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Revista de Folklore número

369



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Las danzas de la Villa de Caballar (Segovia): la agrupación

SANZ GOMEZ, Víctor

Publicado en el año 2012 en la Revista de Folklore número 369 - sumario >



Texto del artículo en archivo digital rf369.pdf

Acudimos en estos últimos años, ya no sólo en Segovia sino en el conjunto de Castilla y León, al aumento de textos e investigaciones sobre cultura tradicional[1], así como a la recuperación de usos pertenecientes a nuestros antepasados. En el caso que compete a este artículo, ese hecho objeto de “rescate” han sido unas danzas determinadas.

Todo apunta a una mayor concienciación por parte de la sociedad para luchar por la supervivencia de estas prácticas músico-danzarias y elementos identitarios tradicionales, que, en muchos casos, sorprenden al espectador. Muchos municipios buscan en la recuperación de sus tradiciones esos aspectos, pertenecientes a una idiosincrasia particular, con los que marcar un ser determinado dentro de la unidad de la provincia, la Comunidad Autónoma o el país. Bien valga este interés reivindicativo para sacar a la luz de la etnografía elementos y costumbres que en el pasado suponían el ser natural de la vida y la existencia.

1.- CONTEXTUALIZACIÓN

Este artículo se centra en las danzas de la villa de Caballar, recuperadas recientemente. Caballar es un municipio de 110 habitantes, situado en el centro geográfico de la provincia, a medio camino de la Sierra de Guadarrama y las tierras de secano del páramo segoviano. Se encuentra en un valle de escasa profundidad, dando lugar a una zona resguardada en la que no aparecen las amplitudes térmicas propias de los campos de Castilla. Este hecho ha determinado la vida del pueblo, ya que en esas zonas de ribera protegidas la población las ha aprovechado para la horticultura. De ahí que Caballar tuviera (y siga teniendo, aunque en menor medida) fama en toda Segovia de pueblo agrícola productor de hortalizas y fruta.

Podemos destacar del municipio, además de la riqueza hortícola, la fisonomía del pueblo, acostado entre laderas; la existencia de una iglesia románica del siglo xiii, la Casa Consistorial barroca, la existencia de una inmensa dehesa que sirve de pasto para el ganado, así como de un monte de encinas y chaparras que sirve, junto con los de otros pueblos dispuestos a lo largo de la Sierra de Guadarrama, de bajomonte para esta estribación segoviana. De hecho, parte del término municipal pertenece al PORN “Sierra de Guadarrama”.

El otro hecho a destacar, y sobre el que gravita la acción danzaria, es la devoción a los santos mártires Valentín y Engracia, mártires en tiempos de la conquista musulmana de la península y hermanos de San Frutos, Patrón de Segovia. La religiosidad popular, en el rito de las Mojadas, les atribuye la potestad de ser intermediarios del pueblo ante Dios por la petición de agua en las épocas de sequía[2].

2.- LA FIESTA DE LOS SANTOS

La fiesta de los Santos Valentín y Engracia se celebra los días 26 y 27 de octubre, tras la conmemoración el día 25 de la festividad de San Frutos. Su memoria es recordada en toda la diócesis de Segovia. En la actualidad, para hacer más accesible la posibilidad de acudir a la fiesta a los hijos del pueblo que se encuentran fuera, se ha trasladado al fin de semana más cercano a esos días.

Desde que se inauguró la Ermita de los Santos a los pies de la Fuente Santa en el año 1915 se celebra una romería el primer domingo de septiembre, llevando en procesión las reliquias y celebrando Misa Solemne.

En ambas celebraciones, los concurrentes veneran las reliquias besando el relicario que las custodia y saliendo en procesión[3].

Las danzas se desenvuelven, según los testimonios tomados de la gente más mayor, en el contexto festivo de las procesiones del 26 y 27 de octubre, la fiesta principal del pueblo desde antaño en honor a los Santos Valentín y Engracia[4].

