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Revista de Folklore número

330



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Léxico románico en el caló de los gitanos portugueses

FUENTES CAÑIZARES, Javier

Publicado en el año 2008 en la Revista de Folklore número 330 - sumario >



El presente artículo es una breve exposición de los elementos léxicos de origen romance que aparecen documentados en el trabajo de F. Adolpho Coelho, Os ciganos de Portugal (1892), y sirve para mostrar cómo los mecanismos de adaptación de muchos de los préstamos vienen a coincidir, en gran medida, con los que se documentan en las diferentes fuentes sobre el caló español.

Según Lopes da Costa (1999, p. 48) «Las más remotas fuentes (de índole literaria) que hasta hoy se conocen en Portugal en relación con los Gitanos datan de los umbrales del siglo XVI. Pero, en nuestra opinión, es muy posible que su llegada al extremo occidental del continente europeo aconteciera en época anterior […]».

Desde luego parece muy probable que a partir de la segunda mitad del siglo XV algunos de los primeros grupos gitanos que llegaron a España en la primera mitad del siglo XV también se adentraran en territorio portugués. Es también muy probable que estos grupos gitanos permanecieran en contacto con hablas meridionales como el andaluz antes de pasar a Portugal. En este sentido contamos con el testimonio literario de la Farsa das Ciganas (1521) de Gil Vicente en el que los tipos gitanos, tanto mujeres como hombres, hablan castellano con rasgos meridionales propios de hablas andaluzas como el ceceo, aunque no de forma sistemática como se puede comprobar en estos dos textos:

Lucrecia:

«Dios te guarde linda flor
Bendito sea el ceñor
Que tal hermozura cría
Muztra la mano alma mía
Por vida del cervidor»
[…].
Martina:

«Huerta de la hermozura
Cirne de la mar salada
Dioz te tenga bien guardada
Y muy cegura».

Es probable que los primeros gitanos que se establecieron en tierras portuguesas desde el siglo XV o XVI hayan sido multilingües durante varios siglos ya que antes de entrar en Portugal, hablarían como mínimo alguna variante romaní y castellano, y posteriormente, portugués. La situación lingüística de estos primeros grupos gitanos que permanecieron en Portugal después de haber estado en España es, hasta cierto punto, comparable con la descrita, por ejemplo, para los gitanos fineses que, en territorio sueco, utilizan el finés como lengua secreta en lugar del dialecto romaní finés. La necesidad de poder comunicarse en castellano, entre los gitanos que se establecieron, probablemente al principio, en zonas fronterizas con España como el Alentejo, se debía, en parte, al carácter itinerante de estos grupos gitanos que, con motivo de la celebración de las ferias en zonas limítrofes con Portugal como Extremadura, abandonarían tierras portuguesas para acudir a estas ferias en las que el uso del castellano era imprescindible para la comunicación en las transacciones comerciales con los lugareños hispanohablantes.

En virtud de los datos reunidos por Coelho en su trabajo, podemos afirmar que los gitanos alentejanos que sirvieron de informantes hablaban portugués y castellano ya que la gramática de los textos en caló es española ligeramente influida por el portugués.

Texto 4:

El jambo se camela rumandiñar.
“El hombre no gitano se quiere casar”.

Texto 29:

Por el palonó me quieren ustabar.
“Por el corral me quieren robar”.

Texto 33:

Te amarelo con una churí.
“Te mato con una navaja”.

Texto 43:

Que chorró está el chibé que non pueden andar los chiqueles! “
¡Qué frío está el día que no pueden andar los perros!”.

Texto 46:

La dicañí está abertisara, a ber s’el jambo nos diquela, a ber se lo podemos ustabar.
“La ventana está abierta, a ver si el hombre no gitano nos ve, a ver si lo podemos robar”.

Texto 75: Como camelas, Marso, que yo baya a randar, se tus pañís son muchas, y yo non puedo colisarar?

Se ustabar puedo dos grañís, los raisaros estan di tras, randalas he podido, y ora el pasisarar?
“Cómo quieres, Marzo, que yo vaya a robar, si tus aguas son muchas, y yo no puedo cruzar? Si robar puedo dos yeguas, los ríos están detrás, robarlas he podido, y ahora el pasar?”.

