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Resumen
Actualmente vivimos en un mundo totalmente tecnificado donde se imponen los productos basados en una fabricación en serie, haciendo que una industria que ha perdurado miles de años, como es la alfarería, esté a punto de desaparecer. Ante esta realidad, los modernos alfareros han de afrontar un nuevo reto para poder competir en este entorno, aportando a su trabajo creatividad, innovación y originalidad. Este desafío lo abordó Mariano Moreno Sáez hace un siglo, adelantándose a su tiempo.
El objetivo de este trabajo es presentar a este personaje, uno de los ceramistas más grandes que ha dado Castilla y León en la primera mitad del siglo xx, y que ha sido ignorado por la historia, para que su figura sea reconocida y sus obras puedan ser valoradas y admiradas por las generaciones venideras.
1. Introducción
Cuando los hombres se dieron cuenta que la tierra mezclada con agua era fácilmente moldeable y que una vez expuesta al fuego adquiría notable consistencia, surgió una nueva industria: la alfarería. No es posible precisar su origen temporal, si bien los primeros objetos encontrados de alfarería se remontan al periodo Gravetiense (29.000 – 20.000 a.C.)[1].
Existen varios términos que hacen referencia a esta industria, como alfarería y cerámica, entre otros, que en ocasiones se utilizan como sinónimos, pero que conviene matizar. Así, la palabra alfarería proviene del árabe fahhâr (barro) y ésta, a su vez, del hebreo hhafar (tierra)[2], mientras que cerámica proviene del adjetivo griego keramikoV (hecho de arcilla), derivado de keramoV (arcilla)2. Ambos términos hacen alusión a la materia utilizada y, en este sentido, durante siglos, se han utilizado como sinónimos. Sin embargo, en la actualidad se ha impuesto el concepto que considera como alfarería la que hace reproducciones, siguiendo una tradición, para su uso, principalmente doméstico, mientras que la cerámica crea piezas originales, buscando la estética y con finalidad decorativa.
Así mismo hay términos como, cacharrero, barrero, cantarero, ollero, botijero, etc., entre otros, que se emplean como sinónimos de alfarero[3].
En este trabajo, para evitar confusiones, se utilizarán los vocablos alfarería y alfarero, para hacer referencia a toda esta industria y a la profesión, respectivamente, anterior al siglo xx, mientras que con posterioridad se emplearán de forma diferenciadora los términos, cerámica y alfarería, ceramista y alfarero, en base a lo referido anteriormente.
En cuanto a la finalidad que ha tenido toda esta industria, cabe decir que ha sido y es muy diversa, desde su uso para cocinar, comer y beber, como para transportar y conservar alimentos y líquidos, además de decorar, suponiendo una de las mayores revoluciones industriales que ha tenido lugar a lo largo de toda la historia.
En definitiva, la alfarería ha tenido tanta importancia en todos los pueblos y ha sido tan diversa que a través de ella se puede conocer las formas de vida y cultura de la humanidad.
2. Objetivo
La finalidad principal de este trabajo es presentar a uno de los ceramistas más grandes que ha dado Castilla y León en la primera mitad del siglo xx, Mariano Moreno Sáez.
En este sentido cabe decir que son muchos los estudios publicados en relación con la alfarería y la cerámica del siglo xx en España y más concretamente en Castilla y León. Sin embargo, en ninguno de ellos se hace mención alguna a Mariano Moreno Sáez, ni tan siquiera en los estudios correspondientes a Palencia y a Astudillo, su localidad natal y donde realizó su notable trabajo como ceramista. Por este motivo, el presente artículo hace hincapié en este ilustre artista, ignorado por la historia, para que su figura sea reconocida y sus obras puedan ser valoradas y admiradas por las generaciones venideras.
3. La figura de Mariano Moreno Sáez
Mariano Moreno Sáez, nació en Astudillo (Palencia) el 25 de marzo de 1886. Hijo de Aquilino Moreno Rincón, natural de esta misma localidad, de oficio alfarero, y de Eustaquia Sáez Husillos, natural de Astudillo. Nieto de Máximo Moreno Rodríguez, natural de Palencia, de oficio alfarero, y de María Rincón Palencia, natural de Villasandino (Burgos).