A mediados del periodo otoñal se encuentra la fiesta de Caballar. El pueblo se reúne para dar gracias por las cosechas. De ahí que se ofrecieran y posteriormente se subastaran los mejores productos, sobre todo, de las huertas. Estas fiestas de otoño, además de ser en agradecimiento por los bienes obtenidos, también se caracterizan por su carácter renovador a pesar de que termina el año. En la devoción a los Santos, el pueblo renueva con ansia ardiente sus anhelos y deseos renovados para el siguiente periodo. Así, pasado y futuro se unen en la fiesta.

Durante la procesión, se paraba en determinados sitios y se interpretaban las distintas danzas. El sitio de mayor lucimiento y ejecución es la plaza del Nogal de Elías. Esto se debe a que allí se encontró hasta el siglo xvii la Casa de Concejo. Debido a su carácter céntrico sigue siendo la referencia del pueblo. Se danzaba allí porque es el lugar donde más espacio hay durante la procesión.

3.- BREVE RESEÑA HISTÓRICA

El término singular de la Danza de Caballar es el utilizado en los documentos que hacen referencia a la práctica músico-danzaria y a la agrupación de personas que las han hecho posible. Además, se utiliza porque es propia del habla popular y esto la hace idónea para hablar de la historia y evolución de esa agrupación de danzantes propia de este pueblo de la provincia de Segovia.

Uno de los primeros testimonios que encontramos de la Danza de Caballar es de mediados del siglo xvii. Almudena Rico, en su artículo para la revista Era Rural Reportajes, recoge la participación de “la Danza de la Villa de Caballar” en Requijada, en la procesión de la Romería de la Virgen de las Vegas del año 1666, festividad que tiene lugar el 8 de septiembre (Natividad de Ntra. Sra.)[5].

Otro dato importante a tener en cuenta es la brevísima mención que aparece en el Libro de Cuentas de 1824 que se encuentra en el Archivo Parroquial de Caballar con motivo de la enumeración de gastos de las fiestas en honor a San Valentín y Santa Engracia[6]. Señalar que, hasta este respecto, el mantenimiento económico de la fiesta religiosa y del culto se hacía gracias a la recaudación por parte de la figura del santero, persona que acudía a pedir a los devotos de los Santos[7]. Esta forma de sostenimiento se mantuvo, según la documentación estudiada por Tomás Calleja, hasta el año 1818. A partir de aquí, desaparece esta figura.

Aún así, la Danza sigue formando parte de la comitiva litúrgica de la procesión. También figura la participación de la Danza de Caballar en la fiesta segoviana que tuvo lugar en Madrid los días 27 de mayo de 1930. El 16 de abril de 1932 volvió a la capital formando parte de la visitas organizadas de Orfeones Regionales a lo que aquel entonces se llamaba Prensa Española[8]. En ella se relata la asistencia de comparsas de danzas a las instalaciones del periódico, así como la realización de danzas en obsequio por tal presente. Queda constancia de su visita en la fotografía tomada al día siguiente, en la que aparecen jóvenes segovianas y el, por aquel entonces, alcalde de la Villa de Caballar D. Victoriano Berrocal[9].

La última referencia documental acerca de las danzas de Caballar la encontramos en el libro La Dulzaina en Castilla: Folclore y Regionalismo del escritor Isidoro Tejero Cobos. Aparece una fotografía tomada en 1955, un año después de que la Danza de Caballar se alzará con el Primer Premio del Concurso Provincial de Danza y Paloteo[10].

En 1960, encontramos la incursión de la mujer en las danzas de Caballar, cosa que hasta la fecha no se había producido. Bajo la influencia de la Sección Femenina que fue la que propició la incorporación de las féminas a un terreno que, en el pasado fue gobernado por hombres, interpretando ellas solas El Cordón o Tejido de Cintas y la interpretación mixta de la Jota del Arco o de las propias danzas realizadas hasta la fecha. También se incorporaron otros paloteos como El Credo.

