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El comandante músico e investigador folklorista Bonifacio Gil García, nació en Santo Domingo de la Calzada, provincia de Logroño. Sin embargo, permaneció mucho tiempo en Extremadura, a la que consagró sus afanes y tareas de investigación y se compenetró mucho con la tierra parda que le acogió amorosamente por su singular valía y dedicación artística.
En Burgos surgieron sus afanes musicales y el amor y afición al folklore, alimentados por las canciones de Olmedo, Ledesma, Rogelio del Villar, Torner, Barbieri, Chávarri y otros. Se formó al lado del glorioso P. Otaño. Su madre le enseñó muchas canciones antiguas en Burgos, que siempre recordaba con nostalgia.
Destinado a la guarnición de Badajoz, baja Extremadura, en 1924, como director de Músicas Militares, pronto se entusiasmó con el folklore de la región centro occidental española. Coadyuvó con eficacia a la divulgación del folklore extremeño, con su "Cancionero popular de Extremadura. Colección, estudio y notas". Van publicadas dos ediciones. La obra, que contribuyó a recoger antiguas tonadas y canciones de trilla de la región, ha sido publicada por la Diputación Provincial de Badajoz. La primera edición apareció el año 1930, la segunda en 1961. Cabría aludir a los romances, canciones de ronda, de faenas del campo, epitalamios, canciones de Noche Buena, villancicos, de juegos infantiles, sobre temas religiosos, pregones, quintos y otras varias clases. Puede afirmarse que reflejó Gil García las características de las danzas extremeñas, así como instrumentos populares. Todo con comentarios relativos a cada sección, y también por lo que concierne a la parte musical.
Bonifacio Gil García perteneció al Centro de Estudios Extremeños de Badajoz, en el que realizó una excelente labor de investigación y divulgación musical.
Hay que hacer relación de los viajes de Gil García en búsqueda afanosa de material folklorístico por Puebla de la Calzada, Campanario, cuna de Bartolomé Esteban Gallardo, y Trujillo -raíz de América-, sus relaciones con los investigadores locales, y con el insigne novelista Antonio Reyes Huertas, natural de Campanario, creador de la célebre "estampa campesina", nuevo género literario. Así fue reuniendo el investigador riojano-extremeño los rasgos peculiares de las canciones de la región. También pronunció conferencias en el Ateneo de Badajoz y en el Teatro López de Ayala.
Gil García publicó numerosos trabajos en la "Revista de Estudios Extremeños", que editan los Servicios Culturales de la Diputación de Badajoz.
Nuevas excursiones extremeñas llevó a cabo por Villanueva de la Serena, Alburquerque, Talavera la Real, Guareña, Cabeza del Buey, Fregenal de la Sierra, La Coronada y otras poblaciones badajocenses.
Fue nombrado hijo adoptivo de Badajoz en 1945. Tributo de estricta justicia.
En la Alta Extremadura se internó en verdaderos santuarios del Folklore, como Alcuéscar, donde se relacionó con el prestigioso investigador Rafael García-Plata de Osma-, Santiago de Carbajo, Torrejoncillo, la leal e ilustre Hervás, Alcalá de Fuenreal, "judíos los más" y Baños de Montemayor, "judíos y tacaños". Todas las poblaciones se distinguen por el acervo popular.
Hay que sostener que, en los trabajos de Gil García, aflora el genio creativo de Extremadura. En la segunda edición de su formidable e ingente "Cancionero extremeño", el autor completó los materiales. Bien puede afirmarse que abordó la personalidad de la música extremeña. Extremadura, venero inagotable de la lira popular.
Asimismo, el folklorista hizo investigaciones para el Instituto Español de Musicología, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de tanto prestigio en el orden nacional e internacional.
También hay que registrar la colaboración del erudito con la figura representativa de la tradición popular extremeña, Isabel Gallardo de Álvarez, sobre todo en lo que respecta a canciones infantiles, tan dignas de guardar.
En Bonifacio Gil García, que era miembro correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, desde 1943 hay que valorar la personalidad científica y su contacto con el medio rural extremeño, manantial de su obra imperecedera.
Además de lo antes expuesto, cabe citar de su obra inédita los siguientes títulos: "Jugar y cantar", "Juegos infantiles", "Canciones infantil musical", "Cancioneros Populares": Avila, Cádiz, Toledo, Granada, Ciudad Real, "Cancionero popular de La Rioja", "Romances populares de Extremadura", "La fama de Madrid en la tradición popular", "Dictados tópicos de La Rioja", "Cancionero taurino", "Cancionero histórico" y "Cancionero carlista" toda la geografía nacional en cancionero.
La labor de Bonifacio Gil García era conocida, tanto en España como fuera de ella. Se distinguió como un gran investigador de la tradición popular.
El riojano injertado en extremeño falleció en Madrid, en 1964.