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LA ENCUESTA FOLKLORICA COMO ACTIVIDAD COMPLEMENTARIA EN LA ENSEÑANZA DE LA LENGUA y LA LITERATURA
En el curso de 1979-80 realicé mi primera experiencia de aplicar a la enseñanza de la Literatura en bachillerato la práctica de las encuestas folklóricas. Pensé que mucho más útil que explicar teóricamente el Cancionero y el Romancero tradicionales, sería inducir a mis sufridos alumnos a que descubrieran, por sí mismos, la vigencia de tal tipo de Literatura.
Nos hallábamos en el Instituto de Carrión de los Condes (Palencia) y mis "enseñados" venían a recibir sus clases desde distintos pueblos de la comarca. Pronto comprobaron que, en torno suyo, familiares y conocidos, tíos y abuelas cantaban viejos romances en los que ellos nunca habían reparado. No era su culpa; víctimas de la absurda incomunicación entre cultura urbana y rural, los muchachos de muchas generaciones se han visto forzados a olvidar lo aprendido en el hogar o dentro de su terruño para sustituirlo por una "sabiduría" tan homogénea como aséptica, superpuesta, ajena a su medio, y, en ocasiones, antifuncional.
Los maestros de hoy, que imparten la docencia en áreas rurales, van descubriendo, poco a poco, que la tradición oral, que -no olvidemos- constituyó hasta el siglo XVIII la única escuela de gran parte de los españoles, atesora interesantes recursos educativos; que el "enseñar deleitando" y el "factor lúdico" como resorte de aprendizaje son "inventos" que madres y abuelitas venían practicando desde tiempo inmemorial. Los sorprendentes resultados de aquella mi primera recopilación folklórica con alumnos de bachillerato me han movido a probar fortuna, de nuevo, en la provincia de Soria.
Esta vez, y por iniciativa de las alumnas que querían llevar a cabo la encuesta, formamos un equipo de trabajo y planeamos anticipadamente qué puntos de la provincia eran los más aconsejables para ser explorados por existir en ellos "contactos" -gente conocida- que nos pudieran facilitar nuestras pesquisas. Dimos prioridad a la recopilación en los siguientes pueblos: Barcebalejo, Arguijo, Tarancueña y Almajano.
La encuesta no fue planteada como trabajo de clase, sino como actividad complementaria, pues las alumnas que integran el equipo habían demostrado gran interés por el tema en el curso anterior. Mientras que en Palencia, por encontrarnos en un Instituto situado en el medio rural, los alumnos no precisaban moverse de su propio pueblo para realizar las recopilaciones de temas tradicionales, en Soria hemos precisado desplazarnos para hallar los informantes adecuados. Es de agradecer que el Instituto "Castilla" y la Asociación de Padres del mismo hayan prestado su colaboración para que la recopilación pudiera realizarse.
Aunque hemos recogido todo tipo de temas, pronto nos inclinamos a centrar nuestros esfuerzos sobre el Romancero oral, pues de él nos iban cantando interesantes y abundantes composiciones. Los muchos y bellos romances recogidos por Kurt Schindler en Soria (1) y las encuestas que yo mismo había efectuado en la provincia nos advertían de la riqueza romancística de estas tierras y nos servían de guía en nuestras búsquedas.
Confío en que -al margen del valor objetivo que la encuesta realizada pueda tener para los expertos- la presente experiencia haya servido para estimular la afición por nuestras tradiciones en mis compañeras de equipo y que prosigan en el futuro la labor -siempre apasionante y viva- de recuperar nuestro folklore, de aproximarse a las raíces de nuestra cultura tradicional.
De otra parte, en cuanto que esta clase de recopilaciones ponen en contacto a los alumnos con provechosos aspectos de la Lengua (arcaísmos, dialectismos, toponimia) y de la Literatura (conocimiento de nuestra historia literaria), creo que deberían desarrollarse pródigamente en la enseñanza de estas asignaturas.
