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En los últimos años han proliferado los estudios acerca de las Cantigas de Santa María de Alfonso X el Sabio, uno de los monumentos musicales más importantes de nuestra Edad Media, apareciendo varias ediciones, cada una siguiendo unos criterios personales y subjetivistas, algunas de las cuales llegan incluso a asombrarnos por su intrepidez. Sus autores no aplican los mismos criterios homogéneos para sus transcripciones, unas veces lo hacen de una manera, más adelante alteran lo que no les conviene y lo hacen de otra, transcribiendo de forma diferente un mismo tipo de ligadura, transcribiendo de la misma forma ligaduras que son diferentes, etc (1). Ni qué decir cabe que las apreciaciones de este tipo carecen por completo de cualquier rigor científico, y es que, en definitiva, la notación rítmica alfonsina se nos resiste a los musicólogos, causa que es aprovechada por muchos para hacer alarde de su fantasía. Mientras no se aporten suficientes razones documentales, y ello es algo sumamente difícil al día de hoy, cualquier transcripción de las CSM que se nos presente debe ser acogida con total escepticismo.
Desde 1994 vengo trabajando en la transcripción y cada día que pasa me doy cuenta que es mucho más difícil acercarme al descubrimiento del ritmo original alfonsino (2). ¿Podemos ofrecer los musicólogos, en el estado en el que se encuentran las investigaciones, una transcripción fidedigna de las CSM? Llegar a hacerlo no es completamente difícil, es absolutamente imposible. Nadie, definitivamente nadie, por mucho que se esfuerce, podrá presumir de ofrecernos la realidad sonora que sus creadores pensaron en su época, tan sólo podremos presentar aproximaciones que se acerquen a esa materialidad.
La lírica de carácter folklórico está presente en muchas cantigas, resulta más que evidente que sus autores acudieron a los cantos populares de aquella época para inspirarse en ellos, aunque no siempre fueran fieles a ellos. Aunque a veces escape a toda posibilidad de comprobación, puesto que no siempre esas muestras han perdurado en el riquísimo acervo del folklore musical español, existen para ciertas cantigas pruebas más o menos seguras de su autenticidad folklórica. Las repeticiones con variantes constituyen la técnica base de la lírica de transmisión oral, y ello lo encontramos en las cantigas. Pero esta influencia afecta tanto a las estructuras rítmicas como a la sintáctica, melódica e incluso formal. Esta faceta no ha sido tenida en cuenta lo suficientemente hasta ahora por los investigadores (3), y mucho menos por los transcriptores, a excepción de Mons. Higinio Anglés, y considero que es sumamente importante recalcarla e incidir en ella para futuros trabajos. A simple vista se observa al contemplar la transcripción del sabio musicólogo catalán que en su labor se inclinó para elaborar su teoría en el folklore musical, amparándose en sostener que las melodías alfonsíes estaban plagadas de la rica tradición popular musical. Para Mons. Anglés gran parte de las melodías alfonsíes debían haber sido tomadas de la tradición musical popular, quedando algunas de ellas en el acervo popular, razón por la que llegó a comparar la cantiga número 192 con una canción catalana tradicional, entrando por tanto, en el terreno de la musicología comparada, tan de moda en aquél período. En su día, se expresaba así: “La parte más importante del repertorio musical alfonsino está formado por melodías emanadas directamente del folklore tradicional de los diferentes países hispánicos y otros europeos o escritas imitando las tonadas, ritmo, cadencias y modalidad típica de nuestro folklore. Muchas de estas tonadas eran ya muy populares en el siglo XIII” (4). En 1956 reconocía la gran influencia que sobre él ejerció el estudio del folklore a la hora de interpretar la notación alfonsí: “Si yo no hubiera tenido una idea clara sobre lo que es una melodía popular tradicional, me hubiera sido muy difícil interpretar la notación musical de las cantigas alfonsíes” (5).
Si bien es verdad que muchas melodías, que rezuman el arcaico canto popular del siglo XIII, no pueden oírse hoy en día cantadas por el pueblo español, no por ello podemos negar que en su día eran fruto de la tradición popular, y ello habrá de ser tenido en cuenta para futuras transcripciones, y es que en la elaboración de las cantigas los poetas y músicos que trabajaron en la corte alfonsí en muchas ocasiones dieron cuerpo y forma a elementos tradicionales vivos preexistentes en la literatura y música del pueblo.
