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Revista de Folklore número

327



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La provincia de Valladolid que ha pateado Miguel Delibes

URDIALES YUSTE, Jorge

Publicado en el año 2008 en la Revista de Folklore número 327 - sumario >



(De cómo investigué por estos pueblos para escribir después el Diccionario del castellano rural en la narrativa de Miguel Delibes y el Diccionario de expresiones populares en la narrativa de Miguel Delibes)

Rastreando la narrativa de Delibes, se encuentran una serie de pueblos en los que ha estado el autor. Los cita, expresa el propósito de su viaje, qué tiempo pasaba en ellos…

Los pueblos y sus citas aparecen en este artículo, conformando una zona compacta: la del valle del Esgueva y la del valle del Duero (en la zona en que corre parejo al del Esgueva a partir de Peñafiel).

Ocasionalmente aparecen también otros pueblos de la provincia o de otras provincias de Castilla y León.

La investigación de campo se ha basado en los pueblos citados por Delibes dentro de esa zona compacta (además de Villanueva de Duero, algo más alejado): así, me entrevisté con gentes de los pueblos del valle del Esgueva, de los pueblos que se encuentran entre ambos valles (Castrillo Tejeriego y Villavaquerín) y de los pueblos del valle del Duero. En líneas generales, conocían los términos y les dieron un significado preciso. Pero después de muchas entrevistas, quise mejorar la investigación en cuanto a palabras relacionadas con la pesca y decidí buscar nuevos informantes en dos zonas en las que Delibes practicó este deporte: el Pisuerga a la altura de Mave y el Omaña a su paso por Magdalena. En Mave pude precisar algunos términos y en Magdalena me entrevisté personalmente con Paulino (guarda del Omaña que pescó con Delibes en varias ocasiones y al que dedica un capítulo de Mis amigas las truchas llamado: Paulino, el del Omaña).

Aporto en este artículo los nombres de los pueblos mencionados con más frecuencia por Delibes en sus obras y su situación geográfica en un mapa de la provincia de Valladolid. También un mapa con los pueblos de los que contamos con informantes.

PUEBLOS MENCIONADOS CON FRECUENCIA EN LA NARRATIVA DE MIGUEL DELIBES •

Fuimos Melecio y yo en la furgoneta del pescado hasta lo de la Sinoba. La carretera está llena de agujeros y el trasto botaba con ganas. (Diario de un cazador, p. 98).

• De regreso, cruzamos el páramo para caer de la parte de Quintanilla. (Diario de un cazador, p. 99).

• Estamos en 1971.

Precisamente en esta temporada, y en la zona de Villanueva de Duero, mis amigos y yo levantamos media docena de codornices (…) (La caza en España, p. 88).

• A estos efectos, yo recuerdo mis excursiones infantiles, de morralero con mi padre, en las heredades recién segadas de Quintanilla de Abajo, Olivares y Sardón de Duero, (La caza en España, pp. 75–76).

• Alejandro F. Araoz fue compañero de Miguel Delibes en El Norte de Castilla. En casa de Alejandro, Delibes conoció a Garrigues, Fisac y Díez del Corral. Delibes cuenta que cazaba en la finca de Villanueva de Duero de Alejandro como si fuera suya. En aquella finca se fraguó El libro de la caza menor.

• En su finca de Villanueva de Duero, en la que yo cazaba como si fuera mía, se fraguó mi obra “El libro de la caza menor”, que está dedicado a él. (Un año de mi vida, p. 79).

• Él recordará, como yo, nuestra cazata en Villanueva de Duero, quizá en el 68, (Aventuras, venturas y desventuras de un cazador a rabo, p. 14).

• (21 de octubre de 1971) Requeridos por el solillo de estos días, mi hermano Manolo y yo nos fuimos a dar una vuelta por las cuestas de Villafuerte de Esgueva. (Aventuras, venturas y desventuras de un cazador a rabo, p. 17).

• Las rampas de Villafuerte no son abarcables por dos escopetas. Se mire por donde se mire, este cazadero es cazadero de vaivén, de ida y vuelta… (Aventuras, venturas y desventuras de un cazador a rabo, p. 18).

