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En Aranda de Duero (Burgos), si el tiempo no lo impide, tiene lugar el Domingo de Pascua de Resurrección el popularísimo y tradicional acto de la "BAJADA DEL ÁNGEL", que es la culminación de una serie de actos que en los últimos tiempos se están procurando conservar y revitalizar.
Teniendo como telón de fondo la fachada y el pórtico grandioso de la iglesia de Santa María y como escenario la plazoleta que hay enfrente, el domingo solemne de la Pascua en que se conmemora la Resurrección del Salvador, se celebra en la capital de la ribera del Duero una de las mayores atracciones turísticas de las fechas vacacionales de la Semana Santa.
Muy pocas son las ciudades españolas que conservan y practican aún un acto tan singular. Precisamente, en la ribera del Duero dos importantes localidades compiten en esta misma fecha con una misma costumbre; se trata de Peñafiel, en la provincia de Valladolid y Aranda de Duero, en la de Burgos.
Acuden los arandinos a ser espectadores de esta tradición, la más llamativa de la Semana Santa Arandina.
El protagonista es un niño que hace el papel de ángel y que es elegido, si no se presenta alguno voluntariamente, quien desciende sin problemas en un globo de cartón que pende a varios metros de altura sobre las cabezas de la multitud, saliendo del globo mientras agita los brazos y piernas llegando hasta la imagen de la Virgen María vestida de luto, a la que quita el manto como señal de que su Hijo ha resucitado.
Esta ceremonia que se realiza en la actualidad llamada "la bajada del ángel" se mantiene idéntica a la que se celebraba en lejanos tiempos, estimándose ésta como una reminiscencia o derivación de los autos sacramentales o del teatro popular medieval.
Como es bien conocido por todos los arandinos, la "bajada del ángel" se realiza mediante un globo suspendido sobre la plaza de Santa María merced a un sistema de poleas. Al llegar el globo al centro de la plaza y situarse sobre la imagen de la Virgen María tocada con un velo negro por la muerte de su Hijo Jesús, el globo se abre desprendiéndose de él una nube de papelillos multicolores y palomas blancas que volando vuelven a su nido, al tiempo que el niño vestido de ángel desciende lentamente realizando distintas evoluciones en el aire para regocijo o desasosiego de las miles de personas que siguen el desarrollo de la ceremonia desde la plaza o calles próximas. Finalmente, al llegar el ángel a la imagen de la Virgen de la Misericordia la despoja de su velo negro, símbolo de su luto, mientras la banda de música entona la Marcha Real.
Una vez que el ángel ha descendido al suelo, se inicia la procesión desde la Plaza de Santa María pasando por las calles de la Sal y el Aceite, hasta la Plaza Mayor, calle de la Miel, volviendo a la iglesia de Santa María para entrar en ella por la puerta del Perdón, recorrido que es todo un símbolo al conocer el nombre de las calles por las que se pasa.
Previamente a este momento culminante de la "bajada del ángel" tiene lugar la salida de la Virgen de la Misericordia, también llamada de las Candelas, cubierta con un manto y velo negros por la llamada puerta del Perdón, de la iglesia de Santa María, colocando a dicha imagen en el centro de la plaza con arreglo a un antiguo ceremonial que obliga al portaestandarte a realizar tres reverencias cuyo simbolismo o significado es explicado por algunos como recuerdo de las tres caídas de Cristo en la subida al Calvario con la cruz y por otros como los tres días que permaneció su cuerpo en el sepulcro. En la tercera reverencia el que porta el pendón de la cofradía queda frente a la portada de la iglesia de Santa María mirando al Resucitado.
La imagen del Resucitado, sacada en andas de la parroquia ha sido colocada previamente en el otro extremo de la plaza de Santa María, frente a la Madre, cubierta todavía por el velo de luto.
Estas dos imágenes del Resucitado y de la Virgen de la Misericordia se encontrarán para comunicarse la alegría pascual una vez que la Virgen haya sido despojada del velo negro.
Cuando ya están las dos imágenes en sus lugares prefijados, de una cabina instalada en un lateral de la iglesia sale un globo multicolor que impulsado por una polea sobre un fuerte cable se desliza hasta colocarse sobre la imagen de la Virgen de la Misericordia.
En un momento dado y en medio de una gran expectación, el globo se abre -como ya dijimos- por el centro y entre una nube de papelillos de colores surge un niño vestido de ángel con dos palomas en la mano simbolizando la paz. El niño-ángel desciende y arrebata el negro manto de la Virgen. Desciende al suelo y se coloca bajo las andas con el manto negro en una bandeja, momento en que comienza la procesión de regreso al templo.
