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INTRODUCCIÓN
La cultura popular moderna, lo que algunos llaman
poplore, con sus poderosos canales de comunicación han
hecho que se vuelva a despertar hoy día un interés sobre
diversas cuestiones que tienen que ver con las mitologías,
en especial las que acabaron aclimatándose en la tradición
europea. La película Dune, la serie de las Guerras
de las Galaxias, ambas con una sólida estructura mítica,
y por otra parte muchos juegos de rol o por ordenador,
los online games, han sido factores activos que han intervenido
en el resurgimiento de este interés, puesto que
también se basan en estructuras míticas. Estos fenómenos
culturales pueden a veces haber utilizado de un modo
más o menos inconsciente los elementos y patrones
que abundan en las mitologías, pero otras veces han buscado
su inspiración en los tratados sobre la biografía del
héroe que los estudiosos de los relatos folklóricos y de
las mitologías nos han dejado a partir del último tercio
del siglo XIX. Una de estas cuestiones ha sido la biografía
arquetípica del héroe mítico.
En esta época, el interés por el relato heroico como
fenómeno cultural creció entre los estudiosos de las diferentes
ramas de las humanidades; algunos de ellos
pronto empezaron a notar que las biografías de los héroes
mostraban patrones en los que muchos de sus elementos
narrativos –motivos– se repetían o eran compartidos. En
1864 el erudito austríaco Johann Georg von Hahn
(1811–1869), embajador del imperio austro–húngaro en
la Albania otomana, hizo una lista de motivos que se daban
en la narrativa heroica de los pueblos arios; esta lista
se basaba en una fórmula abandono–regreso que los
contenía; en 1876, siete años después de su muerte, se
publicó su obra Sagwissenschaftliche Studien en que
usaba las biografías de catorce héroes para agrupar los
dieciséis motivos que encontró en cuatro grupos: nacimiento,
juventud, regreso y sucesos adicionales. He aquí
un resumen:
A: Nacimiento: Serie de acontecimientos extraños que
marcan al héroe desde el principio.
1. Nacimiento ilegítimo del héroe.
2. Su madre es una princesa.
3. Su padre es un dios o un extranjero.
4. Ocurren signos que anuncian su futura grandeza.
5. Por esta razón se abandona al niño.
6. Algún animal lo amamanta.
B: Juventud: El héroe queda marcado en su juventud por
características que lo aíslan; a veces se presenta como
un joven de pocas luces, otras como un rebelde,
algunos relatos lo muestran con un carácter travieso y
bromista, mientras que otras subrayan características
de debilidad humana.
7. Lo adopta una pareja de pastores sin hijos.
8. Demuestra su valentía en edad temprana.
9. Marcha a un país extraño.
C: Tras una serie de pruebas rituales, el héroe regresa a
su lugar de origen.
10. Regresa victorioso y vuelve a marchar.
11. Mata a los que le persiguieron en su infancia, gobierna
su país y libera a su madre.
12. Funda ciudades.
D: Otros acontecimientos narran su muerte u otros acontecimientos.
13. Muere de forma extraordinaria.
14. A causa de un incesto sufre el desprecio de la
gente y muere joven.
15. Muere a manos de un criado al que había insultado.
16. Asesina a su hermano menor.
Von Hahn representa el primer intento de la creación
del monomito del héroe o patrón biográfico común a los
relatos heroicos. A partir de su trabajo otros investigadores
producirán sus propios patrones e intentarán buscar
una explicación al hecho de que las biografías heroicas
se amolden a un paradigma arquetípico.
El estudioso del folklore celta medieval, Alfred Nutt
(1856–1910), miembro de la escuela antropológica inglesa,
escribió en 1881 un artículo sobre los héroes celtas
en el que aplica, con ciertas modificaciones, el esquema
de von Hahn: “The Aryan Expulsion and Return Formula
in the Folk and Hero Tales of the Celts” (The
Folk–Lore Record IV). El patrón de Nutt es el siguiente:
1. El héroe nace fuera del matrimonio, es hijo póstumo
o ha sido concebido de forma sobrenatural.
2. Su madre es una princesa que vive en su propio
país.
3. Su padre es un dios o un héroe que llega de otras
tierras.
4. Hay signos y avisos de su futura grandeza.
5. A causa de ellos es expulsado de su casa.
6. Es amamantado por animales.
7. Lo cría una pareja sin hijos o una viuda.
8. En su infancia y adolescencia es apasionado y
violento.
9. Marcha a tierras extrañas.
10. Lucha contra monstruos y los mata.
11. Adquiere conocimiento sobrenatural al comer un
pez mágico.
11. Vuelve a su país, se retira y vuelve a regresar.
12.Vence a sus enemigos, libera a su madre y ocupa
el trono.
13. Funda ciudades.
14. Muere de forma extraordinaria.
15. Lo acusan de incesto y muere joven.
16. Maltrata a un inferior que se venga en él o en sus
hijos.
17. Mata a su hermano menor.
Como se puede ver, el patrón de Nutt no es más que
una ampliación del de von Hahn por medio de variantes,
pero además añade dos nuevos motivos; el de que el héroe
mate monstruos y el de la comida que le da poderes
extraordinarios. Nutt ordena los motivos de manera algo
diferente y acaba con una lista de dieciocho motivos o
elementos narrativos.
El psicoanalista austriaco Otto Rank (1884–1939),
uno de los primeros discípulos de Freud, se ocupó de estudiar
los patrones narrativos de los héroes, concentrándose,
sobre todo, en su nacimiento. Su monografía Myth
of the Birth of the Hero, de 1909, es una aplicación de la
teoría freudiana a los mitos heroicos, aunque menciona
la lista que von Hahn elaboró en 1864. Para llegar a formar
su patrón biográfico, Rank analizó los patrones de
los relatos de los héroes babilonios Gilgamesh y Sargón,
el hindú Karna, el persa Ciro, los griegos Edipo, Hércules,
Paris y Perseo, los romanos Rómulo y Remo, el celta
Tristán, los germanos Sigfrido y Lohengrin, y los de
los fundadores de religiones Moisés, Buda y Jesús.
Rank encontró que en estos relatos había una pareja
formada por individuos superiores (monarcas, dioses)
que tienen un hijo; alguna circunstancia hace que la concepción
sea muy difícil, incluso imposible, pero un sueño
profético anuncia el nacimiento; este tipo de sueño a menudo
ocurre como un aviso al padre del peligro para su
vida que para él supondrá la criatura. Tras nacer, el niño
es depositado en un recipiente y abandonado en un río, el
niño flota y es rescatado y amamantado por animales o
criado por individuos de clase social baja. Cuando ya ha
crecido, el héroe descubre a sus verdaderos progenitores,
mata a su padre y ocupa el lugar que le pertenece.
Rank da una explicación psicoanalítica a este patrón:
De niños, nuestros padres nos parecen seres poderosos,
pero cuando crecemos, vemos sus imperfecciones. El recipiente
es el útero, y las aguas, nuestro nacimiento; los
seres superiores representan lo que nos gustaría que fueran
nuestros padres, mientras que los inferiores nos
muestran lo que son. La venganza representa la ira que
esta diferencia nos causa. Al contrario de lo que hacía
Freud, Rank no explica el mito por medio de la sexualidad.
Para Rank, el estado neurótico se originaba en la
ansiedad producida por la separación o abandono que suponía
el nacimiento.
