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SOY LA CANTINERA DEL FUERTE DE ANNUAL
(Romance)
Por las tierras africanas
donde el sol brillante abrasa
he vivido con mi abuelo,
he tenido allí mi casa.
Muchas veces se cambiaron
el temor por la alegría
porque el ruido de las balas
se escuchaba noche y día.
Y los toques de corneta
no cesaban de mandar
el ataque a bayoneta
en los campos de Annual.
Ay, cuánto he sufrido
por ver este cielo;
ay, cuánto he llorado
sin tener consuelo!
Yo fui prisionera
del moro rival;
soy la cantinera
del fuerte de Annual.
Me querían los soldados
que la patria defendían,
como madre y como hermana,
todos los que allí vivían.
Porque fui con los heridos
su cariñosa enfermera
y en los campos de batalla
la valiente cantinera.
Yo con ellos he luchado
por mi viejo y mi nación;
de mi patria fui soldado
y del viejo, salvación.
Ay, cuánto he sufrido
por ver este suelo;
ay, cuánto he llorado
sin tener consuelo!
Yo fui prisionera
del moro rival.
Soy la cantinera
Del fuerte de Annual.
Informante EMILIANO GARCIA, de 70 años.
ROMANCE DEL AGUA ENVENENADA
A la salida del sol
nuestras tropas divisaron
a un chico en el campamento
que el ganado apacentaba.
El chico vio a los salvajes
cuando hacían la traición
y enseguida les dio parte
al regimiento español.
La criatura lloraba
diciéndole a los soldados:
"dentro de muy poco tiempo
morirán envenenados".
Pero algunos se creían
que el chico les engañaba
y el muchacho les decía:
-Vamos a probar el agua.
No beber ningún soldado,
que el agua tiene veneno;
traer una oveja mía
y con ella probaremos.
Ya llevaron a la fuente
un pequeño corderito
y al punto que probó el agua
se murió el animalito.
Los soldados le abrazaban
todos con buen corazón
porque ha sido el salvavidas
de un regimiento español.
Los soldados le decían
al muchacho estas palabras:
-Los moros en contra nuestra
y tú tan buenas entrañas.
-Soy moro por mi desgracia,
pero no mis opiniones,
me tira siempre la patria,
mis padres son españoles.
Por aquello los soldados
se hallaban enfurecidos,
por envenenar el agua
estaban muy resentidos.
LOS DOS PRIMOS
A los cuatro o cinco días
las mismas tropas entraron
a unas cabilas que fueron
a degollar principiaron.
Por el temor de la muerte
los moros abandonaron
varios sitios peligrosos
y los nuestros los tomaron.
Iban por debajo tierra,
que todo estaba minado,
y a modo de una cisterna
en un rincón se encontraron.
Ya pusieron atención
los españoles soldados
y sentían llorar hombres
dentro de aquel subterráneo.
Unos llaman a la Virgen,
otros a su madre querida,
cada uno aclamaba
a la devoción que tenía.
Pero un prudente soldado
que enseguida se acercó
la tapa del subterráneo
con el fusil levantó.
-¿Qué gente sois? ¡Enseguida!
Llorando le contestaron:
-Españoles treinta y cinco
los que nos hallamos dentro.
que para nuestra desgracia
nos cogieron prisioneros.
El de arriba contestaba:
-No me conformo con eso,
porque estoy escarmentado
y alguna traición me temo.
Que me conteste uno sólo
con su nombre y apellido
y también quiero saber
de donde sea nacido.
Enseguida uno contesta,
uno muy rápidamente:
-Yo mismo te lo diré
sin ningún incoveniente.
Me llamo José Perales,
en Murcia fui bautizado,
con los mismos apellidos,
mi padre, señor Mariano
mi madre Pepa María,
su apellido, Valenciano.
Y ahora verán ustedes
lo que vino resultando.
El soldado que de arriba
hablaba con el de abajo,
eran las madres hermanas
y ellos dos primos hermanos.
Españoles treinta y cinco,
eran los que había dentro,
treinta y cuatro se salvaron
porque uno se había muerto.
Era un cuadro de tristeza
cuando de abajo salían
unos a otros se abrazaban
y llorando de alegría.
De la guerra de Melilla
tenemos que recordar;
los que vuelvan a sus casas
cuánto tendrán que contar.
