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Revista de Folklore número

198



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LENGUA Y TRADICION DEL BIERZ0 ALTO (I)

ARIAS BARREDO, Aníbal

Publicado en el año 1997 en la Revista de Folklore número 198 - sumario >



PRESENTACION

Esta representa la primera entrega de una serie sobre la que me encuentro trabajando hace ya años. Es un sueño, una vieja inquietud, de autoafirmación de mis raíces. Cuando regresé del extranjero en 1985, donde me desempeñé durante 25 años, me quedé gratamente sorprendido de encontrar a alguien como J. L. Alonso Ponga (con quien recuerdo haber tenido una breve conversación), y Joaquín Díaz, interesados en lo «nuestro».

Para ese entonces, en el momento de ese primer contacto (al que me había dirigido mi entrañable amigo César Hernández Alonso), ya obraba en mi poder un buen acopio de cintas grabadas con mis gentes en mis pueblos del Bierzo Alto. Avatares de la vida me impidieron sentarme, en esos momentos, a procesar todo este tesoro escondido. Pero creo que ha llegado la hora de abrir los precintos de esa vieja caja de cartón y resucitar a mis muertos. De ella espero que salgan (al rebobinar la película de tantas horas de conversación, cómplices de reuniones, «familiares» por lo entrañables) alborotados torrentes de palabra leonesa no fácil de conseguir ya.

Mi propósito es sacar a luz pública, en una secuencia, que bien se puede titular Lengua y tradición del Bierzo Alto, el material contenido en una serie de grabaciones de entrevistas, fruto de viajes y más viajes por los pueblos bercianos comprendidos entre el río Tremor y el Sil; pueblos olorosos a trabajo agrícola y montaraz, mezcla de mito, de leyenda, de religiosidad y de terruño, en los que pulula un componente humano subyacente con sabor a bruma agreste y a sarcasmo bastante primitivo y socarrón.

Los textos que iremos encontrando no son otra cosa que una tradición hecha palabra oral, viva, mi primera palabra, que, sólo deformándola, devaluándola mucho, es susceptible de ser conservada. Pero creo que merece la pena ese holocausto de resurrección.

En cuanto al contenido, los textos que presento se encuadran en el marco de la temática de los ramos ya publicados, pertenecientes a otras regiones. De modo que la originalidad consiste en la recolección y publicación de textos orales no reseñados todavía en la literatura existente sobre el tema. La recreación que de ellos se hacía en cada pueblo del Bierzo Alto es lo que hace que la constante de tradición se diversifique en cada muestra, de modo que todas las manifestaciones sean diferentes, como diferente es cada instante que pasa, cada persona que hace historia y cada ingenio popular que quiso y supo dejarnos la huella de nuestro pasado en su creación.

Por lo que respecta a la forma de manifestación lingüística, voy a poner un celo especial en conservar la forma original, que es mi lengua de infancia, con acotaciones oportunas, explicativas del sentido de algunos elementos léxicos y sintácticos de dudosa comprensión, en espera de un nuevo estudio dialectológico que ya tenemos proyectado. La lengua es la que echamos de menos en la bibliografía consultada.

No pretendo en modo alguno, al menos por el momento, hacer un estudio analítico del género o géneros literarios a que pertenecen o del que pueden derivarse. Considero que muy bien puede llenar este vacío la bibliografía ya publicada, sobre todo la encomiable obra de los autores ya mencionados.

Es mi intención ponderar sobre todo los entresijos poco o nada tocados del léxico, de la sintaxis y de las estructuras que sirven de soporte a una gran riqueza idiosincrática que, por suerte, me tocó vivir hasta cerca de los quince años. En esa lengua conocí la visión del mundo y de las cosas, mundo y cosas que me devuelven los textos de los ramos que ahora intento dar a conocer. Se trata de un mundo de montaña de urces y rebollas, de hadas y duendes sólo visibles a los suyos, de sudor, de frío, de nieve, de «lleras» y «llastras», aridez convertida en cosecha de pan y de ganado. Desde ahí precisamente se ha de hacer la interpretación de nuestros ramos, en una semántica profunda a la que no es fácil llegar, porque en ella se encuentra la savia de lo berciano: cabras y «uveyas» que conviven con los «llobus», hombres de piorno y de urz, de huerta, de roca y de braña.

