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Revista de Folklore número

348



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FOLKLORE DE NAMBROCA (TOLEDO)

DIAZ de ANCOS, Pilar

Publicado en el año 2010 en la Revista de Folklore número 348 - sumario >



HISTORIA

Nambroca es un municipio toledano situado a 12 kilómetros de la capital de la provincia, y tiene cerca de 3. 000 habitantes.

Acerca del origen del topónimo circulan varias teorías. De acuerdo con las variantes que aparecen en el siglo XII, cuando se encuentran las denominaciones Nonnoco y Nomnocha, el término “Nambroca” deriva probablemente de una voz prerromana con el sufijo adjetival denominativo -ko, existente en vasco. Según esto, su origen se basaría en un antropónimo antiguo, probablemente vasco, que tendría que ver con el sentido de “dueño” o de “repoblador”, que habría prestado su nombre al lugar. Otra hipótesis indica que el nombre estaría relacionado con la orografía del terreno.

Posteriormente, en documentos pertenecientes al siglo XVI se dice que la localidad se llamaba Las Nambrocas o Las Ambrocas, vocablo que pudiera estar relacionado con los ambroneso ligures. También cabría otra acepción referida a un Amrús, nombre propio árabe, del que también procedería Mazarambroz, lugar no muy lejano a Nambroca. De este mismo siglo procede su definición como tierra de labor, principalmente viñedos, con abundante agua de pozos. Más adelante se introduciría el cultivo del olivar. Los edificios son de piedra de hormigón y con rafas de ladrillo y piedra. También se cita a Nambroca, junto a Fonseca, como origen de los Juanelos, postes monolíticos que servirían de soporte para el artificio que el emperador Carlos V mandó construir a su relojero Juanelo Turriano para elevar el agua del Tajo hasta la parte más alta de Toledo, y que actualmente se encuentran en la entrada del Valle de los Caídos.

En el siglo XVII aparece mencionado en “El Quijote” el camino de las Nambrocas.

Tampoco hay unanimidad sobre su fundación. A finales del siglo XVIII circulan dos versiones: para unos el pueblo fue creado por los musulmanes, mientras que otros sostienen que eran dos barrios de la cercana Toledo, fundados por ricos propietarios de esa ciudad, en donde tenían sus viñas y bajuelos, como en otros pueblos de la Sisla, comarca a la que pertenece.

En el siglo XIX, durante la Guerra de la Independencia, Nambroca fue el lugar elegido por el general Venegas para apostar sus ejércitos para preparar el ataque que culminaría en la batalla de Almonacid contra los franceses.


HISTORIA FAMILIAR

Las informaciones etnográficas de este artículo fueron obtenidas de la memoria oral de Hilario de Ancos Sánchez, de 71 años, natural de Mora (Toledo), que actualmente reside en la capital de la provincia.

Aunque el informante principal fue Hilario, cuando no estaba seguro de algo pregunté a sus dos hermanos vivos, Nieves e Isidro, de 81 y 78 años respectivamente. Una vez acabado este trabajo, desde el verano pasado, Nieves ha empezado a perder prematuramente su memoria, por lo que su colaboración en esta encuesta ha sido un privilegio.

El informante de este artículo, Hilario, nació en 1938, durante la Guerra Civil española, cuando la familia estaba refugiada en un pueblo cercano a Nambroca, donde habían nacido sus padres y sus hermanos. Él, que se quedó ciego a causa de la meningitis, es el menor de cuatro hermanos y el que tiene los recuerdos más vívidos de su infancia.

La familia materna era de clase acomodada, puesto que eran colonos de una finca y, además, propietarios de una casa, tierras y olivos. El padre, sin embargo, era un trabajador del campo afiliado a un sindicato, y teniente de alcalde del pueblo.