El folklorólogo danés Axel Olrik (1864–1917), de
la Universidad de Copenhague, adaptó el método de la
escuela finlandesa a un pensamiento evolucionista; escribió
en 1909 uno de los ensayos fundamentales sobre
las leyes que rigen la narrativa folklórica, “Epische
Gesetze der Volksdichtung” (1). A pesar de haber sido
escrito muy a principios del siglo XX, este ensayo se
mantiene válido y constituye uno de los escritos básicos
para el estudiante del folklore. Su teoría sobre las
leyes épicas fue publicada póstumamente en Nogle
grundsaetninger for sagnforkning (1921), obra traducida
al inglés como The Principles of Oral Narrative
Research, responde a la idea de que las variantes defectivas
de una tradición mueren enseguida, siguiendo la
idea de la lucha por la supervivencia o de selección natural
darwiniana. En la mente del receptor se acumulan
variantes, y entonces se produce una constante selección
que elige la variante que mejor representa la imagen
mental ideal del relato (2).
Olrik presenta el Sagenwelt o mundo de la saga, entendiéndose
por saga los relatos que aparecen bajo la forma
de cuentos, mitos, leyendas o canciones narrativas.
Para Olrik este mundo tiene sus propias leyes, diferentes
de las leyes que rigen el mundo real, y son tan fuertes
que tienen precedencia sobre la realidad cotidiana que se
pretende describir. Olrik afirma que estas leyes funcionan,
por lo menos en la tradición europea. Llama “leyes”
a estos principios porque limitan la libertad de composición
de forma más rígida de lo que ocurre en la literatura
escrita. Veamos las diferentes leyes:
•Ley de apertura y ley de cierre. El relato no comienza
ni termina de forma abrupta. Comienza con un
movimiento de la calma a la agitación y termina con
un movimiento contrario, de la agitación a la calma,
de la ruptura a un nuevo orden. Una excepción a esta
ley ocurre en los romances de tradición hispánica.
•Ley de la repetición. El relato folklórico sólo intensifica
o enfatiza por medio de la repetición, frente a la
literatura, que tiene diversos recursos de énfasis, la
repetición folklórica puede ser de dos tipos, sencilla e
intensificadora.
•La repetición está casi siempre conectada con el número
tres, cuyo uso constituye una ley en sí. El tres es
el número que más se repite en los relatos folklóricos
de tradición europea, y es el número mayor estructural
que se produce; el siete y el doce suelen aparecer,
pero sólo como expresión abstracta de cantidad. Tres
es el número máximo de personajes y objetos en un
relato tradicional. Esta ley pertenece a la tradición semítica
y aria, y su origen se pierde en la obscuridad de
los tiempos remotos; en otras culturas, como la India
o la árabe, puede producirse la ley del cuatro.
•Respecto a otros números, existe la ley de dos por escena.
Si aparecen más de dos personajes, sólo dos
son los que intervienen, y el resto permanece como
espectadores silentes. Sólo cuando uno de estos dos
calla puede introducirse otro personaje en la acción.
•Ley del contraste. Relacionada con el uso del número
dos, está la polarización de los elementos del relato.
La antítesis reina en el relato tradicional. La narrativa
oral tiende a polarizar y la oposición básica es una de
las características de la composición narrativa. Esta
ley también se aplica al argumento; la intriga se suele
basar en la oposición.
•Cuando dos personajes aparecen desempeñando el
mismo papel, evadiendo así la ley del contraste, aparecen
como pequeños, débiles y borrosos. Es la ley
de los gemelos, palabra que no se debe tomar en su
significado riguroso. Esta ley aplica también al hecho
de que los personajes subordinados suelen aparecer
en pares. Pero si los gemelos suben de rango, entonces
comienza a funcionar la ley del contraste.
•Ley de la importancia de la posición inicial y final.
Cuando ocurre una serie, el primer lugar lo ocupa la
entidad principal, pero la que ocupa el último rango
es la que despierta más simpatía y la que tiene éxito
en las tareas.
•Otro principio es que todos los atributos o cualidades
de una persona o cosa deben expresarse por medio de
la acción.
•Los relatos folklóricos tienen sólo un hilo narrativo,
y no vuelve hacia atrás para dar detalles. Si es preciso
dar información previa, esto se hará por medio del
diálogo. La intriga es lineal.
•Los patrones folklóricos son muy estrictos: dos personajes
o situaciones del mismo tipo serán lo más
idénticos posible, en vez de intentar diferenciarlos.
Esto se ve cuando se repiten acciones; se narran casi
con las mismas palabras.
•Las partes más importantes del relato se presentan en
escenas. En estas escenas es donde se encuentran los
elementos antagónicos.
•La lógica de los relatos folklóricos no tiene nada que
ver con las leyes naturales; la tendencia es presentar
lo animista y lo milagroso. Los temas que se presentan
ejercen su influencia de acuerdo a su peso dentro
del relato. La verosimilitud no obedece a la realidad
externa, sino a la interna del mundo del relato.
•Ley de la unidad de asunto. Esta ley dice que sólo
puede haber un argumento por cada relato. Cada elemento
obedece a su desarrollo dentro de una situación
necesaria para el desarrollo del asunto.
•La ley más importante es la de la concentración en el
protagonista. La atención narrativa se concentra en él,
el argumento queda concentrado en el protagonista.
La concepción de Olrik es análoga al concepto superorgánico
de cultura dentro de la antropología: existe
un proceso abstracto y autónomo que no requiere para
su explicación ninguna referencia a otros tipos de fenómenos
(3). Si el nivel orgánico incluye al ser humano,
el superorgánico está por encima y no puede ser reducido
a términos humanos. Las leyes superorgánicas de la
narrativa ejercen un fuerte control sobre los narradores
individuales.
El folklorólogo Arnold van Gennep (1873–1957),
profesor de etnografía en Neuchâtel, se formó en la
escuela antropológica. Sus primeras obras, Tabou et
totémisme á Madagascar (1906), Mythes et légendes
d’Australie (1906) y Les rites de passage (1909) demuestran
que era desde el principio un investigador atento
y escrupuloso.
Gennep era partidario de utilizar un método científico
en la folklorística; proponía que los fenómenos se estudiaran
con una aproximación local, por medio del método
histórico–geográfico, pero también echando mano del
método biológico (como había propuesto Goethe), para
así poder clasificar estos fenómenos en sus categorías naturales,
tales como familia, género y especie. Esta fue la
metodología que utilizó en su obra Les rites de passage
(1909). En esta obra comparó los diferentes ritos de iniciación
que celebraban el paso de un individuo de un estado
a otro en diferentes sociedades. En vez de aplicar a
priori categorías, tal como se hacía hasta entonces, examinó
las ceremonias y, por inducción, llegó a la conclusión
de que tenían una estructura tripartita que consistía
en ritos de separación, transición y agregación, que reflejan
la regeneración que requieren todas las sociedades;
anota además que su importancia es relativa según a qué
ceremonia pertenezcan. Gennep señaló la necesidad de
estudiar el material folklórico secuenciando sus partes
constituyentes, pero también el peligro de estudiar las secuencias
por separado, ya que entonces se perdería el
contexto. La noción de secuencia se constituirá en una
estructura o esquema constante en su obra (4).
Obra importante de Gennep es La formación de las
leyendas impresa en 1914. Parte de la distinción entre leyenda
y cuento, y entre fábula y mito; establece el contenido
de la leyenda y su distribución geográfica por regiones
temáticas; organiza los temas según ciclos y secuencias,
y presenta la clasificación tipológica de las leyendas.
Pero Gennep tiene también en cuenta la información
que se obtiene de los ritos y de la iconografía, que pueden
hacer mención de leyendas que no aparecen en los
relatos conservados, como sucede, por ejemplo en el ciclo
de los trabajos de Hércules.
