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Además del adjetivo, propiamente gentilicio, con el que se da nombre al conjunto de habitantes en su totalidad de una entidad singular de población determinada o de una nación o país concreto y que se forma teniendo como base la raíz toponímica, existen, como se sabe, otras formas lingüísticas de designación colectiva que no derivan de su topónimo y que el Académico, Premio Nobel y Dictadólogo, Camilo José Cela en su Diccionario geográfico popular de España -en en cuya elaboración tuve el gusto de colaborar- denomina con el tecnicismo de seudogentilicios. De igual modo existen otras formas de designación conocidas como paragentilicios y que también presentan características propias que los hacen diferir de los primeros y de los segundos; pues bien, las investigaciones que llevé a cabo durante cinco años centradas todas ellas en la provincia de Jaén y que significaron la base fundamental a la hora de elaborar el presente trabajo, me hicieron llegar a conclusiones muy interesantes que quisiera compartir con los lectores de la Revista de Folklore. Llamamos seudogentilicios, pues, a los apodos colectivos o motes que suelen venir impuestos por los habitantes de poblaciones aledañas hacia sus convecinos llegando a alcanzar tal importancia a veces, que pueden acabar sustituyendo al propio gentilicio, convirtiéndose así en la única forma de designación para nombrar al conjunto de habitantes que conforma una unidad geográfica de población determinada. El siguiente ejemplo puede ser muy ilustrativo al respecto: al habitante de la entidad singular giennense de Benatae se le conoce con el seudogentilicio de nabero (1) y jamás han sido designados con ninguna otra forma gentilicia. Se desconoce las causas reales por las que un determinado lugar pueda carecer de gentilicio aunque se podría llegar a la conclusión de que razones de tipo histórico, geográfico o, incluso, idiosincrático, entre otras, pudieran avalar este hecho. Recurro a mis investigaciones de campo para rescatar lo que me decía uno de los informantes de la localidad mencionada al respecto del empleo generalizado del seudogentilicio nabero:
"[...] De toda la vida de Dios se nos han conocido como naberos porque de antaño ésta era la tierra del nabo, donde se han sacado las mejores cosechas de nabos de todos estos contornos y de muchas leguas a la redonda, y si usted por ejemplo llega al pueblo diciendo que somos "benataenses", como ahora nos quieren llamar, que dicen que es lo oficial, salen detrás de usted y lo apedrean. Aquí no se nos conoce más que por los naberos, ¿sabe usted?"
Esto no es más que una muestra de la gran importancia que posee a veces el seudogentilicio que, incluso, da lugar a que se rechace categóricamente cualquier otra forma gentilicia, y como apuntaba, en este caso concreto se observa cómo las causas de origen, quizá, geográfico, por tratarse de un terreno propicio para sembrar nabos, e idiosincrático, que en un pasado fue conocido por los nabos que criaba, pueden ser determinantes.
Los seudogentilicios se podrían clasificar, de manera general, atendiendo a dos grandes grupos:
1.- Seudogentilicios adjetivos: se pueden llegar a confundir con los gentilicios populares adjetivos, la diferencia entre unos y otros estriba en que los segundos suplen con naturalidad al gentilicio y de alguna forma, derivan del topónimo oficial o usual (2), sin embargo, los primeros, no suplen al gentilicio ni proceden del topónimo y pueden albergar una cierta carga peyorativa, aunque no necesariamente. En cuanto a los motivos que se podrían barajar como los causantes de la existencia de estos apodos colectivos, podrían ser varios:
-.En primer lugar, el mero hecho de hacer juegos de palabras desde un punto de vista lúdico del lenguaje. Es sabido que el ser humano, desde muy antiguo, ha mostrado una gran habilidad hacia la creación ingeniosa de determinadas composiciones lingüísticas, unas veces dotadas de un cierto grado de originalidad, -implicando la rima o el simple divertimento - y otras veces albergando una consciente malintencionalidad, sin que ello haya supuesto que se tuviera demasiado en cuenta la mala fama que se pudiera llegar a generar en torno a los habitantes de poblaciones aledañas; así tenemos, por ejemplo, que al habitante de Albanchez de Ubeda se le denomina albanchurro, porque rima con churro; beato, al de Beas de Segura; cabrón, al de Cabra del Santo Cristo porque la primera parte de este topónimo compuesto es "Cabra" y se presta al significado peyorativo que tiene el término "cabrón"; carbonero, al de Carboneros; ruin, al de Castillo de Locubín, por una clara intención de que se produzca la rima con el último término de este topónimo compuesto; cazorlica, al de Cazorla, como mofa en alusión a los tapones de chapa en forma redondeada que presentan algunos envases de vidrio de ciertas bebidas refrescantes o alcohólicas y que se conocen en la provincia de Jaén con el término mencionado de "cazorlicas", considerado como un giennisismo y que no aparece recogido por el DRAE; del pan tierno, al de Hornos, en clara alusión al significado del topónimo; brevero, al de Lahiguera, por la anterior razón expuesta; y chotillo, al de Llanos del Sotillo (Andújar), por hacerlo rimar con la segunda parte del topónimo.