A finales de esa década, encontramos el primer parón de la actividad del Grupo de Danzas, a causa del éxodo rural. En 1992, tras aproximadamente tres décadas sin danzar, un grupo de jóvenes y niños recuperan la tradición de estas danzas de la mano de Marcelo Contreras y Félix Martín, zorra y danzante respectivamente en las anteriores agrupaciones de danza. A su vez, se contrataron los servicios de una profesora para que instruyera a los niños en otro tipo de danzas y bailes segovianos pagada por estos alumnos. Esta agrupación danzó, durante unos años, en la Romería a la Fuente Santa; y también salió a otros pueblos de la provincia a danzar.

En 2002, desapareció de nuevo el grupo, debido a la salida a la Universidad de muchos de sus componentes[11].

Y en 2011, tras varios intentos de recuperación, se vuelve a establecer el Grupo de Danzas, auspiciado por la Asociación Cultural “Caballar se Mueve” y formado por algunos de los miembros de la última generación de danzantes, así como jóvenes y adultos que no han tenido vinculación con el mundo de la cultura tradicional. La intención de esta renovada cuadrilla es danzar el fin de semana anterior a la fiesta de la Romería (debido a la existencia de una Semana Cultural), así como volver a recuperar la tradición de danzar en la fiesta de Octubre.

Cabe destacar que los danzantes, de cien años a esta parte, no guardan la quinta para danzar que existía (y todavía existe) en muchos pueblos. De 1912 hasta finales de los 40, encontramos un núcleo compacto de danzantes al que irán sustituyendo sus hijos. Hasta aquí, podríamos intuir el carácter hereditario en la organización de la Danza en Caballar. En la década de los 50, encontramos otro relevo generacional que danzarán hasta la primera desaparición a finales de los 60. Y otra generación, en los 90. Aquí ya no aparecerá ese carácter patrimonial familiar de pertenencia a la danza, aunque sí danzarán familiares de antiguos danzantes (sobre todo, nietos)

Aunque, a primera vista, parezca que este tipo de práctica se dé de manera fragmentada, la presencia hasta los años 60 de Ramón Martín y Macario Sánchez, ambos danzantes; y después, de Félix Martín y Marcelo Contreras, hace que se haya mantenido una forma y un estilo de danza que ahora se pasa a analizar.

En cuanto a la vestimenta, señalar que en los testimonios gráficos que tenemos de ciento veinte años a esta parte, los hombres presentan la vestimenta conocida como “la de Tierra de Pinares” del siglo xix, heredera del movimiento nacionalista español, con la inclusión de una banda que cruza del hombro a la cadera contraria[12] y un pañuelo enrollado atado a la cabeza.

Las mujeres presentan el traje tradicional segoviano. En el periodo 1992-2002, se produce la incorporación del “traje de paloteo” femenino, que implantó la Sección Femenina de Segovia tras la fusión del traje masculino utilizado actualmente en los pueblos serranos y el de la “tierra de Pinares”.

4.- ANÁLISIS DE LAS DANZAS

Del repertorio tradicional de danzas de Caballar, se han recuperado cinco danzas: El Ay, ay, ay; La Reverencia; La Novena; Los Pajaritos y Los Oficios. Todas ellas son danzas de paloteo.

Para el análisis, se estudiarán tres aspectos: la melodía, el golpeo y la coreografía.

4.1.- La melodía

Estas danzas son (y fueron) interpretadas melódicamente por la dulzaina. En las danzas de paloteo de Caballar encontramos las siguientes tonalidades[13]:

  • Los escritos en Sib M (La Novena y Los Pajaritos) son ambos piezas derivadas de una música previa. proceden de la adaptación de melodías previas. La primera, es la adaptación de la canción popular El Milagro de San Antonio, en la que narra la acción del niño Antonio con las aves; y la segunda, es la adaptación del himno de los patrones de Caballar: San Valentín y Santa Engracia.

Del resto se desconoce a fecha de hoy su origen, así como son de creación propia. Estos paloteos presentan ciertas características modales que consideramos importante destacar.

  • Los escritos en Fa M presentan el final en la nota Do (El Ay, ay, ay y La Reverencia), quinta de la tonalidad. Esta da a las piezas un carácter atemporal sin percibir la sensación de caída y final.
  • La danza Los Oficios, escrita en Sol m presenta un giro súbito. Haciendo el giro melódico ostinatti (IV-VI-V), en la fórmula cadencial comienza en la IV, pero la trata de manera diferente, haciendo una modulación repentina hacia Do M, convirtiendo a la VI mayor, repitiendo la nota Sol (V de la nueva tonalidad) y volviendo a cerrar en Do.

