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Revista de Folklore número

362



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Los registros sonoros de Alan Lomax en El Val de San Lorenzo (León) en 1952 (y IV)

CASADO LOBATO, Concha / PORRO, Carlos A.

Publicado en el año 2012 en la Revista de Folklore número 362 - sumario >



La visita de Lomax a Val de San Lorenzo, aún es recordada en la zona, siendo una de las primeras encuestas realizadas por musicólogos, lingüistas, filólogos o folkloristas a la familia Geijo Alonso. Los personajes protagonistas en esta encuesta siguieron atendiendo y trasmitiendo sus saberes a todos y cuantos investigadores se acercaban años después a casa de Dolores, Antonia y Carolina Geijo. Desde la visita de Lomax pasaron por su casa García Matos, Diego Catalán, el Seminario Menéndez Pidal, José Manuel Fraile Gil y todos los grandes folkloristas de este país.

Dolores Fernández Geijo, la tejedora, ha sido hasta su muerte en enero de 2002 un testimonio muy singular de las tradiciones de su tierra, la Maragatería. Guardaba una memoria muy viva de la canción tradicional, que había heredado de su madre, Carolina, y de su tía Antonia y que había sabido trasmitir a lo largo de sus vidas. Tocaba muy bien la pandereta con la que solía acompañar las canciones. Trabajó siempre, desde muy joven hasta su muerte, en el telar manual de lanzadera y tejía las tradicionales mantas del Val de San Lorenzo. Sabía preparar muy bien la lana y el lino. Era una excelente tejedora y una mujer en la que se aliaban la sensibilidad y el entusiasmo, la acogida y la generosidad en la transmisión de sus conocimientos y de la que disfrutamos todos los que nos acercamos hasta su casa en el Val. Siempre recordó la visita de A. Lomax con grato recuerdo, pues el pago de sus honorarios como cantora, con los que el musicólogo acostumbraba a sus informantes, vinieron muy bien a una joven madre que acababa de quedarse viuda.

1.- Sentaivos casada (a la mañana de la boda). Dolores Fernández Geijo, de 28 años de edad. 3 de noviembre de 1952, Val de San Lorenzo (León).

La boda maragata es un compendio de ritos que se desarrollan durante varios días. La mañana de la boda, acompañan todas las mozas a la moza casadera tras la bendición del padre y no cesan de cantarla durante de trayecto hasta la iglesia y después de la ceremonia. Se canta a la salida de la iglesia una vez casados ya, y no se deja de cantar tras la comida del banquete. Varias de estas tonadas son las que figuran a continuación.

Sentáivos casada en silla enramada,

sentáivos madrina en silla florida.

Que este matrimonio sea fecundo, como fecundo es el trigo

Voló la paloma, por cima ese poyo

vivan muchos años la novia y el novio.

Voló la paloma por cima la oliva,

vivan muchos años padrino y madrina.

Voló la paloma por cima la fuente,

vivan muchos años todos los presentes.

¡Ijuuuuuu!

2.- Viva la novia (a la mañana de la boda). Dolores Fernández Geijo, de 28 años de edad. Val de San Lorenzo (León), 3 de noviembre de 1952.

Viva la novia y el novio y el cura que los casó

el padrino y la madrina los convidados y yo.

Que vivan y revivan los señores novios,

que vivan y revivan y vivamos todos.

Entra niña, pa tu casa, y pisa piedra labrada

que ésta es la primera vez que la pisas de casada.

Guapa es la novia cual naide, guapo el novio cual denguno

vengan hijos a docenas y a centenares los mulos.

Viva y revivan…

Casada ya estás casada, Dios te de mucha fortuna,

Dios quiera que de hoy en un años tengáis un niño en la cuna.

Que vivan y revivan….

3.- Entra niña (a la llegada a casa desde la iglesia, tras la boda). Dolores Fernández Geijo, de 28 años de edad. Val de San Lorenzo (León), 3 de noviembre de 1952.

Entra niña pa tu casa y pisa piedra labrada

que esta es la primera vez que la pisas de casada.

Ponéi, madre, en mesa manteles de hilo,

que viene su hija con el su marido.

Ponéi, madre, en mesa manteles de Holanda

que viene su hija y viene casada.

4.- La boda de la pulga y el piojo (Romance para el baile de “la entrada”). Dolores Fernández Geijo (pandereta), de 28 años de edad y su madre Carolina Geijo. Val de San Lorenzo (León), 3 de noviembre de 1952.