En la Figura 1 se presenta una parte del árbol genealógico de Mariano Moreno Sáez y su relación familiar con Eulogio y Félix Moreno Castrillo, los últimos alfareros de Palencia (Abad, 77).
Fig.1. Genealogía de los alfareros Moreno
Nota: Todos los indicados en color azul son alfareros
Se casó con María del Carmen de la Loma Santoyo, el 21 de mayo de 1910 en la iglesia de Santa Eugenia, de Astudillo. En la Figura 2 se puede ver una fotografía familiar de Mariano Moreno.
Fig.2. De izquierda a derecha, Mariano, María de la Loma (su mujer), Amador (vecino), Petra de la Loma
(sobrina), Mónica (mujer de Amador) y Pedro de la Loma (hermano de María)
Era una persona generosa y cordial. En su casa se quedaba siempre la banda de San Marcial, de Burgos, cuando venían a tocar en fiestas. Era aficionado a jugar a las cartas. Buen vendedor, vivía exclusivamente de los cacharros, aunque tenía unas tierras de labranza, llevadas por su cuñado, Pedro de la Loma.
A su alfarería, para no confundirla con otras de la localidad, la llamaban “Cacharrería la Guapa”, lo cual es muy significativo respecto a lo que allí se creaba, y estaba situada en la plaza el Lagarejo, a día de hoy transformada en tenada agrícola.
Contaba con la colaboración de Fausto Fernández y Francisco Pérez para traer la leña y la tierra para realizar su trabajo, que se cree proviene del término de Tablero. Cuando Francisco venía con la burra cargada de leña y se paraba a hablar con alguien, al reanudar la marcha, le decía al animal “A burra cantarera, que te gusta la conversación, que el horno se está quedando duro”.
Fue padrino de bautismo de Victoria Santoyo García (1932) y de Román de la Loma Ruíz (1938). También fue padrino de boda de Humbelina de la Loma y Ángel Tejedor Peña (1941).
Fallece el 13 de abril de 1960 en la localidad de Astudillo. No tuvo hijos a los cuales pudiera transmitir su oficio y tampoco se lo enseñó a nadie, por lo cual todo su saber hacer no ha podido ser transmitido. Sólo nos queda de él su obra, que permanece actualmente en el más absoluto desconocimiento. No hay constancia, a día de hoy, de ningún documento publicado en el que se haga mención a Mariano Moreno Sáez y a su obra.
4. El entorno
La alfarería tradicional está viviendo un rapidísimo declive, debido a la dureza del oficio y a la competitividad de los productos manufacturados en serie. Prueba de ello son los numerosos alfares que han ido desapareciendo en los últimos tiempos. En concreto, en la provincia de Palencia hay constancia de numerosos alfares: Baltanás, Guardo, Otero de Guardo, Aguilar de Campoo, Berzosilla, Cervera de Pisuerga, Olleros de Pisuerga, Olleros de Paredes Rubias, Paredes de Navas, Saldaña, Palencia, Villalobón, Carrión de los Condes y Astudillo[4] y, sin embargo, en la actualidad la mayoría han desaparecido y los pocos que existen ya no están en activo (Guerrero, 149).
Mariano es natural de Astudillo, un pueblo de gran tradición alfarera[5], y referente más destacado de la provincia de Palencia[6], manteniendo hasta la década de los 70 el último alfar de toda la provincia[7],[8]. Entre la amplia variedad de piezas de esta localidad, son de reconocido prestigio sus botijos de la Pasión y sus cántaros vidriados7, que son muy característicos por su particular color que los hace inconfundibles[9].
Fue tal la importancia de Astudillo, que ceramistas de toda España, interesados por los modelos antiguos, se decantaron por reproducir sus piezas (Porro, 382).
En este entorno de raíces profundamente alfareras comenzó la creación de Mariano Moreno Sáez, a principios del pasado siglo. Su obra es vasta, abarcando campos muy diversos, desde enseres de uso cotidiano, como útiles de cocina (platos, morteros, cazuelas, pucheros etc.), otros elementos de uso doméstico (botijos, jarros, cántaros, tinajas, etc.), pequeñas piezas que servían de juguetes para los niños, hasta cerámicas de notable valor artístico.