En esos tiempos, como la gran mayoría de los ciudadanos españoles, la familia De Ancos sufrió las penurias que ocasiona una guerra. El hecho de que, cuando finalizó la contienda, el padre fuera llevado a la cárcel en dos ocasiones a lo largo de varios años, provocó que la familia se desmembrara para poder subsistir. En aquella época no estaba bien visto que la mujer trabajara, por lo que los hijos tuvieron que empezar a ganarse el sustento desde muy temprano. La hija mayor, Nieves, fue enviada al colegio de Religiosas de María Inmaculada, tradicionalmente llamadas “del servicio doméstico”, que entonces acogía a hijas con padres en la cárcel, hasta que encontraron para ella una casa donde “servir”. Isidro, el segundo, estuvo trabajando de gañán, cuidando cabras y ovejas, hasta que, con doce años, se fue a un pueblo de Madrid con un tío suyo a trabajar en lo que saliera. Posteriormente, otra tía le llevó a cuidar el jardín y a entretener a la hija del embajador de Hungría en Madrid. Por su parte, los hermanos pequeños, Pilar e Hilario, se quedaron en el pueblo con la madre, y se vieron obligados a pedir por las casas que les dieran algo de comer. Estos fueron los primeros años de la posguerra.

Cuando el padre salió de la cárcel, consiguió un trabajo de albañil en Toledo, y allí se trasladó toda la familia. Las hijas siguieron con sus trabajos en el servicio doméstico, en casas de familias adineradas, y los chicos hacían cualquier otra cosa que saliera.

Aunque a partir de entonces su vida mejoró un poco, Hilario y sus hermanos recuerdan esos años como unos tiempos de gran penuria. Pasaron, dicen, “mucha hambre y muchas calamidades”.

En sus conversaciones conmigo, sin embargo, me contó multitud de juegos que recordaba de su época infantil, tanto de chicas como de chicos. Éstos, junto con sus memorias de otras muchas cosas, son los que quedan reflejados aquí.


JUEGOS INFANTILES

La pídola. Se hace un lomo de tierra, se agacha uno, y los demás van saltando por encima de él sin pisar la tierra. El agachado se va separando del lomito paso a paso en cada salto. Al primero que salta se le llama “madre”, y se dice que “dirige la orquesta” porque todos los demás debía imitar su forma de saltar. Cuando ya está muy separado del lomito de tierra y era difícil saltar, se decía “media”, “entera” o “calcetín”, dependiendo de si se apoyaba en un pie o en los dos. “Calcetín” se decía cuando no podía saltar y, en este caso, sustituía al agachado. El que pisaba el lomito también debía ponerse en lugar del agachado.

A la una anda la mula. Uno se agacha, y el que hacía de madre decía con cada salto:

A la una, anda la mula.
A las dos, tiro la coz.
A las tres, me limpio el pie.
A las cuatro, un buen salto.
A las cinco, te la hinco (darle con la rodilla al agachado).
A las seis, no le deis.
A las siete, planto mi catrichete ( ponía cualquier cosa sobre elagachado)
A las ocho, lo recojo.

Lo que decía la madre lo tenían que hacer los demás.

El rescate. Se escondían todos los jugadores y uno les tenía que buscar.

El cinto. Se escondía un cinto, y quien lo encontraba se liaba a cintarazos con el que lo había escondido.

El clavo. Se hacía un redondel o cuadros con la gente que jugaba. Se tiraba un clavo o una lima en cada cuadro. Si acertabas, cogías un trozo de cuadro a otro. Eso es terreno para ti.

Las bolas. Se hacía un agujero en la tierra. Cada jugador iba tirando su bola hasta que llegaba al agujero. El que primero llegaba, se quedaba con todas las bolas.

El redondel. Se pintaba un redondel y se ponían bolas dentro. Desde fuera se tiraban más bolas para sacar las primeras de allí.

El piti. Se pintaban cuadrados en el suelo y se iba tirando un tejo pasando por cada cuadrado a la pata coja, hasta llegar al último sin caerse.

Tocino. Es un juego de chicas. Dos de ellas daban vueltas a una cuerda corta. Otra saltaba deprisa mientras decía “tocino, tocino, tocino. . . ”. Cuando se cansaba, se ponía otra a saltar.

La comba. También jugaban las chicas dando vueltas con una cuerda, pero ésta era más larga que la del juego anterior. Aquí, todas las que jugaban iban pasando por la cuerda saltando, una detrás de otra, hasta que alguien se tropezaba y se tenía que poner a dar vueltas a la comba.

