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Revista de Folklore número

150



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LAS ENRAMADAS EN EL VALLE DEL CEGA. CANTOS DE TRADICION ORAL EN MEGECES

BEDERA, Cristina

Publicado en el año 1993 en la Revista de Folklore número 150 - sumario >



EL PUEBLO

El pueblo de Megeces se encuentra integrado en la Comunidad de Tierra de Iscar junto con otros seis pueblos: Villaverde de Iscar, Fuente el Olmo de Iscar, y Remondo (de la provincia de Segovia); Pedrajas de San Esteban, Iscar y Cogeces de Iscar (de la provincia de Valladolid).

Al igual que estos tres últimos, Megeces pertenece a la provincia de Valladolid. Sus tierras acogen dos mil hectáreas de pinar, que proveen al pueblo de madera, piñón y resina.

Comenzó siendo un caserío de pastores de ganado ovino, que trabajaban para una gran señora residente en el castillo de Iscar. Se construyeron con el tiempo algunas casas y tres ermitas cuyos nombres conocemos: la "De la Encina"", la "Del montón de trigo", la "Del humilladero", al Sur-Este del pueblo.

Se cree que hubo una cuarta ermita, llamada "La de la Vega". Este dato puede ser importante, ya que el hecho de que hubiera cuatro ermitas en un ámbito geográfico tan reducido favoreció, sin duda, el asentamiento y crecimiento de una población estable.

En 1739 Megeces ya existía como pueblo (dato que, según me informan, fue recogido de documentos existentes en el archivo municipal). Algo más de un siglo después, entre 1850 y 1860, se sabe que ya poseía Casa Consistorial.

Donde hoy se encuentra el Ayuntamiento, se hallaba el que fuera palacio de los duques de Miranda, vecinos de Cuéllar.

En este mismo siglo (XIX), existían dos conventos: uno en el barco de la higuera y el otro en la calle del sombrío.

La finca que hoy se llama "de Tablares", era tierra de encinas y robles, que pasó a pertenecer al Estado hasta que fue vendida a D. Enrique Tablares, vecino de Valladolid. Estas tierras se dedicaron al cultivo de viñedos cuando corría el año de 1870 aproximadamente. Había allí un caserío y una bodega que aún sigue existiendo.

Otra finca importante (de 3000 Ha. de extensión) está en el monte de Iscar:. También había en ellas encinares y robledales, que pasaron a ser propiedad de los Lastra (procedentes de Madrid) hacia este año de 1870, por la desamortización de Madoz.

En 1878 esta finca fue roturada para ser dedicada al cultivo. En ella trabajaron los labradores de Megeces, Cogeces de Iscar y Pedrajas de Iscar, por lo que los vecinos de Megeces experimentaron un crecimiento de población de un 40%, además de una mejora en la calidad de vida (antes de roturar el monte se hacían ocho cortas en primavera y diez en invierno. La corteza recogida se usaba para curtir pieles. Las maderas eran empleadas para hacer carbón de leña).

En lo que respecta a la enseñanza y nivel cultural de estas gentes, Megeces creó una escuela mixta para los hijos de los vecinos del pueblo en un local del Ayuntamiento. Ya en 1913 se crean otras escuelas ubicadas en lo que hoy es la Plaza Mayor.

Los primeros testimonios de una Iglesia local se remontan a 1581, ya que en el mismo emplazamiento existía una ermita de estilo románico-mudéjar, del S. XIII, que fue restaurada por 15 obreros que cobraron por las reparaciones 695 maravedíes, tras un incendio sufrido. Está erigida en honor al apóstol Santiago.

Pedro de Palacios, cantero, trazó y levantó la capilla mayor. En 1708, se dio otra reconstrucción, esta vez del techo, por obra de Andrés de Zamora (maestro de la villa de Curiel), quién sustituyó la techumbre de madera por las bóvedas que hoy se conservan. Algunas ruinas en la parte anterior de la iglesia, dan fe de la existencia de aquella ermita, ya desaparecida.