Las danzas de paloteo de Caballar presentan melodías sencillas y alegres, adscritas al tipo melódico de tonada: grupos regulares de frases que presentan cadencias fuertes sobre la tónica y la dominante y que poseen una estructura cerrada. Su ámbito se encuentra desde un ámbito de quinta (Los Oficios) hasta de oncena (Los Pajaritos).

Son de forma simple: Sección = Periodo = Frase . Esta estructura se repite las veces necesarias con el fin de obtener la coreografía. Los Oficios y La Reverencia constan de un periodo; Los Pajaritos y El Ay, ay, ay, de la repetición de un bloque de dos periodos; y La Novena, de la repetición de un bloque de tres periodos.

Todas poseen una interválica semejante, destacando la utilización de grados conjuntos, terceras, cuartas y quintas, tanto descendentes como descendentes, resaltando como diferencia La Reverencia, que presenta un salto de 8ª. Precisamente, esta última danza, La Reverencia, repite un ritornello en el que la noción de medida rítmica se hace más laxo y en el que los danzantes hacen la genuflexión.

También es importante destacar la presencia en la melodía de la danza de un salto de cuarta ascendente en su inicio, haciendo a modo de llamada a la ejecución. Excepto Los Oficios, el resto de danzas presentan esta característica.

Respecto al final de la melodía, cabe resaltar que aquellos que no presentan una cadencia V – I (las melodías de las danzas La Novena y Los Pajaritos), sí presentan una fórmula rítmica cadencial a modo de las que se encuentran en otros pueblos de la provincia de Segovia, como podemos leer de las transcripciones que hay en el Cancionero de Castilla.

4.2.- Los palos: EL GOLPEO

La peculiaridad de este aspecto hace necesario centrar y especificar los aspectos que hacen de esta forma de paloteo tan específica.

Primeramente, se señalan las distintas posibilidades de golpeo que presentan los paloteos de Caballar.

En cuanto a la disposición inicial de los palos en la danza, el danzante porta dos palos, uno en cada mano y colocados en posición horizontal respecto a la vertical del cuerpo.

A continuación, se explican los distintas formas de golpeo[14]:

  • Palo doble:

1. Cada danzante golpea una vez con su palo derecho, dirigiéndolo un poco inclinado hacia arriba, contra el palo derecho igualmente dirigido del compañero correspondiente.

2. A continuación, cada danzante golpea dos veces su palo derecho contra su palo izquierdo que se mantendrá fijo situado a la altura de la cadera en posición perpendicular respecto al danzante.

3. Después, el danzante vuelve a golpear contra el palo derecho de su compañero; pero esta vez, la muñeca estará vuelta y el palo un poco inclinado hacia abajo.

4. Vuelve a chocar dos veces contra su propio palo de la forma descrita en el punto 2.

Esta forma de golpeo se utiliza en la danza El Ay, ay, ay.

  • Palo de Los Pajaritos:

1. Cada danzante golpea su palo derecho contra su palo izquierdo, los cuales se encuentran en posición horizontal respecto al cuerpo.

2. A continuación, golpea su palo izquierdo contra su palo derecho, manteniéndose en la misma posición.

3. A continuación, golpea una vez con su palo derecho, dirigiéndolo un poco inclinado hacia arriba, contra el palo derecho igualmente dirigido del compañero correspondiente. Idem 3 palo doble.

4. Se ejecutan, de nuevo, 1 y 2.

5. Después, el danzante vuelve a golpear contra el palo derecho de su compañero; pero esta vez, la muñeca estará vuelta y el palo un poco inclinado hacia abajo.

Esta forma de golpeo se utiliza en Los Pajaritos.