Dada la enorme amplitud y variedad de sus obras, este artículo se centra únicamente en la creación cerámica de Mariano Moreno y más concretamente en los cántaros de novia.
5. Los cántaros de novia
Los cántaros de novia son objetos de regalo que tradicionalmente han formado parte de la dote de la novia en muchas regiones de España[10]. En la mayoría de los alfares se hacían elementos típicos de ajuar, que podía estar formado por piezas muy diversas, como botijas, jarras, ollas, etc.
A modo de ejemplo, cabe destacar la jarra de novia, en Murcia[11], la olla de novia, en Extremadura[12] y Castilla La Mancha[13] y el cántaro de novia, en gran parte de la geografía española11. En la Figura 3 pueden observarse ejemplos de éstos.
Fig.3. Cerámica de novia
Jarra de novia Olla de novia Olla – Parra de novia Cántaro de novia
Lorca Salvatierra de los Barros Belvis de la Jara Tiedra
(Murcia) (Badajoz) (Toledo) (Valladolid)
Normalmente el regalo de estas piezas procedía del novio (Sánchez, 7), en otros casos, como en algunas comarcas de Palencia, llevaban una figura de mujer y se hacían por encargo (Navarro, 100), mientras que en otros casos se fabricaban exclusivamente para las novias que iban a casarse con alfareros[14]. Sin embargo, el cántaro de novia, de Mariano Moreno Sáez, es una pieza que hizo este artista únicamente a sus familiares y se la regalaba a los novios el día de su boda.
6. Los cantaros de novia de Mariano Moreno Sáez
los cántaros son recipientes de uso doméstico, generalmente de barro cocido, que han servido a lo largo de la historia para guardar aceite, vino o granos, pero principalmente para realizar actividades vitales básicas como recoger, transportar y almacenar agua. Con el paso del tiempo, los avances técnicos han ido desplazando estos utensilios, como casi a la totalidad de la alfarería popular, por otros de vidrio, acero inoxidable y plástico. Sin embargo, han ido teniendo cada vez más relevancia como elementos decorativos. En este sentido, en muchas regiones de España forma parte de la dote de la novia, denominándose cántaro de novia.
El cántaro de novia tiene una morfología similar a la del cántaro tradicional, diferenciando de éste, además de en la funcionalidad, por la presencia de una refinada decoración incisa, excisa o barnizada, que lleva en diferentes partes del cuerpo, que constituye el “festoneado” y estando, en la mayoría de los casos, totalmente vidriado. También es habitual la presencia de una tapadera decorada rematando el cántaro, a modo de corona[15]. En la provincia de Palencia, el más típico es el de la localidad de Astudillo (Navarro, 99). A modo de peculiaridad cabe decir que en los costados llevan grabados tallos de carrizos, con las hojas pintadas y rematado con unas piñas florecidas. En la Figura 4 puede contemplarse el cántaro de novia, también denominado en esta localidad como cántaro de boda.
Fig.4. Cántaro de novia de Astudillo
Dentro de esta tradición alfarera astudillana, Mariano Moreno crea un nuevo concepto de cántaro de novia. Se trata de un conjunto de piezas únicas, realizadas solamente a sus familiares más cercanos.
Para comprender la creación de estas obras, se presentan los árboles genealógicos correspondientes a la rama familiar de Eustaquia Sáez, madre de Mariano Moreno (Figura 5) y a la rama familiar de María del Carmen de la Loma, esposa de Mariano Moreno (Figura 6).
Fig.5. Genealogía Sáez Castro. Rama familiar de la madre de Mariano Moreno
Fig.6. Genealogía de la Loma. Rama familiar de la esposa de Mariano Moreno
Seguidamente se presentan los cántaros de novia realizados por Mariano Moreno, con sus correspondientes detalles, y que se conservan en la actualidad. Pertenecen a los matrimonios de: Saturnino y Anunciación, en 1941 (Figura 7); Eutiquio y Alejandra, en 1946 (Figura 8); Francisco y Daría, en 1943 (Figura 9); Ángel y Juliana, en 1941 (Figura 10); Jacinto y Herminia, en 1943 (Figura 11).
