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Revista de Folklore número

2010



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Refranes de tema entomológico (y II)

SANTIAGO ALVAREZ, Cándido

Publicado en el año 2010 en la Revista de Folklore número 2010 - sumario >



INTRODUCCIÓN

En el trabajo anterior (Revista de Folklore 26.b, pp. 158–169, 2006) iniciamos la exploración del conocimiento popular sobre insectos y otros artrópodos contenidos en el refranero, con el examen de doscientos refranes. En éste la concluimos con el análisis de otros trescientos que, en conjunto, componen una muestra significativa y suficiente, la cuarta parte, de los dos millares allegados de repertorios, diccionarios y obras de la literatura clásica española.

El escrutinio de las paremias nos ha deparado un registro de algo más de medio centenar de denominaciones vernáculas genéricas, alusivas a nuestra riquísima fauna entomológica (s. l.), cada una de las cuales puede designar a diferentes especies cuyas correspondencias (nombre vulgar/nombre científico) no vamos a establecer, por ahora, porque quedan fuera de los objetivos marcados.

Los nombres censados, con la sola duplicidad del sustantivo femenino langosta, se asignan, del siguiente modo, a los cuatro taxones superiores de artrópodos, 47 a insectos (abeja, abejarrón, abejón, abejorro, alicáncano, avispa, carcoma, chicharra, chinche, cigarra, cigarrón, cínife, cochinilla, coco, comején, cortapicos, cucaracha, curiana, escarabajo, grana, grillo, gusano, hormiga, ladilla, lagarta, langosta, liendre, malduerme, mariposa, mariquita, mosca, moscón, mosquito, oruga, parpaja, piojo, piojuelo, polilla, pulga, pulgón, revoltón, saltamontes, santanica, tábano, tabarro, tiña, zapatero), 7 a arácnidos (alacrán, arador, araña, escorpión, garrapata, murgañón, tarántula), 4 a crustáceos (camarón, cangrejo, langosta, langostino) y uno a quilópodos (ciempiés). A estos debemos añadir 9 denominaciones indirectas de las que 7 refieren a insectos (cabrahígo, cera, cuartana, miel, seda, tabardillo, terciana) y 2 a arácnidos (sarna, telaraña).

Aunque el elenco no resulta amplio en exceso, los compiladores anónimos, sin procurarlo, dejan constancia de una certeza, la proporcionalidad que guardan los mencionados taxones en el cómputo global de especies conocidas; además, en cada uno de ellos aparece reflejada la diversidad constitutiva pero en la abigarrada relación de insectos se extracta, de manera sobresaliente, la riqueza en tamaños, formas, colores y modos de vida que encierran estos fascinantes animales, omnipresentes, de gran importancia para la economía de la naturaleza y acompañantes constantes del hombre en casi todas las facetas de la vida. Sin embargo la sociedad rural, a semejanza de las sociedades más primitivas (History of Entomology, Annual Reviews Inc., 1973, pp. 21–36 y 37–80), las iniciadoras de la entomología, apercibida de tan permanente e insoslayable contacto, ajena a los planteamientos científicos, genera esta relación por motivaciones de índole utilitario, beneficio, daño, con exigua aportación procedente del acervo de creencias, mitos o supersticiones.

Así, destacan, por un lado, la profusa delación de los flagelos, tanto corporales: insectos y ácaros que viven sedentarios en el biotopo cutáneo, vienen a éste para procurarse alimento, llegan a él de modo fortuito y por reacción defensiva ocasionan indeseables dolencias; como de intereses: cultivos, ganado, vivienda, paños, telas, cuero, etc. sin olvidar aquéllos que resultan molestos por razones acústicas o de excesiva antropofilia. Por el otro, la exigua relación de los que proporcionan beneficios, pues se hace eco, de modo preferente, de los productores de algunas sustancias con utilidad varia: cera, miel, seda, colorantes etc. dado que en nuestra sociedad no hay tradición de entomofagia si exceptuamos el consumo de algunos crustáceos.

La acertada o desacertada interpretación de estas realidades biológicas observadas por el vulgo, queda plasmada en las explicaciones que acompañan a los enunciados de cada una de las sentencias. Un elevado número de ellas está avalado por el conocimiento científico actual, el resto todo lo contrario pero desde el punto de vista de la cultura popular no están exentas de interés. En resumen, el saber entomológico recogido en este depósito de sabiduría popular, aunque carente de fundamento científico, está impregnado de sentido práctico, aplicado, el que colabora para la supervivencia de la sociedad.

V. Antropomorfismo: analogÍas, homologÍas

142. Cuando el piojo enharinado se vido, imaginó ser el amo del molino.

Las características físico–químicas del tegumento externo de los insectos dificultan la adherencia de partículas, aunque a veces quedan retenidas por procesos cuticulares rígidos (v. gr. crestas, estrías, espinas, etc.) o articulados (v. gr. pelos o quetas, etc.); también cuando se conjugan cargas electrostáticas de signo opuesto.

143. Cavilando, cavilando, engañó a la liebre el escarabajo.

El escarabajo y la liebre, en la naturaleza, viven ajenos el uno de la otra. Sin embargo, resulta curioso que en la fábula de Esopo, El Águila y el Escarabajo, éste se erigiera en protector de la perseguida liebre y aquí trate de burlarse de ella.

144. Escarabajos en danza y pulgas en procesión, vana persecución.

La torpe marcha de los escarabeidos, rectilínea o sinuosa, nos semeja la rítmica cadencia de una danza, por otro lado, el salto incontrolado que realizan las pulgas para desplazarse, el único modo que les es permitido, dista mucho de un ordenado desfile procesional.

145. El escarabajo dice a sus hijos: “Venid acá, mis amores y mis flores”.

146. No hay escarabajillo que no le parezca a su madre bonitillo.

Estas expresiones rezuman gracia, pero en los insectos no se da el cuidado de la prole. Las hembras procuran dejar sus huevos en el biotopo apropiado donde las larvas encontrarán el alimento para proseguir su desarrollo hasta alcanzar el estado adulto. En el caso de los escarabeidos, hay especies cuyas hembras realizan la puesta en excrementos de animales u otras sustancias en descomposición dado que sus larvas manifiestan régimen alimenticio copro–saprófago, otras hacen lo propio en el suelo por el carácter fitófago de aquéllas, luego, todas ellas mueren.

147. Con paciencia y saliva, doneó el elefante a la hormiga.

Es una pareja imperfecta; el uno, símbolo del poder, vive indiferente a la otra, símbolo de la prudencia la cual, ajena a requiebros y galanterías, sigue su marcha del hormiguero a la fuente de alimentación y viceversa, guiada por el rastro de feromonas que cada una va dejando en el camino. La actitud galanesca del elefante a la que aluden diversos autores y vemos recogida en el Tesoro de la lengua castellana o española de Covarruvias queda fuera de nuestra consideración.

148. Hasta las pulgas fuman tabaco.

Esto resulta ser un imposible porque los insectos no aspiran aire, el oxigeno llega a las células de los diversos tejidos por difusión a través de una intrincada red de tubos, las tráqueas y traqueolas, que abren al exterior por los espiráculos dispuestos en la región pleural de los segmentos que los llevan en tórax y abdomen.

149. Tener uno de chinches la sangre.

Los insectos no tienen sangre si hablamos con propiedad; disponen de un líquido interno llamado hemolinfa, cuya densidad, aunque variable de unos a otros, es ligeramente superior a la del agua 1,1015–1,1060 gr./cm3.

150. Dijo la pulga al piojo: “Amigo, ¿te quieres casar conmigo?”.

Expresión graciosa pero resulta un imposible biológico, son especies que pertenecen a órdenes muy distanciadas en la escala filogenética.

151. ¡Áteme usted esa mosca por el rabo!

Un imposible mecánico; las moscas no tienen ningún apéndice caudal al extremo del abdomen que permita realizar esta acción de sujeción.

152. Cada escarabajo con su cuajo (o tiene su cuajo).

El vulgo emplea el término escarabajo para designar al imago o insecto perfecto, el cual, al hacer su aparición concluida la metamorfosis, utiliza un substrato alimenticio al que llega atraído por diversos factores pero en ningún caso supone cambio del procurado por la madre, con la que no mantuvo ningún contacto después de haber salido de ella en el estado de huevo. No obstante, es probable que el refrán se acoja a los significados figurado y familiar del sustantivo masculino, cuajo, en cuyo caso no resultará difícil reconocer que estos grandes insectos muestran, calma y pachorra, tanto para la marcha como para lanzarse al vuelo por mucho que les importunemos.

153. Hasta las moscas tienen bazo.

La anatomía de los insectos manifiesta cierto grado de complejidad pero carecen de esta víscera porque al no tener sangre no precisan de la eliminación de hematies, ni del resto de funciones que ella realiza.

154. Tener memoria de grillo.

Todas las actividades que realizan los grillos durante su ciclo de vida son respuestas a estímulos exógenos y endógenos y no proceden de aprendizaje ni retención.

155. Buscar leche de gallinas y sesos de mosquitos, es pedir el manicomio a gritos.

Los mosquitos, como todos los insectos, tienen su masa cerebral dispuesta en posición dorsal por encima del esófago, formada por los ganglios de los tres primeros segmentos corporales.

156. Buenas palabras, cantar de cigarra.

El canto de la cigarra es algo tan conocido que no se le presta demasiada atención.

157. Se agarra a la cola de un piojo.

Los piojos no presentan ningún apéndice caudal al extremo del abdomen que pueda ser utilizado para asirse a él. La etimología de Anoplura, orden al que pertenecen, lo deja claro: αν (sin) οπλον (arma) ουρα (cola).

158. ¡También habla el escarabajo hinchado!

Esta expresión la encontramos en La vida de Marcos de Obregón; resulta curiosa porque los sonidos que producen los insectos por fricción o frotamiento de una parte del cuerpo contra otra (chicharras, grillos, saltamontes), vibración de una lámina elástica o timbal (cigarras), vibración de las alas (escarabeidos, mosquitos, abejorros, etc.) o por flujo de aire (mariposa de la esfinge de la calavera) no son de tipo gutural.

159. Hasta los escarabajos empinan la cola.

Es algo que no pueden realizar porque los coleópteros carecen de proyección caudal al extremo del abdomen.

