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Dentro de la recopilación de romances que, desde hace más de un año llevo en Soria -con el apoyo de la Excma. Diputación de esta provincia- voy encontrando, junto a romances característicos de la tradición oral castellana, muestras de otros temas raros o difíciles. Así, el texto que ahora transcribo y que me fue recitado en Valdealvillo:
Cuando me casó mi madre
me casó con un pastor
chiquitito y jorobado
hecho de mala pasión.
No me dejaba ir a misa,
tampoco a la procesión,
quiere que m'esté en casa
remendándole el zurrón.
He catalogado a esta versión como "La malcasada del pastor" a pesar de que sus versos coincidan, sobre todo, con el romance denominado "El reguñir, yo regañar" porque en mi muestra tales palabras, que suelen servir de estribillo, no aparecen. Las dos composiciones mencionadas y otra a la que se titula "La mujer del pastor" tratan un tema parecido: las quejas de una muchacha contra su rústico esposo.
Ramón Menéndez Pidal decía en 1909 que dicho romance era "del todo desconocido" y señalaba su singularidad de estar "dividido en cuartetas con estribillo" (1). La versión recopilada por María Goyri y el propio Menéndez Pidal en Riaza (Segovia) durante el mes de septiembre de 1905 es la más extensa de las que hasta ahora se han recolectado y presenta, efectivamente, la distribución y estribillo que Pidal comentaba; éste, como veremos, se va repitiendo con algunas variaciones:
Cuando me casó mi madre
me casó con un pastor
chiquitito y jorobado
hecho de mala facción.
No me dejaba ir a misa,
tampoco a la procesión,
quiere que me esté yo en casa
remendándole el zurrón.
Estribillo:
Yo gruñir, él regañar,
no se lo tengo de remendar.
Me quitó mis lindas joyas
me puso su zamarrón,
me mandó con las ovejas
como si fuera un pastor.
Por la noche, cuando vine,
las ovejas me contó;
tres ovejas me faltaban,
tres zurritas me pegó.
Estribillo:
Yo gruñir, él regañar,
no se las tengo de ir a buscar.
Me mandó hacer unas sopas,
lo necesario faltó:
el agua estaba en Jarama
y el puchero en Alcorcón,
el aceite en el Alcarria
y los ajos en Chinchón,
El pan en tierras de Campos,
y la sal allá en Imón.
Estribillo:
Yo gruñir, él regañar,
no se las tengo de recalar (2).
A pesar de lo afirmado por Menéndez Pidal, el romance era conocido antes de que él encontrara esta versión, pues Francisco Olmeda había publicado otras dos en 1903. Con todo, la "rareza" del romance es clara: en el Romancero Tradicional (Vol. IX) que publica el Seminario Menéndez Pidal se recogen nada más quince versiones -recopiladas por distintos autores y, en su mayoría, incompletas y brevísimas (3). La de Valdealvillo que aquí ofrezco coincide con la de Riaza en casi todos sus versos; el término "facción" (palabra arcaizante con el sentido de "parte" y también de "manera de hacer o actuar") que encontramos en la muestra segoviana ha sido reemplazado en la de Soria por "pasión" de más fácil comprensión para el hablante de nuestros días.
Mi informante no recordaba más que el comienzo y tampoco pudo cantarme la melodía, aunque tarareó algunos acordes de guitarra que servían de introducción al tema, pues -según me explicó- al son de este romance bailaban en su juventud. Tal carácter "bailable" fue consignado, también, por otros recopiladores como Olmeda (4).
Según Menéndez Pidal "La malcasada del pastor" ya era composición tradicional y muy conocida en 1600 por lo que Correas recogió para su colección, como Frase proverbial, el estribillo:
Regañar, regañar,
no se lo tengo de remendar (5).
Este romance constituye, pues, uno de los muchos ejemplos de versiones interesantes y poco frecuentes que la tradición oral soriana atesora. En Soria el romancero y otras tradiciones seculares han sido guardadas con gran fidelidad. Todavía es tiempo de recuperar su recuerdo antes de que desaparezca para siempre.
(1) "El Romancero español" (Conjunto de conferencias pronunciadas en la Columbia University de New York, en 1909), editadas en el Vol. XI de las Obras Completas de R. MENENDEZ PIDAL (Estudios sobre el Romancero, Madrid, Espasa-Calpe, 1973, pp. 11-84).
(2) Ibidem (La versión está retocada por Menéndez Pidal respecto al manuscrito original de la recopilación).
(3) SEM. MENENDEZ PIDAL, Romancero Tradicional (Vol. IX), Madrid, Gredos, 1971-1980, pp. 263-272 (en pág. 267 se transcribe la versión -sin retocar- de Riaza).
(4) F. OLMEDA, Cancionero popular de Burgos, Sevilla, 1903, pp. 106-117.
(5) G. CORREAS, Vocabulario de refranes y frases proverbiales, 1627.