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A todos los lugareños que nos abrieron sus puertas el día que descubrimos el pueblo, sus danzas y su paisaje.
I.– MARCO GEOGRÁFICO Torrehermosa es un municipio de Zaragoza situado a 148 kilómetros de la capital provincial y a una altitud de 839 metros sobre el nivel del mar. Cubre una superficie de 21,1 kilómetros cuadrados y su población de derecho ronda los 100 habitantes. Pertenece a la comarca de Calatayud. Celebra tres fiestas principales: Santa Águeda, el 5 de febrero; y San Pascual Baylón, el 17 de mayo, que son las fiestas patronales; y, finalmente, San Roque, 16 de agosto.
La localidad se asienta al suroeste de Zaragoza por la carretera A–2, con desvío al este de Santa María de Huerta por carretera local, en el límite de la provincia con Soria. En concreto, a los pies de la sierra de Solorio, justo en la raya de Soria y Guadalajara. Limita por el noroeste con la provincia de Soria, por el sur y parte del este con Alconchel de Ariza, ambas de la provincia de Zaragoza.
A pocos kilómetros de Torrehermosa discurre el caudal del río Jalón, aunque no llega a ser regada por sus aguas. Yendo por la carretera hacia Torrehermosa desde Santa María de Huerta (pueblo del que dista cinco kilómetros), pueden verse los famosos pairones (columnas de ladrillo o piedra que sostienen hornacinas con imágenes de santos). El primer pairón pertenece a los sorianos, así llamado por los del lugar porque es justo en ese punto donde termina la provincia de Soria. Trae la imagen de San Saturio, patrón de Soria, la de San Pascual y la de la Virgen del Destierro, patrona de Santa María de Huerta. Justo al entrar en la provincia de Zaragoza, podemos observar otro pairón; nos muestra a San Pascual siendo aún fraile franciscano, guardando un rebaño de ovejas (debido a que de pequeño fue pastor por estas tierras). Observamos una inscripción que nos invita a la plegaria: “Le agrada a San Pascual que se rece el rosario durante el trayecto”.
Un poco más adelante en el camino se halla el tercer pairón, que nos muestra a San Pascual glorificado con su hábito franciscano y su cayado. Esta imagen es copia en mayólica de la que se pasea en andas por Villarreal en la fiesta del Santo. Sobre un montículo destaca una hermosa y capaz ermita. No es muy antigua (históricamente hablando), y está dedicada a la Virgen de la Sierra y a San Pascual. Narra la historia, que fue levantada con las limosnas de los vecinos de Torrehermosa, y los afanes de su párroco don Aurelio Gómez. Fue inaugurada en 1954 y sustituye a otra más pequeña que se derruyó.
Eclesiásticamente hablando, la localidad de Torrehermosa, depende hoy de la diócesis de Tarazona, aunque históricamente perteneció, junto con otras poblaciones vecinas de las provincias de Soria y Zaragoza, a la histórica diócesis de Sigüenza (Guadalajara). El habla de esta zona de Zaragoza denuncia una melodía más castellana que aragonesa.
II.– ESTUDIO DE CAMPO FICHA
Lugar: Torrehermosa (Zaragoza)
Fecha: 15 de mayo de 2004
Informantes: Pilar Gutiérrez Gutiérrez, 63 años, natural de Torrehermosa.
Eloy Yubero Gutiérrez, 60 años, natural de Torrehermosa.
Gregorio Bailón, 71 años, natural de Alconchel.
Hace casi cincuenta años, según sus antiguos ejecutores, que las danzas de Torrehermosa no se bailan, pero los vecinos mantienen inalterable su recuerdo. En 2004 nos acercamos hasta esta localidad para profundizar en la existencia del antiguo dance de Torrehermosa. Varios vecinos abrieron sus puertas a los investigadores y, de esta manera, se pudieron constatar las características principales que tenían los danzantes de este pueblo y, en general, las coordenadas festivas en las que ejecutaban su repertorio.
Pilar Gutiérrez Gutiérrez, 63 años, natural de Torrehermosa (Zaragoza) recuerda muchos detalles de la fiesta. Bailaban vestidos tal como se aprecia en las fotografías adjuntas. La propia Pilar recuerda una de las melodías:
“La Virgen María
es nuestra protectora,
nuestra defensora
y no hay que temer.
Vence el mundo
demonio, carne
guerra y guerra
contra Lucifer”.
Las fiestas de San Pascual Baylón son las fiestas patronales de esta localidad. Los danzantes eran ocho y se acompañaban de mujeres para la fiesta, además de la música: dulzaina, tamboriles y banda de música para el festejo. Se bailaba siempre el día de San Pascual Baylón. Pilar Gutiérrez explica: “no sé de dónde venían estas danzas, pero la gente muy mayor del pueblo contaba que ya las bailaban”. Las danzas se practicaban el día de la fiesta, por la mañana en procesión por las calles del pueblo y por la tarde en la plaza. “Pero a misa ya íbamos vestidas de danzantes”, aclara Pilar. Las mujeres cumplían la misma función que los hombres, salían el mismo día a bailar, pero a diferencia de los hombres, no ejecutaban paloteo.