160. Santanica, santanica, coge el manto y vete a misa.

161. La cochinilla de San Antón.

Estas expresiones aluden a la mariquita, coleóptero coccinélido de forma globosa con cabeza y tórax negros, élitros de color rojo con manchas negras que le dan un bello aspecto. Cuando se la retiene en la mano permanece por un tiempo inmóvil pero de inmediato abre los élitros, despliega las alas membranosas de color oscuro y se lanza al vuelo. Por todo esto forma parte de la mitología de muchas regiones. Estas frases, entre nosotros, la sitúan al lado de Santa Ana la madre de la Virgen María y de San Antón Abad el santo patrono de los animales.

162. Hasta las cucarachas tienen carraspera.

163. Hasta los escarabajos tienen tos.

Un imposible, pues aunque los insectos padecen enfermedades de etiología diversa, que afectan a tejidos, sistemas y aparatos, el respiratorio, la intrincada red de tubos, tráqueas y traqueolas, no precisa soltar flemas.

164. Un agujero estaba lleno de moscas, peyóse la una y fuéronse todas.

Un imposible. Los insectos no expelen ventosidad por el ano, con la excepción del coleóptero llamado “escopetero” que vive debajo de las piedras y al ser molestado lanza una sustancia que se volatiliza y produce cierta detonación.

165. Hasta la mosca tiene su cólera.

Entendemos hace referencia al significado figurado del sustantivo cólera aunque la mosca doméstica, de suyo importuna, no se ensaña picando porque su aparato bucal no tiene tal constitución, pero si lo hacen las hematófagas de las que algunas guardan un gran parecido con la común.

166. Hasta la hormiga tiene su ira.

Este refrán está en la línea del anterior pero las hormigas sí son capaces de morder con sus potentes mandíbulas si se las importuna en su caminar de la fuente alimenticia al hormiguero. Es un puro acto defensivo, nada que ver con la volición.

167. Cada mosca tiene su sombra.

Cierto. Como todo cuerpo tridimensional, lanza en el espacio la proyección obscura en la dirección opuesta al foco luminoso: la sombra.

168. Es más sentido que una araña.

La araña en el desenvolvimiento de su cometido vital ni se resiente ni se ofende, todo transcurre en perfecta adaptación a las condiciones del hábitat donde se encuentra.

169. Más viejo que la sarna.

Esta dolencia dérmica acompaña al hombre desde los tiempos más remotos. Constancia de ello la tenemos en La Biblia (Levítico, 21:20, “ni jorobado ni raquítico ni enfermo de los ojos, ni el que padezca sarna o tiña, ni el eunuco”; Levítico, 21:22, “No presentareis ante Yahveh animal ciego, quebrado, mutilado, ulcerado, sarnoso o ruin; de ellos nada pondréis en el altar como manjar que se abrasa para Yahveh”. Deuteronomio: 28:27, “Yahveh te herirá con úlceras de Egipto, con tumores, sarna y tiña, de las que no podrás sanar”), sin embargo, la primera noticia del ácaro sarcoptido, el agente causal, apareció en el siglo X de nuestra era aunque su implicación en la generación de las lesiones, la sarna, no quedó establecida hasta mediado el siglo XIX.

170. Hay más abogados en España que zapateros en una cuadra.

Aunque el nombre vulgar “zapateros” se aplica para especies acuícolas de Hemípteros–Heterópteros de la familia Hydrometridae aquí hace referencia a Coleópteros tenebriónidos que invaden cuadras y dependencias aledañas.

171. La mariposa torna a morir en la pavesa, de quien fue hecha.

Este refrán aparece en La Pícara Justina. Alude a la atracción que ejerce la luz sobre algunos lepidópteros así como a la infundada creencia antigua de que el origen de estos insectos estaba en el elemento fuego.

172. ¡Cuánto y cuánto chiquillo, para cazar un grillo!

La caza de grillos es una diversión de chiquillos en ambiente rural, campestre, que la realizan, o realizaban, siempre en grupos, avanzada la estación primaveral, cuando las parejas de adultos están instaladas, con fines reproductores, en agujeros perforados en las praderas, de donde son forzadas a salir por inundación con agua natural o con el recurso de la micción porque durante las horas de luz permanecen encerradas debido a su fototaxis negativa.

173. ¿Te chuleas grillo, o te tiro la jaula?

La captura y posterior confinamiento de este insecto en la jaula es con el fin de oír su monótono canto.

174. ¿Qué, no te canta el grillo?

Esta expresión trata de inquirir el sexo del grillo capturado puesto que sólo cantan los machos.

175. Esa es grilla.

Coincide con lo indicado arriba. Expresa la decepción porque las hembras son mudas.

176. Vióse la pulga en el chumazo y dio un salto.

La pulga tiene que saltar, esté donde esté, para alcanzar al hospedante del que extraer su alimento, la sangre, o para buscar el lugar donde realizar la puesta.

177. Hasta el mosquito tiene su corazoncito.

Las hembras de los mosquitos hematófagos están abocadas a ingerir sangre para reproducirse, por eso pican, sin ningún tipo de miramiento, a los animales de sangre caliente incluido el hombre. En el aspecto anatómico los insectos tienen un rudimentario sistema circulatorio, un simple tubo de la cabeza al abdomen, en disposición dorsal, abierto en su parte anterior rígida, la aorta, cerrado en la posterior pulsátil y ostiolada, el corazón.

178. Hasta la hormiga quiere compañía.

Resalta el carácter social de estos insectos, cuyas sociedades, formadas por un conjunto de castas compuestas por indeterminado número de individuos, mantienen la cohesión por medio de un complejo de feromonas.

179. No se ha hecho la miel para la boca del asno.

Es una cosa totalmente cierta porque la miel no forma parte de la dieta de este animal.

180. Parece que lo han chupado las curianas.

Los blatodeos, cucarachas, tienen aparato bucal masticador por lo que no pueden extraer ni recoger líquidos por succión.

181. Andas más que la cabeza de San Gregorio.

Alude a San Gregorio Ostiense, declarado santo abogado protector contra la temible plaga de langosta, cuyos restos se encuentran en Burlada (Navarra) donde se le venera y desde donde, otrora, el relicario con su cabeza partió en desfiles procesionales por todo el territorio español infestado de langosta, como queda documentado en el libro Las plagas de langosta en Córdoba (R. Vázquez Lesmes y C. Santiago Álvarez, Córdoba, 1993).

182. Se llama araña, y no araña: ¡Cosas de España!

El nombre del artrópodo se emplea para designar un elemento decorativo, un candelabro colgado del techo.

183. Pudiendo ser araña, se conforma con ser mosca.

Ambos artrópodos resultan en cierto modo repulsivos, sin embargo, la expresión ensalza a la araña que con el tejido de la tela simboliza la capacidad creadora, pero desdeña a la mosca, porque se manifiesta débil y vulnerable ante la agresividad que muestra la otra para cazarla, aunque se la tiene por símbolo de la valentía, pues no es fácil ahuyentarla cuando atormenta y persigue.

184. Araña, ¿Quién te arañó? Otra araña como yo.

No es insólito que algunas especies de arañas depreden sobre otras e incluso que exhiban comportamiento caníbal.

185. Música ratera saca las arañas afuera.

Las arañas detectan vibraciones sonoras producidas en su propio entorno, por medio de los órganos en hendiduras repartidos por los apéndices y el cuerpo, información con la que llevan a cabo sus cometidos biológico y ecológico. La música interpretada con afinación o sin ella, ni los ruidos extemporáneos, provocan respuesta alguna en estos artrópodos.

186. Válgame San Jorge que mató la araña.

Esta expresión aparece en La Pícara Justina. Se hace recurso de la leyenda del santo guerrero para acabar con un insignificante animal.

187. Se lo habrá comido el comején.

La expresión es ultramarina, de las áreas tropicales de la América Hispana donde estos insectos sociales, las termitas, son muy abundantes y temidos por los daños que originan a las estructuras en madera, de cualquier tipo y destino; sin embargo, desde el punto de vista ecológico colaboran de modo sobresaliente a la descomposición de aquélla en los bosques, ocultos a la observación humana aunque la existencia de sus nidos la delatan: los promontorios, o termiteros, llamativos en exceso o no, que emergen sobre la superficie de la tierra.

VI. Flagelos corporales

VI.1. Los que cumplen el ciclo biológico en el biotopo cutáneo

248. Paciencia, piojo, que la noche es larga.

Este refrán hace referencia a la fototaxis negativa, o de otro modo escototaxis positiva, que manifiestan los piojos, activos en la obscuridad.

249. ¡Apartarse, piojos, que pasa el peine!

Aquí se alude a la acción destructora de la lendrera que también se llevaba por delante ninfas y adultos.

250. Dijo el piojoso al peine: “Esto es lo que habíamos menester”.

Parece hace referencia a la acción beneficiosa del peine en la eliminación de los molestos inquilinos del pelo de cabeza.

251. Dijo el peine al tiñoso: quítate allá, piojoso.

Es una confusión entre la condición de tiñoso y la de piojoso que son de etiología diferente aunque pueden ser coincidentes en el mismo individuo.

252. Dijo el tiñoso al peine: Esto era lo que no habíamos menester (Piojos).

Alude a la coincidencia de las dos afecciones, tiña y piojos.

253. En la cara mucho engrudo, y en el pelo mucho piojo rabudo.

Es una frase rimada pero el piojo capilar no lleva apéndice caudal al extremo del abdomen.

254. Pareo, caza y pesquera, a la vejez piojera.

255. Música, caza y pesquera, a la vejez piojera.

Ninguna de estas actividades era lucrativa en exceso como para permitir una vida holgada y con decencia, cuando el personaje alcanzaba la vejez.

256. Hombre ruín acaudalado, piojo sobre brocado.

La suavidad de los tejidos de seda no induce la instalación de los piojos corporales en ellos.

257. Capa ruana, tiene más piojos que lana.

La aspereza de los tejidos de lana estimula a los piojos corporales para acomodarse en ellos. El Buscón nos cuenta que sus compañeros de malandanzas, sabedores de tal propiedad, se quedaron “en la cama, digo envueltos en una manta, la cual era la que llaman ruana, que es donde se espulgan todos” y salieron del trance despiojados (Quevedo, La vida del Buscón llamado don Pablos, Libro III, Cap. IV).

258. Para poca salud, tabardillo.

Los tabardos, de tejido burdo de lana, se poblaban de piojos corporales, los cuales invadían al portador con la consiguiente transmisión del tifus exantemático, fiebre a la que se denominaba por ello “tabardillo”.