El bote botero. Se ponía un bote en un punto y se tiraban tejos(piedras) para intentar derribar el bote. Había uno que estaba al cuidado del bote. Si no lo tiraban, a quien iba a coger el tejo le tenía que pillar el cuidador del bote para que se quedara él con el bote.

La talicha. Cada uno de los jugadores ponía “una perra” (una moneda de diez céntimos). A unos tres metros se ponía una bala junto con las perras. Con una arandela tenías que tirar hacia la bala que estaba encima del dinero. Se lo llevaba quien ponía la arandela donde el dinero.

Los alfileres. Es un juego de chicas. Ponían debajo de un montón de tierra unos cuantos alfileres con cabezas de colores. Iban tirando suavemente un tejo y, si se descubría alguno de los alfileres, se lo quedaba quien lo había conseguido.

Las muñecas. Las madres hacían muñecas de trapo para las niñas, y éstas las vestían con cualquier trozo de tela que pillaban por ahí.

La taba. Es un hueso de cordero. Cada uno de sus lados tiene un nombre: carne (el más formado), culo (el de abajo), panza (el de un lado) y hoyo (el lado que parece un ocho). Cada jugador tiraba tres tabas a la vez y ganaba el que sacaba tres carnes. Antes de empezar se acordaba el premio: dinero (las menos veces), bolas o casillas (las cajas de las cerillas).

La trompa. Se hacía un redondel en el suelo y se ponían allí varias trompas (otros las llaman peonzas) viejas. Desde fuera se echaba al redondel otra peonza, bailándola, y se tenía que intentar sacar las del redondel.

La onda. Se cogía una cuerda de un metro o de medio, y se le hacía un agujero en el centro, donde se colocaba una piedra. Se lanzaba hacia arriba para ver quién la tiraba más alto. Era un juego peligroso. En una ocasión, un chico con el que estábamos jugando no vio dónde caía la piedra que había tirado otro, y le dio en la nuca, matándole.


MITOS Y LEYENDAS COSMOGÓNICOS Y METEOROLÓGICOS

– ¿Qué nombres tienen el sol, la luna y las estrellas?
– Las estrellas que veíamos se llaman osa, galeray lucero.

– ¿Qué se cuenta del arco iris?
– Cuando sale el arco iris se decía:
Cuando llueve y hace sol,
sale el arco del Señor.

– ¿Qué figuras forman las estrellas en el cielo?
– Forman un carro, una galera y el Camino de Santiago.

– ¿Cómo se sabe la hora por medio de las estrellas?
– Hay gente que dice que, cuando el lucero se ve de frente, indica una hora concreta, pero yo no sé cuál es.

– ¿Qué nombres tienen los vientos?
– Cuando viene el viento de la zona de Talavera, se llama gallego. Si viene de la zona de Valencia, es el solano. Y ábrego cuando viene del norte, de la zona de Guadalajara.

– ¿Cómo se alejan las tormentas?
– Los agricultores tiraban un cañonazo a las nubes para deshacerlas, pero luego se prohibió, porque era muy peligroso y perjudicaban a otros. Antes se podían comprar cañones pequeños para hacer eso.

– ¿Cómo se atrae la lluvia?
– Los muchachos cantábamos por las calles:

Que llueva, que llueva,
la Virgen de la Cueva,
los pajaritos cantan,
las nubles se levantan.
Que sí, que no,
que caiga un chaparrón,
que se hunda la estación
con azúcar y turrón.

– ¿Qué rogativas se hacen para atraer la lluvia y cuándo?
– En otoño, cuando no llovía, los hombres sacaban al Cristo en procesión por las calles del pueblo, cantando canciones, pero no me acuerdo de ellas.

– ¿Qué señales indican lluvia, tormenta, nieve, buen tiempo?
– Cuando iba a haber tormenta, en el Cerro Cortao se formaba un nublado que se iba agrandando hasta que empezaba a relampaguear.

En invierno, cuando el cielo está blanco y hace buena temperatura, suele caer una buena nevada.

Si el cielo está raso por la noche y hace mucho frío, el día siguiente amanece con una gran helada.

– ¿Cómo se hacen los augurios para conocer el tiempo de las próximas semanas, meses, año?
– No sé qué son las cabañuelas, pero sé que había gente que las utilizaban para saber si iba a hacer un buen invierno o un buen verano.