Cuando no hay tamborilero o músico profesional para el baile, son las mozas las que cantan con una pandereta los diferentes bailes maragatos. Utilizan en ocasiones coplas de contenido picante, amoroso, satírico, social, etc que encajan perfectamente con la medida rítmica y musical del baile instrumental oficial. A veces utilizan antiguos romances para los bailes como en este caso y el del tema que sigue a continuación. El romance se utiliza aquí para el baile de “la entrada” descrito en el artículo anterior.

La pulga y el piejo se quieren casar

vino el año malo y no tenían pan.

Al taritita tin pumba, y al tarite tin pan.

Salió la hormiga de su hormiguera real:

- Síganse las bodas que yo daré el pan.

- ¡Ay! amigos míos el pan ya tenemos

falta la carnaza ¿dónde la sacaremos?-.

Saliera el lobo detrás de una mata:

-Síganse las bodas que yo daré carnaza.

- ¡Ay! amigos míos, carnaza ya tenemos

falta la madrina ¿dónde la sacaremos?-.

Vino la cigüeña con su mantillina:

- Síganse las bodas que yo seré madrina.

5.- Las ganancias del judío honrado (Romance para el baile corrido). Dolores Fernández Geijo, de 28 años de edad y Carolina Geijo de 63 años. Val de San Lorenzo (León), 3 de noviembre de 1952.

Es este otro romance antiguo, de referentes medievales, utilizado ocasionalmente para el baile corrido y de contenido satírico y jocoso que busca la burla de la clásica avaricia del judío, caricaturizado como bonetero o sombrerero portugués.

Era un bonetero, portugués y honrado, cacafú.

que hacía bonetes, los vendía a ochavo, cacafú.

Con aquel dinero, comprará un caballo, cacafú,

ciego de los ojos, del lomo matado, cacafú.

Tropezó en un junco, cayó en un pantano, cacafú;

cuatro nadadores fueron a sacarlo, cacafú.

ninguno pudieron y allí lo dejaron, cacafú.

Fuera una gallina, con pollos piando cacafú;

del primer picazo lo sacó arrastrando cacafú.

¡Ay! que buenos días, ¡ay! qué buenos años cacafú,

tenemos nosotros pero no el amo, cacafú.

6.- Canto de arada. Antonia Geijo de 60 años y Dolores Fernández Geijo, de 28 años de edad. Val de san Lorenzo (León), 3 de noviembre de 1952.

La misma tonada lírica vive en variantes aun dentro de la misma familia que la ha cantado durante años. Lomax grabó el mismo tema cantado por tía y sobrina, de diferentes edades y cada una a su manera a pesar de haberla oído dentro del mismo entorno, mostrando la riqueza de todas las variantes de nuestra tradición oral. Dolores acompaña la segunda parte con numerosas arengas a las imaginarias vacas con las que estaría arando la tierra, puesto que es un canto que acompañaba este trabajo y que la mujer maragata desarrollaba habitualmente.

Amores y dolores rinden el sueño,

y yo como no los tengo descanso y duermo.

El pajarito, el pajarero,

cómo cantaba en el mes de enero.

En la rama más alta canta y decía:

-Mucho te quiero dama, más te quería,

si fueras tuya, si fueras mía,

si fueras rosa de Alejandría.-

Cómo quieres que tenga, tenga que traiga,

un amante en la guerra, dos el alma.

El pajarito…

Cómo quieres que tenga, tenga y que traiga

el pelo a la cintura si no me alcanza.

¡Ah vacaaaaa!!!

Una vez que te quise fue por el pelo

ahora que no lo tienes ya no te quiero.

¡Ah!!! dentroooo, ¡ah vacaaa!!!!

7.- De segar. Carolina Geijo de 62 años. Val de San Lorenzo, 3 de noviembre de 1952.

Canto de segada con el que entretenía su trabajo los segadores y que aprovechaban para criticar a los patronos si no era de su gusto el trato recibido.

A la puerta de mi padre, hay una piedra labrada

donde se sientan los mozos cuando vienen de la arada.

A la siega segadores, a la siega, segadores,

que a la noche cenaréis

entre dos una sardina,

entre cuatro dos tenéis.

8.- De majar el lino. Carolina Geijo Alonso de 62 años y su hermana Antonia de 60 años. 3 de noviembre de 1952, Val de San Lorenzo (León).

