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Tal vez ese gusto por lo inmediato que preside muchas de nuestras acciones en los tiempos presentes nos impida comprender en toda su extensión uno de los principales significados del culto al árbol. Tan cierto como que nuestros antepasados veneraban algunas especies lo es también que tales especies solían ser longevas y resistentes al paso de los años. Es evidente que, en su afán por encontrar elementos que le sirviesen de referencia y diesen sentido a su presencia en la tierra, el ser humano valoró más todo aquello que le superaba en edad y vivía antes y después que él. En ese sentido, buscó prácticas culturales que mitigasen la relatividad de su existencia y que le permitiesen venerar aquello que le sobrevivía como algo sobrenatural o, al menos, difícil de comprender. El hecho de ir dominando poco a poco la naturaleza hizo caer después al individuo en la tentación de pensar que estaba en su mano el destino y la vida de aquellas especies