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Editorial
DIAZ GONZALEZ, JoaquínPublicado en el año 2000 en la Revista de Folklore número 240 - sumario >
La mente humana ha conservado, a través de los siglos y de las constantes evoluciones, una tendencia a utilizar fórmulas estructurales para la creación y la expresión. Desde el momento en que el ser humano es capaz de dibujar mentalmente en el espacio, de imaginar formas, primarias que llenen el vacío, comienza a construir, siguiendo varios modelos que están presentes en cualquier tipo de invención que realice. Esas formas, cerradas como el círculo o abiertas como el zig-zag, le ayudan en todas sus manifestaciones pero principalmente en las artísticas, donde se ve más claramente su influencia. Así, puede construir una casa con una fórmula cerrada -circular o cuadrada- del mismo modo que puede utilizar esa fórmula para una canción o para una coreografía. La fórmula abierta, mas inquietante por el hecho de no tener fin, estimula por igual su capacidad creativa y su desasosiego psíquico, si bien conserva la posibilidad de convertirse en un momento dado, por múltiples razones, en su contraria. Estas fórmulas están presentes en toda la historia del Arte y ayudan a comprender mejor su dimensión humana así como a descubrir las nociones que estimularon al individuo a convertir una tendencia en vocación estética.