El trabajo del lino ocupó a los maragatos hasta hace escasamente treinta años, quienes lo utilizaban para la elaboración de sus camisas, la ropa interior, sábanas, sacos y costales. El trabajo era muy penoso por lo complejo y pesado del trabajo de esta fibra, que había de arrancarse a mano, dejar secar y enriar para que se pudriera la cáscara del tallo, majarlo con mazos de madera para romper esa cáscara seca, batirlo con una espada de madera para eliminar los restos de la cáscara ya rota, pasarlo por un rastrillo varias veces y peinarlo para sacar la fibra en sus diferentes calidades, hilarlo con rueca y huso para después lavarlo y cocerlo en ceniza para blanquearlo obteniendo así hilo con el que tejer.

El trabajo se hacía más llevadero, como la siega, con tonadas como ésta que además servían para marcar un ritmo de trabajo, al utilizar una medida rítmica acentuada por los mazos de majar, que obligaban en cierto modo a una continuidad de trabajo y que regulaban la faena.

Ojos negros, cara blanca, tiene aquella labradora,

ojos negros, cara blanca, a todo el mundo enamora.

Rubita tienes la cara, rubito tienes el pelo,

y para ser más bonita, tienes lo ojitos negros.

Amores de largo tiempo, ya se vuelven a querer

también las hierbas del campo vuelven a reverdecer.

Rosa blanca ponte alegre, no te pongas desmayada,

que dirán las otras rosas, rosa blanca no val(e) nada.

9.- Nana. Antonia Geijo Alonso de 60 años de edad. Val de San Lorenzo (León) 3 de noviembre de 1952.

Adormece mi niño, y adormécete antes que venga la mora,

porque anda de casa en casa por saber qué niño llora.

Duérmete niño, angelito, si te quieres adormecer,

los angelitos del cielo, todos te vienen a ver.

Roo, niño, rooooo.

10.- Nana. Dolores Fernández Geijo, de 28 años de edad. 3 de noviembre de 1952, Val de San Lorenzo (León).

Duérmete, niño angelito, si quieres adormecer,

que los ángeles del cielo, todos te bajan a ver.

11.- El Niño perdido (Romance para navidad). Dolores Fernández Geijo, de 28 años de edad. 3 de noviembre de 1952, Val de San Lorenzo (León).

Entra niño, entra y te calentarás

porque en este pueblo ya no hay caridad,

ni nunca la ha habido, ni nunca la habrá.

Entra el Niño y se calienta y después de calentado,

le pregunta la patrona de qué pueblo y qué reinado.

El Niño le dice: -Yo soy de Belén,

tengo padre y madre y hermanos también,

mi padre es del cielo y mi madre también...

12.- El Castillo de la Virgen (Villancico para Navidad). Dolores Fernández Geijo, de 28 años de edad. Val de San Lorenzo (León), 3 de noviembre de 1952.

En el cielo hay un castillo que es una gran maravilla

no lo hizo el carpintero, ni hombre de carpintería,

que lo hizo el rey del cielo para la Virgen María.

San Pedro pica la piedra y San Juan la componía,

Jesucristo era el maestro el que la obra regía.

Ventanas tiene de oro, almenas de plata fina;

por la una entra el sol por la otra entraba el día,

por la almenica más alta entra la Virgen María

con el su Niño en los brazos dando el pecho que quería.

-¿Por qué lloráis vos mi Madre, por qué lloráis madre mía?

¿Lloráis por los pecadores?, déjalos en cuenta mía

que los que ellos fueran buenos, yo el cielo les daría,

y lo que ellos fueran malos el infierno les daría.-

13.- El mis, mis (Baile corrido I). Antonia Geijo de 60 años y su sobrina Dolores Fernández Geijo, de 28 años de edad. Val de San Lorenzo (León), 3 de noviembre de 1952.

El baile corrido es uno de los bailes antiguos maragatos que también se conoce en otras partes de León y Zamora, aunque difiere la acentuación rítmica y los pasos del baile. La palabra “mis” o “mismis” es el apelativo cariñoso que se emplea para llamar a los gatos.

Una perdiz en el monte canta que se vuelve loca,

porque tiene las narices más arriba que la boca.

Mis, mis ven acá, ven acá mis, mis,

mis, mis ven acá, tráeme la perdiz.

La perdiz canta en el monte y el perdigón al balcón,

mira como le contesta la perdiz al perdigón.

