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LA GALLARDA
Estaba un día Gallarda
en su ventana florida
peinaba cabellos rubios
que de oro parecían,
paseaba un caballero
calle abajo, calle arriba.
Suba, suba el caballero
por la salud de su vida.
El hombre se hizo valiente
y ha subido por su vida
y ha visto siete cabezas
colgaditas de una viga.
De quién son esas cabezas
dímelo Gallarda mía.
Son de los siete .leones
que la Reina se comía.
La Reina no come eso
dímelo Gallarda mía
son de mi padre y mi madre
de mis abuelos y tías.
Hazme la cama Gallarda.
Gallarda la cama hacía
y entre colchón y colchón
un puñal de oro escondía
a eso de la media noche
Gallarda se refulgía.
¿Qué te refulges Gallarda
y toda tu gallardía?
Estoy buscando el rosario
que en devoción le tenía.
Tú no buscas el rosario
dímelo Gallarda mía.
Estoy buscando el puñal
para quitarte la vida.
Yo te la quitaré a ti
Gallarda porque es muy mía.
La ha dao siete puñaladas
de la menor moriría.
Abre la puerta portero
portero de portería.
Estas puertas no se abren
hasta que no raye el día
que si Gallarda se entera
entonces nos mataría.
Si Gallarda ya está muerta
en el suelo está tendida
le he dao siete puñaladas
de la menor moriría.
Las informantes la aprendieron de su padre.
Población: Guadalix de la Sierra (Madrid).
Informantes: Hermanas Gamo García.
Edades: 60, 63 y 80 años.
Fecha de recopilación: Noviembre de 1981.
Recopilador: José Manuel Fraile Gil.
RESPONSO A SAN ANTONIO
PARA ENCONTRAR LO PERDIDO
San Antonio bendito de Padua,
que en Padua naciste,
en Portugal te criaste,
en el púlpito donde Dios predicó,
predicaste.
Un aviso del cielo te vino:
que a tu padre le iban a ahorcar,
al punto bajaste, enseguida fuiste.
En el camino tu librito y un crucifijo perdiste,
el Hijo de Dios lo encontró, tres voces te dio:
Antonio, Antonio, Antonio, vuélvete atrás,
tres favores se te concederán:
lo perdido sea hallado,
lo olvidado acordado,
lo extraviado acercado.
San Antonio bendito, flor del desierto,
concédeme lo que te pido presto.
Aprendido de su madre, se reza para encontrar algo que se acaba de perder.
Población: Guadalix de la Sierra (Madrid).
Informante: Valeriana Gil Rubio.
Edad: 53 años.
Fecha de la recopilación: Abril de 1981.
Recopilador: José Manuel Fraile Gil.
PADRE NUESTRO MAYOR
Padre Nuestro Mayor
sangre de Nuestro Señor,
iba la Virgen María
por aquellas piedras de rodillas,
buscando a su hijo precioso
para que le diera las llaves del oro
para sacar las benditas ánimas del Purgatorio.
Y le dijo: Madre mía,
no me las veas más pasar,
que allí no me las verás
más penar.
Ya tocan a misa
ya tocan a alzar,
San Juan la dice
San Juan la adora:
Bendita sea la Madre
que llegó a tal hora.
AL SALIR DE LA IGLESIA
Quédate con Dios, María
desde tu casa a la mía.
Si no nos volvemos a ver
te halles en la hora de mi muerte. Amén.
PARA ACOMPAÑAR EL VIATICO
¿Dónde vas Jesús hermoso
tan hermoso y tan galán
A visitar a un enfermo
que me ha mandado a llamar,
alza los ojos al cielo
que allí puesto le verás.
Dadle la salud y vida
si no santa libertad.
AL ALZAR AL SANTISIMO
Entra, Señor en mi casa
toma posesión de ella
redimidla, gobernadla
Señor por ser dueño de ella.
PARA REZAR LOS VIERNES DE CUARESMA
Jueves Santo y Viernes Santo
días de mucha Pasión
día en que crucificaron
a aquel divino Señor
por la Calle la Amargura
mucha sangre se derrama,
la derrama un caballero
que Jesucristo se llama.
Pasó por allí su madre
y le quería limpiar,
-Madre no me limpie usted
que me hace usted mucho mal,
que estas son las cinco llagas
que yo tengo que pasar
por los vivos y los muertos
y toda la Cristiandad.
El que esta oración dijera
todos los viernes de marzo,
sacará un alma de pena
y la suya de pecado.
AL ACOSTARSE
Jesucristo va a la ermita
con grande "solucidad" (solemnidad)
lleva la Hostia en la mano
que la quiere consagrar,
consigo lleva a San Pedro
consigo lleva a San Juan
consigo sus doce apóstoles
que en su mesa comen pan.
Venid acá, hijos míos
que os quiero confesar,
mañana por la mañana
comunión "sos" he de dar.
El que esta oración dijera
tres veces al acostar
las puertas del Paraíso
abiertas las hallará,
quien la oiga y no la aprenda
quien la sepa y no la diga
el día del Juicio verá
el misterio que le pasará.
AL ACOSTAR
Cuatro esquinas tiene mi cama
cuatro ángeles guarden mi alma
uno Juan, otro Pedro, otro Diego
y la Virgen que está en medio.
Con Dios me acuesto
con Dios me levanto
con la Virgen María
y el Espíritu Santo.
Dios conmigo
yo con él
Dios delante
yo tras él.
Dios que me ha sacado de los peligros del día
me saque de las tinieblas de la noche hasta las
luces del día. Amén.