Eloy Yubero Gutiérrez, 60 años, es el marido de Pilar. Fue danzante antiguamente en el pueblo, cuando tenía alrededor de 15 años. Confirma que “los hombres bailaban con palos y cintas y las mujeres con castañuelas”. Y recuerda con nostalgia que “las danzas se dejaron perder porque la gente se fue del pueblo, se perdió radical porque en cincuenta años no se han vuelto a bailar nada, y la danza de hombres más, unos sesenta años hace que no se bailan”.
Hoy día las danzas no se bailan. Se perdieron hace 46 años y nunca más se volvió a celebrar la fiesta con danzantes. Gregorio Bailón, 71 años, de Alconchel lo confirma: “lo que pasa es que el personal emigró a Zaragoza y otras ciudades, y la verdad es que quisieron volver a bailar algún año, pero no había gente suficiente, «lleva» mucha gente, no sólo los danzantes. Ahora no hay nada que hacer”, sentencia.
III.– SAN PASCUAL BAYLÓN
Nace el 17 de mayo de 1540 en la villa de Torrehermosa (Zaragoza). Sus padres fueron Martín Baylón e Isabel Yubero. Siendo el segundo de cuatro hermanos, se le puso el nombre de Pascual, por haber nacido el día de Pascua de Pentecostés. Vivió en el seno de una familia de honrados labradores, que profesaban una gran virtud religiosa, y que ejercían con mucho cariño la caridad; su madre le enseñó la devoción a la Santísima Virgen y la Adoración a la Eucaristía, y desde muy pequeño demostraba una gran inclinación por los actos religiosos; desde niño decía que quería ser Fraile Franciscano.
A la edad de siete años, su padre le puso al frente de un pequeño rebaño de ovejas, iniciando así su vida de pastor que ejerció hasta la edad de veinticuatro años; pastaba su rebaño por la cercanía del pueblo, para no perder de vista la Iglesia, donde estaba Jesús Sacramentado y la ermita de la Virgen de la Sierra, a la cual le dedicaba una gran devoción. Pasó a vivir a Alconchel de Ariza, pueblo similar a Torrehermosa, distante unos cinco kilómetros de éste, donde el dueño del rebaño que guardaba, rico hacendado llamado Martín García, al no tener hijos, decidió adoptarlo y nombrarlo heredero de su hacienda, lo que Pascual rehusó pues tenía el propósito de abrazar la vida religiosa.
Durante el pastoreo le sirvió de escuela de santidad; en la soledad de los campos aprendió a vivir unido con Dios, viéndolo y adorándolo en todas partes, con frecuentes meditaciones y arrobamientos, caminando, rezaba devotas oraciones, entre sus compañeros gozaba de estado de santidad. A la edad de dieciocho años abandonó Alconchel, para dirigirse a Levante en busca de los Frailes Franciscanos que según cuentan debió ver cuando pastoreaba el ganado en Alconchel. Durante algún tiempo estuvo de pastor en Almansa, luego se dirigió a Elche y Monforte del Cid, empleándose en casa de Aparicio Martínez. Llevaba a pastar el ganado a las proximidades del Convento de la Virgen de Orito; por las noches se acercaba a la puerta de la Capilla para orar y mientras tanto la Virgen le cuidaba el ganado.
En Orito subía a una cueva que está en lo alto de un monte, y allí oraba, se comunicaba con Dios y se dedicaba a la maceración del cuerpo. Los religiosos observaban su santidad. Se cuenta que durante este tiempo tuvo lugar la aparición en el aire de la Santísima Eucaristía, sostenida por los ángeles, y en ese lugar está la ermita dedicada a la aparición. Pide entonces San Pascual su ingreso en el Convento Franciscano Alcantarino de Nuestra Señora de Orito de Monforte, pero es remitido al Convento de San José de Elche, por morar el Custodio en él. Vistió el hábito en Elche y lo remitieron a Orito que es donde estaba el noviciado. Un año después profesó el 2 de febrero de 1565, día de la Purificación de María, contando veinticinco años de edad.
Tras los años de noviciado, estuvo en el Convento de San José de Elche, San Juan de la Rivera de Valencia, San Jaime de Almansa, Santa Ana del Monte de Jumilla, San Onofre de Játiva y el Convento del Rosario de Villarreal; por todos los Conventos que pasó fue dejando su huella de santidad. No es poco lo que se conoce acerca del santo: por la noche fray Pascual en la soledad de su celda meditaba mirando al cielo estrellado su pequeñez, y que se vio especialmente iluminado por Dios, relevando este hecho el señor a un alma gemela en la sanidad y humildad. Además, el trato del santo con los hermanos tenía como base de partida que impregnaba toda su manera de actuar, la simplicidad y la modestia del pastor que había sido, incluso hasta el extremo de no abandonar en la vida religiosa algunas costumbres de los primeros años de vida.