259. Del fraile y del soldado, el piojo es amigo declarado.

El establecimiento de estos parásitos en ambos grupos sociales estaba propiciado por la vida andariega, el poco aseo y la indumentaria de tejido burdo con que cubrían sus desnudeces.

El hospedaje ofrecido a tan molestos animales por los hábitos religiosos, lo advertimos en esta bella composición poética de Santa Teresa de Jesús, interpretada a coro con sus monjas del convento de San José de Avila:

Pues nos dais vestido nuevo,

Rey celestial,

librad de la mala gente

este sayal (estribillo).

Inquieta este mal ganado

en oración

y al ánimo mal fundado

en devoción.

Mas Dios en el corazón

tened igual (estrofa).

Pues nos dais vestido nuevo,

..................

con motivo de cambiar la túnica interior de estameña por otra de jerga, detalle referido y comentado por el P. Angel Custodio Vega O.S.A. en su edición de La poesía de Santa Teresa (pp. 191–192. BAC, 1972, Madrid).

260. Están más esp.esos que liendres en jubón de arriero

Aparece en La vida de Marcos de Obregón, está en la línea del anterior, coinciden los tres supuestos apuntados.

261. Parecer un piojo pegadizo.

La infestación con piojos se origina por el contacto directo con piojosos.

262. En la escuela, el piojo vuela.

Éste se encuentra en la línea del anterior; viene a resaltar la facilidad con la que se contagian los escolares.

263. Montóse el piojo en un pollino, y ya no conoció a su vecino.

Los equinos tienen un piojo que les es propio, distinto del que se asienta en el hombre, localizado con mayor frecuencia en el cuello, los flancos y debajo de la mandíbula.

264. So el caballo rubio buen piojo rabuyo.

El piojo de los equinos no muestra preferencia por un color del pelo u otro ni tampoco presenta proyección caudal.

265. No son piojos de ganso.

Los piojos parasitan en exclusiva a mamíferos, pero las aves son parasitadas por los llamados piojuelos o piojillos, entre los que hay representantes que hacen lo propio sobre aquéllos. Los piojuelos, que pertenecen al orden Mallophaga (del griego: μαλλος= lana, ϕαγειν= comer), guardan gran parecido con los piojos, tanto en el aspecto morfológico como en el del comportamiento, pero se diferencian en que su aparato bucal es de tipo masticador y se alimentan de barbillas de plumas, plumón, escamas de la piel, pelos, etc.

266. Culeca con piojuelo, está inquieta sobre los huevos.

Una gallina parasitada por piojuelo o piojillo, muestra falta de vigor, se picotea con furia las partes infestadas, pierde el apetito y su reposo queda perturbado por completo lo cual dificulta la incubación de los huevos.

267. Si quieres saber lo que es el piojuelo, métete en el gallinero.

Los piojuelos de las aves no parasitan a los mamíferos. Si alguna persona se infesta al contacto con aves en tal condición, percibe una desagradable sensación cuando se mueven por la superficie corporal.

268. Haber más chiquillos que piojos en costura.

Delata un hecho constatable; la mayor abundancia de piojos y liendres en las costuras de una prenda donde se dan las necesarias condiciones de aspereza.

269. Ya se abre la piojera.

Expresa la espectacular desbandada de los piojos de un hospedante moribundo en el que, a consecuencia del progresivo enfriamiento corporal hasta el “rigor mortis”, ya no pueden satisfacer sus exigencias térmicas situadas en los 29–30 ºC.

270. El piojo resucitado, ¡pega cada bocado…!

El piojo no sobrevive apartado de su hospedante, ni soporta el ayuno ni la falta del calor corporal, por eso, cuando se da el contagio, su voracidad no aumenta sobre el nuevo hospedante.

271. Pica más que un alicáncano.

Los piojos pican para extraer sangre de sus hospedantes y en consecuencia causan molestias.

272. Alicáncanos y miseria con dinero se entierran.

La forma de eliminar los piojos era la higiene capilar, también la de la indumentaria, lo que sólo podía conseguirse cuando la economía familiar salía de la pobreza.

273. Si me matan en la uña, volveré a la otra luna; si me matan al refregón, volveré o no; pero si me echan a la candela, adiós, Micaela –o Manuela, –o pero si me echan en el fuego, busca novio, que yo ya no vuelvo.

El fuego es el medio más eficaz y expedito para destruir a tal inquilino.

274. Cuando la semana está de piojos, es inútil mudarse de camisa.

En absoluto, el remedio más eficaz para librarse de los piojos corporales es el cambio de ropa limpia y despiojada por acción del lavado.

275. El sulfato de nicotina, remedio pal piojo de tus gallinas.

Esta frase rimada alaba la bondad del sulfato de nicotina, compuesto que tiene acción fumigante, para librar a las gallinas del piojuelo, recomendada su aplicación a los aseladeros momentos antes de que aquéllas se instalen en ellos para el descanso.

276. El niño y el potro, primero sarnoso para ser hermoso.

277. Caballo hermoso, de potro sarnoso.

La condición de sarnoso siempre ha suscitado la repulsión, sin embargo estas expresiones invitan a la aceptación de tal, dado que, antes de pasar el ácaro sarcóptido de efecto de la dermatosis, a causa de la misma, ésta se consideraba proveniente de la alteración de los humores corporales y, además, se creía que los individuos que la habían padecido quedaban protegidos contra otras enfermedades. Los contagiados recurrían a dos prácticas terapéuticas: una por vía oral para restablecer los humores y otra por vía tópica para calmar el prurito e incluso acudían al alivio que procuraba la mano experta al extraer los ácaros de los túneles dérmicos, como hacía la habilidosa Lozana a quien apeló Guardián con un ven “aquí al sol, y sacáme un arador” a lo que ella, solícita, dice “dadme un alfiler, que yo os quiero sacar diez aradores” (La Lozana andaluza, Mamotreto XXXVIII).

278. Se pega más que la sarna.

La presencia de túneles excavados en la epidermis, donde realizan la puesta las hembras del ácaro sarcóptido, delata la condición de sarnoso. La infestación, que suele ser nocturna, pues las hembras excavadoras se desplazan por la superficie corporal durante la noche, puede ocurrir de manera directa en el lecho, contacto de persona a persona, o indirecta por medio de la ropa de cama o de vestir, contaminadas por un sarnoso. El contagio por el simple hecho de darse la mano con persona de tal condición, es muy dudoso y poco probable.

279. Después de un gustazo, un sarnazo.

Aquí se delata el contagio de manera directa, por contacto de persona a persona, íntimo.

280. Cal y ajo, sarna y sabañones, en tus compañones.

El ácaro sarcóptido productor de la sarna también puede alojarse en la zona escrotal y en la base del pene.

281. Oveja sarnosa, a ciento inficiona.

El comportamiento gregario de las ovejas favorece el contacto directo de unas con otras, si en el hato aparece una infestada por el ácaro sarcóptido queda asegurado el contagio de un considerable número de ellas.

282. Algún puto crió sarna, que a mi pegaronmela.

Alude al insensato y poco prevenido que se contagió por contacto íntimo y posteriormente hizo lo propio a otros.

283. Fruta de escolar, mucha sarna y mucho rascar.

El mundo estudiantil, proclive al hedonismo, con mucha frecuencia y de modo inadvertido, en tiempos pasados portaba este tipo de contagios, que atribuía por desconocimiento a causas que nada tenían que ver con la verdadera, tal como explica le sobrevino intramuros Salamanca al andariego Marcos de Obregón que “comenzando a beber de el agua de Tormes, frigidísima, y a comer de aquel regalado pan, me cuajé de sarna, como le sucede a todos los buenos comedores” y este es el “daño en que ordinariamente caen los principiantes en Salamanca, porque como el pan es blanco, candeal y bien sazonado, y el agua delgada y fría, sin consideración comen y beben, hasta cargarse unos de la perruna, y otros de la gruesa, y así es menester que los que comienzan nuevos en Salamanca vivan con cuidado en esto” (Vida de Marcos de Obregón, Libro 1º, Descanso XI).

Tan consustancial debía ser con el gremio que quien sorteaba el peligro se ufanaba de ello como le confiesa Berganza a Cipión que, de nuevo en Sevilla, “yo pasaba una vida de estudiante sin hambre y sin sarna, que es lo más que se puede encarecer para decir que es buena; porque si la sarna y el hambre no fueran tan unas con los estudiantes, en las vidas no habría otra de más gusto y pasatiempo” (Cervantes, El coloquio de los perros); pero, además, a los novatos, los avezados, previa satisfacción pecuniaria, extendían licencia para portarla sin menoscabo de honra como le sucedió en Alcalá al amo del Buscón que al amanecer llegaron “todos los estudiantes de la posada a pedir la patente a mi amo” quien no se hizo de rogar por lo que “comenzaron una grita del diablo diciendo: ¡Viva el compañero, y sea admitido en nuestra amistad; goce de las preeminencias de antiguo; pueda tener sarna, andar manchado y padecer el hambre de todos” (La vida del buscón llamado Pablos, Libro 1º, Cap. 5º).

284. La sarna perruna, siete años dura.

El refrán alude al tipo de sarna “que es mui menuda, más dañosa y perniciosa que la común” así llamada “por ser semejante a la que da a los perros” (Dic. de Autoridades), la cual causaba sus trabajos como refleja Marcos de Obregón, en la relación de su vida (Vida de Marcos de Obregón, Libro 1º, Descanso II), cuando señala que “casi todas las noches” le cursaba visita “un mocito barbero” que “tañía siempre la guitarra, no tanto por mostrar que lo sabía, como por rascarse con el movimiento las muñecas de las manos, que tenía llenas de una sarna perruna” quien “dejó de venir cinco o seis noches, por no sé qué remedio que tomaba para curarse” pues en vano era esperar transcurriera el septenio para librase de ella.

285. Agua de mayo, quita la sarna de todo el año.

286. Agua de mayo, sáname esta sarna que trayo.

La sarna no se cura con simples lavados, es necesario aplicar algún otro elemento o sustancia con acción acaricida.

287. Animal que tiene sarna, aceite y azufre’n pomada.

288. Contra la sarna en el conejo, azufre y aceite del candilejo.

El poder acaricida del azufre es conocido desde antiguo. Son varias las formas de empleo recomendadas para el control de esta dermatosis entre las que destaca la mezcla con aceite en la proporción 1:4.