Cabe comentar también, que hubo otro cántaro de novia, perteneciente a Petra de la Loma Olmedo y Antonino Tejedor Peña, pero se rompió al poco tiempo de haberse casado (1951). Como peculiaridad respecto a los otros cántaros, éste tenía inscrito un poema.
Fig.7. Cántaro de novia de Saturnino y Anunciación
7. Características propias de los cántaros de novia de Mariano Moreno
Como señas de identidad principales de los cántaros se pueden destacar los siguientes aspectos:
Fig.12. Vidriado de los cántaros
Fig.13. Detalles de serigrafía y caligrafía
Fig.14. Enchinado con cantos de cuarzo
Fig.15. Elementos decorativos
Fig.16. Tapa e iniciales invertidas
Fig.17. Detalles de símbolos y emblemas
Fig.18. Rostros decorando la base
En definitiva, se pueden apreciar en los cántaros de Mariano Moreno detalles de exquisita belleza, donde destaca la variedad y riqueza de sus elementos decorativos, así como la originalidad de los mismos, lo cual les convierte en piezas singulares y de notable valor artístico.
8. Conclusiones
En la actualidad vivimos en una sociedad cada vez más tecnificada e industrializada, donde se imponen los nuevos productos, basados en una fabricación en serie, que resultan más diversos, económicos y competitivos, propiciando que una industria que ha perdurado miles de años, como es la alfarería esté a punto de desaparecer. Con ello puede extinguirse una forma de entender la vida y una cultura ancestral.
Ante este panorama, el único futuro que les queda a los actuales artesanos es añadir a su obra un espíritu creativo, moderno e innovador, que sirva para que el barro se transforme en vehículo de expresión de su identidad.
Este reto lo afrontó Mariano Moreno Sáez hace un siglo, adelantándose a su tiempo. Mariano fue alfarero por tradición familiar y con ello se ganó la vida, pero su verdadera vocación era la de ceramista. Trabajó con los mismos materiales y herramientas: barro, torno, horno, barnices, moldes, palillos, etc., y los utilizó, en unos casos, para fabricar cacharros y, en otros, para elaborar piezas de cerámica, pasando de lo útil a lo bello, fruto de una mente creadora excepcional.
En este trabajo se ha presentado la figura de Mariano Moreno Sáez y una ínfima parte de su colosal obra, como son los cántaros de novia. Es de esperar que con ello se conozca su persona y su legado, para que se valore la aportación que hizo este alfarero y artista a la cerámica castellana, y pueda ocupar el lugar que le debe la historia.
María Luz Husillos García
Dpto. de Latín
I.E.S. Conde Lucanor. Peñafiel (Valladolid)
Agradecimientos
El presente trabajo ha sido posible gracias a la inestimable ayuda de muchas personas.
A la generosidad y buena memoria de Petra de la Loma, sobrina de María del Carmen de la Loma Santoyo (esposa de Mariano) y de Milagros Plaza Tapia, sobrina nieta de Mariano, y a su esposo Glicerio Castro Husillos, que han proporcionado datos referentes a la persona de Mariano Moreno Sáez.
A las familias Castro Zarzosa, Cavero Castro, Castro Santos, De la Loma Aguado y Plaza Tapia, que me han permitido acceder a sus cántaros de novia y fotografiarlos.
A León Javier Sancho, alfarero y ceramista actual de Astudillo, por sus valiosas aportaciones en relación con la técnica alfarera.
Al personal del juzgado de paz de Astudillo, Félix y Juan Carlos, por facilitar fechas relevantes de Mariano y su familia.
No quiero olvidarme de los vecinos de Astudillo que conocieron a Mariano Moreno Sáez y que han proporcionado detalles de su persona y obra.
Bibliografía
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Notas
[1] La cerámica tiene un origen muy antiguo, estrechamente ligado con la vida de los seres humanos, y todos los expertos coinciden en que tiene varios miles de años. Pero si de lo que se trata es de fijar un punto concreto de la historia, determinando los restos de cerámica más antiguos, los científicos discrepan.