Mis, mis, ven…

Pandereta, pandereta, yo te tengo de romper

que a la puerta de mi novia no has querido tocar bien.

14.- La zarzamora. (Baile corrido II). Dolores Fernández Geijo, de 28 años de edad. 3 de noviembre de 1952, Val de San Lorenzo (León).

Para cantar cantares me crió el cielo,

para hilar a la rueca también si quiero.

La zarzamora del verde al ver,

que disimuladito tiene el querer

y así quiere ser,

la zarzamora, del verde al verde.

Arriméime a tu reja por darte un beso

vino el señor alcalde me metió preso.

Si quieres agua arrímate a mí

que prevenido tengo el fusil,

lo traigo nuevo lo estreno en ti.

Amores y dolores quitan el sueño

yo como no les tengo descanso y duermo.

Si quieres agua arrímate acá

que prevenido traigo el puñal,

lo traigo nuevo por estrenar.

15.- Sal a bailar, maragato. Dolores Fernández Geijo, de 28 años de edad. 3 de noviembre de 1952, Val de San Lorenzo (León).

Copla local que relata el entorno familiar y laboral de los valuros, gentilicio de los habitantes del Val de San Lorenzo, su nobleza y honradez, que tanto les ha caracterizado. El estribillo “sal a bailar bragas anchas” describe el uso de una prenda típica de la indumentaria del hombre maragato, el calzón o bragas, característico pantalón corto ampuloso propio de las modas del siglo xvi que quedó en esta zona como exclusivo y característico de estas gentes. La permanencia de esta prenda en la tradición se debió seguramente a la comodidad de usarla a la hora de montar a caballo, ya que los hombres se dedicaron a la arriería a lomos de mulos como principal actividad económica.

Un maragato en el Val con amargura lloraba

porque no podía sacar por la cabeza las bragas.

Sal a bailar maragato, sal a bailar bragas anchas,

maragato soy, no lo niego, no le debo nada al caballero,

y si se lo debo pagaréilo, pagaréilo.

Por el camino del Val un maragato cantaba

al son de las campanillas que su reata llevaba.

Iba el valuro contento porque a su casa llegaba

y en alto los Corrales, su valura lo esperaba.

Ya se junta la pareja y con amor fiel se abrazan,

juntos muy juntos los dos caminan hacia su casa.

El carro viene detrás, un criado es quien lo guía,

viene cargado de riquezas que el amo al criado fía.

De maragatos son estas usanzas, nobles y honradas

así empiezan y terminan de sus vidas las jornadas.

Sal a bailar….

16.- El Molinero. (Baile corrido III). Carolina Geijo con la pandereta, de 62 años de edad. 3 de noviembre de 1952, Val de San Lorenzo (León).

Molinero, molinero, no vengas de noche a verme

que no está mi madre en casa, puede criticar la gente.

La molinera llorando estaba

y el molinero la consolaba.

Qué resalada es usted, la sal se le va cayendo,

y yo que iba detrás toda la iba recogiendo.

La molinera…

Este pandero que toco tiene veinticinco sones,

cada sonaja un suspiro, en el medio un ramo de flores.

La molinera…

17.- Canto de hilar. Dolores Fernández Geijo, de 28 años de edad. 3 de noviembre de 1952, Val de San Lorenzo (León).

Canto lírico que en esa ocasión interpretó Dolores mientras hilaba la lana a la rueca y al huso, preparando la urdimbre con la que tejer sus mantas y cobertores.

No canto porque bien canto, ni por la gracia que tengo,

canto por disimular una penita que tengo.

Ahora, ahora la traigo yo,

la carta de mi morena que ayer tarde la perdió

con la pluma en la mano llorando quedó.

Cásate conmigo Juan, mira que soy buena moza,

cada día hilo un hilo, cada mes una mazorca.

Ahora, ahora….

Las rosas de los rosales primero fueron botones,

primero fuiste tú, niña, antes de tener amores.

Ahora….

Anduvístete alabando, que las tenías a pares:

calabazas y no mozas, esas si que son verdades.

Ahora…

18.- En casa del tío Vicente. Antonia Geijo Alonso, de 62 años de edad. 3 de noviembre de 1952, Val de San Lorenzo (León).

Canción satírica muy popular en Castilla y León, utilizada para referir sucesos locales, generalmente algún “desliz “ de alguna moza del lugar.

En casa del tío Vicente con tanta gente

¿qué habrá?, ¿qué habrá?:

son los mocitos del barrio, leré,

que con las mozas, leré, quieren bailar.