- En segundo lugar, también pueden existir motivos relacionados con el carácter y la personalidad de los pueblos a la hora de crear seudogentilicios. Estos motivos, de índole idiosincrática, constituyen una fuente inagotable en la formación de dictados tópicos. Así, los pueblos tendrán fama de:
a/ TACAÑOS: Por ejemplo, al habitante de Jabalquinto se le conoce con el seudogentilicio de chamiso, cuyo término correcto sería "chamizo", lo que ocurre es que, dado que en esta localidad se sesea, al mismo tiempo se utiliza como mofa por parte de poblaciones aledañas para hacer resaltar este rasgo lingüístico. Tenemos que hacer una apreciación y es que si buscamos en el DRAE "chamizo", en su cuarta acepción, nos lo define como sigue: "4. fig. y fam. Tugurio sórdido de gente de mal vivir", luego el significado que nos da el Diccionario de la Academia no corresponde con el sentido de "tacaño" que nos apuntaban, no sólo informantes del propio pueblo sino también informantes de otras poblaciones cercanas a Jabalquinto, por lo que cabe concluir que la voz "chamizo" ha ido adquiriendo determinados semas connotativos de "tacaño" con carácter localista que lo podrían avalar también como un giennisismo.
b/ MALOS: mala gente, al habitante de Alcaudete; granuja, al de Andújar, aunque también por la constante tópica frecuente que supone provocar la rima; pendenciero, al de Baños de la Encina y Villalobos, por la fama que tienen de provocar peleas; pirata, al de Las Escuelas, en el término municipal de Baeza, por la razón apuntada anteriormente; mataperros, al habitante de la Estación de Linares-Baeza, en el término municipal de Linares; severo, al de Gutar, en el término municipal de Villanueva del Arzobispo; navajero al de Linares, por la fama de matones que poblaciones limítrofes no dudan en darles a estos vecinos; matavíboras, al de Prados de Armijo, en el término municipal de Beas de Segura; bellaco, al de Segura de la Sierra; ruin, al de Castillo de Locubín; ladrón, al de Alcalá la Real y Arjona, también supone una constante tópica muy frecuente.
c/ FANFARRONES: También tenemos algunos ejemplos como sabeor al de Carchel, por considerar a estos habitantes como "abogadillos de secano".
d/ LISTOS, AVISPADOS Y CORNUDOS: Por ejemplo cuco, cuquillo al de Noalejo. Tanto uno como otro nombre tienen un significado tanto de "listo" como de "cornudo", y es que por todos es sabido que el ave que ha hecho provocar este seudogentilicio anida en nido ajeno. También se le llama corchacho al habitante de Campillo de Arenas por la misma razón apuntada.
e/ BRUTOS O TORPES: También existe una larga lista de expresiones al respecto; se le llama tonto, al de Baeza, Hornos, Pegalajar y Úbeda, por ejemplo; vano al de Baeza; cipote al de Baeza y Sabiote, en este último caso en clara intención de provocar la rima; bruto al de Vilches y Úbeda; palurdo y villorro al de Villargordo; garrulo al de Villalobos; también expresiones como pavo al de Villardompardo; pavero, de la pava, al de Villanueva del Arzobispo; gente que entierra a los muertos de pie, al de Vilches; del tirante también al de Vilches; del borrico, al de Beas; guillopo, al de Campillo de Arenas; alcucilla al de Castellar; buey loco al de Siles; mangurrino, al del poblado del Iara, en el término municipal de Espelúy; de la pava, al de Frailes; mojino, al de Baños de la Encina, aunque si bien pronuncian "mojino" se refieren al vocablo mohíno recogido por el DRAE y concretamente a su segunda acepción que dice: " 2. Dícese del macho o mula, hijos de caballo y burra", para hacer resaltar la torpeza y terquedad de quienes tienen que soportar este seudogentilicio; baladre al de Santisteban del Puerto; torao y de la viga atravesá, al de Torre del Campo. Estos últimos son apodos originados por anécdotas que suponen esa constante tópica tan frecuente a la que venimos aludiendo, por ejemplo, se moteja a un pueblo de atravesado o de la viga atravesada porque se cuenta que en una ocasión sus vecinos intentaron meter una viga atravesada por la puerta de una casa, o del burro, del borrico, son distintas formas de tachar de salvaje a los vecinos de una entidad singular determinada, concretamente la anécdota del burro se cuenta siempre diciendo que ataron a este cuadrúpedo con una soga en el pescuezo y lo subieron hasta el campanario con un sistema de polea para que comiera una mata de hierba que había crecido en aquel lugar y se lleva a tal exageración la insensatez del pueblo contando que a medida que el burro iba sacando la lengua, por motivo de asfixia, los vecinos pensaban que se relamía de gusto al estar cerca del manjar.
