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El descubrimiento de cualquier vestigio del pasado, por insignificante que sea, es una de las tareas más apasionantes que pueda haber. Recuperar piezas musicales de tradición oral anteriores al siglo XVIII es sumamente difícil debido a las razones que todos conocemos. La finalidad del presente trabajo es dar a conocer una dulzaina valenciana que hasta la fecha era totalmente desconocida por los investigadores, se trata de una tocata presumiblemente oriunda de la ciudad de Valencia que aparece transcrita en la edición italiana de Dell’origine e delle regole della musica colla storia del suo progresso, decadenza, e rinnovazione que el jesuita valenciano José Antonio Eximeno Pujades (1729-1808) imprimió en Roma en 1774. En la edición española de la obra que llevó a cabo el maestro de capilla Francisco Antonio Gutierrez en 1796, y que fue publicada por la Imprenta Real, esta pieza, junto con otras entre las que habría que mencionar seis de tradición popular, no fue incluida posiblemente por no aumentar los elevados gastos de edición que supuso la obra.

A través de este modesto artículo no vamos a tratar ni de la pseudo paternidad del nacionalismo musical español que le atribuyó a nuestro autor el maestro Pedrell, si bien fue Menéndez Pelayo quien en realidad dedujo y sugirió la tesis, ni de la aportación a la musicología comparada que realizó el P. Eximeno al acudir a estudiar la música de los pueblos “salvajes” que se conocían en su época con tal de demostrar la decadencia de la música de los bárbaros, aspectos que en definitiva han sido analizados por destacados investigadores, nuestro objetivo es publicar esta dulzaina que hasta la fecha no ha sido editada en nuestro país. La primera melodía procedente del folklore valenciano que aparece recogida en una colección de cantos populares es precisamente esta pieza. Las otras canciones populares que la acompañaban en la mencionada edición italiana eran: un tamburro trasteverino, una melodía veneciana, una seguidilla española, una canción francesa, una inglesa y una alemana (1). A pesar de que hemos buscado ansiosamente el rastro de esta tocata a lo largo de las posteriores recopilaciones del siglo XIX y en la tradición oral actual, la indagación no ha dado fruto alguno. Como tantas y tantas muestras del folklore musical se ha desvanecido de la memoria colectiva. Su pervivencia se la debemos a que el P. Eximeno decició incluirla en su obra como ejemplo y evocación hacia su región de procedencia. Por tanto, antes de la recopilación de cantos y danzas populares valencianas que efectuó D.Eduardo Ximénez Cos en 1873 a petición de la comisión provincial encargada de promover la concurrencia de objetos para la Exposición de Viena, donde fue premiada, y que se ha conservado gracias a que el compositor valenciano remitió una copia al maestro Barbieri en abril de ese mismo año (2) , habrá que tener en cuenta la presencia de esta pieza en la colección de cantos populares elaborada por el P. Eximeno. La idea de la universalidad de las reglas de la música que nuestro jesuita plasmó en su obra, unido a su proyecto de que la música es un instinto común a todos los hombres, manifestado a lo largo de los siglos y en todas las naciones del universo, le llevaron a incluir en su obra distintas melodías procedentes de toda Europa, entre las que no podía faltar una oriunda de su región.

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NOTAS

1). PICÓ PASCUAL, M. A.: El padre José Antonio Eximeno Pujades (1729-1808) y su aportación a la música. Tesis doctoral presentada en la Universidad de Valencia, 2001.

(2). XIMÉNEZ COS, E.: Colección de cantos populares de Valencia, B.N.M., sig. M-1020

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UNA DULZAINA VALENCIANA DEL SIGLO XVIII

PICO PASCUAL, Miguel Ángel

Publicado en el año 2002 en la Revista de Folklore número 253.

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