Gennep en esta obra analiza los tres aspectos claves
de su formación: génesis, agentes de transmisión y de
variación y leyes de formación. Factores que influyen en
la génesis de las leyendas son el psicológico, sobre todo
en sociedades que no distinguen como realidades diferentes
lo vivido cuando uno está despierto y cuando uno
está dormido; la deformación de la realidad pasada por
reinterpretación de hechos u objetos cuya función ha dejado
de existir; el patriotismo, sea familiar, local o nacional;
las ideologías religiosas, y el deseo de explicar y
justificar. Como factores de transmisión y variación cita
las emigraciones, relocaciones, guerras y viajes; también
influye la voluntad artística personal de ciertos transmisores,
o las rectificaciones nacidas de la instrucción reglada
e institucionalizada. Para hablar de los factores de
variación, cita las leyes de Raul Rossières, aunque las
tilda de demasiado vagas. La ley de los orígenes, que dice
que en todos los pueblos de igual capacidad mental la
imaginación funciona de la misma manera y puede llegar
a crear leyendas semejantes, había sido ya formulada por
Bastian y la escuela antropológica inglesa la recogió y
desarrolló. La ley de las transposiciones afirma que según
se debilita el recuerdo de un héroe, su leyenda pasa
a aplicarse a otro héroe más famoso; esto explica las asimilaciones.
La ley de las adaptaciones explica cómo una
leyenda cambia para adaptarse a un nuevo medio; es lo
que la escuela norteamericana llama “aculturación”.
Menciona también las leyes de Begnini: megalosia o engrandecimiento,
que puede ser cuantitativa (magnificación
de un hecho menor), dramatizante (los episodios
tienden a presentarse como escenas dialogadas), la simbolista
(los héroes personifican una cualidad); la arqueosia
o retroceso, que coloca acontecimientos en tiempos
más remotos, como la tendencia de colocar ciertos inventos
en los orígenes de la humanidad; finalmente, la
taumatosia o milagrosidad de los hechos considerados
insólitos (5).
Más adelante desechó el método histórico para centrarse
sólo en el biológico, en el que ya incluía el estudio
del fenómeno en vivo, en su propio entorno, y el análisis
de la multiplicidad de formas y factores (6). En Le folklore
(1924) explica que la folklorística se basa en la observación;
un hecho presente tiene antecedentes que no se
pueden explicar por el método histórico. La folklorística
venía sufriendo desde el siglo XIX una enfermedad que
se puede llamar manía histórica según la cual nada cuenta
si no se puede relacionar con el pasado; esto hace que
se aprecie sólo la importancia arqueológica o histórica de
un objeto o de un acontecimiento. Se debía, pues, abandonar
esta forma de pensar y adoptar la que los zoólogos
y botanistas emplean al estudiar animales y plantas en su
ambiente natural. Él, desde luego, prefería estudiar el folklore
como organismo vivo, y no como fósil. En el Manuel
de folklore français contemporain precisó las características
método biológico: un material no se debe considerar
aislado, ya que es parte de un todo complejo y cambiante;
hay detalles que se agrupan en torno a un núcleo,
pero cada uno de estos detalles también hacen de núcleo
a otros secundarios. En el estudio se debe proceder, pues,
de lo externo a lo interno, y de lo sencillo a lo complejo
(7). A pesar de sus esfuerzos, se mantuvo viva la idea de
que el único material digno de estudio es el arcaico.
El noruego Moltke Moe (1859–1913) trató de definir
las leyes de la narrativa folklórica en cuentos y baladas a
partir de 1889. Resultado de sus investigaciones es el artículo
“Episke Grundlove” o “Leyes fundamentales de la
épica” publicado póstumamente entre 1914 y 1917. Estas
leyes postulan factores históricos y psicológicos que
influyen en la forma de los textos folklóricos. Para él, estas
leyes narrativas describen el proceso de la tradición
oral, que obedece a ciertas fuerzas que responden a la
naturaleza del material y de su forma de comunicación.
Molkte admitió la influencia que Steinthal había tenido
en el desarrollo de su teoría sobre la épica. Para Moe, las
leyes que rigen el relato épico son orgánicas y nacen de
la tradición, es decir, del carácter inmanente de la Volkgeist
(8). Moe era hijo de campesinos y esto quizá le permitió
conocer mejor la tradición desde dentro.
Entre los factores psicológicos distinguía lo que él
concebía como instintos humanos comunes y básicos:
continuidad, representación plástica, síntesis, analogía,
combinación y separación. A estos elementos básicos los
individuos aportaban sus propias asociaciones personales
y sus metáforas. A veces estos dos conjuntos de factores
se complementan, pero a veces también se oponen.
Kaarle Krohn (1863–1933), hijo y continuador de la
obra de Julius Krohn, fue profesor de folklorística en la
universidad de Helsinki. En el Congreso Internacional de
Folklore de París, reunido en 1889 recalcó que la importancia
de un relato no sólo consiste en el tema general
común, sino también en el desarrollo del tema y del
asunto; que los temas se expresan en motivos específicos;
que para encontrar la forma primitiva, hay que considerar
todas las variantes; estas variantes se pueden ordenar
según un criterio histórico utilizando las fuentes
escritas, y por uno geográfico usando las orales, pero para
catalogar las variantes orales es preciso tener las variantes
que se producen en cada país, provincia y comunidad.
Para Krohn, el texto original sin duda será el de
forma más sencilla, pero más perfecta, afirmación que
hoy día no se puede aceptar como ley general.
Kaarle Krohn, formuló en su libro Skandinavianisk
Mythologi (Helsinki, 1922) la llamada ley de automigración.
Según esta ley las narraciones pueden emigrar sin
necesidad de que la gente emigre, pues los mensajes
pueden pasar de una persona a otra sin que estas se
muevan de lugar. Kaarle Krohn pretendía estudiar una
forma básica original concebida como un organismo
unificado y cómo emanan de ella las diferentes variantes,
haciendo así una genealogía. Krohn publicó en Oslo,
1926, la mejor obra sobre el método histórico–geográfico
Die folkloristiche Arbeitsmethode (El método de
trabajo folklórico) (9).
El estonio Walter Anderson (1855–1962), en su obra
la monografía Kaiser und Abt: Die Geschichte eines
Schwanks (10) (1923) sobre el cuento de “Las tres preguntas”
(11), formuló la ley de la autocorrección (das
Gesetz der Selbst–Berichtigung), por medio de la que
trataba de explicar la estabilidad temática en la tradición
oral. Si uno examina diferentes versiones de una narración
folklórica se enfrenta a un hecho muy curioso, pues
a pesar de la cantidad y variedad de detalles, la forma es
sorprendentemente estable. Esta estabilidad no se debe a
la prodigiosa memoria de los informantes, sino al hecho
de que cada narrador saca su material, por lo general no
de una única versión, sino de fuentes diversas; las versiones
difieren en detalles, pero a veces la narración es
producto de informantes con mala memoria. El narrador,
sin embargo, comprende la unidad lógica artística de la
narración, reconcilia los conflictos y contradicciones en
su propia versión, que vuelve a conformarse a la versión
tradicional. Esta versión, a su vez se convierte en una
fuente para otras versiones posteriores, lográndose así un
alto grado de “estandarización”.
El filólogo y folklorólogo sueco Carl Wilhelm von
Sydow (1878–1952) fue el primer profesor de folklorística
en una universidad sueca, al ocupar la cátedra de
folklore escandinavo y comparado en la Universidad de
Lund. En 1907 junto con Krohn y Olrik comenzó la publicación
de las importantísimas Folklore Fellows
Communications con los auspicios de la Federación Internacional
de Folklorólogos. Fue, además, el fundador
de la revista Folkminnen och Folktankar, que hoy día se
llama Arv: Nordic Yearbook of Folklore.
Durante los años veinte von Sydow desarrolló su teoría
folklorística, sobre todo en lo que se refiere a los relatos
y a las creencias y costumbres. Hacia 1927 rompe
con la tradición de la escuela histórico–geográfica para
centrarse en el estudio biológico de los relatos. La principal
razón que aludía era que la escuela finlandesa daba
demasiada importancia al estudio de relatos específicos
y aislados, sin preocuparse en estudiar qué es lo que une
o separa diferentes relatos, su comportamiento diferente,
en cómo responden a contextos o entornos diferentes,
cómo su relato se produce en ocasiones determinadas y
cómo obedecen a leyes diferentes. Criticó las asunciones
de la escuela finlandesa aduciendo que si bien se puede
llamar geográfica, no es realmente histórica, ya que los
criterios para colocar las variantes en orden cronológico
se basan en asunciones muy poco fiables, difíciles de demostrar
o falsas.