  • Palo sencillo:

1. Idem 1 palo doble.

2. Idem 2 palo doble. La diferencia es que golpea una sola vez.

3. Idem 3 palo doble.

4. Idem 4 palo doble con la salvedad marcada en el punto 2 palo sencillo.

5. El palo simple se utiliza en La Novena y La Reverencia

Otras formas:

  • Redoble:

Cada danzante golpea sus palos el uno contra otro a modo de redoble a la altura del vientre y en posición horizontal respecto al cuerpo, sin perder el pulso.

  • Contra el suelo:

Cada danzante golpea con sus palos contra el suelo.

  • En alto:

Sobre la cabeza, los danzantes percuten sus propios palos.

  • Cruz:

Con los palos alzados a la altura de la cara, en forma de equis, ( X ) contra los dos palos igualmente colocados de su compañero.

  • Remate:

Utilizando el golpeo anterior en cruz, en éste se encuentra precedido de un golpeo previo, no concebido como redoble aunque interpretándose igual. Todos los cierres de frase presentan este golpeo.

Relaciones perfil rítmico melodía con el ritmo de golpeo de los palos

Sobre el dibujo rítmico que traza la percusión de los palos, podemos distinguir entre dos modalidades:

1.- Perfil rítmico melodía =

ritmo golpeo palos

Los Oficios, El Ay, ay, ay (*)

2.- Perfil rítmico melodía ≠ ritmo golpeo palos

Los Pajaritos, La Novena, La Reverencia

2.1.-División binaria del golpeo: La Novena, La Reverencia

2.2.- División ternaria del golpeo: Los Pajaritos

2.3.- Figura de compás: El Ay, ay, ay (*)

Respecto a su comparación con los paloteos que encontramos en el resto de la provincia de Segovia, cabría señalar varias consideraciones. Característica a señalar en los mismos es el golpeo.

Adscrito a la primera categoría, encontramos el paloteo Los Oficios. Esta danza mimética presenta un golpeo especial y poco usual. Mientras los ocho danzantes giran al tiempo sobre su propio eje de rotación hacia la izquierda golpean de manera individual entrechocando sus palos al aire por encima de sus brazos parafraseando el ritmo de la melodía. En El Ay, ay, ay, encontramos el mismo gesto musical, percutiendo sobre la línea rítmica, disponiéndose los danzantes inclinados hacia el suelo.

  • Un aspecto a recalcar es el golpeo que efectúan los danzantes en los paloteos que se corresponden a la segunda categoría y que están escritos en 2/4 (Los Pajaritos, La Novena, La Reverencia) es la figura de golpeo. Mientras que en el resto de la provincia se realiza sobre la subdivisión de la unidad de medida (es decir, los danzantes percuten corcheas), en Caballar el golpeo se realiza sobre la negra. Igualmente, el golpeo en las danzas de paloteo de esta Villa no presenta una anacrusa inicial, muy común en la provincia. En el segundo de los dos lances de palo sencillo y palo doble con el compañero, la disposición del palo en diagonal al suelo con la muñeca vuelta hacia el compañero se hace de manera exagerada respecto a otras zonas, donde el golpeo sobre corchea no permite explayarse tanto en el gesto, quedando vistoso hacia el espectador.
  • Mención merece la forma de golpeo llamada el palo de Los Pajaritos, cuyo nombre adviene de su presencia única en ese paloteo. Este último es muy interesante desde el punto de vista rítmico. Los danzantes con su interpretación realizan un ritmo ternario sobre negras, mientras que la música se encuentra en 2/4. Esto se debe a que el acento (intencionado o no) se encuentra en el choque realizado entre dos danzantes. Es en ese golpeo donde se deposita y ejerce más fuerza debido a que confluyen los palos derechos de los respectivos danzantes con el recorrido amplio que realiza el ejecutante en el gesto propio del choque en el paloteo. En los dos golpeos que hace el propio danzante con sus palos no ejerce tanta fuerza. Esto provoca una simultaneidad de dos negras contra tres nunca antes tratada por estudios precedentes de danzas rituales en Segovia.
  • El único paloteo en compás ternario que se conserva en la actualidad (3/8), El Ay, ay, ay, le encontramos en ambas categorías. En la primera frase, los danzantes parafrasean el ritmo de la melodía percutiendo sobre la unidad de medida. El acento del pulso se encuentra desplazado dando como resultado otro sistema rítmico que culmina unívocamente a la vez sobre parte fuerte. Esto es debido a que, al igual que en Los Pajaritos, el choque que provoca el acento (que es el de la intervención de los dos danzantes), se encuentra desplazado. El palo izquierdo se mantiene prácticamente estático y sólo es el derecho que el golpea. Sin embargo, en la segunda frase el golpeo de los palos se realiza también sobre la figura de unidad de compás (negra con puntillo). Se adjunta el esquema de la peculiaridad de la primera frase:

