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Uno de los repertorios más desatendidos, pese a su extraordinario interés literario, sociológico y antropológico, de todo el repertorio de la literatura oral de tradición moderna, es el de las leyendas urbanas. Los todavía muy escasos e insuficientes estudios disponibles sobre el corpus de creencias transmitidas en las ciudades de la actualidad (1) arrastran, además, el lastre de que son también escasas las recopilaciones y colecciones que se han ocupado específica o monográficamente de ellas, y por tanto, la base documental sobre la que puede construirse su análisis. Este artículo no pretende más que ser un modesto intento de ampliar el repertorio documental de leyendas urbanas del mundo hispánico, y, al mismo tiempo, ofrecer un ejemplo de cómo un trabajo de encuesta minucioso y sistemático sobre este tipo de repertorio puede ofrecer resultados extraordinariamente fructíferos y ricos. Efectivamente, las treinta y cuatro leyendas reunidas en este trabajo, me fueron comunicadas por un solo informante, un varón de 24 años nacido en Lima y establecido en Madrid desde hace muy pocos años (2). Que una sola persona, joven y de extracción urbana, sea capaz de recordar treinta y cuatro narraciones orales, algunas extraordinariamente complejas, raras e interesantes, es una prueba innegable de la vitalidad y de la capacidad de adaptación a nuevas realidades sociales que todavía hoy tiene la narrativa oral moderna; y debe ser un acicate para su recolección, estudio sistemático y edición crítica.
Aunque obvias limitaciones de espacio nos impiden, en este trabajo, trazar un estudio pormenorizado y sistemático de cada una de estas narraciones, que ha de quedar para un trabajo mucho más amplio, sí puede ser ahora el momento de editar y de hacer accesibles estos textos precedidos por unas breves notas de estudio comparativo que permitan apreciar también las inmensas posibilidades de análisis que pueden abrirse a un material de este tipo, e invitar quizás a seguir profundizando en él en el futuro. Aunque sea de forma sucinta y asistemática, se puede señalar, en efecto, que entre los textos más destacables por su interés literario o antropológico figuran, por ejemplo, el de Los duendes molestan a los niños no bautizados (n.° 13), que se halla en relación con toda una mitología, casi universal, de seres espirituales (demonios, espíritus, hadas) a los que desde la más temprana antigüedad, y en muchas culturas, se les ha achacado el acoso y daño de recién nacidos no bautizados, no circuncidados o no sometidos a los ritos religiosos y sociales que agregan al niño al grupo de los iniciados de la comunidad (3). También el relato de La bruja convertida en lobo y herida (nº 6), además de constituir en sí misma un típico relato de licantropía (4), está emparentado con toda una serie de leyendas sobre brujas convertidas en animales de distinta especie que resultan heridos por un ser humano, lo que acaba descubriendo la identidad de la bruja cuando recupera la forma humana (5). Además, el relato de La bruja convertida en pez y herida {n.° 7) es una rarísima e interesantísima versión de un tipo de relato documentado hasta ahora sólo en algunos lugares de Occidente, como Irlanda y el País Vasco, que ha dado lugar a estudios y reflexiones también muy importantes (6). El relato de El fantasma del auto-stop (n.° 17), conocidísimo en todo el mundo, es una de las leyendas urbanas más conocidas y más estudiadas en todo el mundo (7). El relato sobre Los ladrones de órganos infantiles (n.° 29) tiene relación con creencias difundidas universalmente sobre todo tipo de seres espirituales, vampiros e incluso médicos (Julio Caro Baroja calificó el tema de estas historias como de "crímenes médicos" (8)) que se dedican a secuestrar niños para extraerles su sangre (a veces se llaman "chupasangres"), su grasa (otras veces son los "sacamantecas"), o sus órganos vitales con el fin de realizar trasplantes pagados por personas enfermas adineradas (9). Incluso brevísimos relatos como el de Los gatos absorben el aliento de los durmientes (n.° 9) cuentan tras de sí con una venerable historia credencial e ideológica que se remonta a muchos siglos atrás (10).
Basten estos pequeños apuntes críticos como muestra de lo que se debe y se puede hacer en relación con la tradición narrativa oral que sigue viva y palpitante en nuestro entorno inmediato, y que sólo espera que vayamos a recogerla y que la estudiemos con todo el interés, la dedicación y el rigor que se merece.
1. EL TESORO DEL ARCO IRIS
Decían en Lima que donde terminaba el arco iris, en el último extremo, había un tesoro.
2. EL DIENTE Y EL RATÓN
Cuando a un niño se le caía un diente, lo ponía en un agujero de la pared para que se lo llevase el Ratón Pérez, y te dejaba una moneda.