Texto 78:

Los segabrunchos ban a seguisarar y los calés ban di tras, y nicobelan los gués, cando sorbando s’están.
“Los segadores van a segar y los gitanos van detrás, y roban los burros, cuando se están durmiendo”.

A pesar de los lusismos que se pueden detectar como la conjunción condicional se “si”, el adverbio ora “ahora”, la partícula negativa non “no” (cfr. portugués não) y la conjunción temporal cando “cuando”, la gramática es claramente española en todos estos textos. No podemos afirmar con seguridad que esta situación de bilingüismo entre los gitanos que sirvieron de informantes a las personas que suministraron los materiales léxicos a Coelho sea generalizada para todos los gitanos portugueses en el siglo XIX, aunque sí podemos sospechar que así fuera entre aquellos grupos gitanos alentejanos establecidos en zonas cercanas a la frontera española que hubieran mantenido una cierta movilidad. Esta situación tal vez pueda ser aplicada a los gitanos informantes del colaborador de Coelho, el folklorista portugués António Thomaz Pires, que suministró los materiales en los que Coelho se basó para llevar a cabo su trabajo sobre la lengua de los gitanos portugueses. Coelho se sirvió de estos materiales para publicar un primer ensayo sobre la lengua de los gitanos del Alentejo en la Revista Lusitana (1887), y más tarde, el mismo Thomaz Pires le envió más frases y términos que habían sido recabados por un labrador de la demarcación administrativa local de Santa Eulália en el concejo de Elvas, en el Alto Alentejo, a pocos kilómetros de la ciudad de Badajoz en Extremadura. El otro colaborador con el que contó Coelho para su trabajo fue el lingüista, filólogo y etnógrafo portugués José Leite de Vasconcellos, que envió a Coelho el resultado de un estudio de la lengua de un grupo de gitanos que encontró en Cadaval y que, según uno de sus informantes gitanos, provenían de los alrededores de Lisboa.

El elemento romaní que se encuentra en el trabajo de Coelho representa aproximadamente un 75% de todas las voces que presenta su estudio, con la particularidad de que prácticamente la totalidad de estas voces también se pueden documentar en las distintas fuentes sobre el caló español. El 25% restante se trata de voces portuguesas y/o españolas.

Tanto los préstamos nominales como los escasos préstamos adjetivales aparecen, la mayoría de las veces, adaptados mediante el sufijo derivativo –uncho (M)/–uncha (F): abriluncho “abril” (cfr. portugués/español abril), agostuncho “agosto” (cfr. portugués/español agosto), airesuncho “aire” (cfr. español aires (PL.M) < aire), bancuncho “banco” (cfr. portugués/español banco), brancuncho “blanco” (cfr. portugués branco), cabruncha “cabra” (cfr. portugués/español cabra), calduncho “pan” (cfr. portugués/español caldo), carruncho “carro” (cfr. portugués/español carro), contrariuncho “contrario” (cfr. portugués contrário; cfr. español contrario), decembruncho “diciembre” (cfr. portugués dezembro), deuncho “dedo” (cfr. español deo (< dedo) con pérdida de /d/ intervocálica), floruncha “flor” (cfr. portugués/español flor), galluncho “gallo” (cfr. español gallo), gatuncho “gato” (cfr. portugués/español gato), habuncha “haba” (cfr. español haba), juliuncho “julio” (cfr. español julio), junioluncho “junio” (cfr. español junio), labiuncho “labio” (cfr. portugués lábio; cfr. español labio), linguncha “lengua” (cfr. portugués língua), livruncho “libro” (cfr. portugués livro; cfr. español libro), mandiluncho “mandil” (cfr. portugués/español mandil), masanuncha “manzana” (cfr. portugués maçana < maçã), mesuncho “mes” (cfr. portugués mês; cfr. español mes), molinuncho “molino” (cfr. español molino), montuncho “monte” (cfr. portugués/español monte), orejuncha “oreja” (cfr. español oreja), octobruncho “octubre” (cfr. español octubre), pastorchuncho “pastor” (cfr. portugués/español pastor), quintalzuncho “patio” (cfr. portugués quintal), segabruncho “segador” (cfr. portugués/español segar), setembruncho “setiembre” (cfr. portugués setembro), tejauncho “tejado” (cfr. español tejao (< tejado) con pérdida de /d/ intervocálica), testuncha “testa”, (cfr. portugués/español testa), vinagruncho “vinagre” (cfr. portugués/español vinagre).