Von Sydow se interesaba, más que nada en lograr una
clasificación de los géneros folklóricos, lo que él llamaba
la “morfología de la tradición”. Defendía que la tradición
es un fenómeno natural, concreto, cuyas categorías podían
descubrirse por el método científico, es decir, por la morfología.
Centró sus investigaciones en las variaciones regionales
de los tipos de cuentos, llamándolos oicotipos
(término que tomó de la botánica y que se refiere a variantes
regionales que se adaptan a un nuevo medio y que
a su vez son fuentes de otras variantes), dejando de lado
el posible antecedente histórico representado por el arquetipo.
Este concepto de ecotipo, que introdujo en 1927
y que suscitó mucha controversia, se diferencia del subtipo
en que éste puede encontrarse en lugares y culturas diferentes,
mientras que aquél queda sujeto, por definición,
a un lugar específico. El ecotipo se produce cuando el
contenido de una narración se transforma para adaptarse
a los patrones culturales de una región.
Carl von Sydow afirmaba que el oicotipo se mantiene
vigente porque toda tradición pasa por un proceso de
unificación en un área por medio de la influencia y del
control que los portadores ejercen. Las barreras culturales
existen, ya sean lingüísticas (que dificultan la transmisión
de la poesía) o políticas (que dificultan el movimiento
de los portadores. Dada la idiosincrasia de los
pueblos, los individuos suelen apegarse a su área y mostrar
hostilidad hacia los de afuera; esto se puede considerar
como una barrera psicológica a la difusión. Además,
dos o más creencias que tienen la misma función se pueden
excluir mutuamente, y así si una se halla presente en
una cultura, funciona como barrera para las demás. La
tradición folklórica es, pues, un fenómeno ecológico, ya
que interactúa con el medio ambiente en que vive. La
“ecología de la tradición”, término que se siguió utilizando,
hace referencia a la relación entre folklore y su
contexto social, geográfico y situacional (12). Aunque
von Sydow, gozó del respeto de los folklorólogos de su
país, su obra no tuvo mucha repercusión internacional
hasta los últimos años de su carrera.
En el proceso de difusión del material folklórico hay
que distinguir los que von Sydow llamó depositarios activos,
que son los que reproducen –o producen– la tradición,
del resto de la población, los depositarios pasivos,
que aunque la conozcan no suelen participar de forma
activa en la transmisión folklórica, son sólo receptores.
Entre los depositarios activos cabría distinguir entre los
profesionales y los aficionados. Propuso el estudio de los
depositarios activos y pasivos y su fidelidad a las versiones
que habían aprendido. Según su teoría los cuentos y
otras formas folklóricas sólo se transmiten si un depositario
activo se lo transmite a otro depositarios activo. Si
el informante deja de ejercer su papel activo debido a razones
culturales o de idioma, el material folklórico no se
llega a transmitir y por tanto no sobrevive en la tradición.
Por otra parte, el número de depositarios activos
nunca es grande. La transmisión folklórica se produce,
pues, en saltos irregulares tanto en tiempo como en espacio.
Respecto a las leyendas introdujo el término memorate
para nombrar los relatos de experiencias personales
de primera mano. Estas memoratas, anécdotas personales
o preleyendas pueden llegar a crecer formando verdaderas
leyendas.
Von Sydow publicó también dos ensayos importantes
para la historia de la folklorística, “Finsk metod och
modern sagoforskning” Rig (1943) y “Om traditionsspridning”
Scandia (1932). En 1948 se publicó en ingles
una obra recopilatoria, Selected Papers on Folklore on
the Occasion of his 70th Birthday, editada por Laurits
Bødker.
La folklorística es una disciplina que desde sus inicios
se basa en estudios interdisciplinarios. No sólo la
terminología, los métodos de investigación y el vocabulario
de la filología, la antropología o la psicología sirvieron
de modelos en el desarrollo de esta disciplina, la
biología sirvió también como marco de referencia analógicos
para los estudios de folklorística desde el principio
de esta disciplina. En el discurso de los tratados sobre
folklore se repitieron también diferentes términos sacados
de las ciencias biológicas, primero como metáforas,
y a partir de Gennep como convenciones metodológicas
que determinaron en parte la dirección de los estudios
folklorísticos. De hecho, podemos ver que en el léxico
de los folklorólogos se repiten palabras como “vida”,
“crecimiento”, “evolución”, “decadencia”, “contaminación”,
“ramificación”, “extinción”, “leyes naturales” o
“morfología” (13).
El folklorólogo ruso de la universidad de Leningrado,
Vladimir Propp (1895–1970) consideraba inaceptable la
visión del material folklórico como “antigüedades vivientes”,
es decir, el estudio de reliquias culturales y el
que la folklorística se dedicara a buscar su material en
campesinado contemporáneo o en los antiguos relatos.
Él prefería estudiar los fenómenos en el proceso de su
desarrollo. Vladimir Propp define el folklore como “el
producto de una forma especial de arte verbal”. Como la
literatura es también arte verbal y la crítica literaria, o la
filología, su estudio, considera que en parte se solapan
(14). La gran diferencia radica en que el folklore estudia
una producción verbal que existe en variantes, y por lo
tanto no tiene un texto fijo, ni es necesario fijar un texto.
En 1928 publicó su obra cumbre, Morfología de los
cuentos (Morfológija skázki), iniciando el acercamiento
estructural al estudio de la narrativa folklórica. Propp
desarrolló un método muy sencillo de analizar los cuentos
maravillosos de acuerdo a las acciones de los personajes,
sin importar su forma concreta. Para designar estas
acciones adoptó el término “funciones”. Se había definido
el motivo como la unidad narrativa mínima, pero
este término no quedaba bien definido, podía ser una
frase, un personaje, un objeto, etc. De hecho Propp demostró
que cualquier elemento de una oración narrativa
podía ser reemplazado por otro, y por tanto, podía constituir
un nuevo motivo para la misma cosa. Propp prefirió
usar la idea de función, la acción de un personaje
desde el punto de vista del progreso de la narrativa. El
concepto de función se parece al de motivo, pero con
una diferencia importante: un motivo es esencialmente
una unidad narrativa mínima, pero puede ser también un
personaje o un objeto, aunque en estos dos últimos sentidos
se usa menos. Propp da un ejemplo de motivo: “un
dragón rapta a la hija del zar”; pues bien, el dragón puede
ser substituido por un demonio, un halcón, un torbellino
o un brujo; el rapto por un acto de vampirismo, o
cualquier otro acto que usan los cuentos para expresar la
idea de desaparición; la hija del zar podría ser un hijo,
un campesino o un sacerdote. Propp llegó así a la conclusión
de que la división en motivos no es suficiente,
ya que cada elemento de la oración es un motivo que
puede ser substituido por otro, y, por tanto, se necesitaba
una mejor segmentación.
Por otra parte, para poder estudiar las variantes de los
cuentos, cada vez más numerosas gracias a la labor de los
coleccionistas y recolectores, Propp intentó construir un
índice que pudiera reemplazar el de Aarne–Thompson, y
para evitar una fragmentación excesiva de su contenido
en motivos, intentó encontrar la estructura de los elementos
esenciales y su ordenación en el texto; llegó así a un
relato en segmentos. Según Propp, cada segmento de un
texto necesita tener una acción, esta acción debe ser recurrente,
servir una función en el desarrollo del argumento
y manifestarse en variantes.