3. LAS TRES SIRENAS HACEN NAUFRAGAR A LOS MARINEROS. EL ÚNICO SUPERVIVIENTE SE VUELVE LOCO
En la playa de Ancón, que está a cuarenta y cinco kilómetros al norte de Lima, mi tía tiene una casa. Y nos contó que un día vino un marinero, vino solo, sin sus amigos, sin barca, sin nada. Llegó a la playa agarrado a un tronco, llegó hasta la orilla nadando. Pero llegó como loco, tonto... No conocía, no sabía dónde estaba, no reconocía a su familia. Lo único que tenía en la mente eran mujeres que habían visto ellos en el mar. Decía que eran muy guapas, que ellos estaban en la barca... Han pescado normal, y han escuchado unas melodías que nunca antes habían escuchado, preciosas, suaves, una melodía muy suave. Y se han quedado sorprendidos, preguntándose de dónde venía eso. Y han visto tres mujeres en el mar. Y como que los hipnotizaron. Se quedaron encantados con lo bonitas que eran. Y la barca comenzó a moverse de un lado para otro. Y han caído estos hombres al mar, y las mujeres se han tirado encima de ellos. Y este marinero que cuenta esto se ha podido salvar porque se agarró a un tronco, y los demás hombres desaparecieron. Y, cuando él volteó, no estaban ni las mujeres ni los hombres. Y nunca más se supo del resto de los marineros.
4. EL HOMBRE QUE SORPRENDE A UNA SIRENA SE QUEDA PARALITICO
En la misma playa de Ancón hay también una escultura de una sirena de bronce igualita que la de Copenhague. La sirena está sentada en unas piedras, y cerca está el muelle de los pescadores. Se dice que un hombre se iba en dirección al muelle a trabajar, a pescar, y que ha visto a una mujer de pelo largo, acariciándole los cabellos a la sirena de bronce. Cuando la mujer ha visto a este hombre, y el hombre también la ha visto, se han visto los dos, la mujer se tiró al agua. El hombre se desmayó, y, al despertar, la mitad del cuerpo la tenía paralizada con hemiplejía.
5. LAS SIRENAS TIENEN LOS DIENTES PUNTIAGUDOS COMO PESCADOS
Dicen que las sirenas son guapísimas, y que tienen los dientes puntiagudos, como los pescados.
6. LA BRUJA CONVERTIDA EN LOBO Y HERIDA
Mi madre es de Lima, pero de pequeña iba al pueblo de Cañete, a ochenta kilómetros de Lima, porque su madre tenía una casa allí. Y un día nos contó que una vecina del pueblo, una vieja, le había pedido a una supuesta bruja que vivía allí que le hiciese daño a un vecino. Entonces, la bruja, a las doce de la noche, dice que se convirtió en un lobo, y fue a hacer el daño a este hombre, atacándolo, con la intención de matarlo. Este hombre estaba en la puerta de su casa, fumándose un cigarro, cuando en eso vio a un lobo que se le iba encima. Y, por inercia, cogió un palo para defenderse. Y ese palo se fue incrustado en la pierna del lobo, y éste se fue huyendo. Al día siguiente de eso, el hombre fue a la tienda del pueblo y contó a los pueblerinos de allí lo que le había sucedido, que había sido atacado por un lobo, o por un zorro. Los vecinos le dijeron que eso era muy raro, porque no hay lobos ni zorros allí; decían que habría sido un perro. Pero ese hombre conocía a todos los perros del pueblo, porque era un pueblo pequeñísimo, con sesenta habitantes. Al salir de la tienda, dicen que vio este hombre a la bruja, que ya sabía la gente en lo que ella se transformaba. Y lo que le sorprendió a este hombre fue que vio a la mujer cojeando de la misma pierna izquierda que fue en la que él incrustó el palo al lobo.
7. LA BRUJA CONVERTIDA EN PEZ Y HERIDA
Una señora me contó que una bruja, en un pueblo, quería hacer daño a un pescador, y se convirtió en mantarraya. Y, una noche, estaba el pescador en la barca mirando la pesca. Y que saltó la mantarraya para atacarlo. Entonces, él ya tenía conocimientos de que la bruja se convertía en mantarraya, y comenzó a gritar:
-Esta hija de puta no me va a hacer nada a mí.
Y ha disparado con el arpón, y la manta se ha ido. El hombre, al cabo de una hora, después de venir de su pesca, ha llegado a la orilla y ha visto a la mujer con el arpón clavado en el hombro. Y el hombre le quitó el arpón y le dijo:
-Muere, maldita bruja.
Y la mujer se le quedó mirando, y le dijo que se iba a vengar.
8. LOS MUÑECOS MALIGNOS
Allí en Perú le tienen mucho respeto a los muñecos payasos, porque dicen que por la noche cobran vida y son malos, comienzan a tirar las cosas.
9. LOS GATOS ABSORBEN EL ALIENTO DE LOS DURMIENTES
A cualquier persona, los gatos le absorben el aliento. Se te ponen en el pecho cuando duermes, y comienzan a aspirar.
10. EL MIEDO AL CUCO
¡Toma la sopa, que te va a llevar el cuco!
11. LA MATRONA QUE MATA AL NIÑO
Mis amigos me contaron que una mujer de pueblo dio a luz. Y, al dar a luz, la matrona recibe al niño, y lo pone en brazos. Se lo lleva para lavarlo, y cuando le quita la mantita, la matrona dice:
-¡Qué niño más feo! Y el niño le responde:
-¡Más feo será el fin del mundo!
Y la mujer, de la impresión, soltó al niño y lo mató.
12. LA MALDICIÓN A LA EMBARAZADA
La madre de un amigo nos contó que en la puerta de una iglesia había una leprosa pidiendo limosna. Y se acerca una mujer embarazada, y la leprosa le pide limosna. Y la embarazada le dice:
-No te me acerques: me das asco.