Informante EMILIANO GARCIA de 70 años.
LUCIA
Era Lucía
la más hermosa
entre las rosas
la mejor flor;
cuando marcharon
para la guerra
perdió a Francisco
que era su amor.
Al tiempo de partir
el tren de la estación,
una voz infantil
entona esta canción:
Nunca te olvides
que allá en tu pueblo
tu pobre madre
te llorará.
y si no vuelves,
la pobrecita
de sentimiento
se morirá.
Al tiempo de partir
el tren de la estación,
una voz infantil
entona esta canción.
EL CEBOLLERO
Por las calles de Madrid
se pasea un cebollero (bis)
y anda vendiendo cebollas
para sacarse el dinero (bis).
Señora, la del balcón
dad posada al cebollero (bis).
No está mi marido en casa
no sé que dirá en viniendo (bis).
Diga, diga lo que quiera;
suba, suba el caballero (bis).
Se ponen a hacer la cena:
dos perdices y un conejo (bis).
Las perdices para el ama
y el conejo al cebollero (bis).
Se ponen a hacer la cama
y la hicieron en el suelo (bis).
A eso de los cuatro meses
ya era preñada de cierto (bis).
A los nueve meses justos
vino al mundo un cebollero (bis).
Le llevan a bautizar
a la iglesia de San Pedro (bis).
Y le pusieron de nombre
Periquito, el cebollero (bis).
Y aquí se acaba la historia
de Perico, el Cebollero (bis) (1).
A LA MUJER HOY EN DIA
A la mujer hoy en día
se la puede criticar
porque se llenan de polvos,
de pintura y algo más.
Esto es un gran disparate
con esta moda y este arte,
que no van como mujeres
sino como escaparates.
En los dedos las sortijas,
en la garganta, collares,
en el pecho, alfileres
con piedras muy relumbrantes.
El domingo a la mañana
cuando va a rizar el pelo,
entre los rizos le salen
esos malditos rifeños.
La mujer a su marido
le dice de esta manera:
tenemos que comprar trigo
pero más falta le hace
a la muchacha un abrigo.
En este caso, señores,
miremos la vanidad,
que primero es el abrigo
para poder engañar.
Las mocitas de hoy en día
lo llevan todas a gala,
cuando se van a casar
llevan la vida ganada.
Así que para casarse
hay que ponerse anteojos
que si no por presumir
pronto te sacan los ojos.
Informante EMILIANO GARCIA, 70 años de edad.
YO LA VI Y ELLA ME MIRABA
Para burros, Quintanilla,
para cabras, Vallosera,
para mocitas mi pueblo
que tienen buena espetera.
Estribillo
Yo la vi y ella mi miraba
y en la mano llevaba una jarra
para regar los claveles
que tenía en la ventana.
Yo la vi y ella me miró
y en la mano llevaba una flor.
Si quieren saber, señores
donde reina la alegría
en el pueblo en que nací
reina de noche y de día.
Yo la vi, etc.
Las mocitas de este pueblo
tienen las bragas de cuero
y cuando quieren mear
llaman al guarnicionero.
Yo la vi,...
Un pasiego de San Pedro
le dijo a una romerana,
se quieres ganar dinero
sienta el culo en tierra llana.
Yo la vi,...
En la plaza de este pueblo
hay una piedra redonda,
donde pican el tabaco
los mozos que van de ronda.
Yo la vi,...
En la villa de Reinosa
vi bailar a un campurriano,
con albarcas y escarpines
en el rigor del verano.
Yo la vi,...
Un pasiego jura y vota
que no ha de volver a Pas,
porque dice que no quiere
llevar el cuévano atrás.
Yo la vi,...
Venían desde Reinosa
un pobre con una pobra
cuando el pobre se cansaba
montaba encima la pobra.
Yola vi,...
Defiende campurrianuco
defiende bien tu tierruca,
las praderas y los huertos
y cenizas de tus muertos.
Yo la vi,...
Adiós valle de Campóo,
con el alma me despido
que con el cuerpo no puedo
que lo tengo dolorido.
Yo la vi y ella mi miraba
y en la mano llevaba una jarra
para regar los claveles
que tenía en la ventana.
Yo la vi y ella me miró
y en la mano llevaba una flor.
Un pasiego de San Pedro
le dijo a una romerana:
si me esquilas el borrico
te doy para tí la lana.