Don Mosén Juan Jordá, antiguo presbítero de Villarreal, cuanta que cuando llegaba el santo a su casa, se apresuraba a ofrecerle una silla, porque se sentaba en el suelo de cuclillas, dando la explicación: “Como he sido pastor…”. Ejerció de hermano lego, desarrollando gran variedad de oficios como portero, jardinero, limosnero y refitolero, y siempre los realizó con alegría, nunca se cansaba, se quitaba la comida para darla a los demás, siempre tenía algo para dar a los pobres que se acercaban al Convento, y le gustaban mucho los niños.
Murió en el Convento del Rosario de Villarreal el 17 de Mayo de 1592, Pascua de Pentecostés, día que cumplía los cincuenta y dos años de edad y veintiocho de vida religiosa; expiró durante la elevación de la Sagrada Eucaristía. El 19 de octubre de 1618, fue Beatificado por el Papa Paulo V, indicando celebrar su fiesta el día 17 de mayo, el 15 de julio de 1691, fue Canonizado por el Papa Inocencio XII, el 28 de noviembre de 1897, el Papa León XIII, lo proclamó Patrón Universal del Culto Eucarístico, el 14 de noviembre de 1917, el Papa Benedito XV, lo declaró Patrono de Villarreal, el 12 de mayo de 1961, el Papa Juan XXIII, lo declara Patrono de la Diócesis de Segorbe – Castellón junto a la Virgen de la Cueva Santa. (Fuente: www.torrehermosa.net)
IV.– COREOGRAFÍA DEL DANCE
1
MÚSICA: (Todos)
Con muy grande devoción
con alegría y contento
digamos mil alabanzas
al Santo del Sacramento.
(Sale el Demonio por la izquierda)
DEMONIO: (Voz infame, Terrible acento)
Yo no sé qué temor es el que siento
pues me parece que he sentido
que nombran al Sacramento.
¡Grande es el coraje que siento…!
(El rumor murió otra vez…)
MÚSICA: (Todos)
Celebran a San Pascual
con regocijo y contento,
elogiando sus virtudes
y sus milagros diciendo.
DEMONIO:
El corazón se me abrasa
de rabia y envidia muero
Yo he de vengar mi rencor
con este maldito pueblo
convirtiéndolo en cenizas
y llevando a mi brasero
a todos sus moradores.
Sus campos en breve tiempo
yo los tengo que asolar
y si cojo a alguno de estos
que quieren hacer función
los he de llevar al infierno.
MÚSICA: (Todos)
Es la gloria de este pueblo,
el que nos libra del mal
al que le teme el demonio:
¡El glorioso San Pascual!
DEMONIO:
¡Qué tormento me confunde!
¡Qué aflicción es la que siento ,
al escuchar las canciones
que me dan mayor tormento!
2
¿y he de oír que ese pastor
es la gloria de este pueblo
siendo el que más me atormenta
y el que deshace mis hechos?
Aquel que lo enfermo yo
él lo pone pronto bueno
a aquel que es cojo, lo sana,
le da vista al que yo ciego
une lo que yo desuno
y en todo me da tormento.
Si logro poner discordia
entre parientes y deudos
en haciendo su novena
se quedan todos contentos.
Vivo me atormenta mucho
y más me atormenta muerto,
pues con sus golpes me infunde
gran temor y mucho miedo.
Con sólo sentir sus golpes
a muchos que ya los tengo
por míos, vuelven en sí
y de nuevo van viviendo,
dan ásperas penitencias
que sólo en mirarlas tiemblo.
Hasta los mismos herejes
muchos, los golpes sintiendo
se van a la Cristiandad
haciendo vida de nuevo
tan cristiana y tan perfecta
que es de cristianos ejemplo.
Todo aquel que es su devoto
acercarme a él no puedo
porque en nombrando a este santo,
pronuncian al mismo tiempo
que los libre y los defienda
por el Santo Sacramento,
y poniendo tan fianza,
luego salen de su empeño
pues más quiero confundirme
en mi profundo brasero
que oponerme con ninguno
que lo pongan con empeño
3
Pero mi grande soberbia
no me deja estarme quieto,
mi avaricia por consiguiente
mi envidia por lo mismo
pues nunca me veo harto
de oponerme contra el cielo.
Me confunde si le hacen fiestas,
me avergüenzo si las veo
y para poder vengarme
pongo yo todos lo medios
y formo dos mil astucias
y hago doscientos enredos.
Muchísimos me salen mal
pero otros me salen buenos
pues ya no puede ninguno
darme mayores tormentos
que los que yo me tomé
por oponerme soberbio
con Dios, ¡con el mismo Dios!