Y le dice:
-¿Te doy asco? Pues tu niño nacerá así, como yo.
La mujer tenía una mancha en la pierna, que parecía que era lepra. Y, al nacer el niño, el niño nace también enfermo. Y la mujer, a los pocos días, va a buscar a esta mujer, a la leprosa, a la iglesia, para pedirle que, por favor, le quite la maldición. Y la leprosa le dice que ya no se acordaba de haber echado ninguna maldición a nadie. Y la madre observó que la leprosa ya no tenía nada. Al cumplirse la maldición, toda la lepra la pasó al niño.
13. LOS DUENDES MOLESTAN A LOS NIÑOS NO BAUTIZADOS
Estábamos mi hermana y yo en la habitación, porque mi hermana iba a hacerle la cuna a mi sobrino, a tenderle la colchita, la manta... Y me da el niño a mí; yo tenía el niño en brazos; y se me queda dormido el niño. Entonces mI hermana me dice:
-Ponlo en la cuna, y vamonos al comedor.
Entonces, estábamos comiendo. Pasaron dos horas, y el niño empezó a llorar, y en mi casa no había nadie. Vamos adonde la cuna, y no estaba mi sobrino: estaba debajo de la cuna. Llegó mi madre, y le contamos lo que había sucedido, y mi madre comenzó a gritar que había sido el duende, y que había que bautizar al niño, porque la costumbre allí en Lima es que si no bautizas al niño, el duende se lo lleva. El niño tenía siete meses, no gateaba, ni caminaba, ni nada.
14. A LOS DUENDES LES ESPANTAN LAS TIJERAS
Las señoras mayores decían que tenías que poner las tijeras en forma de cruz debajo de la almohada del niño, para que los duendes no se lleven al niño o no jueguen con él.
15. LOS DUENDES BURLONES
La gente que vive en la selva siente que el duende les tira de los pelos, les tiran las cosas a la gente. La gente ya está acostumbrada.
16. EL DUENDE DEL SOMBRERO
Otra cosa que me contó mi amigo Luis. Hemos estado nosotros bebiendo en el barrio, y él vive a veinticinco o treinta minutos caminando de nuestro barrio. Entonces, nos hemos despedido de él como a las cuatro de la madrugada. Y como hay una tienda que siempre está abierta, tocas a la puerta y te atienden... se le antojó comprar tabaco para ir fumando en el camino. En eso, dice que él ha sentido por detrás un ruido. Y cuando ha volteado, se le ha tirado encima un enano, feo, con la cabeza grande y con una especie de sombrero. Pero era enano, feísimo, y ha dao un grito que la señora de la tienda ha salido y dice:
-Luis, ¿qué pasa?
Dice él:
-He visto un enano, parecía un duende, muy feo.
Y la mujer le dice:
-¿Lo has visto?
Y dice:
-Sí, era feo, tengo miedo de ir a mi casa, no me vaya a perseguir.
Y la mujer le dice a su marido:
-¿Lo ves? No era mentira, el niño de al lado también lo ha visto, el vecinito.
Y mi amigo tuvo que regresar hasta nosotros, y lo tuvimos que acompañar a que tome un taxi. Desde entonces, no pasamos nosotros por allí, nos da miedo.
Y otro día Erico dice también que lo vio. Salió con su padre y sus hermanos, porque Erico le dijo a su padre que se le había tirado encima un enano. Y su padre pensó que era un ladrón. Salieron a buscarlo, y Erico le decía:
-No, no es un ladrón, que he visto lo mismo que Luis.
Erico dice que el duende suyo era más bajo, que era diferente.
17. EL FANTASMA DEL AUTO-STOP
Yo he escuchado una vez en el norte del Perú que hay una carretera que tiene una curva con lápidas, porque la gente ha tenido accidentes allí. Es como una piedra, y tiene piedras dibujaditas, porque de un accidente murió mucha gente. Al voltear allí, dicen que tienes que rezar tú un padrenuestro para estas almas, y seguir tu camino. Si no rezas, dicen que hay una mujer que hace auto-stop, y un amigo me contó que un hombre se pasó de largo el camino sin hacerle un rezo, y la mujer estaba con una bata blanca; se notaban todos los pechos. Y el hombre para, y la sube al coche. Entonces, la mujer le decía:
-Vente conmigo, vamos, vente conmigo.
Y él decía que no podía.
Y el hombre dice que la veía alta, aunque estaba sentada. Y se reía de una manera muy rara. Y el hombre, disimuladamente, pasa la mano por el asiento, y la mujer estaba en el aire. El hombre, de miedo, dice que ha volteado y ha tenido un accidente, y la mujer dice que le dijo:
-¿Ves? Yo te dije que te vinieras conmigo, y ahora te voy a llevar...
Y se lo llevó, lo encontraron muerto.
Yo he pasado por esa esquina. Está la piedra con lápidas dibujadas, y tienes que rezar. Y cuando yo he ido en autocar, el chófer se ha parado y ha rezado.
Y el que pasa sin rezar, la mujer va al lado del coche, y para no dejarla subir, el coche debe acelerar, mientras el conductor reza. Si la mujer sube, te mueres y te lleva.