Adentrándonos en aspectos más particulares, encontramos en el resto de danzas de la segunda categoría establecida dos tipos de golpeo. Así encontramos tanto la figura de división de compás (la negra) que aparece en la Cruz y la figura de unidad de compás (la blanca), que aparece tanto en el cuatreo como en correr calle.

4.3.- El movimiento corporal: LA COREOGRAFÍA

Al igual que el punto anterior, las formas y evoluciones coreográficas merecen cierta atención. Ejecutan estas danzas ocho danzantes dispuestos en dos filas paralelas compuestas de cuatro formando un rectángulo.

Dentro de esa disposición, existen distintos puestos:

1. Cuatro guías en las esquinas, dos primeros o delanteros (A y B) y dos segundos o traseros (C y D)

2. Cuatro entreguías[15] en el interior, dos primeros (a y B) y dos traseros (c y d)

Cada guía y su entreguía (Aa, Bb, Cc, Dd) están relacionados entre sí durante el paloteo. El guía y su entreguía de un extremo de la calle en la posición inicial nunca chocan los palos con sus semejantes del extremo opuesto de la otra fila (Aa nunca chocarán con Dd)

Formaciones coreográficas:

Las principales figuras presentes en las danzas de paloteo de Caballar son:

  • Cuatreo:

Debido a las posibilidades que tiene, establecemos como cuatreo la interrelación entre los guías y sus contraguías intercambiándose el sitio momentáneamente y volviendo de nuevo al puesto original.

  • Calle o correr la calle:

Cada guía va desde un extremo (posición inicial) hasta el otro extremo de la fila y vuelve a su posición inicial paloteando en ese gesto con los danzantes que se cruza. Cada entreguía hace el mismo recorrido que su guía yendo detrás de él.

También tiene el apelativo de calle directa porque los danzantes golpean contraguía-guía. Este apelativo fue incorporado en el Grupo de Danzas de los años 1992-2002. Siempre golpean a su izquierda.

  • Cadena:

Consiste en el cruce que se realiza entre las dos filas o calles. Excepto en el paloteo Los Oficios, en el resto suele ir acompañada del golpeo de los palos entre los danzantes. Siempre se cruzan por su izquierda para favorecer el golpeo en el caso de que esté presente.

  • Cruz:

Los cuatro guías se abren hacia los extremos. A su vez, los cuatro contraguías giran en su sitio mirando a su compañero guía. Después de esta figura, el grupo queda en posición horizontal respecto al comienzo de la figura.

En la observación de estas danzas, encontramos las siguientes características:

  • La similitud formal entre El Ay, ay, ay y Los Oficios con la presencia exclusiva de los gestos de Cadena y Cruz.
  • La presencia de todas las figuras coreográficas en La Novena
  • La existencia de correr calle en La Novena y Los Pajaritos y de cuatreo en La Novena y La Reverencia.
  • La aparición en todas las danzas de la Cadena y la Cruz.

Aún así, como podemos ver en las transcripciones, hay que destacar las figuras del cuatreo, Cruz y cadena son realizadas de manera diferente en cada pieza

Gestualidad corporal

Además de las formas coreográficas, las danzas de la Villa de Caballar presentan también una serie de rasgos o gestos corporales con los cuales enfatizan y ponen de manifiesto, de manera más tangible si cabe, el significado de la danza.