Otro sufijo derivativo que parece gozar de cierta productividad en la adaptación de préstamos nominales es el sufijo –uno (M)/–una (F): barbuna “barba” (cfr. portugués/español barba), eneruno “enero” (cfr. español enero), fajuna “faja” (cfr. español faja), ferbruno “febrero” (cfr. español febrero), lecheruno “lechero” (cfr. portugués/español lechero), peruna “pera” (cfr. portugués pêra; cfr. español pera), petuno “pecho” (cfr. portugués peito), pisquesuno “pescuezo” (cfr. portugués pescoço), sapuna “vid” (cfr. portugués cepa).

Otro mecanismo de derivación nominal, y posiblemente adjetival, con cierto grado de productividad, es la derivación mediante el sufijo –isaro (M)/–isara (F), que procede del infijo romaní –isar–, empleado en la adaptación de préstamos verbales: abertisara “abierta” (cfr. portugués aberta), basisaro “vaso” (cfr. portugués/español vaso), fardisara “saya” (cfr. portugués/español falda), huertisara “huerta” (cfr. español huerta), laborosal, labrosal “labrador” (cfr. *lavrosar– < portugués lavrar; cfr. español labrar), llierbisá “hierba” (cfr. *yierba < español (dialectal) yerba < hierba), raisaro “río” (cfr. portugués rio; cfr. español río), tempisaro “tiempo” (cfr. portugués tempo).

También hay unos pocos términos a los que se les ha añadido el morfema atemático romaní (i)–me, que se emplea para formar el participio pasado de los préstamos verbales: chosimé “choza” (cfr. portugués choça), sombrimé “sombra” (cfr. portugués/español sombra), tardimen “tarde” (cfr. portugués/español tarde).

Las terminaciones en –te de otros préstamos nominales como centenate “centeno” (cfr. español centeno) y triguisate “trigo” (cfr. español/portugués trigo) sugieren antiguos locativos fosilizados que, a pesar de proceder de sustantivos masculinos en español y portugués, han formado el locativo singular conforme al paradigma correspondiente a un sustantivo femenino. La terminación –ta del término furata “fuera” parece sugerir un ablativo singular fosilizado procedente de un hipotético *foratar (< portugués fora).

Finalmente, otros préstamos nominales han sido incorporados directamente sin ningún tipo de elemento derivativo: acotistamente “sin ser presentido” (cfr. español (antiguo) ascondidamente < español/portugués (antiguo) asconder), achochinar “alabar” (cfr. español (coloquial) achuchar “abrazar cariñosamente”, tal vez con infijo romaní –in–, empleado en la adaptación de préstamos verbales), airun “aire” (cfr. español (dialectal) airón “viento fuerte”), andantes “medias” (cfr. español/ portugués andante), aparador “perro” (cfr.*aparador < español (dialectal) aparar “detener, parar”; cfr. leonés perro de aqueda “perro pequeño que emplean los pastores para detener el ganado”; el verbo aquedar significa “retener al rebaño y no permitir que se desmande y vaya a lugares prohibidos”), apatuscos “aparejos de montar” (cfr. español apatusco “adorno, aliño, arreo”) (1), arboléo “árbol” (cfr. español arboleo (< arboledo) con pérdida de /d/ intervocálica), bicha “serpiente” (cfr. portugués/español bicha “serpiente”), blancaera “cal” (cfr. *blancadera (< español blanca) con pérdida de /d/ intervocálica en el sufijo agentivo español –adera que se añade en este caso a una base adjetival), camina “camino” (cfr. español camino), churon “árbol” (cfr. portugués chorão “sauce llorón”; cfr. español llorón “tipo de sauce”), cotobillo “codo” (cfr. portugués cotovelo), culebra “cinta” (cfr. español culebra; cfr. portugués cobra “cuerda con que se atan yeguas o vacas para la trilla del trigo”), frumachos “cabellos” (cfr. español plumacho), gorbelar “coger, recoger” (cfr. español (andaluz)/catalán garberar “hacinar, amontonar las mieses en la era”), guenassuertes “fortuna” (cfr. español (dialectal) güenas suertes (< buenas suertes)), matagañanes “estrella del alba” (cfr. español (dialectal) matagañanes “estrella del alba”), maniscobar “descontar” (cfr. portugués/ español menoscabar, tal vez contaminado por el caló nicobar “robar”), mistós “fósforos” (cfr. español (dialectal) mistos “cerillas” < mixto “cerilla”), montanés “monte” (cfr. español montañés), mulla “trilla” (cfr. portugués debulha; se trata de una forma aferética), paio “hombre no gitano” (cfr. español (andaluz) payo “sin gracia, inhábil, de genio corto”) (2), pareau “pared” (cfr. portugués parede; cfr. español pared), parga “choza” (cfr. portugués barga “cabaña”), patuque, patusco “albarda” (vid. apatuscos), pinon “pino” (cfr. español pino), quimera “desorden” (cfr. español (dialectal) quimera “riña, contienda”), redundes, randundes, rendundes “garbanzos” (cfr. occitano redond “redondo”), rucó “burro” (cfr. español (dialectal) ruco “caballo pequeño, de poca alzada”; cfr. catalán ruc “asno”), trincar “coger” (cfr. español trincar “agarrar”).