18. LA VIEJA MATADORA DE SOLDADOS
Mi amigo Juan Alfredo estaba haciendo el servicio militar, y contaba que cuando estabas haciendo guardia por la noche, a veces se aparecía una vieja vestida de negro, ofreciendo café caliente. Ofreció a dos soldados que estaban haciendo guardia, y no aceptaron. Le dijeron que siguiera su camino, que estaba en zona restringida. Después de decir eso, se voltean para ver si la mujer se va, y no la ven irse, sino que ven que venía caminando otra vez por el sitio de donde había venido. Entonces les ofreció cafecito caliente de nuevo. Ellos aceptaron, y se quedaron como hipnotizados. Voltearon a ver a la mujer, y la mujer los llamaba. Ellos se han acercado, y la mujer se los ha llevado. Y, al día siguiente, han encontrado el uniforme y el rifle de los dos soldados, y de ellos nunca más se supo nada. Le pasó eso también a otro chico, pero no aceptó el café, porque tenía prisa para hacer el relevo. Y desde entonces nunca más se supo de la viejita.
19. LAS ANIMAS EN PENA DE LA CASA SIN BENDECIR
Nosotros éramos pequeños. Se quedó mi prima Loreley en casa, pero a las dos semanas de vivir allí, tenía miedo, porque decía que, de noche, se escuchaban cadenas en el techo, y después una pata de palo, o un bastón. Y mi prima tenía mucho miedo, y un día, con su marido, sube a la azotea. Y no vieron nada. Pensaban que había sido un ladrón, pero no vieron nada. Bajaron a la casa, y seguían escuchando. Mi primo político no aguantó más y volvió a subir, y no había nadie. Y dice que, cuando ha bajado, por las escaleras alguien le ha empujado. No se sabe qué, no había nadie. Y mi prima y su marido se fueron a dormir a casa de la madre de mi primo. Decían que en esa casa habían muerto dos hermanos, y que no estaba bautizada la casa. Es costumbre rociar la casa con agua bendita. Debe ir un cura, un padre, y rezar un padrenuestro. Y después, al final, el dueño rompe con un palo una botella de champán colgada en la entrada de la casa, entre flores. Así es como bautizan la casa. Y esa casa al final la bautizaron.
20. EL FANTASMA DE LA HIGUERA (I)
A mí me daba mucho miedo ir por la noche al patio de mi casa, porque el vecino tenía una higuera, muy grande, y me daba miedo, porque se dice que han visto a una mujer de blanco bailando alrededor del higo. La mujer te llama, te encanta con sus bailes, y te lleva dentro de la planta, y nunca más se sabe de ti.
21. EL FANTASMA DE LA HIGUERA (II)
Esto me lo contó mi amigo Julio César, "Hito", vecino mío. El sobrino de Julio César no quería tomar la sopa. Y se fueron a dormir. Julio César y Luis se fueron a la calle, porque era un fin de semana. Y se quedaron en la casa la hermana, su marido y el niño, que tenía diez meses, durmiendo en las habitaciones de arriba, y los padres en la habitación de abajo. Cuando serían las dos de la madrugada, escucha que toca la puerta la hermana. Ella gritó que la dejaran tranquila, que estaba durmiendo, pensando que eran sus hermanos o los padres. Pero seguían tocándole la puerta. Ella salió a mirar al pasillo, y entró a las habitaciones de sus hermanos, y no había nadie. Bajó a ver a los padres, y los padres estaban fritos durmiendo. Vuelve a subir a su habitación. Justo al entrar y cerrar la puerta, le vuelven a tocar, e inmediatamente ella abre la puerta, y no había nadie. Subió pensando que era uno de sus hermanos, subió a la azotea, y vio una mujer de blanco en la azotea, que estaba como caminando por la azotea cogida de la mano de un niño. Cuando ella la ha visto, se ha acordado de su hijo, ha bajado las escaleras corriendo, y ha encontrado el niño al lado de la cuna, en el suelo, cuando ella le había dejado en la cuna durmiendo. Y su marido estaba igual de frito durmiendo. Bajó, le contó a sus padres, y los padres se acordaron de que ellos tenían una higuera, y, según ellos piensan, a la que habían visto era la mujer de la higuera. Cortaron la higuera a los pocos días, porque el niño no estaba bautizado. Y luego lo bautizaron.
22. EL FANTASMA DOMESTICO
Estaba yendo yo a casa de mi amigo Martín, y no estaba. Y de la ventana de arriba me llama Willy, y me dijo que le esperase abajo. Y bajó. Y me dice:
-Estoy aburrido, pasa.
Y entré a su casa. Entonces estábamos en el salón hablando, y él se mete en el servicio, y me deja a mí solo en el salón. Entonces, yo he escuchado en la parte de arriba, en la segunda planta de su casa, que decían:
-¡Willy!
Y yo creí que me había mentido, que estaba su hermano arriba. Y cuando Willy sale del servicio, le digo que le estaban llamando. Y me dice que no. Y me acordé de que su hermano había viajado dos meses antes a Japón. Y me dice que no. Cuando me dice:
-Vamos a prepararnos un whisky.
Y nos vamos a la cocina que da frente a la escalera, y he escuchado que han dicho:
-¡Willy!
Y Willy se ha quedado mirando y dice:
-¿Has escuchado?
Y le digo:
-Sí, eres un mentiroso, hay alguien aquí.
Y me dice:
-Ya están molestando de nuevo.