VI–2. Los que acuden al biotopo cutáneo para alimentarse

289. Chinches y piojillos, todos chupan un poquillo.

Las chinches son hematófagas, pican a su víctima para succionar sangre, sin embargo los piojillos o piojuelos, como su aparato bucal es de tipo masticador, sólo ingieren sangre de modo excepcional cuando brota de alguna herida del animal.

290. De amigo a amigo, chinche en el ojo.

291. De compadre a compadre, chinche en el ojo.

La chinche es ambulante. Para picar necesita sentir presión por todo su cuerpo “tigmotactismo”; el área ocular no es la más apropiada a tal fin, no obstante, una vez realizada la toma de sangre se aleja de la víctima.

292. Si matas un chinche, a la noche siguiente acuden cien al entierro.

Las chinches viven juntas, son gregarias, pero actúan con independencia unas de otras, salvo en lo que respecta a la reproducción. Matar una chinche no activa el movimiento de la colonia; a la noche siguiente vendrán las que necesiten adquirir sangre. El modo para verse libre de su insidia es acabar con la colonia.

293. A res flaca, todo se le vuelven chinches y garrapatas.

Estas reses por su andar más lento, su tendencia a reposar tumbadas, son fáciles de alcanzar por las chinches y las garrapatas. Además hay especies de estas últimas que muestran mayor infestación en animales de tal condición.

294. Chinche flaca da gran picada.

La chinche tiene capacidad para pasar prolongados períodos de ayuno si le falta el hospedante del que extraer la sangre, entre otros el hombre. Es voraz cuando retoma la actividad alimenticia.

295. Ser más pesado que una chinche.

La chinche desde que realiza la picadura hasta que se hincha de sangre emplea varios minutos, pero satisfecha la necesidad no retorna hasta pasado algún tiempo, dos o tres días dependiendo de la época del año.

296. ¡A volar que hay chinches!

El olor a chinche se detecta con facilidad por lo que alertar de su presencia para evitar ser picado se puede hacer con antelación.

297. Caer, o morir, como chinches.

Hace referencia al considerable número de individuos que se destruye en un proceso de desinsectación dado que son lucífugas, de comportamiento gregario, y que durante la fotofase se instalan en refugios, grupos de considerable número, donde satisfacen su tigmotactismo: catres, grietas de paredes, rodapiés, junturas de aseladeros, etc.

298. El que de pulga llega a liendre, da un picazo que enciende.

299. Quien a pulga llega de liendre, da un picazo que enciende.

Sabemos que la liendre es el huevo del piojo por eso el primero de estos dos refranes resulta absurdo mientras que el segundo es correcto si admitimos esa denominación para el huevo de la pulga.

300. Pulgas y chinches me sacan los ojos, y otras avecillas que se llaman piojos.

Ninguno de estos tres insectos pican normalmente en los ojos.

301. Pulga en vedija enredada, ni pica ni salta.

El vellón imposibilita el movimiento de este insecto.

302. Pulga entre estopa, el más topo la topa.

Porque queda enredada e imposibilitada para saltar.

303. La pulga que sale detrás de la oreja, con el diablo se aconseja.

La pulga no se cría en nuestro cuerpo, llega a él para recoger su alimento, la sangre, si pica detrás de la oreja es una zona apropiada para ser fácilmente capturada por el hospedante.

304. Donde quiera hay pulgas, y en mi casa son rabudas.

Las pulgas tampoco disponen de apéndice caudal al extremo del abdomen.

305. Dijo a la pulga el piojo: “¡A ver si saltando, me saltas un ojo!”.

306. Dijo la pulga al piojo: ¿Por qué no saltas? ¿Estás cojo?

Estas dos sentencias llevan cierta carga de jocosidad. Son dos insectos ápteros secundariamente. El piojo es totalmente sedentario, la pulga se mueve por el salto y aunque coincidan en un mismo hospedante permanecen ajenos la una del otro.

307. Al perro flaco, todo son pulgas.

Cuando el perro está débil y permanece por mucho tiempo tumbado, las larvas de las pulgas no abandonan al hospedante para continuar su desarrollo en los detritos del lugar donde está el animal.

308. En el perro flaco engordan las pulgas.

No son molestadas y pueden proseguir su desarrollo sin interrupción.

309. Cada perro aguante sus pulgas

Si, porque la pulga del perro no le abandona, está con él durante todo su ciclo vital.

310. En cama de galgos, como no sean pulgas, ¿quién puede hallar algo?

Si, porque las larvas se desarrollan en los desperdicios del lugar donde se encuentra el galgo.

311. Más contento que un perro sin pulgas.

Porque han desaparecido las molestias y la desazón que causan tanto las larvas como los adultos del ofensivo inquilino.

312. Dando más dentelladas que perro con pulgas.

Éste aparece en La vida y hechos de Estebanillo González, y viene a significar lo contrario del anterior: el perro trata de librarse de tan molesto vecino mordiéndose hasta donde alcanza.

313. Mujeres, perros y gatos tienen pulgas todo el año.

Las pulgas están sujetas a las condiciones ambientales y su presencia se hace notar durante las estaciones favorables.

314. Mujeres sin pulgas, pocas o ninguna.

315. Ni moza sin pulgas, ni vieja sin purgas.

Tienen carga machista, sin embargo, tradicionalmente se ha considerado que estos insectos son más atraídos por las mujeres, en particular las jóvenes, que por los hombres. Aunque no se dispone de suficientes estudios que lo corroboren se especula que los cambios hormonales que experimentan dichas mujeres en el período menstrual favorecen la fecundidad de las pulgas. La mujer no cría pulgas, las sufre, pero en tiempos antiguos le resultaba difícil desembarazarse de ellas cuando llegaban a su cuerpo por la complicación emanante de la indumentaria que utilizaba.

316. Mujer sin pulgas, sólo hubo una.

Creencia piadosa que exonera a la Virgen María de semejante laceración. Este refrán debemos entroncarlo con la tan arraigada creencia del mundo cristiano en la Concepción Inmaculada de María, proclamada Dogma de Fe el 8 de diciembre de 1854 por el Papa Pío IX.

317. ¡Qué bien, pero qué bien, se coge las pulgas la mujer!

Las mujeres, por esa mayor atracción ejercida sobre las pulgas, recurrían con mucha frecuencia a su captura por medio de trampas, para librarse de ellas y sus consecuencias. Las de alta alcurnia usaban al efecto preciadas pieles de alimañas, sujetas a bocamangas, portadas como estolas, esclavinas o adminículos ajustados a cabezas de bello diseño; también acudían a colgantes pectorales, labrados en piedra, marfil, madera noble o verdaderas obras de orfebrería que llegaron a formar parte de la decoración femenina. Estos eran cilindros con toda la superficie calada, su base superior, a modo de tapadera, llevaba el gancho para la sujeción a la cadena portadora y un punzón que se impregnaba con una sustancia pegajosa donde quedaban adheridas las pulgas que entraban por los orificios. Las grandes pinacotecas de pintura clásica pueden ayudarnos a realizar un estudio de estos artilugios antipulgas.

Las clases menos favorecidas se auxiliaban con burdos tejidos de lana para idéntico fin: atrapar las pulgas.

El recurso a la captura directa no era desdeñado aunque ofrecía dificultades por razones de pudor y complicaciones de la indumentaria femenina. Transcribimos aquí el Cuplé de La Pulga que interpretaba la recordada Olga Ramos y que da cuenta de todos estos detalles:

Hay una pulga insolente

que a mí me está molestando

porque me pica y se esconde

y no la puedo echar mano.

Corre que corre bajo mi traje

haciendo burla de mi pudor

su impertinencia me da coraje,

como la pille, señores míos,

como la pille, señores míos,

como la pille, no habrá perdón.

Yo me encontraba leyendo

una novela amorosa

cuando esta pulga insolente

vino a ponerme nerviosa.

Ya cuatro veces se me ha escapado

cuando cazarla creía yo,

y por lo mucho que me ha picado,

para esta pulga tan indiscreta,

para esta pulga tan indiscreta,

para esta pulga, no habrá perdón.

Aunque perdí mi sosiego

por esa pulga insolente

voy a quedarme tranquila

pues se la di a D. Clemente.

Ya no me pica,

ya no me irrita

pues en sus manos al fin cayó,

y a su reposo vuelve esta chica

ya ha terminado, señores míos,

ya ha terminado, señores míos,

ya ha terminado, esta canción.

(La Hora de Olga Ramos, Discote, Cara B, 3, Discos Movieplay, Madrid, 1976).

318. A cada uno le pican sus pulgas.

Referido a personas nadie cría pulgas, todos somos sujetos pasivos de su insidia, no obstante, cabe destacar que existe una pulga específica del hombre aunque también puede ser atacado por las que lo son de otros animales: perro, gato, etc.

319. Disculpas hay en toda casa, y pulgas en toda cama.

320. Ni cama sin pulgas, ni mujer sin uñas.

La cama no es un lugar apropiado para que este insecto complete su desarrollo desde el estado de huevo al de adulto, aunque no es descabellado pensar que en tiempos pasados se pudieran criar en los dormitorios, por la acumulación de detritos en algunos puntos, y en las camas cuando se empleaba el “Jergón” para el reposo.

321. ¡Así se me vuelvan las pulgas de la cama!

Este refrán engarza con los anteriores en cuanto a la presencia de pulgas en las camas.

322. La pulga flaca da mayor picada.

La pulga no pasa por períodos de ayuno, como hemos comentado para la chinche, puede morir sin reproducirse si no se alimenta nada más aparecer.

323. Coger las pulgas a tiento, es tino, y no talento.

Actitud muy corriente para deshacerse de tan molesto inquilino.

324. No tengas la pulga por muerta si no la echaste a la candela.

El remedio más eficaz es la destrucción por el fuego.

325. La garrapata desprecia la oveja y vive de su pelleja.

Las garrapatas que utilizan tres hospedantes para completar su ciclo de desarrollo, uno para el estado de larva, otro para el de ninfa y otro para el de adulto, caen sobre todo aquel animal que pasa por el lugar donde se encuentran aguardando al hospedante. Cuando lo hacen sobre la oveja buscan el punto donde ubicarse, atravesar la piel y conseguir su sustento, la sangre.

326. Muchos mosquitos hacen un cirio.

Los mosquitos ni secretan ni producen cera, además la fracción lipídica que podría extraerse de ellos no tendría valor para la fabricación del cirio.