La última restauración de la iglesia de Santiago de Megeces se dio recientemente, entre 1987-88, siendo respaldada su financiación por la Diputación y por todos los vecinos del pueblo.

El cementerio del pueblo se independizó de los aledaños de la iglesia en 1903, mientras gobernaba como alcalde D. Bernardo Sanz Manso, siendo cedidas las tierras por el señor Don Lesmes Sanz.

La luz eléctrica no llega al pueblo hasta 1906, y dos años más tarde entra en las casas. Venía de Mojados, y el tendido era propiedad del conde de la Patilla.

Hoy en día las bases económicas sobre las que se sustenta el pueblo siguen siendo la ganadería y la agricultura.

El acercamiento de Megeces a su capital, Valladolid, y a otras localidades más o menos próximas a ella, ha venido dado por los medios de locomoción modernos y el asfaltado de los caminos.

Es significativo mencionar el arraigo de los megezanos hacia su tierra (hacia su valle y su río Cega). Ninguno de los que viven fuera de sus lindes ha roto el contacto con ella.

Mientras que otros pueblos del entorno se encuentran en recesión demográfica, Megeces es hoy estable económica y demográficamente, con una infraestructura urbana cada vez más sólida.

LA TRADICION DE LAS ENRAMADAS

Las Enramadas son cantos de ronda ofrecidos por los mozos a las jóvenes solteras del pueblo de Megeces. Se cantaban en Mayo, todos los Sábados y víspera de fiesta, ya que al día siguiente se podía descansar tras la excepcional noche.

Nuestros informantes son los últimos que mantuvieron viva la tradición de cortejar así a las mujeres, ya que inmediatas generaciones a ellos, dejaron de llevar a cabo esta costumbre.

Nadie sabe en el pueblo desde qué momento se dieron estas Enramadas en Megeces. La transmisión se realizó de forma oral y, según los que hoy en día las conocen, se han mantenido fielmente, tal y como a ellos llegaron.

Para los megezanos se trata de la única herencia artístico-musical, por lo que su repertorio, salvando alguna excepción, casi se ve reducido a estos cantos de cortejo.

Siendo, de entre las estaciones invernal y estival, las fiestas de invierno mucho más "íntimas" para los del pueblo, las Enramadas llegan a Megeces justo entre ambas, avanzada ya la Primavera.

Los mozos, tras la dura faena del día, bajaban hasta la ribera del río Cega, donde recogían algunas ramas de chopo. Estas adornarían las rejas de la ventana de la joven pretendida (de la acción de "enramar" la reja, tomaron estas tonadas su nombre).

Al anochecer se reunían en grupo y, desprovistos de instrumento musical alguno, iban de casa en casa pasando por todas aquellas donde había alguna mocita casadera. Por supuesto, visita obligada era la casa de todas las pretendidas por los componentes del grupo.

Ante la puerta, caída ya la noche, entonaban a coro una melodía introductoria a modo de saludo y presentación. Acto seguido, cada uno entonaba una enramada (cuatro versos) mientras los demás esperaban su turno.

La idea siempre convergía en un tema amoroso, bien elogiando las virtudes de la joven, bien mostrándose como más fuertes y valientes ante posibles rivales...

Tras cantar así un número indeterminado de enramadas (1), y cuando la moza había correspondido con una propina, el grupo se despedía con una tonada similar a la del inicio, también cantada a coro por ellos.

Al finalizar la ronda, la noche terminaba en la cantina del pueblo, donde, tras obligar al cantinero a abrir la puerta, compraban con lo recaudado vino y galletas que servían de excusa para prolongar otro buen rato la tradicional velada.

Siempre había algún muchacho que prefería estar ante la casa de la pretendida dama, cuidando que nadie quitara la enramada, ya que se trataba de una auténtica declaración de amor.