Que me arrojó a los infiernos…
Mas! ¡ay de mi!
que otra vez el ruido siento…
MÚSICA (Todos):
El diecisiete de mayo
el glorioso San Pascual
subió a ver su enamorada
a la patria celestial.
DEMONIO:
Mayor pena aún
quieren mis desconsuelos.
¡yo de oir las alabanzas
de ese que hoy subió a los cielos
de ese pastor que jamás,
pude a la culpa vencerlo,
y al que, para mayor rabia,
hoy le venera este pueblo
con muy solemne función!
Pues yo estorbarla pretendo.
Aquí me vengo a esconder,
y si sale alguno de ellos
lo he de agarrar y llevar
a los profundos infiernos.
(Se esconde el Demonio)
GRACIOSO:
¡Gracias a Dios que he llegado!
aunque bien cansado vengo
porque he olido a función
y me he venido corriendo
y ya que me he sosegado
voy a ver si vino tengo.
(Echa mano a la bota del vino)
Que la bota en la mochila
parece que hace poco peso.
Aun tiene pena echar un trago
me voy a echar trago y medio
porque con un trago solo
no se me calienta el cuerpo.
¡Ay, bota de mis entrañas
cuánto en estima te tengo,
porque mientras tienes vino
yo estoy loco de contento!
¡Qué guapamente me sabe
4
el licor de este pellejo
del campo de Cariñena!
Precioso es porque es bueno
a fe de que sabe bien,
mejor que guardar borregos,
mejor que ramonear cabras,
mejor que andar por los cerros.
(Sale el primer Danzante que dice:)
DANZANTE:
Pastor, di, ¿qué estás hablando?
¿No sabes en dónde estás?
GRACIOSO:
¿Dónde estoy?…Yo no me acuerdo
¿Pues no estoy en Torrehermosa?
¿Esta gente no es el pueblo?…
Yo me presumo que el vino
se me ha subido al cerebro.
DANZANTE 1º:
¡Y bien que se te ha subido,
pedazo de majadero!…
¿No sabes que está todo el mundo
aguardando que, con celo,
a nuestro Pascual Bailón
le digamos mil requiebros?
¿No lo ves en esas andas
que está elevadito al cielo,
las manos en oración,
adorando al Sacramento?…
GRACIOSO:
¡Sí que es verdad, como hay Dios,
que es San Pascual el que veo.
Es él mismo!… ¡No hay que hablar
que duda no tengo en ello!
DANZANTE 1º:
Vaya, vaya, pastor, yo me voy
a decir a mis compañeros
que salgan a la función.
GRACIOSO. :
¡Márchate, yo aquí me quedo!
DANZANTE 1º:
Pues me voy, ¡Quédate en paz!
GRACIOSO:
y con muchísimo sosiego.
¡Oh glorioso San Pascual,
oh, pastor de mis corderos
el que me guarda las cabras,
los machos y los borregos.
Yo he de estar en la función
y estoy loco de contento!
¡He de bailar y brincar
y decirte con anhelo:
Viva, viva San Pascual,
el santo del Sacramento!
¡Viva por todos los siglos
presentes y venideros!
(Sale el DEMONIO)
5
DEMONIO:
¡Detén tu maldita lengua!
¡Desiste ya de tu intento!
Porque si no te detienes
pedazos te haré al momento.
GRACIOSO:
¿A mi? ¿Pues qué mal te hago yo,
Grande negro?,
¿Qué cuidado te da a ti
que yo le esté diciendo
al glorioso San Pascual
que viva siglos enteros
si es él el que me ha guardado
casi siempre los borregos
porque yo siempre me he estado
tendido largo en el suelo?
¿Por qué no le he de alabar
y decirle mil requiebros?
DEMONIO:
Pero mira tú, pastor,
¿qué piensas hacer con esto?
¿Piensas tú que ese pastor
se va a poner tan contento
porque digas !Viva, viva!?
¡Qué va a vivir, si está muerto!
GRACIOSO:
¡No me vengas con embrollos
que yo no soy embrollero!
soy devoto, a San Pascual,
lo quiero como a mí mismo
le canto yo mil canciones
y le digo mil requiebros
y aún le había de abrazar
como no estuviera lejos!
Muerto está, sí que es verdad,
pero su alma está en los cielos
gozando de Jesucristo
por los siglos sempiternos.
¡Viva, viva San Pascual,
el santo del sacramento!
DEMONIO:
¡Calla infame y atrevido!
¡Ven conmigo a los infiernos
a arder en eternas llamas
en los profundos infiernos!
GRACIOSO:
¡“Gloriosísimo” San Pascual
que me lleva a los infiernos
este “grandismo” demonio!
¡Ay, que me ahoga por el pescuezo!
¡Favoréceme Pascual!
¡Envíame un ángel bello!
(Aparece el ángel)
ÁNGEL:
¡Detente, furia infernal!
¡Detente, monstruo soberbio!