327. Mil mosquitos en un año no cagan lo que un buey en un rato.

Este refrán magnifica la longevidad de los mosquitos adultos que por lo general se mide en días y no en años.

328. Para enemigo, basta un mosquito.

La picadura de un solo mosquito causa la suficiente molestia y desazón, además de poder transmitir alguna grave enfermedad al individuo picado.

329. A fuerza de picar, el mosquito se hace aplastar.

El aplastamiento manual del mosquito sobre nuestra propia piel es un acto reflejo para desembarazarse súbitamente de semejante tormento.

330. El cínife, cuanto más muerde, más canta.

Este refrán aparece en La Pícara Justina. Alude al zumbido alar mantenido durante todo el tiempo que permanece el mosquito con el pico clavado en su hospedante.

331. El cisne canta su muerte, el cínife los daños de la canícula.

También aparece en La Pícara Justina. En el verano es cuando hacen su aparición los mosquitos y se sufre con mayor insistencia el ataque.

332. Desde chiquito toca su violín el mosquito.

Aquí parece insinuar que el mosquito que nos atormenta con sus picaduras pasa por etapas de crecimiento, esto no es así pues representa la fase final del proceso metamórfico que se inicia con el estado de huevo, le siguen los estados de larva y pupa. Las hembras adultas, nada más aparecer, necesitan tomar sangre de vertebrados para poder reproducirse, cuando se dirigen a la búsqueda de su víctima emiten el característico sonido por vibración de las alas.

333. Pleitos y tercianas, lo peor son las entradas.

334. Fiebre cuartana no hace jamás sonar campana.

Estas dolencias palúdicas son transmitidas por mosquitos.

335. A tocinos salados no nacen cuartanas, sino entre hoces y marranas.

Este refrán señala la época más propicia para padecer cuartanas, en el período estival cuando los mosquitos transmisores están en plena actividad.

336. A burro flaco, todo son tábanos.

Los tábanos se ensañan con los burros, si además están enfermos y debilitados no tienen suficiente energía para alejarlos de su cuerpo.

337. Alta, sus, que pica el tábano.

El tábano realiza picaduras muy dolorosas incluso atraviesa con su fuerte aparato bucal las prendas de tejido duro.

VI–3. Los de interacción casual con el biotopo cutáneo

338. La abeja con su miel convida y con su aguijón atemoriza.

Este refrán que aparece en La Pícara Justina, refleja que junto al beneficio que nos reporta la abeja, la miel, está la temible arma defensiva, el aguijón, con la que puede causarnos tremendo dolor y trastornos alérgicos.

339. Buscar la miel entre las picadas de la abeja.

Este lo encontramos en la novela picaresca La desordenada codicia de los bienes ajenos de Carlos García e informa que al momento de proceder a castrar la colmena para hacer la cosecha de la miel, las abejas emplearán su arma defensiva, el aguijón, con todas sus consecuencias.

340. Las abejas no acometen sino a quien lo hace.

Aparece en La vida de Marcos de Obregón y responde a una realidad, la abeja sólo pica por motivo de defensa.

341. Las abejas pican a su gusto, pero dejan el aguijón y la vida.

Éste también aparece en La vida de Marcos de Obregón y complementa al anterior con una verdad de todos conocida. La vaina del aguijón está ornamentada con dientes salientes, elementos que impiden retrotraerlo una vez clavado en un tejido elástico como nuestra piel.

342. Pica la abeja, más muere en la pelea.

Los dos subvienen a la misma idea, la muerte de la abeja por el traumático desgarro que en el extremo del abdomen se produce al quedar inserto el aguijón en nuestra piel.

343. A picada de abeja, cera de oreja.

Es una frase rimada que nos habla de una terapia de la medicina popular carente de aval científico.

344. Levantan las viejas que San Pedro hizo abejas, y el diablo, por contrahacelle, hizo avispas.

Expresión del sentido utilitario que tiene el hombre sobre la Naturaleza. En realidad tanto la avispa como la abeja cumplen una misión en ella lo que justifica su aparición aunque no tengan el mismo valor para el hombre.

345. La mujer y la avispa, con el rabo pican.

Refrán con ribete machista aunque es cierto que la avispa pica con su aguijón situado al extremo del abdomen, formación que no representa prolongación apendicular de este tagma.

346. Parece hormiga y es avispa.

La hormiga y la avispa, himenópteros con abdomen peciolado al extremo del cual llevan las hembras el aguijón o aculeo, están muy próximas en la escala filogenética, pero no cabe la duda para diferenciarlas. El estado adulto es el que resulta familiar a nuestra observación, de la hormiga vemos con profusión hembras estériles ápteras de librea monocroma, las fértiles aladas al igual que los machos tienen efímera vida exterior; de la avispa machos y hembras alados con librea variegada, además en estas últimas es funcional el característico aguijón con el que pican en acto de defensa.

347. Dios te libre de una avispa terrera.

Alude a las avispas comunes que nidifican en el suelo, las cuales muestran gran agresividad.

348. Parecer un abejarrón.

El abejarrón cuando vuela produce un zumbido por el que no pasa desapercibido.

349. Ya le picarán los abejones, y entonces se de barro.

Esta expresión viene a relatarnos una medida que practicaba la medicina tradicional para extraer el veneno de la picadura: aplicar barro sobre ella.

350. Algunos se ponen el barro antes que les pique el tabarro.

Indica el recurso de la medicina popular al barro.

351. Picarle a uno la mosca.

Se refiere a moscas distintas de la común, hematófagas, provistas de un aparato bucal capaz de picar y atravesar la piel, tanto de animales como del hombre, para extraer sangre. Esta particularidad aparece relatada con precisión en la Historia del famoso predicador Fray Gerundio de Campazas (1775) a quien “se le puso una mosca de burro sobre la ceja zurda, y se le pegó de modo que le costó mucho trabajo el desprenderla” (1ª parte, Libro II, Cap. VII) dado “que una mosca de burro se clava más en la carne que otra regular, por cuanto aquélla tiene el aguijón más penetrante que ésta” (2ª parte, Libro IV, Cap. IX).

352. A picada de mosca, pieza de sábana.

Una respuesta exagerada para una acción no excesivamente agresiva.

353. Picóle la mosca boyuna.

Sobre el ganado bovino se instala una mosca hematófaga que no se desprende del hospedante más que para ir a poner sus huevos en boñigas frescas. Pica a otros animales domésticos, caballos, burros, ovejas, cabras, perros y ocasionalmente al hombre.

354. Allá va la mosca borriquera a la mula, donde ve la matadura.

Esta mosca hematófaga cuando se instala sobre su hospedante clava la rígida y fina trompa en las áreas más despejadas de pelo que encuentre en la piel, por eso nada tiene de extraño que la matadura se convierta en lugar apropiado y preferente.

355. Siempre pica sobre llagado, como mosca.

Este refrán aparece en La Pícara Justina y tiene idéntica explicación que el anterior.

356. ¿No me has querido curar la burra? Pues ahora aguanta las moscas.

Estamos en la línea de los anteriores. A las llagas de la burra vendrán atraídas muy diversas moscas, unas a picar, hematófagas, otras a alimentarse de los exudados y algunas a dejar su descendencia, huevos o larvas, origen de las consabidas miasis que complican el estado sanitario del animal.

357. Humo de romero, ahuyenta las moscas luego.

El humo producido por la ignición de plantas de porte arbustivo como el romero, máxime si aún no están completamente secas, crea una atmósfera densa, oscura, que no permite a las moscas permanecer en ella por falta de luz a la vez que se hace inadecuada para la respiración por la subsiguiente escasez de oxígeno.

358. A la mosca quítale las alas, se le ve la tripa.

El desgarro que se origina al arrancar las alas de una mosca pone la cavidad general, el hemocele, en comunicación con el exterior, provoca la salida de hemolinfa que por coagulación tapona el orificio, pero en modo alguno asoman partes del tubo digestivo.

359. No ser mala mosca de caballo.

Alude a la mosca conocida con el nombre vulgar de “mosca del establo”, hematófaga que pica con preferencia a los equinos.

360. Si quieres bier un pastor apurau que le pique la mosca a o ganau.

El ganado, ovino o bovino, es perseguido en pleno campo por adultos de dípteros, algunos, los de carácter hematófago, se lanzan con certera decisión para picar y extraer sangre, otros revolotean a su alrededor con el fin de depositar sobre ellos larvas o huevos y al advertir su presencia se agitan e incomodan para lograr evadirse de tan molesta carga.

361. Hacer más daño que las moscas de San Narciso.

Este refrán se hace eco de la leyenda nacida en el s. XIII cuando el sitio de la ciudad de Gerona por las tropas del rey de Francia (Crónica de Bernat Desclot), a cuya liberación acudió el Altísimo, por intermedio del patrón San Narciso de cuyo sepulcro nació tal cantidad de moscas hematófagas que diezmaron al ejército galo, en caballos y hombres, sin necesidad de enfrentamiento campal.

362. Sentéme en un hormiguero; ¡oh que mal sentadero!

Delata la desagradable sensación que causa la invasión corporal de tantos individuos que dependiendo de la especie pueden llegar a ocasionar mordeduras.

363. El alacrán tiene la ponzoña en la cola, y la mujer, en la boca.

Refrán de corte machista pero es cierto que al extremo del abdomen lleva el alacrán su aguijón y glándula del veneno.

364. Si el escorpión viera y la víbora oyera, no habría hombre que al campo saliera.

Este arácnido es depredador de actividad nocturna, se alimenta de insectos y otros artrópodos, pero al hombre y a otros mamíferos les ataca en defensa y por descuido de ellos, no son su presa preferida.

365. Quien del alacrán fue picado, aún de su sombra vive espantado.

Por el tremendo dolor y demás complicaciones que origina el veneno transmitido por la picadura.

366. Guardaos no os muerda el alacrán.

En terreno de alacranes es obligado tomar precauciones para evitar la dolorosa e irritante picadura.

367. El alacrán no lo toques y no te picará.

Es una sabia recomendación para obviar desagradables consecuencias de la picadura.

368. Parece que está picado de la tarántula.

Que no tiene parada. Viene de la creencia medieval que para curarse de la picadura de la tarántula había que estar bailando sin cesar.

369. El dolor de la muela, no es como la picadura de la tarantela, y no le quita la vihuela.

Porque se daba por hecho que el dolor y demás consecuencias de la picadura de la tarántula se quitaban bailando la tarantela.