A nuestro parecer, las bien conocidas canciones de ronda en todas las regiones, adquieren en Megeces un carácter propio y original.

Señalamos que, según cuentan nuestros informantes, de toda la región sólo Megeces y Cogeces de Iscar -su vecino pueblo- cantan así las Enramadas. También dicen que, aunque las estrofas son las mismas, la forma de cantarlas es muy distinta en uno y otro pueblo (este dato parece tener importancia para los del pueblo) y sería interesante completar este estudio, comparando ambas tradiciones.

Las relaciones entre ambos pueblos, según nuestros informantes, son satisfactorias, aunque alguna vez se hayan dado ciertas discrepancias. José Luis Gay, uno de nuestros acompañantes durante la reunión, dice al respecto que: «las relaciones entre Megeces y Cogeces son las naturales entre pueblos demasiado próximos: Una mezcla de amor y odio».

Al parecer nadie hasta ahora se había interesado por el patrimonio musical del pueblo. Se percibe una ilusión por parte de los que hoy conocen las Enramadas, un cierto ánimo de continuar manteniendo viva la tradición, ahora que alguien de fuera parece mostrar un serio interés hacia ello.

ASPECTOS FORMALES DE LAS ENRAMADAS

Las Enramadas se cantan según un orden general que las divide en tres apartados:

.Introducción
.Coplas (nº. variable de estrofas)
.Despedida

.La Introducción es cantada a coro por el grupo de jóvenes, al unísono.

-En lo que se refiere al texto, se trata de un conjunto de ocho versos, dividido en dos cuartetas de rima asonante en los versos pares. Todas las palabras finales de verso son tratadas como si fuesen agudas, y por lo tanto, acentuadas en su última vocal:

Este es el portalillo 7 (a)
éste es el portal, 5 1 (b)
éste es el portalillo 7 (a)
de mi morena. 5 (b)

Abre el cuarteroncillo 7 (a)
de tu ventana, 5 (b)
que quiere entrar el cuerpo 7 (a)
donde está el alma. 5 (b)

Encontramos recursos como la repetición anafórica (entre los versos 1 y 3) y el paralelismo ("Este es el..." de los versos 1, 2 y 3), siendo de destacar, también, el empleo de diminutivos (portalillo, cuarteroncillo).

-En el aspecto melódico destacamos:

.Notación silábica (a cada sílaba le corresponde una nota).
.Un trazo sinuoso en la línea melódica:
.La evidente división en dos secciones dentro de cada cuarteta, constituidas por bloques de dos versos:

Según se observa en el esquema de la línea melódica que aparece en la página anterior, la tonalidad que se define es la de MIb M. De tal modo que la primera nota (La) sería un IV grado, y la notal final (MI) la tónica.

Los puntos de reposo se dan sobre:

1) IV grado (al que se llega a través de un intervalo de 4ª. justa ascedente);

2) V grado (por intervalo de 2ª. M ascendente);
3) II grado (por intervalo de 2ª.M. ascendente); 4) I grado (por intervalo de 2ª.M. ascendente).

El íncipit es un floreo de semitono a partir de la nota inicial (Lab).

Análisis interválico de una estrofa (2):

A...2ª.m.d./ 2ª. M.a./ 3ª. m.d. / 3ª M.d. / 4ª. J.a. / 2ª M.a / 2ª m.a. / 2ª M.d / 2ª. M.d. / 2ª M.a

...2...2ª m.d. / 2ª m.a. / / 2ª M.a. / 3ª m.d. / 3ª M.d. / 2ª. M.a. / 2ª .M.a. / 2ª m.a. / 3ª. M.d. / 2ª m.a.

Existen pues intervalos de:

2ª. m 2ª M. 3ª m. 3ª.M 4ª. J.
7 8 4 2 1

El estudio del porcentaje interválico, nos lleva a constatar la preeminencia del grado conjunto sobre el disjunto: 15 de 22 intervalos son de 2ª. M. O m.