Canícula se dice cuando hace mucho calor y el sol está enmarañado, como si tuviera niebla. También se dice que cuando lleva cerco la luna va a llover.

– ¿Qué refranes hay sobre cada mes del año?
– Para los Reyes lo notan los bueyes. Para San Blas lo nota el gañán (la longitud de los días).

En enero, no te separes del brasero.
Febrero el corto, si un día malo, peor el otro.
En febrero busca la sombra el perro, pero no todo el mes entero.
Marzo airoso, abril aguanoso sacan a mayo florido y hermoso.
En marzo, tres hojitas tiene el ajo.
Abril, que sale lloviendo, a mayo llama riendo.
En abril se quemó la vieja el mandil; en mayo, el sayo; y, en junio, porque no le tuvo.
Los espárragos de abril, para mí; los de mayo, para mi amo.
Cuando llega junio, la hoz en el puño.
Año de muchas espigas, anuncio de buenas migas.
Agosto, frío en rostro.
Agua en agosto, azafrán, miel y mosto.
Octubre lluvioso, año copioso.
En mediando noviembre, si no has sembrado no siembres.

– ¿Qué se contaba sobre el día de San Juan y de la Ascensión?
– En San Juan se decía: “Para San Juan, si llueve, quita vino y no da pan”.

En el día de la Ascensión se decía: “Hay tres días que relumbran más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión”.


MITOS Y LEYENDAS DE FUNDACIÓN, AMOJONAMIENTO Y TOPOGRÁFICOS

– ¿Hay cuevas o pozos de moros, de judíos, de serpientes, de dragones, de gigantes, de toros furiosos?
– En el pueblo había una cueva cerca de donde nosotros vivíamos que pasaba por debajo de varias casas. Allí nos juntábamos los muchachos para jugar, pero no había nada raro.

– ¿Qué historias se cuentan sobre las fuentes?
– Había una fuente a un kilómetro del pueblo donde íbamos todos a coger agua. Había que bajar unos escalones, y algunas veces se nos rompían los cántaros a los muchachos. En verano teníamos que poner un colador porque del caño salían sanguijuelas. Alguna vez alguien se bebió una con el agua y decían que dolía mucho porque se hinchan.

– ¿Qué historias se cuentan sobre los ríos?
– Nambroca no tiene río, pero en el Tajo, en Toledo, se solía ahogar gente los días de fiesta porque se metían hacia el centro, donde había hoyas.

– ¿Qué nombres tienen los pozos?¿Qué se decía a los niños para que no se acercasen a los pozos?
– En mi pueblo, cada casa tenía su pozo, pero no le poníamos nombre. Para que no nos acercáramos a él, a los niños, no sé por qué, se nos decía: “No te asomes que sale la mora”.


MITOS Y LEYENDAS HAGIOGRÁFICOS, ÉPICOS Y BÉLICOS

– ¿Cuáles son los santos patronos del pueblo? ¿Por qué? ¿Estuvieron de paso por el pueblo o hay reliquias suyas? ¿Qué milagros se cuentan de ellos y de sus reliquias? ¿Qué curan, cómo y cuándo?

– Los patronos de Nambroca son la Virgen del Carmen y el Cristo de las Aguas. De éste se cuenta que era un Cristo que llevaban en un carro a Urda, un pueblo cercano. Cuando pasó por Nambroca, se puso a llover mucho y se tuvieron que quedar en el pueblo durante un mes, hasta que paró de llover. Entonces, los nambroqueños decidieron hacerle una ermita y le dejaron allí. Y después le cambiaron el nombre, por lo mucho que había llovido cuando él llegó. Por esto se llama el Cristo de las Aguas.

– ¿Qué se cuenta y qué ritos y fiestas había en las festividades?
– Los Reyes Magos no se celebraban como ahora. Cuando nosotros éramos chicos, poníamos las zapatillas en la cocina y, si había algo de dinero en la casa, te ponían un pedazo de pan; si no, no te ponían nada.

Para San Antón los muchachos nos pintábamos la cara con un corcho quemado y jugábamos por el pueblo.