VII. Flagelos de intereses

370. A palo que no florea, no le bajan cigarrones.

Los cigarrones necesitan ingerir alimentos con agua de constitución por eso no se detienen en hierbas, ni arbustos secos.

371. Es más temible que la langosta.

Resalta la gravedad de los daños que acarrean las grandes bandadas de langostas que se ciernen sobre los cultivos en años de plaga.

372. Son más que langosta

Aparece en el Guzmán de Alfarache apócrifo. Resalta la exorbitante población de la fase gregaria, la que causa las grandes plagas y devastaciones.

373. Una langosta no hace verano.

Un solo individuo no origina daño alguno.

374. Juez pesquisidor, langosta del labrador.

Está en la línea de los desoladores daños que origina la langosta en la agricultura.

375. Ni hay carcoma que así coma, como mala compañía.

La carcoma son coleópteros xilófagos de pequeño tamaño que originan tremendos destrozos en maderas de construcción, muebles, obras de arte, etc.

376. De arriba abajo vuela el escarabajo.

Aunque en principio reconocemos una frase rimada, refiere el fenómeno de la hipsotaxis (de υψος= altura; alto; elevación; ταξις= orientación) manifestado por los adultos de muchas especies de escarabeidos que cuando emergen del suelo realizan vuelos hacia perfiles elevados en el horizonte: hileras de árboles, formaciones boscosas, etc. Puntos que posibilitan el encuentro y acoplamiento de los dos sexos, desde los que las hembras, una vez saciadas las necesidades alimenticias, emprenderán un vuelo descendente hacia los terrenos cultivados o praderas para realizar la puesta.

377. En la más fina grana cae la polilla.

Cualquier paño, sea fino sea burdo, puede ser objeto de utilización por la polilla.

378. Comerse uno de polilla.

Esta frase de sentido figurado y familiar alude a la destrucción de paños, telas, pieles, etc. que origina la polilla de un modo que no resulta aparente hasta que no ha quedado inservible la preciada prenda.

379. Comerse uno la polilla.

La sentencia parece una variante de la anterior, no le encontramos un sentido claro. La entomofagia está fuera de las prácticas de nuestra sociedad ni tampoco parece un apetitoso manjar el polvillo que a veces sale de una prenda o útil apolillado.

380. Si el dinero se apolillara, más a prisa se gastara.

Las monedas metálicas no son aptas para el desarrollo de estos insectos, en todo caso los billetes de papel, aunque por aquellas fechas estos no circulaban como en el momento presente.

381. Si la polilla hiciera lo que debiera, no caería en la buena ropa, sino en la mala lengua.

Imposible que aparezca la polilla en tejidos animales vivos.

382. Donde hay migas, hay hormigas.

Resalta el carácter recolector de las hormigas, además advierte que si dejamos desperdicios en algún recinto pronto será invadido por ellas.

383. No se en qué topa: en algo debe de ir, como dijo la hormiga.

Esta expresión aparece en el Guzmán de Alfarache. Alude a la impresión que causa observar a las hormigas en el transporte de elementos que superan su tamaño corporal hacia el hormiguero y que para introducirlos siempre hallan dificultad.

384. Algo debe de ir, como dijo la hormiga.

Éste resulta una variante del anterior en el que apreciamos una consideración lucrativa del transporte.

385. Del mal asno se queja la hormiga.

Cuando pasta libremente, marcha, corre, salta y apoya las pezuñas sin miramiento del lugar, en ocasiones sobre la boca de un hormiguero, el camino que llevan las trabajadoras, etc.

386. Del mal del asno se queja la hormiga.

Creemos que hace referencia a los revolcones que realiza el asno aquejado de torzón u otros males que, como en el caso anterior, pueden cegar la entrada del hormiguero e incluso barrer el sendero de las trabajadoras.

387. Agua y sol, á las huertas es lagarta y á las viñas pulgón.

Si las condiciones ambientales resultan buenas para la vegetación, tanto de las plantas de huerta como de la viña, también se ven favorecidos los insectos que sobre ellas viven, la lagarta y el pulgón.

388. Cabra por viña, peor que tiña.

389. Quien tiene viña tiene tiña, pero más tiene el que no la tiene.

En este caso el término tiña hace referencia a las orugas de dos lepidópteros que en la vid destruyen yemas, hojas y bayas, de ahí que el refrán las compare con el destrozo que origina la cabra con su ramoneo.

390. No comas uga, si no te la dan os esmolaticheras.

390. No comas uva, si no te la dan los cortapicos. (las tijeretas) (trad. del aut.)

Esmolaticheras es un aragonesismo que designa a los cortapicos o tijeretas, aunque están reputados como depredadores de otros insectos, tienen avidez por los frutos maduros de diversas plantas, con gran contenido de agua y ricos en azúcares. El fruto de la vid está entre sus preferencias, cuando acceden a él plenamente maduro originan cuantiosos daños, de mayor consideración si se trata de uva para consumo de mesa.

391. Si mal–duerme o revoltón temieras, por matarlos haz cuanto pudieras.

Recomendación al buen viticultor para que no descuide eliminar a las orugas que guarecidas en el suelo pueden llegar a la cepa para destruir, yemas, hojas e inflorescencias.

392. Echa trigo al horón sin gusano y sin colcón, y no te faltará comprador.

Alerta sobre las buenas prácticas para el entroje de cereales, evitar la presencia de los gorgojos y polillas, insectos que atacan a los granos con la consecuente depreciación.

393. Tanto guardó la ropilla, que sólo la halló la polilla.

Hace mención a la facultad que tiene este insecto antrópico, la polilla, para captar las señales que envía la ropa y alcanzarla con las consecuencias de todos conocidas. Son necesarios los insectífugos para proteger las prendas de tan destructivo enemigo.

394. Negrilla lleva el trigo y gusano el higo.

Los higos pueden contener larvas de “la mosca del higo”, Silba adipata, o de “la mosca mediterránea de la fruta”, Ceratitis capitata, que se desarrollan a expensas de las flores y la pulpa del receptáculo, al final salen del sicono por un orifico perforado en la pared, para caer al suelo y pupar.

395. Ayer quería comerse el mundo, y hoy se lo comen los gusanos en el sepulcro.

Expresa la rápida invasión de un cadáver por larvas de insectos sarcófagos y necrófagos, la primera brigada que llega pertenece a los Dípteros.

396. Lo que se han de comer los gusanos, que lo disfruten los cristianos.

Éste está en clara concordancia con el anterior. Todos los seres vivos tanto del reino animal como del vegetal una vez muertos serán pasto de insectos que propiciarán la descomposición de la materia para volver los elementos constitutivos de la misma al ciclo geoquímico.

397. ¡Criástete como gusano en estiércol de letrina!

Aparece en La Pícara Justina y hace alusión a las larvas coprófagas de insectos que viven en las letrinas: dípteros en su mayor parte.

VIII. Sinántropos

398. Aquila non captat muscas.

398. El águila no coge moscas.

Es cierto, porque, en realidad, el águila no es un ave insectívora.

399. La vergüenza y las moscas, para nada sirven y para todo estorban.

En lo que respecta a las moscas no es cierto porque si bien los adultos por importunos resultan despreciables, cuando se encuentran en el estado de larva realizan importantes e imprescindibles funciones en la naturaleza por su condición de coprófagas, necrófagas, saprófagas, sarcófagas, etc.

400. Mosca viva y pegada a la pared.

Las moscas antrópicas, domésticas, bravas, etc., buscan con frecuencia los muros bien iluminados y soleados, se fijan en ellos por un espacio de tiempo más o menos prolongado y dejan de importunar tanto al ganado como a las personas. A veces, en los recintos que mantienen condiciones constantes de temperatura y humedad, aparecen muertas de esa guisa, con un halo blanquecino a su alrededor, la deposición de las esporas producidas por el agente causal, el hongo específico Entomophthora muscae.

401. Sin que lo sientan las moscas.

Denota un hecho real, la gran sensibilidad de los órganos mecanorreceptores de las moscas para captar vibraciones transmitidas a través del sustrato donde están posadas o por el aire.

402. Mozo, ¿quieres amo? A la mosca, que es verano.

En verano las moscas están en plena actividad.

403. Aunque la moza es tosca, bien va allá la mosca.

La mosca importuna sin realizar distingos.

404. Amagar y no dar, es las moscas espantar.

Insinúa que la única manera de verse libres de la importunación de la mosca es matándola y no simplemente espantándola.

405. Hay jovencitas que parecen bobas, y le cuentan los pelos a una mosca.

El recurso a contar las quetas y a observar su disposición, la quetotaxia, tiene importancia para la clasificación de Dípteros e identificación de especies.

406. Entróse una mosca en la alambrera y a miles se entraron tras ella.

Las moscas son atraídas por diversas sustancias de naturaleza química, olores que emanan de los alimentos, bebidas fermentadas (vino, cerveza, etc.), este refrán nos indica que la mosca logró superar la barrera interpuesta para llegar a los alimentos protegidos por la alambrera y fue seguida por un gran número de congéneres.

407. Según es el bodegón, así son las moscas.

La abundante presencia de moscas en un establecimiento de estas características estaba asegurada por las favorables condiciones ambientales que ofrecían, la existencia de olores y líquidos atrayentes así como la nada despreciable acumulación de desperdicios orgánicos generados por la actividad que se realizaba en ellos. Las moscas presentes en cualquier bodegón reflejaban la diversidad específica en el área, ni su número ni su tamaño guardan relación con la categoría del establecimiento.

408. Guárdase la mosca, para que la araña la coma.

La mosca resulta pasto de la depredadora araña nada más situarse en el radio de acción de ésta.

409. Guardóse de la mosca y comióla la araña.

Éste parece una variante del anterior en el que la incrustación de la preposición “de” en la primera parte de la sentencia le priva de sentido entomológico.

410. Importuno como mosca, tú le descosca.

La mosca doméstica somete a las personas a un verdadero tormento con su continuo deambular y posarse sobre manos, brazos, cara, etc.

411. La mosca, al buey sucio se atreve.

Esta condición ofrece mayores posibilidades para encontrar alimento a las moscas que van al buey sólo para succionar y picar como las hematófagas.

412. Anda en zancas, como las arañas.

Hace referencia a la largura de las patas de la araña con relación a la forma y tamaño corporales.

413. El banquete de la araña: una mosca presa en la telaraña.

Las arañas son depredadoras y entre sus presas se encuentran diversos dípteros, la mosca común entre ellos.