Los préstamos verbales tomados del portugués o del español aparecen adaptados mediante el infijo de origen griego –isar– (excepcionalmente –is–), y, raramente, mediante el morfema flexivo de la tercera persona del singular del presente –el: abaixisarelar, abaixarelar “bajar” (cfr. portugués abaixar), ajustisarar “ajustar” (cfr. español ajustar), colisarar “pasar (el río)” (cfr. español (extremeño) colar “pasar deprisa”; cfr. leonés colar (el río) “atravesar, vadeándolo, un río o cauce de agua en general”), combisarar “encomendar” (cfr. portugués (antiguo) convir “amoldarse”), desamarisar “desamarrar” (cfr. portugués/español desamarrar), ladrisarelar “ladrar” (cfr. portugués/ español ladrar), pasisarar “pasar” (cfr. portugués passar; cfr. español pasar), seguisarar “segar” (cfr. portugués/español segar).

Los mecanismos empleados para la adaptación de préstamos nominales y verbales parecen coincidir, en parte, con los que se han documentado en diferentes fuentes sobre el caló español. Conde nos ofrece varios ejemplos de nombres propios adaptados mediante sufijación de –uncho (M)/–uncha (F) y –uno (M)/–una (F): pedruncho “Pedro”, jerrosuncha “Rosa”, juanuno “Juan”, maricuna “María”. También la documentación de Conde ofrece ejemplos de préstamos verbales adaptados mediante el infijo –isar–, que aparece bajo la forma –izar– por efecto del ceceo de sus informantes gitanos: rabizarar “rabiar”, mandizarar “mandar”, vendizarar “vender”, gardizarar “guardar”, servizarar “servir”. En el vocabulario gitano de The Zincali, Borrow afirma que el sufijo –uncho es una «partícula que los Jitános de Estremadúra, suelen posponér á palábras Castellánas, para disfrazarlas, y que no se les entienda fa— 210 — cilménte», y ejemplifica dicho uso con voces como favoruncho “favor” (cfr. español favor), gozuncho “alegría” (cfr. español gozo). Borrow también documenta préstamos verbales adaptados mediante inserción del infijo –isar–: golisarelar “oler” (cfr. español (dialectal) goler < oler).