• (…) la finca de los Araoz en Villanueva de Duero. Aparte otros alicientes, esta finca tiene el atractivo de la variedad pues, junto al soto, a lo largo del río, anchuroso y embalsado en las inmediaciones de Tordesillas, corren las tierras irrigadas, y perpendiculares a éstas y paralelas entre sí, dos franjas de carrascas, erizadas de pinos que, en su límite sur, abocan a unas pedrizas de viñedo a través de una laderita suave, de cómoda andadura.

(Aventuras, venturas y desventuras de un cazador a rabo, p. 24).

• (…) marchamos Manolo, Juanito y yo a Villanueva de Duero, cazadero abrigado y próximo a casa, aunque sin perdiz. (Aventuras, venturas y desventuras de un cazador a rabo, p. 30).

• O bien, la emocionante escena que viví en los páramos inmensos de Renedo de Esgueva en 1954. (Aventuras, venturas y desventuras de un cazador a rabo, p. 56).

• De chico, hace treinta y muchos años, recuerdo haber tirado con frecuencia a los aguanieves desde un renqueante Chevrolet (…) Nunca olvidaré la primera que abatí en un aguazal en los bajos de la Sinoba, (Aventuras, venturas y desventuras de un cazador a rabo, pp. 58–59).

• (23 de enero 1972) Cobrar cinco perdices entre tres escopetas en las anchas vaguadas de Villafuerte a estas alturas (…) (Aventuras, venturas y desventuras de un cazador a rabo, p. 67).

• La topografía de la zona es muy perdicera (del mismo corte que la del Valle del Esgueva) (Aventuras, venturas y desventuras de un cazador a rabo, p. 86).

• Hacía lo menos doce años que no tumbaba un sisón. Los últimos, si la memoria no me falla, en doblete, en los páramos de Villafuerte de Esgueva.

(Aventuras, venturas y desventuras de un cazador a rabo, p. 89).

• Cinco minutos después había escampado y, aunque las carrascas de Villanueva estaban caladas (…) (Aventuras, venturas y desventuras de un cazador a rabo, p. 90).

• Recuerdo que a mi padre, cazador desde la infancia, le ocurría otro tanto y una vez que mi hermano le extravió el guardamanos en la Sinoba (…) (Aventuras, venturas y desventuras de un cazador a rabo, p. 109).

• Otra zona sintomática a estos efectos es la de Quintanilla de Abajo, próxima a Peñafiel. Con un fuelle resistente y unas piernas elásticas, hace diez años en estas diabólicas laderas podían conseguirse perchas de gala. (Aventuras, venturas y desventuras de un cazador a rabo, p. 127).

• Estas circunstancias nos invitaron a entrematarnos en el sardón de Villanueva de Duero, (Aventuras, venturas y desventuras de un cazador a rabo, p. 145).

• (9 diciembre 1973) Todavía con el cansancio de la jornada de la Virgen en las piernas nos asomamos a Villafuerte, uno de los contados términos que aún no han sido acotados en la provincia de Valladolid. Estos páramos y laderas del Valle del Esgueva fueron frecuentados por nosotros en una época en que las escopetas no eran muchas y lo libre era todavía campo rentable. En este cazadero hemos pasado días inolvidables, con perchas suculentas (...) (Aventuras, venturas y desventuras de un cazador a rabo, p. 179).

• Percha exigua en el Valle de Esgueva, (Las perdices del domingo, p. 24).

• Villanueva de Duero, la finca de los Araoz (Las perdices del domingo, p. 31).

• Villanueva de Duero (Las perdices del domingo, p. 40).

• (…) en la finca de un amigo, en la ribera del Duero, (Las perdices del domingo, p. 44).

• “Compramos las viandas en Ataquines y nos largamos a Villanueva”. (Las perdices del domingo, p. 66).

• Villanueva de Duero (Las perdices del domingo, p. 89).