Y él ya estaba acostumbrado, porque siempre que estaba solo en casa, le llamaban. Y la primera vez se asustó tanto que dio un grito que los vecinos salieron. Y yo le dije que nos saliéramos a tomar el whisky fuera. Y él entró a la casa, y ha puesto música. Pero en cuanto la música se ha parado, de nuevo lo han llamado:
-¡Willy! Y yo pegué un salto de miedo, y él me dijo que no le dejara solo.
Y un día dice que fue una señora amiga de su madre, que es de la selva, que dice que entró a la casa. Dijo que había un chico aquí, un espíritu de un niño de dieciséis o diecisiete años, que ella lo había visto. Porque esa señora es vidente. Y mientras estaban en el salón, ella lo ha visto subiendo las escaleras. Y dijo que eso era lo que habíamos escuchado nosotros.
Otro día estábamos también en la casa de Willy, y él discute con su madre. Y la madre se va enfadada, y nos quedamos los dos solos en su habitación. Y hemos escuchado clarito los tenedores caer, las tapas de las ollas caer. Y a mí me dio miedo, y Willy me dice:
-Ya está jodiendo otra vez.
Y cuando hemos bajado, hemos tenido que arreglar todo, y según Willy, a este individuo no le gusta que él grite a su madre. Y, cada vez que grita, le tira cosas. Y yo ahora no entro a menos que esté con su familia, porque solo con Willy yo no vuelvo a entrar en su casa.
23. LOS FANTASMAS DEL PALACIO DE LA SANTA INQUISICIÓN
La Santa Inquisición era de los curas que había aquí en España, cuando fueron a conquistar América. Y los incas no conocían la escritura, y sólo adoraban a su dios, el sol. Y los curas impusieron el catolicismo, y rechazaban a los incas porque no sabían ni leer. Para los curas todo era herejía, y los torturaban a los incas. Y dicen que allí, en la Santa Inquisición, que todavía existe en Lima, se dice que dentro se escuchan voces, hombres que se lamentan, que gritan. Se ve a un cura caminando sin cabeza. Yo ahí no entro ni loco. Pero se ha visto un jinete sin cabeza; después, curas caminando sin brazos. Y han visto a una persona que está caminando y pasa la pared. Lo cuentan los de Seguridad. Y están todas las cabezas humanas, ordenadas. Es como un palacio. Ahora es un museo, y ves muñecos de madera, que están como antiguamente, torturados, amarrados, y un cura como riéndose.
24. EL FANTASMA DEL FUTBOLIN
Había un establecimiento de futbolines en Lima, y lo cerraron, pero quedaron dentro los futbolines. Entonces, un día pasa mi amigo Coco por allí; era tarde, y escuchó ruidos dentro. Y claro, estaba todo oscuro, y se acerca y comenzó a escuchar el sonido de la bola. Y escuchó eso, y le dio miedo, y se fue a casa. Cuando llega a casa, su madre lo llama y lo ve todo aturdido, y le dice:
-¿Qué te pasa?
Y él dice:
-¡El futbolín, el futbolín!
Y como la madre es muy creyente de esas cosas, lo cogió y lo llevó a ver el futbolín. Cogió una especie de palo, y todo el camino que había caminado el hijo, comenzó a golpear el suelo con el palo y a gritar a voces el nombre del hijo, que iba con ella, porque pensaba que los espíritus le querían robar el alma a su hijo. Cuando llegan a la ventana donde él había estado mirando, se escuchó desde adentro un grito fuerte que decía:
-¡Mamaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
Un grito fortísimo, y el chico se cayó desmayado. Y luego se recuperó y se marcharon a casa, aunque se sentía muy cansado de cuando había estado hipnotizado.
25. LAS LEGAÑAS DEL PERRO
En Perú dicen que los perros y los gatos ven espíritus y fantasmas. Y que si una persona coge una lagaña de un perro y se la pone en los ojos, también puede ver lo mismo que el animal.
26. EL ESPÍRITU DEL LIBRO DE MATEMATICAS
El Valdor es un libro de matemáticas que viene álgebra, aritmética, trigonometría y no sé qué más. En la sección de álgebra, en el centro, justo en el centro, hay la historia de una mujer matemática que se llamaba Hipatía. Dicen que esa mujer fue apedreada porque la confundieron como bruja y la mataron a pedradas. Entonces, cogíamos el libro, y lo atábamos con una soga negra y lo dejábamos colgar. Y cogíamos unas tijeras, con las dos orejas una a cada lado de la soga, para que se sujetasen. Entonces nos juntábamos dos personas, y cada una tocábamos con un dedo una de las orejas de las tijeras. Y llamábamos a un espíritu, y preguntábamos cualquier cosa, y el libro se giraba. Cuando giraba a la derecha, la respuesta era afirmativa, y cuando giraba a la izquierda, era negativa.
27. EL DEMONIO EN EL ESPEJO
Allá en Lima se cuenta que, si tú estás con la vela encendida y te miras a un espejo, sobre las doce de la noche, la cara se te deforma y se te aparece el demonio. Pero tienes que estar muy concentrado.