Los mimetismos que presentan las danzas son los siguientes:

  • El Ay, ay, ay: agachados hacia delante, a modo de la faena de la tierra.
  • Los Oficios: representación de distintos trabajos, entre las que no se encuentra la de labrador.
  • La Reverencia: la genuflexión que da nombre al paloteo con la que se rinde adoración y respeto.

Sobre ellos, señalar que son pocas las representaciones miméticas o gestuales de este tipo que quedan en Segovia.

La simetría en las danzas

Encontramos en estas danzas tres fragmentaciones simétricas diferentes:

  • Los paloteos concebidos (La Reverencia, Los Oficios y El Ay, ay, ay) en cuatro partes se ajustan más a lo estandarizado por el uso en danzas de paloteo en la provincia.
  • Los otros dos presentan una disposición poco usual y que no responde, a priori, a lo que por simetría se ha entendido en los estudios de danzas de estas características. La Novena presenta esa estructura simétrica encorsetada dentro de, lo que pudiera considerarse, una prolongación de una introducción coreográfica y un motivo final. En Los Pajaritos, encontramos la repetición de una evolución coreográfica asimétrica, aspecto nunca antes tratado en investigaciones etnomusicológicas en la provincia de Segovia.

Introducción ¿coreográfica o melódica, o ambas o ninguna?

En este siguiente punto, estudiamos si los paloteos presentan una introducción delimitada a la danza.

El Ay, ay, ay

Los Oficios

La Novena

Los Pajaritos

La Reverencia

1.- No presentan

X

X

2.- Sí presentan

X

X

X

  • Respecto a los de la segunda categoría, los dos primeros poseen una introducción realizada en la primera frase musical con redoble. El último presenta la genuflexión; en la primera frase, el redoble, y en la segunda, posee el cuatreo; entendiendo la introducción como una visualización casi total de la danza. Excepto La Novena, Los Pajaritos y La Reverencia presentan una repetición de la música de la introducción en la primera evolución de la danza. Se puede decir de La Novena que presenta una introducción exclusivamente danzaria.

Tratamiento del remate:

El remate, como se ha dicho antes, es el gesto que pone fin a la frase musical y a la figura coreográfica. Todas las danzas le poseen. Podemos encontrar dos categorías, las cuales son las mismas que la tablatura anterior.

El Ay, ay, ay

Los Oficios

La Novena

Los Pajaritos

La Reverencia

1.- Perfil rítmico melodía = ritmo golpeo palos

X

X

2.- Perfil rítmico melodía ≠ ritmo golpeo palos

X

X

X

Como se puede observar, ya encontramos una mayor especificación. Mientras que en los dos primeros paloteos, los danzantes realizan el remate siguiendo el perfil rítmico que posee la codetta final El Ay, ay, ay presenta dos remates diferentes, uno en el primer periodo y otro para el segundo, siguiendo el perfil abordado en el punto Relaciones perfil rítmico melodía con el ritmo de golpeo de los palos.

Los tres restantes realizan el remate sobre dos negras y una negra en cruz final.

Tratamiento y consideración del redoble

El redoble aparece en todas las danzas de paloteo. Éste lo podemos encontrar concebido y utilizado de distintas maneras:

  • El Ay, ay, ay y Los Oficios muestran cierta simpatía formal no teniendo esta figura.
  • La Reverencia lo presentan en la introducción.
  • En La Novena y Los Pajaritos lo ejecutan además de la introducción, en distintas partes, todas ellas relacionadas con la realización previa del gesto de correr calle. En Los Pajaritos, p. ej., se utiliza para la inversión del grupo tras la realización de la calle.

El final de cada frase musical (Frase = Periodo = Sección) implica el fin de una figura

coreográfica, aunque a lo largo de la misma puede existir más de una figura.

CONCLUSIONES

La villa de Caballar posee un patrimonio cultural recuperado músico-danzario, cuyos testimonios documentales se remontan trescientos cincuenta años atrás, incluso fuera del propio municipio. Encontramos en la Danza de la Villa de Caballar, desde tiempo muy antiguo (desde que tenemos documentación) una interpretación fuera del contexto para que el que fueron diseñadas en cada época. Podríamos enfocarla como una práctica de la corriente musical llamada en la actualidad así por el etnomusicólogo Josep Martí como folclorismo ya en el siglo xvii.