Este breve estudio sobre el léxico románico en el caló de los gitanos portugueses pone de manifiesto que la mayor parte de los términos son fácilmente identificables ya que son préstamos o bien del portugués o bien del español o variantes dialectales del español. En este sentido, resulta particularmente interesante el caso del caló español ya que muchas de sus voces son préstamos de variantes dialectales del español o incluso de otras lenguas peninsulares como el catalán, el valenciano o el portugués. Baste como ejemplo de lo que acabo de señalar voces como bargaña “guerra” (cfr. leonés faragaña “riña, jaleo”), buste (Borrow) “pegadura” (cfr. español embuste; si esta hipótesis etimológica es cierta, la voz buste sería una forma aferética)(3), calabéa (Borrow) “mentira” (cfr. leonés carbea “mentira”; carabear “andar de jolgorio”), gadujos (Borrow) “cerdos” (cfr. portugués? gado “ganado”), grimpar “brindar” (cfr. portugués grimpar “subir, trepar”, “responder con atrevimiento”; cfr. catalán grimpar “trepar”), jimilo (Borrow) “suspiro” (cfr. leonés gimir “gemir”), larpa, lapa (Borrow) “golpe” (cfr. portugués (coloquial) lapa “bofetada”; cfr. portugués (dialectal) lapada “bofetada”), lurco (Borrow) “pozo” (cfr. portugués lorca “hoyo, cueva”; cfr. español (extremeño) lorca “cueva entre rocas bajo el agua”), matejo (Borrow) “mismo” (cfr. catalán/valenciano mateix), miligráne (Conde) “granada (fruta)” (cfr. español (antiguo) milgrana “granada”; cfr. portugués (dialectal) miligrana “granada”), nacicár (Borrow) “amolar” (cfr. español (extremeño) tacicar “hacer añicos”), odoros (Borrow) “celos” (cfr. portugués dor “sufrimiento físico o moral”, “remordimiento”; en argot “celos amorosos”), ozandí (Borrow) “alpargata” (cfr. español (dialectal) zade “variedad de mimbre que crece en los arroyos”), palife (Borrow) “exquisito” (cfr. portugués? patife “bribón”) (4), pandéla (Borrow) “sartén” (cfr. portugués (dialectal) padela “sartén larga de barro”), parcharique (Borrow) “porfiado” (cfr. aragonés pachariquero “despreocupado, ocioso, dedicado a menesteres inútiles”), parlaora (Borrow) “carta” (cfr. español (dialectal) parladora “habladora” < español (dialectal) parlar “hablar mucho”); se aprecia pérdida de /d/ intervocálica) (5), píta (Borrow) “bebida” (cfr. español (extremeño) pitarra “vino extremeño de elaboración casera”; cfr. español (dialectal) pitarra “tinaja pequeña”), rinballár (Borrow) “arrancar” (cfr. portugués ripar “raspar o limpiar la tierra”, “arrancar”), saracáte (Borrow) “sastre” (cfr. español (dialectal) sarga “tejido de algodón usado antiguamente”; tal vez se trate de un antiguo locativo fosilizado *sargate), sarracatín (Borrow) “regatón” (cfr. español zarracatín “regatón”), surdinar (Borrow) “levantar” (cfr. portugués surdir “salir, aparecer”, “emerger”), tempanó (Borrow) “pedazo” (cfr. español (dialectal) témpano “piedra o corcho con que se tapa una colmena”, “tapa de cuba o tonel”, “hoja de tocino”, “pedazo de una cosa dura, extendida o plana”).

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NOTAS

(1) Cfr. el verbo apatuscar (Gordaliza) “aparejar, atar” tomado del caló de los gitanos palentinos. Conde documenta la voz estér “cosa aparejada” (plural estéres “cosas aparejadas”) que, tal vez, sea un préstamo del persa astar “mulo”.

(2) Coelho documenta la voz gaché “amigo” (cfr. romaní gad_e (PL.M) < gad_o (SG.M) “hombre no gitano”), y también la voz jambo “hombre no gitano” (cfr. persa kh_m-go “de habla ruda, tosca”).

(3) Cfr. español (andaluz) pegadura “remiendo, cosa postiza” y pego “tontería”, “embuste”.

(4) Cfr. portugués finório “astuto”.

(5) Cfr. las formas parlo, parlito (Trujillo) “reloj” (cfr. español (dialectal) parlón, parletas “persona muy habladora”).

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Léxico románico en el caló de los gitanos portugueses

FUENTES CAÑIZARES, Javier

Publicado en el año 2008 en la Revista de Folklore número 330.

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