El conocimiento de las fuentes teórico musicales es imprescindible para cualquier musicólogo, es más que evidente. En el siglo XIX Coussemaker llegó a recoger un buen puñado de tratados de los siglos XIII-XIV que analizan los problemas de la música mensural del siglo que nos interesa. Las normas que se reflejan en los tratados de la época ¿deben ser aplicadas inflexiblemente a la hora de transcribir las CSM? Los análisis detenidos de los tratados de la época nos ayudan a aproximarnos a la realidad notacional alfonsina, pero no nos permiten al día de hoy ofrecer al intérprete una transcripción rigurosamente fiel. A pesar de que cada teórico no puede ser desdeñado por la información que nos puede aportar, hemos de ratificar que con la perfección notacional impuesta por Franco de Colonia en su tratado no podemos contar, tampoco con la extravagancia de algunos teóricos de transición. Al día de hoy, por tanto, no tenemos ningún tratado teórico que guíe al cien por cien la transcripción de cualquier investigador, siempre que alguien intente aplicar esas normas particulares a las CSM, se encontrará con muchos problemas. Ojo, con ello no estoy afirmando en ningún momento que no debamos hacer caso a toda la información que nos proporcionan los teóricos, hay cosas generales que pueden ser aplicadas, pero otras muy particulares, no. Tampoco debemos inclinarnos por basarnos en deducciones empíricas, como por ejemplo hace Cunnighan, ni mucho menos. La inexistencia de teóricos peninsulares que nos describan la práctica de la época obstaculiza enormemente nuestro trabajo y nos impide dar una solución definitiva al problema rítmico notacional de nuestros códices. Particularmente dudo incluso que se plasmara en un tratado teórico la realidad notacional alfonsina.
La notación alfonsina tenemos que situarla en un punto intermedio en el desarrollo de la perfección franconiana. Hemos de pensar que nos encontramos en una época de transición, donde hay que apuntar incluso divergencias regionales, de hecho las diferencias entre los propios tratados viene a demostrar esa diversidad. Cada zona territorial, que no tenía por qué coincidir con espacios delimitados políticamente, presentaba sus pequeñas diferencias notacionales, –esa diferencia notacional la encontraremos incluso en el siglo XIV–. La pérdida de muchos tratados teóricos con el correr del tiempo vendría a demostrarlo.
Una de las ediciones más objetivas que podrá encontrar el intérprete interesado en este tipo de repertorio es la del profesor López Elum, no obstante advertimos de antemano que el respaldo documental en el que se basa es de nuevo sumamente subjetivo. El autor, como el resto de investigadores, no aporta ningún documento con el que apoyar sus afirmaciones. En ningún momento demuestra por qué hay que seguir a rajatabla al tratadista propuesto y no a otros de los muchos que existen y que no menciona en su obra, como por ejemplo el Discantus positio vulgaris (h. 1225), el de Amerus (h. 1275), el de Dietricus (h. 1275), el anónimo de Sowa, el anónimo VII de Coussemaker (h. 1250), o el de J. de Garlandia (h. 1250), etc. Al día de hoy no tenemos ningún testimonio de que el tratado de Lamberto, escrito en la década de los años setenta, fuese conocido en nuestro país y mucho menos que sirviese de inspiración a nuestros creadores de la corte alfonsina. ¿Es Lamberto la fuente adecuada, el autor idóneo que nos descubre la frescura de las cantigas? Es evidente que la información que nos transmite este tratado es de suma utilidad, pero no permite adentrarnos más que parcialmente en el secreto de la notación alfonsina. La escritura musical que presentan las CSM no siguen el sistema lambertiano, al menos nada nos lo demuestra. El propio autor llega a afirmar en el capítulo 3: “Que los autores de las Cantigas no conocieron directamente la obra de Lamberto lo demuestra también la forma de representar las figuras. Así, en cuanto a la plica, la forma gráfica que se plasma en las Cantigas es diferente a la que se recoge en el tratado de Lamberto”. ¿Cómo es posible que tras esta afirmación el autor confíe ciegamente en este tratado si la forma notacional alfonsina no corresponde con la nuestra? En las CSM, la representación de las plicas largas y breves es completamente diferente a la que presentan los tratados europeos del siglo XIII, lo que viene a demostrarnos que el sistema notacional alfonsino era distinto en cuanto a los pequeños detalles. Caso de que existiera en su momento, el tratado que en la actualidad vendría a desvelarnos preciosos secretos acerca de las CSM, ha desaparecido. Juzgo que el sistema notacional de las cantigas no estuvo influenciado por ninguno de los muchos que presentan los tratados que han llegado hasta nuestros días, era propio de la península ibérica, más concretamente del área castellana, de ahí que los pequeños detalles que los musicólogos actuales nos cuestionamos ante la transcripción, se nos escapen y no podamos solucionarlos, probablemente nunca. Tras unas propuestas, vendrán otras y otras, y mientras no se demuestre documentalmente nada, algo realmente muy difícil, nuestra obligación es mostrar incredulidad y una total desconfianza hacia todas aquellas ediciones que últimamente nos bombardean hasta del extranjero.