En cuanto a las danzas, según lo estudiado anteriormente, podríamos realizar una clasificación de las danzas de paloteo de Caballar en dos grupos: el primero: Los Oficios, El Ay, Ay, Ay y La Reverencia; y, un segundo, La Novena y Los Pajaritos. Esta afirmación se sustenta en elementos vistos ya como la tonalidad, la simetría, el tratamiento de las formas, etc. Esta afirmación ha de entenderse de manera general y no como la única, ya que, como se ha visto presentan también características que las diferencian o que permiten otra clasificación igual de valida que la que se defiende en este trabajo.

Unas danzas que poseen, en la actualidad, en el momento de su recuperación, un sabor añejo y profundo de lo que pudo ser en su día interpretaciones de danzas de paloteo en la provincia de Segovia. Todas presentan unas características que las hacen únicas hasta la fecha en cuanto al contexto comarcal y provincial se refiere: la presencia de la gestualidad o el mimetismo en alguna de las mismas, el golpeo sobre la negra sin comenzar en anacrusa, las reiterativas formas de cruz y cadenas humanas, el golpeo directo del guía con su contraguía al momento de iniciar la figura como por ejemplo, vemos en La Novena o en Los Pajaritos y la forma de ejecutar el cuatreo hace que no se parezcan en nada a las existentes por estas tierras y que se asemejen (salvando las distancias) más a las que se encuentran en pueblos localizados al norte de España. Esto se puede comprender desde el hecho social que supuso la Reconquista al sur del Duero con las repoblaciones por cántabros, vascones y asturianos de la Extrema Durii. De ahí, el atrevimiento a decir que ese arcaísmo bello que encontramos en las danzas de Caballar pueda provenir de una evolución diferente y menos acusada a las del resto de la provincia.

La realidad de una recuperación parcial hasta el momento de todo el corpus de danzas de la Villa de Caballar abre la posibilidad de un reestudio etnomusicológico en el futuro para analizar la evolución del conjunto del grupo, tanto danzario como personal.

[1] Sirva de ejemplo la reciente publicación de Carlos A. Porro Repertorio Segoviano para Dulzaina. Tonadas y bailes recogidos por Manuel García Matos en 1951.

[2] Para más información: Calleja Guijarro, Tomás: Las Mojadas de Caballar. Obra Social y Cultural de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Segovia; Segovia, 1989..

[3] Opus cit.

[4] Recordemos que la Romería es una fiesta de nueva creación, que aparece en 1915.

[5] Recordemos que Caballar tiene jurisdicción propia y no se debe a ninguna otra agrupación.

[6] Calleja Guijarro, Tomás: Las Mojadas de Caballar. Obra Social y Cultural de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Segovia; Segovia, 1989

[7] Opus cit.

[8] En la actualidad es el periódico ABC.

[9] Extraído de la hemeroteca virtual de ABC.

[10] Entrevista a Félix Martín y Marcelo Contreras. Caballar, 14-III-2012.

[11] Entrevistas a Patricia Martín y Alicia Gómez. Caballar, 27-I-2012.

[12] La banda ha de disponerse en el hombro de fuera respecto al punto donde los danzantes rinden homenaje.

[13] Se entiende que las tonalidades responden a la ejecución en la dulzaina, y nombrando como Do, al conjunto de los siete orificios tapados (Do en agujero).

[14] Se sustituye golpeo por palo. En la etimología popular se denomina con la segunda al conjunto de golpes que conforman un patrón.

[15] Estas denominaciones aparecen en Cuesta Polo, Marciano: Danzas de Paloteo rituales del Corpus y Libros de Cofradía en Veganzones y Olmos Clavijo, Rosa María: Danzas rituales y de diversión en la provincia de Segovia.



Las danzas de la Villa de Caballar (Segovia): la agrupación

SANZ GOMEZ, Víctor

Publicado en el año 2012 en la Revista de Folklore número 369.

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