• “La pesca del cangrejo era un recurso que mi padre aprovechaba para sacarnos a tomar el aire en primavera. Mientras permanecíamos en Valladolid, solíamos ir a la Esgueva, bien a Renedo o, valle arriba, hasta Esguevillas o cualquier otro pueblo intermedio. La Esgueva fue un río pródigo en cangrejo de pata blanca (un crustáceo verdoso, no exageradamente grande ni de pinza muy desarrollada, pero sabroso). Lo malo de la Esgueva, como de casi todos los ríos y arroyos de llanura, era que sus aguas bajaban turbias a causa de la erosión y entre esto y que la pesca del cangrejo era crepuscular, tirando a nocturna, no se veía lo que se pescaba hasta que el retel afloraba y uno le alumbraba con la linterna. Este defecto lo soslayé años después, cuando ya de adulto, me dediqué al cangrejo en los ríos Moradillo y Rudrón, en Burgos, de aguas cristalinas y oxigenadas, con lo que la pesca de este crustáceo dejó de ser una actividad ciega”. (Mi vida al aire libre, pp. 127–128).

• “Los cazaderos próximos (Renedo de Esgueva, Villafuerte, Villanueva de Duero, Tordesillas, Quintanilla de Abajo, La Santa Espina) los visitábamos con él, mientras el Volksvagen lo reservábamos para otros más distantes (Belver de los Montes, Villa Esther o Riego del Camino). Citar estos cazaderos es evocar la juventud”.(Mi vida al aire libre, p. 214).

• Delibes cuenta en Mi vida al aire libre que fue en el pueblo de Esguevillas de Esgueva en donde se inició en la pesca.

• Pasaba veranos en Quintanilla de Onésimo y cuenta que se tiró todo un mes queriendo cazar pájaros en el corral con la escopeta de perdigones (empleó más de 3.000). Al fin mató un vencejo.

(Mi vida al aire libre, cap. 9).

• Recuerdo un bando de diez, un día crudo de invierno, en Villafuerte de Esgueva, blancas de escarcha, inmóviles, apelotonadas, que nos llevó a cruzar apuestas sobre si eran perdices o piedras.

(El último coto, p. 153).

• (15-XI-90) Ayer, cuando mi hermano Manolo y yo subíamos en automóvil el repecho de Renedo de Esgueva, (El último coto, p. 168).

• (13-I-91) El ensayo de ayer fue parejo al que realicé ya hace años con faisanes en la finca de José Mª Luelmo, en Esguevillas, y en las laderas de Peñafiel con Pedro Cuadrado; (El último coto, p. 189).

• Yo mismo cacé perdices con poco éxito en estos términos y en el de Villanueva de Duero hace más o menos veinticinco años. (El último coto, p. 224).

En el primer mapa se ofrece la zona de la provincia de Valladolid que más ha frecuentado Delibes según sus propias novelas nos dicen. Añadimos también Villanueva de Duero (al sur de Simancas) por el mismo motivo.

La investigación de campo se realizó en función de los pueblos citados por Delibes en sus obras: pueblos a los que Delibes iba de caza, pesca, etc. Al contrastar el mapa que viene a continuación con el mapa anterior, se puede comprobar la relación que hay entre los pueblos citados por Delibes en sus obras más autobiográficas y los pueblos en los que se produjo la investigación de campo. La investigación de campo, por tanto, se centró en la zona más frecuentada por Delibes.

Si Delibes ha recogido multitud de términos populares rurales y de dichos, expresiones, etc.

es porque los ha oído en los pueblos en los que ha estado. La mejor investigación de campo se tenía que hacer en la zona más conocida por Delibes.

Estos son los pueblos de la provincia de Valladolid de donde son nuestros informantes.

CASTRILLO TEJERIEGO VILLAVAQUERÍN TUDELA DE DUERO VILLANUEVA DE DUERO VILLAFUERTE FOMBELLIDA SANLLORENTE VALBUENA DE DUERO QUINTANILLA DE ONÉSIMO COGECES DEL MONTE



La provincia de Valladolid que ha pateado Miguel Delibes

URDIALES YUSTE, Jorge

Publicado en el año 2008 en la Revista de Folklore número 327.

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