Además, el intervalo más amplio es de 4ª.justa, apareciendo tan sólo en una ocasión (entre la 6ª. y 7ª. notas).

Ambito sonoro:

Gráficamente, la relación texto-música sería la siguiente:

música texto

A 1 antecedente (a,b)
2 consecuente (a,b)

B 1’ antecedente (a,b)
3 consecuente (a,b)

En el aspecto interpretativo, se aprecia una cesura entre los versos 1 y 2 (y respectivamente 3-4, 5-6, 7-8) entre sí, no porque haya pausa ni porque los ejecutantes respiren, sino por la prolongación de la duración de la nota. Nota que además, se liga a la primera del siguiente verso, dotándolo de un nuevo empuje en su melodía.

En el último verso de los ocho que componen estos dos cuartetos, los informantes realizan un retardo que afecta a las cuatro últimas notas (y por tanto sílabas) del mismo.

.la Despedida presenta una estructura análoga a la Introducción, por lo que comentamos sus características antes de entrar en el estudio de las Coplas (las cuales constituyen el cuerpo central de las Enramadas).

El texto consta de dos estrofas de cuatro versos. Son versos de arte menor y rima asonante.

La última palabra de cada verso es convertida en aguda como ocurría en las estrofas de la introducción. Así es acentuada la última vocal de cada una de estas palabras.

Musicalmente presenta la misma melodía que la Introducción, por lo que en cuanto a la relación música-texto, no hacemos ninguna matización.

El texto de los dos últimos versos (2ª.estrofa), podía variar según fuese de generosa la doncella rondada. Si esta no gratificaba lo suficiente a los mozos, la despedida se volvía despectiva contra la joven. Entonces la melodía se cantaba de forma más cortada, acentuando cada nota.

El texto es el que sigue:

Quédate con Dios rosa 7 (a)
hasta el domingo; 5 (b)
no sabes con el ansia 7 (a)
que te lo digo. 5 (b)

Nosotros nos vamos y 7 (-)
tú te quedas 4 (a)
(tumbadita en la cama 7 (a)
como una reina). 5 (a)

(trincadita en la cama 7 (a)
como una yegua). 5 (a)

.COPLAS

Como ya hemos mencionado, las coplas presentan el cuerpo central de las Enramadas. Estas son estrofas de cuatro versos de rima asonante y arte menor, si bien es variable la rima entre los versos, como puede verse.

Existe entre ellas una relación temática, por lo que se agrupaban en orden a esta relación. No obstante, el número de coplas cantadas entre la Introducción y la Despedida de cada ronda era variable.

Mostramos el texto de lo que podrían ser dos grupos de coplas en dos rondas distintas, teniendo en cuenta que antes y después de cada grupo, se entonaba una presentación o saludo, y una posterior despedida. Cada estrofa la cantaba un muchacho distinto, alternándose entre ellos:

C. 1

Buenas noches nos dé Dios,
yo que he llegado el primero,
macita de perejil
cortada en el mes de Enero.

Buenas noches nos dé Dios,
yo que he llegado el segundo,
macita de hierbabuena cortada
en el mes de Junio.

Buenas noches nos dé Dios
yo que he llegado el tercero,
mocitos a buscar novia
que ésta para mí la quiero.

C. 2

Si ésta para ti la quieres,
Dios te la deje gozar.
Que mujeres en el mundo
para mí no han de faltar.

Que las haya o no las haya,
o que las deje de haber,
mocitos, a buscar novia
que ésta para mí ha de ser.

Las tejas de tu tejado
sobresalen unas de otras.
Así sobresales tú
en el baile, entre las mozas.

A tu puerta planté un pino
Y a tu ventana un peral,
para cuando te levantes,
comas pera, piña y pan.

Está parada la luna
en el medio de tu sala
y no la deja correr
la hermosura de tu cara.

En la estela de mi arado
te llevo retratadita
con la sangre de mis venas.
Mancha que nunca se quita

El jueves por la mañana
es día de la Ascensión.
Amanecerá en tu reja
una enramada de amor.