Para Propp, el cuento maravilloso no se definía por
medio del argumento, sino de la composición. Por ejemplo,
si un héroe saltaba por la ventana del palacio de la
princesa en caballo la función no es saltar en caballo por
la ventana, sino realizar una tarea difícil como parte del
proceso de cortejar a la dama. De la misma manera que
muchos episodios podrían ser representaciones de pocas
funciones básicas, así los personajes podrían ser manifestaciones
de varios tipos fácilmente reconocibles.
Propp notó que muchas dramatis personane, como él llama
a los personajes, a pesar de ser totalmente diferentes,
se comportan de forma similar; su función es, pues, la
misma. Los personajes del cuento maravilloso se clasifican,
según Propp, en seis categorías de acuerdo a la acción
y a la función que desempeñan: héroe o protagonista,
que puede presentarse bajo dos subcategorías, el buscador
y la víctima, otra función que realiza es la de reaccionar
ante las peticiones de un donante, si es que las
hay; el falso héroe o usurpador también efectúa la búsqueda,
reacciona ante las peticiones del donante, siempre
de forma negativa, y muestra pretensiones engañosas; el
ayudante, que actúa durante los desplazamientos del héroe,
sus huidas y su transfiguraciones; el donante, que le
proporciona los objetos mágicos (Propp lo presenta como
categoría aparte, pero es, según puedo entender, una
variante del ayudante); una variante del donante es el
consejero; el personaje buscado, por lo general aparece
bajo la forma de una princesa, y su padre o guardián; estos,
cuyas funciones a veces no se distinguen, imponen
tareas difíciles al héroe, le imponen una marca con la
que será reconocido, descubren al usurpador, reconocen
al verdadero héroe, castigan al agresor, la princesa, por
su parte, se casa con el héroe; el guardián suele ser quien
impone las tareas si demuestra hostilidad hacia el héroe
(pero la princesa también puede pedir pruebas), también
es el guardián quien suele castigar al usurpador o falso
héroe. Propp señala como personaje el mandatario, cuya
función en enviar al héroe a su aventura (que, como vemos,
comparte con el guardián).
Propp encontró, además que el número de funciones
en un texto era muy reducido, treinta y una para el cuento
maravilloso ruso, y que estas funciones se ordenan en
secuencias formando una estructura constante. Las secuencias
se ordenan de varias maneras: una tras otra, una
comienza antes de que termine otra, dos secuencias empiezan
al mismo tiempo y terminan en momentos diferentes,
dos secuencias pueden tener un mismo fin, otras
veces una secuencia se divide en dos, como en el caso de
buscadores que se separan, y estas terminan uniéndose.
Un proceso característico es la triplicación, que bien
puede definirse como dos secuencias con final fallido,
que obliga a volver a empezar, y una última en donde se
logra lo que se pretende.
Como consecuencia, Propp desarrolló la teoría de que
existe sólo un argumento general en el cuento maravilloso,
y que éste se debe catalogar como una clase dentro del
cuento folklórico. Las treinta y una acciones y los seis tipos
de personajes proporcionan un sistema de coordenadas
(unas 150 combinaciones) que permiten clasificar y
describir cualquier cuento (15).
El esquema de Propp es el siguiente:
1. Uno de los miembros de la familia se aleja de casa;
pueden ser los padres y este alejamiento puede
ser reforzado al presentarlo como muerte; pueden
ser los miembros de la generación joven.
2. Recae sobre el protagonista una prohibición.
3. Se transgrede la prohibición.
4. El agresor intenta obtener noticias por medio de
un interrogatorio.
5. El agresor recibe información sobre su víctima.
6. El agresor intenta engañar a su víctima para apoderarse
de ella o de sus bienes.
7. La víctima se deja engañar o convencer, ayudando
(voluntaria o involuntariamente) así al agresor.
8. Fechoría o carencia: El agresor daña o causa perjuicios
a uno de los miembros de la familia. Alguno
de los miembros de la familia carece de algo o
desea obtenerlo.
9. Se divulga la noticia: el héroe debe actuar.
10. El héroe acepta involucrarse.
11. El héroe parte.
12. El héroe sufre una prueba que introduce al donante
(de un objeto mágico, por lo general).
13. El héroe reacciona a la prueba.
14. El héroe obtiene el objeto mágico.
15. El héroe llega al lugar que buscaba.
16. Combate entre el héroe y el agresor.
17. El héroe recibe una marca.
18. El agresor es vencido.
19. Se repara la fechoría o se colma la carencia.
20. El héroe regresa.
21. El héroe es perseguido.
22. El héroe recibe ayuda.
23. El héroe llega de incógnito a un lugar.
24. Un usurpador reivindica para sí un bien.
25. Se propone al héroe una tarea difícil.
26. La tarea es realizada.
27. El héroe es reconocido.
28. El usurpador es desenmascarado.
29. El héroe recibe una nueva apariencia.
30. Se castiga al agresor o al usurpador.
31. El héroe se casa y asciende al trono.
Para explicar las variantes que ocurren en todos los
relatos, Propp desarrolló el concepto de transformación,
en Transformacii volshebnykh skazok (16), con el que se
pueden dividir las variantes en once grupos:
1. Reducción: la fórmula que describe un elemento
pierde atributos, puede llegar hasta su anulación.
2. Amplificación: es el fenómeno opuesto; se agregan
más detalles.
3. Combinación de reducción y amplificación: se
pierden unos atributos y se agregan otros.
4. Distorsión: suele ocurrir cuando se deja de comprender
el simbolismo o la función inicial del relato,
entonces ciertos elementos sufren una deformación.
5. Inversión: los elementos o cualidades son sustituidos
por sus contrarios.
6. Intensificación: una acción se presenta de forma
más fuerte (el envío del héroe se presenta como
expulsión).
7. Debilitamiento: una acción se presenta de forma
más suave.
8. Substitución: Puede ser de varios tipos: interna,
cuando un elemento queda reemplazado por otro
y este material sale del propio relato, o cuando un
personaje realiza más de una función; realista,
cuando una versión se adapta a la cultura local y
substituye un elemento que no se da en esta cultura
por otro que sí; religiosa, cuando un elemento
queda reemplazado por otro debido a su valor religioso
cuando el relato pasa de una cultura a otra
(del islam al cristianismo, por ejemplo); supersticiosa,
cuando las creencias regionales sirven para
modificar los elementos de un cuento; arcaizante,
cuando un elemento es sustituido por otro que,
por lo general, proviene de culturas o religiones
más antiguas; literaria, cuando elementos de origen
literario entran a formar parte del relato,
substituyendo a los folklóricos.
9. Asimilación: es una substitución parcial o incompleta
de un elemento por otro, por lo que se produce
una fusión. La asimilación puede ser interna, habitual,
religiosa, supersticiosa, arcaizante o literaria.
10. Modificación. Son por lo general substituciones o
asimilaciones que provienen de la mente del narrador
y que no se pueden clasificar en las otras
categorías.
Propp también señaló cuatro criterios que permiten
clasificar cronológicamente las variantes:
1. La imaginación es anterior a la racionalidad.
2. El elemento heroico es primario y su versión humorística
o paródica, secundaria.
3. El elemento primario es lógico, y el secundario
muchas veces se manifiesta como ilógico.
4. Las formas internacionales son más antiguas que
las nacionales (17).
Vladimir Propp admiraba a Goethe, y en su Morfología,
comenzaba cada capítulo con una cita de los escritos
sobre análisis morfológico del autor alemán. La morfología,
en folklorística, al igual que en Biología, de donde
la toma prestada, estudia los componentes que se estructuran
en un organismo y las relaciones que entre sí mantienen.
Esta relación entre Propp y Goethe no debe extrañarnos,
sobre todo si tenemos en cuenta que los ancestros
de Propp eran alemanes y que él era profesor de alemán.