VERSIONES y ROMANCES RAROS RECOPILADOS EN LA PROVINCIA DE SORIA
Además de versiones -generalmente completas e interesantes- de temas que podríamos considerar "clásicos", muy difundidos en la tradición oral castellano-leonesa, hemos recopilado en nuestras encuestas romances raros y muestras poco comunes.
En nuestra colección figuran composiciones que gozan -todavía- de amplia vigencia tradicional:
Un asunto pastoril, el de "La loba parda" con su rústico vocabulario y su argumento fabulesco; este romance que, según los estudiosos, estaría ligado en su génesis y difusión al fenómeno de la trashumancia, no parece ser, sin embargo, de los más conocidos en la provincia.
Los "viejos" y repetidos temas de "Olinos" -generalmente "Fernandito" y "Marcelino" en las versiones tradicionales-, de "La doncella guerrera", canción cantadísima en el repertorio infantil, con su continuado equívoco respecto al sexo de la protagonista.
Relatos de incestuosas historias que, paradójicamente, fueron interpretadas, durante siglos, acompañando a los juegos de los niños: Dos versiones de "Delgadina", la inocente muchacha que su padre, el rey, acosa inútilmente; dos versiones de "Amnón y Tamar", el romance que se inspira en la bíblica narración de los hijos del rey David.
Composiciones picarescas, de pliego de cordel, como "La molinera y el corregidor", que nos fue cantada de forma incompleta en Almajano; y otros muchos romances vulgares o de ciego tratando crímenes y monstruosidades varias o asuntos de "actualidad" -en su momento, se entiende- como el larguísimo poema que trata sobre la guerra de Melilla.
Y la vertiente religiosa con el conocidísimo tema de "La Virgen y el ciego", o el aún más popular de "Los milagros de San Antonio" -el romance que se saben casi todas las viejecitas piadosas y que, con idéntica tonada, los ciegos copleros debieron difundir a lo largo y ancho de nuestra geografía-. Dentro de la literatura "ejemplarizante" hemos recogido también "El incrédulo", que, aunque no aparece en muchas colecciones romancísticas ni hay documentación sobre su antigüedad, es romance muy recitado en los pueblos castellanos y composición que presenta rasgos arcaicos en su lenguaje.
La otra cara de esta temática religiosa la hallamos en ejemplos claramente anticlericales como el de "El cura y su criada", jocosa canción que el pueblo ha seguido interpretando.
Pero, entre el material recopilado, aparecieron tres raras muestras que conviene comentar más largamente: Una versión del conocido asunto de "Don Bueso y su hermana cautiva" mas en su modalidad hexasilábica -que es difícil de encontrar- y con gran belleza poética. Paul Benichou, basándose en la vigencia y extensión de este romance en su versión hexasilábica entre los sefardíes, considera que las lecciones de seis sílabas -más arcaicas y completas que las octosilábicas- poseen mayor antigüedad (2).
Hay otro tipo de muestras de este tema, aquellas en que al poema se le añaden unas "coplas" que parecen ser invención de romancistas vulgares: algún anónimo cantor, en su afán de interesar al auditorio, aproximó a su tiempo el viejo relato fronterizo y situó el rapto de la cautiva en Melilla y Casablanca al filo, probablemente, de las guerras africanas de principios de siglo (3).
De esa manera una historia de moros y cristianos remotamente relacionada, en la opinión de Menéndez Pidal, con la legendaria "Saga de Gudrun", adquiría un desenlace pragmático e inesperado: la doncella cautiva se vuelve con los "infieles" y se casa con un morito millonario (4).