Uno de los estudios más aceptados es el de los arqueólogos Pamela B. Vandiver, Olga Soffer, Bohuslav Klima and Jiři Svoboda, que publicaron el trabajo “The Origins of Ceramic Technology at Dolni Věstonice, Czechoslovakia”, en la revista Science, New Series, vol. 246, No. 4933, pp. 1002-1008, en noviembre de 1989. En este artículo se realiza un análisis referente a una pequeña estatua de cerámica del periodo Gravetiense, descubierta en julio de 1925 enterrada en una capa de ceniza y dividida en dos piezas. La estatua, conocida como la Venus de Dolni Vestonice, representa una figura femenina, y está fechada entre 29.000 y 25.000 a.C. Según los autores, esta figura es la cerámica más antigua que se conoce en el mundo.
Sin embargo, otros expertos no la consideran como una pieza de cerámica, entendiendo por tal aquella que ha sido realizada mediante el empleo de arcilla cocida. En este sentido, mucho más recientemente, el 29 de junio de 2012, la revista Science, en su número 6089, vol. 336, pp. 1696-1700, publicaba el artículo: “Early Pottery at 20,000 Years Ago in Xianrendong Cave, China”, realizado por: Xiaohong Wu, Chi Zhang, Paul Goldberg, David Cohen, Yan Pan, Trina Arpin, Ofer Bar-Yosef. Se trata de un estudio llevado a cabo por prestigiosos arqueólogos de la Universidad de Pekín, las Universidades de Harvard y Boston y de la Universidad Eberhard Karls en Alemania, donde se detalla el hallazgo de unas piezas de cerámica, halladas en una caverna de la provincia China de Jiangxi, que habrían servido como utensilios de cocina utilizados por una población de cazadores nómadas de hace unos 20.000 años, siendo estos objetos los restos cerámicos más antiguos hallados hasta el momento, superando en 2.000 años a los que estaban anteriormente catalogados como tales, por parte de una gran mayoría de expertos.
Sea una u otra, la antigüedad y la trascendencia de la cerámica está más que constatada.
[2]Corominas, Joan, “Diccionario crítico etimológico de la Lengua Castellana”, Editorial Gredos, Madrid, 1974.
[3] “Diccionario de sinónimos y antónimos”, Editorial Espasa-Calpe, Pozuelo de Alarcón (Madrid), 2005.
[4]Gómez, Luis; Pelaz, Félix, “La Cerámica palentina”, Apuntes Palentinos, nº 3, Caja de Ahorros y Monte de Piedad, Palencia, 1983.
[5]Madoz, Pascual, “Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de ultramar”, Tomo IV. Madrid, 1845-1850.
[6]Seseña, Natacha, “Cacharrería popular la alfarería de basto en España”, Alianza Editorial, 1997.
[7] LLORENS ARTIGAS, Josep; CORREDOR-MATHEOS, Josep, “Cerámica popular española”, Editorial Blume, Barcelona, 1982.
[8] VOSSEN, Rüdiger; SESEÑA, Natacha; KÖPKE, Wulf, “Guía de los Alfares de España”. Artes del Tiempo y el Espacio. Editora Nacional, Madrid, 1975.
[9]Sanz Martín, Ignacio, “Guía de alfares de Castilla y León”, Ediciones de la Torre. Madrid, 1983.
[10] Museo del cántaro. Valoria la Buena (Valladolid). http://www.valorialabuena.com/museodelcantaro/inicio.shtml
[11] Jarra de novia. Lorca (Murcia). http://www.ceramica-lario.com/productos.html?texto_es=jarra de novia&ref=&c=3&lang=es
[12] Olla de novia. Salvatierra de los Barros (Badajoz). http://www.todocoleccion.net/alfareria-tradicional-olla-novia~x29105498
[13] Olla Parra de novia. Belvis de la Jara (Toledo). http://www.todocoleccion.net/olla-parra-novia-belvis-jara-toledo-alfareria-popular-extinguida~x32564890
[14]Martínez Glera, Enrique, “La alfarería en La Rioja. Siglos xvi – xx”, Gobierno de La Rioja. Consejería de Cultura, Deportes y Juventud, Logroño, 1994.
[15] Museo del cántaro. Valoria la Buena (Valladolid). http://www.valorialabuena.com/museodelcantaro/inicio.shtml