¿Por qué, atrevido, te atreves
a estorbar que en este pueblo
se haga fiesta a San Pascual
siendo un santo de los buenos
un santo que se titula
“el santo del Sacramento”?
Santo de gran devoción,
Santo que elevado al cielo
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yo mismo le descubría
el “Santismo” Sacramento;
santo lleno de virtudes
y de gran merecimiento.
Santo de grandes milagros
pues golpea estando muerto.
DEMONIO:
No siento que sea santo,
sólo siento, sólo siento
que tanto lo solemnicen
los vecinos de este pueblo,
y que no pueda estorbarlos
es mi mayor sentimiento.
El ver que le dicen Vísperas ,
misa, danza y paloteo,
y que a mí ya me desprecian
es mi mayor desconsuelo,
pues yo quiero que me elogien,
me hagan fiestas y torneos
y digan ¡Viva el demonio!
y con eso me contento.
ÁNGEL:
¡Vete de ahí, fiero dragón,
a los profundos infiernos
a arder en eternas llamas
por los siglos sempiternos!
¡Vete, falso engañador,
vete de aquí, dragón soberbio!
Pues con ti ¿Quién como Dios?
estarás en los infiernos!
DEMONIO:
Yo me voy. Pero venganza
he de tomar de este pueblo.
ÁNGEL:
¡Vete que yo sólo valgo
siempre para defenderlo!
GRACIOSO:
¡Vete con dos mil demonios
a los profundos infiernos!
¡Maldita la falta que haces
alrededor de este pueblo!
ÁNGEL:
¡Vaya pastorcito amigo,
ve, dile a tus compañeros
que salgan a hacer la danza
al santo del Sacramento!
¡Quédate en paz que me voy!
GRACIOSO:
!Adiós, adiós ángel bello,
adiós y Dios te lo pague
y el santo del Sacramento!
(Salen ocho danzantes y el Grandioso delante
de ellos. Se ponen en dos filas delante del santo y
el Gracioso en medio de ellos, con el zurrón lleno
de palos para palotear, poniéndose en la derecha
los impares y a la izquierda los pares).
GRACIOSO:
Ya se nos ha ido el demonio
a revolver sus calderas.
Ya nos hemos quedado solos
juntamente con el pueblo
y con San Pascual Bailón.
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Preciso es que le digáis
lo que sepáis, malo o bueno,
porque yo soy tan borrico
que no entiendo nada de esto.
Solamente sé el responso
porque muchas veces rezo
para que pazcan las cabras,
las ovejas y borregos.
Pero eso para acabar
al santo se lo diremos
Dile tú algo a San Pascual
ya que estás aquí el primero.
DANZANTE 1º:
Nosotros Pascual Bailón
diremos lo que sabemos,
y pues comienzo yo
contaré tu nacimiento.
Que naciste en Torrehermosa
lo sabemos por muy cierto.
Tu padre Martín Bailón.
Tu madre, Isabel Jubero.
De que eras niño de fajas
te ibas arrastrando po’l suelo
te metías en la iglesia,
a adorar al Sacramento.
De que tu madre se iba
de casa para otro puesto
y tú te quedabas solo
no llegaba pobre alguno
que se fuera descontento.
Les dabas todos los panes,
no partidos sino enteros
tu madre cuando venía,
se encontraba muchos de ellos
con el pan debajo el brazo
y, entonces, iba corriendo,
diciendo: “Señor, ¿qué es esto?
¡Muchacho, no des los panes
que para comer tenemos!”.
Y va aprisa al cernedor,
ninguno echaba de menos
Ya vista de los portentos
te abrazaba y te decía:
“Pascualico de mi alma,
eres un santo del cielo.
¡Bendito sea tal hijo!”
y yo, con grande contento
diré que sea bendito
el santo del Sacramento!
GRACIOSO:
El primero se ha portado,
ha dicho mucho y en poco tiempo,
pues ha dicho de este santo
su niñez y nacimiento.
¡Habla tú, ahora, el segundo,
y párate tú el primero!
DANZANTE 2º:
Yo glorioso San Pascual
tu vida iré prosiguiendo.
Tus padres en Alconchel
de siete años te pusieron
a servir para pastor
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en casa de un tío vuestro.
Y como eras tan humilde
lo abrazabas muy contento
por ser el oficio humilde
y el ganado ser lo mismo.
Iba creciendo Pascual
en edad y, al mismo tiempo,
crecía en la santidad
y con muy crecidos medios.
Vayamos sino a Alconchel
a preguntar a los cerros
las veces que a San Pascual
vieron elevado al cielo.
Preguntad a los altillos
y también a los Vallejos
que ellos dirán de Pascual
mejor que yo, lo que vieron.
Si ellos pudieran hablar
dirían aquesto mismo:
¡Cuántas veces lo hemos visto
de rodillas en el suelo
y cuantas en oración.
Cuántas elevado al cielo,
cuántas con las disciplinas,
cuántas falto de alimento
pues, de ayunar, no tenía
sino el armazón del cuerpo!
