, por lo tanto el capiscol es un alto cargo eclesiástico que antiguamente tenía a su cargo la dirección del coro de las catedrales y colegiatas.
[40]Carbonell, Vicente, op. cit., pp. 162 y 163.
[41] Por ser muchos los villancicos citados en la obra, nos limitamos a citar las páginas para su posterior consulta. Carbonell, V. op. cit., pp. 163-166, 169-176, 181-185, 198-204 y 207-217.
[42]Carbonell, Vicente, op. cit., p. 209.
[43]Carbonell, Vicente, op. cit., p. 198.
[44]Carbonell, Vicente, op. cit., p. 233.
[45]Carbonell, Vicente, op. cit., p. 259.
[46]Espí, A., op. cit., p. 19.
[47]Sanchís, Rogelio. “El libro de pagos del año 1672”, Revista de Fiestas de Moros y Cristianos, (1962): 61.
[48] Añafil: (del ár. nafir o nefir; t.; annafil, annafyl, annefil, nafil, naffil; port.; anafil, anafim, danafil) Trompeta morisca. [Cfr.: Andrés, Ramón. “Añafil”, op. cit., p. 8.]. Trompeta recta de unos 80 cm de longitud.
[49]Coloma, Rafael. “La Música y la Fiesta”, Revista de Fiestas de Moros y Cristianos, (1982): 149.
[50]Sanchís, Rogelio. Alcoy y su monasterio del Santo Sepulcro (1569-1968). Alcoy: Instituto Alcoyano de Cultura Andrés Sempere, 1968, p. 96.
[51]Ibídem.
[52]Berenguer, Julio, op. cit., pp. 74-75.
[53]Espí, Adrián, op. cit., p. 19.
[54] Chirimía: (del fr. chalemie, en uso desde el siglo xiv, y éste del lat. calamellus, dim. de calamus, caña, flauta de caña) Instrumento de madera, de tubo cónico y de doble lengüeta, con un pronunciado pabellón. En realidad fue un nombre genérico aplicado a todo tipo de instrumento aerófono dotado de lengüeta, de ahí que lo encontremos aplicado a dulzainas, caramillos e incluso a algunas flautillas pastoriles. [Cfr.: Andrés, Ramón. “Chirimía”, op. cit., p. 77.]. Instrumento musical de viento, hecho de madera, a modo de clarinete, de unos siete decímetros de largo, con diez agujeros y boquilla con lengüeta de caña.
[55]Sempere, Camilo. “Influencia de la música en nuestras fiestas: factor esencial”, Revista de Fiestas de Moros y Cristianos, (1955): 15.