Empiezo por ofrecer las representaciones de mi pueblo natal Quintana de Fuseros, sencillamente porque es lo que mejor conozco, un material de primera mano, objeto de vivencias personales en la casa y en la calle. En esa mi vida inicial, era todavía de dominio común la coplilla autodescriptiva de mi recortadito tío Lasho (1): «póngase la gente / póngase bien alta, / la que sea baja / que busque una banca». Ahí estaba en cada faena y en cada palmo de tierra al lado de cada «pareja» o yunta de labranza la figura del mozo de la Adoración de los Reyes, «...Quicu, 'I Cascallana,... pu la iglesia arriba, cumu haciendu caminu con la aguihada en la manu», en el curioso diálogo con Pepón, el «Curnoque»:

-Quico:
Apártame bien la gente,
nú lu tengas a pereza;
cun esas patas tan llargas
pareces la deligencia.
-La gente ya stá apartada.
S'algúnu n'ha ubedecidu,
séñamelu, Alcurnoque,
que lu picu nú fucicu (2).

Es decir, dime quiénes son los remisos a abrir camino (para que pase el cortejo de doncellas), que los pincharé con el aguijón de la aguihada, y verás cómo se apartan.

La esencia arquitectónica o construcción hipertextual de estas representaciones estaba perfectamente conservada por la tradición, así que me confiesan que les costó muy poco reactivarla y ponerla en escena. Incluso es posible constatar el origen de alguna pieza como la estructura y texto de la «manda», que el informante ML nos documenta (en forma perfectamente razonada) hacia finales de 1700 o primeros de 1800. De esa tradición la aprendió él y me la enseñó a mí, tal y como aparece en esta edición. Aunque el texto no es mío, sino del propio ML, que estuvo implicado en el acto. La volveremos a encontrar en el ramo de El Valle, a donde es más que probable que la haya llevado el Sr. José Segura, oriundo de Quintana, quien (según atestigua la Sra. Lucrecia) «Nus lo dio escrito en un papel».

El ramo de Quintana de Fuseros, que ofrecemos en esta entrega, hay que entenderlo más bien como representación de ciclo, compuesta por tres piezas, alusivas a las tres festividades del Ciclo de Navidad, es decir, Nochebuena, Año Nuevo y Reyes:

1) El Ramo de las mozas, que se celebró en la Nochebuena en honor del nacimiento del Niño;

2) la Mozada del día de Año Nuevo, escenificada por los mozos, y que no tenía carácter religioso; y

3) el ramo de Reyes, celebración dramática semirreligiosa, semiprofana, en la que los mozos revivían el entorno histórico de la venida de los Magos que ofrecieron dones (oro, incienso y mirra) al recién Nacido. Esta última representación, de carácter muy realista, incluye el episodio del encuentro de los magos con Herodes. Y termina con celebraciones burlescas fuera del recinto sagrado, a petición del sacerdote (unos dicen que no los dejó hacerlo dentro por el tipo de representaciones, y otros, que fue motivado a la gran muchedumbre de asistentes que permanecían fuera porque no cabían en la iglesia). En términos de D. ML: «Allí no faltaba nadie del pueblo. Hubu gente que hasta se meó de risa. Era cuestión de juerga. En tiempus atrás la hacían dentro de la iglesia».

Las anotaciones o comentarios que se requieran serán incluidos en cada lugar preciso. De modo que ahora pasamos a desarrollar cada una de las representaciones en forma individualizada, tal y como se dieron históricamente.

La bibliografía que adjuntamos tiene la finalidad única de completar cuestiones de orden conceptual y de fuentes para documentar conceptos y situaciones históricas de índole general que aquí no tocaremos por el momento.

Vaya desde aquí el homenaje más sincero y la más alta gratitud para todos los colaboradores, informantes incondicionales, ya desaparecidos de entre nosotros, a quienes deseamos que Dios les haya concedido el premio de los justos. Son ellos: mis padres Francisco Arias Peña (alias Quico Furriel) y Avelina Barredo Barredo, mi tío Manuel Ortega Rodríguez (más conocido como «Lasho»), la prodigiosa memorista señora Ana Arias Alvarez, el culto señor Miguel López García, el señor Andrés Castro Rojo («I Pollu»), mi suegro el señor Isidro Segura Segura («Cachurre»), y los esposos Ángel Molinero y Ventura García.