f/ DESTACANDO UNA CUALIDAD NEGATIVA O POSITIVA: En muy pocas ocasiones se hace resaltar una virtud a través del seudogentilicio, y cuando se hace, el apodo suele venir impuesto por los mismos habitantes de la entidad singular en cuestión que recibe la adjetivación positiva. Así, pues, se conoce como valeroso, al habitante de Escañuela; pero lo más normal es que se haga resaltar cualidades negativas con adjetivaciones tales como gusarapo o gusarapeño, al habitante de Burunchel en el término municipal de La Iruela, a quienes antes que valorar una virtud se les tacha de gusanos, arrastrados, etc.; o al de Huesa como deudor, por considerarlos gentes que adquieren deudas y nunca pagan.
- En tercer lugar son motivos relacionados con el folclore, la tradición y muchas veces, la devoción hacia sus santos; tenemos, por ejemplo hijo de Santa Elena, al de Santa Elena, que además tiene como patrona a Santa Elena, de ahí el seudogentilicio que le viene dado por el fervor religioso hacia esta santa; el seudogentilicio peruco, al de Castillo de Locubín, por ser su patrón San Pedro; pelotero, al de Arquillos, que hace referencia a un personaje de origen alemán conocido precisamente con este nombre, "el pelotero", y que está muy ligado a la tradición del pueblo desde el mismo nacimiento de esta entidad singular. Va vestido mitad hombre y mitad demonio y lleva un pantalón atado con una goma estirada; rabudo al habitante de Orcera, porque había una tradición en que los mozos en la noche de San Antón se disfrazaban y dejaban en el balcón de la moza que les gustaba, flores y a la que no les gustaba, un rabo, de ahí viene el seudogentilicio.
- Motivación física: Así tendremos que al habitante de Arbuniel, en el término municipal de Cambil, se le llama panzón, al igual que al habitante de Guarromán; tuerto, al de Cazalilla; de los dientes negros, al de Burunchel, en el término municipal de La Iruela; pescuecilargo, al habitante de Los Villares; pelón al de Villanueva de la Reina; o careto, al de Jimena.
- Razones de tipo lingüístico: del ronquío, se les llama a los de Jaén porque se dice que hacen muy acusada la pronunciación velar fricativa del sonido [x]; otras veces el apodo se debe a ciertos rasgos fonéticos en la pronunciación de algunas consonantes como es el caso de los apodos acencio o joceíllo, para los habitantes de Pegalajar por darse en este pueblo el fenómeno del ceceo, o del tosino de pansa a los de Baeza por darse el fenómeno contrario, el seseo. En Torreblascopedro se les apoda a sus habitantes con los seudogentilicios de moli y chache, porque cuando hablan suelen hacer un empleo abusivo de estos términos que los usan como muletillas. En Charilla se les conoce con el seudogentilicio del ay, ay, porque siempre se están quejando.
- Motivos de tipo histórico: el habitante de Arjonilla es apodado pechera, que viene a ser "pagador de impuestos" y se debe a una razón eminentemente histórica, ya que en el S. XVIII los vecinos se vieron obligados a huir hasta otros municipios donde se pagaban menos impuestos como era Andújar, porque en Arjonilla se impusieron unos pagos desorbitados a los que no podían hacer frente sus habitantes, de ahí que también se les conozca con otro seudogentilicio: el de pillo, por la misma razón; lo mismo ocurre con el apodo de bruja que se da a las mujeres que viven en Andújar, porque tuvo fama de ser una de las localidades donde a más brujas se procesaron en épocas antiguas; el seudogentilicio carolino, que se otorga a los habitantes de La Carolina, hace clara alusión a que fue Carlos III el fundador de esta localidad. También puede ocurrir que lo que se considera un apodo no sea sino un antiguo gentilicio derivado de un topónimo primitivo o anterior al existente en la actualidad, que haya cambiado por alguna circunstancia histórica, por ejemplo, lagartero, que hace alusión al antiguo topónimo de Las Fuentes en el término municipal de Benatae que se llamó Los Lagartos; los acontecimientos políticos también son los causantes de otros seudogentilicios, nos referimos a nombres como americano, al habitante de Chilluévar, o coreano al habitante de Pontón Alto en el término municipal de Santiago-Pontones.