La versión hexasilábica que recogimos guarda todavía un arcaico aroma de clamores épicos. Presenta la particularidad de estar narrada en primera persona, de que al hermano se le llame Juan y no Bueso, Boyso, Greso, Sancho -o Josemaría- que son los nombres que se le dan en otras muestras; y, sobre todo, contiene el episodio, perdido las más de las veces, en que la madre tarde en reconocer a su hija. Según Francisco Marcos Marín tal pasaje sería un vestigio de la Saga y por lo tanto una prueba ,de fidelidad a los modelos de mayor antigüedad (5).
El romance de "La Gallarda" pertenece a un curioso tipo de composiciones, entre las que figuraría "la serrana de la Vera", que nos presentan al mítico personaje de la "matadora de hombres"; una mujer que atrae a los caminantes, goza de ellos y tras haberlos amado les da muerte. Pero con el título de "La Gallarda" se cataloga en realidad a dos romances distintos: el que acabamos de comentar y otro de un caballero que se alaba de acostarse con una dama, asuntos a veces contaminados con los relatos de "Dirlos" y "Claros" e -incluso- con algunas versiones de "La boda estorbada" (6). Este segundo romance de "La Gallarda" ofrece rima muy variable (e-a, a-e, -e-, a-o) y el primero casi siempre la misma (a-o y, generalmente, í-a).
La versión que hemos recopilado es de las pocas que se conocen sobre el tema -sólo hay cinco publicadas hasta ahora- y coincide, de modo especial, con la recogida por Narciso Alonso Cortés en Lugueros (León) que transcribimos entera para que así se comprenda mejor el sentido de la nuestra excesivamente estilizada:
Estándose la Gallarda
en su ventana florida
peinando su pelo,
parece seda torcida;
vio venir un caballero
camino de Andalucía.
-Atrás, atrás, el caballero
que atrás tiene la dormida.
-Si usted me la da, señora,
no camino más arriba.
¿Y qué es esto, la Gallarda,
y toda su gallardía?
-Son cabezas de lechones
criados con la mi harina.
-Mientes, mientes, la Gallarda,
con toda su gallardía.
El uno era mi padre,
en la barba le conocía;
el otro era mi hermano,
la prenda que más quería.
La Gallarda hace la cena
y él bocado no comía.
La Gallarda hace la cama
y el caballero la mira:
entre sábana y colchón
un puñal de oro metía.
A eso de la media noche
la Gallarda revolvía.
-¿Qué buscas, la Gallarda,
y toda tu gallardía?
-Busco mi rosario de oro
que yo rezarle solía.
-Ese tu rosario de oro
en mis manos estaría.
Vueltas uno, vueltas otro,
la Gallarda cae encima;
el caballero debajo;
el puñal de oro la metía.
La sangre de la Gallarda
toda la sala cubría.
Ya cogía las alhajas
de las que le parecía.
-Abre las puertas, portero,
ábrelas, que viene el día.
-Yo las puertas no las abro
si la Gallarda está arriba.
-No temas a la Gallarda
ni toda su gallardía:
la Gallarda está en un sueño
que jamás despertaría.
-Bien haya sea el caballero
y la madre que lo paría.
De los hombres que aquí entraron
ninguno salió con vida (7).
Como se verá, la versión soriana que nos cantaron en Barcebalejo -con un estribillo tras cada secuencia de dieciséis sílabas- resulta menos prolija en detalles pero, por otro lado, con su final trunco, posee una extraña sugerencia de muerte, un tétrico acorde que no deja de sonar.
Otro romance poco frecuente es el de "El tahonero y el cura", al que también se denomina, probablemente por corrupción: "El tabernero -o el molinero- y el cura". Siete versiones conocemos nada más de él y las que tienen mayor similitud con la soriana son las ofrecidas por Bonifacio Gil. Todas ellas utilizan fórmulas eufemísticas como "gobernar un pollito" o "la quiso pisar el pie" (8). Las muestras publicadas sobre este asunto pertenecen a la mitad sur de la península, salvo dos de Valladolid, y las hay que, por motivos de censura, fueron "transfiguradas" o "resumidas". Arcadio de Larrea dice al respecto: "Fue muy difícil conseguir que la cantaran, porque la canción hace burla de un cura y temían persecución por el hecho de cantarla" (9).