En el desarrollo del trabajo, con frecuencia, se van a encontrar nombrados por las iniciales del nombre y del primer apellido, de modo que FA (Francisco Arias), ML (Miguel López), AC (Andrés Castro), Ana (Ana), IS (Isidro Segura), AM (Ángel Molinero) y VG (Ventura García), iniciales que nos servirán como extensión en el nombre de los documentos informatizados que conservan las transcripciones de las grabaciones.

I. QUINTANA DE FUSEROS (AYUNTAMIENTO DE IGÜEÑA). CICLO NAVIDEÑO DE 1922.

1.1. El Ramo de las Mozas

1. Época.

Todos los informantes coinciden en que se trata de un ramo celebrado con motivo de la Navidad. Por los datos proporcionados por Miguel López [RAMO-Q.ML], se celebró el año 1922. Lo califican como el ramo de las mozas. Según la tía Ana (3) (una de las damas participantes) [RAMO-Q.ANA], se llevaron dos ramos físicos: uno que lo llevó Avelina la del tiou Cascareiru y el otro Figenia la de Teneros. El primero dedicado a la Reina de los Angeles, y el segundo a la Virgen. Esta informante da referencias importantes como el destino de los fondos obtenidos de la venta de los ramos, que no fue otro que la compra de un belén.

...”I de Figenia (4) pa la Virgen... y la Reina de Lus Angeles l'outru, ‘l d'Avelina. Aquél yera mujor, valiou más y... ¡Tamién yera la Reina lus Angeles(5) !Y cumpreimus un nacimientu [...].

Refiriéndose a los orígenes y autoría del ramo que ellas llevaron, dice que el cerebro de la creación fue una tal Sabel, Isabel, del tiu Callatu. Pero quien se lo ensayó fue un señor apodado el Cabrilés. Por lo visto ya hacía algunos años que no se celebraba, y ésta fue la última representación, porque a partir de entonces no se volvió a celebrar. La animación surgió de varias señoras, entre las que cita a su tía (6) Saturna la del tiou Tuertu, a la tia María la Rumera y la tia Manulina. Las primeras que se animaron fueron las mozas de Fondevilla (7), y, como no era plan, decidieron que fueran todas las mozas del pueblo las que intervinieran.

En sus propias palabras: «Y la'nventora... Ellas ya había díu más añus... Antes diban tous lus añus; y después ya se dejou. Y hasta que nú fumus nusotras... Y dallí paca, naid'ha vueltu. Y la más fuei una'rmana de... fuei d'esas del tiú Callatu, que se llamaba ella-... questuvu serviendu en Nuceda-: Sabel, Isabel. Pus aquella Sabel [...] fuei ella la'nventora (8), la que determinou q'había (9) que dir a cantar. Y on fuenun primeramente más d'una semana, más, las mozas de Fondevilla. Y nú era plan. Buenu, ya decienun que no; que tenían que sé todas las mozas, que se no... Ya avisalas a todas». (RAMO-Q.ANA).

El proceso de preparación era celosamente cuidado, de modo los ensayos se hacían a escondidas para que nadie conociera ni la escenificación ni las letras, sobre todo de los dichos, antes de la representación. Era tal el celo de ocultarlos que, con relativa frecuencia, ni las mismas compañeras de representación conocían la letra. De ahí que nos cuenten que, en esta oportunidad, eligieran para los ensayos una casa deshabitada, destinada únicamente al horno de cocer el pan.

¿Nú te digu que díbamus todas las mozas pa'ncasa (10) de Sara de la tia Angela -nu vivían nella- y fumus pa illí, a'nsayamus (11)..., tuavía (12) illí, hasta que l'aprendimus. Y el tiu Cabrilés, l Cabrilés -que bien sabes tú...- ¡tamién era (13)/ A la una que ya era él, que tamién era así... Buenu... Y a la otra que sabía de lu d'antes, lu d'antes»...