Yo la vi,...
Las mujeres que son gordas
y bajitas de estatura,
siempre llevan junto al suelo
el molde de hacer figuras.
Yo la vi,...
La primera novia que tuve
se me murió en la cocina
y de rabia que me dió
me puse a bailar encima.
Yo la vi,...
Dicen que te has alabado
que tienes cuatro mil reales;
si los tienes guárdalos
que tú pocos cuartos vales.
Yo la vi,...
Que se te ha visto el tomate,
arriba cachipurriela,
la mujer de buen marido
siempre parece soltera.
Yo la vi,...
Una niña fue a lavar
las servilletas azules
y se le metió una rana
entre el domingo y el lunes.
Yo la vi,...
Esta noche tengo de ir
al molino, molinera,
a ver a una niña rubia
que en el molino se queda.
Yo la vi,...
Viva el pueblo de Bezana
que está metido en un hoyo,
donde nacen las mocitas
como rosas y pimpollos.
Yo la vi y ella mi miraba
y en la mano llevaba una jarra
para regar los claveles
que tenía en la ventana.
Yo la vi y ella me miró
y en la mano llevaba una flor.
SOY DEL HOYO, SOY DEL HOYO
Soy del Hoyo, soy del Hoyo,
soy de la rica ribera,
donde se fabrica el oro,
la azúcar y la canela.
Y con el kikirikí
y con el kikiriká
y con el kikirikí
se fue a matar.
Ese buey de la derecha
lleva la corna "rompida"
que se la rompió subiendo
la cuesta de la Florida.
Estribillo.
En Asturias servía a un amo
no me pagó la soldada,
porque mojaba la pluma
en el tintero del ama.
Estribillo.
Tienes el carro a la puerta,
señal que eres labradora;
quién pudiera ser criau
para llamarte "señora".
Estribillo.
Que ya se murió el raposu
camín de la romería;
que Dios le tenga en la gloria,
¡cuántas gallinas comía!
Estribillo.
TENGO EN CASA UN FUERO BUENO O MALO
Tengo en casa un fuero bueno o malo,
fuíme animando y compréme.
Y compréme una muller
y después de mullerado
tengo en casa un fuero bueno o malo.
Fuíme animando y compréme,
y compréme una pareja
y después de aparejado
y mullerado
tengo en casa un fuero bueno o malo.
fuíme animando y compréme.
Y compréme unas melenas
y después de melenado
y parejado
y mullerado
tengo en casa un fuero bueno o malo.
Fuíme animando y compréme.
Y compréme unas coyundas
y después de coyundado
y melenado
y parejado
y mullerado
tengo en casa un fuero bueno o malo.
Fuíme animando y compréme.
Informante ELADIO HERBOSA, de 52 años.
EL ARADO
El arado cantaré,
de piezas lo iré formando
y de la Pasión de Cristo
misterios iré explicando.
El dental es el cimiento
donde se forma el arado,
pues tenemos un buen Dios
amparo de los cristianos.
La camba será la cruz,
Cristo la tuvo por cama
y al que tuviese su luz
nunca le pasará nada.
El travesero que pasa
por el dental y la camba
es el clavo que penetra
aquellas divinas palmas.
Los judíos son los bueyes
los que a Cristo le llevaron
desde la casa de Anás
basta el monte del Calvario.
El gañán el Cirineo
el que a Jesús ayudaba
a llevar la santa cruz
de madera tan pesada.
La telera es la chaveta,
ambas a dos hacen cruz,
afligíos, corazones
que en ella murió Jesús.
Informante AVELINO PEÑA.
LA CENA DE LA NIÑA
La primera noche
se comió la niña
una perdiz muy linda.
La segunda noche
se comió la niña
dos palomitas blancas
y una perdiz muy linda.
La tercera noche
se comió la niña
tres tórtolas,
dos palomitas blancas
y una perdiz muy linda.
A la cuarta noche
se comió la niña
cuatro conejos conejas,
tres tórtolas,
dos palomitas blancas
y una perdiz muy linda.
A la quinta noche
se comió la niña
cinco ánades,
cuatro conejos conejas,
tres tórtolas,
dos palomitas blancas
y una perdiz muy linda.