En la fiesta del Carmen se sacaba a la Virgen en procesión y luego, por la noche, la gente se iba al baile y a la verbena.

Las fiestas del Cristo, que no tienen día fijo porque tienen lugar cincuenta días después de la Semana santa, también se celebraban así. Para llevarle en procesión se hacía una puja y se le asignaba a quien pagaba más. Hoy se eligen reinas y damas de las fiestas, realizando todo tipo de actos culturales, y finalizan con espectáculos pirotécnicos y una gran paella para los vecinos y visitantes.

El baile de la bandera, que se celebra el fin de semana anterior a las fiestas patronales, tiene gran arraigo en esta localidad. Antiguamente eran las Hermandades las encargadas de bailarla. Se realizaba una puja, y la que más dinero ofrecía era la que designaba abanderado. Actualmente son los jóvenes de la localidad los que se encargan de hacerlo.

También se celebraba la fiesta de los quintos, una semana antes del sorteo, que era en la primera quincena de enero. Íbamos a pedir por las fincas y nos daban dineros. Mi quinta se llamaba la robagallinas, porque robábamos las que podíamos, las matábamos y nos las comíamos en el bar del tío madrileño.

– ¿Quedan en las cercanías del pueblo lugares llamados la silla, el sillón, el tajo, el salto, etc. ?

– En Toledo hay una piedra que se llama El salto del fraile, porque dicen que se tiró un cura desde allí.

También está la Piedra del rey moro en la zona de la Virgen del Valle, una ermita donde peregrina la gente el día 2 de mayo. Allí hay muchas piedras grandes juntas, y se dice que se colocaron allí después de un diluvio. Otros dicen que son de un meteorito que cayó del cielo, y yo creo mejor en eso porque han sacado restos de animales a 7 u 8 metros de profundidad.

Además, en una cantera de grava enfrente de la estación, encontraron un colmillo de unos 2 metros de largo, que yo vi.


MITOS Y LEYENDAS ÉTNICOS

– ¿Qué tipo de rivalidades hay con los pueblos vecinos?

– En Nambroca, cuando llegaba para buscar novia uno de Burguillos, un pueblo que está a unos 15 kilómetros, le cogían entre varios y le obligaban a pagar dinero o le echaban al pilón.

Entre Olías del Rey y Bargas hay rivalidad, y los de Olías solían decir:

Entre Olías y Bargas vi un bulto negro.
Me creía que era un borrico y era un bargueño.

También de Bargas se solía decir: “Eres más atravesado que los de Bargas, que querían pasar una viga atravesada por la Puerta de Bisagra”.

– ¿Qué motes llevan los del pueblo y los de los pueblos vecinos, y qué chistes se cuentan acerca de ellos?

– A los de Nambroca se nos dice que tenemos “la nariz junto a la boca”.

Del que habla mucho se dice que hay que llevarle a Urda, porque también allí hablan mucho.

Hay tres pueblos cercanos que eran muy pequeños, aunque ahora han crecido mucho, y se decía de ellos:

Layos, Covisa y Argés,
si cojo la gorra,
los tapo a los tres.

Otro dicho:

Azucaica de la Bella,
corral de vacas,
aunque es chiquitito,
putas no faltan.

Y de Polán: “Mucha puta y poco pan”.

A los de Mora se les decía: “Mira que ser de Mora y no entender de romanas” (las romanas de pesar se hacían allí).

Todos estos pueblos están a no más de cincuenta kilómetros alrededor de Nambroca.

Mote del bisabuelo: Pedro, el Bolilla.

– ¿Se decía que los niños antes de bautizar eran moros o judíos? ¿Por qué?

– A los niños sin bautizar se les enterraba aparte porque no eran cristianos, se decía que eran moritos.


MITOS Y LEYENDAS TERRORÍFICOS

– ¿Con qué se metía miedo a los niños?
– Para asustar a los niños se decía “que viene la mora”, “que viene el coco” o “que viene el guardia” (esto último después de la guerra).

– ¿Qué bandoleros y ladrones había en el pueblo o en los alrededores?
– En el pueblo y en los alrededores nunca se ha oído que hubiera bandoleros, pero sí por los Montes de Toledo, en otra zona.