414. Si la araña no tejiera, ¿de qué viviera?

No todas las arañas tejen tela para cazar a sus presas; las que esto no hacen utilizan otras artes para tal fin, como por ejemplo suspenderse por un hilo de seda.

415. Con su maña caza a la mosca la araña.

Está en relación con los anteriores. La araña caza a su presa con la tela o bien suspendida de un hilo o de otro modo, como realizar saltos para caer sobre ella.

416. La araña, suelta el ratón y la mosca apaña.

Aunque la araña ataque a un ratón no lo inmoviliza como hace con la mosca.

417. La ley, como la telaraña, suelta al ratón y a la mosca apaña.

La telaraña no tiene consistencia suficiente para sujetar animales que al impactar exhiben demasiada fuerza.

418. La telaraña, lo flaco apaña.

Delata la poca consistencia que tiene esta tela.

419. Los moscones rompen las telarañas, y las moscas se enganchan por las patas.

Los moscones tienen mayor tamaño que las moscas y al chochar con la telaraña son capaces de rasgarla y salir sin que la tejedora pueda cazarlos.

420. Ser más puerco que la araña.

El animal está pulido, lo que resulta detestable es la telaraña cuando se observa en alguna estancia, aunque la expresión puede hacer referencia al veneno producido por las glándulas asociadas a los quelíceros que ocasiona cuadros alergénicos en personas sensibilizadas.

421. Araña hiladora, no hay en el mundo tal tejedora.

Resalta la producción del hilo de seda por las glándulas sericíparas situadas en la parte ventral del abdomen y que darán finalmente cuerpo a la telaraña.

422. La araña nació para hilar, y el hombre, para trabajar.

Las arañas producen los hilos de seda bien para fabricar las telarañas, bien para pender de ellos y así cumplir con algunas de sus funciones vitales.

423. Nunca medre la araña, que hila y no devana.

Los hilos de seda que produce la araña son fruto de una secreción continua que realizan las glándulas sericíparas la cual al contacto con el aire se solidifica.

424. En vano se limpia la telaraña si continúa viva la araña tejedora.

Las arañas, en general, tienen el sentido de la vista insuficientemente desarrollado, por ello se auxilian de estímulos táctiles y vibratorios, para orientación, captura de presas o volverse en retirada. La telaraña es el medio de que se valen un buen número de especies para atrapar a sus presas las cuales, con el impacto, generan los estímulos que proporcionan a la tejedora información sobre el tamaño y la posición que ocupan, así como lanzarse a la captura o darse a la fuga. Una araña privada de la telaraña sin que su ciclo de vida haya llegado a su fin volverá a tejerla de nuevo para concluirlo.

425. La telaraña, la herida sana.

Aunque parece un remedio de medicina popular, próximo a la superstición, existe un grado de evidencia que avala el poder antihemorrágico de alguna sustancia presente en la telaraña.

IX. Utilidades

IX–1. Lucro

426. Parecer un enjambre de abejas o abejorros.

Los enjambres de unas y otros se generan de distinta manera. El de abejas lo componen la reina con un considerable número de obreras que salen de una colmena bien poblada para fundar la nueva colonia que nunca estará libre de efectivos. Los de abejorros están acomodados al ciclo anual, se inician en primavera, cuando las hembras fertilizadas invernantes retoman la actividad, cada una busca un emplazamiento para comenzar la puesta de huevos y así, poco a poco, allegar efectivos para las tareas de la colonia que en otoño quedará reducida a un determinado número de hembras fertilizadas que pasarán a la invernación.

427. Más vale una abeja sola que mil moscas.

Hace mención a la buena consideración que se dispensa a las abejas pero una sola individua no vale para nada porque toda su utilidad está en el conjunto que vive y opera en la colmena.

428. Quien todo es miel, cómenle las abejas.

Las abejas producen la miel pero también se alimentan de ella durante la época que no practican el pecoreo y para la fabricación de los panales al tiempo de enjambrar así como para la reparación de estos cuando se hace necesario.

429. Las abejas hacen la miel, y las moscas se la comen.

Las moscas son atraídas por la miel pero en modo alguno entran en la colmena para satisfacer su gula y causar estragos, no están entre los insectos que preocupan al apicultor.

430. Buen año de miel, que los zánganos van por agua.

Los zánganos realizan pocas actividades en pro de la comunidad, pero el transporte de agua para mantener constantes las condiciones térmicas dentro de la colmena recae en las obreras.

431. Tierra tomillera, tierra abejera.

Cierto porque el tomillo da abundante flor y permite el pecoreo de las obreras.

432. Donde pisa la oveja, no comen abejas.

Porque el rozo de las ovejas no permite que las plantas lleguen a florecer.

433. Abejas sin comida, colmenas perdidas.

La vida de una colmena depende del continuo aporte alimenticio practicado por las pecoreadotas, necesario para que la reina ponga huevos, la cría se desarrolle y la demografía no se resienta a medida que van muriendo las abejas más viejas.

434. Colmena con mala maestra, la polilla acaba con ella.

La acción destructora del mayor enemigo de la colmena, la polilla de la cera, se hace más patente cuando comienza a resentirse la organización de la sociedad por envejecimiento, enfermedad, etc. de la reina.

435. La colmena y el conejo, en el monte viejo.

Cierto porque al estar establecido el clímax disponen las pecoreadoras de abundante flor para libar néctar y recoger polen, sin padecer períodos de necesidad.

436. Destiños o escarzos, si hay en tus colmenas, enfermas las verás, o poco buenas.

Consejo para que los buenos apicultores procuren observar bien los panales al objeto de evitar el establecimiento de agentes nocivos que puedan tener como consecuencia final la destrucción de la colmena.

437. Si quieres colmenar florido, castra temprano y escarza tardío.

Este refrán aconseja al apicultor el momento más oportuno para llevar a cabo dos actividades que redundarán en los buenos resultados de la granjería, la cosecha de la miel, castrar y la sanidad de la colmena, escarzar. Sin embargo, la secuencia está invertida.

438. Cambiar por oro saben los glotones, de la humilde carrasca los botones.

Es la exaltación del valor que tiene la seda producida en este caso por un gusano que vive a expensas de las hojas de la quercinea. Esta especie no logró suplantar al afamado gusano de seda.

439. El gusano del ricino es también muy peregrino.

440. Es un verdadero encanto el gusano del alianto.

Estos dos refranes hacen referencia a dos especies de lepidópteros bombícidos que se intentó aclimatar para sustituir al gusano de seda en las postrimerías del siglo XIX cuando la situación sanitaria de éste hacía peligrar la pervivencia de su producción. El intento quedó en un deseo por diversas razones: la calidad de la seda, la mayor dificultad para la cría, etc.

441. En las mudas postrimeras, son las penas verdaderas.

El gusano de seda, antes de tejer el capullo y transformarse en pupa, completa cinco fases o edades delimitadas por la renovación del tegumento externo, la muda, proceso bajo regulación endocrina, de enorme complejidad en los insectos con metamorfosis completa, holometábolos, como los lepidópteros. La pérdida de efectivos ocurre en todas y cada una de las edades, sin embargo, sólo resulta alarmante al final, en la etapa crítica: anomalías fisiológicas y patológicas con resultado de muerte, se manifiestan en la penúltima edad, también alteraciones endocrinas por deficiente o mala alimentación, que desembocan en una edad suplementaria o bien repercuten en el estado sanitario de la última edad o en la capacidad para tejer el capullo de seda.

442. Mucho importa la frescura a quien seda se procura.

Porque una temperatura suave mantiene la actividad fisiológica del gusano a un ritmo normal sin poner en peligro su vida de tal modo que al final todos llegarán al emboje sin problemas.

443. Estando el tiempo sentado, ten tu gusano aireado.

Para evitar temperatura y humedad elevadas que favorecerán las infecciones micóticas provocadas por el hongo Beauveria bassiana y algún otro desarreglo fisiológico conducente a patologías de índole diversa.

444. Con el aire de lebeche no hay gusano que aproveche.

Este es un viento del S.O., cálido, que en nada favorece la cría del gusano pues le provoca desarreglos que conducen a estados patológicos irreversibles.

445. El aire de lebeche pone al gusano como la leche.

El refrán se vale de la rima para presentarnos el estado final de una enfermedad del gusano de seda que se ve favorecida por esta condición atmosférica, conocida desde muy antiguo aunque el agente causal, el virus de la poliedrosis nuclear, no fue descubierto hasta el primer cuarto del siglo pasado. El virus se replica en los núcleos de las células de los diversos tejidos, provoca alteraciones tisulares que conducen a la muerte del insecto cuyo tegumento rompe fácilmente y, en expresión de A. Paillot (Traité des maladies du vers á soie, Paris, 1930), deja salir “una sangre lechosa” que contiene innumerables corpúsculos birrefringentes de forma hexagonal. Estos son los poliedros de naturaleza proteínica donde están englobados los viriones.

446. Si aparece el negrillo, no te quedará ni un gusanillo.

Esta enfermedad se manifiesta por manchas negras del tamaño de un grano de pimienta (de aquí el nombre francés pebrina, de “poivre”) distribuidas por la superficie corporal, resultado del crecimiento del agente causal, el microsporidio Nosema bombycis, en las células del tejido adiposo y se transmite de modo horizontal, al ingerir alimento contaminado y vertical a través del huevo. Los gusanos que salen de huevos portadores del microsporidio mueren poco después de avivar; los que se infectan en las primeras fases no llegan a formar el capullo, en cambio lo tejen y se transforman en pupa aquellos que enferman después de la cuarta muda, pero los adultos a que dan origen son los responsables de la transmisión de pebrina o negrillo a la descendencia. Esta enfermedad es conocida desde antiguo, en el siglo XIX puso en peligro la industria sedera que pudo contenerse gracias a las observaciones del sabio Pasteur quien ideó un método para recoger semilla de progenitores libres del pernicioso protozoo (A. Paillot, op. cit., 1930).

447. Con un gusanillo se pesca un barbillo.

Es de sobra conocido el empleo de insectos como carnaza para la pesca fluvial.

IX–2. Predicción

448. Por Santa Lucía, achican las noches y se agrandan los días: primero a tumbo de piojo; después, a paso de gallina, y por Navidad, los ciegos lo verán.