A pesar de que afirma que se ensayaban ellas, otras informantes nos aseguraron que el tiu Cabrilés había sido el creador y el que dirigió la puesta en escena. Cuando Ana afirma que «l'anventora» había sido Isabel, simplemente quiere decir que esta moza fue la animadora, la promotora, es decir, «la que determinou q'había que dir a cantar».

2. La puesta en escena.

Ya queda dicho que participaron en la obra todas las mozas del pueblo. Iban organizadas en dos filas: las mejores mozas delante y las más «ruéis» (14) detrás. Los cantos se acompañaron con panderetas y castañuelas. «Pus despúas, you fui la de la pandereta», asegura la informante Sra. Ana. Entre las de las castañuelas cita a «esa Baltasara la de Patarita una, la que diba junt’a mí. Y na outra fila, era Aurora, la'rmana (15) aquí (16) de Manuela [...] ¡Unas castañulonas...!».

El lugar de la representación fue la iglesia. Y una vez terminada la «obra», se celebró la santa misa.

3. Descripción del ramo.

El ramo, según nos lo describe Ana, era en forma de una bandera: «Aquel díe era de la bandera, una bandera muy bunita, qu'hicienun las mozas». De él pendían las ofrendas, que eran lo que le daba valor a la hora de venderlo. En esta ocasión, consistió entre otras muchas cosas, en manzanas y atados de hebras de lino virgen ya preparado para hilar, a los que hace referencia la ofrenda de Figenia: «Este ramu qu'aquí traigu / es de linu y de manzanas», y que nuestra informante comenta con su sagaz inteligencia: «cun aquellus... de linu culgaus, y pues (17) las manzanas de las más ‘ncarnadas q'había... [a lo que colgaba de lino] llamábanye lus cerrus (18); lus cerrus que lus filábamus [las mujeres]. Puníanlus illí culgaus».

El ramo se encontraba colocado cerca del altar sobre una peana, una pianina, (RAMO-Q.ANA). El destino de esos donativos, como se verá más adelante, era la iglesia, las propias cantoras y el cura (19). Esto es desde luego una costumbre a la que remite la queja de Ana haciéndose eco de las críticas de las demás mujeres, porque «el siñor cura» no le había repartido nada: «...on tamién envergunzonun al siñor cura, que, se nu se diou cuenta u you quë [Kë] sei que m'habiáme haber dau (20) a mí de las manzanas y del pan (21)...» ([RAMO Q.ANA]).

4. Esquema estructurante de la representación.

Este ramo que presentamos ahora se desarrolló en seis partes: 1) Entrada, 2) Licencia, 3) Canto procesional, 4) Villancicos o cantos de adoración, 5) Ofrecimientos y 6) Dichos.

1) La entrada La cantaban a la puerta de la iglesia. "Antes l'antrada: esta yera la'ntrada". P'antrare decíamus": (canta)

A la puerta d'este templo,
con humilde reverencia,
para cantar estos ramos
venimos estas doncellas.
Ofrecidos los traemos
a María Madre nuestra,
hija de Juaquín y Ana,
de misericordia llena.

En este momento una de las mozas, acompañada de dos mozos, se acercaba al señor cura a pedir la licencia para seguir cantando dentro de la iglesia, por la que discurrían procesionalmente en fila, de dos en dos, con mucha lentitud. Este año, le tocó «demándala» (pedirla) a la propia informante, que ofreció al sacerdote un pan de tahona adornado «cun tres u cuatru» manzanas. Quico Cascallana y su cuñado se encargaban de abrirle un pasillo iglesia arriba por entre la apretujada gente, mientras protagonizaban el siguiente diálogo:

(Pepón)

-Cascallana,
apártame bien la gente,
nú lu tengas a pereza;
cun esas patas tan llargas
pareces la deligencia.

(Cascallana)

-La gente yastá apartada.
S'algunu n'ha ubedecidu
séñamelu (22), Curnoque,
que lu picu nú fucicu (23).