Así pues, Propp, sigue a Goethe en su concepción
biológica de la folklorística, sin pasar por la Lingüística.
Así quería que se meditara sobre “las leyes uniformes
que impregnan la naturaleza”, pues estas leyes pueden
también aplicarse a las creaciones humanas (18).
La obra de Vladimir Propp no tuvo gran repercusión
en el mundo occidental hasta su traducción al inglés en
1958, traducción, que al suprimir los epígrafes dedicados
a Goethe, difuminó tanto las bases de su morfología como
su intención, pero que por otra parte le dio merecido
renombre en el mundo occidental e influyó sobremanera
en estudios posteriores.
Fitzroy Richard Somerset, cuarto barón Raglan
(1885–1964) en The Hero: A Study in Tradition, Myth
and Drama, escrito en 1936, encontró, tras haber analizado
dieciocho mitos clásicos un patrón de veintidós
motivos divididos en tres grupos: nacimiento, ascenso al
trono y muerte, que se corresponden con los tres ritos de
paso en las sociedades (nacimiento, iniciación y muerte)
y que Raglan intenta explicar, siguiendo a Frazer, comparando
los relatos heroicos con los antiguos ritos y costumbres
de las casas reales de la Antigüedad:
1. El héroe es hijo de una virgen de sangre real; suele
ser su primogénito.
2. Su padre es un rey; suele también ser su primogénito,
excepto si su padre es un dios. Con pocas
excepciones, su padre sólo se casa una vez.
3. El padre es un pariente cercano de la madre. Esto
refleja la antigua costumbre de que los reyes se
casaran con sus hermanas.
4. Su concepción se produce de forma extraña.
5. Se le cree hijo de un dios. Raglan explica la paternidad
divina por la costumbre que existía en la
antigüedad egipcia de que el faraón llegara al tálamo
en ciertas ocasiones disfrazado de un dios.
6. Cuando nace se intenta matarlo; por lo general es
su padre quien lo hace. Esto recuerda los ritos en
que el primogénito era sacrificado a un dios.
7. Se libra de la muerte. Esto quizá sea reflejo de los
ritos de sustitución, en que se acaba sacrificando
a un animal en vez de a la criatura.
8. Es criado por padres adoptivos en otro país. También
recuerda la práctica en algunos reinos antiguos
de enviar a los príncipes a otras cortes para
que fueran criados. Raglan presenta otras posibilidades,
herencia por línea femenina; es el yerno
quien hereda o simulación de que el hijo del rey
es un extranjero y por tanto puede heredar.
9. Poco se sabe de su infancia. Esto refleja muy bien
el aspecto ritual del héroe: después de los ritos de
nacimiento vienen los de iniciación que suelen
ocurrir en la pubertad. Las partes no rituales de la
historia quedan, pues, vacías.
10. El héroe regresa a su casa o hace un viaje a otro
reino. Es un viaje ritual hacia su futuro reino.
11. El héroe pasa una prueba: vence a un rey, a un
dragón o a un monstruo. Por lo general lucha solo,
sin la ayuda de un ejército. Raglan muestra la diferencia
con los héroes históricos, que vencen con
su ejército tras haber sido coronados. En el héroe
de los relatos tradicionales lo contrario es lo que
ocurre. La lucha nunca es contra un hombre normal,
es siempre un animal poderoso o un rey (su
padre o su futuro suegro) de quien toma el reino.
A veces la prueba toma aspectos mágicos, como
adivinar un enigma, encontrar la salida de un laberinto,
otras veces requiere que demuestre que
tiene poder sobre los elementos, haciendo llover,
por ejemplo. También conecta este episodio con
la muerte ritual de un rey cuando sus poderes dejaban
de tener efecto o al final de un periodo definido.
En todo caso, para llegar al trono, el héroe
debe pasar una prueba que demuestre que es apto.
12. El héroe se casa con una princesa, hija del rey al
que sucede, o con su viuda. Esto podría significar
una herencia de tipo matriarcal; lo que sí marca
claramente es que la hierogamia era uno de los ingredientes
principales del ascenso al trono. En
ningún caso se da que el héroe reine sólo por haberse
casado con una mujer de sangre real.
13. Es coronado rey.
14. Reina durante una época sin que nada digno de
mención suceda. Raglan hace también hincapié
en este punto, que demuestra que los sucesos no
ritualísticos de la biografía heroica no aparecen
en los relatos, al contrario de lo que ocurre con el
héroe histórico.
15. Da leyes a su pueblo. Para Raglan, la atribución
de leyes a un héroe sirve para demostrar su antigüedad
y su carácter sagrado.
16. El héroe pierde el favor de los dioses, de su pueblo
o de ambos. Este cambio es repentino, no gradual.
Raglan lo explica aduciendo que el término
de su reinado ha llegado a su fin, o que ha perdido
su fuerza y poder.
17. El héroe es expulsado; a veces tiene que partir en
una misión sagrada.
18. Su muerte es misteriosa.
19. A menudo en la cima de una colina. Tanto la expulsión
o el viaje sagrado, como el final en una
colina, donde a menudo muere por el fuego, o por
un rayo, o asciende al cielo, llevan a Raglan a
pensar en la cremación del héroe o de su cadáver
y la proclamación de que ascendió al cielo. Raglan
hace notar que su sucesor no lucha contra él,
por lo que opina que la lucha para ganar el trono
se hace contra un animal que lo representa como
reencarnación suya.
20. Sus hijos, si es que los tiene, no lo suceden. Esto
puede apuntar hacia una sucesión de tipo matrilineal,
aunque Raglan lo duda, teniendo en cuenta
que el ciclo de reinado solía ser, según Frazer, de
unos ocho o nueve años; en este caso su hija sería
demasiado joven.
21. No se entierra al héroe.
22. Existe más de un sepulcro o santuario suyos.
Raglan presentó los relatos simplificados de los héroes
clásicos anotando las coincidencias con el patrón que él
presentaba, y asignándoles una puntuación por coincidencias.
Los resultados fueron los siguientes: Edipo, 22; Moisés,
20; Teseo, 20; Dionisos, 19; Arturo, 19; Perseo, 18;
Rómulo, 18; Watu Gunung (héroe de Java), 18; Heracles
(Hércules), 17; Llew Llawgyffes (héroe celta), 17; Beloforonte,
16; Zeus, 15; Jasón, 15; Pélope, 14; Nyikang (héroe
del Nilo Blanco), 14; Robin Hood, 13; Asclepio (Esculapio),
12; José, 12; Apolo, 11; Elías, 9; Sigfrido, 11.
Raglan menciona también el hecho de que algunas de
estas características se dan a héroes históricos. Por ejemplo,
se decía que Alejandro Magno era hijo de Zeus, que
se unió a su madre bajo la forma de una serpiente, o que
el padre de Ciro quiso matarlo en su infancia. Esto no
quiere decir que estos héroes sean míticos, sino que el
patrón tenía tanta fuerza, que las biografías de los héroes
históricos se adaptaban para conformarse a este patrón.
Para Raglan, pues, las biografías de los héroes, al menos
las que reflejan este patrón (y Raglan afirma que se había
quedado corto al identificar sólo veintidós elementos),
no son históricas, aunque los héroes lo hayan sido.
Raglan concluye afirmando la necesidad de la existencia
de los héroes. La gente prefiere lo ficticio a lo factual, y
desde luego, las leyendas son más importantes para los
pueblos que los hechos históricamente constatables.
La mayor contribución del profesor de la Universidad
de Indiana, Stith Thompson (1885–1976) a la disciplina
de la folklorística, además de la continuación del
índice de Aarne, fue su clasificación de los motivos en
los cuentos populares, una obra de seis tomos titulada
Motif–Index of Folk–Literature (6 tomos, 1932–37). Este
índice incluye, además de los cuentos, mitos, leyendas
y otros tipos de narrativa. Entre 1955 y 1958 se publica
en Copenhague una nueva edición aumentada, en donde
se reorganizan muchos de los motivos.