No te la ha plantado un ángel
ni tampoco un labrador,
que te la ha puesto tu amante
con su fuerza y su valor.

C. 3

En el medio de tu sala
hay una lechuga de oro.
Con permiso de tus padres
Voy a cortar el repollo.

El repollo cortarás,
mozo de la fantasía.
El repollo cortarás,
pero la lechuga es mía

C. 4

Coge la capa y la espada
y vámonos a la era.
Allí veremos los dos,
la dama quién se la queda

La capa ya la he cogido;
la espada la cogeré.
y allí quedarás tendido
como un cordero a mis pies

Mocitos, cantarla bien
que es mi prima la doncella
y tengo la obligación
de velar siempre por ella.

Si tú tienes la obligación
de velar siempre por ella,
más obligado estoy yo
que me he de casar con ella

Tienes el carro en la puerta;
señal que eres labradora.
¡Quién pudiera ser criado
para llamarte “señora”!

C. 5

A tu puerta hemos llegado
veinticinco de cuadrilla.
si quieres que nos sentemos
saca veinticinco sillas.

Saca una para mí
y otra pa mi compañero.
Los demás, si quien sentarse
que se sienten en el suelo.

(Entre estrofa y estrofa siempre había el murmullo de alguien (como dicen ellos, el patilla) que decía: «¡Que ya viene!» «¡Eh! ¡Que ya ha dao la luz!»,...).

Musicalmente, podemos afirmar que las coplas tienen un mismo diseño melódico, y que este es predominantemente melismático.

Estos melismas son, en esencia, los principales causantes de modificaciones en el modo general de la tonada. Sin embargo podemos afirmar que existen unos "pilares" fijos; unos grados tonales hacia los que cada melisma se dirige de modo que, dentro de un esquema básico, se permiten ciertas variantes, apreciables, pero no demasiado destacadas.

El estudio musicológico, a menudo olvida que la esencia de la música de transmisión oral y folklórica está en ese grado de libertad a la hora de interpretarla. No obstante, analizamos estas coplas y presentamos a continuación las microvariantes que podemos observar, no sin matizar que es la idea general y no la puntual la que debe ser considerada como más importante.

Para realizar la transcripción, colocamos en la armadura un bemol, aunque, como se verá, el juego es constante a lo largo de la melodía.

La nota final: Sol.
Tempo : (moderado).

____________

NOTAS

(1) El término de Enramada, tiene aquí el sentido de Cuarteta y se agrupan en bloques variables de ocho, diez, doce cuartetas aproximadamente.

(2) La segunda estrofa muestra idénticas características.

INFORMANTES

Han intervenido, por orden alfabético, las siguientes personas:

Herrero Manso, Agustín: Conocido en el pueblo como "Herrero". Tiene 47 años y vive de su trabajo como agricultor.

Santos Martín, Pedro: Apodado "Pedrito el de la “Lidi". De 50 años de edad, es agricultor y ganadero.

Sanz García, Julio: Llamado "Calixtillo", diminutivo del nombre de su padre. Cumplió 52 años. Es trabajador en una empresa, y según él mismo dice, también es titiritero del pueblo.

Martín Sansegundo, Emilio: Es el más prolífico en apodos: "Milín", "El sano", "Averías",... También es el más joven de los cuatro (38 años). Trabaja en la misma empresa que Julio, aunque también se encarga de trabajar las tierras de su padre.

Junto con todos ellos, que son los que cantaron las Enramadas, nos acompañaron durante la sesión las esposas de los mismos y algunos amigos que se prestaron también a contribuir, con datos y relatos, a la realización de este trabajo.



LAS ENRAMADAS EN EL VALLE DEL CEGA. CANTOS DE TRADICION ORAL EN MEGECES

BEDERA, Cristina

Publicado en el año 1993 en la Revista de Folklore número 150.

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