"Tenía una aguihada larga...! [RAMO-Q.FA]

Así lo describe en esta secuencia la protagonista: "Quicu Cascallana, que diba cun nos, y Jusé 'l miu cuñau Curnoque. Y después de di a [de]mandá la licencia -que you tamién fui al siñor cura a pedila cunun pan de tahona, d'aquel pan de tahona que i (24) llamaban subau- ...y dentru así las manzanas, tres u cuatru... y on tamién envergunzonun al siñor cura, que, se nu se diou cuenta u you quë sei que m'habiáme haber dau a mí de las manzanas y del pan... Esu decíannuslu a nusoutras las mujeres, mi tía Saturna y... ¡Tamién tuvo buen... pa nu te dar nada!" Clara alusión a la costumbre, más atrás explicada, de repartirse los donativos entre las cantoras, el cura, y la devoción a la que iba destinada el ramo.

2) La licencia

En esta ocasión, el anuncio de la concesión del permiso para cantar el ramo lo da un mozo, probablemente Cascallana, en lugar de una moza, el cual se dirige a las doncellas, y les dice:

-Ya vus traigu la licencia
para empezar a cantar.
Y mirái si cantáis bien,
nu me dejéis a mi mal.

Licencia que AM me dio en esta otra forma:

Mozas:
Ya vus traigu la lecencia;
ya pudedes ir cantandu,
que me la dio el señor cura
que está en neste retratu.

3) Canto procesional

Empieza a cantar la primera pareja de mozas de adelante:

(cantan)

En esta iglesia bendita
entrad, entrad, compañeras,
tomemos agua bendita
que nos lave los pecados;
y, limpia nuestra conciencia,
podremos ir caminando.

(Y dipués, un pasín).

¡Qué música tan divina,
hoy por el mundo resuena!
Hoy las avecicas se alegran
con sus músicas en fiesta.

(Repiten todas a coro, "Y outru pasín, hasta que llegábamus a la degrada").

Y los cielos resplandecen
con sus hermosas estrellas,
que saben d'un tierno Infante,
con abondancia tan buena.

(Lo mismo, y "pasín").

¡Oh benditos tales padres
que tan buenos hijos crían,
que la escuela que les dieron
llegó a ser tan florecida!

(Y "pasín").

A sé ministros de Dioos
y aguaciles de María.

("esto ya (25) pal señor cura").

¡Quiera Dios que muchos años
viva en nuestra compañía.

("Y ya s'acabou l'antrada").

4) Los villancicos o cantos de adoración

El Villancico 1.

La informante comenta que después de la Entrada se cantaban villancicos: "Hora'mpiézase, dice, La noche de Navidá": "Cuando llegueimus a la degrada, de qu'acabeimus estu (26)". Quiere decir, que después del canto de entrada, una vez situadas junto al altar, cantan el villancico, conocido con el título del primer verso La noche de Navidá.

(cantan):

La noche de Navidá
que nosotros le llamamos
la rosa más escogida
que de flores tiene el ramo,
que de flores tiene el ramo.

La más escogida d'ellas
es la Virgen del Rosario,
que para Belén camina
estando el tiempo tan malo,
estando el tiempo tan malo.

El glorioso San José
que la iba acompañando
cuando llegan a Belén
era de noche y muy tarde (bis).

Buscan donde recogerse
y no hallan quien los ampare
si no es un portalito,
dond'están dos animales (bis).

Se abrigan y se recogen
aquellos finos amantes
y eso de la media noche,
cuando mayor yelo cae (bis),
dio a luz la Virgen María,
dio a luz la Virgen María:
nació el Lucero brillante (bis).

El señor M. López modifica un tanto la última secuencia del villancico en la forma que sigue:

Allí parió la Virgen
un Niño que relumbraba
entr'un buey y una mula
en un pesebre de paja.

La muía comu era [mala]
le cumia la paja
y el buey cumu era buenu
al Niño Dios calentaba.

Villancico 2

"Entonces, comenta el señor M. López, volvieron a cantar. Ellas mismas". Lo canta el mismo coro de mozas. Este informante lo titula (al igual que Ángel Molinero) El canto de adoración de los angelines.

Canto de la adoración de los angelines.

(cantan las damas principales; las dos delanteras de la fila).

-Ya vienen los angelines
a adorar al Niño Dios;
ya van entrando en Belén
cantando de dos en dos.

(siguen las otras)

las divinas alabanzas
debidas al Redentor
que por redimir al hombre
vino al mundo por su amor.

("y pues repetían las otras").