En 1946 publicó una de sus obras más importantes,
The Folktale, en donde estudiaba la historia de la narrativa
folklórica desde Irlanda hasta la India utilizando el
método comparativo y revisaba lo escrito hasta su tiempo
sobre este tema. Los cambios que un relato puede sufrir
habían sido estudiados por miembros de la escuela
finlandesa (Walter Anderson, que trabajó en estas cuestiones
en los años 20, y Antti Aarne). Thompson enumera
quince tipos de cambios en los relatos folklóricos:
1. El olvido de un detalle, generalmente poco importante.
2. La inserción de un detalle; puede provenir de otro
relato o a veces es inventado por el narrador; se
suelen encontrar más en los comienzos y finales.
3. La fusión de dos o más relatos.
4. La multiplicación de detalles; por lo general se
multiplican por tres.
5. La repetición de un incidente; generalmente se
presenta como un relato analógico.
6. La especialización de un motivo o su contrario, la
generalización.
7. La sustitución de materiales, tomándolos de otro
relato; suele ocurrir al final.
8. El cambio de papeles entre los personajes de un
relato.
9. El reemplazo de animales personificados por seres
humanos.
10. El reemplazo de seres humanos por animales personificados.
11. El reemplazo de ogros por animales o viceversa.
12. El cambio a la primera persona en la narración.
13. Otros cambios que deben ocurrir para mantener la
consistencia narrativa al introducir un cambio.
14. El reemplazo de lo no familiar por lo familiar según
el relato viaja de una cultura a otra.
15. El reemplazo de lo anticuado por lo contemporáneo
(19).
El investigador rumano Mircea Eliade (1907–1986)
se dedicó a la investigación de las religiones y a la vez
escribía novelas consideradas por algunos como demasiado
eróticas. En 1938 Eliade fue enviado a un campo
de concentración por sospechas. A partir de 1940 trabajó
en el extranjero, primero como agregado cultural en la
embajada en Londres, luego, al terminar la Guerra Mundial,
en varias universidades europeas, entre ellas la Sorbonne
y la École des Hautes Ètudes. En 1956 Eliade comenzó
a enseñar en la Universidad de Chicago. Vivió en
los Estados Unidos hasta su muerte en 1986.
Eliade conoció a Jung, y la obra del psicólogo influyó
en su forma de pensar. En 1949 sale a la prensa una
de sus obras claves, Le mythe de l’éternel retour, que comenzó
a escribir en 1945. Es una interpretación de los
símbolos e imaginería religiosa analizados desde la perspectiva
del mundo del inconsciente. Según Eliade, en los
tiempos modernos la gente ha perdido contacto con los
ciclos naturales, cosa que era natural en las sociedades
tradicionales. En la mentalidad antigua existe un mundo
interior y ahistórico lleno de símbolos arcaicos; este es
un mundo cíclico que se basa en arquetipos. Los estoicos
ya habían desarrollado la idea del regreso eterno como
teoría universal; pero en la mentalidad occidental y cristiana
moderna el mundo se concibe de manera histórica
y lineal; en nuestra sociedad esta idea de lo cíclico ya no
es posible; no obstante, por medio del estudio de lo sagrado
y lo profano es posible comprender el mundo de
los pueblos arcaicos. En obras como Myths, Dreams and
Mysteries (1957), o Myth and Reality (1964), enfatiza la
importancia de las religiones antiguas para el mundo
contemporáneo, pues, a diferencia de Jung, no creía que
los arquetipos estuvieran ya tan cercanos a nosotros. Su
concepto de arquetipo también difiere del de Jung; para
el psicólogo suizo eran estructuras del inconsciente colectivo,
mientras que para Eliade los arquetipos son modelos
de instituciones y normas de conducta que se cree
que han sido reveladas al principio de los tiempos y que
por tanto tienen un origen sobrehumano o trascendental
(20). Eliade escribió también un Traité d´Histoire des religions
(1949) y A History of Religious Ideas (3 tomos,
1976–1983).
Mircea Eliade en 1957 nos ofreció una visión general
del estado de la cuestión sobre la mitología en los últimos
siglos:
En el lenguaje corriente del siglo XIX, mito significaba
todo lo opuesto a «realidad» […]. Como tantos
otros clichés originados de la Ilustración o el positivismo,
éste también era de estructura y orígenes
cristianos, pues para el cristianismo primitivo, todo
lo que no hallaba su justificación en uno u otro de
los Testamentos era falso: era una «fábula». Pero las
investigaciones de los etnólogos nos han obligado a
repasar esa herencia semántica, superviviente de la
polémica cristiana contra el mundo pagano. Se empieza
por fin a conocer y comprender el valor del mito
tal como ha sido elaborado por las sociedades
«primitivas» y arcaicas, es decir, por los grupos humanos
en los que el mito es el fundamento mismo de
la vida social y de la cultura (21).
Aunque Eliade no compuso ningún patrón biográfico
del héroe, sí hizo importantes aportaciones al tema que
nos ocupa. En Mitos, sueños y misterios, afirma que un
mito “no conmemora un acontecimiento, sino que reactualiza
un momento”, ya que “siempre se es contemporáneo
de un mito desde el momento en que se recita o imitan
los gestos de los personajes míticos”. Más adelante
señala las características del comportamiento mítico:
modelo ejemplar (los hechos de los héroes míticos se
asimilan a, o se convierten en, paradigmas culturales),
repetición (consecuencia lógica de lo anterior: el modelo
es repetido), ruptura de la duración profana (característica
que comparten todos los relatos, incluso el cinematográfico)
e integración en el tiempo primordial (aunque
cada vez quede más camuflado o incluso proyectado hacia
el futuro, como ocurre en la ciencia–ficción: es el
concepto de illo tempore, el tiempo ritual) (22).
Entre los años treinta y los sesenta del siglo veinte, la
crítica literaria se centró en los textos, dejando de lado
consideraciones extrañas a ellos, como la información
biográfica e histórica, pero a partir de los años cincuenta,
surge una nueva perspectiva que llamada teoría y crítica
mítica, que hace que se cambie la crítica de la retórica al
mito, buscando los patrones mentales que producen los
relatos, los ritos y las obras artísticas de cada cultura. Era
este un movimiento interdisciplinario en el que participaba
la antropología, la mitología y religiones comparadas
y la psicología junto con la filología.
La obra de Joseph Campbell, The Hero with a Thousand
Faces, escrita en 1956 es una clara representante de
este movimiento. Campbell seguía a Carl Jung y su teoría
del arquetipo que nace del inconsciente colectivo. Para
Jung el mito reflejaba los arquetipos de este inconsciente
y servía como su representación colectiva. Campbell
añade que los mitos también sirven para mantener el
sentido de misterio de la creación y para proporcionar
una imagen simbólica del mundo de lo creado. Además,
proporciona un modelo de orden social y lo justifica por
su origen divino. Pero lo más importante para Campbell
era que los mitos servían de elemento armonizador entre
los seres humanos y sus sociedades con el cosmos.
A pesar de que Campbell sigue una cadena de estudios,
sólo hace una referencia a la obras de Rank en una
nota a pie de página, y no menciona a los demás. Aunque
no lo menciona, Campbell sigue a Raglan, aunque se
centra en el núcleo de la vida del héroe, la aventura, dividiéndola
en separación, iniciación y regreso. He aquí el
patrón que presenta Campbell:
Separación y salida:
1. Llamada a la aventura: señales de vocación en el
héroe. Esta llamada suele ser por medio de un heraldo,
humano, divino o animal.
2. Rechazo inicial del héroe, que puede adoptar la
forma de huida.
3. Ayuda sobrenatural, una vez que el héroe acepta y
comienza la aventura.