– ¿Se hablaba de gente que sacaba la sangre de los niños?
– Para asustar a los niños se les decía que tuvieran cuidado con alguno, porque les sacaba la sangre.

– ¿Qué se decía para que los niños no se arrimasen a los postes de la luz?
–Se nos decía que no nos acercáramos porque estaba la calavera que nos mataba.

– ¿Había casos de mal de ojo? ¿Quién los causaba y cómo?
–Había personas en el pueblo, normalmente mujeres, que lo echaban a otros. Lo quitaba otra mujer.

– ¿Cómo se curaba? ¿Quién lo curaba? ¿Qué hacía? ¿Qué oraciones había para curarlo?
– Cuando alguien se ponía enfermo de golpe, se decía que le habían echado mal de ojo y se tenían que ir a otro pueblo para que se lo quitaran. No he oído que en Nambroca lo quitaran y no sé quién lo echaba.


MITOS Y LEYENDAS DE ANIMALES

– ¿Las mariposas traen buena o mala suerte?
– Las mariposas blancas traen buena suerte, e indican que vas a recibir una carta. Las de colores traen mala suerte.

– Las arañas. ¿Se las puede matar? ¿Su tela se usa con fines curativos?
– Si tienes una herida, te pones la telaraña encima y se te cura.

– A los pájaros carpinteros se les llama caballitos. A las abubillas nosotros los llamamos grajos, y así se les llama también a los curas, porque siempre van vestidos de negro.

– Las grullas en invierno van hacia Extremadura. Hay un dicho que dice que “si la grulla va para abajo, no te quedes en casa del amo y sin trabajo”.

– A las cigüeñas ¿se les castiga?
–No se les puede castigar. Un refrán sobre ellas es: “Por San Blas la cigüeña verás; si no la ves, mal año es”.

– ¿Abandonan a sus padres o a sus hijos?
– Vuelven siempre al mismo nido del año anterior.

– ¿Adónde iban en el invierno?
– Van a África.

– El cuco, ¿dónde anida?
– Nosotros le llamamos cuquillo. Siempre pone los huevos en el nido de otro pájaro, una burraca, para que ella los críe.

¿Cuándo llega? Suele llegar en primavera.

– Con la salamanquesa había que tener cuidado porque tiene veneno sobre su piel.

– Las lagartijas. Las cortábamos el rabo para ver cómo se movía.

– Las culebras. Se las metían en el pecho a las mujeres para asustarlas.

– La zorra. La temíamos porque se comía las gallinas.

– El lobo. Tiene mala fama. Atacaba a los animales degollándolos.

– El gato. ¿Era malo que los gatos durmiesen donde dormían los niños?
– Sí porque los atacan.

– El perro.
– Tampoco es bueno que duerma con los niños, porque también les puede atacar.

– ¿Había animales que se podían meter dentro del cuerpo humano?
– La garrapata se mete dentro de la piel. Había muchas antes por los perros.

– ¿Qué significado tiene el canto de los animales?
– Cuando los perros aúllan están anunciando la muerte de alguien.


MITOS Y LEYENDAS HUMORÍSTICOS

– ¿Qué se contaba de los zapateros?
– En los pueblos solían ser los cojos, porque no podían ir a trabajar al campo.

– ¿Qué se contaba de los afiladores y caldereros?
– Los afiladores venían de Galicia. Pasaban silbando por las calles. Tienen el mismo silbato que los capadores de los cerdos y los toros.


MITOS Y SUPERSTICIONES SOBRE EL CUERPO, LAS ENFERMEDADES Y LAS ACTIVIDADES HUMANAS

– ¿Qué se hacía cuando se caía un diente? ¿Se arrojaba al tejado y se decía una retahíla? ¿Se arrojaba al cementerio o al fuego del hogar?
– Cuando se caía un diente, se ponía debajo de la almohada y te echaban dinero o comida. Con los primeros dientes caídos, algunas mujeres hacían pendientes a sus hijas. A mi prima le hizo unos su madre.

– ¿Era bueno conservar los mechones del pelo?
– El pelo se solía poner en las raíces de las plantas para que agarrara mejor. Las mujeres guardaban el pelo en trenzas cuando se lo cortaban, envolviéndolo en papel de periódico.