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NOTAS:
(1) HUSEBY, G.: The Cantigas de Santa Maria and the Medieval Theory of Mode, Stanford, 1983; FERREIRA, M. P.: Bases para la transcripción: el canto gregoriano y la notación de las Cantigas de Santa Maria, Los instrumentos del Pórtico de la Gloria, Santiago de Compostela, vol. II, 1993, pp. 573-620; GÓMEZ MUNTANÉ, M.C.: El Canto de la Sibila, Madrid, 2 vol. 1996-1997; CUNNIGHAM, M. A.: Alfonso X el Sabio: Cantigas de Loor, Dublin, 2000; FERNÁNDEZ DE LA CUESTA, I.: Claves de retórica musical para la interpretación y transcripción del ritmo de las Cantigas de Santa María, Literatura y Cristiandad. Homenaje al profesor Jesús Montoya, Granada, 2001, pp. 685-718; PLÁ, R.: Cantigas de Santa María. Alfonso X el Sabio. Nueva transcripción integral de su música según la métrica latina, Madrid, 2001; LÓPEZ ELUM, P.: El primer corpus de las Cantigas de Santa Maria elaborado en la corte real de Alfonso X. Transcripción realizada según las normas recopiladas por Lamberto en su Tractatus de Musica, segunda mitad siglo XIII, Valencia (en prensa).
(2) PICÓ PASCUAL, M. A.: Hacia una nueva transcripción del códice j b 2 de la Biblioteca del Real Monasterio del Escorial, 1996 (Inédito); Doce Cantigas de Alfonso X el Sabio, Cocentaina, 2001; Hacia una nueva transcripción musical del códice j b 2 de la biblioteca del Real Monasterio del Escorial, Revista de Historia Medieval, Valencia, 1997, pp. 423-441; Morella en las Cantigas de Alfonso X el Sabio, Papers dels Ports de Morella (en prensa) (3) Referente a la presencia de motivos folklóricos de toda índole en las Cantigas de Santa María, recomiendo al lector los siguientes trabajos del profesor KELLER, J. E.: “A note on King Al- — 6 — fonso’s Use of Popular Themes in his Cantigas”, Kentucky Foreign Language Quarterly, 1, 1954, y “Folklore in the Cantigas of Alfonso el Sabio”, Southern Folklore Quaterly, 23, 1959. Dionisio Preciado en un interesante artículo dedicado al estudio de los ritmos aksak titulado “Veteranía de algunos ritmos aksak en la música antigua española”, Anuario Musical, vol. XXXIX-XL, Barcelona, 1986, señala en el capítulo “El ritmo Aksak de la petenera, presente en los viejos cancioneros españoles” que la Cantiga número 166 suena en ritmo de petenera, aunque con un leve y pequeño apaño.
(4) ANGLES, H.: La música en la España de Fernando el Santo y de Alfonso el Sabio, Real Academia de las Artes de San Fernando, Madrid, 1943. Para ahondar más sobre este tema consúltese también el capítulo titulado “La música profana y el canto popular” de su obra La música de las Cantigas de Santa María del Rey Alfonso el Sabio, vol III, Barcelona, 1958 (5) ANGLÉS, H.: Contribución de Menéndez Pidal a la músicología española y universal, Estudios dedicados a Menéndez Pidal, vol. I, Madrid, 1956,en nota a pie de pág.