Huía de la compañía
de todos los de su tiempo
y se metía en los montes
más solitarios y espesos.
Ayunaba la Cuaresma
y, de lo demás del tiempo,
tres días a la semana,
comiendo por alimento
solamente al medio día
un poquito de pan seco.
¡Cumbres altas de Alconchel
cuántas veces en tu suelo
arrodillado Pascual,
los ojos fijos al cielo
hasta ver alguna estrella
y entonces, todo suspenso,
en un soberano éxtasis
elevado en alma y cuerpo,
las manos puestas en cruz,
“se te” rasgaban los cielos
y los ángeles bajaban
en custodia al Sacramento,
en trono majestuoso
de gloria, del mismo cielo,
y así pasaban los días
y tu ganado contento
porque alrededor estaba
muy pacífico y muy quieto.
También desde aquellos altos
se alcanzaba a ver muy lejos
una ermita de la Virgen
de la Sierra ya sabemos
que desde allí oía misa
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todos los días contento
a pasar las trasnochadas.
En el tiempo del invierno
salía de casa del amo
a las orillas del pueblo
y estaba en oración
con grande acompañamiento
porque bajaba la Virgen
y con ella ¡qué contento!
dándole mil alabanzas.
Así pasabas el tiempo.
Volvías a casa del amo
y te recogías luego
no a dormir como pensaban
porque no tenías sueño
que el amor te lo quitaba
del “Santísimo” Sacramento.
Esta fue tu juventud
¡Oh, Pascual Bailón Jubero!
y por tu vida tan santa
espero me déis los medios
para poder imitaros
por el Santo Sacramento.
GRACIOSO:
Por cierto que San Pascual
no era nada de mi genio
porque yo eso de ayunar
en nombrarlo y tiembla el cuerpo.
Soy amigo de comer,
de beber y estar durmiendo
y de llenar bien la bota
para echarme buen refresco.
¡Este también se ha portado!
Ha hablado mucho y muy bueno
Pero párate tú ahora
que enseguida hable el tercero.
DANZANTE 3º:
Y yo ¿qué diré de ti
glorioso santo del cielo?
Si hemos de contar tu vida
vamos el tajo siguiendo.
Te fuistes a Balconchan
preguntaste si había amo
Le hallaste y te dijo así:
“Mi ganado está muy flaco
encargártelo quería
y no te doy más salario
que la mitad de la cría
sea bueno o sea malo”.
Aceptastes el ajuste
e hiciste carta de trato
y te encargaste de él
y a casa se volvió el amo.
Siempre estabas de rodillas
con el rosario en la mano,
con el libro en la mochila
y la disciplina al lado,
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de la Virgen una imagen
llevabas en el cayado
e invocándola te ponías
delante de ella elevado.
Dabas la merienda a pobres ,
y tú estabas ayunando
y se volvía a llenar
la mochila sin pensarlo.
Por tu afectuosa oración
echaban hierba los campos,
no era por tu interés
sino porque eras un santo.
Aunque entre trigos andabas
nunca se vieron pisadas
y si, por casualidad,
daban algunos bocados
lo quitabas y envolvías
y era lo mejor del campo.
Pastores los que hay ahora:
¿hacéis eso y otro tanto?
¡No lo “hacís”! que si lo hicierais
no era menester vedarlo.
Cumpliste el año fiel,
llegó el día del contrato
y habiendo criado mucho
de esta suerte dijo el amo:
“Amigo Pascual Bailón
de tu parte estoy contento,
ya sabes, hay mucha cría,
el trato cumplir no puedo.
Te daré de este lugar
el mejor de los salarios”.
Y respondió San Pascual:
“Lo que pido es lo pactado
y si no lo quiere dar
¡Quédese con Dios nuestro amo!”.
Se fue ya Pascual Bailón,
lo echó de menos el ganado,
se apartaron los corderos,
la mitad bueno con malo,
y echaron a la matraca:
se fueron detrás del santo.
El amo con grandes voces
decía: “Pascual, el santo,
vuélvete y llévate todos
que así te pago el salario”.
GRACIOSO:
¡Caramba! ! Seguro estoy
que tras de mí no “hubían” marchado,
pues en viéndome al “lau” de ellos
se van con doscientos diablos
y aquel que no se va pronto
le tiro buen garrotazo!
¡Vaya, tú calla, tercero,
y habla tú que eres el cuarto!
DANZANTE 4º:
Pues yo como los corderos
me voy a “d’ir” tras del santo
para ver en lo que para,
y diré lo que ha pasado.
Fuiste al Reino de Valencia
y en él fue tu gozo tanto
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que te hiciste religioso
de San Francisco descalzo.
Allí ¡oh glorioso San Pascual!
el hábito te bajaron
San Francisco y Santa Clara
te lo dieron por su mano.