4. El cruce del umbral hacia el reino del misterio.
5. Paso al reino de lo maravilloso, que Campbell
identifica con la barriga de la ballena, o reino de
la noche.
Pruebas y victorias de la iniciación:
6. El camino de las pruebas, camino en que el héroe
se encuentra con los aspectos peligrosos de los
dioses.
7. El encuentro con la diosa: el encuentro con la
Magna Mater o la bendición de la infancia recuperada.
8. La tentación: la mujer como tentadora o la agonía
de Edipo.
9. El perdón del padre: la reconciliación del héroe
con su pasado, que le permite mirar hacia el futuro.
10. La bendición final. Puede ocurrir que el héroe no
regrese y se quede como el Buda, en la bendición
final; puede ser que el héroe, en vez de seguir el
camino correcto, haya robado la bendición final y
que como Prometeo quede crucificado a una roca.
11. La apoteosis.
Regreso e integración:
12. La negativa a regresar o rechazo inicial al regreso
al mundo.
13. La huida mágica.
14. El rescate desde fuera.
15. El cruce del umbral hacia el mundo.
16. El amo de los dos mundos.
17. La libertad de vivir (23).
El problema que tiene la obra de Campbell, al aplicarla
a los estudios folklorísticos, es que es una construcción
sintética, artificial y demasiado libre. Parece que
Campbell no intentó aplicar su esquema a ningún héroe
en particular. A diferencia de los de von Hahn, Rank y
Raglan, el patrón de Campbell no se puede verificar aplicándolo
a la biografía de ningún héroe específico, ya que
las secuencias están descontextualizadas, peligro que ya
había anunciado Arnold van Gennep en 1909; la obra de
Campbell es más bien una explicación de su propio monomito.
No obstante estas objeciones, su obra ha atraído
al público general y goza de gran fama; su aplicación
pertenece más al entorno de la psicología personal que al
mundo de los relatos mítico–heroicos.
El antropólogo estadounidense Clyde Kluckhohn, un
año antes de su muerte escribió un artículo sobre temas
recurrentes en los mitos y en la mitografía (24). Aunque
presenta su artículo como exploratorio y pide que se siga
investigando por este camino, señala diversos temas que
se encuentran en las diversas mitologías que analizó, que
incluyen una muestra de las diversas culturas de todo el
mundo. He aquí los temas más importantes:
•Diluvio; y si se añaden otros tipos de catástrofe (terremotos,
hambrunas, plagas), podría decirse que
la catástrofe es un tema universal de la mitología.
•Matanza de monstruos. Se da en casi todas las
culturas.
•Incesto. A veces es solo de un tipo, otras veces
incluyen tres: madre–hijo, padre–hija y hermano
–hermana. Existen también referencias a la seducción
por parte de la suegra al yerno. En los
mitos de la creación los primeros padres son muchas
veces presentados como incestuosos.
•Rivalidad entre hermanos. Donde más se produce
es en el Pacífico insular y en África (tema de los
imeji o gemelos), y suele acabar en fratricidio.
•Castración. Si se añade a este tema otras formas de
infligir heridas reales (subincisión) o simbólicas
(incluido el tema de la vagina dentata) a los genitales,
se podría afirmar que es un tema universal.
•Deidades andróginas. Se da más en culturas
“avanzadas” que en el estado de religiones
animistas.
Al examinar las listas de Rank, Raglan y Campbell
afirma que hay una serie de motivos que se podrían añadir,
pero que sólo darían información fragmentaria. Sin
embargo Kluckhohn nos avisa que en este tipo de estudio
se debe actuar con cautela; primero porque a veces
se hace demasiado hincapié en las semejanzas, olvidándose
de las abundantes diferencias, y también porque toda
formación de patrón requiere un nivel de abstracción
y generalización que puede llegar a deformaciones. Además,
la presencia o ausencia de un motivo o de un tema
no indica el valor que se le da (ya que la frecuencia con
que se cumple un patrón no se suele estudiar); puede ser
una preocupación principal en una cultura o puede producirse
como mero detalle o como metáfora.
En los años sesenta del pasado siglo se propusieron
otros patrones que no varían significativamente el estado
de la cuestión (25). Merece la pena, sin embargo, mencionar
a Jan de Vries (1890–1964), autor de Heldenlied
en heldensage (1954) cuya traducción al inglés, Heroic
Song and Heroic Legend, apareció en 1963. En esta obra
menciona a Hahn y a Raglan, pero no a los demás. Vries
señala diez elementos que desgrana en variantes:
1. Concepción del héroe:
a) Su madre o bien es una virgen o bien una mujer
casada que tiene relaciones extramatrimoniales.
b) El padre puede ser un dios.
c) El padre puede ser un animal; en este caso sería
un dios bajo forma de un animal.
d) Otro caso sería el incesto.
2. Nacimiento del héroe:
a) Tiene características extraordinarias
b) A veces es por cesárea, así es un nonato.
3. Amenazas al héroe en su infancia:
a) El héroe es expuesto para evitar una profecía o la
vergüenza pública.
b) El niño expósito es alimentado por animales
c) o recogido por un pastor, un pescador o un jardinero
d) o criado por un ser mitológico como un centauro,
por ejemplo.
4. Crianza:
a) Muestra su fuerza en edad temprana.
b) Su desarrollo es lento, indica cierto retraso.
5. Obtiene invulnerabilidad.
6. Hechos heroicos: Lucha con un dragón u otro monstruo
en su madriguera (cueva, fondo de un lago, bosque,
etc.). Para hacer esto entra en un entorno que representa
el caos.
7. Gana a una doncella después de haber pasado una
aventura peligrosa.
8. Viaja al infierno (en el sentido latino de la palabra).
9. Expulsado de su país. Regresa victorioso; a veces se
ve obligado a volver a salir de su país.
10. Muere joven.
El esquema de Jan de Vries en realidad no aporta demasiados
datos nuevos a lo ya hecho, excepto por algunas
especificaciones.
Margaret A. Arendt escribió en 1969 un artículo en el
que presenta su patrón del héroe, “The Heroic Pattern:
Old Germanic Helmets, Beowulf, and Grettis saga” (26).
La estructura es la siguiente:
A. Extraño comienzo, juventud notable.
1. Ancestros venerables; herencia ilustre, por lo general
su familia tiene un origen misterioso.
2. Niñez precoz; tiene algo que ver con un oso, con
fuerza extraordinaria, con dominar animales salvajes,
con furia extática en peleas, con danzas
guerreras, con invulnerabilidad, o con luchas sin
armas.
B. Aventuras cuando se hace hombre
1. Tarea difícil: defender la tribu, ayudar a un rey
contra un gran enemigo.
– El enemigo puede ser demoníaco, entonces se
requiere un viaje a los infiernos.
– Buenos augurios en la lucha.
2. Lidera una banda de fieles seguidores entre los
que puede haber un traidor.
3. Adquiere oro y fama como recompensa a su valentía.
C. Fin ominoso, causado por astucia, maldición o traición,
por lo general es un elemento fatídico.
David Adams Leeming, profesor de Inglés de la Universidad
de Connecticut, se centró en el estudio de las
crisis en las biografías de los héroes en Mithology: The
Voyage of the Hero (27) (1973), que es básicamente una
antología comentada. Leeming obtiene su material de las
mitologías de varias partes del mundo, de leyendas y de
obras literarias. Presenta un total de ciento veintidós textos
organizados de acuerdo al siguiente esquema: nacimiento,
iniciación, preparación, búsqueda, infiernos, resurrección
y ascensión. En la segunda edición añadió
apéndices sobre Jung y sobre los mitos de la creación y
del diluvio. En la tercera edición de 1981 retiró estos
textos, pero el libro quedó aumentado con la inclusión de
héroes femeninos, asiáticos e indoamericanos, así como
referencias de folklorólogos.