Vino con tanta pobreza
el Divino Salvador
que no tuvo una mantilla
para calmar su dolor.

("y pues repetían las otras").

Siendo Rey de cielo y tierra,
siendo Señor de señores
quiso venir a este mundo
sin grandeza y sin honores.

En el ramo de los mozos aparece otra versión con algunas modificaciones. Nos la brindó el señor Ángel Molinero.

5. Los ofrecimientos

"El de Figenia yía (27), comenta Ana":

Este ramu qu'aquítraigu
es de linu y de manzanas;
algu poucu l'ha de ser
pa la Virgen Soberana.

-Cógemelaquí(28), Franciscu
y pónmelu nesaltare;
mira nú lu des fiau,
qu'es muy malu de cubrare.

Francisco, el Cascallana, que seguramente actuaba como Mayordomo o Tesorero. Esto parece tener que ver con el oficio de mediación "entre el pueblo y la devoción" de que habla L. A. Ponga (1986:47).

"Y el d'Avelina es:

A la bendita Patrona
le venimus a ufrecere
este ramu qu'aquí traigu.
¡Algu pocu le v'a seré.
Algu poucu le v'a seré,
nus l'han dadu las linares (29).
Todu nus lu ha causadu
lus hulgazanes de lus padres.
Se.para'l añu que viene
nu se nus portan mujori,
cugeremus el purtante
(¿El trasatlántico?, ¿el transporte?)
y'iremos a Nuvayore.

"Y marchouse. Fuei vórdá que marchou aquel añu..." Se fue para Buenos Aires, según comenta en otra parte.

6) Los dichos

Los dichos, con frecuencia, consisten en una especie de chascarrillos que tematizan aconteceres populares, graciosos o lamentables del dominio de todos los asistentes. La condición de la pura actualidad y la adecuación exacta a los hechos o a las personas, la retrata nuestra informante con una expresión, para nosotros inmejorable: A los personajes que servían de referencia para los dichos "ya lus buscaban cumu tenían que seri", es decir, trataban de buscarlos adecuados al momento.

De ahí que puede ocurrir que algunos digan muy poco o nada a los lectores descontextualizados. En ocasiones, como el caso de Encarnación -que resulta ser mi tía (la hermana mayor de mi padre)- el dicho es de carácter realista, y resulta elocuente por sí mismo: más que un dicho, es una petición o plegaria. Me lo dio la señora Ana, que me dijo: "El de tu tiaNcarnación (30) es muy bunitu tamién".

Decía ella:

Entre yo y mis hermanitus
luegu (31) quedemus sin madre.

¡Gracias al Rey de lus cielus
y a nuestru queridu padre (32)

Hermanus míus del alma,
vamus a pedir a Dios
que lu deje muchus añus
para que viva cun nos.

Uno de los que entraña la chispa y el gracejo popular de la crítica y del sarcasmo tanto de la persona que lo llevaba (al parecer una de las mozas, mental y físicamente menos agraciadas, a juzgar por el comentario de la informante), como del tema, fue el de una de las integrantes, llamada Baltasara: "Cunque, vien (33) Sara la Manulaca. Y era la última fila. Esa diba na última: las más ruéis diban pa la fila d'atrás! ¡Hombre'l demoniu! (34).

"Diju ella [Sara]:

Nu se rían lus señores
purque vivu a la fundada (35).
Illi tengu de vecinu
al Cristu de la Cabana (36).
Alli'stá (37) solu; naide lu va'vesitari.
¡Se diera vinu y tabacu,
cuántus irián a rezay! (38)

Tiene un interés extraordinario el comentario de nuestra informante Ana: ¡"Home, y yera la verdá! Lus hombres todus iguales"... Simplemente alude a la diferencia enorme que hay entre los varones y las mujeres que visitan dicha capilla del Santo Cristo de la Cabaña. A su criterio, que no era suyo sólo sino que era vox populi, los hombres del pueblo siempre han tenido un criterio más materialista; por eso, lo que son unos pocos, lo son todos, en virtud de una generalización.

LA MISA

Terminada la representación del ramo, el sacerdote empezaba la misa, y, después de ésta, solía brindar a las participantes alguna cosilla (vino dulce y golosinas) en la casa parroquial.