– Las enfermedades ¿podían ser un castigo de Dios?
– Sí se solía decir eso, pero la mayoría de las enfermedades son herencia de familia.

– ¿Qué remedios había contra El hipo: dicen que se quita si te echas una gota de agua por “el cogote” (la nuca).

Las verrugas: desaparecían dándose por encima de ellas con la sangre de la menstruación de una mujer.

La picadura de la culebra o de otros bichos: para aliviar la picadura de las avispas, se pone encima un pegote de barro.

Los piojos: se quitaban uno a uno y se mataban aplastándolos con las uñas.

La esterilidad de las mujeres: a las mujeres estériles se las llamaba machorras.

Para curar las heridas: se ponía una sanguijuela encima.

– ¿Cómo se sabía el sexo del futuro niño?
– Si la embarazada tenía la tripa redonda, se decía que iba a tener una niña. Si la tenía baja, sería un muchacho.

– ¿Debía guardar cuarentena la recién parida?
– No se salía de la casa durante una semana.

– ¿Cómo se hacían los noviazgos y la declaración del mozo?
– En el baile sacabas a bailar a la chica que te gustaba, y luego decías que quedabas con ella para esperarla al día siguiente. Si te "daba cara", es decir, que no te rechazaba, podías seguir adelante porque a ella le gustaba.

– ¿Qué días eran fastos y nefastos para declararse o casarse?
– En martes y trece no te cases ni te embarques.

– ¿Qué animales o cosas anuncian la muerte?
– El cuquillo canta y los perros aúllan cuando huelen a muerte.

– ¿Se abren las ventanas a la muerte de alguien?
– Cuando moría alguien cercano, las mujeres de la familia llevaban un velo negro en la cabeza durante tres años en señal de luto. Los hombres solían llevar una cinta negra en el brazo. Cuando murió nuestra madre, mi hermana mayor llevó el luto tres años y la mediana solo un año. Yo llevé la cinta en el brazo.

– ¿Qué se cuelga de la ropa o de la cuna del niño?
– Un cascabel en la cuna para que no llorase.

– ¿Se podía lavar o hacer otros trabajos en sábado, domingo, Jueves Santo o Viernes Santo?
– No se podía hacer nada, ni lavar ni comer carne. Estaba prohibido.

– ¿Qué era lo que se podía hacer y lo que no se podía hacer en la Semana Santa?
– No se podía trabajar ni ir al baile. Por hacerlo, una vez el ayuntamiento nos puso una multa. Tampoco se podía comer carne, pero si pagabas al cura una bula, podías comer todo lo que quisieras.

– ¿Qué se hace o dice para que una gallina tenga más pollos?
– Se le ponían huevos de otras gallinas para que salieran más pollos.

– ¿Se atronaban los huevos de las gallinas cuando había tormenta?
– Sí. Los huevos se vuelven hueros, es decir, que no crían.

– ¿Qué se hace para que fermente y se cueza bien el pan?
– Se echa levadura.

– ¿Qué se hace para que la ropa de la colada salga limpia y blanca?
– Se echaban unos polvos blancos, no lejía.

– ¿Qué se hace con el agua después de lavar la ropa de los niños?
– Se lavaba aparte de la de los mayores.

– ¿Qué se hace con el agua bendita que sobra de la iglesia?
-– Se guardaba en un cacharro y cuando había tormenta se echaba por los rincones de la casa. Te lo daba el cura.

– ¿Qué significa el bostezo?
– Puede significar que tienes sueño o hambre.

– ¿Qué se dice a la salida del sol?
– Solemos decir: “ya sale Manolo” o “qué cara tiene el sol”.

– ¿Qué se dice a la salida de la luna?
– Hay gente que se fija si tiene cerco, y dice que eso trae agua.

– ¿Qué personas tenían gracia para curar?
– Sólo los curanderos. Antes había más que ahora. Te daban un masaje donde te habías dado un golpe y se quedaba como nuevo.



FOLKLORE DE NAMBROCA (TOLEDO)

DIAZ de ANCOS, Pilar

Publicado en el año 2010 en la Revista de Folklore número 348.

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