Como me echo en esta cama
me echaré en la sepultura
a la hora de mi muerte
ampárame Virgen pura.
Santa Mónica gloriosa
madre de San Agustín
repárate por mi alma
que yo me voy a dormir.
PARA VISITAR EL MONUMENTO
EN SEMANA SANTA
Arca cerrada, divino secreto
¿dónde está mi Dios? En el Monumento.
Echado la llave como un cuerpo muerto.
Yo te suplico, el día del Juicio verá mi misterio.
AL TOMAR AGUA BENDITA
Por este agua bendita
me sean perdonados
todos mis delitos
culpas y pecados.
Todas las oraciones fueron aprendidas por la informante de su madre.
Población: Guadalix de la Sierra (Madrid).
Informante: Benita Gamo García.
Edad: 60 años.
Fecha de la recopilación: Marzo de 1982.
Recopilador: José Manuel Fraile Gil.
DE MADRID A TOLEDO
De Madrid a Toledo (Bis)
hay ocho leguas (Bis)
todo el camino llano (Bis)
menos las cuestas (Bis).
Por ser aplicadita (Bis)
me ha dado papá (Bis)
ocho duros en plata (Bis)
les he de gastar (Bis).
Cuatro en una pulsera (Bis)
tres en un collar (Bis)
una vela a la Virgen (Bis)
de la Soledad (Bis)
para que dé salud (Bis)
a papá y mamá (Bis).
Cantó; Modesta del Campo en Villabrágima.
AY QUE ME DUELE UN PIE
En tu puerta soldadito
puse la mano en la nieve
vale más tu cara niña
que lo que tu padre tiene
mira resalada
coge ese pañuelo
mira que es de seda
se mancha en el suelo
¡ay que me duele un pie!
¡ay! que no sé de qué
¡ay si será de andar!
a la virgen, a la Virgen del Pilar.
La Virgen del Pilar
de Zaragoza
de Madrid a Toledo
baja la tropa
una admiración
agua de dolor
a dónde está mi niña
no se lo digo yo.
Serrana qué hora es
han dado las tres
el Cielo está nublado
no deja de caer.
Las patatas están caras
no se pueden comer
el tocino a veinticuatro
la hebra a veintiséis
verás cómo relincha
mi amigo Andrés.
Cantó: Modesta del Campo en Villabrágima.
Recogido por: Modesto Martín Cebrián.
PERICO EL DE LOS PALOTES
Esto era una señora que tenía una hija muy tragona, muy tragona, y un día se la había comido cinco empanadas que había hecho para la cena y se puso a gritar:
-¡Ay!, que mi hija se ha comido cinco empanadas, que mi hija se ha comido cinco empanadas...
Y entra una anciana corriendo:
-Que pasa el rey...
Entonces cuando pasaba la corte del rey por los pueblos, pues toda la gente tenía que salir a verle para aclamarle y todo eso; y entonces ella dice:
-¡Ay!, ¿qué hago yo ahora?
Porque la había oído vocear. Y decía el rey:
-¿Aquí hay una señora que está loca o qué pasa?
Entonces dice:
-No, qué va, es que mi hija se ha hilado hoy cinco madejas.
Dice:
-Ah, pues eso es lo que yo necesito; una niña que hile mucho, porque yo tengo muchas madejas para hilar. Mándemela a palacio que tiene que hilarme.
Entonces, la señora toda asustada:
-Ay, qué haré yo, Dios mío; pero si no sabe hilar...
La mujer se marchó a casa, y la niña llorando allí en una habitación que la habían puesto en el palacio con un montón de lana para hilar, con muchos vellones. La pobrecica llorando y entró por una ventana un enanito y la dice:
-¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras?
Se lo contó todo. Y dice:
-Mira, no te preocupes que yo te voy a ayudar a todo. Me llevo la lana y te traigo hiladas cinco madejas tós los días; pero cuando termine de hilarte todo este montón, me darás lo que yo te pida.
Dice:
-Bueno, yo te daré lo que tú quieras.
Entonces, todos los días lo hilaba. Lo llevaba al rey y todos tan contentos. Y cuando ya le quedaba muy poco, dice:
-Bueno, ¿qué me vas a pedir? , porque no hemos hablao desto.
Dice:
-Pues te voy a pedir que sepas mi nombre y si le sabes no te pediré nada.
y los últimos días le decía qué sé yo nombres...
-Te llamas Juan, te llamas Pedro...
No se llamaba de ninguna manera. Entonces llegó una vecina un buen día a hablar con su madre y dice:
-Hija, me ha pasao una cosa más curiosa...Iba a por leña al monte, y en el tronco de un árbol sentí que había una rueca. Me acerqué -dice-, claro, él no me vio, y había un enano hilando -dice-, y estaba cantando: "yo no tengo nombre ni tengo motes, que me llaman Perico de los Palotes".
Entonces la madre dice:
-Ay, gracias Dios mío. Es lo que yo quería saber.
Se fue corriendo y se lo dijo a la hija. Entonces, cuando llegó el enanito -que ya no le quedaba nada- empezó por otros nombres:
-Te llamas esto, te llamas lo otro...
Dice:
-No, no, no...
Ay, el enano daba saltos de alegría.
-Que no, que no me llamo así.
Dice:
-Pues te llamas Perico de los Palotes.
Y entonces ¡aaahhh! se puso todo furioso, todo furioso, se marchó y andando. Colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Contó: Felicidad Carretero, de Valbuena de Duero (Valladolid).
Recopiló: Joaquín Díaz.