Allí entonces principiaste
a ser humilde y callado
y a estar en la oración
eras muy aficionado
que, aunque estabas en la huerta
con la legona cavando
al levantarla hacia arriba
te quedabas elevado.
Se sabe que no dormías
de noche, sino era un rato
y ese, jamás te tendías
pues estabas recostado.
Del glorioso San Francisco
eres el mismo retrato
en la humildad y pobreza,
en la obediencia y postrado,
sois Luis en la castidad
porque eres muy puro y casto.
Alcántara en la esperanza
pues en ti nunca ha faltado
cilicios y disciplinas
y de cada escapulario
un Diego de caridad
y en toda virtud estando,
que a todos los consolabas
con lo divino y lo humano.
Sois, glorioso San Pascual
de ciencia infusa dotado
sínodo, luego doctor
teólogo consumado,
profeta y predicador
sin haber nunca estudiado
el humano entendimiento
de alcanzar ciencia, abogado.
Os ruego, santo glorioso,
que pues dais favores tantos
nos des paz, buenas cosechas
y aumentos de los ganados.
GRACIOSO:
De todo lo que éste ha dicho
como hay Dios, que me ha gustado,
y más cuando le suplica
que conserve los ganados.
Cállate tú y que hable otro.
DANZANTE 5º:
Pues no sé “pon de” va el tajo
yo tengo que andar “muchismo”
si he de seguir a este santo
porque se nos fue de España
a hacer un grande mandato.
San Pascual pasó a la Francia
y en ella muchos trabajos,
porque estaba toda llena
de herejes mahometanos.
12
Que en una cierta ocasión
te cogieron un atajo
de herejes y te decían:
“Papista, escucha aquí un rato:
¿es verdad, dinos, papista,
se dice entre los cristianos
que está en aquel redondel
vuestro Dios Sacramentado?”.
Esto que oyó San Pascual
el corazón le dio un salto;
les empezó a predicar
de Jesús Sacramentado,
y ellos, en vez de hacer caso
de su sermón, la emprendieron
todos juntos a cantazos;
pero lo que San Pascual
sentía en aquel trabajo
fue no morir y ser mártir
de Jesús Sacramentado.
GRACIOSO:
En todito ce por be
soy al revés de este santo
soy amigo de comer
y de no pasar trabajos.
y los sermones que yo echo
es cuando estoy enfadado.
porque echo dos mil maldiciones
“arrevueltas” con cien ajos.
Pero dejad esas cosas
y sexto, ¡vesles hablando!
DANZANTE 6º:
Yo, glorioso San Pascual
voy a remachar el clavo
pues voy a contar de ti
de tu muerte los milagros.
Ya volviste de tu viaje
y al tiempo caíste malo
estando en Villarreal
con un dolor de costado.
Llegué el día de tu muerte
a diez y siete de mayo
estando diciendo misa,
después de haber expirado.
al tiempo que la campana
hacía señal de cuando
alzaban el sacramento,
difunto le has adorado.
Lo mismo fue alzar la Hostia,
la cabeza levantando
también abriste los ojos
adorando y humillado.
Y al otro día siguiente
estándose celebrando,
los abrías, y otra vez
a aquel Sacramento Santo
que en la misa se celebra
cuando lo estaban alzando,
otra vez tú lo adoraste
abriendo los ojos claros.
13
GRACIOSO:
¿Con que San Pascual se ha muerto
y aunque muerto está rezando?
Tanta es ya la inclinación
que no sabe estar holgando
¡Qué poco correré yo
cuando me estén enterrando!
Con qué ahora, estando vivo,
eso lo tengo olvidado…
¡Vaya, séptimo danzante,
dí tú, si has de decir algo!
DANZANTE 7º:
¿Y ya muerto San Pascual
qué diré yo de este santo?
Los golpes que dio después
y de ello los resultados.
Estando diciendo misa
en el mismo altar del santo,
al tiempo de alzar la Hostia,
no pudiendo ya adorarla,
daba golpes en la urna:
la Hostia daba otros tantos.
Los golpes que dais en muerte
son anuncios de milagros,
pronósticos de desdichas
o de enmiendas de pecados.
De sentirlos, los herejes
se confiesan, humillados;
los pecadores se enmiendan
y otros se van consolados,
no solamente su cuerpo
pues en cualquier otro lado,
del glorioso San Pascual
si delante arrodillados,
decían con devoción:
“Por siempre sea alabado
el Santísimo Sacramento”,
daba tres golpes bien claros.
Hasta en algunas estampas
de un cuerpo Sacramentado
y con fervor le decía:
“Por siempre sea alabado
el Santísimo, Sacramento”
daba golpes alterando
como también quería
decir esto el mismo santo.
¡Aún podía decir más
pero bastante he contado
pues verás que, ha tanto muerto
casi estaba vivo el santo
y no dejó su fervor
aún después de sepultado!
GRACIOSO:
¡Más golpes has dado tú
que doy yo con mi cayado,
cuando cojo alguna cabra
y le doy mil garrotazos!