El tema puede, en efecto, enclavarse dentro de esa corriente -subterránea muchas veces, pero amplia- de letrillas y canciones anticlericales. La presente composición pone de manifiesto la relación, casi siempre olvidada, entre romance y teatro. Ya Menéndez Pidal sugería en sus "Romances de América" que "El molinero y el cura" era, por su estilo, del siglo XVII, y que sin duda derivaba "de un entremés de nuestro teatro" (10). Procede, sí, de una obrita de Quiñones de Benavente que se conserva en el "Libro manuscrito de entremeses" (Biblioteca Nacional Durán, Folio 35 vto. y 38), pieza en todo igual al romance que comentamos, salvo en que el personaje que en ella aparece no es un cura, sino un sacristán. El paso del "entremés" a lo romancístico quizá se viera facilitado por algún pliego suelto. Hay resabios cultos en los textos recopilados y muchos de ellos, como el de Valladolid ya mencionado (11), fueron recitados por los informantes. El nuestro de Soria, y ello le hace más curioso, nos lo cantaron, pero con una melodía que la persona encuestada utilizaba -indistintamente- para interpretar otros romances que nos comunicó.
Tres raras muestras, en definitiva, que el azar nos regaló en una breve pero esperanzada recopilación romancística por tierras de Soria. Nuestro agradecimiento a las informantes y a las personas que, antes de ellas, supieron conservar -Con tan buen criterio como ancha memoria- estos antiguos frutos de la cultura tradicional.
1. DON BUESO Y SU HERMANA CAUTIVA (í-a)
Yendo caminando
mañanita fría
por tierras de moros
en busca una niña
la encontré lavando
en una fuentecilla.
-Retírate, mora,
hija de judía
deja beber agua
a mi caballería.
-Revient'el caballo
y quien en él venía
que yo no soy mora
ni hija de judía;
soy una cristiana,
aquí estoy cautiva.
-Si cristiana fueras
yo te llevaría
y en paños de seda
yo t'envolvería.
La montó a caballo
por ver qué decía
y a las siete leguas
la niñ'hablaría
por aquellos prados
qu'ella conocía.
-Estos prados son prados,
prados de mi vida,
dond'el rey mi padre
plantaba una oliva.
La reina mi madre
a cuidarle venia;
mi hermano Don Juan
caballos corría
y yo, pequeñita,
bordaba y cosía.
-Abranme la puerta,
puerta de alegría
que he ido a buscar mora
e hija les traía.
-Para ser mi nuera
sea bienvenida,
para ser mi hija
está descolorida.
-¿Cómo quiere madre
que color tendría
si h'estado siete años
en la morería
comiendo los berros
de una fuentecilla?
2. LA GALLARDA (í-a)
La Gallarda se pasea
por unas salas arriba.
-Sube, sube, caballero,
sube, sube a la cocina.
Y al subir las escaleras
unas cabezas veía:
-Conozco a la de mi padre
por las barbas que tenia;
conozco a la de mi hermano
por lo bien que me quería;
conozco a la de mi abuelo
por el rostro que tenía.
La Gallard'hace la cena
y el caballero la mira.
-Cena, cena, caballero,
cena, cena en compañía.
-He cenado en "ca" mis padres
lo poco qu'ellos tenían.
La Gallard'hace la cama
y el caballero la mira;
y entre sábanas y colchón
su puñal de oro escondía.
Y a eso de la media noche
la Gallarda regullía:
-¿Qué te regulles, Gallarda,
qué te regulles, indigna?
-A buscar mi puñal de oro
que yo escondido tenia.
-Tu puñal de oro yo tengo
para quitarte la vida.
Estribillo:
Cantando y bailando,
cantando y me "ría".