Tomasa lava pañales de lienzo fino de lo mejor

para empañar al chiquillo, que esta malito del sarampión.

La Lola compró un caballo, color de bayo de lo mejor

para pasear al chiquillo que está malito del sarampión.

19.- Yo no sé qué cantar cante. Carolina Geijo, de 62 años de edad. 3 de noviembre de 1952, Val de San Lorenzo (León).

Carolina, sin dejar de trabajar cantó esta bella tonada mientras torcía las hebras de lana en un torno de hilar, formado por una gran rueda de un metro de diámetro que mueve un puntero metálico y donde se tuerce y se calibra el grosor de la lana que servirá de trama para sus mantas y cobertores.

Yo no sé que cantar cante, todos se me han olvidado

sólo tengo en la memoria, que eres un cielo estrellado.

María si vas al huerto, no lleves la zapatillas

que con la flor del romero se me ponen amarillas.

Asómate a esa ventana, lucero de la mañana,

oirás cantar a los mozos la jota zaragozana.

Rosa te puso tu madre, qué nombre tan desgraciado,

las rosas y los claveles, todos mueren deshojados.

20.- La boda estorbada (Romance cardando lana). Carolina Geijo Alonso de 62 años de edad. 3 de noviembre de 1952, Val de San Lorenzo (León).

Cantar, siempre se cantaba en el Val, para todos los trabajos. Para cardar la lana y separar las fibras y limpiar la madeja cantaban largos y antiguos romances como éste, que relata la separación de dos recién casados porque él había de marchar a la guerra. Transcurridos siete años ella va en su busca y lo encuentra a punto de casarse con otra mujer. Una vez descubierto el engaño regresan para su tierra los novios primeros. El romance es muy conocido en la tradición hispánica y aunque no se conservan textos antiguos originales pertenece al acervo romancístico del mundo de los juglares medievales.

Grandes guerras se han armado en rayas de Portugal,

llevaron al conde Atores por capitán general.

La triste de la su esposa no cesaba de llorar:

-Si a los siete años no vengo a los ocho casaras.-

Los siete años van pasados el conde no viene ya:

-Echáime bendición, madre, que yo me voy a marchar.

-La bendición de Dios hija, que la mía echada está.-

Siete leguas había andado sin hallar ningún lugar,

de las siete pa las ocho un paje viera asomar.

-Dígame, usted, el pajercillo dígame usted la verdad

¿de quién es ese caballo que al agua vas a llevar?…

21.- Pumba y dale (ronda). Dolores Fernández Geijo, de 28 años de edad y otros vecinos de Val de San Lorenzo (León), 3 de noviembre de 1952.

Es esta una canción de grupo, de mozos y mozas, aunque también se empleaba como ronda nocturna propia de los momentos en los que los mozos del Val salían a cantar ellos solos, dos días a la semana, los miércoles y los sábados, días en los que las novias recibían a sus pretendientes por espacio de media hora, a las diez de la noche.

La tu mujer y la mía, pumba

fueron a una romería

y al pín pin dale, dale, y al pin pín dale, dale pun,

la tuya vino borracha, pumba,

la mía no se tenía,

y al pin pin dale, dale, pun.

Si supiera que otro majo, pumba.

te rondaba tu salero,

y al pin, pin dale, dale y al pin pin dale, dale ya,

te diera más puñaladas, pumba,

que estrellitas tiene el cielo.

Y al pin pin dale, dale, y al pin pin dale, dale pun.

Estrellita reluciente que andas a la par del norte

dime si podré llegar a Cartagena esta noche.

Anduvístete alabando que te quería y te quiero

no te alabarás ahora que te quería y te dejo.

Viva el Val de San Lorenzo, aunque es estrechito y largo

señoritas no las hay, pero hay mocitas de garbo.

En el medio de la plaza hay una piedra redonda,

donde se sientan los mozos cuando vienen de la ronda.

A tu puerta estamos cuatro, todos cuatro te queremos,

salga la niña y escoja, los demás con Dios iremos.

Quítate de esa ventana, no me seas ventanera

que la cuba de buen vino, no necesita bandera.

22.- Cintas y palos de la mayas (Baile corrido IV). Dolores Fernández Geijo (pandereta), de 28 años de edad. 3 de noviembre de 1952, Val de San Lorenzo (León).