Este refrán trata del crecimiento de los días pasado el solsticio de invierno, pero emplear como elementos de medida las volteretas de los piojos no resulta convincente. Estos insectos son sedentarios, durante toda su vida permanecen unidos con firmeza al pelo del hospedante (el de cabeza) o a las fibras de la ropa (el corporal).

449. Por San Matías, la seda aviva.

Ha llegado la primavera, brota la morera y los huevos del gusano de seda eclosionan, nacen las larvas a las que hay que alimentar y cuidar para que después de recorrer los pasos de su desarrollo tejan el capullo de seda para encerrarse a pupar.

450. Mayo ventoso, julio piojoso.

Falso si se refiere a los piojos humanos, por el contrario si hace referencia a los “piojos” de las plantas, los pulgones, puede tener cierto grado de aceptación pero con matices.

451. Año de ovejas, año de abejas.

Estamos ante una primavera con lluvias oportunas que han dado buena brotación y por ende floración que propicia el pecoreo de las abejas.

452. Abejas revueltas, tempestad a vueltas.

La capacidad sensorial de la abeja es extraordinaria, responde tanto a estímulos físicos como químicos y de ella se valen para el establecimiento, desarrollo, formación y continuación de la sociedad. La predicción de que da cuenta el refrán está recogida por Fray Luis de Granada en su “Introducción al símbolo de la Fe” (Parte 1ª, Cap. XX, Obras Completas, vol. IX, 1996. p. 195) “conocen cuándo ha de haber lluvias y tempestades antes que vengan, y en estos tiempos no van lejos a pacer, sino andan con su zumbido al derredor de la colmena. Lo cual visto por los que tienen cargo de ellas, suelen dar aviso a los labradores de la mudanza del tiempo, para que conforme a ella se reparen y provean” pero no hay todavía certeza científica para aceptarla.

453. En año de lagarta, no plantes viña ni granja.

Falso a nativitate, en expresión de Rodríguez Marín (op. cit., 1895), por su carácter supersticioso.

454. Cuando el año está de pulgas, hasta caen con la lluvia.

La abundancia de pulgas se debe a condiciones favorables, temperatura, humedad relativa en grado adecuado, alimentación, etc. que permiten su desarrollo. La lluvia no las acarrea.

455. Pulgas en los palangres, levante seguro.

Por ser predictivo entra en la consideración de falso.

456. Lo que desea la abeja y la oveja, no lo vea Valdecorneja.

457. Lo que la abeja y la oveja desean tus ojos nunca lo vean.

Estos parecen expresar el deseo del agricultor y no el del ganadero porque reniegan de la abundancia de hierba por exceso de lluvia que no permite la buena cosecha agrícola.

458. Si las hormigas toman el sol, pronto se marcha el calor.

Entra en la consideración de falso por su condición de predictivo.

459. Araña que por su hilo hacia ti cae, bienes te trae.

460. Araña que por su hilo se descuelga, anuncia buenas nuevas.

Tienen carácter de supersticiosos por lo que resultan falsos a nativitate. No obstante hay especies de arañas que utilizan este medio para la captura de sus presas.

461. Cuando la araña está quieta y la gallina revuelta, la ventolera está cerca.

462. Cuando las arañas ni en su nido ni en su sitio están, la lluvia próxima es.

Falsos como todos los predictivos.

463. Si el murgañón tapa la casa, coge enseguida la capa.

Falso como todos los predictivos.

464. Araña por la mañana, señal mala; pero si por la tarde la encuentras, señal buena.

Tiene carácter de supersticioso por lo que resulta falso a nativitate.

465. En la casa donde hay telarañas, las doncellas no se casan.

Falso por supersticioso aunque la abundancia de telarañas en una casa podía ser considerada falta de aseo, descuido e incluso pobreza.

466. Quien rompe una tela de araña, a ella y a sí mismo daña.

Creencia supersticiosa, aunque podríamos pensar que hace referencia al carácter depredador de las arañas con el que eliminan insectos nocivos.

467. Anda el abejón arriba en la rama, buen día de sol se cata mañana.

Falso como todos los predictivos.

468. Si pican mucho las moscas, y se atusan los bigotes los gatos, l’agua caerá a capazos.

Falso como todos los predictivos.

469. Calentar la chicharra.

Este lo hallamos en la Historia del famoso predicador Fray Gerundio de Campazas. Alude a la estación de actividad de estos insectos, el verano, cuando hace mucho calor.

470. Cantar la chicharra.

Tiene idéntico sentido que el anterior.

471. Nube de mosquitos, agua prontito.

Hace alusión a una actividad normal de muchos dípteros nematóceros, el vuelo de enjambres de machos, la danza sexual, para llevar a cabo la copulación con las hembras, pero nada tiene que ver con la predicción de lluvia.

472. Cuadra sin arañas, bestias nunca sanas.

Hace referencia al carácter carnívoro de la araña que consume moscas, la común y la del establo.

473. ¡Qué gordos son los piojos de los pobres!

Este refrán entraría a formar parte del grupo de los supersticiosos, falso a nativitate.

474. Quien escupe a las hormigas en su horado, se le hincharán los labios.

Este refrán debemos incluirlo entre los supersticiosos, por tanto, falso a nativitate.

475. Si mordido de escorpión te montas sobre un burro, a él pasas el dolor que te causó la mordedura.

Esta expresión se encuentra en La Pícara Justina, se aproxima a la magia simpática, nos viene a explicar, por la ley del contacto, que en tal contingencia el dolor causado por la picadura del escorpión queda retenido por el burro.

X. Carácter tópico

476. A la Vera, por piojos y cagalera.

477. Cardeñosa (Guadalajara), Cardeñosilla, camino real; ricos de piojos y pobres de pan.

478. San Benito (Cuenca), camino real; ricos de piojos y pobres de pan.

La calificación de estos refranes nos la facilita el maestro Rodríguez Marín (op. cit., 1895) para quien son “asimismo refranes generalmente falsos, o, cuando menos, exagerados, los de carácter tópico que se encaminan a ensalzar o deprimir las cualidades de los países y pueblos y de sus habitantes”.

479. En Ubrique (Cádiz), la mosca te pique.

480. Ubrique mala mosca te pique.

Son frases rimadas que como en los anteriores su significado no otorga a Ubrique exclusividad en cuanto a moscas molestas.

481. En Getafe, cada pulga como un elefante.

Este refrán se encuadra con los anteriores, resulta exagerado.

482. La posada de la Estrella no tiene chinches.

La chinche es un insecto antrópico por eso, en un albergue a campo raso, nadie se encontrará con ellas.

483. La aseada de Villarrasa (Huelva) que para matar las chinches quemó la casa.

Una exageración que pone en evidencia hasta donde pueden conducir los estados de entomofobia.

484. Las pulgas de Antillón (Huesca) de lejos parecen piojos y de cerca lo son.

Esta expresión se vale de la rima pero no hay confusión posible entre un piojo y una pulga: aquél sedentario, ésta saltadora, pero además presenta unos caracteres morfológicos en cabeza, piezas bucales, tórax, patas, abdomen y genitalia externa que no se repiten dentro de los hexápodos.

485. Alcalde de Moscas.

486. Ser como el alcalde de Moscas

En realidad se hace mención a un topónimo de la Comarca del Páramo Leonés, el pueblo de Moscas del Páramo perteneciente al Ayuntamiento de Roperuelos del Páramo.

487. En Cuenca hay un puente para pasar Moscas.

Es un hidrónimo

488. Cuando la sierra de Mosca se toca, toda la villa se hace una sopa.

Es un orónimo

XI. Los crustáceos

489. El camarón que se duerme lo lleva la corriente.

Este crustáceo decápodo vive en zonas costeras a poca profundidad, aunque pertenece al grupo de los nadadores no resiste al embate de fuertes corrientes.

490. No comas más que camarones, y verás qué cara pones.

A pesar de lo apreciado que es el marisco, se realiza una acertada recomendación alimenticia, no convertirlo en dieta única ni permanente, aspecto del que se cuidaban en tiempos pasados pues la Gananciosa (en Rinconete y Cortadillo de Cervantes) aderezó el almuerzo con viandas varias “y un plato de camarones, y gran cantidad de cangrejos” y el fatigado Estebanillo González nos dice que “aplaqué el cansancio con ostiones crudos, y camaroncitos con lima” (Vida y hechos de Estebanillo González, Lib. I, Cap. IV;, p. 1757).

491. Camarón y cangrejo corren parejo.

Ambos crustáceos muestran torpeza para la marcha.

492. Anda siempre para atrás, como los cangrejos.

493. Andar, o adelantar, o ir, como el cangrejo.

Ambos refranes resaltan la torpeza del crustáceo para la marcha.

494. Guárdate, moza, de promesa de hombre, que como cangrejo corre.

Se hace eco de esa lentitud para la marcha que caracteriza al cangrejo.

495. Nunca los cangrejos andarán derechos.

La condición de animales invertebrados no les permite llegar a enderezar su postura, además dentro de esta línea evolutiva, el Tipo Artrópodos es el que ha alcanzado la sima.

496. “¡Te veo besugo; que tienes el ojo claro!”. Y era un cangrejo como un diablo.

Nos encontramos ante una expresión graciosa, pero en el más puro sentido zoológico no cabe confusión entre dos animales tan diferentes, un pez, vertebrado y un crustáceo, invertebrado.

497. Mar de fondo en esta costa, malo para la langosta.

498. Mar de fondo en la costa, malo para la langosta.

Este crustáceo decápodo del grupo de los marchadores vive en fondos rocosos a moderada profundidad, donde encuentra refugio y alimento pero las alteraciones de la calma marina no le son propicias para permanecer allí.

499. La langosta y el cazón en mayo tienen sazón.

La expresión nos alerta de la época para la pesca de la preciada langosta.

500. Los langostinos, en el mar estaban, y ya pedían vino.

Este refrán tiene corte moderno. Alude a un acompañante necesario para hacer más deliciosa la deglución del crustáceo.




BIBLIOGRAFÍA

Los refranes aquí comentados proceden de los siguientes repertorios, diccionarios y obras literarias:

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“La vida de Marcos de Obregón”, Vicente Espinel, La Novela Picaresca Española, Aguilar.

”La vida y hechos de Estebanillo González”, La Novela Picaresca Española, Aguilar.



Refranes de tema entomológico (y II)

SANTIAGO ALVAREZ, Cándido

Publicado en el año 2010 en la Revista de Folklore número 2010.

Revista de Folklore

Fundación Joaquín Díaz