A la sexta noche
se comió la niña
seis ánsares,
cinco ánades,
cuatro conejos conejas,
tres tórtolas,
dos palomitas blancas
y una perdiz muy linda.
La séptima noche
se comió la niña
siete carneros cornudos,
seis ánsares,
cinco ánades,
cuatro conejos conejas,
tres tórtolas,
dos palomitas blancas
y una perdiz muy linda.
A la octava noche
se comió la niña
ocho fanegas de trigo,
siete carneros cornudos,
seis ánsares,
cinco ánades,
cuatro conejos conejas,
tres tórtolas,
dos palomitas blancas
y una perdiz muy linda.
La novena noche
se comió la niña
nueve cántaras de vino,
ocho fanegas de trigo,
siete carneros cornudos,
seis ánsares,
cinco ánades,
cuatro conejos conejas,
tres tórtolas,
dos palomitas blancas
y una perdiz muy linda.
La décima noche
se comió la niña
diez vacas vacunas,
nueve cántaras de vino,
ocho fanegas de trigo,
siete carneros cornudos,
seis ánsares,
cinco ánades,
cuatro conejos conejas,
tres tórtolas,
dos palomitas blancas
y una perdiz muy linda.
Informante ELADIO HERBOSA.
LA CASADA INFIEL
Estaba una señorita
tralarán, tralarán, lairón
sentadita en su balcón, bon, bon,
cuando pasa un caballero
de muy buena condición, bon, bon.
Quisiera usted, caballero,
tralarán, tralarán, lairón
dormir una noche o dos, lirón.
Que mi marido está de caza
en los montes de León, bon, bon.
A eso de la media noche
tralarán, tralarán, lairón
en la puerta repicó, bon, bon.
Abreme la puerta, cielo,
ábreme la puerta, sol, bon, bon,
que te traigo un conejito
de los montes de León, bon, bon.
Se me han perdido las llaves
tralarán, tralarán, lairón
de tu lindo corazón, bon, bon.
Si de plata eran antes
de oro te las traigo yo, bon, bon.
¿Quién es aquel caballero,
tralarán, tralarán, lairón
que en la cama veo yo, bon bon?
Es mi hermanito pequeño,
es mi hermanito el mayor, bon, bon.
Si es tu hermanito el pequeño
tralarán, tralarán, lairón,
quiero conocerle yo, bon, bon.
Qué niño, ni que puñetas,
tiene barba como yo, bon, bon.
Al otro día siguiente
tralarán, tralarán, lairón
al padre se la llevó, bon, bon.
Aquí le traigo a su hija,
edúquela usted mejor, bon, bon.
Si bien la hubiera educado,
tralarán, tralarán, lairón,
no se la traía yo, bon, bon...
y yo estaría cazando
en los montes de León, bon, bon.
LA PALMIRA
La Palmira se hizo un traje
pensando que se casaba;
ha de romper éste y otro
y quedará como estaba.
Estribillo
Palmira, la, la, Palmira,
Palmira qué triste estás,
¿De dónde vienes, Palmira,
de rondar con tu rapaz?
De rondar con tu rapaz,
con tu rapaz Escipión,
Palmira del alma mía,
Palmira del corazón.
Palmirita, Palmirita,
pobrecita de Palmera,
te has quedado sin camisa
por un reloj de pulsera.
(Estribillo)
Si quieres ver a Palmira
con pulsera y sin camisa,
vete por la calle abajo
que la lleva el retratista.
(Estribillo)
Por las calles de Madrid
la Palmira iba vendiendo
los pantalones de un hombre
que se los quitó durmiendo.
(Estribillo)
El pantalón lo robaste,
pero caro te salió,
que al cabo de nueve meses
un chaval resucitó.
(Estribillo )
Si un chaval resucitó,
a nadie le echo la culpa,
la culpa la tuve yo
por andar de noche a oscuras.
Palmira, la, la, Palmira,
Palmira qué triste estás,
¿De dónde vienes, Palmira,
de ronda, con tu rapaz?
De rondar con tu rapaz,
con tu rapaz Escipión,
Palmira del alma mía,
Palmira del corazón.
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NOTA
(1) La música de esta canción la recogió ANTONIO JOSE en su COLECCION DE CANTOS POPULARES BURGALESES. Madrid, 1980. Pág. 94. Pero solamente nos ofrece la primera estrofa que coincide con ésta.