28. EL MUERTO DE LA GUIJA VUELVE PORQUE NADIE SE DESPIDIÓ DE EL
Yo, en Perú, hacía mucha guija; yo, con mis amigos, hacía mucha guija. Y entonces, un día que estábamos haciendo la guija, pues el muerto con el que hablábamos no quería irse. Y, cuando hace la guija, hay que esperar a que la copa se guíe hacia la palabra que dice adiós, que está en la mesa, para despedirte de él. Pero, claro, este muerto no quería irse, seguía hablando con nosotros, se iba a las otras letras. Así que nosotros cogimos la copa y desarmamos todo el juego, sin despedirnos del espíritu, o del muerto, o de lo que fuera. Yo me voy a casa, a dormir, y serían las cuatro de la madrugada cuando sentía yo que me tiraban de la manta hacia abajo, hasta la altura de las rodillas, estando yo echado. Pero despertaba y tenía la manta en su sitio, a la altura del cuello, donde me la había puesto, aunque sentía que alguien tiraba de ella hacia abajo. Me despierto nervioso, y me prendo un cigarro, y me pongo a ver televisión. Estaba muy nervioso, fumo un cigarro y me soplan en el cuello. Me asusto, y dije:
-Será el aire.
Pero la ventana estaba cerrada. Y, al rato, seguía viendo televisión, y me soplan el oído. Y me fui a la cama de mi mamá. Al día siguiente, igual. A los tres días de haberme pasado eso, mi abuela cumplía un mes de muerta, y fuimos a su casa, para hacer el rezo de la iglesia. Y yo tenía que estudiar un examen que tenía al día siguiente, y le digo a mi madre:
-Me voy a casa, que tengo que estudiar.
Y mi madre me dice:
-Quédate, que es la misa de mi madre.
Pero me fui a mi casa. Y en mi casa se había roto la luz general, y no había luz en las casas ni en la calle. Me pongo a estudiar, y sentía que había alguien cerca. Yo miraba hacia la mesa, donde estaba una vela encendida con la que veía. Y sentía que me miraban. Y veo una sombra del tamaño de toda la puerta, negra, y las piernas me comenzaron a temblar. Entonces, donde estaba sentado yo, comencé a caminar, y cerré la puerta sin mirar atrás. Y le cuento a mi madre, y dice que la que había visto yo era su madre. Pero no, era ese hombre, el que había traído yo haciendo la guija, que no me despedí de él.
29. LOS LADRONES DE ÓRGANOS INFANTILES
Hace cuatro años, en el Perú hubo muchas noticias, incluso en el periódico, de doctores que mandaban a secuestrar a niños de gente pobre, y se los llevaban. A los tres días, cuatro días, una semana como mucho, llamaban a los padres y les decían dónde estaba su hijo. Los dejaban en un barranco mirando el mar. Cuando los padres venían por detrás a ver a su hijo, los encontraban con una venda cubriéndoles la cara, pero sin ojos. A otro niño le encontraron un corte en la parte de atrás: le habían quitado un riñón. Era una mafia todo eso. Algunos padres ponían la denuncia a la policía. Y cuando iban a casa, encontraban un sobre con dinero, porque parece que los pagaban.
30. EL ROBO DE LOS ORGANOS DEL MUERTO
Contaban de María la Marimacha. Dice que un día la madre de María la Marimacha la mandó a comprar riñones para comer en su casa. Y ella, en lugar de ir a comprar, se fue con sus amigas, y se hizo tarde. Serían las once o las doce de la noche, y su madre esperando. Cuando ella se da cuenta de la hora, se pone a llorar, y le dice a su amiga que la acompañe al cementerio, que estaba al lado. Y fueron y le quitaron el riñon a un muerto. Entonces, ella llega a casa, y su madre le regaña, le pega, le dice que dónde había estado. Ella le dijo que había estado con su amiga jugando, y que se le había perdido el dinero, y que tenían que esperar a la madre de la amiga para que le preste el dinero; por eso que no llegó a casa. Y, con el estómago vacío, se fueron a dormir.
Sería la una y media de la madrugada, casi las dos. María la Marimacha estaba en su habitación durmiendo, y escucha una voz que le dice:
-María la Marimacha, devuélveme mi riñón.
Yo lloraba cuando era pequeño, cuando me contaban eso. Y seguía escuchando:
-María la Marimacha, devuélveme mi riñon. ¡Ya estoy llegando! ¡Ya estoy llegando!
Y, cuando más concentrado estabas, el que te contaba el cuento se te tiraba a ti, te daba un susto enorme, y ahí acababa.
31. LA ANACONDA GIGANTESCA
Mi tío Telmo me contó que en la selva están los trabajadores, los leñadores. Y que les tocaba su refrigerio. Y todos se juntan y se van a comer. Y había como una especie de un tronco. Y dos de ellos se sientan en el tronco, y se ponen a comer. Y sentían que el tronco se movía. Cuando decía uno:
-¿Qué pasa?
Uno de los que estaba enfrente ha gritado:
-¡Corran! ¡Que es una anaconda!
Y la anaconda se ha levantado, ha mirado, y ha cogido a uno. Y cuando estaba como digiriéndolo, los hombres han ido a apalearla, y la han dejado muerta. Han quitado al hombre, que se estaba asfixiando. Cuando han matado a la anaconda, han abierto, y le han encontrado dos niños, un jabalí y un animal pequeñito. Y cuenta mi tío que medía doce o catorce metros, y de ancho tendría cuarenta centímetros.