COFRADÍA ORGANIZADORA
Organiza esta procesión del Encuentro y los actos de la "Bajada del ángel" la Cofradía de la Misericordia o de las Candelas, una de las más antiguas de las instituidas en Aranda junto con la de la Vera Cruz. El obispo Velasco atribuye la inspiración de la fundación de esta Cofradía al propio Cid Campeador hacia el año 1085. Sus ordenanzas fueron redactadas en 1532, aunque para entonces su existencia parece ser que estaba bien asentada en la población.
Esta Cofradía tiene un elevado número de cofrades y es la única que no toma parte en las procesiones de Semana Santa de Aranda de Duero, limitándose a organizar este acto de la "bajada del Ángel" junto con la procesión en la que se desarrolla.
De igual manera que la Cofradía, la imagen de la Virgen de las Candelas o de la Misericordia remonta sus orígenes en el tiempo tanto que ningún arandino puede dar fe de su procedencia.
Antiguamente se encontraba en una de las capillas de la iglesia parroquial de Santa María, que se utilizaba para confesar a los reos condenados a muerte antes de ser ajusticiados, de lo cual le viene el nombre de Nuestra Señora de la Misericordia. Cuando la iglesia fue reformada se colocó en dicha capilla el baptisterio y la imagen fue trasladada a la sacristía donde en la actualidad existe una especie de museo.
Además de la Cofradía citada, existen en Aranda otras cinco y todas participan en las procesiones de la Semana Santa. Las más antiguas de ellas son la Cofradía del Santo Entierro y la del Santo Cristo de la Salud o de la Soledad.
En 1952 se crearon otras tres: la del Santísimo Cristo del Milagro, la de la Oración del Huerto y la de la Piedad.
EL PROTAGONISTA: EL NIÑO-ANGEL
El protagonista de esta fiesta es el niño vestido de ángel, que desciende sobre la multitud. Niño que cada año se encargan de buscar los mayordomos de la Cofradía, si no se presenta ningún voluntario.
Hasta hace pocos años el papel del ángel estaba reservado únicamente para los niños, que por el sólo hecho de participar en este acto como protagonista, pasaban a pertenecer a la Cofradía de las Candelas hasta los quince años y de forma gratuita.
Igualmente se les regalaban las sandalias, la túnica y la corona que utilizaban en esta ceremonia.
Hubo unos años desde el año 1979 en los que el ángel que bajaba tuvo sexo femenino y era de raza gitana. Por supuesto, tanto si es niño como si es niña, se presentan de forma totalmente voluntaria, siendo la principal condición el que tengan menos de cinco años y el suficiente valor para no asustarse al quedar suspendidos en el aire.
En el tiempo en que lleva celebrándose esta fiesta, jamás ha fallado el mecanismo del globo y nunca hubo ningún accidente. Los encargados de su funcionamiento revisan cuidadosamente todo el sistema de poleas con antelación así como las maromas de suspensión y se aseguran que esté todo dispuesto para que todos los arandinos, pero sobre todo los niños, puedan disfrutar de esta simpática fiesta típicamente arandina.
Ni los más antiguos cofrades conocen el origen de esta curiosa ceremonia, que se viene celebrando desde tiempo inmemorial y forma parte de las tradiciones religiosas más arraigadas de Aranda.
Uno de estos cofrades, Feliciano Arribas, que ha pertenecido a la cofradía desde su nacimiento y que ha sido el encargado muchos años de soltar la anilla de sujeción del ángel cuando era descendido a tierra, a sus ochenta años recordaba haber conocido toda su vida la ceremonia de la "Bajada del Ángel".
Como siempre que tratamos estos temas y encontramos la presencia de. una Cofradía como organizadora y conservadora de alguna costumbre o tradición popular, resaltamos este hecho y reconocemos el papel que multitud de Cofradías de nuestras ciudades y pueblos han tenido no sólo en la creación de elementos folklóricos, costumbres, ritos, ceremonias arraigados en el pueblo, sino lo que ha sido más importante, su conservación y mantenimiento con fidelidad y constancia a lo largo de muchos siglos.
También se ha constatado con dolor que costumbres vigorosas murieron y se quedaron en el olvido al disolverse la cofradía que las organizaba, por falta de personas o por falta de medios.
Esperamos que la "Bajada del Ángel" siga celebrándose con gran vitalidad muchos años, organizada por la Cofradía de las Candelas y apoyada por todo el pueblo entusiasta de Aranda de Duero.