- Razones de tipo geográfico: también las hay. A los habitantes de poblaciones hortelanas se les suelen llamar con diversos apodos que aluden a sus hortalizas, así panciverde se le llama al vecino de Arbuniel, en el término municipal de Cambil, o al habitante de Arquillos o al de Bedmar y Garcíez y la explicación que dan para ello es que como se dedicaban estos campesinos a vender los frutos de sus tierras por otras poblaciones aledañas, al cargar con las hortalizas se manchaban del jugo verde que soltaban; lo mismo ocurre con el habitante de Los LLanos, en el término municipal de La Puerta de Segura, a quien se conoce con el seudogentilicio de berenjena, por ser éste el producto más típico del contorno, o al habitante de Peñallana, en el término municipal de Andújar, a quien se conoce como viñero, por ser la viña lo que más se cultiva en ese lugar, y así tenemos otros que siguen el mismo patrón como pajero, al de Puente de Génave, pescador o pinero al de La Puerta de Segura; garbancero al de Torre del Campo, bellotero o chumbera al de Vilches, de la Charca, al de Pegalajar, por disponer esta entidad singular de un inmenso estanque lleno de agua, muy popular entre poblaciones aledañas.
- Motivos idiosincráticos: que atienden al carácter y personalidad de los pueblos, así, se conoce como bacín, o de la tierra del bacín, al de Bailen, por ser muy típico de esta localidad la construcción de bacines de barro, entre otras creaciones alfareras; taranto, o minero, al habitante de Linares por ser ésta una población muy rica en minas y por ser típico de aquí una forma de cantar que se llama "la taranta de Linares".
- Motivación costumbrista: las aficiones o costumbres de un pueblo también influyen a la hora de crear seudogentilicios, por eso al habitante de Lopera se le conoce con el nombre de cachurra, que si bien es voz que no aparece recogida por el DRAE por tratarse de un localismo, el "cachurra" no es más que un trozo de pan untado en aceite con sal y tomate recien exprimido. Del cocido, se llama al de Villacarrillo.
2.- Seudogentilicios por locución con análoga conducta a la observada en el punto uno, pero esta vez con respecto al gentilicio popular por locución (3), y ni suple al gentilicio ni deriva del topónimo oficial o usual, aunque sí quizá del significante sin más que anteponerle la preposición "de", por ejemplo: de la ciudad del Santo Rostro, de la tierra de la cara de Dios, de la tierra del ronquío o del ronquío, para indicar que se es de Jaén; de la Cimborra, para indicar que se es de Aldeaquemada; del centro del Santo Reino, para indicar que es de Begíjar; del ay, ay, para indicar que se es de Charilla, en el término municipal de Alcalá la Real; del pan tierno, para indicar que se es de Hornos, de la Manchuela de Jaén, para indicar que se es de Mancha Real; del cuerno viejo, para indicar que se es de Marmolejo; de la charca, para indicar que se es de Pegalajar; de la pila roba, para indicar que se es de Pozo Alcón; hijo de Santa Elena, para indicar que se es de Santa Elena; de la viga atravesá, para indicar que se es de Torre del Campo; del tirante, para indicar que se es de Vilches; de la pava, para indicar que se es de Villanueva del Arzobispo.
B2. PARAGENTILICIOS: No son otra cosa que adjetivos de designación formados por sinécdoque y que no tienen como punto de partida para su construcción la raíz toponímica. Valgan los siguientes ejemplos sacados de nuestro archivo:
serreño, al de Beas de Segura.
pueblonuevero, al de Campillo del Río, en el término municipal de Torreblascopedro.
ribereño, al de Fuensanta de Martos.
viñero, al de Peñallana, en el término municipal de Andújar.
Y con esto, lejos de dar por zanjado este apartado -en el que mi principal objetivo ha sido estudiar la construcción de los seudogentilicios desde un punto de vista global mostrando las causas de su formación al tiempo que ensayaba una posible clasificación- invito a que el lector actúe recogiendo este tipo de riquezas léxicas en el sitio donde se desenvuelva habitualmente y las compare, se dará cuenta de que la Dictadología tópica se habrá convertido para él en algo realmente apasionante y cotidiano.
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NOTAS.
(1). Existe una tendencia generalizada a emplear el seudogentilicio en su forma plural, no obstante, atendiendo a las observaciones que el prof. Cela hace en su Diccionario geográfico popular de España, nosotros vamos a emplear siempre la forma singular por considerarlo "uso innecesario y vicioso" y tan sólo al referirnos a los producidos por locución -y aunque tampoco siempre- lo admitimos como preciso.
(2). Ejm: isidro, el habitante de Caserías [de San Isidro], en el término municipal de Alcalá la Real.
(3). La ciudad del Santo Rostro, es un gentilicio popular por locución que se refiere a Jaén