14
Preciso es que rastro alguno
de este santo no ha quedado.
¡Vaya, tú, para acabar
dí si acaso sabes algo!
DANZANTE 8º:
Yo diré de San Pascual
sus virtudes y milagros;
lo mucho que nos alcanza
con Jesús Sacramentado.
Por medio de San Pascual
logran salud los quebrados,
pies y piernas muchos cojos,
y los mancos cobran manos,
cura de las calenturas,
de aflicciones y trabajos,
de dolencias y miserias,
y para acabar temprano,
de todas enfermedades
que padece el ser humano,
con su dulce, invocación
se destierra de los campos
toda la malignidad,
y también a los casados
les alcanzáis sucesión
pues nada sabríais negarlo;
de suerte que el que le pide
por Jesús Sacramentado
con el corazón contento
y el con el alma humillado
como sea cosa buena,
luego logran alcanzarlo;
y yo, en nombre de todos
los del pueblo y acercados,
los que vienen a esta fiesta,
os pido de corazón ,
les “dis” paz por muchos años
y también buenas cosechas
y les guardes sus ganados ,
y a los de nuestro pueblo
os pido, glorioso santo,
nos “dis” salud muy cumplida,
mucho aumento de ganado
mucho pan y mucho vino ,
y, sobre todo, os rogamos
por la paz de nuestra España
y por el Rey soberano,
triunfo cumplido a las armas
en todos nuestros estados
por el señor cura del pueblo
y el mayordomo del santo,
por la señora Justicia
y todos sus congregados,
y los que hacemos la danza
pues quedamos convidados
a hacer otra, si Dios quiere,
a este glorioso santo.
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GRACIOSO:
Ya habéis dicho toda su vida,
sus virtudes y milagros,
y habéis rogado por todos
a este gloriosa santo.
Preciso es digáis ahora,
un verso con mucho agrado,
que caiga en copla muy bien,
a Jesús Sacramentado,
porque de él fue san Pascual
un serafín humillado,
siempre diciéndole elogios,
cantándole himnos y salmos,
¡Vaya, dilo tú, el primero
y yo los iré guiando
invocando a San Pascual!
DANZANTE 1º :
Comenzaré yo el primero:
Estando Jesús cenando
lo quiso sacramentar
con lo divino y lo humano.
DANZANTE 2º:
Hizo del vino su sangre
y del pan hizo su cuerpo
y a todos los comulgó
dándoles el alimento.
DANZANTE 3º:
¡Oh rico manjar del alma!
¡Oh, sano santo alimento!
Aquel que lo come en gracia
tiene una prenda en el cielo.
DANZANTE 4º:
En este día, Jesús
quiso, como Rey supremo,
pagarte nuestro rescate
pero con inmenso precio.
DANZANTE 5º:
Sepamos siempre la fe
de tal celestial misterio
dando fuerzas al sentido
para siempre creer en ellos.
DANZANTE 6º:
¡Cantad todos de continuo!
¡Decid todos: “Santum ergo
Sacramentun veneremus”.
Termino!
DANZANTE 7º:
¡Gloria sea al Padre Eterno!
¡Gloria al Hijo Soberano!
Que para la vida eterna
se nos da Sacramento.
DANZANTE 8º:
(Se repiten los versos 7º en el manuscrito)
GRACIOSO:
Ya “habis” acabado todos,
y bien que os “habis” portado
pero aún falta que decir
el responso a nuestro santo.
y con cuidado decirlo,
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que yo os iré guiando –
(RESPONSO AL SANTO)
¡Oh, gran pascual, portentoso
en prodigios y señales,
que en méritos resplandeces
y haces gracias celestiales,
de esta vida en los peligros!
Socorre a los miserables
y, al que te invoca cual debe,
haz que cuanto implora
alcance.
Tú que en la urna (y elogios)
con tus golpes admirables
das anuncios de sucesos
ya adversos, ya favorables,
de esta vida en los peligros
socorre a los miserables
y al que te invoca cual debe
haz que lo que cuanto implore
alcance.
Ruega al Señor por nosotros,
Pascual Bailón admirable,
para que de las promesas
de Cristo digno nos halle.
¡Señor, oid mis oraciones
por medio de Pascual alcance
y pon: concordia en la tierra
y los gozos celestiales!
¡Bien está! ¡Bien lo “habis” hecho!
¡Ya “habis” dicho lo bastante!
Ahora, todos postrados
y con San Pascual delante
pedimos que nos perdonen
las faltas, que son muy grandes.
SAN PASCUAL:
En Torrehermosa nací
y me marché a Villarreal,
pero nunca olvidaré
a mi pueblo natural.
Devotos que visitáis
la imagen de San Pascual,
en el cielo y en la tierra
nunca os olvidará.
A los hijos de mi cuna,
los miro con atención,
dándoles mil parabienes.
y también la bendición.