Canto que se emplean como baile corrido, aunque la melodía es la que oficialmente emplea también el tamborilero para la danza ritual de las Mayas, en la que ocho mozas realizan un entretejido de cintas de colores que penden de un largo mástil mientras que a la vez, ocho mozos danzan un paloteo. La danza se realiza en la procesión de la festividad de la patrona, Nuestra Señora de La Carballeda, el 8 de Septiembre. Mozos y mayas suelen también participar en la procesión del Corpus Christi.

Para cantar cantares me crió el cielo,

para hilar a la rueca también si quiero.

Que vela, vela, va la maragata bailando,

que vela, vela va las castañuelas tocando

que buenas vueltas da.

Zagalejo pajizo trae María Antonia

por debajo enseñaba cinta y colonia.

Que vela, vela….

Lleva la maragata en el manteo

vara y media de cinta de terciopelo.

Que vela…

Zagalejo pajizo trae María Antonia

que ganas tié la niña de ser casada.

23.- Por aquella cuesta arriba (Baile corrido V). Dolores Fernández Geijo (pandereta), de 28 años de edad. 3 de noviembre de 1952, Val de San Lorenzo (León).

Cordoncillo en tu justillo, cordoncillo en tu jubón

piquitos en tus enaguas y en tu pecho guarnición.

Por aquella cuesta arriba subía una labradora,

delgadita de cintura que a todo el mundo enamora.

Si supiera que eras firme como el sol en el verano

te entregaría las llaves de mi pecho soberano.

Por aquella….

24.- La jota. Dolores Fernández Geijo (pandereta), de 28 años de edad. 3 de noviembre de 1952, Val de San Lorenzo (León).

Al alto cielo subí, a preguntar por tu nombre

y me dijo un serafín que te llamabas Dolores.

¡Ay! hermana, ¡ay! hermana, ¡ay! hermana,

al pimiento le pica la grana,

le pica la grana, le pica la avena,

¡ay¡, hermana me muero de pena.

Ojos de color de cielo, azules como los míos,

no pierdas las esperanzas que yo no las he perdido.

¡Ay! hermana…

Otros muchos datos reunió Lomax de la vida maragata, algunas descripciones de su diario, numerosas fotografías (que pueden consultarse en http://research.culturalequity.org/home-photo.jsp) o esta entrevista que realizó a Carolina Fernández en presencia de su hermana Antonia, en una de esas tardes otoñales de 1952:

-¿Cómo es su vida?

La vida de la aldeana es mala de pasar, por la mañana pan y cebolla y por la tarde cebolla y pan y a la noche si no hay olla, más vale pan y cebolla que no pasar sin cenar (refrán maragato).

-¿Qué comen ustedes?

Por la mañana patatas, a las once sopicas de ajo con unto, a las doce patatas y berza y después tocino con pan y por la noche pues igual que a las doce.

-¿Ustedes donde trabajan?

Somos jornaleras y tenemos unas tierras que nos dejó nuestro padre, tres huertos.

¿Cuántos son ustedes?

Ésta (señalando a Antonia), yo y los dos chicos.

-¿Y su hija no vive con ustedes?

La hija está en su casita, está viuda y trabaja en las mantas.

-¿Su casa es aquella en la que estuvimos ayer?

¡Oh! si aquella fuese la mía... la mía es más pequeña.

-¿Cuántos años tiene usted, Carolina?

Voy a hacer 62 pa el mes de Diciembre pa Navidad.

-¿Y sus padres en qué trabajaban?

Los padres nuestros hacían mantas y después mi padre marchaba a venderlas a Portugal en un caballo y yo iba con él.

-¿Iba usted contenta con su padre?

Con mi padre iba contentísima; y en Portugal me querían comprar la ropa que llevaba porque decían que era muy bonita, pero, no, no se la vendía, era mía. Por el camino íbamos cantando la misa y otras canciones. Mi padre cantaba muy bien y por el camino, los que estaban sangrando los pinos nos veían y decían: -¡Ya viene el tío maragato! Una vez mi padre se rompió la muñeca cuando tenía 70 años. Otra vez dejó la merienda olvidada y tuvimos que ir corriendo tras él y no lo encontramos y vinimos llorando. Y después una vez que fue solo lo dejaron descalzo.

-¿Cómo?

Un mangante. Como era tan bueno, tan bueno agarró y se fue solo y después un mangante joven lo encontró y fue con él. En la posada dijeron: Parece que el señor Antonio lleva mala compañía. Y después por la noche mi padre se fue a dormir y ora que se quedó dormido le llevó todo lo que tenía y los zapatos también.