La informante Ana sólo comentó que "La misa fuei dispués" (de los dichos esos que había referido).

A nuestra pregunta sobre el destino de los ramos, nos contestó: "Esus ramus se vendierun, hijo. ¡Y valierun muchu...!

Dice que con lo que valían los ramos compraban cosas para la Virgen: "...'I de Figenia pa la Virgen... y la Reina de Lus Angeles l'outru, ‘l d'Avelina. Aquél yera mujor, valiou más y... ¡Tamién yera la Reina lus Angeles! (39). Y cumpreimus un nacimientu. Ese Nacimientu buenu lu regaleimus las mozas. Alvira (la «criada» o ama de llaves del párroco, llamado D. José el de Fuentes Nuevas) (Cf. [RAMO-Q.LSH] 'pusu veinte durus n'aquel tiempu! Era más au'ahora veinte mil pesetas...

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NOTAS

(1) Pronuncíese [lásu], con {fricativa, palatal, sorda} como el artículo femenino inglés she; la u tiene una realización de u abierta.

(2) «Agüihada», «aguijada», "vara larga que en un extremo tiene una punta de hierro con que los boyeros pican a la yunta". (DRAE). La alusión a picarlos «nú fucicu» (en el hocico), se refiere al acto de picar las reses con el fin de hacerlos retroceder.

(3) Pronuncíese [tjána], sistema compuesto por un apelativo de forma diptongada (tja), más un nombre propio (ana), en cuya sílaba inicial carga el centro tonal del sistema.

(4) Pronuncíese [Idefixénja], sistema de artículo, 'l(l en forma líquida, sin la e inicial), más preposición de, más una aféresis del nombre propio Figenia. En leonés del Bierzo Alto, al menos en el de Quintana de Fuseros, no existen las e iniciales seguidas de l (como por ejemplo la del artículo), de la misma manera que, seguida de s, se realizan como s líquida (star o stare).

(5) Frase ponderativa, que quiere decir: ¡Al fin y al cabo, era la Reina de los Angeles! o ¡Por algo es la Reina de los Angeles!

(6) [tía], aquí es un término del campo del "parentesco", es decir, {la hermana del padre o de la madre}. El hiato, en este caso es significativo (semánticamente), y opone este término a [tja] (en forma diptongada), que no es otra cosa que el apelativo "señora". La tía Ana, la señora Ana, mi tía Ana; 'l tiu o 'l tíou Lashu, el señor Lasho; mi tío Lasho, mi tío Lasho.

(7) (fonfdbi?a), también designado el Barrio de Abajo del pueblo de Quintana de Fuseros. Fondevilla construye con el mismo prefijo que Fodeveigas, Fondelasllamas, fundada. Recientemente se ha puesto nombre a las calles y a las plazas del pueblo, y, con muy poco criterio, se ha deformado la realización popular tradicional Fondevilla en el «chocante" y de mal gusto "Fondo de Villa", que aparece en un letrero que se halla subiendo hacia El Caruzal.

(8) Pronuncíese [lambentóra], sistema de {art. fem. [la], más sustantivo con aféresis de i [nbentora]}.

(9) Sistema [ka ßía], {que había}.

(10) Sistema [pankása], {para en casa}, es un giro muy común y característico de esta variedad del leonés, que significa algo más que el giro castellano ir a casa de; es ir entrar "permaneciendo un tiempo en".

(11) El ergativo ensayar concentra sus funciones temáticas de agente y promotor en una: la forma refleja "ensayarnos nosotras a nosotras mismas", de modo que en este giro el actante de la función sujeto es correferencial con el de la función objeto. El sentido se comprende con facilidad: para practicar con el objeto de conseguir hábitos.

(12) [twabía], "siempre".

(13) ¡Que era de armas tomar! Es decir, era lo que se dice «echao palante».

(14) (rwéis), "ruines", poco agraciadas.

(15) [larmána], estructura sistemática de (la hermana).

(16) /aquí de Manuela/, "de Manuela la vecina". Se entiende la vecina porque en el momento de la grabación nos encontrábamos al lado de la casa de la tal Manuela, que, en efecto, era nuestra vecina.

(17) /pués/(pwés) es una aféresis de /depués/ 'después'.