32. LOS OVNIS
En Marcaguasi la gente va de acampada, porque se dice que hay ovnis. Pero tú, en la noche, oscura, ves que las piedras toman forma. Yo lo he visto, las formas de una pareja dándose un beso. Otras piedras tomaban otra forma. Es un lugar que tiene mucha energía. Allí han visto ovnis. Y había un hombre que dijo que había hecho contacto con unos, y todo el mundo fue allí, y dijeron que era a la una de la madrugada. Y no venía. Pero vino a las cuatro de la madrugada, y salió una luz impresionante, y luego se fue.
33. LOS GEMELOS COMUNICADOS
Mi cuñado Juan me contó que él conoció dos gemelos que nunca se separaban. Pero una vez, uno de ellos se fue de excursión, y el otro se quedó, porque tenía que estudiar. Entonces, estaba triste. Y el que se fue al pueblo, tuvo un accidente. El otro gemelo, sintió como si le hubiesen golpeado, y como antes le había pasado que si su hermano se golpeaba, él lo sentía, se lo contó a su madre. Y todos preocupados, llaman por teléfono a la casa donde tenía que llegar el otro hermano, y no había llegado. El golpe no fue fuerte, pero lo sintió el hermano.
34. EL DESPRENDIMIENTO DE LODO Y EL NIÑO SALVADO
Un pueblito, en la provincia de Piura, fue destruido por un huaico, que es un corrimiento de tierras y de lodo. Sólo se salvó un niño que se subió a un pino, y estuvo gritando a la gente:
-Que viene el huaico, que viene el huaico.
Y nadie le hacía caso. Entonces, en cuestión de segundos, la gente ha volteado y ha visto todo el lodo que venía. Y los enterró a todos vivos y al pueblo, y sólo se salvó el niño.
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NOTAS
(1) En España, quien mejor ha atendido a este repertorio es el profesor Josep M. Pujol, en artículos como "Histories extraórdináries, llegendes urbanes", Perspectiva Escolar 102 (1986) pp.16-20. Fuera de nuestras fronteras comienza ya a existir una interesante bibliografía al respecto. Véase, por ejemplo, Jan Harold Brunvand, The vanishing hitchhiker: American urban legends and their meaning (Nueva York, 1981); Jan Harold Brunvand, The baby train and other lusty urban legends (Nueva York, 1983); y Véronique Campion-Vincent y Jean-Bruno Renard, Légendes urbaines (París, 1992).
(2) Su nombre es Jorge Ríos, y fue entrevistado en Madrid el 28 de agosto y el 17 de octubre de 1998.
(3) Véase al respecto mi artículo "La nodriza del infante: romance, mito y literatura", en Nuevos estudios sobre el Romancero, ed. R. Beltrán (Valencia, en prensa).
(4) Sobre mitos y leyendas de hombres lobos y de licantropía en general, puede verse George F. Black, A List of Works relating to Lycanthropy (Nueva York, 1920); Montague Summers, The Werewolf (Londres, 1933); Robert Eisler, Man into Wolf (1951; rep. Nueva York, 1969); Enid Starkie, Petrus Borel, the Lycanthrope. His Life and Times (Londres, 1954); Vicente Risco, Un caso de lycantropía (La Coruña, 1971); Alex Scobie, "Ass-Men in Middie, Central, and Far Eastern Folktales", Fábula 16 (1975), pp. 317-323; Brian J. Frost, Book of the Werewolf (Londres, 1975); Carlos G. Wagner, "El rol de la licantropía en el contexto de la hechicería clásica", Gerión. Anejos II Estudios sobre la Antigüedad en homenaje al profesor Santiago Montero Díaz (Madrid, 1989), pp. 83-92; M. Bénézech, J. De Witte, J. J. Etchepare y M. Bourgeois, "A case of lycanthropy with deadly violence", Annuaire de Médécine Psychologique 147 (1989), pp. 464-470; Julio Camarena Laucirica, "Mitología del lobo en la Península Ibérica", La légende: Anthropologie, Histoire, Littérature (Madrid: Casa de Velázquez-Universidad Complutense, 1989), pp. 267-289; Michéle Simonsen, "La variabilité dans les légendes: les récits danois sur les loups-garous", D'un conté... a l'autre: la variabilité dans la littérature órale, eds. V. Gorog-Karady y M. Chiche (París, 1990), pp. 180-189; Claude Lecouteux, Fees, Sorcieres et loup-Garous: histoire du Double au Mayen Age (París, 1992); Adam Douglas, The Beast Within. A History of Werewolf (Londres, 1992); José María Domínguez Moreno, "La divinización del lobo en Extremadura", Revista de Folklore, 139 (1992), pp. 3-9; Charles E. Hammond, "Sacred Metamorphosis: The Weretiger and the Shaman", Acta Orientalia Academiae Scientiarum Hungaricae, 46 (1992-1993), pp. 235-255; Roderick H. Watt, "Wehrwolf or Werwolf? Literature, Legend or Lexical Error into Nazi Propaganda", The Modern Language Review, 87 (1992), pp. 879-895; Bertrand Hell, Le sang noir: Chasse et mythe du Sauvage en Europe (París, 1994); Xosé Ramón Marino Ferro, Lobos, lobas e lobishomes (Vigo, 1995); Martín Rheinheimer, "Die Angst vor dem Wolf. Werwolfglaube, Wolfssagen und Ausrottung der Wolfe in Schleseig-Holstein", Fábula 36 (1995), pp. 25-78; Per Peterson, "Altitudes and Folk Belief about Wolves in Swedish Tradition", Folk Belief Today, eds. M. Koiva, K. Vassiljeva (Tartu, 1995), pp. 359-362; y Reay Tannahill, Flesh and Blood: A History of the Cannibal Complex (reed. Londres, 1996).