-¿Cuántos hermanos eran?

Eran 5, tres los tengo en Buenos Aires. Todos juntos trabajamos cantando y después a la diez a rezar el rosario.

-¿Les pegaba su padre?

¿Pegarnos? No, nunca nos pegaba. Era un santo porque estaba mucho con el señor cura en la iglesia. Cuando faltaba una gallina en el pueblo iban a mi padre a que rezara una oración a San Antonio y aparecía.

-¿Trabajaban en el campo?

No, nosotros trabajábamos en cosa de la lana, en el verano íbamos a ayudar para ganar un jornal.

-¿Y a qué edad empezó usted este trabajo?

De que salí de la escuela a los catorce años. Cuando estábamos en casa nos metíamos en medio de todos y como no querían que los estorbásemos nos daban con los husos y decían: Marchar p`allá, demonio, marchar p´allá.

-¿Hay escuela todos los días?

Todos los días desde los seis años hasta los catorce.

-¿Pero ustedes de pequeños no jugaban?

Sí, jugábamos a los pites y a las muñecas e íbamos con otras chicas a fruta.

-¿Y cantaban?

Oh, sí, mucho, como Mambrú se fue a la guerra y muchas más. A los seis años íbamos a cantar el ramo de cera a la Virgen, nos poníamos de cara a ella y en corro y cantábamos:

Virgen de la Carballeda de belleza sin igual

venerada en todo el mundo y sobre todo en el Val.

Y en día de la Nochebuena en la misa del gallo:

Esta noche nace el Niño

entre la paja y el hielo.

Gloria, gloria al recién nacido...

-¿Qué es la misa del gallo?

Pues que el día de Nochebuena hay misa a las doce de la noche. En tiempos tocaba el tamboril que nos daba muchas ganas de cantar a la Virgen, ahora ya no toca.

-¿A qué edad tuvo usted novio?

A los quince años empecé a bailar pero novio entavía no.

-¿Pero se fijaría más en un chico que en otro?

Claro y ellos igual. Y si te sacaban a bailar y no bailabas te decían: Pues como bailes con otro pa otro día no te baile. Bailábamos siempre fuera aunque lloviera o nevara. La nieve en las manos y nosotras tocando las castañuelas.

-¿Y se besaban?

¡Ay, besarse!, ¡eso no nunca! La gente de antes éramos distinta. Las moza no querían que las vieran que venían acompañadas a casa y al oscurecer en casa. Mientras estábamos en el baile los padres en la taberna y si íbamos pa casa y no habían llegado nos mandaba madre ir a buscarlo.

-Y, ¿cuándo veían al novio?

Pues en el baile y al volver los días de fiesta y domingos y cuando se tiene 18 o 19 años, los miércoles y sábados para el novio a ver a la novia a las diez durante una media hora.

-¿Y de qué hablaban?

Hablar, pues de lo que hiciste, de lo que vas a hacer, del trabajo, si vas a tal o cual fiesta...

-¿Y para casarse?

Primero hablar el novio con la novia: -Dile a tu padre que mañana voy a pedirte-, la novia vergonzosa se lo dice a la madre, para que se lo diga al padre y el novio igual, primero a la madre.

-Cuénteme su boda.

No sabía qué hacer, si casarme o no, y ¿si acaso me va mal? Al novio lo conocí a los catorce años y sin decirnos nada ya sabía que iba a casarme con él.


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Recorded and produced by Alan Lomax
Spanish Collection Series Editor: Judith R. Cohen, Ph.D.
Executive Producers: Anna Lomax Wood and Jeffrey A. Greenberg
Regional consultant: Joaquín Díaz
Research assistant in 1952: Jeannette Bell
Production Coordinator: Nathan Salsburg
Research consultants in 1952: Eduardo Torner, Julio Caro Baroja
Executive Producers: Anna Lomax Wood, Jeffrey A. Greenberg
Special thanks: Archives of the
Fundación Etnográfica Joaquín Díaz (Urueña, Valladolid)
Notes and tape box image used by permission of the Association for Cultural Equity. www.culturalequity.org



Los registros sonoros de Alan Lomax en El Val de San Lorenzo (León) en 1952 (y IV)

CASADO LOBATO, Concha / PORRO, Carlos A.

Publicado en el año 2012 en la Revista de Folklore número 362.

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