(El estribillo se repite tras cada secuencia versal.)
3. EL TAHONERO y EL CURA (é)
Siéntate si estás despacio:
te contaré un entremés
que le pasó a un tahonero
con el cura y su mujer.
Gobernaron un pollito
con mucho azúcar y miel
y a las primeras tajadas
en la puerta llamó Andrés:
-¡Señor cura, es mi marido!
¿Dónde le meteré a usted?
-Métem'en ese costal
y arrímam'en la pared.
y al subir por la escalera
¡Dios! lo primero que ve:
-¿Qué hay en ese costal
arrimado a la pared?
-Una fanega de trigo
que ha caído que moler.
-Sea trig'o no lo sea
mis ojos lo quieren ver.
Ya desatan el costal
y lo primero que ve.
es la corona del cura
y el sombrero calañés.
Ya le preparan los tiros
y l'enganchan a moler:
Lo engancharon a la una,
lo soltaron a las tres;
y molió cáliz y medio
y una fanega después.
Ya le aflojaron los tiros
y el cur'apretó a correr.
Los calzones se le caen
y no les quiere coger
y parece que llevaba
el demonio entre los pies.
Al otro día siguiente
s'encontró con Isabel:
-Buenos días, señor cura.
-Buenos los tenga, Isabel.
-Que me ha dicho mi marido
que vuelva "usté" allá otra vez.
-Dígale "usté" a su marido
que allá no quiero volver;
que no he nacido "pa" burro
ni tampoco "pa" moler.
INFORMANTES:
Blasa Sanz Castillo, 60 años. Nació en Tarancueña.
Cantó "Don Bueso y su hermana cautiva".
Bienvenida Pascual Cecilia. Nació en Barcebalejo en 1908. Cantó "La Gallarda".
Inés Solano. Nació en Almajano en 1909. Cantó "El tahonero y el cura".
____________
(1) KURT SCHINDLER, Polk music and poetry of Spain and Portugal, Hispanic Institute, New York, 1941.
En la colección de SCHNDLER hay una gran proporción de temas recogidos en Soria -361 exactamente- que recopiló en sus dos exploraciones llevadas a cabo en España: La primera en 1928 y en 1932 la segunda.
(2) PAUL BENICHOU, Romancero Judeo-español de Marruecos, Castalia, 1968, pág. 239.
(3) L. DIAZ VIANA, J. DIAZ y J. D. VAL, Catálogo Folklórico de la provincia de Valladolid, Institución Simancas. Valladolid, 1978-79; Vol. I, pág. 115.
En esta obra se ofrece un ejemplo similar de tal caso de actualización y un amplio comentario sobre la evolución del romance, los distintos tipos de versión y sus transformaciones según épocas y lugares.
(4) R. MENENDEZ PIDAL, "Supervivencia del poema de Kudrun", Revista Filológica Española, 1933
(5) F. MARCOS MARIN, "Una encuesta romancística en zona Astur leonesa", Universidad d'Uvieu, 1978.
(6) L. DIAZ, op. cit., pág. 64.
(7) N. ALONSO CORTES, Romances populares de Castilla, Valladolid, 1906, pág. 220.
Otras versiones del tema en J. Mª. COSSIO y T. MAZA SOLANO, Romancero popular de la Montaña, Santander, 1931. núms. 184-185 y M. MENENDEZ y PELAYO, Antología de poetas líricos Castellanos, CSIC, 1945, Vol. VIII, pág. 138.
(8) B. GIL, Cancionero popular de Extremadura, I. pág. 36.
(9) ARCADIO DE LARREA, Romancero judío del Norte de Marruecos, Instituto de Estudios Africanos, Madrid, 1952. LXXXV.
(10) R. MENENDEZ PIDAL, Los romances de América. Austral, nº 55, pág. 170.
(11) L. DIAZ, J. DIAZ y J. D. VAL, op. cit., Vol I. págs. 211-213.