(18) [?érus], "pequeños atados de fibra ya preparada para hilar", de los que se hacen los copos para poner en la rueca; también se les conoce con el nombre más leonés de cadejos. Puede entenderse también los mismos «copos» ya listos para hilar.

(19) En ALONSO PONGA, (1986:42) se lee que «los dones ofrecidos se reparten entre las que cantan el ramo, el sacerdote, el mayordomo, y por supuesto la imagen a la que va dedicado...».

(20) [a ßíama ßer dáu], "debía haberme dado". Una perífrasis de obligación construida con haber en lugar de deber o de tener que.

(21) Obsérvese la construcción típica partitiva con de: de las manzanas, del pan, «algunas manzanas", «algo de pan».

(22) [séñamelukurnóke], sincopado de enséñamelo Alcornoque. Alcornoque, mote con el que se dirige a José "Pepón".

(23) [kelupíku nufu ?íku], "que lo pico en el hocico" hace referencia al acto de pinchar a las reses de una yunta en el morro con el aguijón de la aguijada con el fin de hacerlas retroceder o tirar hacia atrás.

(24) [i], una forma de expresión de la variante pronominal átona de 3.a persona ye. Según los contextos, se encontrarán: [ye], [yi] o simplemente [i], formas todas ellas átonas y clíticas verbales (llamábanyi o i llamaban).

(25) [ya] "es": una variante formal de la tercera persona del presente de indicativo del verbo ser. La forma más empleada era [yía] "es", aunque esta señora emplee la forma diptongada [ya].

(26) [dekaka ßéimus éstu], "después de haber terminado esto".

(27) [yía], "es". Véase más atrás, nota 25, lo que queda dicho de estas formas del verbo "ser".

(28) [koxémelakí (fran?ísku], "cógemelo ya Francisco".

(29) [nuslandádu], "nos lo han producido" o "lo hemos cosechado en la linares". Las Linares, topónimo que designa un paraje que se halla contiguo al pueblo de Quintana de Fuseros, al Sur, y que se cultivaba como huertas.

(30) Otro Sistema típico leonés [tutiankarna?jón], que cubre el sintagma {tu tía Encarnación}, en el que se observan: la desaparición del acento de tía con resultado de una forma diptongada y átona [tja], y la aféresis de e en Encarnación.

(31)[lwé?u], "pronto", "desde muy pequeños".

(32) Es decir, gracias que no nos ha faltado el valimiento de Dios y los cuidados de nuestro querido padre.

(33) [ßjén], "viene", "llega". Como es obvio, esta forma del verbo venir es homófona de la del adverbio bien.

(34) Léase como un auténtico Sistema, [omßreldemónju].

(35) /fundada/, "el extremo de abajo". "Vivu a la fundada", o sea, vivo al final, en la parte más baja del pueblo. Véase más atrás la nota 7, a propósito de Fondevilla.

(36) El Cristo de la Cabaña es una advocación a la que el pueblo tiene especial reverencia y devoción. Su festividad se celebra el día 3 de mayo. Ese día se celebra una procesión llamada la "procesión de los amortajados", devotos que se visten con "túnicas" de penitentes. El recorrido de la procesión va desde la iglesia hasta la capilla del Santo Cristo, que queda al final del pueblo y al lado del campo santo. Estos actos de penitencia responden, la mayor parte de las veces, a ofrecimientos de acción de gracias por favores recibidos; pueden responder, aunque con menor frecuencia, a actos de súplica o petición de favores. No es raro encontrar personas que hacen este recorrido descalzas, desafiando los rigores del frío y de la lluvia, nada raros en esas fechas. Los "ofrecidos" siempre dejan una donación al Santo Cristo; que puede ser la misma túnica comprada para el caso o el "alquiler" que pagan por una de las que la Cofradía tiene en existencia.

(37) Léase [a?ista], con el segundo como acento principal del Sistema.

(38) Léase [re?áyi] "rezarle".

(39) Más atrás dejamos ya explicado el sentido ponderativo de esta frase.



LENGUA Y TRADICION DEL BIERZ0 ALTO (I)

ARIAS BARREDO, Aníbal

Publicado en el año 1997 en la Revista de Folklore número 198.

Revista de Folklore

Fundación Joaquín Díaz