(5) Entre las versiones panhispánicas del relato, pueden verse las editadas en José María Iribarren, Retablo de curiosidades, (3 ed., Pamplona, 1958), p. 51; Prácticas y creencias supersticiosas en la provincia de Salamanca, J. F. Blanco, coord. [Archivo de Tradiciones Salmantinas 2] (Salamanca, 1987), p. 50-53; Marcial Armas Lara, El Folklore Guatemalteco en la Tradición y Leyenda a través de los Siglos ([Tegucigalpa], 1970), pp. 149-150; Oreste Plath, Geografía del mito y la leyenda chilenos (Santiago, 1973), p. 127; Gonçal Cutrina i Sorinas, Llegendes i tradicions de les Valls del Ter i del Freser (Ripoll, 1981), pp. 186-188; Contribución al Atlas Etnográfico de Euskalerría. Investigaciones en Bizkaia y Gipuzkoa, dir. A. Erkoreka (Bilbao, 1988), pp. 223-226; Resurrección María de Azkue, Euskaleriaren Yakintza: Literatura popular del País Vasco, 4 vols., reed. (Madrid, 1989), I, pp. 381-382; Juan Garmendia Larrañaga, Pensamiento mágico vasco (s. I., 1989), pp.97-116; Carmen Ezpeleta Aguilar, Folklore y antropología en la cuenca turolense de Utrillas-Montalbán (Zaragoza, 1992), p. 53; José Miguel de Barandiarán, Brujería y brujas: Testimonios recogidos en el País Vasco (3.ª ed., San Sebastián, 1994), pp. 39-40, 12, 40-46, 102 y 126; Juan Garmendia Larrañaga, Mitos y leyendas de los vascos (Donostia, 1995), pp. 100-101, 124, 129, 138 y 141.
(6) Miceal Ross, "The Knife Against the Wave; A Uniquely Irish Legend of the Supernatural?", Folklore, 105, (1994), pp. 83-88.
(7) Véase por ejemplo R. K. Beardsley y R. Hankey, "The Vanishing hitchkiker", California Folklore Quarterly I, (1942), pp.303-335; y R. K. Beardsley y R. Hankey, "A history of the vanishing hitchhiker", California Folklore Quarterly, II, (1943), pp. 1325; L. C. Jones, "Hitchhiking ghosts in New York", California Folklore Quarterly, III, (1944), pp. 284-292; Katharine Luomala, "Disintegration and Regeneration, the Hawaiian Phantom Hitchhiker Legend", Fábula 13, (1972-1973), pp. 20-59; Jan Harold Brunvand, The vanishing hitchhiker: American urban legends and their meaning (Nueva York, 1981); y Ljungstrom, Asa, "The Shepherd turns into a Vanishing Hitchhiker. Recording Folk Beliefs Will Save the Changing World Views into the Future", Folk Belief Today, eds. M. Koiva, K. Vassiljeva (Tartu, 1995), pp 283-289.
(8) Véase Julio Caro Baroja, "Notas de viajes por Andalucía", en De etnología andaluza, ed. A. Carreira (Málaga, 1993), pp.21-232, p. 179.
(9) Sobre esta cuestión, puede verse la enorme bibliografía que aportan Véronique Campion-Vincent, en "Demonologies in Contemporary Legends and Panics", Fábula, 34 (1993); y Reay Tannahill, Flesh and Blood: A History of the Cannihal Complex, (reed. Londres, 1996).
(10) Ya Joan de Mal Lara, en La Philosophia Vulgar, (Sevilla, 1568) f. ll4rv, señaló en que el gato es un animal "de baho pestile[n]cial, como largame[n]te lo prueua Alexandro Benedicto en el libro de Peste". Iona Opie y Moira Tatem, en A Dictionary of Superstitions, (reed. Oxford-Nueva York; Oxford University Press, 1992), p. 61, reproducen un texto inglés de 1607 que advierte de que "quienes tienen a sus gatos con ellos en sus camas, tienen el aire corrupto y enferman de fiebres tuberculosas y consunción"; otro texto inglés de 1867 aún dice que "si un gato duerme en una cama de un niño se supone que inhala la vida del niño". Para más supersticiones sobre los gatos, la mayoría de carácter nefasto, ver en la misma obra las pp. 57-64. En España y otros lugares existen tabúes parecidos. Así, Eugenio Olavarría y Huarte, en sus "Supersticiones españolas de medicina popular", Postscriptum a George Black, Medicina popular: un capítulo en la historia de la cultura, trad. A. Machado y Alvarez (Madrid; El Progreso Editorial, 1888), pp. 325-340, p. 337, advertía de que "no se debe dormir con gatos, porque salen escrófulas", y señalaba la presencia de creencias parecidas en Francia.